Fécula de maíz (maicena): 15 gr (3 cditas) Bicarbonato de sodio: 5 gr (1 cdita). Un frasco vacío (aprovechá para reutilizar alguno que tengas). Opcional (pero recomendado): 20 gotas de aceite esencial*. Procedimiento: Colocá en un cuenco/bowl la fécula y bicarbonato, integrar y agregar el aceite de coco en estado líquido (si está sólido por el frío, colocar bajo el sol unos minutos o llevar a baño maría), por último, agregá las gotas de aceite esencial y mezclá bien hasta tener una textura cremosa. Dejalo en el frasco y mantenelo cerrado en ambiente templado (no en el baño). Propiedades: El bicarbonato neutraliza los olores corporales, pero sin reducir la sudoración. Impide el desarrollo de bacterias que producen el mal olor a las axilas y también regula el PH. La fécula absorbe la transpiración de las axilas e impide el desarrollo de fuertes olores. El aceite de coco es antibacteriano, antifúngico, suaviza la piel, entre otras. Los aceites esenciales son anti- bactericidas y dan un rico aroma. *Aceites esenciales recomendados (por sus propiedades desodorantes, fungicidas, anti-sudoríficas): tea tree, salvia, ciprés, lemongrass, lavanda, neroli, pachuli. Podés ponerle 1 solo o combinar 2, pero siempre (para esta cantidad: 40gr) el total debe ser 20 gotas. Mi aroma preferido es neroli/azahar: la flor del naranjo.
Algunos beneficios del desodorante natural:
Cuida tu cuerpo: sin aluminio, ni tóxicos. La mayoría de los
desodorantes industriales son antitranspirantes y para eso utilizan aluminio. El aluminio es un metal controvertido…hay sospechas sobre la relación entre su uso y el desarrollo de cáncer de mama y de la enfermedad de Alzheimer. Al ser desodorante y NO antitranspirante, no le impedís al cuerpo que realice sus funciones naturalmente. Transpirar es natural y necesario para nuestro cuerpo: ayuda a regular la temperatura del organismo y eliminar toxinas. Sin embargo, los desodorantes industriales con propiedades antitranspirantes, bloquean ese proceso natural. El “mal olor” no se da por el sudor en sí mismo, sino que se genera por bacterias que descomponen el sudor y las toxinas. Por eso, debemos buscar desodorantes que disminuyan la proliferación de las bacterias y no que eviten la transpiración… Es apto para pieles sensibles (de hecho, la fécula es súper recomendada para la piel de bebé), de todas maneras, al estar fabricándolo vos mismo (y a diferencia de ya comprar uno, aunque sea natural), podés regular la cantidad de bicarbonato de sodio y reemplazar por fécula. Al no tener agua no necesita conservantes y no tenés que preocuparte por la durabilidad o por que se ponga feo. Cruelty Free: no se testea en animales. Vegano: no tiene ningún ingrediente de origen o derivado de animal. Zero Waste (residuo cero): Evitás desechar el envase plástico en el cual vienen los industriales. Otras ideas para convertir tu baño en zero waste: cepillo de dientes de bambú, discos desmaquillantes reutilizables, copita menstrual, shampoo y acondicionador en barra sólidos.