Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
), El poder
de la historia. Huella y legado de Javier Donézar Díez de Ulzurrun, Madrid, Ediciones
de la Universidad Autónoma de Madrid, 2014, Vol. II, pp. 441-452.]
Tomás Albaladejo
(Universidad Autónoma de Madrid)
Son tres los modelos de mundo que pueden regir los referentes de los textos
literarios y no literarios: a) modelo de mundo de tipo I, de lo verdadero, b) modelo de
mundo de tipo II, de lo ficcional verosímil, y c) modelo de mundo de tipo III, de lo
ficcional no verosímil (Albaladejo, 1992: 52-63). Los referentes de los textos históricos
y periodísticos, así como de los textos de la comunicación cotidiana, pero también de
los textos literarios de carácter memorialístico (autobiografías, memorias, diarios) y de
otros textos literarios se rigen por modelos de mundo de tipo I, que son modelos cuyas
reglas semántico-extensionales son las del mundo real. Por su parte, los referentes de los
textos literarios ficcionales de índole mimética, por su carácter verosímil, por su
semejanza con la realidad, se rigen por modelos de mundo de tipo II, que son modelos
cuyas reglas semántico-extensionales, si bien no son las mismas del mundo real, son
*
Este trabajo es resultado de la investigación llevada a cabo en el proyecto de
investigación de referencia FFI2010-15160/HUM, financiado por la Secretaría de
Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación del Ministerio de Economía y
Competitividad.
1
semejantes a éstas. Finalmente, los referentes de los textos literarios ficcionales de
índole no mimética, es decir, inverosímiles, se rigen por modelos de mundo de tipo III,
que tienen reglas semántico-extensionales diferentes de las del mundo real y que no son
semejantes a éstas.
En la configuración semántico-extensional del referente, así como del modelo de
mundo por el que se rige y del texto que surge del referente, el cual es, a su vez,
representación lingüística del mismo, entran en juego las relaciones entre la literatura y
la historia, que constituyen la clave de muchos textos, entre ellos los Episodios
Nacionales de Pérez Galdós y otras muchas novelas del escritor canario.
La conocida distinción que en la Poética hace Aristóteles entre poesía
(denominación que utiliza para lo que actualmente conocemos como literatura) e
historia con el fin de explicar qué es la poesía, ha servido de fundamento a una
concepción de las relaciones entre la literatura y la historia basadas en la consideración
semántico-extensional de la conexión de los referentes de los textos literarios y de los
textos históricos con la realidad. Aristóteles expone:
2
presencia de lo inverosímil cuando escribe: “es verosímil que también sucedan muchas
cosas contra lo verosímil” (Aristóteles, 1974: 1456a23-25). Lubomír Doležel plantea la
diferencia entre historia y literatura sobre la que hay entre mundos posibles históricos y
mundos posibles ficcionales, destacando el carácter independiente de éstos frente a la
dependencia de los primeros respecto del mundo real:
3
De esto resulta claro que el poeta debe ser artífice de fábulas más
que de versos, ya que es poeta por la imitación, e imita las acciones. Y si
en algún caso trata cosas sucedidas, no es menos poeta; pues nada impide
que algunos sucesos sean tales que se ajusten a lo verosímil y a lo
posible, que es el sentido en que los trata el poeta. (Aristóteles, 1974:
1451b28-32).
4
y elementos ficcionales verosímiles es la base de la presencia de la historia en la novela,
sea en la novela histórica, sea en la novela en la que el argumento está situado en unas
determinadas coordenadas espacio-temporales que son el telón de fondo a la
construcción ficcional, sin que pueda considerarse este último caso propiamente novela
histórica.
No es el objeto de este artículo la diferenciación entre novela histórica y novela
con elementos históricos, sino la relación de la historia con la novela sobre el principio
de la incorporación al referente de ésta de elementos reales, de elementos históricos. Tal
incorporación se produce al ser construido dicho referente según un modelo de mundo
normalmente de tipo II que contiene elementos propios de dicho modelo de mundo y
también elementos de modelo de mundo de tipo I, los cuales son atraídos por aquéllos a
un conjunto referencial que sigue un modelo de mundo de tipo II. Sin embargo, también
es posible que el referente sea construido de acuerdo con un modelo de mundo de tipo
III que contenga elementos de modelo de mundo de tipo II y de modelo de mundo de
tipo I, como sucede en Las historias naturales de Juan Perucho, novela en la que un
referente regido por un modelo de mundo de tipo III contiene, además de los
correspondientes elementos ficcionales inverosímiles, elementos ficcionales verosímiles
y elementos verdaderos, históricos (Perucho, 1978). La historia es introducida, por
tanto, en el texto literario, en la novela como parte o subgénero del género épico-
narrativo, en los demás subgéneros épico-narrativos y en los demás géneros literarios,
pues ni el género dramático ni el género lírico son ajenos a la posibilidad de
incorporación de elementos de la realidad histórica a los referentes, de acuerdo con los
correspondientes modelos de mundo. La inteligente explicación de la historia en la
literatura, que ofrece Amado Alonso en Ensayo sobre la novela histórica (Alonso,
1984; Gómez Alonso, 2002: 194, 201-202) permite apreciar una relación de
recursividad que va desde la realidad a la historia como discurso y desde ésta a la
poesía, a la literatura, en la que está presente la historia como discurso construido en
relación con otro discurso:
5
De este modo la historia entra en la novela, se proyecta hacia la novela en un
proceso recursivo de construcción referencial y textual que incluye la construcción
sucesiva de referentes (el del texto histórico y el del texto literario, el de la novela) y la
expresión literaria, es decir, la representación lingüístico-artística del referente de la
obra literaria. La combinación en la obra narrativa ficcional verosímil de historia y
ficción, de elementos referenciales reales, históricos, y elementos referenciales
ficcionales verosímiles, posibles, supone una vinculación a la realidad de la ficción; es
un refuerzo de la condición verosímil de lo ficcional, una confirmación de la apariencia
de realidad de la obra literaria en su conjunto. Como Benjamin Harshaw ha explicado,
los elementos reales, los elementos históricos, funcionan como anclaje en la realidad
para los elementos ficcionales de la obra literaria, contribuyendo al carácter verosímil e
incluso realista de ésta (Harshaw, 1984).
En las distintas obras que los componen y en el conjunto de éstas, los Episodios
Nacionales de Benito Pérez Galdós constituyen una combinación de historia y
literatura, de representación de realidad histórica y ficción, que se presentan a la
interpretación de los lectores como textos de un alto grado de complejidad semántico-
extensional por la específica configuración de sus referentes y de los modelos de mundo
de los que son resultado creativo.
El 19 de marzo y el 2 de mayo, novela de 1873, es uno de los episodios
nacionales de la primera serie. Desde el propio título, esta obra está conectada con la
historia, al centrarse en los acontecimientos conocidos como el motín de Aranjuez, que
tuvieron lugar entre la noche del 17 de marzo y la tarde del 19 de marzo de 1808 con la
caída de Godoy y la consiguiente proclamación de Fernando VII como rey de España
(Artola, 1999: 41 y ss.), y en el posterior levantamiento del pueblo madrileño del 2 de
mayo y la represión que inmediatamente llevó a cabo el ejército francés. El título
funciona como anuncio, como anticipación paratextual (Martínez Arnaldos, 2003; 2008)
de un texto de cuyo referente forman parte como elementos axiales los mencionados
acontecimientos de la historia de España. Junto a los elementos referenciales históricos
que son transformados en texto por la intensionalización (Albaladejo, 1992: 27-28) de la
6
extensión, es decir, por la transformación del referente en la construcción lingüístico-
artística que es el texto de la novela, la construcción referencial de El 19 de marzo y el 2
de mayo contiene numerosos elementos ficcionales, entre los que destacan los
personajes de ficción creados por Pérez Galdós, así como sus deseos, sus temores, todos
sus sentimientos y pensamientos y, por supuesto, sus voces, las palabras que pronuncian
en la novela, que dentro de la ficción constituyen una representación de la pluralidad
comunicativa de la sociedad (Albaladejo, 2007).
El 19 de marzo y el 2 de mayo tiene un narrador protagonista que narra en
primera persona, Gabriel Araceli, protagonista de otros episodios nacionales, de todos
los de la primera serie excepto Gerona. Es, pues, un narrador homodiegético (Genette,
1989: 299), que por su condición de protagonista del relato, llega a ser autodiegético
(Genette, 1989: 300). La voz del narrador queda así constituida como una construcción
ficcional, al igual que el personaje. Y es la voz que guía el relato (Baquero Goyanes,
1975: 124-131, 159-178), que introduce a los demás personajes, es la voz que nos
ofrece la perspectiva principal en la observación y en la comprensión del conjunto
formado por los seres, estados, acciones, procesos e ideas que componen el referente de
la novela, conjunto del que forman parte tanto los elementos reales como los elementos
ficcionales. En los elementos reales están incluidos los geográficos y los históricos, esto
es, los relacionados con el espacio y con el tiempo: Aranjuez, Ontígola, Titulcia y
Madrid son lugares reales, como son reales el motín de Aranjuez y el levantamiento del
2 de mayo. Estos elementos reales constituyen lo que Harshaw ha denominado campo
externo de referencia (external field of reference): “the real world in time and space,
history, a philosophy, ideologies, views of human nature, other texts” (Harshaw, 1984:
243). Por su parte, los elementos ficcionales forman un campo interno de referencia
(internal field of reference) en la medida en que sean únicos y no tengan existencia real
fuera del texto y de su referente:
7
La oposición entre el campo externo de referencia y el campo interno de
referencia de El 19 de marzo y el 2 de mayo (del referente y del texto) produce una
tensión de carácter semántico-extensional en la obra como correlato de la tensión entre
historia y ficción y, en definitiva, entre lo real y lo ficcional. Pero esta tensión se
resuelve en una síntesis referencial y textual de los componentes que participan en ella;
en esta síntesis la obra literaria, por la actuación de la ley de máximos semánticos,
aparece reforzada como construcción lingüístico-artística ficcional en la que lo real, lo
histórico, acerca lo ficcional verosímil a la realidad. En El 19 de marzo y el 2 de mayo
los acontecimientos históricos, junto a los espacios reales, son anclaje realista de los
seres, estados, acciones, procesos e ideas del campo interno de referencia de esta obra y,
como tal, hacen posible una orientación espacial y temporal de los personajes
ficcionales y de sus pensamientos, sentimientos, acciones, etc. La historia está, de este
modo, presente en esta obra, así como en los demás episodios nacionales galdosianos.
La historia, inicialmente externa a la obra, se incorpora a ésta, en la que se funde con la
ficción para dar lugar a un conjunto que, si bien es globalmente ficcional, tiene el
componente referencial de la realidad como guía temporal y también espacial. Así, la
historia, sujeta a la realidad, por la condición histórica de esta obra como uno de los
Episodios Nacionales (Alonso, 1984: 81), pero principalmente por su condición realista
(R. Gullón, 1987: 55), actúa como vector semántico-extensional y pragmático del texto
hacia la configuración histórica de éste con una orientación final hacia la ficción. Por
tanto, si la tensión se resuelve en una síntesis en la dirección de la ficción por la ley de
máximos semánticos, hay que considerar que también lo hace en una síntesis hacia lo
histórico, por el carácter axial que en la obra tiene la historia, a lo cual contribuye en
gran medida el proyecto literario de escritura ficcional e histórica que son los Episodios
Nacionales. Para Stephen Gilman, “Galdós’ generic innovations modify profoundly
both terms of the hybrid, or perhaps it would be better to say redundant, classification
‘historical novel’ ” (Gilman, 1981: 55).
Como en tantos otros episodios nacionales, Galdós escoge como tema histórico
central de la novela acontecimientos decisivos en la historia de la España del siglo XIX.
La fuerza vectorial de estos acontecimientos históricos incorporados al relato,
globalmente ficcional por la ley de máximos semánticos, que actúa en El 19 de marzo y
el 2 de mayo, hace posible que el conjunto del referente y su expresión textual se
mantengan orientados a aquellos acontecimientos. Es para ello decisivo el papel del
narrador homodiegético, cuya condición intensificada de narrador autodiegético se sitúa
8
más bien en el argumento ficcional de la obra que en lo que se refiere a los
acontecimientos históricos, de los cuales no es protagonista, pero sí privilegiado
espectador, cuyo papel como tal está sostenido y reforzado por su protagonismo en el
conjunto de elementos ficcionales (seres, estados, procesos, acciones e ideas) de este
episodio nacional. Gabriel Araceli es narrador espectador de los acontecimientos
históricos y narrador protagonista de la ficción, pero, al ser incorporados a ésta dichos
acontecimientos, su carácter autodiegético (como máximo nivel de su carácter
homodiegético) se proyecta sobre la totalidad de la obra.
En la parte de este episodio nacional que trata del motín de Aranjuez se
encuentra uno de los elementos más importantes de vinculación entre lo ficcional y lo
histórico, en concreto el encuentro del protagonista con Godoy, que es relatado en el
capítulo VI de El 19 de marzo y el 2 de mayo. Gabriel Araceli va con el sacerdote don
Celestino a visitar a Godoy para intentar obtener una plaza en la administración:
9
actúan conjuntamente en el eje histórico: Aranjuez y el tiempo del 17 al 19 de marzo de
1808.
La función de embrague narrativo es reforzada por la presencia de la voz del
Príncipe de la Paz, cuyas palabras son referidas por el narrador en estilo directo:
Si bien Godoy es un personaje real, sus palabras, como toda la conversación que
tiene lugar en su despacho con don Celestino y Gabriel Araceli, son de índole ficcional,
contribuyendo ello a la fusión de lo real y lo ficcional, de la historia y la novela a la que
aquélla es incorporada y de la que se hace elemento constituyente en su transformación
literaria.
En cuanto a los acontecimientos que corresponden a la segunda parte del título
de esta novela, los del 2 de mayo, también actúa el embrague narrativo, que es activado
por Pérez Galdós conectando historia y ficción. Como en el caso de los acontecimientos
del motín de Aranjuez, en estos otros acontecimientos históricos espacio y tiempo
interactúan: Madrid y el 2 de mayo de 1808 y antes y después de esta fecha. Hay
también una concreción en el espacio que permite que el personaje ficcional que es
Gabriel Araceli entre en contacto con el componente histórico: en Madrid se aloja frente
al Parque de Artillería de Monteleón, que será clave en el levantamiento militar y
popular contra el ejército francés el 2 de mayo:
10
acomodado mi equipaje en la casa que tenía el honor de albergarme
(calle de San José, número 12, frente al Parque de Monteleón), me
arreglé y salí a la calle resuelto a visitar a Inés en casa de sus tíos. (Pérez
Galdós, 2008: 138).
Lo mismo sucede con la Puerta del Sol, escenario de algunas de las más
conocidas y terribles escenas de los acontecimientos del 2 de mayo, que, como las del
Parque de Monteleón, son presenciadas directamente por Gabriel Araceli y narradas por
él con la implicación histórica y ficcional que suponen el uso de la primera persona de
singular y de plural, así como del pronombre personal de primera persona del singular y
del plural y de los adjetivos posesivos:
11
honradísimos tenderos de la misma calle, a quienes yo de antiguo
conocía. (Pérez Galdós, 2008: 210).
Expresiones como “siendo los ocupadores de la calle Mayor los que alcanzamos
la peor parte” y “El peligro no me impedía observar quién estaba en torno mío”, por su
contigüidad dinámica con los acontecimientos históricos que el narrador está refiriendo
ejercen la función de embrague narrativo. Del mismo modo la ejercen las expresiones
“Los franceses se arrojaron sobre nosotros con empuje formidable”, “retrocedimos”,
“todos los que pudimos” y “contenernos”, del fragmento precedente al inmediato
anterior. Es así como entra lo histórico en el ámbito ficcional, en la novela, y apoya la
importancia que para ésta tiene el componente histórico, sin el cual el argumento de la
novela y sus personajes ficcionales dentro del conjunto de seres, estados, procesos,
acciones e ideas carecerían de un anclaje decisivo en su justificación literaria porque, en
definitiva, carecerían del sentido que viene dado por el eje histórico al eje ficcional.
3. Conclusión.
12
novela (Mora, 1994; 1998). La presencia de la dimensión histórica de la sociedad es
decisiva para el realismo de los Episodios Nacionales en la medida en que reafirma la
conciencia lectora respecto de la realidad al proporcionar a El 19 de marzo y el 2 de
mayo y a los demás episodios galdosianos la objetividad que ofrecen los elementos
reales, temporales y espaciales, históricos y geográficos, de personas y acontecimientos,
que constituyen el campo externo de referencia con el que se fusiona el campo interno
de referencia en cada una de las novelas que forman los Episodios Nacionales.
La combinación de historia y ficción se pone al servicio del propósito de Galdós
de novelar la historia de la España del siglo XIX y, desde la presencia de la historia en
la novela, se proyecta en una presencia de la novela en la historia en la perspectiva de
los lectores, para quienes los Episodios Nacionales son una vía de acceso a la historia,
un conocimiento de la historia a través de la literatura; se trata en definitiva de una
participación de los lectores en la historia al poder hacer suyos unos acontecimientos
históricos que les son presentados en textos literarios que, a pesar de ser globalmente
ficcionales, mantienen el estatuto de realidad que tiene lo que a ellos el autor ha
incorporado desde la historia. Historia en novela, pero también novela en historia, como
característica de los episodios galdosianos, sitúan la combinación de ambas en una
relación bidireccional en la que se apoyan recíprocamente en la consecución de unas
obras literarias que representan la realidad, la sociedad, la historia como testimonio de
la conciencia del devenir en el tiempo y en el espacio de seres humanos en las
circunstancias concretas de la España del siglo XIX y que tienen en la comunicación
literaria la función de la presentación y del conocimiento crítico de la sociedad. El éxito
de los Episodios Nacionales no puede entenderse sin tomar en consideración, por un
lado, su doble fundamentación histórica y ficcional y, por otro, su doble arraigo
semántico-extensional, en lo que concierne a la representación, y pragmático, en lo
relativo a la relación de las obras con los lectores.
13
Referencias bibliográficas.
14
- Gullón, G. (2011). Introducción. Cádiz, un himno a la libertad, apud Pérez
Galdós, B. Cádiz. Edición de G. Gullón. Barcelona: Espasa Libros.
- Gullón, R. (1973). La historia como materia novelable. En Rogers, D. M. (ed.).
Benito Pérez Galdós (403-426). Madrid: Taurus.
- Gullón, R. (1987). Galdós, novelista moderno. Madrid: Taurus.
- Harshaw, B. (1984). Fictionality and Fields of Reference. Remarks on a
Theoretical Framework. Poetics Today, 5 (2), 227-251. ISSN 0333-5372.
- Lozano, J. (1987). El discurso histórico. Madrid: Alianza.
- Martínez Arnaldos, M. (2003). Los títulos literarios. Madrid: Nostrum.
- Martínez Arnaldos, M. (2008). El título: persuasión, manipulación y diseño. En
Morales Sánchez, M. I. y Coca Ramírez, F. (eds.). Estudios de teoría literaria
como experiencia vital. Homenaje al profesor José Antonio Hernández
Guerrero (241-250). Cádiz: Universidad de Cádiz - Junta de Andalucía.
- Mora, J. L. (1994). La imagen de España y Europa en la obra de Galdós. En
Abellán, J. L. (ed.). El reto europeo: identidades culturales en el cambio de
siglo (251-256). Madrid: Trotta.
- Mora, J. L. (1998). Benito Pérez Galdós (1843-1920). Madrid: Ediciones del
Orto.
- Pérez Galdós, B. (2002) [1897]. La sociedad como materia novelable (Discurso
leído ante la Real Academia Española el 7 de febrero de 1897, en su recepción
pública, por el Excmo. Sr. D. Benito Pérez Galdós y contestación del Excmo. Sr.
D. Marcelino Menéndez y Pelayo). Prólogo de M. Alonso Olea. Madrid: Civitas.
- Pérez Galdós, B. (2008) [1873]. El 19 de marzo y el 2 de mayo. Edición de G.
Gullón. Madrid: Biblioteca Nueva.
- Perucho, J. (1978). Las historias naturales. Barcelona: Edhasa.
- Ricoeur, P. (1985). Temps et recit, I. Le temps raconté. Paris: Seuil.
- Roberts, S. G. H. (2013). Towards a Political Anthropology. Cádiz by Benito
Pérez Galdós. En Roberts, S. G. H. y Sharman, A. (eds.). 1812 Echoes: The
Cadiz Constitution in Hispanic History, Culture and Politics, (207-225).
Newcastle upon Tyne: Cambridge Scholars Publishing.
- Rodríguez Pequeño, J. (2008). Géneros literarios y mundos posibles. Madrid:
Eneida.
15