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En la mente y corazón de un maestro 

Actualmente se está viviendo una época de grandes retos que nos abre a nuevos
cuestionamientos sobre la educación: pues Definitivamente esta pandemia nos ha
dejado ver que las posibilidades a las que debemos dar apertura son inciertas, la
urgencia de nuevas prácticas y los avances tecnológicos, influirán de manera
decisiva en las nuevas generaciones. Y estos cambios exigen que los maestros se
actualicen para educar de una nueva manera, ¡a través del corazón! Sólo así
podrán prepararlos para un mundo incierto y cambiante como en la actualidad.

Por esta razón Educar con el corazón va más allá de las apariencias, más allá del
comportamiento y más allá de las limitaciones del alumno. Significa tocar la parte
esencial, aquello que lo hace diferente y único. Porque cuando logramos
acercarnos, libres de prejuicios y expectativas, entonces, tenemos la oportunidad
de que nos muestre quiénes son.

La educación solo se toma desde el punto de vista como de razonar y analizar,


pero debería ser con el corazón el que en estos momentos tan cambiantes
comprenderá, el que entusiasmará y el que inspirará. Es el corazón el que aprecia
lo que realmente tiene significado y hace a un lado lo intranscendente. Es el
corazón el que valora. Educar con el corazón significa, por lo tanto, educar con
amor.

En estos momentos en donde la vida nos ha tocado, debemos Primero que nada,
conectarnos y reconociendo nuestras emociones. Dándoles un lugar en vez de
ignorarlas, negarlas o taparlas. Estas emociones reprimidas se acumulan,
volviéndonos impacientes e irritables, y estallamos en los momentos menos
esperados lastimando al alumno, a veces por incidentes de poca importancia o por
falta de iteres de padres y maestros si se atienden primero que nada desde las
emociones generaremos un crecimiento paulatino y retomaremos el rumbo el
sentido de educar.

Educar con el corazón también significa conectarnos con el anhelo de crecer y


querer ser mejores personas. Entonces los contagiaremos con el entusiasmo y la
pasión por vivir y el aprecio y la gratitud por la vida.

Para mi Ser una maestra es un privilegio es dejar parte de mi esencia en otra


persona. Reconozcamos la oportunidad que nos proporciona la convivencia diaria
con nuestros alumnos para abrir nuestro corazón y dar lo mejor de nosotros
mismos.

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