Está en la página 1de 1

Lucia y Bianca, tienen 15 y 16, van al mismo curso en el colegio secundario y

son tan amigas que se pasan los días juntas, se cuentan todos sus secretos, se
prestan la ropa y a veces, hasta duermen abrazadas.
El otro día fue raro lo que paso. Bianca acerco su cara a la de Lucia y cuando
se dieron cuenta se estaban besando en la boca.
Lucia se asustó. Junto sus cosas y sin decir una sola palabra se fue a su casa,
pensando en lo que había pasado. El beso le había gustado muchísimo pero
no debió haber ocurrido. Le gusta todo de Bianca, su risa, su cara, como
piensa, las charlas, su perfume. Pero esta aterrada con la idea de ser lesbiana:
¿Qué van a decir sus papas, el resto de sus amigas y amigos? No puede
sacarse de la cabeza la cara del cura de su barrio y sus explicaciones sobre el
amor y la familia. Está convencida de lo que paso (y lo que siente) está muy
mal. Tiene miedo de no ser “normal”. Piensa que sería mejor no verse más con
Bianca. “¿En qué clase de bicho raro me convertí?”, piensa angustiada.
Bianca se quedó en el aire. No hay nada más lindo que sentir esas cosquillas
en la panza y está segura de que está enamorada. Venia guardando el secreto
de lo que sentía por Lucia porque… ¿a quién se lo iba a contar? Pero no tiene
nada de malo, ¡Al contrario!
Está decidida a hablar con ella para seguir adelante. Sale de su casa
caminando apurada. Lo único que quiere es que el colectivo llegue rápido para
encontrase con ella, decirle lo que le pasa y llenarla de besos.

También podría gustarte