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Principios de la organización empresarial

El comienzo de una empresa o negocio arranca con una primera fase denominada "planificación2,
que es donde se aclara lo que va a realizarse. Una vez concluida esta etapa hay que continuar con
la siguiente, la "organización", que hace referencia a la manera de realizarlo. La ejecución y la
administración de una compañía sigue un procedimiento establecido mediante etapas. Para
garantizar un adecuado funcionamiento del negocio hay que tener claros los principios
organizativos de la empresa. La organización de la empresa se refiere al arreglo ordenado de las
funciones y recursos que se consideran necesarias para satisfacer los objetivos de la empresa. Es
decir, el establecimiento de la estructura para la sistematización racional de los recursos a través
de unos principios.

El objetivo es la simplificación del trabajo con una optimización de las funciones, en donde se

busca que todo resulte más sencillo para los que desempeñan sus tareas en el negocio y los

clientes.

En este aspecto, la importancia de la organización empresarial es muy alta por una serie de

motivos:

o Contribuye a conseguir las metas deseadas.

o Permite usar mejor los recursos que tenemos a nuestra disposición.

o Ayuda a tener una mejor comunicación entre los componentes de una organización.

o Aporta los sistemas para que se puedan realizar las tareas de una forma eficiente, con el menor

esfuerzo posible.
o Evita la ineficiencia de las actividades, aumentando la productividad y disminuyendo los costos.

o Acaba con la duplicidad de esfuerzos al conseguir aclarar las responsabilidades de cada uno.
Cuáles son los principios básicos de la organización?
Para conseguir unos mejores resultados empresariales hay que basarse en principios básicos de

la teoría clásica de la organización. Entre ellos se encuentran los siguientes aspectos:

o Objetivo: todas las actividades fijadas en la entidad deben vincularse con las metas que se

marque la empresa. La existencia de un departamento o de un puesto de trabajo sólo se puede

justificar si con ello contribuye a conseguir los objetivos de la empresa propuestos con anterioridad.
o Especialización: los trabajadores de una organización deben centrarse en una única actividad.

Más habilidades y eficiencia conseguirá en sus labores cuanto menor sea el campo de acción que

asuma. Siempre es preferible que se dedica a actividades concretas.


o Jerarquía: hay que fijar unos centros de autoridad que deben mantener una comunicación

constante con el resto de áreas. La responsabilidad debe fluir desde el cargo más alto de la

compañía hasta el último empleado. Hay una especie de pirámide de autoridad, en donde quede

claro la función de cada uno.


o Unidad de mando: al concretar un centro de autoridad y decisión para cada tarea, hay que

establecer la figura de un único jefe. Los subordinados deben seguir las indicaciones de un único

encargado.
o Difusión: la obligación de cada posición que cubre autoridad debe ponerse por escrito a

disposición de los componentes de una organización que guarden relación con el mismo.
o Coordinación: las distintas unidades de una organización deben permanecer en equilibrio. Esto

incluye por ejemplo a áreas como las finanzas, producción, mercadotecnia o recursos humanos.
o Del equilibrio: toda estructura exige que haya una un equilibrio para garantizar la eficacia global

que les permita alcanzar los propósitos fijados por el negocio.


o De flexibilidad: en toda estructura deben añadirse técnicas y procedimientos que permitan
reacionar a tiempo ante las posibles alteraciones o cambios.

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