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Aventura”
Autora: Yanett Mora.
10 Personajes:
1. Pablo: Niño de 8 años.
2. Mamá: Mujer de 30 años.
3. Papá: Hombre de 34 años.
4. Daniel: Niño de 9 años.
5. Benicio: Niño de 9 años.
6. Amigos del equipo de fútbol (5 niños entre 7, 8 y 9 años).
Acto I:
Ambientación: Comedor de la casa de Pablo.
Introducción: Pablo era un niño que vivía muy feliz en su casa con su
papá y su mamá, todos los días iba a la escuela que le quedaba a tres
cuadras de su casa y debido a la cercanía, iba y venía caminando junto con
Daniel, que aparte de ser su mejor amigo de toda la vida, era su vecino y
compañero de clases.
Un día, de regreso de la escuela, su papá lo esperaba en el comedor para
almorzar juntos. Le pareció un poco extraño ya que su papá solía regresar
del trabajo para la hora de la cena.
Papá: ¡Qué bien que llegaste, Pablo! Hijo mío, siéntate a comer.
Pablo: ¿Qué sucede papá?
Su mamá iba llegando con los platos de comida.
Mamá: Mi querido hijo, papá y yo tenemos algo que decirte.
Papá: Pablo, me han ascendido en el trabajo. Ahora voy a tener una
posición más elevada, lo que quiere decir que podremos vivir en la casa con
la piscina que siempre has querido. Pero lamentablemente esa casa no será
en este mismo vecindario. La casa estará en otra ciudad.
Pablo (extrañado): ¿En otra ciudad?
Papá: Sí, hijo. El nuevo trabajo queda en una ciudad a 10 horas de aquí.
Pablo: ¡Pero papá! ¿Y qué será de mi escuela? ¿y mis amigos? no quiero
dejarlos.
Papá: Lo sé hijo. Muchas veces en la vida para optar a cosas mejores,
debemos abandonar nuestra zona de comodidad.
Pablo: ¡No quiero mudarme!
Mamá: Tranquilo hijo mío, tu papá y yo siempre estaremos contigo para
apoyarte en todo momento. Nunca estarás solo.
Pablo se levantó de la mesa y corrió hasta su cuarto.
Acto II:
Ambientación: Cuarto de Pablo.
Introducción: Pablo se había quedado dormido llorando. Su papá entra
cuidadosamente a la habitación.
Papá: Pablo, ¿estás despierto?
Pablo: Si papá, creo que me quedé dormido y no me di cuenta.
Papá: Pablo, sé que una nueva ciudad y un nueva escuela puede
escucharse aterrador. Pero los cambios son etapas inevitables de la vida.
Míralo como una aventura, donde conocerás nuevas personas, harás
nuevos amigos y verás muchísimas cosas nuevas.
Pablo: Haré el intento, papá.
Papá: ¡Ese es mi muchacho! Ahora sigue durmiendo pequeño mío, mañana
será otro día.
Acto III:
Ambientación: Pasillo de la escuela.
Introducción: Pablo camina por el pasillo de la escuela, se encuentra lleno
de niños y niñas.
Benicio: ¡Hola! Disculpa, me encanta tu mochila.
Pablo (sin una gota de interés): Ah, gracias.
Benicio: ¿La compraste por aquí cerca?
Pablo: No. Me la regaló mi papá y me la compró en la ciudad donde
vivíamos antes. No creo que aquí la vendan.
Benicio (con voz de extrañeza): Ohh… Con razón no te me hacías
conocido. ¡Mi nombre es Benicio! ¿Y tú cómo te llamas?.
Suena la campana que indica entrar a clases.
Pablo: Me tengo que ir, ya sonó la campana.
Benicio se queda mirando a Pablo sin entender nada.
Acto VII:
Ambientación: Pasillo de la escuela.
Introducción: Pablo camina hacia su clase entre los mismos rostros
nuevos que vió ayer. Parecía no interesarse.
Benicio (Tocándole la espalda a Pablo): ¡Hola! ¿Me recuerdas? Ayer me
acerqué a preguntarte por tu mochila.
Pablo: Ah, si, la mochila.
Benicio: ¿Te sientes de mejor ánimo hoy?
Pablo: No, me siento igual.
Benicio: Si quieres, durante el descanso, puedes comer con mis amigos y
conmigo.
Pablo: Gracias por la invitación. Pero de verdad no me interesa. Le prometí
a mi mejor amigo que no haría nuevos amigos y no lo cambiaría por nadie.
Benicio: Pero para hacer nuevos amigos no tienes que cambiar a otros.
Pablo: ¡Realmente no me interesa!.
Acto IX:
Ambientación: Patio de la Escuela.
Introducción: Pablo esperaba su turno para demostrar sus habilidades en
el fútbol.
Asistente: ¡El siguiente en la lista es Pablo! ¡Pablo, por favor, pasa al
casting!.
Pablo se dirige al casting emocionado. Al llegar a la mesa del jurado, no
podía creer lo que sus ojos estaban viendo.
Pablo (Con voz de sorpresa): ¡Benicio!
Benicio: Ohh, así que tu nombre es Pablo. Pues bienvenido al casting
Pablo, veamos que tan bueno eres.
Pablo: ¡Con razón te llamó la atención mi mochila en forma de balón de
fútbol!.
Benicio: ¡Es correcto! Si me hubieras dado la oportunidad de conocernos,
lo hubieras sabido, y sabrías que yo soy el capitán del equipo de la escuela.
Pablo se sentía apenado. Pero trató de que no le afectara mucho y jugó
como nunca demostrando sus habilidades.
Benicio: ¡Genial Pablo! La semana que viene publicaremos la lista de los
seleccionados. ¡Mucha suerte!.
Acto XIII:
Ambientación: Pasillo de la escuela.
Introducción: Pablo se acercaba a ver la lista de los seleccionados en el
casting.
Pablo: ¡Oh, será que habré quedado? ¡Oh por Dios! ¡He quedado
seleccionado!.
Benicio: ¡Si Pablo, eres parte del equipo!.
Pablo: ¡Benicio! No te había visto.
Benicio: Quiero que sepas que fue una elección bastante difícil. Aunque lo
hiciste muy bien y tienes grandes destrezas, los muchachos no querían que
entraras al equipo porque piensan que eres odioso. Rechazaste varias
veces nuestra invitación a comer y como equipo, valoramos la amistad y la
unión y por sobre todo, el respeto hacia los demás.
Pablo: Tienes razón, Benicio, mi papá me dice que si no abro mi corazón,
no podré ver las sorpresas bonitas que me tiene deparada la vida y que el
cambio es inevitable.
Benicio: Es exactamente por eso que entraste al equipo. Logré
convencerlos de que en realidad no eres un chico odioso, simplemente
estás batallando con el estrés del cambio de ciudad y de escuela. ¡No debe
ser nada fácil tantos cambios al mismo tiempo!.
Pablo: Así es Benicio, te pido disculpas y al mismo tiempo te agradezco
muchísimo.
Benicio: No tienes nada que disculpar. Acompáñanos hoy a comer,
haremos una comida de bienvenida a todos los nuevos integrantes del
equipo. ¡Y anímate!. Esta es una escuela maravillosa con personas
increíbles.
Pablo: ¿Quieres saber algo gracioso? En mi anterior escuela nunca pude
entrar al equipo de fútbol.
Benicio (Entre risas): ¡Estás viendo Pablo! Lo que no conseguiste en tu
anterior escuela, lo conseguiste aquí.
Pablo: ¡Tienes toda la razón, Benicio!
Pablo y Benicio caminaban hacia la comida de bienvenida de los nuevos
integrantes del equipo de fútbol. Todos felicitaban a Pablo y le daban la
bienvenida. Pablo se sentía felíz. No podía esperar a llegar a casa para
llamar a su mejor amigo Daniel y contarle sobre lo bondadosos que eran
sus nuevos amigos. ¡Seguro podrían ser un gran grupo de amigos a
distancia!
FIN.