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SEMINARIO ARQUIDIOCESANO

“NUESTRA SEÑORA DEL CENÁCULO”


INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN
DOCENTE D-104
PROFESORADO EN CIENCIAS SAGRADAS

La neurosis
histérica

Espacio curricular: Sujetos de la Educación


Profesor: Esp. Lic. Schmidt Aguiar, Analía
Alumno: Blanco, Luis Nahuel
Curso: 2° de Teología
Año: 2022
Fecha de entrega: 10 de mayo.
Introducción
La histeria fue el primer campo nuevo abierto por Freud. En los primeros años del
psicoanálisis resultó la más intensamente estudiada y condujo a un inmenso número de
descubrimientos. Estampó en el psicoanálisis un patrón casi indeleble que determinó que
otros desórdenes, igualmente importantes, tiendan todavía a ser considerados desde el
punto de vista de la teoría de la histeria.
La histeria es una de las categorías clínicas más antiguas; hay referencias a ella en
papiros egipcios del año dos mil A.C. Sin embargo, a lo largo de los milenios el modo de
concebirla fue cambiando profundamente. Es ampliamente conocido que en un inicio fue
entendida como una enfermedad del útero (ύστέρα), de donde proviene su nombre, y
considerada, por lo tanto, propia del sexo femenino. No sólo su nominación sigue vigente,
sino que esta concepción opera todavía de algún modo en la actualidad bajo la forma de
prejuicio en la creencia muy generalizada de que involucra sólo a las mujeres. Recién en
las primeras décadas del siglo XVII, época que asistió a un fuerte desarrollo de las
investigaciones sobre el sistema nervioso, la histeria fue puesta en relación con
perturbaciones de dicho sistema y, de este modo, su naturaleza fue concebida como una
enfermedad del cerebro. Transcurrieron casi tres siglos hasta que Freud, al introducir una
nueva psicopatología aún antes de la invención del psicoanálisis y de la formulación del
inconsciente, la ubicara en relación con el registro anímico y postulara la naturaleza
psíquica de sus síntomas.
A lo largo de esta secuencia de transformaciones, no sólo cambió el modo de
entender la histeria teóricamente sino también su misma categoría clínica, ampliándose
el conjunto de síntomas que la componen. Inicialmente se la identificaba con los ataques
histéricos. Recién con la emergencia de la incipiente psiquiatría se agregó una multitud
de síntomas somáticos, menos pasajeros que las crisis. No obstante, ya antes había sido
asociada con perturbaciones de la mentalidad y concebida como locura histérica. Aquí
también la psiquiatría cumplió una misión civilizadora arrancando los fenómenos de
posesión del campo de la religión para ubicarlos en el de la ciencia: Ya en las últimas
décadas del siglo XVI, los médicos se atrevieron a desafiar a la Inquisición sosteniendo
que las pretendidas brujas y posesas eran en realidad enfermas mentales.
Teniendo en cuento lo expresado anteriormente, en donde se hace un breve
recorrido histórico, en el siguiente trabajo se desarrollará el origen del concepto de la
histeria, cómo esta es comprendida por diferentes especialistas, se describirá el estudio
realizado por Freud sobre dicha enfermedad, como así también la sintomatología que
presenta la histeria, el carácter fundamental del histérico y algunos tratamientos para
curarla.
Desarrollo
Origen del concepto de histeria
El término viene del griego “υστερα” que significa útero. La histeria es un tipo de
neurosis1 , un conflicto psíquico sin causa orgánica que se caracteriza por una elaboración
alterada de contenidos que han sucumbido a la represión y se expresan simbólicamente
en la somatización2 (convulsiones, parálisis y sofocaciones) del cuerpo.
“En la historia de las enfermedades mentales la histeria es uno de los diagnósticos
más antiguos, su concepción imprimió un sello en casi todas las concepciones modernas
de dicha enfermedad.
Por ejemplo, dentro de los registros de la civilización egipcia se encuentran
algunos papiros que se ocupan de los problemas de medicina de esa época, entre ellos se
describen una serie de signos inespecíficos que aluden a lo siguiente: sensación de nudo
en la garganta, problemas en la vista, dolores musculares, opresión sobre los ojos,
personas que permanecen todo el día en la cama sin poder levantarse, etc. Y a pesar de
presentarse un cuadro tan extraño, tan indiferenciado, los médicos de esa época ya veían
en ellos una unidad posible”3 .
Antiguamente, era una enfermedad atribuida al mal funcionamiento del útero, por
lo que se creía que solo se daba en las mujeres, causándoles caos y crisis nerviosas.
Posteriormente, en la edad media, se le atribuyó un carácter demoniaco. Gracias a los
estudios de Charcot 4 y más delante de Freud 5 , quien la estudia más detalladamente, es
que la histeria cobra un sentido dentro de la dimensión médica en el siglo XIX.

La histeria en la psicología
Para la psicología, la histeria es un nombre histórico con la que se clasifican “los
trastornos somatomorfos no especificados” y que paralelamente constituye una serie de
rasgos que pueden clasificarse como un “trastorno de personalidad”, marcado por la
teatralidad y la sugestionabilidad con el fin de llamar la atención.
Para muchos autores, el carácter principal de la predisposición histérica lo
constituye la susceptibilidad infantil, es decir, el hecho de nunca considerarse satisfecho,
a pesar de tener demostraciones suficientes de amor y tener cubiertas las necesidades
básicas, por lo que, en la adultez, el histérico es alguien impulsado y habitado por un
deseo insatisfecho.

1 William Cullen (1777): "Enfermedad sin fiebre ni lesión local verificada".


La neurosis se concibe como una enfermedad de la sensibilidad y de la motricidad en la que no se verifica
fiebre, su afección primitiva no depende de las alteraciones locales y es atribuida a las alteraciones del
sistema nervioso.
2 Es la conversión de los trastornos psíquicos en síntomas orgánicos y funcionales.
3 Apuntes sobre la histeria. Revista de psicología, volumen IX. Universidad de Chile.
4 Jean-Martin Charcot, fue un neurólogo francés que trabajó intensamente en las enfermedades del

sistema nervioso. Estudió la histeria por los métodos ordinarios de observación médica y llegaba a
minuciosas descripciones sintomáticas, de las que no debe creerse que se hallen totalmente caducas.
Considerado el iniciador de la neurología moderna. Freud fue alumno de su cátedra, entre otros de gran
renombre.
5 Sigmund Freud (1856-1939), fue un médico neurólogo austríaco de origen judío; es el padre del

psicoanálisis. Estudió con Charcot la aplicación de la hipnosis en el tratamiento de la histeria.


Por otra parte, la identificación es un mecanismo importante para constitución de
síntomas histéricos, porque representa la forma más primitiva de enlace afectivo, por lo
cual el sujeto adopta como suyos atributos o síntomas de otra persona (amada u odiada).

Concepciones de la histeria en ciertos autores


Freud: la define como una neurosis que tiene su origen en un incidente sexual,
cuyo recuerdo no ha podido ser elaborado asociativamente, transformándose en patógeno
y provocando un síntoma. Este incidente sexual se convierte en un recuerdo reprimido de
una tentativa de seducción (fantasía de seducción), pero solo se vuelve traumático
retroactivamente cuando acontece un segundo incidente que convoca al primero. En este
momento es cuando el síntoma hace su aparición.
Henri Ey6 : define la histeria como una neurosis caracterizada por la
hiperexpresividad somática de afectos inconscientes. Sus síntomas constituyen las
manifestaciones psicomotrices, sensoriales o vegetativas de esta “conversión somática”.
Por ello, desde Freud se llama a esta neurosis histeria de conversión.
Lacan7 : para él el síntoma conversivo en la histeria se lee como la división del
sujeto que aparece en el cuerpo, el cuerpo como significante que se dirige al Otro con su
síntoma.
Karl Jaspers8 : la histeria es una “tendencia a aparentar más que a ser” 9 .

Diferencia entre Freud y Lacan


En Freud se distinguen dos maneras de abordar la histeria: el registro
psicopatológico se centra casi exclusivamente alrededor del mecanismo de formación del
síntoma, y la histeria resulta caracterizada por el mecanismo de conversión. En segundo
lugar, se agrega un matiz etiológico diferencial en la experiencia traumática infantil. El
registro clínico presenta una mayor variedad, describe la intervención de identificaciones,
especialmente la que Freud delimita como identificación histérica, y destaca el rechazo
de la sexualidad. Lacan retoma estas referencias freudianas, pero su perspectiva difiere
sensiblemente respecto del padre del psicoanálisis. El mecanismo de conversión, eje de
la conceptualización freudiana, queda excluido de su teoría y sólo tiene lugar como
fenómenos de fragmentación corporal. Además de la identificación histérica, propone una
identificación específica, denominada identificación viril. Pero la mayor diferencia radica
en que para Freud, la histeria es siempre un concepto psicopatológico, mientras que Lacan

6 Henri Ey (1900-1977), fue un psiquiatra y psicoanalista francés, conocido por haber procurado acercar
la psiquiatría con el psicoanálisis.
7 Jacques Lacan (1901-1981), psiquiatra y psicoanalista francés conocido por los aportes teóricos que hizo

al psicoanálisis sobre la base de la experiencia analítica y la lectura de Freud


8 K. Jaspers (1883-1969), filósofo y psiquiatra alemán que tuvo una fuerte influencia en la psiquiatría,

como en otras ciencias. Creador y propulsor del “método biográfico”, que consiste en examinar y registrar
los datos biográficos del paciente y la forma en que este se percataba y sentía sus propios síntomas. Este
método se sigue utilizando actualmente tanto en psicología como en psiquiatría.
9 Para la psicología y la psiquiatría, dicha afección, no es una estructura, sino una serie de “rasgos o

conductas histriónicas” (la persona busca llamar la atención mediante la seducción o el victimismo), por
lo que hay un límite difuso y ambiguo entre la simulación y la patología; solo se distingue de la simulación
en la medida en que el enfermo no sabe el significado y la intencionalidad detrás de los síntomas.
produce una extensión presentándola como una forma de subjetividad y, más tarde, como
una forma de discurso, es decir, una modalidad de lazo social10 .

La histeria vista a través de Hugo Marietan11


La histeria, desde lo clínico, puede aparentar síndromes clínicos orgánicos por su
capacidad de imitación, pero estas apariencias nunca son completas y luego de varios
tratamientos y derivaciones fallidas, o bien con una semiología fina, se puede llegar al
diagnóstico de histeria. Esto marca la dificultad inicial de hacer un diagnóstico adecuado,
ya que no hay pautas o criterios sólidos de signos y síntomas que permitan realizar un
diagnóstico inicial. Esto se debe más a la versatilidad de lo histérico que a la incapacidad
nosográfica. Pero, una vez que el estímulo sintomático genera la idea de estar ante una
histeria, allí las conductas terapéuticas se hacen más claras.
Marietan, a su vez, establece la relación entre psicopatía e histeria:
“En el terreno de las psicopatías es posible plantear diferentes “tipos” que presentan
rasgos histéricos. La clínica clásica los diferenció en fantasiosos puros, seudólogos
fantásticos y farsantes. El fantasioso puro es aquel que tiene exacerbada su fantasía, pero
no la traduce en actos, se mantiene en ese terreno o sólo la verbaliza, “vive en un mundo
de sueños”, puede estar ausente, distraído. El seudólogo pone su imaginación al servicio
de sus objetivos, miente sistemáticamente y con una finalidad, siente placer por fabular
y aparentar más de lo que es, obtiene beneficios materiales, pero como un efecto colateral
a su necesidad de estima. Esto lo diferencia netamente del farsante, donde el beneficio
material es lo importante; por lo general es amable y seductor, y también un actor nato;
el farsante utiliza la mentira y la fabulación para manipular hacia objetivos materiales,
es estafador. conductas terapéuticas se hacen más claras”12 .

Los síntomas conversivos a partir del desarrollo de Freud


Freud comienza a teorizar sobre el psicoanálisis a partir de la histeria y sus
síntomas, en ello da cuenta de los factores involucrados en esta formación sintomática
partiendo de los estudios de casos.
En 1896, Freud señala el descubrimiento de Breuer con relación a los síntomas
histéricos y su génesis: ciertos sucesos de efectos traumáticos vividos por el enfermo son
el desarrollo de algunos síntomas propios de la histeria, estos son reproducidos como
símbolos mnémicos en la vida anímica del mismo. Allí Freud plantea una relación directa
entre las escenas traumáticas como influencias que generan los síntomas histéricos en sus
diversas formas.
Para la formación de un síntoma conversivo no basta solamente un recuerdo o
situación traumática en la infancia, sino que es necesaria la presencia de una segunda
escena que resignifique la primera.

10 XV jornadas de investigación y Cuarto encuentro de Investigadores en Psicología del Mercosur. 2008.


Facultad de psicología Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.
11 Es psiquiatra especializado en psicopatía y escritor. Se desempeña como docente en la Universidad de

Buenos Aires
12 10º Congreso Internacional de Psiquiatría, 2003. Mesa Redonda: Psicopatías: El psicópata histérico.
El síntoma conversivo, es un producto sustitutivo que se forma a partir de un
elemento reprimido, la represión genera que exista una inervación en el cuerpo a través
de la cual el deseo puede aparecer en la conciencia –en el yo- como irreconocible y
disfrazado, haciéndolo soportable para el sujeto.
La concepción expuesta en 1925 por Freud en “Inhibición, Síntoma y Angustia”
muestra la relación que existe entre angustia y síntoma cuando dice: “la angustia crea la
represión”. La represión de los significantes en el inconsciente deja al sujeto librado de
esta ausencia, pero el retorno de lo reprimido se da en el síntoma, y coincide con el
estancamiento de la angustia.
Entonces, el síntoma, en la histeria, constituye la expresión de un conflicto
inconsciente. Para Freud, el síntoma adquiere un sentido radicalmente nuevo a partir de
que puede tomar el síntoma de conversión histérico como una adecuación del deseo
inconsciente, expresión de lo reprimido.
La conversión, puede considerarse como un desplazamiento de carga de
excitación desplegada de la representación hacia el cuerpo para la formación de símbolos
somáticos que no son susceptibles de fingir, los síntomas de la histeria son síntomas de
representación.
Freud planteaba que el síntoma se constituye como la expresión simbólica de ese
carácter irreductible del deseo, en particular del deseo histérico. El síntoma conversivo se
entiende desde Freud como palabra atrapada en el cuerpo, que por una imposibilidad de
ser asociada es inervada en el cuerpo.
La zona donde se aloja el síntoma es la zona erógena, lugar donde se desprende la
excitación sexual, excitación que es dada por la libido en ese lugar, manifestándose así la
carga de afecto correspondiente a la pulsión, donde el síntoma responde al recuerdo
patógeno que se descarga sobre el cuerpo.

Sintomatología presentada en la histeria


Entre los síntomas más comunes se tienen los siguientes:
Parálisis funcionales Parálisis de movimiento o movimientos (la afonía, por
ejemplo)
Parálisis localizadas Parálisis de un miembro (brazo, mano, pierna)
Contracturas y espasmos Constituyen parálisis activas (contracturas del cuello o
del tronco)
Anestesias Realizan una especie de esquema funcional imaginario
que excluyen percepciones táctiles, dolorosas, térmicas,
etc.
Trastornos sensoriales Alteraciones de una única función sensorial o de una
parte de esta función (ceguera, sordera)
Espasmos Imposibilidad de tragar, nauseas
Algias Sospechada por el aire dramático que le confiere a la
expresión del síntoma
Trastorno tróficos y Reducciones del hambre (anorexia), de la sed, de las
generales excreciones (oliguria, constipación)
La revolución freudiana que perdura hasta hoy en día consiste en que los síntomas
histéricos no pueden ser considerados sólo como un conjunto de síntomas particulares,
sino que en ellos se reconoce una estructura que se articula de acuerdo a una lógica bien
delimitada.

Causas y etapas de la crisis histérica


“La causa de la histeria es multifactorial. No necesariamente debe surgir de una
“vivencia traumática” o de una única fantasía reprimida que se encuentra enlazada
linealmente con los síntomas; sino que puede estar determinada por una cooperación de
varias experiencias junto con otros recuerdos anteriores. Por ende, la histeria se apoya en
una constelación de elementos interconectados que le dan su consistencia a partir de un
punto nodal, es decir, un punto de entrecruzamiento de dos o más representaciones, que
son recuerdos o sucesos”13
Las etapas que se pueden distinguir en una crisis histérica son las siguientes:
A- Fase epileptoide: semeja un ataque epiléptico.
B) Fase de contorsión: el cuerpo sufre arqueos y movimientos, flexiones que van
acompañadas por contracturas, crisis emotivas y pérdida parcial de la conciencia.
C) Fase de trance o de actitudes pasionales: es una fase alucinatoria en la que
predomina el onirico y ciertos fenómenos alucinatorios.
D) Fase de delirio terminal: muchas veces este ataque termina en una pequeña
formulación delirante, breve que siempre está relacionada con algún aspecto de la vida
del paciente.
Charcot realiza una diferencia entre la histeria, la epilepsia y las características de
sus ataques. Pone también de relieve ciertos fenómenos referidos a aspectos singulares de
estos enfermos hacia ciertas partes del cuerpo llamadas "zonas histerógenas". Estas tienen
una sensibilidad particular y cualquier estimulación o contacto con la misma puede
desencadenar el ataque. Tienen la propiedad de constituir el asiento de una sensibilidad
permanente. Breuer y Freud incorporan este concepto y muestran que al tocar estas zonas
se despierta, en realidad, un recuerdo que puede provocar un ataque de convulsión; estas
zonas son denominadas “inscripciones".
Breuer considera que los síntomas histéricos aparecen como residuos, restos o
precipitados de sucesos que están saturados de afecto: la histeria sufre de reminiscencia.
En los ataques los histéricos viven de nuevo por alucinación aquel proceso que provocó
el primer ataque que padecieron.

Estructura fundamental del “carácter” histérico


Las manifestaciones histéricas emergen a la superficie del cuerpo y se hacen
patente en conductas del histérico. He aquí algunas de estas manifestaciones:
Sugestibilidad El histérico se presenta como un individuo “plástico’’,

13 ACADEMIA DE PSICOANALISIS [en línea], https://academiadepsicoanalisis.com/blog [Consulta: 25 de


abril de 2022]
influenciable e inconsistente, ya que su persona no
consigue una identidad firmemente establecida.
Mitomanía El histérico, por sus comedias y mentiras y fabulaciones,
no cesa de falsificar sus relaciones con los demás. Se
ofrece como espectáculo, ya que su existencia es para sí
una serie discontinua de escenas y aventuras imaginarias.
Alteraciones sexuales Es lo que da nombre a esta neurosis. Su sexualidad está
profundamente alterada. Las expresiones emocionales y
pasionales tienen algo de teatral. Aparecen el
donjuanismo y el mesalinismo que ocultan impotencia,
frigidez o perversiones.
Inconsistencia de la Es un Yo que no ha conseguido organizarse. En el
persona histérico la máscara oculta completamente a la persona
Represión amnésica Las degeneraciones, desconocimientos, en el curso de la
de acontecimientos vida, hacer desaparecer recuerdos reales, reflejan este
reales intento del histérico de sustituir la realidad por el placer
y la fantasía.
Falsificación de su El histérico no cesa de obtener beneficios secundarios de
existencia su neurosis por una especie de erotización, la cual es una
técnica de satisfacción libidinal. El histérico no puede ver
las cosas como son.

Tratamiento de curación de la histeria


Al ser un tipo de neurosis, la histeria es tratada con eficacia a través del método
psicoanalítico14 . Gracias a la regla fundamental: diga todo lo que se le venga a la mente,
así le parezca absurdo, inoportuno o que no tenga ningún sentido, y a través del manejo
de la transferencia15 , el analista podrá organizar el material de las sesiones para hallar al
sujeto de lo ICC 16 (Inconsciente), determinando las coordenadas dinámicas de cómo se
sostienen los síntomas para hacerlos conscientes al histérico.
Para ello, uno de los primeros acercamientos es el abordaje psíquico sobre las
resistencias, ya que en los síntomas se encuentran beneficios primarios (descarga directa
o sustitutiva de la verdad que el sujeto no quiere saber) y beneficios secundarios (posición
o lugar desde donde el sujeto vive sus síntomas, ya sea siendo una “víctima” o desde la
lástima para tener el cuidado y cariño de los demás), que pueden dificultar la dirección
del tratamiento curativo.
De acuerdo con Freud (1917): “en la histeria debemos comenzar por la
interpretación de los síntomas y relegar después las tendencias sexuales perversas a lo
inconsciente, en lugar de atribuirlas a la consciencia del individuo 17 ”.

14 Según Freud: se trata de una técnica que consiste en que el paciente exprese, durante las sesiones de
terapia, todas sus ideas, emociones, pensamientos e imágenes tal y como se le presentan, sin restricciones
ni ordenamientos.
15 Concepto propuesto por Freud para designar el dispositivo que se organiza en la situación analítica y

que permite la asociación libre y el análisis propiamente dicho, señalando que no se provoca, sino que
tiene lugar, y que es lo que permite la interpretación.
16 “Instancia de nuestra psique (concepto que engloba todos los procesos mentales conscientes e

inconscientes que lleva a cabo una persona) que está detrás de lo que hacemos, decimos o deseamos”.
17 Apuntes sobre la histeria. Revista de psicología, volumen IX. Universidad de Chile.
Por lo tanto, uno de los objetivos del tratamiento de la histeria es poner fin al
conflicto entre la libido y el Yo, para que el sistema consciente tenga un predominio sobre
lo ICC. Se trata de develarle al sujeto un secreto que él mismo ignora (ya que ha sido
reprimido) a través de la interpretación 18 , para “hacer consciente lo inconsciente”,
agujereando los sentidos del discurso y suprimiendo las represiones, con el fin de anular
las condiciones que predisponen a la formación de los síntomas.

18Supone evidenciar y hacer llegar al paciente aspectos de sus propios contenidos incon scientes y de las
consecuencias que ellos tienen.
Conclusión
No resulta fácil hacer un cierre a la problemática psicológica de la neurosis
histérica. Este trabajo puede ayudar primeramente a hacer foco sobre las sintomatologías
y el carácter propio de un histérico. Particularmente me lleva a tener una actitud de
observante del entorno. Un estar atento a las acciones, gestos, actitudes, que vamos
percibiendo en los demás, no para realizar un análisis de los mismos ya que no contamos
con la formación ni con los recursos necesarios para hacerlo, sino para poder informar a
las personas pertinentes sobre la situación que se está presentando; esto en el caso de
nosotros que estamos en un camino formativo, en el caso de los sacerdotes poder derivar
a los especialistas a estos sujetos que quizás se les acercan pidiendo ayuda.
Estos datos descriptos en el trabajo nos ayudan a tener una mirada panorámica
sobre este tipo de neurosis, pero sigue siendo acotado ante la realidad propia de una
persona que padece este tipo de neurosis; por eso, si algún día se nos presenta una
situación puntual en donde podamos ver ciertas actitudes que nos generan “ruido”,
debemos tener la capacidad de buscar ayuda para que nos oriente sobre el tema o, como
dije en el párrafo anterior, directamente realizar la derivación pertinente.
Como pastores o futuros pastores, docentes, profesionales considero que es
pertinente abrirnos a la investigación o actualización de estas enfermedades que azoran
la realidad cotidiana, esto nos permitirá tener un acercamiento más a cada una de ellas y
tener un asesoramiento de cómo actuar ante tal situación.
Bibliografía
Libros
BAUMGART, A y colaboradores, Lecciones introductorias de Psicopatología, Ciudad
de Buenos Aires, Editorial universitaria de Buenos Aires, 2000.
EY, E, Tratado de Psiquiatría, Barcelona, Masson. S.A, 1996
LAPLANCHE, J; PONTALIS, J.B, Diccionario de Psicoanálisis, Buenos Aires, Paidós,
2004

Páginas web
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https://academiadepsicoanalisis.com/blog/que-es-la-histeria-sintomas-causas-y-
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