EL NACIONALISMO 165
Este sencillo cuadro puede servirnos para extraer cuatro tipologias que, al mis-
mo tiempo, admiten una pluralidad de variantes. Cuando el Estado 0 naci6n juri-
dica se corresponde con la naci6n cultural y la nacién politica (1), nos encontra-
mos ante un Estado-nacién cohesionado donde los ciudadanos se sienten plenamente
miembros de la colectividad, hecho favorecido por la coincidencia entre comuni-
dad de cultura y nacién juridica. Noruega 0 Dinamarca serian ejemplos de este
modelo.
Cuando la naci6n juridica coincide con la comunidad de cultura, pero el ambi-
to territorial de esta Ultima es mayor que el del Estado (2), pueden producirse fe-
némenos de pannacionalismo, de tal manera que la naci6n juridica y la nacién po-
litica no coincidan o mantengan una correspondencia inestable. El pangermanismo,
el panarabismo 0 el panislamismo serian ejemplos de ello, asi como la division de
una naci6n en dos Estados por razones de geopolitica internacional, como ha sido
el caso de Alemania, Vietnam o Corea.
La tercera tipologia (3) es la mas compleja y la que se manifiesta en un mayor
ntimero de casos. Se observa cuando la naci6n juridica abarca un territorio donde
se produce una situacién de multiculturalismo y, sin embargo, existe también un ni-
vel de correspondencia suficiente entre la naci6n politica y la nacién juridica. La
identidad politica o conciencia moral se ve facilitada y a la vez facilita una deter-
minada comunidad de cultura. El uso de los términos «suficiente» y «determinada»
equivale a decir que el Estado-nacién no es un artificio impuesto —como quieren
subrayar los que utilizan expresiones como «Estado espafiol» o «Estado britani-
co»—, pero que no siempre la identidad politica primaria de todos los ciudadanos
se corresponde necesariamente con el Estado-naci6n. Es dificil encontrar ejemplos
puros, puesto que la mayoria de Estados plurinacionales, es decir, con diversas cul-
turas y etnias, tienen niveles de cohesién y de conflictos nacionales distintos. Sui-
za seria, quiz4s, uno de los Estados que se aproxima mas a este modelo; Espaiia,
Canada, Gran Bretafia, Bélgica, Italia, Francia o Estados Unidos, con diversos con-
flictos regionales, étnicos 0 nacionales de mayor 0 menor importancia, tienen una
gran fuerza homogeneizadora y un marco democratico que por el momento atem-
pera y canaliza tales conflictos, de acuerdo, l6gicamente, con la composicion de
fuerzas existente en cada caso.
Finalmente, existen aquellos Estados plurinacionales en los que la naci6n juri-
dica no coincide con la naci6n cultural ni con la nacién politica (4). En muchos Es-
tados del Tercer Mundo con estructuras politicas no democ ‘as tal situacién se
resuelve en sangrientos conflictos interétnicos, la informacién sobre los cuales sélo
llega a la opinién publica occidental en casos extremos, como los que se han pro-
ducido en Ruanda o Sudan. La coaccién, la persecucién y la expulsién de las po-
blaciones que forman parte de una etnia distinta a la dominante son un resultado del
proceso de homogeneizacién estatal-nacional.
En general, puede afirmarse que estos conflictos se resuelven a favor del Esta-
do y de quienes ocupan el poder estatal si no se produce la injerencia interesada de
otros Estados para apoyar a los movimientos nacionalistas, como ha sucedido con
la larga resistencia palestina gracias al apoyo de Siria, Jordania, Irak y otros paises
4rabes o con la instrumentalizacién de la «cuestién kurda» por parte occidental en
la guerra del Golfo Pérsico. Cuando el «conflicto nacional» rebasa las fronteras in-
teriores de un Estado e implica a otros, el movimiento nacionalista en lucha contra