Está en la página 1de 6

CARACTERISTICAS DEL LIDER SECTARIO

Lo primero que hay que tener en cuenta es que no existe un


perfil concreto que defina a los líderes de grupos manipulativos. Estos
no nacen siéndolo, y tampoco hay factores que aseguren que una
persona acabará ejerciendo su autoridad sobre un grupo de adeptos.
Cada secta es única y cada líder también. Sin embargo, encontramos
ciertas características comunes entre unos líderes y otros que conviene
conocer de cara a entender mejor su comportamiento abusivo.

La mejor forma de comenzar a profundizar en la personalidad de un


líder sectario es observando las características del grupo. ¿Cuál es su
ideología?, ¿qué aspecto tienen los miembros?, ¿cuáles son sus
comportamientos?, ¿cómo suelen comunicarse?, etc. El grupo es el “gran
logro” del líder, su creación, el producto de años de formación, el reflejo
de sus delirios de grandeza. Por lo tanto, este tiende a reflejar las
características de su creador, sus motivaciones, aunque las verdaderas
intenciones del líder nunca son evidentes:  obtener poder, sexo,
beneficios económicos, lujos, propiedades, etc. Por ejemplo, en la
secta La Orientación, las adeptas mostraban un aspecto muy similar al de
su líder, Teresa Zonjic: llevaban en pelo muy largo recogido con una
colega, mostraban un rostro hinchado y aumentaron de peso
considerablemente.

 
Pero no nos quedemos en la superficie. En 2006, Cuevas y Canto
analizaron la personalidad de más de 20 líderes de sectas destructivas,
llegando a la conclusión de que las siguientes características se
encuentran en la mayoría de ellos:

Personalidad carismática

Generalmente se muestran muy seguros de sí mismos, amables,


seductores y cercanos. Poseen una gran capacidad oratoria, saben qué
decir, cómo y en qué momento, por lo que suelen caer bien y transmitir
confianza a los demás. Esto hace que los adeptos se sientan cómodos a
la hora de revelar información sobre sí mismos. Los líderes sectarios
tienen ese “algo” que engancha.  Un ejemplo clásico es el de Jim Jones,
líder de El Templo del Pueblo, descrito por sus discípulos como una
persona altamente influyente, sociable, familiar y con mucha labia. El
mismo planificaría un homicidio colectivo que acabaría con la vida de
más de 900 personas.

Poder de persuasión

Los líderes sectarios poseen una gran capacidad manipulativa.


Emplean técnicas de persuasión coercitiva sobre sus miembros para
satisfacer intereses y necesidades propias (Cuevas y Perlado, 2011).
Utilizan esta habilidad para mantener su negocio a través del dominio
mental y emocional de sus seguidores, lo que favorece el control sobre
sus actos y vidas privadas. Son capaces de elevar a la persona a lo más
alto, haciéndola sentir especial y única, o de hundirla moralmente con el
fin de destrozar su autoestima. Se comportan de un modo u otro según
les convenga, lo que mantiene a la víctima en una situación constante de
confusión y enganche. A través de un proceso de persuasión lento, sutil
y gradual, los líderes consiguen que las víctimas obedezcan sin
cuestionar ninguna de sus órdenes, las cuales se consideran positivas y
necesarias para el avance del grupo. “La voluntad del gurú es la Ley”, así lo
afirmaba un seguidor de Shoko Asahara, líder de La Verdad Suprema.

Delirios de grandeza

 Las autoridades sectarias suelen estar convencidas de que son


personas extraordinarias que poseen dones y habilidades únicas que no
están siendo reconocidas (o no lo suficiente) Consideran que están
aportando algo grande al mundo, que han hecho algún descubrimiento
importante y, en base a esa creencia, sienten que merecen ser
ensalzados. Su grado de convicción es tal que son incapaces de barajar
la posibilidad de que no estén en lo cierto. Por ello, es habitual que los
líderes falsifiquen su biografía y hagan alarde de una gran sabiduría y
experiencia a fines de mantener esa imagen de grandiosidad. A menudo
inventan y exageran en las descripciones que dan de sí mismos, llegando
incluso a creerse sus propias mentiras. Este tipo de delirio forma parte
del trastorno delirante, de tipo psicótico, uno de los que más se ha
relacionado con la personalidad de los líderes sectarios. Esto se puede
observar en corrientes pseudoterapéuticas, donde los precursores se
presentan como grandes descubridores de métodos de sanación
alternativos, milagrosos y/o revolucionarios, que ponen en peligro a las
personas enfermas (Perlado, 2007). La Nueva Medicina Germánica, por
ejemplo, asegura que la cura del cáncer tiene que ver con la resolución
de conflictos emocionales y traumas en la persona que lo sufre,
animándose al enfermo a abandonar tratamientos médicos
convencionales realmente eficaces.

Narcisismo

Enviados de Dios, divinidades, grandes sabios portadores de “la verdad”,


héroes con capacidades y dones únicos, eminencias capaces de curar lo
incurable, conocedores del verdadero sentido de la vida, etc. En
definitiva, “los elegidos”. El trastorno de personalidad narcisista suele
darse también con bastante frecuencia en los jerarcas sectarios. Este
caracteriza por la exaltación constante de méritos personales,
hipersensibilidad a las críticas, falta de empatía respecto a las
necesidades de otros, personalidad egoísta, envidia por el éxito ajeno e
incapacidad para reconocer los propios fracasos, culpando de ello a los
demás. A veces, el líder sectario puede hacer creer a sus adeptos que
posee poderes sobrenaturales que le permiten ver más allá y ayudar o
castigar a quienes le apoyan o se revelan. De este modo, además de
atemorizar a sus seguidores, el líder logra justificar su supuesta
naturaleza divina. Por ejemplo, David Berg (líder de Niños de Dios),
aseguró que el accidente aéreo de Tenerife en los años 70 se debía a
que Dios estaba enfadado porque un juez le había procesado (Cuevas y
Salguero, 2015).

Personalidad antisocial /Psicopatía

 Los líderes de sectas destructivas suelen poseer características


psicopáticas en mayor o menor medida: encanto superficial, falta de
empatía y remordimientos, gran capacidad de manipulación, tendencia a
la promiscuidad, dificultad a la hora de demostrar amor y recibir afecto,
crueldad e insensibilidad, etc. (Hare, 2003). No les importa arruinar la
vida de sus seguidores o causar daño si con ello consiguen algún tipo de
beneficio o defender sus ideales. Un ejemplo claro sería el de Adolf
Hitler, probablemente uno de los líderes más perversos de la historia.

Bibliografía
Cuevas, J. M. y Canto, J. M. (2006). Sectas: cómo funcionan, cómo son sus
líderes, efectos destructivos y cómo combatirlas. Málaga: Ediciones Aljibe.

Cuevas, J.M. y Perlado, M. (2011). Abuso psicológico grupal y sectas


destructivas. Barcelona: ediciones AIIAP

Cuevas, J.M. y Salguero, A. (2015). La Familia o los ―Niños de


Dios‖. Traspasos. Revista de investigación sobre abuso psicológico, 5, 3-15.
Barcelona: AIIAP.
Hare, R.D. (2003). Sin conciencia. El inquietante mundo de los psicópatas
que nos rodean.  Paidós Ibérica

Perlado, M. (2007). Estudios clínicos sobre sectas. BarcelonCaracterísticas


del líder sectario

Por Ana Castaño - diciembre 9, 2019 5019 0

También podría gustarte