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SALA CONSTITUCIONAL

Magistrado Ponente: Iván Rincón Urdaneta

Mediante escrito presentado en esta Sala el 16 de noviembre de 2000, los abogados


Nelson Enrique Pérez Pulido, Aquiles F. Cortina Bellini, Luis Ramón Obregón Martínez,
Salvatore Calderone Lara y Lisbeth Cristina Montilla Ortega, inscritos en el Instituto de
Previsión Social del Abogado bajo los números 66.407, 44.575, 69.014, 63.034 y 81.231,
respectivamente, actuando en su carácter de apoderados judiciales de SEGUROS
PROGRESO S.A., (en proceso de liquidación) y la abogada Rita Hernández Tineo,
actuando en su carácter de sustituta del PROCURADOR GENERAL DE LA
REPUBLICA, ejercieron acción de amparo constitucional contra la decisión dictada por el
Juzgado Superior Segundo Laboral de la Circunscripción Judicial del Area Metropolitana
de Caracas el 19 de mayo de 2000, por la cual, se declaró con lugar la apelación ejercida
por los apoderados judiciales del ciudadano Danilo García Escalona contra un auto
repositorio dictado en una demanda laboral incoa da contra la referida empresa.

En esa misma oportunidad, se dio cuenta en Sala y se designó Ponente al


Magistrado Iván Rincón Urdaneta, quien con tal carácter suscribe el presente fallo.

El 28 de noviembre de 2000, 21 de febrero y 4 de junio de 2001, los apoderados


judiciales de Seguros Progreso S.A., reiteraron su pedimento de pronunciamiento sobre la
medida cautelar, consistente en la suspensión de la ejecución del fallo impugnado.

ANTECEDENTES Y FUNDAMENTOS DE LA ACCIÓN DE AMPARO

Alegaron los representantes de Seguros Progreso S.A. y de la Procuraduría General


de la República S.A., que la decisión del Juzgado Superior Segundo Laboral de la
Circunscripción Judicial del Area Metropolitana de Caracas, vulneró su derecho a la tutela
judicial efectiva, a la defensa y al debido proceso, a la igualdad y no discriminación,
consagrados en los artículos 21, 22, 26 y 49 de la Constitución de 1999.

Para fundamentar su pretensión narran los mencionados representantes, los


siguientes hechos relevantes:

El 26 de mayo de 1999, el Juzgado Noveno de Primera Instancia del Trabajo de la


Circunscripción Judicial del Area Metropolitana de Caracas declaró con lugar la demanda
por pago de diferencia de prestaciones sociales ejercida por el ciudadano Danilo García
Escalona, contra Seguros Progreso S.A.

Dicha sentencia fue declarada firme, a pesar de que no fue ordenada la notificación
del Procurador General de la República, dada la participación accionaria mayoritaria del
Estado en la demandada Seguros Progreso S.A.

La Procuraduría General de la República había sido notificada del ejercicio de la


demanda, pero no del contenido de la sentencia definitiva, motivo por el cual, ni ésta, ni
Seguros Progreso S.A., -por no estar notificada aquélla- pudieron ejercer el recurso de
apelación.

Tal circunstancia fue reiteradamente denunciada en el expediente y originó el


ejercicio de sendas acciones de amparo constitucional por parte de los representantes de
Seguros Progreso S.A.

El 4 de julio de 1999, el tribunal de la causa notificó al Proc urador General de la


República que el juicio se encontraba en etapa de ejecución, según lo establecido en el
artículo 46 de la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República, siendo que no se
había dado previo cumplimiento a la notificación exigida en el artículo 38 eiusdem.

El 22 de diciembre de 1999, la Procuraduría General de la República solicitó la


reposición de la causa, al estado de que el Procurador fuese notificado de la sentencia
definitiva.

Por decisión del 11 de enero de 2000, el Juzgado Octavo de Primera Instancia del
Trabajo de la Circunscripción Judicial del Area Metropolitana de Caracas (por inhibición
del Juzgado Noveno), decretó la reposición de la causa al estado de notificar al Procurador
General de la República, y en consecuencia se declaró la nulidad de todo lo actuado.
En virtud de la reposición decretada los representantes de Seguros Progreso S.A.,
desistieron de las acciones de amparo constitucionales antes mencionadas, por carecer de
objeto las mismas.

Contra la decisión de reposición fue ejercido recurso de apelación por parte de la


representación judicial del ciudadano Danilo García Escalona, correspondiendo su
conocimiento al Juzgado Superior Segundo Laboral de la Circunscripción Judicial del Area
Metropolitana de Caracas, el cual, por sentencia del 19 de mayo de 2000, declaró con lugar
la apelación y anuló la decisión apelada, esto es, la sentencia que ordenaba la reposición de
la causa.

El fundamento que utilizó el Juzgado Superior Segundo Laboral de la


Circunscripción Judicial del Area Metropolitana de Caracas para declarar la nulidad de la
decisión impugnada, fue:

“a) Que la Procuraduría General de la República no se hizo


parte en el juicio, ni tampoco había actuado en el procedimiento
ante (esa) Alzada; y
b) Que la demandada SEGUROS PROGRESO S.A., (en
proceso de liquidación) había `consentido´ la firmeza del fallo al
no haber apelado de la sentencia de Primera Instancia y al haber
´compulsado` la celeridad de la experticia complementaria del
fallo”.
Contra esa decisión fue anunciado recurso de casación, siendo negado por el
referido Juzgado. Luego fue ejercido recurso de hecho ante la Sala de Casación Social de
este Tribunal Supremo de Justicia, siendo nuevamente negado.

Que la sentencia definitiva dictada el 26 de mayo de 1999, por el Juzgado Noveno


de Primera Instancia del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Area Metropolitana de
Caracas “fue deliberadamente ocultada a la representación judicial de la empresa
SEGUROS PROGRESO S.A., (en proceso de liquidación); tal circunstancia fue
denunciada no solamente en el propio expediente y ante la Inspectoría General de
Tribunales....”.

Sostienen que la falta de notificación del Procurador General de la República en un


juicio donde el Estado tiene participación decisiva en la composición accionaria de una
empresa en proceso de liquidación, violó el derecho a la tutela judicial efectiva, a la defensa
y al debido proceso, a la igualdad y no discriminación, consagrados en los artículos 21, 22,
26 y 49 de la Constitución de 1999, ya que no pudieren ejercer el recurso de apelación
previsto como vía ordinaria para la revisión de dicho fallo, ocasionando una desigualdad de
las partes en el proceso.

Finalmente, solicitan se declare con lugar la acción de amparo y se restablezca la


situación jurídica infringida, dejando sin efecto la decisión impugnada; y se decrete medida
cautelar innominada a los fines de que se suspenda la ejecución del referido fallo.

II

DE LA COMPETENCIA

Esta Sala, al delimitar su competencia en materia de amparo constitucional, a través


de su sentencia del 20 de enero de 2000, Caso Emery Mata Millán, se declaró competente
para conocer de las acciones de amparo constitucional contra sentencias dictadas por los
Juzgados Superiores, en los siguientes términos:

“…Igualmente, corresponde a esta Sala Constitucional, por los


motivos antes expuestos, la competencia para conocer de las acciones de
amparo que se intenten contra las decisiones de última instancia de los
Tribunales o Juzgados Superiores de la República, la Corte Primera de lo
Contencioso Administrativo y las Cortes de Apelaciones en lo Penal que
infrinjan directa e inmediatamente normas constitucionales”
En el presente caso, se ejerce la acción de amparo constitucional contra una decisión
emanada del Juzgado Superior Segundo Laboral de la Circunscripción Judicial del Area
Metropolitana de Caracas, motivo por el cual, esta Sala, congruente con el fallo
mencionado ut supra, se declara competente para conocer de la presente acción, y así se
decide.

III

ADMISIBILIDAD DE LA ACCIÓN DE AMPARO

Una vez analizado el contenido de la acción propuesta a la luz de las causales de


inadmisibilidad contenidas en el artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y
Garantías Constitucionales, esta Sala estima que al no estar incursa en ninguno de los
supuestos del referido artículo, además de satisfacer las exigencias del artículo 18 eiusdem ,
la acción ejercida debe ser admitida cuanto ha lugar en derecho, y así se declara.

Esta Sala constata que el fallo impugnado fue traído a los antes en copia simple, por
lo que advierte a la parte actora

IV

DE LA MEDIDA CAUTELAR

La parte actora solicita le sea acordada medida cautelar innominada, con la finalidad
de que mientras dure el presente proceso se suspenda la ejecución de la decisión
impugnada.

Observa la Sala que respecto a la solicitud de medidas cautelares dentro de juicios


de amparo constitucional, tal como lo estableció en su sentencia del 24 de marzo de 2000
(Corporación L’ Hotels, C.A.), el peticionante no está obligado a probar la existencia de
fumus boni iuris ni de periculum in mora , sino que, dada la celeridad y brevedad que
caracterizan al proceso de amparo constitucional, depende únicamente del sano criterio del
juez acordar o no tales medidas, tomando en consideración las circunstancias particulares
del caso sometido a su examen.

Al respecto, esta Sala aprecia que, de los hechos narrados por el accionante y su
defensor, así como del análisis de las actas procesales, se evidencia la existencia de una
situación que amerita la utilización por parte de esta Sala Constitucional de sus amplios
poderes cautelares, por lo cual declara procedente la medida cautelar solicitada y, en
consecuencia, acuerda la suspensión de la ejecución del fallo dictado el 19 de mayo de
2000, por el Juzgado Superior Segundo Laboral de la Circunscripción Judicial del Area
Metropolitana de Caracas, mientras dure el presente proceso. Así finalmente se declara.
V

DEL PROCEDIMIENTO EN MATERIA DE AMPARO CONTRA SENTENCIAS

Definida la competencia de esta Sala para conocer de la presente causa y admitida


como ha sido la misma, resta por determinar el procedimiento a seguir para su tramitación,
el cual deberá ceñirse al cumplimiento de los principios de oralidad, brevedad, publicidad,
gratuidad y no sujeción a formalismos, consagrados en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela.

Esta Sala, obrando dentro de la facultad que le confiere el artículo 335 de la


Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en conjunción con los principios
mencionados en el párrafo anterior, los cuales están consagrados en los artículos 26 y 49
del nuevo Texto Fundamental, interpretó con relación al procedimiento a seguir para la
tramitación de los amparos contra sentencias, que el mismo deberá desarrollarse en lo
adelante de la manera siguiente:

“Cuando el amparo sea contra sentencias, las formalidades se simplificarán


aún más y por un medio de comunicación escrita que deberá anexarse al
expediente de la causa donde se admitió el fallo, inmediatamente a su
recepción, se notificará al juez o encargado del Tribunal, así como las
partes en su domicilio procesal, de la oportunidad en que habrá de
realizarse la audiencia oral, en la que ellos manifestarán sus razones y
argumentos respecto a la acción. Los amparos contra sentencias se
intentarán con copia certificada del fallo objeto de la acción, a menos que
por la urgencia no pueda obtenerse a tiempo la copia certificada, caso en el
cual se admitirán las copias previstas en el artículo 429 del Código de
Procedimiento Civil, no obstante en la audiencia oral deberá presentarse
copia auténtica de la sentencia.
Las partes del juicio donde se dictó el fallo impugnado podrán hacerse
partes, en el proceso de amparo, antes y aún dentro de la audiencia pública,
más no después, sin necesidad de probar su interés. Los terceros
coadyuvantes deberán demostrar su interés legítimo y directo para
intervenir en los procesos de amparo de cualquier clase antes de la
audiencia pública.

La falta de comparecencia del Juez que dicte el fallo impugnado o de quien


esté a cargo del Tribunal, no significarán aceptación de los hechos, y el
órgano que conoce del amparo, examinará la decisión impugnada”
(Sentencia de esta Sala del 1º de febrero de 2000, Caso José A. Mejía).

Ahora bien, teniendo en cuenta que en el presente caso se ejerce la acción de


amparo constitucional contra sentencia, esta Sala, congruente con el fallo antes
parcialmente trascrito, aplicará el procedimiento por ella previsto para su tramitación, y así
se declara.

DECISIÓN

Por las razones precedentemente expuestas, esta Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, en nombre de la República por autoridad de la Ley, declara:

1) 1) Se ADMITE la acción de amparo constitucional ejercida por los abogados


Nelson Enrique Pérez Pulido, Aquiles F. Cortina Belini, Luis Ramón Obregón
Martínez, Salvatore Calderone Lara y Lisbeth Cristina Montilla Ortega, actuando en su
carácter de apoderados judiciales de SEGUROS PROGRESO S.A., (en proc eso de
liquidación) y la abogada Rita Hernández Tineo, actuando en su carácter de sustituta
del PROCURADOR GENERAL DE LA REPUBLICA., contra la decisión dictada
el 19 de mayo de 2000, por el Juzgado Superior Segundo Laboral de la
Circunscripción Judicial de l Area Metropolitana de Caracas.

2) 2) Se ORDENA la notificación del Juez del Juzgado Superior Segundo Laboral de


la Circunscripción Judicial del Area Metropolitana de Caracas, para que concurra a la
audiencia constitucional el día y hora que fije la Secretaría de esta Sala, verificada
como sea su notificación en el presente expediente, advirtiéndosele que su no
comparecencia no se entenderá como aceptación de los hechos. Igualmente, se
ORDENA la notificación del demandante –Danilo García Escalona - en el juicio
principal por intermedio del Juzgado Superior Segundo Laboral de la Circunscripción
Judicial del Area Metropolitana de Caracas, con la advertencia que de no realizarlo a la
brevedad posible se reputara como un desacato a una orden de este Máximo Tribunal.

3) 3) Notifíquese de la presente acción al ciudadano Fiscal General de la República.

4) 4) ACUERDA la medida cautelar innominada solicitada por la accionante. En


consecuencia se suspenden los efectos de la ejecución de la decisión dicta da el 19 de
mayo de 2000, por el Juzgado Superior Segundo Laboral de la Circunscripción Judicial
del Area Metropolitana de Caracas.

Publíquese, regístrese y comuníquese. Líbrense las correspondientes boletas de


notificación. Cúmplase lo ordenado.

Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Constitucional del


Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas a los 03 de OCTUBRE del dos mil uno. Años:
191º de la Independencia y 142º de la Federación.

El Presidente-Ponente,

Iván Rincón Urdaneta

El Vicepresidente,

Jesús Eduardo Cabrera Romero


José Manuel Delgado Ocando

Magistrado

Antonio José García García

Magistrado

Pedro Rafael Rondón Haaz.

Magistrado

El Secretario,

José Leonardo Requena

Exp. 00-3015
IRU

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