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FUE POR AMOR

Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a


vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis
enriquecidos. 2 Corintios 8:9

Introducción:
El amor de Jesús hacia la humanidad realmente fue tan grande que esa misma
noche que instituyó la cena tuvo que sufrir el ser traicionado por Judas un
discípulo de confianza, pero a pesar de todo dijo en Lucas 22:20 que la copa es el
nuevo pacto en su sangre que por nosotros iba a ser derramada, así también es el
amor del Padre como lo dice Juan 3:16 y Efesios 2:4. La muerte del Señor en su
momento fue una aflicción muy grande como lo relata Isaías 53 pero ahora para
nosotros es una grande bendición porque él no quedó ni en la cruz, ni en la tumba
si no se encuentra a la diestra del Padre como lo había anunciado y pronto volverá
como lo prometió y esa muerte en la cruz permitió que nuestros pecados fueran
perdonados y podamos vivir por siempre con Él para gozar de todo lo que ha
prometido porque fiel es el que prometió. Hebreos 10:23.

A. ¿Quiénes pueden participar?


a) Los que han nacido de nuevo. 1 Juan 5:1
b) Los que han sido añadidos a la iglesia. Hechos 2:41, 47
c) Aquellos que anhelen las promesas. 2 Pedro 3:9, 1:4, 2 Timoteo 4:8

B. ¿Cuál fue el propósito de la Muerte de Jesús?


a) Ser enriquecidos. El pecado nos había empobrecido para vida. 2 Corintios 8:9
b) Ser justificados. 1 Pedro 2:24-25
c) Ser Salvados según la promesa. Hechos 2:39

C. ¿Para qué participar de la Cena del Señor?


a) Recordar su muerte. Lucas 22:19
b) Tener comunión con el cuerpo de Cristo (la Iglesia). 1 Corintios 10:15-17
c) Dar testimonio del plan salvífico a través de la sangre redentora. Mateo 26:28
d) Anunciar la segunda venida de Cristo. 1 Corintios 11:26

Conclusión:
Recordar el sacrificio del Señor es lo mas maravilloso porque es el momento
exacto donde se obró nuestra redención y cuando nacemos de nuevo hacemos
efectivo el derramamiento de sangre efectuado en la cruz, ninguno de nosotros
somos dignos de su amor pero participamos de la cena del Señor con gratitud
porque gracias a El somos redimidos y justificados.

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