Está en la página 1de 3

¿ES EL TRABAJO UN DERECHO O UNA NECESIDAD?

Texto argumentativo sobre el trabajo como derecho humano


fundamental.

GA1-210201501-AA1-EV01.

Dayanis Reyes Watts

TÉCNICO EN APOYO ADMINISTRATIVO EN SALUD

Ficha 2348115

SERVICIO NACIONAL DE APRENDIZAJE (SENA)

10 DE AGOSTO DE 2021
¿ES EL TRABAJO UN DERECHO O UNA NECESIDAD?

Como bien sabemos, el trabajo es un derecho fundamental e irrenunciable,


principio protector que va ligado a otros, pero que busca el desarrollo de los
derechos económicos, sociales y culturales. Cada uno de nosotros tiene
derecho a esperar ciertas normas y libertades por el solo hecho de haber
nacido como ser humano.

Cuando hablamos de derecho fundamental, nos referimos a su relación con la


satisfacción de las necesidades básicas humanas, el desarrollo de la persona y la
consolidación de la democracia. Por tal motivo, el trabajo tiene distintas
dimensiones: social, económica, cultural, sexual y espacio/temporal.

Es por eso que el trabajo se cataloga como una relación transformadora entre
las personas y el mundo, la naturaleza y el entorno, es decir, la cotidianidad
de las personas está configurada en buena medida por el trabajo, o mejor, por
las condiciones de protección o no en el que se realiza.

La declaración universal de los derechos humanos, la OIT, la Constitución


Política de Colombia, se refieren a este derecho fundamental en el que se
impulsa el trabajo decente, en condiciones equitativas y satisfactorias y a la
protección contra el desempleo.

Los derechos relacionados directamente con el trabajo son:

 La abolición de la esclavitud, servidumbre o cualquier forma de trata de


personas, trabajo forzoso u obligatorio
 El ejercicio del trabajo en condiciones de libertad, legalidad y libre
escogencia
 La posibilidad de acceso a servicios gratuitos de empleo, la formación
para el trabajo y la protección contra el desempleo

Y es que el trabajo como aspecto importante en la económica, lo social y lo


político, debe estar bajo una estricta vigilancia, asegurando que el trabajador
goce de los “beneficios” que concede este derecho.

Pero en nuestro país, Colombia, muchas veces no es así, por ejemplo, aunque
está establecido el salario mínimo legal vigente, este no compensa los gastos
de un hogar cualquiera, no les permite una mejor calidad de vida, solo vivir
con lo necesario, lo básico.

Entonces, en ese aspecto, a mi parecer el salario establecido, que es lo que


ganan la mayoría de los trabajadores, no compensa las horas trabajadas, ni
muchas veces el tipo de trabajo.
En estos tiempos de pandemia muchos laboran desde casa pero sin las
condiciones laborales necesarias y/o satisfactorias, porque al realizar este
tipo de trabajo se creó, por ejemplo, la errónea idea de horarios laborales
extendidos.

Y sí, es cierto que el ser humano necesita realizar algún tipo de actividad que
le provea al menos lo básico, alimentación, techo, protección, salud, bienestar
económico y emocional, pero bajo el amparo de no sentirse explotado, no
sentirse vulnerado, no sentirse insatisfecho.

Esto demuestra el equilibrio que es preciso mantener al observar los


derechos de diferentes grupos. En esto, también, se necesita una
autoridad o gobierno que decida cómo se debe equilibrar este asunto.

El gobierno como tal debe ser responsable de hacer valer o cumplir este
derecho y todo lo que esté ligado al mismo, por eso la Constitución de 1991
establece el derecho de asociación sindical, de acuerdo con el cual se
garantiza a los trabajadores y a los empleadores el derecho de constituir
organizaciones sindicales sin intervención del Estado, reflejando los principios
y garantías establecidos en los Convenios 87 y 98 de la OIT. La Carta
Fundamental ha determinado, de igual manera, que los sindicatos pueden
establecer libremente las reglas de su estructura interna y funcionamiento; y
se les ha reconocido la personería jurídica de manera inmediata.

Al desarrollar este precepto constitucional, la Corte, ha establecido que la


función que cumplen las organizaciones sindicales, “de defender los intereses
de la clase obrera, constituye una de los fundamentos del Estado Social de
Derecho, pues los sindicatos se constituyen en el único intermediario idóneo
entre los trabajadores individualmente considerados y los empleadores”.

A decir verdad, este derecho fundamental expuesto en los artículos de la


Declaración Universal de los Derechos Humanos es una promesa sin cumplir
para la mayoría de la humanidad. La universalidad de los derechos humanos
todavía está “bajo constante ataque”.

También podría gustarte