Está en la página 1de 19

Sección: 001 Juan Carlos Pérez Cuba

201657355

Relaciones entre México y la Unión Soviética

Las relaciones entre estos dos Estados a lo largo del siglo XX tuvieron bastantes
limitantes como la geografía, los objetivos en común, y el más importante la relación
con Estados Unidos. Antes del inicio de la Guerra Fría, las relaciones entre ambos
Estados tenían simplemente un carácter simbólico, ambos reconocían un supuesto
objetivo similar con la revuelta socialista y los ideales revolucionarios mexicanos.
Conforme la Unión Soviética fue creciendo como Estado su interés nacional cambió
completamente. Tras la muerte de Lenin, los siguientes mandatarios soviéticos no
estaban completamente interesados en llevar al socialismo a todo el mundo. Cuando
finaliza la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética ya tenía otros intereses, la URSS
comenzó a ver a Estados Unidos y al sistema capitalista como una amenaza para la
supervivencia del régimen. La Unión Soviética tuvo una nueva política de expansionismo
ideológico. Por otro lado, México decidió tener una política aislacionista para no
involucrase en el conflicto conocido como la Guerra Fría. No obstante, el imperialismo
norteamericano molestaba a extractos izquierdista de la población mexicana. México
tuvo que mostrar una política autónoma, para ello los acercamientos a la Unión
Soviética y a los países socialistas serían de vital importancia para mantener una
estabilidad interna.

Las relaciones entre México y la Unión Soviética comenzaron a inicios del siglo
XX, gracias a los ideales revolucionarios que compartían ambas naciones.
Inmediatamente que los Soviets emitieron el decreto de paz en toda Rusia en 1917,
declararon su vínculo ideológico que mantenían con el movimiento revolucionario
mexicano, especialmente con el gobierno de Venustiano Carranza por promulgar la
Constitución de 1917. En 1919 el Partido Comunista Mexicano fue creado, y en 1924 se
dio inicio formal a la relación entre ambos Estados. México fue la primera nación del
hemisferio en intercambiar embajadores con la Unión Soviética. El entonces
Comisionario del Pueblo para Asuntos Exteriores soviético, Gueorgui Chicherin, vio a
México como un puente para ingresar a América. La creación del Partido Comunista
Sección: 001 Juan Carlos Pérez Cuba
201657355

Mexicano y las relaciones con la Unión Soviética trajo la presencia de la Komintern a


México, dicha organización comunista internacional intentó interferir durante el mandato
de Plutarco Elías Calles y en los posteriores, ocasionado el constante debilitamiento de
las relaciones entre ambas naciones hasta llegar al rompimiento de relaciones en 1930,
bajo el argumento de que no existía diferencia alguna entre la Komintern y la Unión
Soviética. Dicho rompimiento fue fatal para la Unión Soviética puesto que México era el
país de Latinoamérica con mayores vínculos soviéticos en los años veinte.
Las relaciones fueron reanudadas cuando Cárdenas llegó al poder. A diferencia
de la década pasada, la Unión Soviética tuvo una actuación más pasiva en América
Latina. El presidente del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista (CEIC), Nikolái
Bujarin, identificó que a pesar del potencial para generar revueltas agrarias y
revoluciones sociales en la región, la gran parte de los Estados seguían siendo en
esencia coloniales (Oswald, 1969). Por ende la cooperación con México y gran parte de
América Latina en la década de los treinta fue limitada a propagar a selectos grupos
ideas de expropiación. A pesar de ello la imagen soviética continuó deteriorándose
debido al asesinato de Trotsky por un agente soviético y la reciente Guerra de Invierno
con Finlandia. Dichos acontecimientos generaron un ambiente negativo para que los
mexicanos comunistas pudieran expresar su afinidad abiertamente.
La alianza anti-fascista durante la Segunda Guerra Mundial restauró la reputación
de los soviéticos. Además, el final de la guerra fue significante para que la Unión
Soviética fuera considerada superpotencia y se comenzara a configurar el ambiente de
bipolaridad. El cual daría inicio a una confrontación con Estados Unidos, lo que complicó
la relación soviética con América Latina y especialmente con México. La Unión Soviética
durante la década de los cuarenta percibía a los países considerados de Tercer Mundo,
como potenciales aliados para el régimen socialista. No obstante, la Unión Soviética
pensaba que no era conveniente involucrase con el patio trasero de Estados Unidos, por
lo que se limitó simplemente a reducir la influencia norteamericana en el continente
(Wesson, 1986).
Sección: 001 Juan Carlos Pérez Cuba
201657355

Además, la URSS y México tenían pocos intereses en común. La URSS fue la


cabeza del movimiento socialista internacional, en cambio México a pesar de manejar
una supuesta ideología nacionalista, era capitalista en esencia. La naturaleza de las
relaciones México-URSS durante 1945 hasta 1970 fueron asimétricas, dado que la Unión
Soviética era una de las dos superpotencias, que deseaba ser la única, por otro lado,
México era un país marcado por su dependencia del exterior, especialmente de Estados
Unidos, que además estaba aspirando a convertirse en potencia media (Cárdenas,
1993). Otra característica de las relaciones fue la baja prioridad por los dos Estados.
México no podía relacionarse con países socialistas debido a las presiones
norteamericanas, así como la URSS tenía poco interés en una región ampliamente
influenciada por Estados Unidos. Por último, el único vínculo que tenían en común
ambos Estados era simbólico debido a su pasado revolucionario, dichos vínculos
proponían un futuro canal de comunicación, por ende la única característica similar
funcionaba en el pasado y potencialmente podría funcionar en el futuro, pero tenía
nulidad en el presente (Elizondo, 1988).
Los intereses de la Unión Soviética en México tenían tanto un carácter indirecto
como directo. El indirecto está basado en que México es un país importante para
Estados Unidos, debido a que México se encuentra dentro de un área considerada de
seguridad nacional y que los recursos naturales mexicanos son fundamentales para los
objetivos norteamericanos. Además, la posición geográfica de México propició que la
URSS tuviera una relación especial con el país, similar a la que tenía Estados Unidos.
México fue diferenciado de los países latinoamericanos por las dos superpotencias en la
Guerra Fría. La relación especial soviética se genera gracias a que Estados Unidos tenía
una, lo que era importante para Estados Unidos, tendría que serlo también para la URSS
(Elizondo, 1988). La relación especial que se mantenía entre México y Estados Unidos
era provocada por la dependencia mutua, aunque en diferentes magnitudes.
El interés directo de la Unión Soviética en México fue gracias a las características
intrínsecas del territorio: extensión territorial, ubicación geográfica, y recursos naturales.
Se añade también la supuesta capacidad de influencia de México sobre la región de
Sección: 001 Juan Carlos Pérez Cuba
201657355

Latinoamérica. La URSS se solía enfocar en aquellos países que tuvieran influencia


regional en determinadas áreas. Dicha estratégica fue utilizada en Asía, África y América
Latina (Richardson, 1986). No obstante, el interés directo soviético no se transformó en
esfuerzos para mejorar la relación bilateral. Durante los primeros años de la década de
los cincuenta, las relaciones mexicano-soviéticas no solamente tenían una distancia
física, los 15 000 kilómetros de distancia también se notaban en la actividad política
mutua de los países, limitándose a relaciones formales, protocolarias carentes de
verdadera convicción en forma esporádica y efímera. Las relaciones que eran más
habituales y tenían mayor seguimiento eran las académicas, puesto que la URSS estaba
interesada en obtener mayor información en la región, así como mayor influencia
(Harrison, 1992). Los fuertes vínculos académicos se ven reflejados en las constantes
publicaciones escolares que apoyaban el socialismo en América Latina. De manera
general, las relaciones en el ámbito político fueron escazas, en el ámbito comercial poco
concurridas e inexplotadas, en el campo científico menospreciadas, pero en el campo
cultural y académico fueran fortalecidas y en niveles más numerosas en comparación de
los otros ámbitos.
Como se mencionó anteriormente, el inició de la Guerra Fría imposibilitó a México
a formular una política exterior completamente autónoma, e incluso en algunas
ocasiones tampoco una política interna. Por lo que durante la década de los cincuenta,
los presidentes Miguel Alemán y Adolfo Ruíz Cortines optaron por una política
aislacionista para alejarse de la disputa ideológica que aumento el grado de distancia
entre la Unión Soviética y México. Además, conjuntamente a la política aislacionista se
optó por un sistema económico de sustitución de importaciones para reducir su
dependencia a Estados Unidos. En los primeros años de la administración de Miguel
Alemán, su política buscaba no alinearse a ningún bloque para no renunciar a las
oportunidades que ofrecía el exterior para el desarrollo del país, pero su iniciativa fue
frustrada por los límites que imponía Estados Unidos. Aunque Estados Unidos no
consiguió un alineamiento completo de México, logró el congelamiento de las relaciones
con el bloque soviético. Los gobiernos de Alemán y Ruíz Cortines tuvieron que lidiar con
Sección: 001 Juan Carlos Pérez Cuba
201657355

la tarea de defender la soberanía mexicana y el activismo internacional frente a Estados


Unidos.
El entorno bipolar y la presión anticomunista de Estados Unidos fue enfrentada
con la ideología nacionalista planteada por México, la cual fue vista como una tercera
vía para el capitalismo y el socialismo (Loaeza, 2013). El discurso nacionalista tenía
tintes izquierdistas, sin embargo no apoyaba el comunismo. El nacionalismo mexicano
tuvo un plan disuasivo que descalificaba “ideologías extrañas a los principios emanados
de la Revolución” (Loaeza, 2013, p.41). Aunado a esto, el crecimiento económico
conocido como “Milagro Mexicano” fue determinante para que Estados Unidos tuviera
una relación especial con México a pesar de la postura norteamericana anticomunista.
Washington aceptó la propuesta estabilizadora que significaba el nacionalismo
mexicano. Dicho reconocimiento proporcionó a México la capacidad de autonomía en
cuestiones secundarias respecto a la política exterior, no obstante tuvo que realizar
ciertas concesiones a Washington como el no apoyo al Gobierno de Arbenz en
Guatemala durante la intervención norteamericana. La relación especial de Estados
Unidos y México se vio reflejada en la ostentosa visita de Alemán a Estados Unidos, y
posteriormente la de Ruiz Cortines.
El llamado nacionalismo mexicano, que fue tolerado hasta cierto punto por
Estados Unidos, fue visto de buena manera por la URSS, dado que sus inevitables
manifestaciones antinorteamericanas coincidían involuntariamente con el discurso
antiimperialista soviético. Del mismo modo, la URSS veía como ganancia cualquier
movimiento que representara a Estados Unidos como un enemigo, la defensa de la
soberanía y el derecho a mantener control sobre sus recursos naturales (Wesson,
1986). De alguna manera el nacionalismo sirvió exactamente como una tercera vía para
el país dado que tenía aspectos positivos para el bloque capitalismo, debido al constante
crecimiento económico y estabilidad del país, así como para el bloque socialista al
denunciar los ideales de dominación de Estados Unidos y otros Estados de Occidente.
Las relaciones oficiales entre México y la URSS durante el sexenio de Miguel
Alemán y Ruíz Cortines se limitaron a la cooperación cultural y académica. Entre ellas se
Sección: 001 Juan Carlos Pérez Cuba
201657355

encuentra la condecoración de la Orden Mexicana del Águila Azteca a Alejandra


Kollontai, por ser una de las primeras mujeres en obtener el cargo de embajador,
además de haber fungido como el primer embajador soviético en México (Cárdenas y
Sizonenko, 1981). Otro evento destacable fue la exposición soviética en México que
tenía como objetivo promover la cultura soviética. Ambos eventos representaron
únicamente la posibilidad de profundizar en las relaciones entre México y la URSS en un
futuro, puesto que realmente los eventos carecieron de verdadera importancia política
para ambas naciones y reflejó el constante distanciamiento de México debido a los
límites norteamericanos.
La tercera vía que representaba México en el panorama bipolar también fue
reflejada en las relaciones extraoficiales que consistían en un constante espionaje
realizado por la Unión Soviética y Estados Unidos. Ambos Estados mantuvieron una
constante actividad encubierta que inició durante la Segunda Guerra Mundial, y
continuaría hasta la década de los setenta. El gobierno mexicano se mostró demasiado
permisivo con el fin de mantener la hegemonía del PRI en el país, puesto que el PRI
tenía como practica tradicional financiar a la oposición política para poder mantener el
control del país (Iber, 2014). En el caso del espionaje soviético y norteamericano
sucedió lo mismo. Los gobiernos del PRI estaban conscientes que la expulsión del
espionaje soviético implicaría más intromisiones y la posibilidad de que la Unión
Soviética creara grupos de choque para desestabilizar al gobierno. La administración
mexicana dedujo que el condenar las operaciones secretas de ambos Estados, tendría
como resultado la creación de fuerzas de oposición que se convertirían en potenciales
enemigos políticos del PRI. Por ende, el gobierno mexicano actuó estratégicamente al
tolerar todo tipo de operaciones secretas, que tenían lugar en la Ciudad de México, con
el fin de mantener una estabilidad y control por parte del PRI.
Los agentes pertenecientes a la Central Inteligencie Agency (CIA) describían la
Ciudad de México como una ciudad llena de ideologías en conflicto, con agentes de
diferentes países espiándose los unos a los otros (Iber, 2014). El tráfico de droga, las
revueltas campesinas y el lavado de dinero conformaban sus principales características.
Sección: 001 Juan Carlos Pérez Cuba
201657355

Los agentes aseguraban que en la capital se encontraban todo tipos de espías que eran
conocidos y tolerados por el gobierno mexicano. La CIA llegó a México en 1947 con el
objetivo de vigilar la embajada soviética, conocida por ser el centro de operaciones de
espionaje de América Latina (Iber, 2014). México aceptó la presencia de la CIA y otras
agencias de inteligencia de manera habilidosa, por un lado ofrecía a los norteamericanos
vigilancia a los soviéticos, y viceversa. “La postura permisiva planteada por los
gobiernos del PRI solamente fue una extensión de sus prácticas domesticas basadas en
mantener el disenso dentro de límites prescritos” (Iber, 2014). Los antagonistas de la
Guerra Fría podían mantener sus redes de espionaje pacíficamente, para que no
existiera necesidad de interferir en el gobierno.
La inteligencia soviética llegó antes que la norteamericana, e incluso trabajó por
un tiempo conjuntamente con los espías nazis, con quienes financiaban propaganda
política. En noviembre de 1940, los soviéticos completaron su principal objetivo en
México, el asesinato de Trotsky. Posteriormente, realizaron operaciones fallidas para
sacar al asesino de la cárcel. La constante cooperación nazi-soviética fue ayudada por
Emilio Azcárraga quien otorgó financiamiento a las juventudes hitlerianas en México, y a
las especias soviéticas, que trabajaban afuera del cabaret Waikiki en avenida Reforma
(Iber, 2014). La inteligencia norteamericana se enfocó a descifrar las comunicaciones
entre Moscú y la Ciudad de México. Dichos documentos fueron hechos públicos años
más tarde, en un catalogó conocido como lo Venona decrypts. En ellos, se muestras las
dos principales razones del espionaje soviético en México, una era saldar la deuda con el
asesino de Trotsky, liberándolo de la prisión, la segunda era el conducto que significaba
México para facilitar el espionaje soviético a Estados Unidos.
De acuerdo a Patrick Iber (2014), la inteligencia soviética trabajó con
personalidades de la vida política de México, uno de ellos fue Vicente Lombardo
Toledano, el líder obrero que empoderó la Confederación de Trabajadores de México.
Lombardo fue reclutado como activo de la inteligencia soviética para conseguir procesar
documentos de viajes a otros agentes para entrar a Estados Unidos. Posteriormente,
Miguel Alemán optó por tener un poco de control y de información sobre las actividades
Sección: 001 Juan Carlos Pérez Cuba
201657355

realizada en el país, por lo que reforma la Dirección General de Investigaciones Políticas


y Sociales, y crea la Dirección Federal de Seguridad (DFS), la cual reportaba en un
principio solamente al presidente. Dichas instituciones conocían perfectamente la
actividad de Lombardo, sin embargo dicha información no tuvo consecuencia alguna en
su actuar. Lombardo colaboraba con el fin de obtener apoyo económico de la URSS. Sin
embargo, como se ha mencionado antes los intereses soviéticos para fomentar un
nuevo establecimiento de régimen eran bajos o nulos, la URSS sólo deseaba
mantenerse informada del actuar de Estados Unidos.
Retomando el aspecto formal de la relaciones entre México y la Unión Soviética,
en 1958 llega al poder Adolfo López Mateos. López Mateos aprovecha el período de
coexistencia pacífica que existía en el sistema internacional para conducir una política
exterior más activa e independiente de Estados Unidos. Dicho período de coexistencia
surgió debido a la desestalinización promovida por Nikita Krushev. López Mateos inició
en un período con descontentos sociales encabezados por sindicatos, se tiene registro
de 740 huelgas en el país (Velázquez, 2017). A pesar de que se habían logrado avances
en materia de seguridad social y asistencialismo, el crecimiento industrial no estaba a la
par del aumento demográfico que fue propiciado por el propio progreso. Dicha situación
provocó que la política interna se enfocara en dar satisfacción a los reclamos sociales,
para ello se utilizó la política exterior, la cual se enfocó en encontrar en el extranjero
nuevas soluciones para el problema económico del país. Por lo cual, López Mateos
realiza diversas visitas de Estado a países poco concurridos por México, especialmente
en la región de Asia.
La principal consecuencia de los constantes viajes de López Mateos fue la
diversificación de relaciones, que se enfocaban en temas como inversión extranjera,
acuerdos científicos y educativos, y sobre todo promover la cultura de México en el
exterior. Entre muchos de los Estados visitados, se encuentran dos que tenían un
régimen socialista: Polonia y Yugoslavia. Polonia era un Estado que se encontraba
dentro de la órbita de la URSS. La visita a dicho Estado representa la autonomía que
buscaba López Mateos frente a Estados Unidos. Además, para la URSS significaba que
Sección: 001 Juan Carlos Pérez Cuba
201657355

México todavía conservaba cierta independencia que abría las posibilidades para
negociaciones futuras. Aunado a esto, la visita a dos países socialistas servía para
apaciguar y tranquilizar los grupos izquierdistas en México, quienes eran los principales
promotores de las huelgas.
A pesar de que López Mateos se diferenció de sus predecesores al dejar atrás la
política aislacionista de la década de los cincuenta, él también estaba consiente que la
dependencia económica al país vecino no sería favorable para México, puesto que a
nivel internacional representaría la alineación a un bloque y el cierre de posibles
oportunidades para negociar y comerciar con el bloque socialista. Por esta razón, López
Mateos recibe al primer vicepresidente del Consejo de Ministros de la URSS. Anastas
Mikoyan, en 1959, con motivo de una exposición industrial, así como para favorecer el
comercio soviético-latinoamericano.
La Unión Soviética vio la visita del vicepresidente Mikoyan como una posibilidad
de intensificar su presencia en México y Latinoamérica. Una de sus metas en este
contexto era proyectar una imagen de prestigio a la industria soviética y a la perspectiva
de desarrollo socialista, mostrando que la Unión Soviética era una gran potencia digna
de reconocimiento y admiración (Cárdenas, 1993). Los soviéticos deseaban mostrar a
los mexicanos y latinoamericanos que el socialismo fue la clave del desarrollo de la
Unión Soviética, y que les permitió pasar de una Rusia zarista, retrasada industrialmente
y analfabeta, a una nueva nación grande y fuerte. Por lo contrario, la visita de Mikoyan
fue mal vista por la prensa, debido a que en su discurso menciono que las dos naciones
están unidas por su vínculo antiimperialista, varios periódicos reaccionaron
negativamente al considerarlo un intento de involucrar a México en conflictos inútiles y
malentendidos con nuestro principal aliado, Estados Unidos (Cárdenas, 1993).
Cabe destacar que durante este período el comercio entre ambos Estados era
desalentador y los pocos intercambios comerciales eran inconsistentes. La URSS estaba
interesada principalmente en el petróleo mexicano. La visita de Mikoyan marcó un
intento para fomentar los lazos económicos, pero fueron derrumbados debido a la
burocracia del Ministerio Soviético de Comercio Exterior (Cárdenas, 1993). El único
Sección: 001 Juan Carlos Pérez Cuba
201657355

producto mexicano que se intentó exportar fue el café, sin embargo la URSS no apoyó
la iniciativa, puesto que el café mexicano aumentaría el saldo pasivo que se registraba
en el comercio bilateral. Del mismo modo, se intentó crear un acuerdo con la empresa
paraestatal petrolera para intercambio de tecnología, sin embargo el documento no fue
ratificado. Las relaciones entre México y la Unión Soviética continuaron para mostrar la
autonomía del país. El gobierno mexicano envió en 1963 a una Delegación del Congreso
de la Unión a la URSS con el mismo objetivo de reforzar los vínculos comerciales
(Cárdenas y Sizonenko, 1981), a pesar de ello la visita no tuvo gran relevancia para el
gobierno mexicano. El comercio con la Unión Soviética era limitado por la distancia
física, los límites de Estados Unidos, y la baja competitividad de los productos soviéticos.
Ejemplo de ello es la carente importación de productos soviéticos.
La autonomía de la política exterior de López Mateos también se vio reflejada en
sus decisiones multilaterales, ejemplo de ello fue la postura mexicana hacia la
revolución cubana en la OEA. México prefería actuar bajo principios de política exterior
que dejaran satisfecha la opinión pública interna. Ademas, el multilateralismo le
brindaba a México independencia en su toma de decisiones, por el hecho de no tratarse
de una relación bilateral, donde sus decisiones pueden ser catalogadas como contrarias
a un régimen en específico, en cambio el multilateralismo proponía una decisión
conjunta. La autonomía en la política exterior tuvo muy pocos efectos negativos en la
relación con Estados Unidos, ya que dicho Estado comprendía que públicamente era
estratégico para México apelar a sus principios, pero en privado México tenía una
postura diferente, Estados Unidos sabía que tenía asegurado el completo apoyo de
México. Dicha relación especial entre los dos países cambiaría debido a la Crisis de los
misiles en Cuba, que llevó la relación especial a una nueva etapa.
La administración de López Mateos también mantuvo la tolerancia al espionaje
soviético hasta cierto punto, dado que México tuvo que expulsar a dos diplomáticos por
promover revueltas sociales. En 1959, en el contexto del conflicto ferrocarrilero dirigido
por Demetrio Vallejo, las investigaciones mexicanas descubrieron el involucramiento de
dos soviéticos, Nikolai Remizov, agregado militar, y Nikolai Axionov, segundo secretario
Sección: 001 Juan Carlos Pérez Cuba
201657355

de la embajada de la Unión Soviética (Leonov, 1999). La postura de México respecto al


espionaje era clara, mientras los agentes no intervengan en asuntos internos,
especialmente revueltas sociales, y se dediquen exclusivamente al espionaje entre ellos
sus acciones serán toleradas. Por lo tanto, ese mismo año la Secretaria de Relaciones
Exteriores decidió que dichos funcionarios debían abandonar el territorio nacional, cabe
destacar que dicha acción no tuvo repercusiones en las limitadas relaciones con la Unión
Soviética. A finales de ese mismo año, el viceprimer ministro soviético Anastas Mikoyan,
visitó México para inaugurar una exposición cultural soviética (Cárdenas y Sizonenko,
1981).
La Crisis de los misiles en Cuba terminó con la autonomía de López Mateos,
debido a que Estados Unidos intentó a cualquier costo evitar una situación similar.
López Mateos asegura en todo momento el apoyo de México a la decisión de Estados
Unidos con respecto a Cuba durante la Crisis. Los objetivos de Estados Unidos hacia
México se concentraron en debilitar las pocas relaciones soviéticas, y evitar un contagio
de Cuba (loaeza, 2013). La diplomacia norteamericana logró influir en temas respecto a
grupos de izquierdas como el movimiento jaramillista, el cardenismo y al PCM. Estados
Unidos también le propuso al gobierno de López Mateos limitar sus relaciones con los
Estados que formaran parte de los países no alineados. Además, el Departamento de
Estado ya tenía sus dudas hacia el López Mateos, puesto que describían su gobierno con
una postura de izquierda, no obstante, también estaban conscientes que la hegemonía
del país se centraba tanto en el presidente como en el PRI, los cuales únicamente
estaban interesados en enriquecerse y permanecer en la esfera del poder (Meyer,
2010). Del mismo modo, Estados Unidos conocía muy bien que el PRI era un partido
pragmático que carecía de una motivación ideológica.
La Crisis de los misiles en Cuba representó un cambio en la Política Exterior de
López Mateos, ocasionado por la presión norteamericana. Por ende, durante el gobierno
de López Mateos se propone la creación del Tratado para la Proscripción de las Armas
Nucleares en América Latina, mejor conocido como Tratado de Tlatelolco, el cual
responde al temor de una crisis similar a la de Cuba. Los constantes viajes de López
Sección: 001 Juan Carlos Pérez Cuba
201657355

Mateos son aprovechados para promover la idea tanto en el continente como en el


mundo. El Tratado también obedece la idea de mantener relaciones estrechas y de
cooperación con Estados Unidos, dado que brindó beneficios indirectos a dicho país, al
asegurar su zona geográfica cercana.
Tras concluir el período presidencial de López Mateos, inicia el de Díaz Ordaz. El
gobierno de Díaz Ordaz deja completamente la promoción internacional de México
mediante viajes y se enfoca más en asuntos internos. Por consecuencia, las relaciones
con la Unión Soviética fueron más distantes que en los años anteriores. Además, los
actos de represión social empeoraban la situación. Las relaciones mexicano-soviéticas se
enfocaron únicamente en la creación de nuevos intercambios académicos y la búsqueda
de aprobación soviética del Protocolo II del Tratado de Tlatelolco.
Respecto a los intercambios académicos, el número de extranjeros estudiando en
la URSS era de aproximadamente 3,000 estudiantes, de 87 países, México ocupaba el
cuarto lugar en número de estudiantes con 210 (Cárdenas, 1993). Los vínculos
académicos era el único tipo de relación constante entre los dos países y la única que se
fortalecía con el paso del tiempo. No obstante, “los becarios iberoamericanos
permanecían en las instituciones exclusivamente para recibir adiestramiento básico y
rápido” (Cárdenas, 1993, p.226). Dicha postura soviética representaba una forma
indirecta de hacer llegar la ideología socialista en América Latina, por medio de
estudiantes soviéticos enviados a México y gran parte de Latinoamérica, y por los
estudiantes que regresaban ya adiestrados a la ideología.
En 1968, el secretario de Relaciones Exteriores, Antonio Carrillo Flores, realizó
una estancia en la URSS del 21 al 29 de mayo con el objetivo de discutir el Protocolo II
del Tratado sobre la No Proliferación de Armas Nucleares en América Latina (Cárdenas y
Sizonenko, 1981). El Protocolo II del Tratado aborda el compromiso de las potencias
nucleares para mantener el estado de desnuclearización en la región. No obstante, los
funcionarios soviéticos no estuvieron tan complacidos con el Tratado de Tlatelolco como
lo estuvo Estados Unidos. Esto se debe a que por cuestiones estratégicas la Unión
Sección: 001 Juan Carlos Pérez Cuba
201657355

Soviética no deseaba perder la oportunidad de instalar armamento nuclear en algún país


de la zona.
El período de Díaz Ordaz termina en 1970, el manejo de la política exterior tendió
a ser aislacionista en comparación de su predecesor. No obstante, la promoción del país
se llevó a cabo de otra forma, como la Olimpiada de 1968. Los descontentos sociales se
mantuvieron hasta el final de sexenio y fueron heredados a Echeverría. El presidente
Echeverría dio prioridad a la diversificación de relaciones comerciales, puesto que el
sistema internacional se encontraba en una crisis económica, que afectó directamente a
Estados Unidos y por ende a México. El activismo internacional de Echeverría buscaba
demostrar independencia de Estados Unidos para aparentar autonomía ante la opinión
pública. Para ello, decide realizar una visita a la URSS y participar como observador en
el movimiento de los Países No Alineados, en la Conferencia Mundial de la Población en
Bucarest en 1994 y en la Conferencia del año Internacional de la Mujer en 1972. La
diversificación comercial fue una de las razones de sus constantes viajes, así como
promover la Carta de los Derechos y Deberes Económicos de los Estados.
En cuanto a la Unión Soviética, la Guerra Fría se encontraba en un período de
distención entre las potencias nucleares, recientemente habían firmado un acuerdo
mutuo para la reducción de armamento nuclear. La Unión Soviética estaba enfocada en
apoyar a países en vías de desarrolla para que adoptaran el comunismo. El activismo
internacional de Echeverría hacia los países subdesarrollados fue buen vista por la
URSS, ya que era una nueva similitud entre ambos Estados (Cárdena, 1993). No
obstante, el activismo mexicano no tenía como objetivo crear vínculos con la Unión
Soviética, por lo contrario respondía al deseo de Echeverría de llegar al cargo de
Secretario General de la ONU.
El 12 de abril de 1973, el presidente Echeverría y su esposa realizaron una visita
a la Unión Soviética que finalizó el 19 de abril del mismo año (Cárdenas y Sizonenko,
1981). La visita obedeció el objetivo de diversificar la ideología mexicana nuevamente,
además de promover la Carta de los Derechos y Deberes Económicos de los Estados.
Sin embargo, los funcionarios soviéticos aceptaron la Carta sin verdadero interés. “Es
Sección: 001 Juan Carlos Pérez Cuba
201657355

interesante señalar que los soviéticos guardaban cierta reserva sobre la sinceridad de
Luis Echeverría, ya que en 1971, (…), había expulsado a cinco diplomáticos soviéticos”
(Cárdenas, 1993, p.229). La expulsión de los diplomáticos representó el fin de la
tolerancia al espionaje por parte del gobierno mexicano. Entre los diplomáticos
expulsados se encontraba Diakonov, expulsado anteriormente de otros países
Latinoamericanos y autor de un intento de golpe de Estado en Brasil (Cárdenas, 1993).
La URSS nuevamente no reaccionó negativamente a la expulsión, realmente los intentos
de esparcir la ideología socialista en México cada vez se convertían más imposibles,
puesto que la izquierda mexicana se encontraba debilitada. Aunado a ello, las
intervenciones soviéticas en Afganistán y Checoslovaquia dañaron la opinión pública de
la URSS.
Echeverría fue el presidente mexicano que realizó la mayor cantidad de acuerdos
con el régimen soviético entre ellos se encuentran un Convenio Comercial (1973),
Convenio de Cooperación Científica y Tecnológica (1975), Convenio de Cooperación
Económica y Tecnológica (1976). Dichos convenios demostraron el interés del
presidente de mostrar autonomía en su política exterior, además fueron beneficiados
por el período de distención. Del mismo modo, Echeverría buscaba mantener relaciones
favorables con la Unión Soviética y por ello durante su gobierno nombra a dos
destacados embajadores mexicano en la URSS. Los embajadores fueron Flores Olea y
Antonio Carrillo Flores, el primero simpatizante comunista y el segundo con vasta
experiencia e inteligencia (Cárdenas, 1993). Dichos nombramientos demuestran que el
gobierno de Echeverría, a diferencia de los anteriores, tomó en cuenta a la Unión
Soviética como un potencial socio comercial que podría ayudar a solucionar los
problemas económicos del país. Tras finalizar el sexenio de Echeverría, llegó López
Portillo a la presidencia. La política exterior de su gobierno continuó con el activismo
iniciado en el sexenio anterior. Algunos ejemplos del activismo durante su sexenio son la
propuesta de un Plan Mundial de Energéticos, el Acuerdo de San José, y la participación
de México como sede del Diálogo Norte-Sur en 1981. Dicho activismo internacional y
Sección: 001 Juan Carlos Pérez Cuba
201657355

pluralismo ideológico en el sexenio propiciaron la continuación de las relaciones con la


Unión Soviética.
López Portillo realizó una visita a la Unión Soviética en mayo de 1997 (Cárdenas y
Sizonenko, 1981). La visita realmente no generó ningún tipo de acuerdo como lo fue
con Echeverría. Sin embargo, López Portillo logró demostrar a la Unión Soviética el
deseo mexicano de fortalecer sus vínculos económicos, con el fin de diversificar socios
comerciales. Del mismo modo, López Portillo recibió constantemente visitas de
Delegaciones soviéticas. La Unión Soviética estaba también interesada en mantener
relaciones con México, no obstante su objetivo ya no era ideológico como en las dos
décadas pasadas. El reciente descubrimiento de yacimientos petroleros en México era
un factor que les interesaba a los soviéticos. Aunado a ello, la sucesión del presidente
norteamericano Carter, al republicano Ronald Reagan, provocó que las tensiones entre
las dos superpotencias regresaran. Por lo que la Unión Soviética vio a México como un
potencial aliado mediador en caso de que suscitara un conflicto con Estados Unidos.
En los últimos años de la década de los ochenta, los dos países tuvieron cambios
sustanciales en sus objetivos internos y externos. Por la parte mexicana, Echeverría y
López Portillo endeudaron al país. López Portillo tomó algunas mediadas erróneas como
la nacionalización de la banca que causó la devaluación del peso y aumento la inflación.
La situación interna en México empeoraba con el tiempo, por lo que el sucesor de López
Portillo, Miguel De la Madrid tuvo que darle un rumbo completamente diferente al país.
Por otro lado, la Unión Soviética también sufría un desgaste consecuencia de la carrera
armamentista. El proyecto socialista que fue planteado a inicios del siglo XX comenzó a
generar problemas internos que no fueron resueltos por mandatarios anteriores. En
1985, Mijaíl Gorbachov asciende al poder, iniciando una política de cambios al régimen
soviético. A partir de los cambios internos sufridos en los dos gobiernos, las relaciones
mexicano-soviéticas adquieren otro rumbo diferente.
Desde el inicio de las relaciones entre ambos Estados se planteó un supuesto
vínculo ideológico inexistente, razón de ello las pocas relaciones que mantenían ambos
países a inicios del siglo XX. La recién creada Unión Soviética vio a México como un
Sección: 001 Juan Carlos Pérez Cuba
201657355

posible aliado en caso de que el gobierno revolucionario idealizado llegara al poder. Sin
embargo, la época revolucionaria mexicana, a diferencia de la rusa, sólo mantuvo una
situación caótica en el país, la necesidad primordial de México era la creación de una
Constitución que pusiera orden al país. A pesar de que Carranza promulgó una en 1917,
el desorden en el país continuó. Posteriormente en la década de los veinte, los
gobiernos mexicanos estaban más interesados en obtener la aprobación de Estados
Unidos, mientras la Unión Soviética aún continuaba formando su nuevo régimen. Las
relaciones entre ambos países eran difíciles de lograr, iniciando por la incompatibilidad
de objetivos. México nunca compartió ideales socialista, como la Unión Soviética
pensaba. La transición de régimen en México obedecía ambiciones personales, una de
las razones por las que la Revolución fue bastante conflictiva.
Con la llegada de Lázaro Cárdenas a México, el país comenzó a sufrir
transformaciones y una transición de poder tranquila, además ahora el control del país
ya no estaría atad a una figura o persona. En cambio el poder estaría en partido político,
el PRI. El régimen mantenido por dicho partido manejó de forma bastante hábil la
postura de México tanto en la Segunda Guerra Mundial como en la Guerra Fría. Este
último período fue donde se llevó a cabo la división ideológica que imposibilitaba a
México relacionarse libremente con algún bloque. El régimen del PRI habilidosamente
declaró neutralidad ideológica para no cerrarse oportunidades con ningún Estado, y del
mismo modo para asegurar estabilidad del país. Aunque en privado mantenía una
relación estrecha con Estados Unidos.
La Unión Soviética estaba consiente que México de ningún modo podía alinearse
al socialismo por razones de dependencia económica y geográfica. México solo podía
servir como un punto de reunión de los agentes soviéticos para impartir propaganda en
los demás Estados de América Latina. El interés soviético hacia México era estratégico,
más no político ni económico. Para México los intereses hacia la Unión Soviética eran
escasos debido a la distancia geografía y al propio vecindario geográfico, Estados
Unidos de ninguna manera aceptaría una relación estrecha entre los dos regímenes. Por
ende, las relaciones Unión Soviética debían ser limitadas y poco concurridas. México
Sección: 001 Juan Carlos Pérez Cuba
201657355

presentó propuestas, que pueden considerase de izquierda, en el ámbito internacional a


través del multilateralismo, con el objetivo de apaciguar a los grupos radicales internos.
Del mismo modo el multilateralismo brindó a México la oportunidad de actuar
libremente sin necesidad de encasillarse en un bloque.
Posteriormente, como la Guerra Fría fue evolucionando, el conflicto comenzó a
apaciguarse, pero esto no ayudó a que México pudiera entablar relaciones estrechas y
continuas con la Unión Soviética. A pesar de que Echeverría y López Portillo tuvieron un
mayor acercamiento a la URSS, el verdadero objetivo no era estrechar relaciones, ni
favorecer el comercio. Dichos mandatarios simplemente buscaban demostrar la
autonomía mexicana frente a Estados Unidos. Las relaciones mexicano-soviéticas a
pesar de las limitaciones impuestas por Estados Unidos, no tenían un valor profundo
para ninguna de las partes. Económicamente, México mantenía un régimen de
aislacionismo comercial, se mantenía de subsidios a sus paraestatales por lo que no
existía gran posibilidad de comercio. La URSS en cambio solía apoyar a Estados
socialistas, no obstante México de ninguna manera sería un caso similar. La postura
ideológica de los grupos en el poder era diferente. La Unión Soviética tenía intereses de
expansión ideológica. En México el grupo en el poder simplemente deseaba estabilidad
a cualquier costo. Por ello, los acercamientos entre ambos Estados fueron limitados y
carecían de una importancia real para su desarrollo interno.
Sección: 001 Juan Carlos Pérez Cuba
201657355

Referencias bibliográficas:
1. Alperóvich, M. (1995). La revolución mexicana en la interpretación soviética del
periodo de la "guerra fría". Historia Mexicana, 44(4), 677-690. Recuperado de
http://www.jstor.org/stable/25138969
2. Cárdenas, L. & Sizonenko, A., (1981), RELACIONES MEXICANO-SOVIÉTICAS 1917-
1980. Ciudad de México, México: Secretaria de Relaciones Exteriores.
3. Cárdenas, H. (1993), Historia de las relaciones entre México y Rusia. Ciudad de
México, México: Fondo de Cultura Económica, Pp. 215-244.
4. Desjeans, M., & Clement, P. (1987). Soviet Policy toward Central America.
Proceedings of the Academy of Political Science, 36(4), 223-234.
doi:10.2307/1173845
5. Elizondo, H. (1988). Las relaciones México-URSS. Foro Internacional, 28(4 (112)),
760-769. Recuperado de http://www.jstor.org/stable/27738286
6. Iber, P. (2014, 1 de abril). Paraíso de espías. La Ciudad de México y la Guerra Fría.
Nexos. Recuperado de: https://www.nexos.com.mx/?p=20004
7. Leonov, N. (1999). LA INTELIGENCIA SOVIÉTICA EN AMÉRICA LATINA DURANTE LA
GUERRA FRÍA. Estudios Públicos, 73. Recuperado de:
https//www.cepchile.cl/cep/site/artic/2016/asocfile/201603/rev73_leonov.pdf
8. Light, M. (1991). Soviet Policy in the Third World. International Affairs (Royal
Institute of International Affairs 1944-), 67(2), 263-280. doi:10.2307/2620830
9. Loaeza, S. (2013). ESTADOS UNIDOS Y LA CONTENCIÓN DEL COMUNISMO EN
AMÉRICA LATINA Y EN MÉXICO. Foro Internacional, 53(1(211)), 5-56.
Recuperado de http://www.jstor.org/stable/23608358
10. Meyer, L. (2010). RELACIONES MÉXICO-ESTADOS UNIDOS. ARQUITECTURA Y
MONTAJE DE LAS PAUTAS DE LA GUERRA FRÍA, 1945-1964. Foro Internacional,
50(2 (200)), 202-242. Recuperado de http://www.jstor.org/stable/29764875
11. Monteon, H. (Co.), (1985), MÉXICO EN LA GRAN GUERRA PATRIA DEL PUEBLO
SOVIÉTICO. Ciudad de México, México: Editorial Nuestro Tiempo.
Sección: 001 Juan Carlos Pérez Cuba
201657355

12. Oswald, J. (1965). México en la historiografía soviética. Historia Mexicana, 14(4),


691-706. Recuperado de http://www.jstor.org/stable/25134556
13. Pope, R. (1972). SOVIET FOREIGN POLICY TOWARD LATIN AMERICA. World
Affairs, 135(2), 139-170. Recuperado de http://www.jstor.org/stable/20671370
14. Richardson, W. (1992). "Meksikanistika"--Five Decades of Soviet Historical Writings
on Mexico. Mexican Studies/Estudios Mexicanos, 8(1), 45-86.
doi:10.2307/1051800
15. Richardson, W. (1986). Soviet Policy toward Latin America—A Historical Outline.
World Affairs, 149(2), 61-66. Recuperado de
http://www.jstor.org/stable/20672090
16. Tamayo, A. (2017, 25 de junio). Cuando la Unión Soviética espió a México.
Algarabía. Recuperado de http://algarabia.com/algarabia/cuando-la-union-
sovietica-espio-a-mexico/
17. Tello, C. (1994). Cartas desde Moscú. Ciudad de México, México: Editorial Cal y
Arena
18. Suchlicki, J. (1987). Soviet Policy in Latin America: Implications for the United
States. Journal of Interamerican Studies and World Affairs, 29(1), 25-46.
doi:10.2307/165638
19. Velázquez, F. R. (Co.), (2017), PARA ENTENDER LA POLÍTICA EXTERIOR DE
MÉXICO La experiencia del pasado para planear el futuro. Baja California, México:
Asociación Mexicana de Estudios Internacionales, Pp. 79-126.
20. Wesson, R. (1986). The Soviet Way in Latin America. World Affairs, 149(2), 67-74.
Recuperado de http://www.jstor.org/stable/20672091

También podría gustarte