Está en la página 1de 6

Manuel Alberto Torres Núñez

Artes liberales en ciencias sociales


Profesor: Sven Schuster
Historia del Mundo

Plaga roja o Muerte negra

“Te esperamos, plaga roja/ para librarnos de la muerte negra” – escribió un desolado soldado del
Ejército Nacional, en uno de los lugares marcados por el avance Nazi y Soviético: Polonia. Este
país fue una de las ubicaciones de las Tierras de Sangre, las cuales pueden entenderse, en el libro
del mismo nombre, del historiador estadounidense Timothy Snyder, como: “territorios sujetos al
poder policial y a las políticas de asesinato en masa asociadas a este, tanto de Alemania como de
la Unión Soviética” (2017, pág. 401).

Dicho esto, la obra a reseñar va a ser Tierras de sangre, un libro que causó revuelo en el ámbito
internacional por sus innovaciones a la hora de entender lo que ocurría en Europa, en el periodo
Entreguerras y Segunda Guerra Mundial, con dos regímenes totalitarios causantes de más de 14
millones de muertes en Ucrania, Bielorrusia, Lituania, Estonia, Letonia, Polonia, entre otros.

Europa quedó entre Hitler y Stalin, entre la muerte negra o la plaga roja. La primera ejecutó la
solución final (1939-1945) contra millones de personas, sobre todo, judías; y la segunda causó el
Holodomor en Ucrania (1932-1933), donde alrededor de 3’000.001 de personas sucumbieron
ante la gran colectivización propuesta desde el Politburó, además del Gran Terror (1937-1938) de
Stalin donde se utilizó el Estado como un instrumento paranoico de enjuiciamiento arbitrario en
contra de lo que el hombre de acero georgiano denominó ‘’los enemigos del Estado Socialista’’.

Estos y más hechos son analizados a la luz de Snyder con una buena base de fuentes, desde
poesía, libros, filosofía hasta mapas que guían los territorios marcados por el paso Nazi y
Soviético. Sumado a esto, el libro consta de 11 capítulos con introducción, conclusión y datos
numéricos.

Así las cosas, la obra del autor queda enmarcada en un periodo crudo donde la ilustración del ser
humano quedó relegada a no solo perder el rumbo de esta, sino a perder su dignidad y
humanidad. Las personas, bien que lo ejerció Hitler y Stalin, son simples estadísticas: hay un fin
en común para un bien supremo. No importa si son 1 o 2 millones con tal de que se ejecuten las
leyes del mandato del Estado. Snyder, deja muy en claro su intención de fomentar las voces de
las víctimas mediante sus últimas palabras, alientos, agonías y deseos.

Hambrunas, opresión, división, poder, violencia, violaciones, deshumanización, legitimación de


la violencia, manipulación, traición, racismo, genocidios, todos estos horrores abarca la historia
de nuestra construcción de mundo, estas también quedan abarcadas por Snyder en su obra. Hay
varios puntos centrales de su obra, donde se abarca, en un principio, las hambrunas soviéticas
(1932-1933), donde gracias a la gran colectivización y con ayuda de sus lacayos: Molotov y
Kaganovich, se forzó a la población ucraniana a dar toda su cosecha al Estado, y cuando se dice
todo es todo, dejando a la población sin qué comer. Por este motivo, comienza una época oscura
en que millones de ucranianos perecieron y muchos de ellos, inclusive los que murieron, tuvieron
que recurrir a prácticas de canibalismo para poder sobrevivir ante la desolación.

Las hambrunas pudieron haberse manejado de un mejor modo, inclusive, se pudieron haber
evitado con la orden de la apertura de reservas del grano oficial, sin embargo, había que controlar
a los revoltosos de la Ucrania soviética, pero no solo a estos sino a aquellos que olieran a
burocracia como pasó con los Kulak, ejecutados por ser una clase que no le convenía a una visión
comunista de la URSS.

La visión de Stalin continúa y la expansión de las Repúblicas soviéticas tenía que seguir. Pero
¿cómo seguir con pensamientos subversivos a los suyos? Luego de las hambrunas y de una
fallida colectivización, comienza el periodo conocido como La Gran Purga o el Gran Terror
(1937-1938): época donde el poder de Stalin se solidificó con tácticas de censura asesina hacia
sus opositores o sospechosos de ser sus opositores. Nikolai Yezhov, fue su mano derecha para
crear un ambiente de total seguridad para la dictadura de Stalin. Miles de juicios farsa y miles de
condenados dejó este Estado de paranoia frente a posibles sublevaciones contra el socialismo
soviético estalinista con condenas como trabajar en un Gulag (granja colectiva) por 10 años, hasta
el fusilamiento de personas.

En paralelo a los sucesos en la URSS, el mundo seguía su curso y Alemania no se quedaba atrás,
los nacionalsocialistas estaban luchando por los votantes con tal de conseguir el poder. Liderados
por Adolf Hitler, veterano de la primera guerra mundial, conservó un nacionalismo rencoroso
frente a los vencedores: los aliados. Poco a poco se formuló una narrativa antisemita en el
entorno del partido Nazi, la idea de que los judíos eran los culpables de todos los males de
Alemania se justificó con su apropiación y acumulación de riquezas, según el entender de Hitler.
La cancillería de Alemania quedó en manos de Hitler en 1933, mismo año del Holodomor, el cual
fue instrumentalizado por Hitler para mostrar la debacle del pueblo europeo con el propósito de
obtener votos a su favor.
La visión de Hitler consistía en una Europa limpia de judíos donde los alemanes no tuviesen que
trabajar, sino que otros lo hicieran por ellos, una especie de colonialismo racista alrededor de los
pueblos inferiores al alemán. La diferencia entre la visión de Hitler y Stalin, ilustrada por Snyder,
consistió en que los soviéticos habían optado por una autocolonización, donde el mismo pueblo
trabajara en pro del Estado soviético. En cambio, Alemania necesita de colonias para poder
producir recursos que no tenían. Por lo tanto, en el razonamiento de Hitler, la tierra a conquistar
era la Unión Soviética, debido a su cantidad de recursos, además de que era una potencia que
podía servir como contraataque hacia Inglaterra y Estados Unidos, países que eran potencias
tanto marítimas como aéreas.

En este punto, ingresa uno de los países más devastados por el paso de estos dos regímenes. En
1939 ocurre otro punto central de la obra de Snyder, la alianza entre Hitler y Stalin, la división y
ocupación de Polonia por parte de estos dos regímenes con el pacto Molotov-Ribbentrop. Donde
el país polaco quedó inmerso en una división arbitraria llena de consecuencias terroríficas debido
a que tenía una población judía importante desde hace miles de años, además de que la NVKD no
tenía ninguna clase de compasión por los habitantes, un ejemplo de esto consistió en la negada
Masacre de Katyn contra la élite y parte militar de la población polaca.

La muerte negra se instaló en Polonia y comenzaron sus guerras relámpagos o las llamadas
Blitzkrieg, iniciando la Segunda Guerra Mundial. Mientras tanto, la URSS continuaba con su
lucha por mantener un territorio tan enorme defendido de Alemania, Polonia y Japón (debido a la
hostilidad que tenían en la región de Manchuria). Snyder, habla de Alemania, porque Stalin sabía
de los peligros expansionista de Hitler, y bien que lo intuyó, porque con la Operación Barbarroja,
la Unión Soviética a finales de 1940 quedó invadida por Hitler, con su añoranza de anexionar un
terreno tan amplio y rico que podía sostener su soñada Alemania limpia de judíos que iban a
terminar en Madagascar gracias a la conquista de Francia.

Esta parte es relevante, por el motivo de que fue este suceso el que inició las hostilidades contra
la non-santa URSS, además propagó iniciativas de países afectados por esta, un claro ejemplo
que pone Snyder, es el caso de Rumania, nación que perdió territorios contra la URSS y una vez
notó su vulnerabilidad volvió a tenerlos. Retomando lo dicho, las hostilidades contra la población
soviética dejaron en claro que no se sabía cuál de los dos bandos era más cruel, sobre todo en la
región de Ucrania, por ello Snyder cita el poema de aquel desolado soldado. Ninguno de los dos
regímenes tuvo en cuenta la compasión o la piedad, estos valores quedaron relegados al poderío
de las posibilidades de ser las mayores potencias del mundo.

En este sentido, en la mente de Hitler, para poder ser potencia la conspiración judía tenía que
acabarse esfumando de la faz de la tierra a los judíos: la solución final. Si los judíos no pueden
deportarse o es muy difícil, la respuesta a esto es la decisión de exterminarlos. El genocidio judío
o Holocausto comenzó, en parte, desde la Noche de los Cristales Rotos donde miles de locales
judíos fueron destruidos. Lamentablemente, y como muestra Snyder, se crearon los campos de
concentración y los centros de exterminio, donde ocurrió el Holocausto: alrededor de 6’000.001
personas fueron aniquiladas por su religión en la región sobre todo de Polonia, los Balcanes, la
Unión Soviética, entre otros.

Gas, veneno para plagas, fusilamientos, inaniciones y demás horrores vivieron las Tierras de
Sangre, donde es cuestionable la tardía ayuda soviética, británica y estadounidense hacia estos
horrores, siendo la URSS una de las perpetradoras de estos en el periodo Entreguerras. Según mi
comprensión estos son los puntos centrales de la obra de Snyder, se deja mucho por afuera de un
libro amplio en los temas que aborda. Igualmente hay que tener en cuenta que el libro finaliza en
el creciente antisemitismo de la URSS una vez falleció Stalin en 1953 y cuando Nikita Jrushchov
tomó el poder. El hecho de que uno de sus escritores más destacados: Vasili Grossman quedara
con sentimientos de discordia con la nación comunista deja entrever mucho de lo que para este
Estado era considerado como enemigo, su obra cumbre Vida y destino muestra la contradicción
en la URSS, de luchar contra el fascismo a casi parecerse a su enemigo de lucha.

Las Tierras entre Hitler y Stalin quedaron manchadas por toneladas de sangre y marcadas por el
paso de dos regímenes sanguinarios. Las víctimas registradas no mienten y es por eso que, en el
libro y en esta reseña, se suma 1 al millón, porque hay que tener en cuenta que muchas veces las
estadísticas deshumanizan, tal como lo expresa Snyder. Las consecuencias de estos sucesos
marcaron el rumbo a una división del mundo en dos ejes: capitalista y socialista, aunque tiene sus
detalles como los yugoslavos de Tito, la China de Mao, la descolonización en África y la
resistencia al Plan Condor de Suramérica.

En este orden de sucesos e ideas, pienso que este libro fue difícil de leer, no por la complejidad
de sus palabras sino por la complejidad de los hechos que narra. Además, teniendo en cuenta mi
origen de un país en guerra constante contra, los liberales-conservadores, los comunistas, los
narcos, los paramilitares y demás, creo que es un libro que me fue difícil de digerir en este
contexto. Ahora bien, el libro en sí tiene una estructura ordenada, y siempre retoma hechos que
influyeron en los sucesos que van ocurriendo. La propuesta de colocar las voces de las víctimas
es algo que valoro y algo que en Colombia se está tratando de hacer con libros como el informe
del Basta Ya, o lo que en estos momentos está haciendo el padre Francisco de Roux con la
Comisión de la Verdad: recolectar la información de las víctimas con el fin de armar un relato
sobre una guerra que erosionó y llevó al desbarrancadero a Colombia. Sin embargo, por otro
lado, tenemos a Darío Acevedo manejando el Centro Memoria, un negacionista del Conflicto
Armado, y una persona que está manipulando la historia en favor de un Estado cuestionable
donde los distintos ejércitos, legales o ilegales dejaron millones de víctimas y un trauma del que
todavía nos estamos rehabilitando.

Por otra parte, siempre pienso que las palabras, como dijo Albert Camus, en El derecho y el revés
(1962), deben estar a disposición de quienes padecieron la historia, no de quienes la escribieron,
debido a que estas pueden manipularse. Parecido a lo que dijo Camus, Snyder dice en su libro:
“sin historia los recuerdos se vuelven privados” (pág. 471), claramente lo dice en otro sentido,
pero es el hecho de que cuando suceden estos eventos trágicos, siempre se recurre a los poderosos
para contar la historia, y, las voces de las personas que la sufrieron quedan relegadas a otros
ámbitos, pasando a ser simples mitos de una tragedia. Afortunadamente, para Tierras de Sangre,
las fuentes y los datos de donde se redactó toda esta información, fueron las suficientes para
lograr tener un punto medio entre relatos de personas y poder.

En consecuencia, pienso que este libro si bien puede ser criticado por algunas relativizaciones y
omisiones, creo que es una obra fundamental para comprender que ningún régimen basado en la
censura y la muerte, puede ser justificado o endiosado, además, considero que el uso de fuentes
humanas de voz y poesía, arma a este libro de valor universal, porque el arte, según mi pensar,
siempre es combativo ante la opresión, claramente, puede estar bajo los opresores, pero en este
caso ayudó a darle humanidad a los datos. Finalmente, considero que Snyder tiene éxito en dar a
la opinión un libro con lenguaje entendible para todas las personas que quieran adentrarse en
estos horrorosos eventos. Y, por último, considero que la historia, tal como afirma Snyder, debe
permanecer, porque en caso de removerse, los números se manipulan, la memoria se oculta y el
peligro aumenta.
Bibliografía
Camus, A. (1962). El revés y el derecho. Buenos aires: Losada S.A.
Snyder, T. (2017). Tierras de Sangre. Barcelona: Galaxia Guttemberg.

También podría gustarte