EL PIB FRENTE A LOS DESASTRES EN COLOMBIA

La falta de ética para ejercer las labores de interventoría por parte de algunos
profesionales está sumiendo en un grave problema de desprestigio a los demás
profesionales de la ingeniería en Colombia. Las denuncias por los escándalos de
la contratación en Bogotá y la destitución del Contralor Distrital, ponen en tela de
juicio la función de los entes de control y en particular de las llamadas
“Interventorías”; pues quienes deben representar al Estado y ejercer los
respectivos controles a los contratistas, han dejado de lado estas premisas claras
de sus funciones para convertirse en el mayor circulo vicioso de corrupción en las
obras publicas. Una buena interventoría se caracterizar por Controlar y Vigilar ,
verbos que denotan las funciones macro que deben realizar, sin embargo,
nuestras interventorías se han convertido en actores pasivos que no han superado
los viejos esquemas del solo interés privado y/o particular pues los grandes
contratos se encuentran en manos de un grupo de constructores que tienen
relaciones comerciales y negocios con los interventores de las mismas, hecho que
no es legalmente aceptado, es un delito y causal de inhabilidad para ellos. Con
este panorama, que se puede esperar de las Interventorías quienes han dejado de
lado todo el conjunto de valores básicos que enmarca la ética como la conducta
moral, la responsabilidad, la solidaridad, el compromiso, el interés general y la
buena fe y únicamente han buscado satisfacer sus intereses económicos en base
al oportunismo generado durante el desarrollo de los contratos.
Dadas las características muy especiales de la Interventoría, quienes las van a
ejercer en las diferentes actividades de la obra, deben poseer un alto nivel moral y
dar estricto cumplimiento de las normas del código de ética profesional. El
interventor tiene la obligación moral de hacer ver las consecuencias negativas de
determinaciones improvisadas, por su nivel de responsabilidad social. La labor
técnico- administrativa de un Interventor exige de él lo mejor de sus cualidades,
honestidad, idoneidad y autoridad, que combinadas con excelente preparación y
experiencia, le permitan ser justo en sus decisiones. Por eso cunado hablamos de
estar