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La industria textil y de la moda está altamente fragmentada esto genera un nivel de alta
competitividad. Se utilizará el modelo de las cinco fuerzas de Michael Porter para analizar la
industria a la que pertenece el Grupo Inditex.
Los proveedores suelen limitarse a efectuar las decisiones de los compradores en cuanto a
calidad, diseño, tiempos y comercialización. Los compradores de las grandes cadenas y no los
proveedores son quienes controlan estos procesos. El no ser capaz de cumplirlos significará el
cambio del proveedor.
Los compradores están más empoderados, son más exigentes en cuanto a calidad y tienen una
gran variedad de opciones para elegir. Esperan obtener exactamente el tipo de prenda que
tienen en mente con los accesorios que lo complementen, todo en la misma tienda. Inditex
cubre esta demanda ofreciendo prendas de moda a precios accesibles, que apuntan a distintos
puntos del mercado.
El principal poder que tiene el comprador es su capacidad de elegir. El proceso de compra se
basa en comparar entre un grupo de tiendas que tienen sus opciones preferidas, pero cambian
con facilidad de una a otra según lo que cada una ofrezca. Si bien los consumidores no están
asociados en grupos para influir sobre las decisiones de la empresa, sino que llevan a cabo sus
compras de manera individual, sus preferencias sí deben ser tenidas en cuenta para garantizar
la supervivencia del negocio.
En la sociedad civil, los consumidores sí cuentan con algunos gremios que defienden sus
derechos. Son entidades a las cuales pueden recurrir en caso de que tengan algún reclamo. En
el caso de Inditex, han influido directamente en las políticas y códigos de responsabilidad
social que la empresa ha incorporado a su gestión. Entre las más activas, figuran Greenpeace,
con su campaña Detox, dirigida a combatir la contaminación de las aguas y evitar el uso de
sustancias tóxicas en las prendas: Reporter, en Brasil, que promovió una denuncia por
condiciones de trabajo inadecuadas en talleres de ese país; la Fundación Alameda, en
Argentina, que informó acerca de condiciones de trabajo esclavo en varias fábricas que
realizan confecciones para Zara.
Se puede concluir, que el poder de negociación de los consumidores es medio ya que, si bien
hay muchos compradores con volúmenes pequeños que no influyen individualmente en las
ventas. Los productos de moda no son iguales, sino que se diferencian en cuanto a la
percepción de las marcas. Además, los costos de cambiar de tienda o de marca son bajos.