Está en la página 1de 1

Noches, semanas y años, jamás curarán

de una madre que busca entre tantos millones,


sabiendo que su hijo nunca aparecerá.

Una madre llena de dolor y sufrimiento,


se vuelve una niña buena para encontrarlo,
sin hallar consuelo entre tantos lugares que ha pisado.

Junto a ella siempre va la tristeza,


que se transforma en ese inmenso dolor,
ese inmenso dolor que la paraliza.

Su existencia comienza a tambalear,


no logra comprender porque esto ha llegado a ser,
trata de asimilar, pero no puede soportar el doloroso pensar,
de lo crudo y cruel, de cómo su hijo llego a perecer.

Sin consuelo, una madre que perdió su esperanza,


muere en vida y se desgarra desde las entrañas.
Cada día esa madre encuentra personas iguales a ella,
y trata de escuchar los concejos de estas.

Jamás podrá describir el dolor que sintió cuando,


una pequeña ráfaga de viento le recorrió por completo,
con un beso cálido, supo que era su pequeño.

También podría gustarte