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Diseño y redacción

Gerardo Benítez Mora


Coordinación Procesos Educativos

Wendy Eugenia Escárcega García de León


Coordinación de Formación Juvenil

Dirección y revisión
P. David Ortiz, S.J.
Dirección de Vocaciones y Juventudes Jesuitas México

Diseño e ilustración
Fernando Ochoa Chávez
Diseño y comunicación Jesuitas México

Corrección de estilo
Blanca Elizabeth Angel Merino
Comunicación audiovisual Jesuitas México

Cuaresma 2022
Contenido
5 | Semana 1: El Silencio

13 | Semana 2: La naturaleza

20 | Semana 3: Momentos difíciles

28 | Semana 4: El arte y la creatividad

34 | Semana 5: La diferencia
Presentación
La palabra “cuaresma” viene del latín quadragesima (cuadragésima)
que indica el número 40. El tiempo de cuaresma conforman los 40
días que preceden a la Pascua, que se convierten en momento de
preparación espiritual para reflexionar y entender, en un sentido más
profundo, lo que la Resurrección de Jesús significa para nuestras
vidas y nuestra fe.

Vocaciones y Juventudes Jesuitas México propone este material,


fichas de oración que buscan promover espacios personales y/o
grupales que fomenten el desarrollo espiritual de las y los jóvenes,
invitándoles a «encontrar a Dios en todas las cosas», en todas las
personas, realidades y en la creación, “en quien vivimos, nos move-
mos y tenemos nuestro ser”.

La misión de San Ignacio y sus compañeros nació de la experiencia


personal de Dios. Este encuentro con un Dios amoroso es central
en nuestras vidas, cuando buscamos a otros y vivimos el Evangelio.
Nuestra espiritualidad se basa en la convicción de que Dios actúa en
nuestro mundo, “Encontrar a Dios en todas las cosas”. Ser contem-
plativas y contemplativos en acción significa, en síntesis, poder des-
cubrir a Dios en lo que vemos, tocamos, oímos, gustamos, sentimos,
compartimos y vivimos.

Estas fichas proponen reflexionar, en este tiempo de cuaresma, so-


bre la presencia de Dios en cinco aspectos con los convivimos (o
podemos convivir) en nuestra vida diaria, y pueden traducirse en una
propuesta para contactar con la fe y la esperanza en un momento
donde la iglesia nos invita a prepararnos interiormente.
En respuesta a la diversidad de contextos y situaciones donde nos
encontramos, todas las fichas son planeadas y elaboradas con una
DIDÁCTICA FLEXIBLE, que permite adaptar las reflexiones en diver-
sos ámbitos, incluso desarrollar estas oraciones en grupo, familia,
individual o virtualmente.

Deseamos que gocen este material dejando que su corazón se ma-


raville con lo que aquí vivirán y reflexionarán.
Semana 1

El silencio
- INVOCAR -
Dispongamos mente, cuerpo y espíritu para entrar en oración. In-
voquemos al Espíritu Santo para que su luz nos permita entrar en
diálogo con nosotros mismos y con Dios.

Elige un lugar tranquilo, alejado de elementos que puedan distraer-


te. Puedes utilizar algunos elementos ambientales como algún aro-
ma, incienso, velas o música que te ayude a interiorizar y centrarte
en este espacio.

Colócate en una posición cómoda que te permita entrar en sintonía


con este momento, si te ayuda puedes cerrar tus ojos o fijar la mirada
en algún punto del lugar donde te encuentres. Pon atención a tu res-
piración: inhala y exhala profundamente, concéntrate en cómo entra
y sale el aire en tu cuerpo.

“Dispongamos mente, cuerpo y espíritu...”


- LEER -
El cuento del silencio
-Estrella Ortiz

Esta es la historia de un grupo de amigos que decidieron buscar un


día el silencio más perfecto. Se pusieron un año de plazo, pasado el
cual volverían a encontrarse y cada uno presentaría el resultado de
su búsqueda.

Cuando se reunieron de nuevo, uno a uno fue diciendo lo que había


encontrado. Todos estaban de acuerdo en que nuestro mundo era
un lugar de variados y curiosos sonidos, y que no había resultado
tarea fácil encontrar el silencio y, mucho menos, el perfecto. Esto es
lo que cada uno presentó:

El silencio de las nubes: Quien pensaría que las nubes, una masa
suave y esponjosa, blanca y volátil tuviera su ruido atronador… Sí,
atronador, de la palabra Trueno. Que se produce porque se mueven
los muebles allá en el cielo, o que son peleas, o vaya usted a saber.
Pero en todo caso, las nubes suenan, vaya que suenan.
El silencio del teléfono: El silencio del teléfono es el silencio más
falso que existe. Sus llamadas, notificaciones y mensajes entran
a cualquier hora y de cualquiera. Eso sí, tiene un modo “silencio”
que o bien vibra, o se ilumina su pantallita o vaya usted a saber de
lo que es capaz con tal de llamar la atención y romperlo (al pobre
silencio verdadero).

El silencio de las piedras: ¿Quién dijo que las piedras no hablan?


Pero si nos cuentan todo. No hay historia posible sin escuchar a las
piedras. Sí, a su modo, hablan de un pasado geológico, arqueológico,
histórico, a veces atronador. Y eso por no hablar de los terremotos y
volcanes… o sea, que, de silencio, nada.

El silencio de las flores: Las flores reinan con su belleza silenciosa,


aunque interrumpida muy a menudo por el zumbido de algún mos-
cardón o alguna abeja o, en el peor de los casos, por un estornudo a
destiempo.
El silencio del mar: Un silencio de color azul, pero en el que es
imposible adormecerse, pues cada ola suena diferente, cargada de
espuma y de rumores. El mar hace música, todo el mundo sabe que
nunca para de cantar.

El silencio de la siesta: Ay, el silencio más caro, el más difícil, tan


a menudo roto por la tele, la cisterna, una mosca, un portazo, los
ronquidos…

El silencio del cuerpo: Callado, sí, pero en su interior canta toda una
orquesta casi siempre, por suerte, acompasada: la entrada y la sali-
da del aliento, el latido del corazón, los retortijones de tripas. Ade-
más, y a poco que nos descuidemos, ahí están sonando las palmas,
los zapateados, el canto, la risa… Imposible imaginar un cuerpo
quieto… y mejor así: viva la vida.

El silencio de los libros: Las palabras de los libros son calladísimas.


Pero el libro suena al hojearlo, cuando se cae, cuando se le golpea…
y resuena en nuestro cuerpo con las emociones y comentarios que
suscita.

El silencio del fuego: Qué poder el del fuego. Hipnótico, de belleza


incomparable, sin palabras… pero atención que: chisporrotea, cruje,
chispea, bufa, gime, explota… ¡Qué sustos sonoros, los del fuego!
El silencio del bosque: En el bosque sólo callan los sonidos de la civi-
lización. Todos los demás rompen el silencio a sus anchas: cantos de
pájaros de día y de noche, crujidos de los árboles, pisadas de ani-
males silenciosos, aullidos… cada uno a su aire, en la espesura. Un
silencio muy poblado, diría yo.

Y así, uno a uno, todos fueron exponiendo lo imperfecto del resulta-


do de sus hallazgos. Hasta que, por fin, alguien dijo: - Creo, humilde-
mente, haber encontrado el silencio más perfecto,

¡El silencio de la escucha atenta!

Un silencio en el que no se oye ni el vuelo de una mosca, aunque la


haya. Y esa escucha atenta más perfecta es la que se produce… del
amor, la empatía y la compasión hacia la otra persona que comparte
algo con nosotros. Una escucha que anula cualquier ruido que su-
ponga una interferencia. Y sólo deja paso a los sonidos y los gestos
cargados de sentido.

Sí, todos estuvieron de acuerdo, ese era el silencio más perfecto.


- MEDITAR -
Deja resonar en tu interior esta lectura, si lo crees necesario, vuelve
a leerla.

• ¿Qué frase, palabra o momento del relato hizo eco en tu pensamiento y


emociones?
• ¿Con qué te quedas de esta lectura?

Pareciera que, en nuestro tiempo, hacer silencio se vuelve un poco


difícil, la información llega rápido y por varios medios, las distancias
que tenemos que recorrer, el sin fin de actividades que tenemos que
hacer para lograr el «life balance»: trabajo exitoso, deporte, alimen-
tación adecuada, tiempo con la familia, eventos sociales. Parece que
la agenda en un momento va a reventar.

Irónicamente para «matar» el poco tiempo que nos queda, o nos en-
chufamos al celular o tenemos permanentemente la música encen-
dida, y si es con audífonos que nos permitan aislarnos de los demás
ruidos, pues mejor. En toda esta suerte de huracán de movimiento
y sonido, dónde podemos encontrar tiempo para el silencio, y, ¿por
qué deberíamos de hacerlo?

El silencio es importante, nos permite hacer un alto en la vida para


profundizar en ella y no vivirla superficialmente. La reflexión profun-
da escasea y el dolor abunda. Para no sentir este dolor o este vacío,
nos llenamos de ruido.

El silencio nos conecta con el misterio de la grandeza. Descubrir que


Dios nos habla en silencio, reconocer su presencia y su voz. Jesús
antes de iniciar su vida pública se retiró al desierto para transcurrir
ahí cuarenta días de ayuno y oración (Mateo 4, 1-11); con esto nos
muestra que debemos estar en diálogo con el Padre, tener escucha
atenta, como la del cuento, porque, es ahí donde aprenderemos a
“vivir en el silencio de Dios”, porque ahí nos encontraremos con Dios.
- ORAR -
En este breve momento, dialoga con Dios, platica lo que descubriste,
lo que te dijo, lo que movió.

Proponemos la siguiente canción que te apoye para cerrar este mo-


mento:

Ver en YouTube

Desde el Silencio
Desde el silencio vuelvo a recuperar la paz
desde el silencio, desde el silencio,
Desde el silencio todo empieza a cambiar,
se hace sonora mi soledad
cuando me encuentro contigo en el silencio.
Desde el silencio es posible soñar, volar
desde el silencio, desde el silencio.
Desde el silencio, la utopía se puede alcanzar,
siento tus pasos al caminar
cuando me encuentro contigo en el silencio.
- VIVIR -
A lo largo de esta semana, busca un espacio en tu rutina diaria para
tener un momento que te permita contactar con el silencio. Si no es
la primera vez que lo haces te será sencillo encontrar la presencia/
voz de Dios en el espacio; disfrútala, dialoga, comparte con él.

Si no acostumbras a tener este momento, puedes iniciar por expe-


rimentar lo que sucede con tu mente, cuerpo y emociones al estar
en silencio; al principio será difícil, pero como cualquier hábito se
requiere de paciencia y constancia.

«En realidad, sólo en el silencio el hombre logra escuchar en


lo íntimo de la conciencia la voz de Dios, que
verdaderamente le hace libre».

—San Juan Pablo II


Semana 2

La Naturaleza
- INVOCAR -
Dispongamos mente, cuerpo y espíritu para entrar en oración. In-
voquemos al Espíritu Santo para que su luz nos permita entrar en
diálogo con nosotros mismos y con Dios.

Elige un lugar tranquilo, alejado de elementos que puedan distraer-


te. Puedes utilizar algunos elementos ambientales como algún aro-
ma, incienso, velas o música que te ayude a interiorizar y centrarte
en este espacio.

Colócate en una posición cómoda que te permita entrar en sintonía


con este momento, si te ayuda puedes cerrar tus ojos o fijar la mirada
en algún punto del lugar donde te encuentres. Pon atención a tu res-
piración: inhala y exhala profundamente, concéntrate en cómo entra
y sale el aire en tu cuerpo.

“Dispongamos mente, cuerpo y


espíritu...”
- LEER -
Génesis 1, 1-27
“En el principio, cuando Dios creó los cielos y la tierra, todo era
confusión y no había nada en la tierra. Las tinieblas cubrían los
abismos mientras el espíritu de Dios aleteaba sobre la superficie de
las aguas. Dijo Dios: «Haya luz», y hubo luz. Dios vio que la luz era
buena, y separó la luz de las tinieblas. Dios llamó a la luz “Día” y a
las tinieblas “Noche”. Atardeció y amaneció: fue el día Primero. Dijo
Dios: «Haya una bóveda en medio de las aguas, para que separe unas
aguas de las otras.». Hizo Dios entonces como una bóveda y separó
unas aguas de las otras: las que estaban por encima del firmamen-
to, de las que estaban por debajo de él. Y así sucedió. Dios llamó a
esta bóveda “Cielo”. Y atardeció y amaneció: fue el día Segundo.
Dijo Dios: «Júntense las aguas de debajo de los cielos en un solo
depósito, y aparezca el suelo seco.» Y así fue. Dios llamó al suelo
seco “Tierra” y al depósito de las aguas “Mares”. Y vio Dios que esto
era bueno. Dijo Dios: «Produzca la tierra hortalizas, plantas que
den semilla, y árboles frutales que por toda la tierra den fruto con
su semilla dentro, cada uno según su especie.» Y así fue. La tierra
produjo hortalizas, plantas que dan semillas y árboles frutales que
dan fruto con su semilla dentro, cada uno según su especie. Dios vio
que esto era bueno. Y atardeció y amaneció: fue el día Tercero. Dijo
Dios: «Haya lámparas en el cielo que separen el día de la noche, que
sirvan para señalar las fiestas, los días y los años, y que brillen en el
firmamento para iluminar la tierra.» Y así sucedió. Hizo, pues, Dios
dos grandes lámparas: la más grande para presidir el día y la más
chica para presidir la noche, e hizo también las estrellas. Dios las
colocó en lo alto de los cielos para iluminar la tierra, para presidir
el día y la noche y separar la luz de las tinieblas; y vio Dios que esto
era bueno. Y atardeció y amaneció: fue el día Cuarto. Dijo Dios: «Llé-
nense las aguas de seres vivientes y revoloteen aves sobre la tierra
y bajo el firmamento.» Dios creó entonces los grandes monstruos
marinos y todos los seres que viven en el agua según su especie, y
todas las aves, según su especie. Y vio Dios que todo ello era bueno.
Los bendijo Dios, diciendo: «Crezcan, multiplíquense y llenen las
aguas del mar, y multiplíquense asimismo las aves sobre la tierra.»
Y atardeció y amaneció: fue el día Quinto. Dijo Dios: «Produzca la tie-
rra animales vivientes de diferentes especies, animales del campo,
reptiles y animales salvajes.» Y así fue. Dios hizo las distintas cla-
ses de animales salvajes según su especie, los animales del campo
según su especie, y todos los reptiles de la tierra según su especie.
Y vio Dios que todo esto era bueno. Dijo Dios: «Hagamos al hombre
a nuestra imagen y semejanza. Que tenga autoridad sobre los peces
del mar y sobre las aves del cielo, sobre los animales del campo, las
fieras salvajes y los reptiles que se arrastran por el suelo.» Y creó
Dios al hombre a su imagen. A imagen de Dios lo creó.”
- MEDITAR -
Deja resonar en tu interior esta lectura, si lo crees necesario vuelve
a leerla.

• ¿Qué frase, palabra o momento del relato hizo eco en tu pensamiento y


emociones?
• ¿Con qué te quedas de esta lectura?

Cuando contactamos con nuestra espiritualidad nos damos cuenta


de que realmente podemos contactar con Dios en todo cuanto nos
rodea. El relato de la creación, entre muchas otras cosas, nos mues-
tra que la presencia de Dios se encuentra en los elementos natura-
les, por lo tanto, otra forma que tenemos para conectar con él es a
través de ella.

El padre jesuita Nemo Castelli, comparte algunos tips para descu-


brir a Dios en la naturaleza:

1. Reconocer que estar en la naturaleza nos unifica, pues es uno


de los lugares privilegiados de encuentro con Dios, al que
todas y todos tenemos acceso.
2. La naturaleza es una maestra en la oración: nos conecta con
lo esencial de nosotras/os mismas/os.
3. Dedica tiempo a pasear en la naturaleza (Un parque, jardín,
cerro, playa, lago… lo que este a la mano).
4. Al caminar, hazlo cada vez mas lento, sin apuro… dejando
que la naturaleza actúe en ti. Contempla los olores, texturas,
sonidos, formas, climas, colores, percepciones con todos tus
sentidos.
5. Lo importante no es reflexionar sobre estas cosas ni hacer
nada. Es la percepción física, emocional y espiritual (apertu-
ra, tomar conciencia, comprender) lo que nos hace descubrir
a Dios en lo que nos rodea.
6. Si te pones a reflexionar, déjalo y vuelve a la percepción. Si te
aburres, hazte consciente de ello, acoge y vuelve a la percep-
ción.
7. No hay que lograr nada, no hay que juzgar nada, no hay nada
que cambiar; solo acoger lo que se nos manifiesta.
8. Permanece en el presente. En la contemplación desinteresa-
da de la naturaleza. Abandona la actitud del observador que
busca algo para sí mismo/a.

- ORAR -
En este breve momento, dialoga con Dios, platica lo que descubriste,
lo que te dijo, lo que movió.

Para cerrar este momento de oración, proponemos que, utilizando el


esquema de una flor coloques aquellas frases, palabras o signos con
los que te quedas de esta ficha.
- VIVIR -
A lo largo de esta semana, date el tiempo de contactar con la natu-
raleza, puedes seguir los tips que te dimos en esta ficha y hacer un
ejercicio de contemplación. Puedes hacer este ejercicio con otras
personas y compartir al final lo que todas y todos descubrieron.

“La naturaleza da testimonio de Dios. Una vida que sostiene los


innumerables mundos que pueblan la inmensidad; que alienta al mi-
núsculo insecto que flota en el céfiro estival; que dirige el vuelo
de la golondrina y alimenta a los pichones de cuervos que graznan;
que hace florecer el pimpollo y convierte en fruto la flor”

—Elena White.
Semana 3

Momentos
Difíciles
- INVOCAR -
Dispongamos mente, cuerpo y espíritu para entrar en oración. In-
voquemos al Espíritu Santo para que su luz nos permita entrar en
diálogo con nosotros mismos y con Dios.

Elige un lugar tranquilo, alejado de elementos que puedan distraer-


te. Puedes utilizar algunos elementos ambientales como algún aro-
ma, incienso, velas o música que te ayude a interiorizar y centrarte
en este espacio.

Colócate en una posición cómoda que te permita entrar en sintonía


con este momento, si te ayuda puedes cerrar tus ojos o fijar la mirada
en algún punto del lugar donde te encuentres. Pon atención a tu res-
piración: inhala y exhala profundamente, concéntrate en cómo entra
y sale el aire en tu cuerpo.

“Dispongamos mente, cuerpo y


espíritu...”
- LEER -

Juan 11, 28-44


“Marta fue a llamar a su hermana María y le dijo al oído: «El Maes-
tro está aquí y te llama.». Apenas lo oyó, María se levantó rápida-
mente y fue a donde él. Jesús no había entrado aún en el pueblo,
sino que seguía en el mismo lugar donde Marta lo había encontrado.
Los judíos que estaban con María en la casa consolándola, al ver que
se levantaba a prisa y salía, pensaron que iba a llorar al sepulcro y
la siguieron. Al llegar María a donde estaba Jesús, en cuanto lo vio,
cayó a sus pies y le dijo: «Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano
no habría muerto.». Al ver Jesús el llanto de María y de todos los
judíos que estaban con ella, su espíritu se conmovió profundamen-
te y se turbó. Y preguntó: «¿Dónde lo han puesto?» Le contestaron:
«Señor, ven a ver.». Y Jesús lloró. Los judíos decían: «¡Miren cómo lo
amaba!». Pero algunos dijeron: «Si pudo abrir los ojos al ciego, ¿no
podía haber hecho algo para que éste no muriera?» Jesús, conmo-
vido de nuevo en su interior, se acercó al sepulcro. Era una cueva
cerrada con una piedra. Jesús ordenó: «Quiten la piedra.» Marta,
hermana del muerto, le dijo: «Señor, ya tiene mal olor, pues lleva
cuatro días.» Jesús le respondió: «¿No te he dicho que si crees verás
la gloria de Dios?» Y quitaron la piedra. Jesús levantó los ojos al
cielo y exclamó: «Te doy gracias, Padre, porque me has escuchado.
Yo sabía que siempre me escuchas; pero lo he dicho por esta gente,
para que crean que tú me has enviado.» Al decir esto, gritó con fuer-
te voz: «¡Lázaro, sal fuera!» Y salió el muerto. Tenía las manos y los
pies atados con vendas y la cabeza cubierta con un velo. Jesús les
dijo: «Desátenlo y déjenlo caminar.»”

Marcos 14, 32-36


“Llegaron a un lugar llamado Getsemaní, y Jesús dijo a sus discípu-
los: «Siéntense aquí mientras voy a orar.» Y llevó consigo a Pedro,
a Santiago y a Juan. Comenzó a llenarse de temor y angustia, y les
dijo: «Siento en mi alma una tristeza de muerte. Quédense aquí y
permanezcan despiertos.» Jesús se adelantó un poco, y cayó en tie-
rra suplicando que, si era posible, no tuviera que pasar por aquella
hora. Decía: «Abbá, o sea, Padre, si para ti todo es posible, aparta de
mí esta copa. Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres
tú.»”
- MEDITAR -
Deja resonar en tu interior esta lectura, si lo crees necesario vuelve
a leerla.

• ¿Qué frase, palabra o momento del relato hizo eco en tu pensamiento y


emociones?
• ¿Con qué te quedas de esta lectura?

En la vida las situaciones de dolor y tristeza nos inevitables; muchas


veces nos enfrentamos a momentos complicados, pérdidas, decep-
ciones, enfermedades, problemas económicos, dificultades perso-
nales, familiares… todas ellas nos llenan de sentimientos negativos
que parecieran oscurecer nuestras vidas, y aunque muchas veces
es difícil reconocer la presencia de Dios frente a estas situaciones,
hacerlo puede convertirse en una pequeña luz que nos ayude a salir
de la mejor manera de estos momentos.

Para encontrar la presencia de Dios en los momentos difíciles, debe-


mos considerar lo siguiente:

1. ÉL TE ENTIENDE: Como leíamos en los textos anteriores, Jesús


vivió situaciones que lo conmovieron y confrontaron con una
dura realidad (lloró, sintió miedo, se conmovió). Esto nos pone
frente a un Dios empático, que sabe lo que estas sintiendo y
abraza este proceso.

2. ÉL SE ENCARNA: La presencia de Dios siempre es cercana, no


es un Dios que mira de lejos nuestro dolor, sino que contacta
con él espiritual y físicamente. Se puede reconocer a Dios en
las personas que te quieren, te ayudan, te buscan, te abrazan,
te hacen reír, te cuidan en momentos oscuros.

3. ÉL TE ACOMPAÑA: Un Dios mamá/papá que camina contigo


siempre y que se hace presente en el despertar de cada día, en
el clima, el sol, la comida, la música, lo que compartes y vives.
4. ÉL TE ESCUCHA: Mantenerse en contacto con Dios a través
de la oración, nos permite entrar en un proceso de escucha –
respuesta, un relación personal con Dios que nos impulsará a
trabajar, de una mejor manera, el proceso difícil por el que es-
tamos pasando.

5. ÉL DA ESPERANZA: En un momento oscuro de tu vida, Dios


nos dice «¡Lázaro, sal fuera!», haciendo consciente que el dolor
y la tristeza son parte de un proceso que sanará y “saldremos”
de esto, recibiendo nuevas ilusiones, alegrías, aprendizajes,
oportunidades…
- ORAR -
En este breve momento, dialoga con Dios, platica lo que descubriste,
lo que te dijo, lo que movió.

Para cerrar este momento te proponemos la siguiente oración:

Nadie está solo Hay miedos que anuncian naufragios


Nadie está solo, y derrotas que parecen finales.
aunque a veces lo parece,
y te sientes herido, Pero nadie está solo,
o se te rompe la entraña. aunque a veces lo parezca.
Si se te pierde la risa, Tu Palabra no se marcha
y se te callan los versos. Y Tu espíritu nos une,
Aunque te duela la historia fluye, infatigable,
y te amenace el presente, entre nosotros.
se te atraviesen los miedos Despertando el Amor dormido,
o se oscurezca el futuro… vistiéndose de servicio,
llamándonos prójimos,
Es verdad que sí, y trenzando, en nuestros días,
que hay días grises, inesperados afectos
en que el silencio que se convierten en hogar.
atormenta, y oprime.
Hay momentos en que la distancia Aunque hoy nos llueva dentro.
es nostalgia y ausencia. No estamos solos.
Hay abrazos extraviados
esperando un encuentro. —José María Rodríguez Olaizola
- VIVIR -
Esta ficha nos invita a vivir lo que aquí compartimos, desde diferen-
tes perspectivas:

• Si estas pasando por un momento difícil, esperamos que esta


ficha de oración te invite a encontrar a Dios en lo que ahora
estas viviendo, te motive a vivir con esperanza y serenidad este
proceso. Seguro que saldrás con nuevas fuerzas.
• Si sabes de alguien que vive un momento difícil, aprovecha esta
cuaresma para poder acompañarlo/a física, emocional o espi-
ritualmente.
• Puedes hacer oración para pedir a Dios por las personas que
están enfrentando alguna situación difícil en este momento.

“No temas, porque yo estoy contigo. No tengas miedo, porque yo


soy tu Dios. Te fortaleceré, y también te ayudaré. También te
sustentaré con la diestra de mi justicia.”

(Isaías 41, 10)


Semana 4

El arte y la
creatividad
- INVOCAR -
Dispongamos mente, cuerpo y espíritu para entrar en oración. In-
voquemos al Espíritu Santo para que su luz nos permita entrar en
diálogo con nosotros mismos y con Dios.

Elige un lugar tranquilo, alejado de elementos que puedan distraer-


te. Puedes utilizar algunos elementos ambientales como algún aro-
ma, incienso, velas o música que te ayude a interiorizar y centrarte
en este espacio.

Colócate en una posición cómoda que te permita entrar en sintonía


con este momento, si te ayuda puedes cerrar tus ojos o fijar la mirada
en algún punto del lugar donde te encuentras. Pon atención a tu res-
piración: inhala y exhala profundamente, concéntrate en cómo entra
y sale el aire en tu cuerpo.

“Dispongamos mente, cuerpo y


espíritu...”
- LEER -
Te invitamos a navegar, investigar y leer sobre las siguientes perso-
nas y propuestas (da click en el nombre para saber más):

Comunicadoras Eucarísticas
del Padre Celestial
Religiosas audiovisuales
Daniel Lord, S.J.
Sacerdote de Hollywood

Cristóbal Fones, S.J.


Corita Kent Gonzalo Carrasco, S.J. Música al servicio de la fe y la
Sacerdote y pintor promoción de la justicia
Artista visual

Don Doll, S.J.


Mundo Sí Producciones Fotografías que hablan
Música y cultura como vehículo de la
espiritualidad ignaciana
- MEDITAR -
Deja resonar en tu interior este ejercicio de lectura.

¿Qué es lo que movió en tu interior conocer de estas personas y propuestas?


¿Con qué te quedas de esta lectura?

El arte ha existido a lo largo de la historia de la humanidad, como


un instrumento de comunicar, expresar, canalizar emociones y por
supuesto de contactar con lo espiritual. En la actualidad los exper-
tos, afirman que, cualquier expresión artística simboliza la capacidad
del hombre de conectarse con su dimensión espiritual, expresa sus
emociones, estados de ánimo, experiencias, sentimientos, modos de
pensar, afectos, intuiciones y le permite manifestar su creatividad,
brindándole la posibilidad de vivir la experiencia única de la magni-
tud de su libertad y abriéndole el camino del crecimiento y de en-
cuentro con Dios.

Como ejemplo de que podemos encontrar a Dios en el arte, hemos


conocido el testimonio de personas que encuentran en el arte una
manera de expresar su fe, de seguir su vocación y de comunicar el
amor de Dios a los demás.

Compartimos algunos tips que te permitirán interiorizar y conectar


con tu espiritualidad usando el arte:

• Ubica el arte que más llama tu atención, cuando algo te gusta


o te apasiona es más sencillo conectar y encontrarte con
Dios. Desde las artes clásicas como la literatura, música,
danza, pintura… hasta las contemporáneas fotografía, cine,
performances, contenidos digitales…
• Descubre las sensaciones: ¿Qué provoca en mi cuerpo? ¿Qué
cosas se mueven internamente? ¿A qué me siento invita-
do/a?
• Contempla e imagina el proceso que llevó al artista a realizar
esta pieza, los detalles, lo que trasmite a través de la técnica.
• Reconoce el arte como un talento que viene de Dios. “Y lo ha
llenado del espíritu de Dios, del saber, de la inteligencia, de
la ciencia y de capacidad en toda clase de trabajo para crear
obras de arte.” (Éxodo 35, 31-32).
• También puedes encontrar a Dios practicando un arte.

- ORAR -
En este breve momento, dialoga con Dios, platica lo que descubriste,
lo que te dijo, lo que movió.

Para cerrar este momento te proponemos elabores un dibujo, como


parte de una expresión artística, no tiene que ser muy elaborado,
solo plasma a través de los colores, signos, formas, etc. Lo que quie-
ras platicarle a Dios después de esta reflexión.
- VIVIR -
Busca un espacio en esta semana para contemplar una obra artística
que te motive a la interiorización y donde puedas descubrir la pre-
sencia de Dios. Te proponemos varias opciones:

1. Puedes escribir, pintar, componer, moldear… alguna obra tú, re-


cordando que el ejercicio de crear arte puede ayudarte a con-
tactar con tu interior y por tanto con Dios.
2. Elige una obra de un/a artista que te llame la atención y te
motive a descubrir la belleza, la creatividad y la interiorización.
Contémplala con una mirada espiritual.

Puedes integrar este ejercicio como parte de tu rutina diaria, un me-


dio que ayudará a la oración y desarrollo de tu dimensión espiritual.

“El arte es una colaboración entre Dios y el artista, y mientras


menos haga el artista, mejor.”

-André Gide
Semana 5

La diferencia
- INVOCAR -
Dispongamos mente, cuerpo y espíritu para entrar en oración. In-
voquemos al Espíritu Santo para que su luz nos permita entrar en
diálogo con nosotros mismos y con Dios.

Elige un lugar tranquilo, alejado de elementos que puedan distraer-


te. Puedes utilizar algunos elementos ambientales como algún aro-
ma, incienso, velas o música que te ayude a interiorizar y centrarte
en este espacio.

Colócate en una posición cómoda que te permita entrar en sintonía


con este momento, si te ayuda puedes cerrar tus ojos o fijar la mirada
en algún punto del lugar donde te encuentres. Pon atención a tu res-
piración: inhala y exhala profundamente, concéntrate en cómo entra
y sale el aire en tu cuerpo.

“Dispongamos mente, cuerpo y


espíritu...”
- LEER -
Fratelli Tutti – Capítulo 4:Un corazón
abierto a todo el mundo
133. La llegada de personas diferentes, que proceden de un con-
texto vital y cultural distinto, se convierte en un don, porque «las
historias de los migrantes también son historias de encuentro entre
personas y entre culturas: para las comunidades y las sociedades
a las que llegan son una oportunidad de enriquecimiento y de desa-
rrollo humano integral de todos». Por esto «pido especialmente a los
jóvenes que no caigan en las redes de quienes quieren enfrentarlos
a otros jóvenes que llegan a sus países, haciéndolos ver como seres
peligrosos y como si no tuvieran la misma inalienable dignidad de
todo ser humano».
134. Por otra parte, cuando se acoge de corazón a la persona dife-
rente, se le permite seguir siendo ella misma, al tiempo que se le
da la posibilidad de un nuevo desarrollo. Las culturas diversas, que
han gestado su riqueza a lo largo de siglos, deben ser preservadas
para no empobrecer este mundo. Esto sin dejar de estimularlas
para que pueda brotar algo nuevo de sí mismas en el encuentro con
otras realidades. No se puede ignorar el riesgo de terminar víctimas
de una esclerosis cultural. Para ello «tenemos necesidad de comuni-
carnos, de descubrir las riquezas de cada uno, de valorar lo que nos
une y ver las diferencias como oportunidades de crecimiento en el
respeto de todos. Se necesita un diálogo paciente y confiado, para
que las personas, las familias y las comunidades puedan transmitir
los valores de su propia cultura y acoger lo que hay de bueno en la
experiencia de los demás».
135. Retomo ejemplos que mencioné tiempo atrás: la cultura de los
latinos es «un fermento de valores y posibilidades que puede hacer
mucho bien a los Estados Unidos. […] Una fuerte inmigración siem-
pre termina marcando y transformando la cultura de un lugar. En
la Argentina, la fuerte inmigración italiana ha marcado la cultura
de la sociedad, y en el estilo cultural de Buenos Aires se nota mucho
la presencia de alrededor de 200.000 judíos. Los inmigrantes, si se
los ayuda a integrarse, son una bendición, una riqueza y un nuevo
don que invita a una sociedad a crecer»
- MEDITAR -
Deja resonar en tu interior este ejercicio de lectura.

¿Qué frase, palabra o momento de la lectura hizo eco en tu pensamiento y


emociones?
¿Con qué te quedas de esta lectura?

La lectura anterior nos muestra un ejemplo de “la diferencia” muy


actual y tangible. En este capítulo de la Encíclica “Fratelli Tutti”, el
papa Francisco nos invita a reflexionar sobre los migrantes y la rique-
za que existe en aceptar y convivir con alguien que es “diferente” a
nosotros.

En nuestra vida muchas veces coincidimos con gente que es diferen-


te a nosotros en contexto, cultura, pensamientos, ideologías, prefe-
rencia sexual, creencias religiosas, vida espiritual, etc., lo que suele
dificultar la convivencia; sin embargo, estamos invitados e invitadas
a encontrar a Dios en esas diferencias:

• Comprende que todos somos reconocidos como hijos de un


Dios con la misma dignidad, derechos y oportunidades.

• Promueve el diálogo. Tal vez nunca coincidan en algunos as-


pectos, pero dialogar las diferencias puede enriquecer la pers-
pectiva con la que ambas partes ven la vida.

• Creemos en un Dios de amor, esto nos invita a AMAR (con todo


lo que esa palabra implica) a las y los demás, acompañando sus
procesos personales de vida y compartiendo con ellos lo mejor
de nosotros.

• Separa las ideas y creencias de la persona. Que una persona


piense de diferente manera que tú, no lo hace menos humana
o digna; sigue siendo una persona a la cual amar, acompañar,
escuchar y compartir.
• Reconoce la presencia de Dios en ello, todas y todos tenemos
algo que aportar, que enseñar, que aprender, que compartir y
en eso se manifiesta Dios.

Todos somos hermanos y hermanas, viviendo y compartiendo una


casa común, llamados a construir un mundo fraterno que tenga lugar
para todos y todas; en el que sean integrados los descartados del
mundo actual.
- ORAR -
En este breve momento, dialoga con Dios, platica lo que descubriste,
lo que te dijo, lo que movió.

Para cerrar este momento te proponemos la siguiente oración:

Un corazón abierto
¡Ayúdame, Señor, a vivir en Ti para ser capaz de amar como Tú y
hacer felices a quienes comparten conmigo mi vida y amarles con
el corazón abierto! ¡Concédeme la gracia, Señor, de no permanecer
indiferente a las necesidades, dolores y sufrimientos de quienes
me rodean, para no quedarme indiferente ante las preocupaciones
de mi prójimo, ¡para estar siempre abierto a dar amor, consuelo,
esperanza, alegría y paz a todos! ¡Señor, enséñame a amar, para
descubrirte en las pequeñas cosas de la vida y hacer la vida más
agradable a los demás, para desde la humildad hacer más hermosa
la vida a quienes me rodean, para no juzgar y asumir los defectos de
los demás, para tener paciencia con lo que me cansa, para no erigir-
me en juez, para entregarme siempre, para compartir lo mejor de
mi tiempo, para luchar contra las injusticias, para practicar el bien,
para hacer la vida más agradable a las y los demás, para practicar
el bien, para pensar en las necesidades ajenas, para ser sembra-
dor/a de esperanza, para ser luz que ilumine! ¡Ven por medio de tu
Santo Espíritu y cambia mi corazón, ven y enséñame a amar, a com-
prender que solo en Ti, es posible que el amor sea puro y auténtico!
¡Abre la puerta de mi corazón a tu presencia y concédeme el don
de amar y actuar con todas las capacidades que me has entregado!
¡Señor, con mis gestos, palabras, acciones y actitudes hazme testigo
de tu amor gratuito! AMÉN
- VIVIR -
Busca un espacio en esta semana para conversar con una persona
con la que te cueste trabajo convivir o dialogar, hazlo con mente y
corazón abiertos para compartir con ella lo bueno que tienen por
aprender y compartir. No tienen que hablar de algún tema en espe-
cifico o de los temas donde no coinciden, se trata únicamente de
compartir un espacio breve y encontrar a Dios en esa persona.

“Cada uno de nosotros está llamado a ser un artesano de la paz,


uniendo y no dividiendo, extinguiendo el odio y no conservándolo,
abriendo las sendas del diálogo y no levantando muros.”

—Papa Francisco
MÉXICO

Vocaciones y Juventudes Jesuitas México


Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús

2022

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