La importancia de la industria petrolera nacional para el desarrollo del país no es sólo como
proveedora de ingresos al Estado. Es también un mercado de mucha magnitud para muchos
bienes y servicios. La capacidad de conseguir estas necesidades de la industria petrolera con producción nacional debe suponer el desarrollo de empresas proveedoras que sean competitivas con otros países, tanto en términos de precio, como en calidad, tiempo de entrega, financiamiento y servicios de apoyo. La facilidad de bienes y servicios por parte de empresas externas implicaría que las empresas petroleras de Venezuela tuviesen que transferirles recursos, con efectos negativos sobre su gestión. Estos subsidios, si bien ayudarían a estas empresas, no significaría aporte alguno al ingreso nacional y más bien desviaría recursos de usos más productivos.