Por lo que estando a todas las razones y argumentos expuestos podemos
concluir que no solo la Ley peruana sino los tratados y convenciones de los que el Perú forma parte no solo favorecen sino que incentivan y acogen la realización de arbitrajes internacionales con sede en el Perú, algo con lo que definitiva y decididamente estamos de acuerdo, máxime si se debe de considerar que en la actualidad el Perú está celebrando una serie de tratados de libre comercio, que solidifica la apertura de nuestra economía al mundo, lo que sabemos requiere de un mecanismo eficaz que proteja la inversión que se viene realizando en nuestro país, siendo el arbitraje el principal aliado para lograr dotar de seguridad jurídica a los inversores.
Por lo expuesto consideramos que evidentemente, tanto la legislación en
materia de arbitraje del Perú, la Ley N° 26572 – Ley General de Arbitraje, así como los tratados de los cuales nuestro país forma parte; básicamente la Convención de Nueva York de 1958 Sobre el Reconocimiento y la Ejecución de las Sentencias Arbitrales Extranjeras, favorecen el reconocimiento y ejecución de laudos extranjeros en el Perú conforme a lo expuesto y sostenido precedentemente, algo con lo también decididamente estamos de acuerdo