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El chupacabras
La característica principal de la historia del chupacabras es que los eventos en
los que se basa son tan recientes que sabemos que, en este caso, parte de la
historia ocurrió de verdad e incluso tuvo implicaciones sociales y políticas. A
diferencia de otras leyendas, parte de lo narrado no fue transformándose solo
a través del boca-oreja, sino que pasó por los medios de comunicación de
masas.

Los hechos ocurrieron en el año 1995, en Puerto Rico, cuando una familia
encontró a varias de sus cabras muertas, y según trascendió a los periódicos,
todas ellas tenían tres heridas en forma de perforación en el pecho.
Además, prácticamente no quedaba sangre en ellas, por lo que cuando el
caso trascendió, se llegó a hablar de vampirismo.

Por otro lado, otro de los hechos más inquietantes es que en la isla
prácticamente no hay depredadores naturales (además del ser humano)
capaces de matar tal cantidad de cabras, ya que, al estar lejos del continente,
los únicos carnívoros relativamente grandes han sido introducidos por los
colonizadores (y ninguno excede el tamaño de un perro). Y las cabras no
parecían dañadas más allá de los tres orificios, por lo que aparentemente no
se había producido una lucha. Sin embargo, estos granjeros no llegaron a
avisar a las autoridades y los animales no fueron examinados por
profesionales: lo ocurrido pasó a los medios de comunicación más tarde,
cuando ocurrieron casos similares.

Pocos meses después, en otro pueblo de Puerto Rico, Canóvanas, otras


150 cabras aparecieron muertas del mismo modo, y durante ese verano,
otros ataques de este tipo se fueron sucediendo en la zona, pero esta vez se
les añadieron avistamientos de una extraña criatura. Se dijo de ella que era un
animal de gran tamaño que se erguía sobre dos patas sin llegar a ser humano,
y que varias espinas largas salían de su cuerpo; al ser visto, desaparecía
rápidamente en la oscuridad de la noche.

La conmoción causada por el "chupacabras" fue tal que el alcalde de


Canóvanas, José Chemo Soto, llegó a patrullar por las calles con un grupo de
hombres armados para dar caza a la criatura, aunque sin éxito.

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