Está en la página 1de 14
CAPITULO 31— PAREDON “+ Agatha Romanova. La noticia que me da Lena me hace apoyar las manos sobre la mesa obligandome a pasar el sinsabor; Boris Korolev tiene las coordenadas de Gehena, segun él, va a ir por el Boss y eso era lo que queria evitar, que lo fueran a buscar, pero la pleitesia que le rinden unos aqui les quita el razonamiento. Matarlo seria sospechoso, ya que los Korolev son importantes en la Bratva. —FPaciencia —habla Lena atras—, que dafiada la imagen acabado el reinado. La organizaci6n no le va a perdonar el mas minimo trato de piedad con el enemigo, Vladimir se salva porque esta muerto, pero el Boss no. Me era mas facil que hablara, ya que asi nadie hubiese movido un dedo por él y ahora me toca irme por los bordes. Masajeo mi nuca, asi como Viktoria le limpio el camino a su hijo, yo debo limpiar el de! mio. Vladimir se enamoré de la puta de Emma James y no hay duda alguna de que Amelie Skagen es su hija. Carga el mismo tipo de sangre O Rh positivo del Underboss, ademas, las fechas concuerdan al igual que el apego por parte de él en sus Ultimos dias. Las James son engafiosas y desde que los vi juntos sabia que algo se traia en manos esa nifiata, lo tomé como burla porque pensé que solo seria el trapo del Underboss quien sabia que no podia llevar las cosas lejos. Thomas entra soltando la vara con taser que se emplea para torturarla, tiene la camisa desacomodada y se limpia el sudor con un pafiuelo. —Fue ella la que las dio —confirma enojado—. La golpeé hasta que se desmayo la muy perra. Debemos empezar a actuar ya, sino aprovechamos esta oportunidad, no vamos a tener otra. Lena, Inna, Lev y Czar se miran entre ellos. Somos veinte Romanov de sangre entre hermanos, sobrinos, hijos y demas. Veinte sin contar a los que cargan el apellido por alianza 0 matrimonio como Vera, la “mujer” de Uriel, Domi, la viuda de! difunto Dante, y Viktoria, la madre de Ilenko, Aleska y Sasha. Le indico a Lena que proceda junto con los demas. Sé lo que dijo Akin, segun mi hermano, no se van a lanzar sefialamientos hasta que el Boss vuelva y ya fueron por él. Aunque no quiera y esté deseando que Boris muera en el camino, tiene la posibilidad de regresar y debo prepararme para eso . Me llevo el teléfono a la oreja contactando a los veteranos de la Bratva, aquellos que juraron honrarla y han entregado a sus hijos para que sean Kryshas, Torpedos o Vory v Zakone. Los pongo en contexto sobre la situacion y explico como es la mejor forma de proceder para mi. —La organizacién va primero, eso lo tengo claro, pero acabada la amenaza, lo justo es actuar como sé debe ya que las leyes de la hermandad se respetan. Digo mientras la linea se mantiene en silencio, para ningun miembro es sencillo asimilar que el gran cabecilla se equivoque. —Era la puta del Underboss y este se la pasaba mas que drogado —me replica el padre de Yura Oniani, «Son uno de los apellidos con mas peso en la Bratva»—. La obligacién del Pakhan era infundir y obligar a que actuara como es; un cazador, asi que lo dejé enamorarse de /a presa. —Para sorpresa dé muchos, si fue asi la prefio y el Boss lo sabia —aseguro—. Sabia sobre la existencia de la bastarda y no la marcé, ni tampoco la matd. Si no me crees, enviaré pruebas para que no te queden dudas. El fuerte resoplido que me emite me confirma su braveza. —Como familia vamos a actuar como se exige y es muerte para ambas —continuo —. Nos lavamos las manos con esto y dejaremos que la Bratva proceda como lo desee. Thomas me quita el teléfono argumentando, basandose en las reglas de la hermandad. Se ha aprendido todos los puntos y al ser abogado sabe muy bien por donde irse. Hace lo que tiene que hacer mientras que Lev y Czar se encargan de enviar lo recolectado, «Nada de fotos», ya que cada que la veo... Continuo con la siguiente llamada, unos no me quieren ni escuchar, pero insisto poniéndolos al tanto de todo y a ninguno le gusta la noticia. Thomas me vuelve a quitar el teléfono haciendo lo suyo, procede con el siguiente numero y, al finalizar la ultima llamada, bajo a ver en qué esta el resto de la familia. Koldum esta encadenado en la carniceria ya que es una buena herramienta de tortura la cual no se esta alimentando para mayor efectividad. Me uno a los Romanov que yacen en la sala, es una situacion complicado Salamaro es quien esta poniéndonos al tanto de todo desde Moscu, ya que convoqué la reunion con caracter urgente y esto es importante, terminada la tarea nos iremos a cumplir con nuestras obligaciones. —Ya dejemos de preocuparnos que al igual se va a solucionar —hablo—. Tuvimos suerte de enterarnos ahora y no mas adelante estando esa mas grande, ,Se imaginan que se llegara a decir que dejamos crecer a una Romanova James? Me llevo las manos al abdomen conteniendo las ganas de vomitar. —Es algo repudiable y mortal... —No exageres que no subestimamos y las James no son cualquier cosa —espeta Livvy, la hija del difunto Dante— No me agradan, no sé en qué estaba pensando Vladimir, pero... —Estas con ellos? —increpo callandola con un bofeton— ¢Del lado del apellido que mato y se burlo de la muerte de Sasha? Toco el punto que mas nos duele, en especial a Aleska, ya que Ilenko, Sasha y ella vienen del mismo nucleo familiar de Viktoria. —De por si esta mal tener bastardos, ahora imaginense lo que es tenerlos con el enemigo que tanto odiamos —continuo—. Y es que no tenemos ni que pensarlo, ya que es nuestra reputaci6n lo que esta en alto, prestigio que Sasha siempre mantuvo en alto. No me dicen nada porque saben que estoy en lo cierto, todos aqui hemos pasado afios creando un nombre. Nos cohibimos, nos cuidamos y nos esmeramos para ser quien somos y por algo somos la familia mas importante de la Bratva. Les hago un breve repaso de todo empezando por Akin que se mantiene ido hasta terminar con Aleska que no abandona su puesto. —Ellas son una amenaza, siempre lo van a ser porque nos detestan como nosotros las detestamos a ellas y a la mas minima oportunidad nos van a matar, buscaran el traspiés. Rachel James anda diciendo que no es la mujer del Vor, que no tiene ningun vinculo con él, sigue apoyando a la piramide, pese a que el marido esta de este lado —termino—, con esto esta dejando claro el papel que le gusta y es el del enemigo, ,Qué pasa con el opositor? Se le daria de todas las formas posibles. Ninguno me refuta y decido dar la demanda que manda a preparar el pared6n. —La ejecucion sera mafiana a las 8 am —me retiro—. Avisenme si alguno quiere tirar del gatillo. + Emma. Los ultimos golpes de Thomas Morgan me han dejado de nuevo contra el rincén, la mano que me pis6 duele bastante y Jos sitios donde conecté el taser tienen mis huesos temblando. —jNadie va a llegar porque son dias, horas! —sus gritos cargados de burla funden en mi oido— ;Horas y dias que no tienes, maldita inutil! Cabeceo consiguiendo que mis parpados se abran, odio que los golpes me desmayen y de inmediato busco el sitio donde yace lo Unico que tengo. Parpadeo varias veces, ya que veo borroso y una oleada de miedo me aplasta al ver a la persona que yace agachada frente a la tabla donde ella esta sentada como si nada, sonriéndole. Un intenso sabor salado toma mi boca y el dolor sigue presente en cada una de mis articulaciones mientras me levanto como puedo. Sé que es una jugarreta de mi cerebro, la cual reemplaza el paénico con un golpe de sentimentalismo al ver como él extiende /a mano tocando su cara sin ningun tipo de afaén denotando lo encantado que esta. —No ha comido mi sol, pequefia puta... Voltea a verme regafiandome y mi espalda se va contra las rejas rompiendo en llanto con la imagen del Underboss, la cual enloquece mi pecho alterandome, evocando mi ultima noche con él. No puedo controlar ef Ilanto, la culpa, el peso de saber lo que esta padeciendo por mi culpa. Una mano choca contra las barandas de metal despertandome y es Uriel Romanov el que esta en los barrotes. El quejido de ella me hace reaccionar en el rincon del mundo real. Mi nariz esta sangrando, tengo la cara empapada de lagrimas y me apresuro a revisarla, sigue envuelta como la dejé y el ruso se retira a grandes zancadas cuando me le acerco. Vuelve a quejarse con la mano en el abdomen y froto la palma sobre este para que me sienta, detesto a ese viejo imbécil por no permitirme estar atenta como se debe. Su cuerpo sé contrae, deben ser cdlicos por el hambre y me centro en que tengo que sacarla de aqui. Los barrotes de hierro son imposible de doblar, abrir el candado seria un milagro y la angustia me lleva a la esquina la cual tiene un parche que muestra un poco de tierra. «A lo mejor si escarbo puedo hallar algo al otro lado», un pufial, un arma, una lave enterrada, no sé, pero el desespero me hace aferrar a todo tipo de po: lad por inutil que se vea. No me gusta que se queje por mi culpa, por mis problemas, por mis equivocaciones. Escarbo de rodillas lastimando mis dedos mientras los dos presos que tengo a cada lado me observan. El mal olor es asqueroso, pero no importa, sigo haciéndolo negandome a quedarme quieta, ya que siento que si el destino ve que me estoy portando bien, si nota que me esmero a lo mejor se apiada de mi. «Dolor». Lo tengo presente cada que respiro, pero no le doy protagonismo, no le doy cabida a eso ni al hecho de que tenga la boca tan lastimada que no puedo cerrarla y por ello mi saliva se escapa de ella, el que tenga los brazos y piernas llenas de moretones. No paro de escarbar consiguiendo sacar grandes cantidades, ignorando la burla del que vigila y es que si, he de verme como una loca, pero esta loca quiere salvarse, proteger a lo unico que tiene y por mentalmente suplico, por una ayuda, una herramienta, jUna maldita oportunidad! El concreto que hallo al fondo pela la piel de mis nudillos dejandome claro que mi trabajo es envano... —Ultimos minutos para los condenados —dicen a lo lejos. El deje de desesperanza se hace presente en cada uno de mis latidos y el olor putrefacto en mi nariz empeora volviendo toda mas helado. «No sé cuanto tiempo estuve desmayada» y desaproveché ese tiempo tendida como una inutil en vez de buscar otras soluciones. —Traelas. Tiro de mi cabello golpeando mi rostro porque perdi, perdi el tiempo y deje llegar este momento ya que los golpes de maldito volvieron a dejarme inconsciente y no fui capaz de reaccionar antes. Oigo los pasos y me apresuro por ella desenvolviéndola, queriendo que se despierte. Lo hace rapido y la tomo dejandola frente a mi. —Estuve inconsciente y el tiempo se paso —le explico nerviosa y asiente como si me entendiera—. Yo... No tengo cara, no sé como mirarla a los ojos y decirle que le he fallado porque no quiero hacerlo, no quiero decepcionarla. —Perdoname —siento que debo hacerle saber como me siento—. Mama no actud como se debia, pero no lo hice con mala intenci6n, te lo juro; es que simplemente te adoré desde el primer segundo en que lo supe y... No... No... me senti capaz de dafiar algo que viniera de él... Peina mi cabello con los dedos recordandome que no todo lo hermoso viene de lo bueno, ya que de la penumbra y la mierda saqué a un ser extraordinario. La traigo contra mi pecho cuando deslizan la puerta, apoyo los labios en su coronilla y me niego a soltarla cuando intentan apartarme a la fuerza, afiadiendole mas oscuridad a mi mundo. Les suplico que la dejen, pero nadie me escucha, nadie me hace caso, siendo obligada a abandonar el calabozo con ella aferrada a mi sucia bata. Me arrastran como un animal sin importarle mis golpes, mis heridas por el contrario, se esmeran por maltratarme mas avivando el enojo que crece cada vez mas en mi pecho. —jMe reiré! —exclamo— jMe reiré esté donde esté cuando les llegue el momento a todos ustedes! Un traspiés me llevan la cara contra el pavimento que me golpea la frente, sujetan mi nunca para levantarme y me empujan hacia adelante. —Hasta que le lleg6 el momento a la esclava —Aleska Romanova sale de uno de los corredores con las manos atras deteniendo la marcha de los Boyeviki — 4Seré yo la hermana que me burle de tu muerte, Emma James? Las hebras doradas las tiene recogida y la ropa cefiida la mantiene encajada dejando ver el arma que mantiene dentro de la pretina del pantalon. —Creo que nos merecemos un rato a solas —espeta reparandome de arriba abajo—. Un golpe mas, un golpe menos da igual en esta circunstancias. Sujeta mi brazo arrebatandome del Boyeviki repitiendo la accion con la persona que tengo aferrada a mi. —En unos minutos yo misma la llevo al paredon —me devuelve—. Puedo sola, asi que los veo afuera. Es lo unico que huele bien aqui y su agarre se mantiene en ambas mientras nos hace caminar rapido. El circuito de prisiones es enorme y la tension que carga me avisa que me espera mas maltrato todavia. Sacude mi cuerpo varias veces y me hace apresurarme afanada llegando al otro lado donde pide abrir las puertas. No le ponen problema, temo que me lleve a la maldita trituradora cuando el viento frio de la mafiana nos envuelve al salir mirando a ambos lados antes de continuar acelerando el paso a través del hielo. Quedamos en la parte de atras de la fabrica de armas y noto que no hay el mismo flujo de obreros que habia la vez pasada; ahora parece que solo estuvieran los Romanov y sus Boyevil La estructura de metal proyecta una sombra gigante cubriendo los camiones que tiene al frente, a mi izquierda hay una linea de volquetes y ella sigue caminando decidida, sin hablarme. —Aleska —reconozco la voz de Agatha atras cuando la Ilaman a mitad de camino— Qué haces? Su agarre aumenta en mi brazo acelerando la marcha. —Aleska —la vuelve a llamar, pero no se detiene y dos de los Boyevikis de Thomas aparecen adelante. —Tomala —me dice— jTOmala y largate de aqui! Saca el arma con la que le dispara a los sujetos que aparecen a la vez que hago caso tomando lo mio. —jConspiras, zorra malagradecida! —exclama su tia— jAleska nos esta traicionando! Intenta dispararle y esta evade la bala devolviendo el ataque, pero a Agatha la cubre el marido evitando que la mate. Corro con lo mio, ya que en cuestion de segundos aparecen todos Romanov, la bala de Lena levanta la nieve cerca de mis pies y alcanzo a sumergirme quedando contra la lata de uno de los camiones mientras la rubia que me saco se pierde entre los volquetes. —j Uriel, ve por Aleska! —estipula Lev—jQue los Boyevikis traigan a las perras! La abrazo con fuerza moviéndome, la linea es amplia y empiezo a correr a la deriva porque no tengo destino alguno, lo Unico que tengo claro es que no puedo volver a sus rejas. Los huesos me duelen en todas aquellas partes donde me han golpeado, pero sigo huyendo cubriéndole la cabeza. —jPutaaa! —Thomas me Ilama—jVen aqui 0 el vidrio esta vez estara dentro de tu culo! El crujido de las botas pisando la nieve es desesperante, serpenteo en las filas, escabullendome hasta que las linea de camiones empieza a acabarse. —jPuta! —el marido de Agatha no deja de gritar. La entrada trasera de la fabrica de armas es lo que mas cerca tengo, los gritos de Thomas y los demas aumentan mi panico y le sumo velocidad a mis piernas apresurandome a las puertas dobles que empujo metiéndome a las malas. —j(Fabrica! —gritan— jEsta en la fabrica! Quien vigila arremete contra mi, pero me voy al piso sin soltarla refugiandome en el meson de madera que llenan de proyectiles. Tapo sus oidos cubriendola con mi cuerpo, los que estan arriba empiezan a bajar, sé que no van a dudar en matarme y cuando varios mas se adentran en el sitio activando el chip de supervivencia que me levanta. Las enormes mesas me cubren y avanzo en busca del umbral que atravieso casi gateando. La suelto y no sé de donde saco fuerza para cerrar la puerta pesada de metal, la cual estrello y aseguro queriendo que sea una barrera. Corro el mes6n que tiene al lado y agitada trato de pensar; «Estoy encerrada», cautiva otra vez en un cuarto lleno de piezas, donde hay armas en proceso, una ametralladora de piso a medio desarmar y una camioneta a la que le estan equipando la coraza. Con ella corro a las puertas doble tipo garaje que veo, pero estan aseguradas con cadenas y la patada en la puerta por donde entré me pone en alerta roja. —jSal, zorra estupida! —grita el marido de Agatha— j{Quién crees que va a llegar ahora?! jgTu papi, maldita inutil?! Sus patadas son tan fuertes y a mi cabeza llega las veces que ha estrellado sus botas en distintas partes de mi cuerpo,sus nudillos en mi cara, su maldito aliento lo detesto tanto como sus palabras y esta vez mis ojos se nublan, pero con lagrimas cargadas de ira porque acabarme a golpes es lo que va a hacer si entra. El acero es fuerte y rapido mando todo abajo buscando las Ilaves del vehiculo mientras sus gritos siguen tronando afuera. Hallo el llavero en uno bandeja y le echo mano al abrigo al abrigo y a la navaja que veo en uno de los mesones. Abro la puerta del vehiculo y arrojo todo adentro antes de meterla a ella, ajusto bien el cinturén y me doy la vuelta encendiendo el motor antes de volver a salir pidiéndole que no se mueva. Capto mas pasos afuera y el estrellon no sé de qué, pero hace vibrar el meson que resguarda la puerta. Arrastro la base de madera donde esta la ametralladora dejandola en el sitio adecuado y vaciando las herramientas en el piso antes de arrastrar las piezas que el arma tenia alrededor. —j~Quién te crees?! —vuelven a empujar— ~Una heroina como la ramera de tu hermana 0 el super soldado que se cree tu asqueroso padre? El siguiente golpe vuela el primer seguro y no entro en panico, simplemente me preocupo por poner la piezas que faltan trayendo las imagenes del cuaderno a mi cabeza, los planos, al ruso dibujando y mostrandome lo indispensable, reviso, repasando repitiendo los elementos que una y otra vez me dijo que no podian faltar Solo necesito cuatro cosas para que funcione y por ello le clavo la mirilla delantera, la palanca de cierre de cafion, la salida del chasquido y el cilindro de gas. El segundo seguro cae mientras ajusto, apretando lo mas rapido que puedo. En México lo oi hablar tanto de armas que me sé el calibre de balas que usa mayormente y corro por dos de los cinturones. Instalo, cuadro y... —jVoy por ti inutil! El ultimo seguro cae arrasando con el meson y la puerta a la vez que llevo el dedo al gatillo soltando la serie de balas que arrasa con la linea de hombres que entra y no la suelto, por el contrario, la muevo volviendo mierda la barrera que quise poner mientras los cartuchos vuelan en medio de los destellos. —jTen, mira y aprende! —le grito— jAprende a no hacer de menos a nadie y mucho menos a mi que no es la primera vez que estoy aqui maldito hijo de perra! El olor a polvora se apodera del lugar mientras Ilena de rabia bombardeo la entrada. Lo dije, dije que me iba a enojar y a nadie le iba a gustar. No que muy macho?! —le sigo soltando balas— ; Tanta palabra y una ametralladora te esconde los cojones! Hacen , sin saber que cuando me propongo algo, hago lo que sea para conseguirlo y mi cabeza esta centrada en no dejar morir a mi hija, porque si hay algo que me ensefio la Dominatrix que me entrend es que puedo ser buena en lo que a mi se me dé la puta gana. Desvio el cafidn a la pared que se perfora con los proyectiles. El cinturén es largo, tiene cabida para dos, activo gatillando directo y corro por la ametralladora de uno de los Boyevikis que alcanzo a entrar, le quito la pistola y me apresuro a la camioneta donde me adentro. Con las manos en el volante espero que las detonaciones cesen cuando el cinturén se acaba y de inmediato hundo el pie en él acelerador llevandome por delante lo que queda de la lata, el vehiculo esta blindado y arraso con lo que se me atraviesa. Thomas Morgan me hace frente lanzando tiros al vidrio, pero estos rebotan y me desvio a la salida frenando para no estrellarme contra los camiones, los demas siguen arremetiendo con todo, pero ya me centré en perderme de aqui, giro el volante y tomo el estrecho camino que hay entre la fabrica el estacionamiento. Las alarmas se encienden, los proyectiles se oyen como lluvia en el metal y no tengo tiempo para dar vueltas ya que por la puerta no me van a dejar salir, la fortaleza esta rodeada de arboles y no sé ni lo que hago, simplemente me adentro entre los pinos mientras lucho por no estrellarme esquivando los que me entorpece el camino. El hielo no me ayuda, hace la tarea demasiado dificil, un monton de canes empiezan a perseguirnos, sin embargo, logro dejarlos atras cuando sumo velocidad y.. El tronco caido que aparece me pone a girar el volante de nuevo, pero la velocidad me juega en contra consiguiendo que las lIlantas derrapen estrellandome de costado contra este. Piso el acelerador otra vez, sin embargo el vehiculo no avanza, repito tres veces mas, solo se mueve un par de centimetros, parece que tiene algo atascado y rapido me pongo el abrigo que tire enganchandome la ametralladora en la espalda, meto la pistola en el bolsillo al igual que la navaja antes. Suelto su cinturon y la saco emprendiendo la emprendiendo la huida con el crujido huyendole al crujido de las ramas y los ladridos que se aproximan. La sujeto con fuerza ignorando los letreros en amarillo simpliemente sigo corriendo buscando el espeso tramo de bosque que veo a lo lejos, el saber lo que me espera convierte el miedo en un motor el cual me hace jadear aferrada a lo unico que tengo. La ametralladora se mueve a mi espalda y mis afios de ejercicios constante salen a furor consiguiendo que pueda sumergirme en el sitio en el que me centro y donde no me detengo cuando llego, pese a estar descalza, no lo hago ya que volver al calabozo es nuestro fin. Las coniferas gigantes prevalecen, la niebla empieza a absorbernos y la poca luz diurna que habia se va volviendo escasa. EI suelo frio tortura la planta de mis pies, sé que no han dejado de seguirme, tengo claro que vienen atras y entre mas corro mas denso se va volviendo todo. —jPerra! —claman a lo lejos y tomo el primer camino que se me atraviesa negandome a parar porque no puedo parar. El entorno se va tornando mas sombrio y me veo obligada a correr mas rapido con el Rottweiler que empieza a perseguirme apareciendo no sé de adonde. —jOye, oye! —me gritan dos voces femeninas— jDetente ya! Son dos mujeres las que me llaman y no me detengo, continud luchando con la nieve, sumandole velocidad a mis piernas. —j(Detente! —vuelven a exigir con los ladridos del animal cada vez mas cerca. Hago caso omiso, tengo que ponerla a salvo, jDebo ponerla a salvo! De los arbusto emerge la mujer con gaban que se me atraviesa pidiéndome que pare, los ladridos del perro no se detienen, la idea de que vuelvan a tomarme me envuelve, no tiene pinta de querer quitarse, no deja de gritar que hasta aqui puedo llegar, freno y el miedo es tanto que sin pensarlo saco el arma soltando el disparo que la derriban. Le apunto a la figura que se mueve entre los arboles con la detonacion, el can la sigue y soy obligada a devolverme con los tres osos blancos que aparecen corriendo hacia mi. Lo que cargo no me da mucha libertad para disparar y emprendo la huida de nuevo saliendo del camino por el que venia. Me resbalo varias veces, sin embargo, sigo sin soltarla. Abajo no hay mas que la bajada de una montafia con destino incierto y me refugio en uno de los arboles gigantescos, ya que devolverme seria entregarme a los que me persiguen. Sudo pese a estar envuelta en clima de Alaska, los ladridos de los canes siguen oyendose a lo lejos, mi cabeza se estrella una y otra vez contra el cedro, la zozobra me mantiene mirando a todos lados y no soy capaz de quedarme quieta por mas que deba hacerlo, ellos estan cerca y avanzo de nuevo sujetando su mano queriendo tener mayor libertad de movimiento por si me toca disparar. Continuo sujetandola con fuerza, no dejo de mirar atras, se cae, la ayudo y tratamos de seguir, pero un quejido nos esconde de nuevo. Aprieto el arma y con cuidado asomo la cabeza notando que es la persona que derribe la cual se esta arrastrando cuesta abajo llenando las hojas de sangre. Me muevo de sitio queriendo pasarla, pero suelta otro lamento a la vez que se abre mostrando el vientre abultado. «Oh Dios». El disparo fue cerca de la clavicula, pero le esta saliendo sangre entre las piernas, chilla con mas fuerza sin dejar de arrastrarse e intento irme, sin embargo, los pies no me dejan y vuelvo a revisar que no venga nadie, «Tengo que irme» Pero el impulso me lleva a ella tomandola de los pies queriendo esconderla. —Muerete —me pelea mientras la llevo tras el arbol que se me atraviesa— jMuérete! Su grito me exalta y llevo las manos a su boca explicandole que la voy a ayudar, pero tiene que guardar silencio «No sabia que estaba asi» Tiene el pantalén empapado y con prisa se lo quito abre las piernas y la pongo a morder la tela mientras hago presion en la herida de bala, «Juro que no sabia» Los nervios son demasiados, Ilevo a lo que me acompafia a un lado pidiendole que me espere, que no tardare. Vuelvo con la mujer, no tengo idea de esto, pero parece que ella si y abre las piernas agitada preparandose para parir, la sangre sale en grandes cantidades, el estiércol, me aseguro de que nadie venga y no deja de chillar, me preocupa la sangre que emana de arriba. Mis conocimientos en medicina son casi nulos y se aferra a sus propias piernas expulsando lo que tanto quiere sacar en medio de alaridos que me erizan con el estado en el que sale, el silencio y la falta de movimiento me recuerda al campamento, la primera muerte que presencie y me a orillo un estado de extrema tristeza. —Damelo —pide— jDamelo! No quiero hacerlo, no quiero tomarlo, pero lo exige con tanto brio que no me queda mas alternativa que entregarselo, sus brazos caen inertes empeorando el momento y no sé como el ser supremo que dice cuidarnos puede permitir algo asi, intento explicarle, pero su grito hace eco en el bosque. —jMaldita! —me grita— jMaldita! Lo hace a un lado queriendo alcanzarme en medio de lamentos cargados de dolor, que me perforan, ya que estan llenos de un sentimiento profundo y lo unico que quiero es borrar este momento de mi cabeza porque no, no era mi intencion... Se incorpora como puede, pero sangre salpica mi ropa cuando le entierran un tiro en la cabeza, uno de los Boyevikis es quien dispara la bala desde lo alto y mis reflejos responden tomando lo que tengo, antes de deslizarme cuesta abajo tomando la cumbre que en un momento quise evitar y ahora maltrata mi piel llevandome no sé a donde, pero caigo en un charco de nieve y lodo del que me levanto tomando la nueva linea de arboles que tengo a la izquierda, lo que acaba de presenciar se clava en mi cabeza, «No debi detenerme» No tenia que presenciar eso, mis rodillas duelen, el agua me salpica cada que piso los pequefios estanques y el abrigo gotea mientras me sumerjo cada vez mas en el sitio lleno de niebla espesas y arboles enormes el cual apagada, los chillidos, ladridos y alarmas: solo somos ella y yo en la soledad que conocimos en el mediterraneo la cual me recuerda que en ocasiones Ia vida sin motivo alguno nos devuelve al punto de inicio sin dar explicaci6n alguna. El que mis rodillas flaqueen haciéndome caer es la alarma de “Ya no mas” y reparo el entorno en el que entre sin detenerme a pensar en nada. De las hojas cuelgan pedazos de hielo, el dia se convirtio en noche ya que los arboles tapan cualquier atisbo de luz y el frio va empeorando a medida que avanzamos en busca de un sitio seguro que nos permita reponernos. Ella conserva el atuendo que tenia desde que partimos y agradezco que ese dia en Ucrania la noche estuviera helada y me pidiera una de las chaquetas obsequiadas por mi hermana. No siento la presencia de nadie aqui, asi que continuo saliendo del camino, son horas lo que dura la marcha en medio de musgos y piedras hasta que hallo una pequefia caverna cerca de un lago semi congelado. Reviso que no haya ningun animal dentro y con ella sujeta a mi abrigo busco algo que pueda servir para una fogata. Hay un encendedor en el abrigo y sin dejarla me las apafio para dispararle al siervo qué ficho y hago caer. Lavo la navaja en el agua fria dejando que las sangre se vaya, el recuerdo de donde provieneé enciende mis ganas de vomitar, pero no tengo nada adentro del estomago y como puedo abro el animal con el cuchillo en busca de carne, sé que lo hago pésimamente, pero lo Unico que me interesa es obtener algo para comer, el fuego me toma tiempo, pero logré encenderla dentro de la pequefia caverna después de casi dos horas intentando. Uso ramas para asar los trozos de proteina mientras ella se mantiene de pie mirando, luce ansiosa sin perder de vista lo que se cocina y me da pesar porque ha de tener mucha hambre. Con el fuego en furor noto el morado que tiene en una parte de Ia frente, la chaqueta que trae se rompié en una de las mangas, tiene un vaquero pesquero y su tobillo derecho esta raspado. Aparto su cabello revisando el golpe y las lagrimas emergen de inmediato sintiendo el vergienza de mi misma. —No me duele —niega de inmediato—. Soy muy fuerte y no me duele, Queen. Decirme que no le duele algo asi es como si yo dijera que estoy comoda con esta situacion. Me trago lo que se me acumula en la garganta dandole la carne que se devora cuando la siento e ingiere varios trozos mientras agrego mas palos de lefia para que el fuego dure al menos toda la noche. Vuelvo a su lado revisando que no tenga mas contusiones, insiste en que no le duele y eso solo aumenta mas mi remordimiento ya que por es por culpa de esta situacion de porqueria de la cual no hemos salido de un todo todavia. Acomodo las piernas dejando que se acomode entre ellas quedandonos ambas frente al fuego, froto sus hombros y Ilevo su cabello atras, tiene dos maldiciones encima y ambas cosas van a perseguirla siempre porque donde sea que vayan estaran presentes las caracteristicas que la condenan, en estos lares saben reconocer a los Romanov y mis dedos se cierran en la navaja que tengo al lado, mano tiembla sujetando el manojo de hebras doradas y las lagrimas empapan mi rostro mientras me preparo para cortar. -+—_____- Continuara...

También podría gustarte