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La última cita.

... Fue entonces cuando Demian, con solemne determinación tomó con firmeza a Lucy.
Colocaba cuidadosamente esos bellos adornos dorados, uno a la vez, colocaba uno y luego
giraba a Lucy para colocar el siguiente. Demian sabía que no tenía sentido adornar tanto de
ella pero esta sería la última vez que la veía, se había decidido a dar el próximo paso y quería
tomarse las cosas con calma.

Cuando Demian y Lucy estuvieron listos se dispusieron a pasar una velada mágica, con
tragos y charlas. Él había abierto esa vieja botella de wiski escocés que estaba reservando
para esta ocasión, había esperado mucho. Y ahí estaban los dos en la habitación oscura que
se había tornado de un azul brillante, producto de la luz de la luna llena que se filtraba entre las
cortinas de su ventana, de vez en cuando se oían personas pasar, Demian escuchaba
vagamente las conversaciones de esas personas. Demian bebía grandes cantidades de ese
wiski mientras reía y charlaba, de vez en cuando su mirada se perdía en la nada, como si
pensara para sus adentros en aquellos tiempos mejores. También la veía a ella, silenciosa y
fría. Demian sabía que lo próximo que Lucy dijera sería lo último que él escucharía, por eso se
había esmerado tanto para pasarlo bien, se había puesto su viejo traje negro de dos piezas,
aunque no tenía puesto el saco, sólo llevaba esa camisa a medio abrochar con las mangas
dobladas sobre los brazos. La noche fue increíble pero aproximadamente a las cuatro de la
mañana el alcohol comenzó a hacer efecto sobre Demian y sus risas se convirtieron en
sollozos y culpas, la velada había llegado a su fin y Demian estaba preparado. Mientras
tomaba a Lucy, esta vez con más delicadeza, pensaba en dedicarle algunas palabras a su fría
e inexpresiva compañera, pero no pudo, la culpa le ganó y mientras una lágrima rodaba en su
mejilla él postró sus labios sobre ella, cerró sus ojos y jaló...

Una gran mancha roja crecía por debajo de la nuca de Demian mientras éste yacía tirado en
el piso sin vida, sin sufrimiento. Lucy había hablado por primera vez en toda la noche y justo
como lo había prometido, su estruendo fue lo último que Demian pudo escuchar.

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