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Sebastián Palacín Newell, de 25 años, confesó el último lunes la presunta violación sexual de una
mujer en estado de inconsciencia en el balneario de Punta Hermosa. Lo hizo entre risas, con detalles,
en una red social de alcance masivo y como quien narra una hazaña, pese a que estaba revelando un
delito por el que, si se comprueba, debería recibir hasta 26 años de prisión.
De acuerdo con el testimonio del hijo del director de Indecopi, Julián Palacín, compartido en TikTok,
en la agresión sexual habría participado un segundo sujeto con quien violó a dos jóvenes que se
encontraban en estado de ebriedad.
Aunque luego de la indignación que provocó el video Palacín intentó defenderse argumentando que
lo narrado era parte de su imaginación como parte de un supuesto “experimento social”, el Ministerio
de la Mujer solicitó a la Fiscalía iniciar una investigación a fin de que se tomen “las severas medidas”
contra los responsables.
Violación y apología
La abogada penalista Liliana Calderón explica que la embriaguez de las víctimas, reconocida en
varios momentos por el agresor, es clave para determinar el delito.
“Para que se cometa una violación no se necesita probar que hubo amenaza ni violencia. La clave es
el consentimiento válido y para eso la persona tiene que estar en condiciones de hacerlo, en sus cinco
sentidos y en ninguna situación que disminuya la posibilidad de dar el consentimiento. La embriaguez
y drogadicción no son estados válidos para dar el consentimiento”, explica a El Comercio.
Incluso en su intento de disculpa con el supuesto experimento social, Palacín continúa perpetuando
la violencia al banalizar casos graves. Para entender la magnitud de este problema social: solo de
enero a marzo se han reportado 2.634 casos de violación sexual en los Centros de Emergencia Mujer.
Esto equivale a unas 29 mujeres, niñas o niños violados por día.
"Para que se cometa una violación no se necesita probar que hubo amenaza ni violencia. La clave es
el consentimiento válido" Liliana Calderón , abogada penalista.
De acuerdo con Calderón, de no haber ocurrido la violación este caso se trataría del delito de
apología, establecido en el artículo 316 del Código Penal, que se sanciona con pena privativa de liber-
tad no menor de un año ni mayor de cuatro años.
“El hecho de exaltar públicamente, enaltecer o promover la comisión de un delito también constituye
un delito que puede ser investigado por el Ministerio Público. Lo que ha hecho es transmitir que es
algo positivo un delito, en este caso la violación sexual”, explica.
"Requiere una sanción moral y de la sociedad, este tema delicado no debe tratarse a la ligera, no
pueda burlarse o hacer afirmaciones que luego tratan de quitarle peso con que es broma, el mensaje
que se manda a la sociedad y jóvenes y niños es totalmente errado" Melissa Guillén , abogada
Manuela Ramos.
Sophia Icaza, abogada penalista de Estudio Linares, añade que ante la no existencia de una víctima
que haya denunciado estos hechos, la fiscalía penal podría impulsar de oficio una investigación
preliminar bajo la figura de apología del delito. “Durante dicha investigación se establecerá – sobre la
base de los indicios y elementos de juicio que se logren recabar –corroborar la versión del sujeto
(experimento social) y/o establecer la existencia de un supuesto delictivo”, dijo a este Diario.
Para Icaza también resulta cuestionable la manera manera en que se expresa y los términos utilizados
“como si se tratara de un tema normalizado con total desprecio a la integridad y libertad sexual de una
mujer en aparente estado de inconsciencia”.
En este contexto, Guillén insiste en que es necesario incidir desde el Estado en las políticas de
prevención para erradicar los estereotipos de genero que normalizan la violencia y la educación
sexual integral.