En el Artesano propuesto por Richard Sennett menciona la necesidad de
hacerse aprendiz y producir malos resultados a fin de estar en condiciones de
enseñar como producir los buenos resultados, los malos resultados inducirán a razones con más intensidad y de esa manera, se logra mejorar, el exponerse a la práctica y atreverse a hacer cosas, se puede tener la sensación de fracaso, el aprender haciendo soluciona la educación progresista. Bernard Charlot asume el rol del fracaso escolar como un objeto de discurso, no existe el fracaso como tal, lo existente son situaciones u ocasiones en que el alumno tiene dificultades, por otra parte la familia no es la causante del fracaso escolar, si puede haber una correlación social pero no la causa en sí, se podría Hipotetizar con el origen social como ejemplo podría estar la familia con un buen nivel económico que es capaz de comprar una casa o apartamento, tiene acceso a periódicos y libros, eso pone al niño mucho más temprano en contacto con la lectura y escritura. En la actualidad los alumnos van cada vez menos con la intención de aprender, la idea está en pasar de año, si con un “bueno” son promovidos, porque la necesidad de un “ste”, esto dificulta de cierta forma el labor docente, exigiendo aún más a sus alumnos.
El problema está en cuando se habla de “fracaso escolar” tal fenómeno
se enmarca en la sociedad más vulnerable, en el fondo, este tipo de teorías solo minimiza el fracaso de las instituciones de formación docente. Bourdieu hace mención del sistema educativo como la imposición de un doble arbitrario, el doble arbitrario cultural y el método para inculcar dicho arbitrario. El arbitrario cultural implica un recorte de la cultura para ser enseñado y transmitida en la educación formal, lo que garantiza la reproducción cultural es fácilmente accesible a niños de clase alta, se considera su habitual ambiente, esa cultura enciclopédica, urbana, la ilustrada. Desde otro aspecto la lengua nativa y niños que provienen de otras culturas sufren un proceso de desculturación lo cual garantiza el fracaso escolar, ya que se le impone una cultura ajena a la suya, lo que se conoce como “profecía autocumplida del fracaso”. Bourdieu hace hincapié en la reproducción social como un paralelo de lo que ocurre dentro de la escuela y fuera de ella, la idea de jerarquía, del uniforme, de horarios (entrada y salida) de trabajos a cumplir, de la competencia entre pares, esto sucede tanto en las relaciones dentro de una escuela, como en el sistema de producción capitalista (una fábrica).
Por otra parte Philippe Meirieu en 1892 hablaba de la necesidad de una
verdadera revolución copernicana en pedagogía y exhortaba a los hacedores de programas a entender que las lecciones están hechas para los alumnos, y no los alumnos para la lecciones, pensaba de igual forma que Rousseau, que la pedagogía debe centrarse en el niño, el cual se convierte en el actor principal de su propia educación si descubre y construye por sí mismo lo necesario para su propio desarrollo.