Desde la Confederación General del Trabajo rechazamos enfáticamente la
estigmatización de dirigentes políticos, sindicales y sociales como expresión del odio que caracterizó a la protesta de productores rurales realizada el fin de semana por las calles de la Ciudad de Buenos Aires. Resulta inexcusable que los principales dirigentes de la oposición se abracen a cualquier consigna y consientan agravios personales de toda índole a figuras políticas de otros espacios en la mezquina búsqueda de votos. Repudiamos la actitud complaciente de referentes políticos con responsabilidad de gestión y de representación con las violentas expresiones de odio exteriorizadas durante la marcha. El debate político no puede teñirse de odios irreconciliables y mucho menos personales: es responsabilidad de los dirigentes encontrar los límites y no sobrepasarlos. Quienes tienen aspiraciones de conducir los destinos del país no pueden subirse al primer tractor que pase por su puerta para congraciarse con un puñado de voluntades.