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LECTURA 7

1. Siento que este premio me ha sido otorgado, no a mí como persona, sino a mi trabajo:
a una vida de trabajo en la agonía y el sudor del espíritu humano, no en procura de
gloria y menos aún de dinero, sino de crear, a partir de los materiales del espíritu
humano, algo que no existía antes. Por eso, no soy más que un guardián de este
premio. A su parte representada en dinero no será difícil encontrarle una destinación
acorde con el propósito y el significado que le dan origen. Pero querría hacer lo mismo
con el reconocimiento, usando este momento como un pináculo desde donde me
escuchen los hombres y las mujeres jóvenes que ya están dedicados a las mismas
angustias y tribulaciones que yo, entre quienes está aquel que algún día ocupará el
mismo lugar que ocupo ahora.

2. Nuestra tragedia de hoy es un miedo físico general y universal tan largamente


padecido, que a duras penas lo podemos soportar. Ya no quedan problemas del
espíritu; tan solo una pregunta: ¿cuándo seré aniquilado? Es por eso que el hombre o
la mujer joven que escribe actualmente ha olvidado los problemas del corazón
humano en conflicto consigo mismo, que solos bastarían para producir buena
escritura porque son lo único sobre lo cual vale la pena escribir, lo único que justifica
la agonía y el sudor. Debe aprenderlos de nuevo. Debe enseñarse a sí mismo que lo
más despreciable de todo es tener miedo; y una vez aprendido, olvidarlo para
siempre sin dejar espacio en su taller para nada distinto de las verdades y certezas del
corazón, de las verdades universales sin las cuales cualquier relato es efímero y fatal:
el amor, el honor, la piedad, el orgullo, la compasión, el sacrificio. Mientras no lo haga,
su trabajo está bajo maldición. No escribe sobre amor sino sobre lujuria, sobre derrotas
en las que nadie pierde nada valioso, sobre victorias sin esperanza y, lo peor de todo,
sin piedad ni compasión. Su dolor no llora sobre fibras universales y no deja huella. No
escribe con el corazón; escribe con las glándulas.

3. Mientras no aprenda estas cosas, escribirá como si estuviera viendo el final del hombre
e inmerso en él. Me rehúso a aceptar el fin del hombre. Es demasiado fácil decir que
el hombre es inmortal simplemente porque permanecerá; que cuando repique y se
desvanezca el último canipanazo del Apocalipsis con la última piedra insignificante
que cuelgue inmóvil en la agonía del fulgor del último anochecer, que incluso
entonces se oirá un sonido: el de su voz débil e inagotable, que seguirá hablando. Me
niego a aceptarlo. Creo que el hombre no solo perdurará, prevalecerá. Es inmortal,
no por ser el único entre todas las criaturas que posee una voz inagotable, sino porque
tiene un alma, un espíritu capaz de compasión y sacrificio y fortaleza. El deber del
poeta, del escritor, es escribir sobre estas cosas. Tiene el privilegio de ayudar al hombre
a resistir aligerándole el corazón, recordándole el coraje, el honor, la esperanza, el
orgullo, la compasión, la piedad y el sacrificio que han enaltecido su pasado. La voz
del poeta no debe ser solamente el recuerdo del hombre, también puede ser su
sostén, el pilar que lo ayude a resistir y a prevalecer.

William Faulki, Discurso al recibir el prernio Nobel.


23. ¿Cuál es la función del párrafo dos?

A) Señalar los problemas actuales de los seres humanos y sus causas.


B) Advertir a los poetas sobre sus problemas al escribir.
C) Dar luces sobre los problemas que los poetas están provocando.
D) Presentar los deberes del escritor en el mundo actual.
E) Mencionar los temas sobre los cuales los poetas escriben.

24. ¿Cuál es la idea central del texto?

A) El poeta debe escribir sobre las verdades universales para ayudar al hombre
a resistir y prevalecer.
B) El hombre es inmortal porque tiene alma, vale decir, bese un espíritu capaz
de compasión, sacrificio y fortaleza.
C) El poeta debe advertir sobre los vicios de la vida a los hombres para que
estos enmienden su actuar.
D) El poeta debe anunciar a los escritores más jóvenes los deberes propios de
su oficio para con el hombre y la sociedad.
E) El hombre hoy vive una tragedia, debido a su angustia por la aniquilación y
por el fin del mundo.

25. El propósito del emisor en este texto es

A) agradecer el premio y el dinero que le fue otorgado.


B) transmitir a los jóvenes escritores los deberes del escritor.
C) advertir sobre los errores de los poetas jóvenes al escribir.
D) comunicar su rechazo frente a quien "escribe con las glándulas".
E) señalar los males y los dolores que aquejan a la humanidad de hoy.
LECTURA 8

1. Granada ama lo diminuto. Yen general toda Andalucía. El lenguaje del pueblo
pone los verbos en diminutivo. Nada tan incitante para la confidencia y el
arnor. Pero los diminutivos de Sevilla y los diminutivos de Málaga son ciudades
en las encrucijadas del agua, ciudades con sed de aventura que se escapan
al mar. Granada, quieta y fina, ceñida por sus sierras y definitivamente
anclada, busca, a sí misma sus horizontes, se recrea en sus pequeñas joyas y
ofrece en su lenguaje diminutivo soso, su diminutivo sin ritmo y casi sin gracia,
si se compara con el baile fonético de Málaga y Sevilla, pero cordial,
doméstico, entrañable. Diminutivo asustado como un pájaro, que abre
secretas cámaras de sentimiento y revela el más definido matiz de la ciudad.

2. El diminutivo no tiene más misión que la de limitar, ceñir, traer a la habitación


y poner en nuestra mano los objetos o ideas de gran perspectiva. Se limita el
tiempo, el espacio, el mar, la luna, las distancias, y hasta lo prodigioso: la
acción. No queremos que el mundo sea tan grande ni el mar tan hondo. Hay
necesidad de limitar, de domesticar los términos inmensos.

3. Granada no puede salir de su casa. No es como las otras ciudades que están
a la orilla del mar o de los grandes ríos, que viajan y vuelven enriquecidas con
lo que han visto. Granada, solitaria y pura, se achica, ciñe su alma
extraordinaria y no tiene más salida que su alto puesto natural de estrellas. Por
eso, porque no tiene sed de aventuras, se dobla sobre sí misma y usa del
diminutivo para recoger su imaginación, como recoge su cuerpo para evitar
el vuelo excesivo y armonizar sobriamente sus arquitecturas interiores con las
vivas arquitecturas de la ciudad. Por eso la estética genuinamente granadina
es la estética del diminutivo, la estética de las cosas diminutas.

4. Las creaciones justas de Granada son el camarín y el mirador de bellas y


reducidas proporciones. Así como el jardín pequeño y la estatua chica. Lo que
se llaman escuelas granadinas son núcleos de artistas que trabajan con primor
obras de pequeño tamaño. No quiere esto decir que limiten su actividad a
esta clase de trabajo; pero, desde luego, es lo más característico de sus
personalidades.

5. Se puede afirmar que las escuelas de Granada y sus más genuinas


representantes son preciosistas. La tradición del arabesco de La Alhambra,
complicado y de pequeño ámbito, pesa en todos los grandes artistas de
aquella tierra. El pequeño palacio de La Alhambra, palacio que la fantasía
andaluza vio mirando con los gemelos al revés, ha sido siempre el eje estético
de la ciudad.
6. Parece que Granada no se ha enterado de que en ella se levantan el palacio
de Carlos V y la dibujada catedral. No hay tradición cesárea ni tradición de
haz de columnas. Granada todavía se asusta de su gran torre fría y se mete
en sus antiguos camarines, con una maceta de arrayán y un chorro de agua
helada, para labrar en dura madera pequeñas torres de marfil.

Federico García Lorca, Granada, paraíso cerrado para muchos.

26. Según el emisor, que la estética granadina sea "la estética de las cosas
diminutas" se debe a

A) la necesidad de limitar los términos inmensos.


B) la imposibilidad de Granada de salir de su casa.
C) el amor por lo diminuto de toda Andalucía.
D) el contraste entre Granada, Málaga y Sevilla.
E) el diminutivo granadino sin ritmo y casi sin gracia.
27. Del texto es posible concluir que

A) la geografía mediterránea provoca ensimismamiento cultural y estético.


B) la utilización del diminutivo nace para incitar la confidencia y el amor.
C) la estética de un pueblo se crea a partir de su identidad social y cultural.
D) ciudades de la misma región siempre crean estéticas y lenguajes análogos.
E) el lenguaje local, como el uso de diminutivos, influye en la estética.

28. ¿Qué quiere decir el emisor con "parece que Granada no se ha enterado de
que en ella se levantan el palacio de Carlos V y la dibujada catedral"?

A) Que los habitantes de Granada desconocen las construcciones que se han


levantado en su ciudad.
B) Que el palacio de Carlos V y la catedral rompen con la estética granadina
de lo pequeño que rige la ciudad.
C) Que las grandes construcciones son equivalentes al uso de diminutivos en su
intento de acercar lo distante.
D) Que los artistas no quieren enterarse de los cambios y las renovaciones
estéticas que está viviendo la ciudad.
E) Que a pesar de haber grandes construcciones, la estética granadina sigue
siendo la estética de lo pequeño.
Resolución

23. Esta pregunta se refiere a la función que cumple el párrafo dos dentro del texto,
que es presentar los deberes del escritor en el mundo actual. Primero, se señala
la situación actual de la especie humana, su angustia por la posibilidad de su
aniquilación. A partir de esto se señalan sus deberes: respecto a los problemas
del corazón humano, que ha olvidado, señala que "debe aprenderlos de
nuevo. Debe enseñarse a sí mismo que lo más despreciable de todo es tener
miedo". De esta manera, la función del párrafo dos es presentar los deberes del
escritor en el mundo actual. La alternativa correcta es la D.

24. La idea central debe regir todo el texto, en otras palabras, las ideas secundarias
deben estar en función de ella. En este caso, el emisor expone, en primer lugar,
la situación contingente en la que vive la humanidad: el miedo constante a la
aniquilación. En segundo lugar, manifiesta el deber del poeta para con el ser
humano: "La voz del poeta no debe ser solamente el recuerdo del hombre,
también puede ser su sostén, el pilar que lo ayude a resistir y a prevalecer". Y la
forma de ayudarlo es a través de la escritura sobre las verdades universales: el
escritor "tiene el privilegio de ayudar al hombre a resistir aligerándole el corazón,
recordándole el coraje, el honor, la esperanza, el orgullo, la compasión, la
piedad y el sacrificio que han enaltecido su pasado". De esta forma se justifica
la idea central: el poeta debe escribir sobre las verdades universales para
ayudar al hombre a resistir y prevalecer. De otra manera, el poeta solo propicia
la idea del fin del hombre, con lo que alimenta el sentimiento de angustia que
aqueja al hombre de hoy. La alternativa correcta es la A.

25. En esta pregunta se consulta por el propósito del emisor, es decir, por los
objetivos que per-sigue y las motivaciones lo llevan a comunicar un mensaje. El
emisor del texto señala, en el primer párrafo, a los destinatarios de su mensaje:
"los hombres y las mujeres jóvenes que ya están dedicados a las mismas
angustias y tribulaciones que [él]", en otras palabras, su mensaje va dirigido a
los jóvenes escritores y las jóvenes escritoras. Posteriormente da a conocer su
mensaje, cuando señala que "el deber del poeta, del escritor, es escribir sobre
[los grandes temas de la humanidad]. La voz del poeta no debe ser solamente
el recuerdo del hombre, también puede ser su sostén, el pilar que lo ayude a
resistir y a prevalecer." Las otras ideas expresadas en el discurso, como pueden
ser la posibilidad del fin de la humanidad o la negativa del autor a aceptar esta
posibilidad, están subordinadas al mensaje que transmite a los escritores
jóvenes. La alternativa correcta es la B.

26. El texto señala que la imposibilidad de Granada de salir de su casa —no tiene
salida al mar, ni ríos navegables— influye directamente en su estética de lo
diminuto. El que Granada no tenga salidas acuáticas repercute en que "no
tiene sed de aventuras, se dobla sobre sí misma y usa del diminutivo para
recoger su imaginación, como recoge su cuerpo para evitar el vuelo excesivo
y armonizar sobriamente sus arquitecturas interiores con las vivas arquitecturas
de la ciudad". El texto señala explícitamente respecto a esto: "Por eso la
estética genuinamente granadina es la estética del diminutivo, la estética de
las cosas diminutas". Por tanto, esta es la alternativa correcta. La alternativa
correcta es la B.

27. En primer lugar, en el texto se señala el uso del diminutivo por parte de Granada
y las demás ciudades de Andalucía. En segundo lugar, se justifica su uso: "el
diminutivo no tiene más misión que la de limitar, ceñir, traer a la habitación y
poner en nuestra mano los objetos o ideas de gran perspectiva". Pero Granada,
a diferencia de las otras ciudades que utilizan el diminutivo en su lenguaje,
posee una característica particular: es una ciudad sin salida al mar. Mientras
las demás ciudades pueden escapar y enriquecerse de lo que han visto en sus
viajes, Granada se vuelca en sí misma, no puede salir de casa. Este es un rasgo
esencial que conforma la identidad de Granada. Dicha identidad se traduce
en su estética de las cosas diminutas, denominada "estética granadina". De
esta forma, es posible concluir que "la estética de un pueblo se crea a partir de
su identidad social y cultural". La alternativa correcta es la C.

28. Para comprender la frase: "Parece que Granada no se ha enterado de que en


ella se levantan el palacio de Carlos V y la dibujada catedral" es necesario
tener en cuenta que palacios y catedrales son, por definición, grandes
construcciones; por esto, contrastan con la estética granadina de lo pequeño.
En la frase siguiente, el texto señala que "Granada todavía se asusta de su gran
torre fría y se mete en sus antiguos camarines...". De esta forma, se indica que
ambas son grandes construcciones. Cuando el emisor señala: "Parece que
Granada no se ha enterado", en ningún caso es una afirmación literal, sino que
se refiere a que Granada, después de la construcción de estos monumentos,
ha mantenido la estética de lo pequeño que la caracteriza, sin verse influida
por las grandes construcciones. Por esto, la respuesta correcta es que la frase
citada se refiere a que, a pesar de haber grandes construcciones, la estética
granadina sigue siendo la estética de lo pequeño. La alternativa correcta es la
E.

Respuestas

23.D 24.A 25.B 26.B 27.C 28.E


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