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Primer mandato de Antonio Guzmán Blanco

Antonio José Ramón de La Trinidad y María Guzmán Blanco (Caracas, 28 de


febrero de 1829 - París, Francia, 28 de julio de 1899),1 fue un militar, estadista, caudillo,
diplomático, abogado y político venezolano, partícipe y general durante la Guerra Federal,
Vicepresidente, Ministro de distintas carteras y enviado diplomático del gobierno de Juan
Crisóstomo Falcón entre (1863-1868) y finalmente Presidente de Venezuela en tres
ocasiones (1870-1877, 1879-1884, y 1886-1888).

Es tradicionalmente considerado, en la historiografía venezolana, como el más


notorio ejemplo del autócrata Ilustrado en la nación. 2 Fue un gobernante efectivo que
promovió el progreso de Venezuela en aspectos de la economía, educación y política pero
fue personalista y despótico en la práctica de su poder. Su permanencia como presidente del
país durante tres períodos que suman casi 14 años se complementó con 6 años de
"gobiernos títeres" con figuras como Francisco Linares Alcántara (1877-1878), José
Gregorio Valera (1878), Joaquín Crespo (1884-1886) y Hermógenes López (1887-1888),
todos partidarios del «guzmancismo». Estas dos décadas son conocidas en la historia de
Venezuela como el «guzmanato» o «hegemonía guzmancista».3

Su período como gobernante del país se caracterizó por muchos avances en la


economía y por un marcado proceso de centralización política, con el gobierno central y el
propio Guzmán Blanco adquiriendo más peso que los caudillos regionales que hasta el
momento habían sido los principales factores de poder en el país. El punto culminante de
esta política centralizadora ocurrió durante su segundo gobierno, cuando introdujo la
Constitución de 1881. Esta reorganizaba territorialmente al país reduciendo la cantidad de
estados, acortaba el período presidencial a 2 años y establecía a un Consejo Federal, que
seleccionaba al presidente y agrupaba a las principales figuras del país en una misma
entidad.

Bajo su férula la política exterior de Venezuela se tornó más asertiva y desafiante,


con conflictos con Colombia y los Países Bajos por un lado, mientras que por otro se
produjeron buenas relaciones con países como Francia, Alemania y Estados Unidos.
Desafortunadamente para él, los desencuentros fueron famosos lo que hizo que la jerarquía
de la Iglesia Católica en Venezuela confiscara (durante su primer gobierno) una buena parte
de sus propiedades y a la expulsión o disolución de varias órdenes religiosas. También fue
bajo su mandato que se hicieron cambios para un mejor desarrollo, como la introducción
del bolívar como moneda única del país, la inauguración del ferrocarril Caracas-La Guaira
(1883); la instalación de la Academia Venezolana de la Lengua (1883); y la introducción
del servicio telefónico en la línea Caracas-La Guaira así como la extensión de las líneas
telegráficas. Otras grandes obras de sus gobiernos fueron la construcción del Palacio
Federal Legislativo en 1873 y el Teatro Municipal de Caracas en 1881.

Perteneció a la corriente denominada «Liberalismo Amarillo»,4 la cual él mismo


desencadena y consolida a lo largo de su hegemonía y que le permitió extender sus
influencias políticas hasta los últimos gobiernos pertenecientes a la misma, como lo fueron
los de: Joaquín Crespo (quien después lo sucedió como comandante del país), Juan Pablo
Rojas Paúl, Raimundo Andueza Palacio, e Ignacio Andrade.5 Esta corriente política no se
acabaría sino hasta la caída de este último en 1899, por culpa de la Revolución Liberal
Restauradora.

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