El fraude es intencional. Los errores de hecho ocurren de dos formas, bilateral
y unilateral. Al error bilateral se le llama mutuo porque ambas partes, específicamente en un contrato, cometen el error. Pedro y Luis son amigos. Pedro se encontró un anillo de oro con un diamante y se lo quiere vender a Luis. Ambos creen que ese es oro de excelente calidad y que el diamante es genuino. Cuando ambos determinan que la piedra no es un diamante y el oro es de bajos kilates y por consiguiente ese anillo no tiene valor comercial, cualquiera de los dos puede anular el contrato de compra-venta del anillo.
Un error es unilateral, cuando solamente una de las partes en un contrato
comete un error con respecto a un hecho material. La diferencia entre estas dos clases de errores es que un contrato puede rescindirse por cualquiera de las partes cuando existe un error bilateral pero en el error unilateral, la regla general es que ello no libera a la persona errada de la responsabilidad que había contraído. Por ejemplo, Juan Pérez acordó vender un computador marca DELL a su amigo Manuel Gómez por $850.000 pero al escribir el valor para enviar el fax a Manuel, Juan colocó $580.000, ese error unilateral obliga a Juan a mantener el precio de $580.000 aunque el precio en realidad era $850.000.