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Universidad Autónoma de Sinaloa
Dirección General de Escuelas Preparatorias
Bachillerato General
Programa de la asignatura
PROPIEDADES DE LA MATERIA
Clave: Asignación de tiempo: 80 horas (5h/semana)
Semestre: VI Créditos: 9
Área de conocimiento: Ciencias Naturales Componente de formación Propedéutica
preferentemente: • Químico-biológicas
• Físico-matemáticas
Disciplina: Física Vigencia escuelas piloto a partir de: agosto 2008
Vigencia para todas las escuelas a partir agosto 2009
de:
Ubicación esquemática de la asignatura
• ELECTRICIDAD Y
ÓPTICA PROPIEDADES DE
LA MATERIA
• ELECTROMAGNETISM
O
• CÁLCULO II
• QUÍMICA
CUANTITATIVA II
MAPA CURRICULAR
Técnicas de estudio (3) Comunicación verbal (3) Comprensión y producción de textos I (4) Comprensión y producción de textos II (4)
Laboratorio de cómputo I (2) Laboratorio de cómputo II (2) Laboratorio de cómputo III (3) Laboratorio de cómputo IV (3)
Lógica I (3) Lógica II (3) Metodología de la Investigación I (3) Metodología de la Investigación II (3)
Química General (5) Química del carbono (5) Mecánica I (5) Mecánica II (5)
Biología básica (5) Biodiversidad (5) Ética y desarrollo humano I (3 ) Ética y desarrollo humano II (3)
Introducción a las Ciencias Sociales y Análisis histórico de México I (4) Análisis histórico de México II (3) Realidad nacional y regional actual (3)
humanidades (4)
Orientación Educativa I (1) Orientación Educativa II (1) Orientación Educativa III (1) Orientación Educativa IV (1)
Quinto Semestre Sexto Semestre Quinto Semestre Sexto Semestre Quinto Semestre Sexto Semestre.
Estadística (3) Probabilidad (3) Estadística (3) Probabilidad (3) Estadística (3) Probabilidad (3)
Producción de textos (3) Literatura (3) Producción de textos (3) Literatura (3) Producción de textos (3) Literatura (3)
Biología humana y salud (3) Ecología y educación Biología humana y salud (3) Ecología y educación Biología humana y salud (3) Ecología y educación
ambiental (3) ambiental (3) ambiental (3)
Historia universal Filosofía (3) Historia universal Filosofía (3) Historia universal Filosofía (3)
contemporánea (3) contemporánea (3) contemporánea (3)
Cálculo I (5) Cálculo II (5) Cálculo I (5) Cálculo II (5) Formación ciudadana (3) Paradigmas y problemas de
las Ciencias Sociales (3)
Electricidad y óptica (5) Propiedades de la materia (5) Estática y rotación del sólido (5) Propiedades de la materia(5) Pensamiento y Cultura I (5) Pensamiento y Cultura II (5)
Química cuantitativa I (5) Química cuantitativa II (5) Electromagnetismo (5) Óptica (5) Psicología del desarrollo Psicología del desarrollo
humano I (5) humano II (5)
Bioquímica (3) Biología celular (3) Dibujo Técnico I (3) Dibujo Técnico II (3) Problemas socioeconómicos y Análisis socioeconómico y
políticos de México (5) político de Sinaloa (5)
Total de horas 30 Total de horas 30 Total de horas 30 Total de horas 30 Total de horas 30 Total de horas 30
FUNDAMENTACIÓN CURRICULAR
La asignatura Propiedades de la materia forma parte de la disciplina Física del área de Ciencias
Naturales, corresponde a los perfiles Ciencias Físico‐Matemáticas y Químico‐Biológicas y está
ubicada en el tercer grado, sexto semestre. Le preceden las asignaturas de la propia disciplina
Física, Mecánica 1 y Mecánica 2, que se desarrollan en el segundo grado. También es importante
la precedencia de Química General, de varios temas de Electricidad y de las asignaturas de
Matemáticas.
El modo de vida de los seres humanos, desde que aparecieron en la Tierra, ha estado
estrechamente vinculado a las propiedades de determinados materiales. Diferentes períodos de la
historia humana han sido incluso denominados según los materiales que resultaban
determinantes para elaborar herramientas y otros útiles: edad de piedra, edad del bronce, edad
del hierro. A la creación del celuloide en 1856, le siguió la elaboración de otros muchos plásticos, y
desde mediados del siglo XX se han estado produciendo infinidad de nuevos materiales
electrónicos. No han faltado quienes hablan de la era de los plásticos y la era de la electrónica.
Todo esto indica el importante papel que desempeña en la vida del hombre el conocimiento y
utilización de las propiedades de la materia.
Entre las propiedades consideradas en esta asignatura, de interés para la Física, la Química, la
Biología y diversas ramas de la ingeniería, destacan las de los fluidos. Se trata de propiedades que
poseen en común los gases y líquidos, pese a sus otras diferencias. El conocimiento de ellas es
indispensable para entender numerosos fenómenos de la vida cotidiana, en particular los debidos
a la presión atmosférica, y también cuando se tienen en cuenta aspectos tan variados como el
almacenamiento de líquidos y gases, su transportación por tuberías, el flujo sanguíneo, los
mecanismos hidráulicos y neumáticos, la navegación marítima y aérea, etc.
En relación con los líquidos, especial interés tiene además el estudio de la tensión superficial. Ésta
da lugar, por ejemplo, a la formación de gotas, el mojado o no de ciertas superficies, el desarrollo
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y uso de tensoactivos y la capilaridad, cuestiones éstas muy presentes en la vida diaria y esenciales
en las ciencias naturales y la Ingeniería.
Ciertas propiedades de los sólidos, como sus diferentes tipos de deformación, importantes para el
perfil Físico‐Matemáticas, pero que tienen menor repercusión para el perfil Químico‐Biológicas, se
estudian en la asignatura Estática y rotación del sólido. En ésta la atención se centra en los gases y
líquidos.
Cabe subrayar que fue solo cuando la ciencia (en especial la Física y la Química) profundizó en las
propiedades de los cuerpos y sobre todo en la estructura interna de ellos, que la tecnología
progresó aceleradamente: se perfeccionó la máquina de vapor y se inventó el motor de
combustión interna; se crearon plásticos, aleaciones metálicas y materiales para la electrónica con
propiedades deseadas cada vez más específicas; se sintetizaron numerosos medicamentos.
Y en ese conocimiento de las propiedades de los cuerpos y la estructura microscópica de ellos
desempeñan un papel esencial, junto a la Mecánica y el Electromagnetismo, otras dos ramas de la
Física, la Termodinámica y la Teoría Cinético‐Molecular, las cuales aparecieron y se desarrollaron
durante la segunda mitad del siglo XX. La Termodinámica fue la primera teoría científica sobre los
fenómenos térmicos, surgió durante la búsqueda de condiciones óptimas para transformar
energía térmica en mecánica mediante las máquinas térmicas. En las últimas décadas su campo se
ha ampliado, para abarcar el estudio de sistemas alejados del equilibrio, lo que permite
comprender la autoorganización y el desarrollo característicos de ciertos sistemas, entre ellos los
seres vivos. La Teoría Cinética, por su parte, fue esencial para la aceptación definitiva del concepto
de molécula y constituyó el fundamento microscópico de la Termodinámica. Ella dio lugar a la
rama de la física teórica hoy conocida como Mecánica Estadística.
La Teoría Cinético‐Molecular permite interpretar conceptos macroscópicos como presión y
temperatura, y explicar numerosas propiedades de gases, líquidos y sólidos, entre ellas varias
estudiadas en esta asignatura: la fluidez que caracteriza a gases y líquidos, la presión ejercida
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sobre los cuerpos sumergidos en éstos descrito por el principio de Arquímedes, la ley de Pascal, la
tensión superficial en los líquidos, las leyes de los gases.
De este modo, en esta asignatura, Propiedades de la materia, los alumnos estudian un conjunto
de propiedades y fenómenos relativos principalmente a los gases y líquidos, así como nociones de
las dos teorías que junto a la Mecánica les permiten entender tales propiedades y fenómenos: la
Teoría Cinético‐Molecular y la Termodinámica. Esto contribuye a formar en los estudiantes de
ambos perfiles, Físico‐Matemáticas y Químico‐Biológicas, la base necesaria para enfrentar luego
diversas materias en la universidad. En el diagrama Estructura básica de la asignatura
Propiedades de la Materia se presenta una síntesis de las cuestiones esenciales consideradas en la
asignatura y de las relaciones entre ellas.
El carácter transdisciplinario de la asignatura se manifiesta, ante todo, en la preparación específica
que ofrece para entender múltiples fenómenos del mundo circundante y enfrentar otras materias,
cuestión que ya hemos señalado. Por otro lado, en ella se continúa prestando atención a
conceptos, procedimientos, actitudes y valores generales y, por tanto, comunes a múltiples ramas
del saber. Tres de esos conceptos generales son, sistema, interacción y cambio. Ellos se introducen
al iniciarse el estudio de la Física, en el segundo grado, se enriquecen en otras asignaturas de la
disciplina y en ésta siguen desarrollándose.
Así, durante el estudio de la Electricidad los alumnos se relacionaron con sistemas formados por
gran cantidad de partículas, pero ahora profundizan en ellos, así como en un nuevo tipo de
movimiento inherente a tales sistemas, el movimiento térmico, cuyo carácter caótico se debe a las
interacciones entre un colosal número de partículas. Además, por primera vez en la disciplina se
emplea la interpretación estadística de ciertas propiedades macroscópicas. La asignatura
contribuye, pues, con importantes elementos a la formación de una visión moderna del mundo en
los estudiantes.
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Por otra parte, prosiguen desarrollándose habilidades generales, tales como búsqueda de
información, razonamiento lógico, observación, medición, manejo de medios informáticos,
redacción de informes acerca del trabajo realizado.
En lo que se refiere a las actitudes y valores señalemos, que la asignatura revela, una vez más, el
valor de la Física para la comprensión del mundo que nos rodea, incluyendo ciertos procesos que
tienen lugar en el ser humano, así como su contribución al mejoramiento de las condiciones de
vida, mediante el examen de diversas aplicaciones tecnológicas. Al propio tiempo, el análisis del
funcionamiento de las máquinas térmicas y la relación de ellas con la utilización de combustibles
fósiles, permite volver sobre una cuestión considerada desde el inicio del estudio de la Física, pero
en la que es necesario insistir: los resultados de la ciencia y la tecnología no siempre repercuten
positivamente en el medio ambiente y los seres humanos, ello depende de las actitudes y valores
asumidos por éstos.
Otras actitudes y valores generales que se estimulan en la asignatura son la iniciativa, la
tenacidad, el trabajo cooperativo, la evaluación crítica de los resultados de la labor realizada.
Lo dicho anteriormente muestra que la asignatura Propiedades de la materia puede contribuir de
modo significativo a los tres fines fundamentales del bachillerato que se ha propuesto el plan de
estudios 2006, referidos a ofrecer una cultura general básica a los estudiantes, prepararlos para el
ingreso a estudios superiores y desarrollar en ellos habilidades y actitudes esenciales para la vida
social.
ORIENTACIONES PSICOPEDAGÓGICAS DEL PROGRAMA
ENFOQUE DEL CURSO
En el marco del nuevo diseño curricular 2006 la disciplina Física se propone trabajar con un
enfoque que pone énfasis en la adquisición de conocimientos y habilidades generales, la
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formación de actitudes y valores y la estrecha relación de lo estudiado con la vida. La finalidad es
elevar el papel de la Física en la formación integral de los estudiantes de bachillerato y en su
preparación para continuar estudios en la universidad.
Lo anterior implica importantes cambios, tanto en los objetivos y el contenido de las asignaturas
que componen la disciplina, como en los métodos y formas de trabajo utilizados en el proceso de
enseñanza‐aprendizaje.
Como se expresó en el propósito general de la asignatura, uno de sus objetivos fundamentales es
profundizar en la visión del mundo físico que tienen los estudiantes, labor que se inicia desde la
primera unidad del curso de Física, en el segundo grado. En particular, en esa unidad los alumnos
se relacionan con los conceptos generales de sistema y cambio, como dos características
esenciales del universo, presentes desde su nivel microscópico hasta el galáctico. Y después, al
estudiar el concepto de fuerza, se aprovecha para introducir el de interacción, como el factor más
importante que determina la estructura de los sistemas y los cambios que tienen lugar en el
universo. Claro está, en Mecánica 1 y Mecánica 2 la atención se centra en el estudio de un cambio,
el movimiento mecánico, y de una de las cuatro interacciones fundamentales examinadas por la
Física, la gravitatoria. Luego, en el primer semestre de tercer grado, en las asignaturas
Electromagnetismo en el caso del perfil de las Ciencias Físico‐Matemáticas y Electricidad y Óptica
en el caso de Ciencias Químico‐Biológicas, se enriquecen los tres conceptos mencionados. Además
de sistemas compuestos por los cuerpos habituales, frecuentemente considerados como tales, allí
se examinan otros tipos de sistemas: cuerpos formados por partículas cargadas, dispositivos y
circuitos eléctricos y el campo electromagnético. Por otro lado, se amplía el concepto de
interacción, al considerar otra de las cuatro interacciones fundamentales en la naturaleza, la
electromagnética, y la idea de que la velocidad con que se transmite la acción de un cuerpo sobre
otro es finita. A su vez, los cambios estudiados en esas asignaturas abarcan una gran variedad de
fenómenos y procesos.
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En esta asignatura, Propiedades de la Materia, continúa el desarrollo de los conceptos de sistema,
interacción y cambio. En particular, como ya señalamos en el apartado dedicado a la
fundamentación curricular, ahora los alumnos profundizan en sistemas constituidos por gran
número de partículas (cuerpos gaseosos, líquidos y sólidos formados por moléculas y átomos). Es
la interacción entre esas partículas lo que da lugar al movimiento desordenado, caótico, de ellas, y
a la cohesión entre las partes de líquidos y sólidos. Ella también explica fenómenos como la
transmisión de la presión a través de los fluidos, la tensión superficial y la transferencia de energía
mediante calor de un sistema a otro, o de una parte a otra del propio sistema.
El examen de las ideas básicas de la Teoría Cinético‐Molecular y su eficacia para explicar
numerosas propiedades y fenómenos, contribuye a reafirmar en los alumnos un concepto que hoy
es central en la ciencia y la tecnología: las propiedades y funciones de los sistemas dependen de la
estructura de ellos.
Ya que la Termodinámica trata precisamente de la transformación y transmisión de la energía,
durante su estudio se profundiza en dicho concepto y también en los de trabajo y calor.
Parte esencial de la visión de lo que es y representa determinada rama de la ciencia está dada por
lo que significa para la vida diaria, la sociedad, otras ciencias. Ya en el segundo apartado,
Fundamentación curricular, nos referimos a la importancia que a lo largo de la historia ha tenido el
conocimiento de las propiedades de la materia y de su estructura interna para entender multitud
de fenómenos de nuestro entorno y, sobre todo, para poder diseñar materiales y procesos con
características específicas. También mencionamos el papel desempeñado por la Teoría Cinética
para la aceptación definitiva del concepto de molécula y que la Termodinámica surgió y se
desarrolló durante los esfuerzos por optimizar la eficiencia de las máquinas térmicas. El análisis de
una cronología de éstos y otros hechos relevantes vinculados al conocimiento de las propiedades
de la materia, ayuda a mostrar lo que ha significado la Física para el progreso humano.
Sin embargo, no solo deben analizarse los aspectos positivos. En particular, el empleo de las
máquinas térmicas, y asociado a ellas el de los combustibles fósiles, ha generado una serie de
graves problemas: contaminación del medio, cambio climático, rápido agotamiento de las fuentes
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tradicionales. Y a su vez, estos problemas están conduciendo a otros, como el de la
transformación de recursos alimenticios habituales en fuentes de energía y las confrontaciones,
incluidas guerras, por la posesión de los recursos energéticos. Tales cuestiones tienen gran
importancia para la educación de todos los ciudadanos, pero en especial, para aquellos que se
dedicarán a profesiones de ciencia e ingeniería.
Propiedades de la materia se desarrolla tanto en la fase de Ciencias Físico‐Matemáticas como en la
fase de Ciencias Químico‐Biológicas. En relación con esto es preciso tener en cuenta lo siguiente:
En general, dos preguntas claves impulsan la labor de investigación que se realiza en cualquier
rama de la ciencia: ¿por qué? y ¿para qué? Sin embargo, en dependencia de la rama de que se
trate, el énfasis puesto en una u otra pregunta ha sido diferente. Así, por ejemplo, si bien en Física
han predominado la orientación hacia la primera pregunta y los aspectos cuantitativos, en
Química y Biología, y sobre todo en esta última, la pregunta central ha sido la segunda. Esto se ha
traducido en la enseñanza de estas asignaturas, en el caso de la Física, en un realce del análisis de
las causas de los fenómenos y los aspectos cuantitativos y en el caso de la Química y la Biología, en
un acento de los aspectos descriptivos y la repercusión para la vida y el medio ambiente. Estas
diferencias deben tenerse presente a la hora de desarrollar el curso para uno u otro perfil. Por
ejemplo, en el perfil Físico‐Matemáticas, donde los alumnos se orientan hacia las carreras de
Física, Matemáticas e Ingeniería, puede prestarse mayor atención a la realización de cálculos, el
trabajo con ecuaciones y a la deducción de la ecuación de Bernoulli, la ecuación básica de la teoría
cinético‐molecular de los gases y la ecuación de estado del gas ideal. Por su parte, en el perfil
Químico‐Biológicas es sumamente importante intentar responder constantemente a la pregunta
¿para qué?, mediante el análisis de las repercusiones para la Química, la Biología, el medio
ambiente y la vida humana, de tal modo que los estudiantes se convenzan del significado de la
Física para la profesión que elegirán como carrera.
Otro aspecto de especial interés es el relativo a los métodos y formas de trabajo a emplear
durante el proceso de enseñanza‐aprendizaje. Como se sabe, en Física son indispensables la
observación, la medición y la experimentación. Pero no debe olvidarse que los científicos,
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incluidos los físicos, también invierten una parte considerable de su tiempo en estudiar libros y
artículos, trabajar con computadoras y preparar ponencias y artículos donde informan los
resultados y conclusiones del trabajo realizado. En consecuencia, además de las observaciones, las
mediciones y los experimentos, son importantes la búsqueda de información, la lectura de
materiales, el trabajo con computadoras, la preparación de resúmenes e informes. En este sentido
cabe recordar que las posibilidades que hoy ofrecen las enciclopedias multimedia e Internet ‐en
particular para contribuir a responder a la pregunta ¿para qué?‐ deben ser aprovechadas,
planteando a los alumnos actividades de búsqueda de información y profundización en torno a
cada tema tratado.
La primera unidad, Estructura interna y propiedades de los cuerpos, se apoya en conocimientos
adquiridos por los alumnos en la asignatura Química General y también durante el estudio de la
Electricidad.
Es una aspiración de la disciplina Física que los alumnos comprendan la relevancia de lo que
estudian, el por qué del tema considerado. Por eso la unidad comienza con un apartado dedicado
a la importancia de conocer las propiedades de los cuerpos y la estructura de ellos. Esto puede
ser resaltado mediante el análisis de una cronología sobre la utilización por los seres humanos de
diversas propiedades y materiales. Así, el hombre aprovechó ciertas propiedades físicas del agua
al construir la primera canoa hace unos nueve mil años, y las del viento al emplear barcos de vela
hace alrededor de cinco mil años. Los primeros materiales sólidos utilizados fueron la piedra, el
hueso y la madera y luego la cerámica a base de arcilla, el bronce, el hierro, el vidrio, el oro y la
plata. Los alumnos deben comprender que pese a todos estos adelantos, fue solo cuando se
profundizó en la estructura interna de los cuerpos, a partir de la segunda mitad del siglo XIX, que
pudieron elaborarse materiales y sustancias con propiedades deseadas muy específicas: infinidad
de tipos de plásticos, cerámicas modernas, numerosas aleaciones metálicas, semiconductores,
composites y una gran variedad de productos y medicamentos sintéticos.
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El propósito del análisis anterior es crear una motivación inicial y dar lugar a las preguntas ¿cómo
es la estructura interna de los cuerpos?, ¿qué relación hay entre la estructura interna de los
cuerpos y sus propiedades?, lo cual lleva al estudio de la teoría cinético‐molecular.
Las ideas básicas de la teoría cinético‐molecular pueden resumirse en tres: los cuerpos se
componen de pequeñísimas partículas (moléculas, átomos), entre las cuales se ejercen fuerzas de
interacción y que están en continuo movimiento desordenado. Partiendo de estas ideas se explica
por qué las sustancias pueden encontrarse en los estados gaseoso, líquido y sólido. Luego, a lo
largo de todo el curso, dichas ideas se utilizan para explicar numerosas propiedades y fenómenos
de los líquidos y gases, e interpretar microscópicamente los conceptos de presión, temperatura,
energía interna, calor.
Existen numerosos hechos, incluso cotidianos, que sugieren que los cuerpos están formados por
pequeñísimas partículas en constante movimiento: el paulatino desgaste de los cuerpos sólidos, la
dilatación y contracción de los cuerpos al variar su temperatura, la difusión, etc. Además, en la
actualidad se dispone de imágenes de moléculas y átomos logradas mediante microscopios
especiales. Pero no por ello debe dejarse de examinar el fenómeno que históricamente dio lugar a
la confirmación definitiva de la existencia de las moléculas y su constante movimiento: el
movimiento Browniano. Robert Brown fue un biólogo quien en 1827 observó al microscopio
diminutas partículas de polen suspendidas en agua que se movían de modo permanente y
errático. Luego de varias hipótesis para explicar este fenómeno, en la década de 1870 se planteó
la idea de que el movimiento de las partículas "brownianas" se debe a que las moléculas en
constante movimiento chocan con ellas. Partiendo de esta idea, en 1905 Einstein obtuvo
teóricamente una fórmula que fue utilizada luego por J. P. Perrin para comprobar
experimentalmente la teoría del movimiento browniano y, con ello, confirmar la existencia de las
moléculas y el continuo movimiento de ellas.
La segunda unidad, Propiedades y leyes en los fluidos, corresponde a lo que tradicionalmente se
denomina “Mecánica de los fluidos”, sin embargo, al examinar varios de sus conceptos y leyes,
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aquí se combina el enfoque macroscópico de la Mecánica con el enfoque microscópico que
aportan los conocimientos adquiridos por los alumnos sobre la estructura de los cuerpos en la
primera unidad. Así, se explican desde el punto de vista molecular: la propiedad de fluir que
caracteriza a gases y líquidos, la presión ejercida por éstos sobre los cuerpos con los que entran en
contacto y la ley de Pascal. Por su parte, al analizar la distribución de la presión en líquidos y gases
y la ley de Arquímedes, se utilizan conocimientos de Mecánica, en particular la condición de
equilibrio de los cuerpos, y al deducir la ecuación de Bernoulli, el teorema del trabajo y la energía.
Es conveniente que desde el principio de la unidad los estudiantes adquieran una idea de algunos
valores característicos de presión, por ejemplo: la ejercida por una hoja de papel sobre la
superficie en que yace, la del agua a un metro de profundidad, la presión sanguínea, la presión
atmosférica, las mayores presiones que se han logrado producir, etc. Los alumnos también deben
relacionarse con aplicaciones prácticas de la transmisión de la presión en gases y líquidos (como
los mecanismos hidráulicos y neumáticos, la medición de la presión sanguínea, etc.), con
fenómenos debidos a la acción de la presión atmosférica (por ejemplo, adhesión de ventosas a
ciertas superficies, funcionamiento de la jeringa, absorción de agua por medio de una pajilla, etc.)
y con interesantes efectos debidos a la ley de Bernoulli (fuerza ascendente producida sobre techos
por fuertes vientos; fuerza de sustentación en aviones; efectos producidos en pelotas de béisbol,
tenis y otras, al imprimirles rotación, etc.).
La tercera unidad, Propiedades de las superficies de los líquidos, está dedicada a analizar una serie
de fenómenos relacionados con las propiedades especiales que poseen las superficies de los
líquidos.
En la unidad anterior se estudia el comportamiento de líquidos y gases en conjunto, centrando la
atención en la propiedad que tienen en común de fluir, es decir, de desplazarse sus porciones
unas en relación a otras con gran facilidad, lo que se explica por la movilidad de sus moléculas.
Pero sabemos que entre los líquidos y gases también existen notables diferencias, originadas por
sus distintas estructuras microscópicas. Así, mientras que en los gases las separaciones entre las
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moléculas son unas 10 veces superiores que sus diámetros, en los líquidos son tan solo de 1‐2
diámetros moleculares. Esto hace que las propiedades de los líquidos dependan grandemente no
solo del movimiento de sus moléculas sino también, a diferencia de los gases, de las fuerzas de
interacción entre ellas. En general, considerar la influencia de estas fuerzas de interacción en
muchas propiedades de los líquidos resulta complejo, pero hay ciertas propiedades que tienen
lugar en la frontera de los líquidos con los gases y los sólidos que no son difíciles de explicar a
partir de las fuerzas de interacción; entre ellas se encuentran la tensión superficial y la propiedad
de mojar o no cierta superficie. Estas propiedades determinan notables fenómenos, por ejemplo,
la formación de gotas, la formación de meniscos, la capilaridad y la acción de las sustancias
tensoactivas.
Si bien en las unidades anteriores se utilizan las ideas de la teoría cinético‐ molecular para explicar
varias propiedades y leyes desde el punto de vista microscópico, ello se hace cualitativamente. Es
en la cuarta unidad, Teoría cinético‐molecular y leyes de los gases, que dicha teoría se aplica
cuantitativamente y, por tanto, que su potencia puede ser apreciada mejor.
En la enseñanza de la Física elemental han sido empleados diversos enfoques al tratar la relación
entre la teoría cinético‐molecular y las leyes de los gases. Ello depende, básicamente, de si las
leyes de los gases se estudian antes de la ecuación de estado del gas ideal o después de ella y del
modo en que se introduce el concepto de temperatura absoluta. Respecto a lo primero, nos
parece más conveniente obtener teóricamente la ecuación de estado y luego como casos
particulares de ella, las leyes de los gases, las cuales pueden ser verificadas experimentalmente.
Esto tiene la ventaja de que muestra la capacidad de predicción de la teoría cinético‐molecular y
resalta su carácter fundamental en relación con las leyes de los gases.
Al considerar la ecuación de estado y las leyes de los gases es preciso subrayar que ellas se
refieren a un modelo de gas denominado “gas ideal”, o “gas perfecto”, el cual representa una
simplificación de los gases reales. Cuando la presión y la temperatura del gas son, por ejemplo, las
habituales, su comportamiento se aproxima mucho al del modelo, en cambio para elevadas
presiones y bajas temperaturas, difiere de él. El concepto de gas ideal puede ser caracterizado de
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dos modos: desde el punto de vista de la teoría cinético‐molecular, o desde la perspectiva de la
termodinámica, esto es macroscópicamente. Según este segundo punto de vista, un gas es ideal
cuando cumple rigurosamente con las leyes de los gases cualesquiera que sean su presión y
temperatura. Pero en el enfoque que proponemos se parte de la teoría cinético‐molecular, por lo
que el modelo de gas ideal debe ser caracterizado desde esa perspectiva: es un gas cuyas
moléculas están representadas por puntos y solo interaccionan, elásticamente, al chocar. En este
modelo de gas la energía potencial debida a la interacción molecular es nula.
El concepto de temperatura es esencial no solo en la vida cotidiana y en Física, sino en todas las
ciencias de la naturaleza y la ingeniería. No obstante, es un concepto complejo y tiene varias
facetas, en particular, es un parámetro macroscópico que caracteriza el estado de los sistemas y,
al propio tiempo, su profundo sentido físico únicamente puede ser entendido a partir de una
interpretación microscópica, estadística. Por eso el profesor debe conformarse con que los
alumnos comprendan los aspectos básicos del concepto de temperatura absoluta.
En la literatura sobre enseñanza de la Física se han desarrollado diversas variantes didácticas para
introducir el concepto de temperatura absoluta. Una de ellas, asequible a los alumnos de
bachillerato y que ahorra tiempo, puede ser sintetizada en el siguiente esquema: medida de la
temperatura por medio del equilibrio térmico (del análisis de experiencias de la vida cotidiana) →
interpretación cinético‐molecular del proceso de establecimiento del equilibrio térmico →
conclusión acerca de la relación directa entre energía cinética media de las moléculas y
temperatura → propuesta de definir la temperatura absoluta como proporcional a la energía
cinética media de las moléculas → adopción de T ~ 2/3‹Ec›, donde ‹Ec› = 3/2 kT es la energía
cinética promedio.
Al combinar el resultado anterior con la ecuación básica de la teoría cinético‐molecular de los
gases, p = 2/3n‹Ec›, en la cual n = N / V es la concentración de moléculas, se obtiene la ecuación de
estado del gas ideal, pV = NkT, y de ella se infieren las leyes de los gases. En relación con éstas, el
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profesor debe subrayar que solo se cumplen rigurosamente para gases que se aproximen al
modelo de “gas ideal”.
Los alumnos deben entender por qué la ecuación anterior se denomina ecuación de “estado”. Por
estado de una partícula o sistema se entiende la situación en que se encuentran, la cual es
caracterizada mediante ciertas magnitudes. Cuando la situación o estado del sistema varía,
también lo hacen los valores de las magnitudes que lo caracterizan. Así, por ejemplo, el estado de
una partícula se determina por su posición y velocidad y cuando éstas varían, ha variado su
estado. El número de magnitudes necesarias para caracterizar el estado de un sistema depende de
sus peculiaridades y de las condiciones en que se encuentra. Por ejemplo, el estado de un sistema
que consiste en un gas ideal, queda definido por tres magnitudes: su presión, volumen y
temperatura. Si varía su presión, su volumen o su temperatura, significa que su estado ha variado.
Entre las magnitudes que determinan el estado de un sistema puede existir cierta dependencia
funcional y la ecuación que expresa esa dependencia es la que se denomina ecuación de estado.
La ecuación pV = NkT expresa la dependencia entre las magnitudes que determinan el estado del
gas ideal y por eso se llama ecuación de estado del gas ideal. A partir de ella puede escribirse
p1V1/T1 = p2V2/T2, que da la dependencia entre dos estados del gas ideal y, por tanto, es otra
forma de la ecuación de estado.
La última unidad, Nociones de termodinámica, vuelve a considerar la transformación y transmisión
de energía, ya examinada en Mecánica 2. Pero mientras que la ley de conservación de la energía
mecánica se formula para sistemas aislados, es decir, que no intercambian energía con el exterior,
en el caso de la termodinámica la atención se centra, precisamente, en ese intercambio de
energía. Aquí es de gran importancia mencionar el experimento que llevó a cabo Joule sobre el
equivalente mecánico del calor, el cual llevó a la expresión actual de la conservación de la energía.
Esto se aprecia claramente en la formulación matemática del primer principio, ΔEi = W + Q, cuyo
segundo miembro se refiere al trabajo y al calor.
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Los alumnos ya deben conocer los conceptos involucrados en la primera ley de la termodinámica
(del estudio de la ley de conservación de la energía en Mecánica 2). Se trata ahora de precisarlos y
profundizar en ellos.
En relación con el concepto de energía interna hay que recordar que ella incluye toda la energía
del interior del sistema: cinética de las moléculas, potencial de la interacción entre ellas, de los
enlaces químicos de los átomos que forman las moléculas, de los niveles ocupados por los
electrones en los átomos, del interior de los núcleos atómicos. Sin embargo, muchos de los
procesos que tienen lugar a diario, transcurren sin que cambie la energía interna de las moléculas,
sino solo su energía cinética y la de interacción entre ellas. Ésos son los procesos examinados por
la termodinámica clásica, y también los considerados en este curso. La energía del interior de las
moléculas varía cuando interviene la radiación, o cuando las temperaturas son muy elevadas.
De este modo, en este curso al referirse a la energía interna se tiene cuenta la suma de las
energías cinética del movimiento desordenado de las moléculas y la energía potencial de
interacción entre ellas.
Respecto a los conceptos de trabajo y calor, es preciso ante todo insistir en que W y Q no
representan cantidades de energía que posee el sistema, sino cantidades de energía
intercambiadas por él. Otra cuestión a recordar es que mientras el trabajo puede ser identificado
por la aplicación de una fuerza y cierto desplazamiento, el intercambio de energía mediante calor
se debe a una diferencia de temperatura, la energía se transmite de la parte de mayor
temperatura a la de menor. Por otra parte, ahora el modo de calcular el trabajo se diferencia del
estudiado en Mecánica 2, ya que el efecto de la fuerza puede que no sea la traslación del cuerpo
como un todo, sino su deformación.
Al analizar la ecuación de la primera ley de la termodinámica, ΔEi = W + Q, también es importante
subrayar que mientras la energía interna solo depende del estado del sistema, y no de la vía
mediante la cual se arribó a dicho estado, el trabajo y el calor sí dependen del proceso seguido.
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En lo que se refiere a la energía, la peculiaridad más importante de la termodinámica en
comparación con otras ramas de la Física radica en que por medio de su segunda ley señala un
sentido para la transmisión y transformación de la energía. No es objetivo del presente programa
realizar un estudio formal de la segunda ley de la termodinámica, sin embargo, algunos conceptos
e ideas involucrados en ella están al alcance de los alumnos y deben ser debidamente
examinados.
En particular, a partir de su experiencia diaria los alumnos pueden comprender que la transmisión
de energía mediante calor (de un sistema a otro o de una parte a otra del propio sistema), cuando
se realiza por sí sola siempre tiene lugar de la parte de mayor temperatura a la de menor. Es cierto
que en las instalaciones refrigerantes pasa energía del sistema frío al más caliente, enfriando al
primero todavía más, pero este proceso no transcurre por sí solo, sino en virtud de la realización
de cierto trabajo. El proceso habitual de transmisión de energía mediante calor de un cuerpo
caliente a otro frío, no tiene lugar por sí solo en sentido inverso, es decir, no es reversible. La
primera ley de la termodinámica no dice nada acerca de esto, ello forma parte del contenido de la
segunda ley.
La trascendencia de la segunda ley de la termodinámica radica en que a partir de ella puede
llegarse a la conclusión de la irreversibilidad de otros procesos que tienen lugar en la naturaleza.
Un ejemplo clásico es el de transformación de energía mecánica en interna, por ejemplo, al lanzar
un bloque de tal modo que deslice sobre la superficie de una mesa. La energía del movimiento del
bloque como un todo se transforma en energía del movimiento desordenado de las moléculas de
su superficie y de la superficie de la mesa, con lo cual se eleva ligeramente la temperatura de ellas.
Pero nunca se ha observado el proceso inverso: que el bloque se mueva sobre la mesa a cuenta de
la disminución de la temperatura de su superficie y de la superficie de la mesa.
18
La comprensión del sentido físico de la irreversibilidad de los procesos requiere una interpretación
estadística, que puede resultar difícil a algunos alumnos. El profesor puede profundizar en ello en
caso que el tiempo disponible y las posibilidades de los estudiantes lo permitan.
En el programa de Mecánica 2 se incluyó el apartado Obtención y utilización de la energía. En
relación con ese punto deben haberse considerado en clase: el principio de funcionamiento de las
máquinas térmicas, el concepto de eficiencia energética y cuestiones relativas a la preservación
del medio. Es tal la relevancia que tiene el tema de la energía en la actualidad (para la ciencia, la
tecnología, el medio ambiente y la sociedad), que resultaba indispensable introducir estas
cuestiones en el componente de formación básica del bachillerato, destinado a todos los alumnos
sin excepción. Ahora, en el componente propedéutico previsto para los perfiles en Ciencias Físico‐
Matemáticas y Químico‐Biológicas, debe profundizarse en ellas y, en caso de que no se hayan
tratado anteriormente, es el momento de hacerlo.
Los trabajos prácticos constituyen otro aspecto central en el nuevo programa. Como ya hemos
dicho, la observación, la medición y el experimento son esenciales en la Física, lo cual ha sido
tradicionalmente reconocido en la enseñanza. Pero pese a ello, éste ha sido un aspecto muy
descuidado en los últimos años y es intención del nuevo programa prestarle la debida atención.
Durante el trabajo práctico se enriquecen con experiencia concreta determinados conocimientos y
se obtienen otros; se aprende a razonar a partir de condiciones reales; se desarrollan habilidades
para la medición, el manejo de instrumentos y el procesamiento e interpretación de datos; se
gana experiencia en la elaboración de informes acerca del trabajo realizado. Las prácticas de
laboratorio constituyen, por otra parte, una actividad idónea para el trabajo en equipo, durante el
cual se desarrollan importantes actitudes y valores. En resumen, a través de las prácticas se
forman conocimientos, habilidades, métodos de trabajo y actitudes, que no es posible obtener
mediante otras actividades. El trabajo práctico resulta, pues, insustituible para determinados
aspectos de la formación integral de los estudiantes.
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En consecuencia, en el programa se ha incluido un apartado dedicado a Prácticas de Laboratorio,
en el cual se indican sus propósitos y se relacionan siete prácticas estrechamente vinculadas con
las temáticas del curso. Aunque algunas de ellas pueden ser realizadas con material de fácil
adquisición, se prevé que por lo general sean llevadas a cabo en el laboratorio, con el instrumental
adecuado y prestando la debida atención, en los casos que lo requieran, a la realización de
mediciones.
Un aspecto esencial de las prácticas de laboratorio es, por supuesto, el manejo de ciertos
instrumentos y la realización de mediciones. Sin embargo, las prácticas no se reducen a ello, otro
importante aspecto consiste en la preparación previa de los estudiantes para el trabajo en el
laboratorio. Durante esa preparación deben comprender la problemática que abordarán y el
objetivo de la práctica, conocer el contenido del trabajo a realizar. Y no menos importante que lo
anterior es la labor posterior a la sesión de trabajo en el laboratorio: cálculos, evaluación de los
resultados, respuesta a las preguntas formuladas, elaboración del informe o reporte de la práctica.
ESTRATEGIAS DE ENSEÑANZA Y DE APRENDIZAJE
Hasta ahora nos hemos referido a cambios en el programa relativos a los objetivos y el contenido,
pero los cambios que implica el nuevo enfoque de la disciplina también conciernen a las
estrategias que se utilizarán en el proceso de enseñanza‐aprendizaje. La idea central de estas
estrategias consiste, en esencia, en privilegiar la construcción permanente y sistemática de
conocimientos, habilidades y actitudes por parte del estudiante, a partir de la creación de
escenarios que guíen y faciliten dicha construcción. El papel del profesor no es, por tanto, el de
simple transmisor de conocimientos, sino ante todo, el de organizador del proceso de aprendizaje
y mediador entre el contenido (conocimientos, habilidades, actitudes y valores que han de ser
adquiridos) y los estudiantes.
El mejor modo de organizar el aprendizaje es por medio de un sistema de actividades
debidamente diseñadas, que exijan de los alumnos trabajar constantemente sobre el contenido
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de cada unidad. Solo reflexionando sobre lo leído, planteándose interrogantes y realizando
diversas actividades alrededor del material de la unidad, es decir, trabajando, es que los
estudiantes pueden lograr un auténtico aprendizaje, y no la mera repetición memorística de
algunas frases y operaciones.
Dependiendo de la etapa de que se trate en el desarrollo de la unidad, las actividades pueden ser
de tres tipos, que pudiéramos denominar: de introducción, de desarrollo, y de sistematización y
consolidación. Las primeras tienen como propósito, revelar los conocimientos que ya poseen los
estudiantes ‐ del estudio de otros temas o en general de la vida ‐ sobre el tema que se abordará;
reflexionar sobre el interés de lo que se va a tratar; plantear y precisar posibles cuestiones a las
cuales se intentará dar respuesta, las cuales forman la problemática que se abordará en la unidad.
Esta etapa introductoria, con frecuencia muy descuidada, es fundamental, contribuye a que los
alumnos se formen una idea global de lo que se tratará y de su importancia, desarrollando así su
motivación y creando una disposición favorable para su estudio. En esta etapa deben predominar
el trabajo en equipos y la puesta en común de las conclusiones obtenidas por éstos.
Las siguientes actividades sirven para dar respuesta a las cuestiones formuladas al inicio, cada una
de ellas debe representar una profundización y ampliación del estudio que se está realizando. Las
actividades en esta segunda etapa pueden ser muy variadas: de búsqueda de información, de
trabajo con ecuaciones y cálculos, de mediciones, experimentales, de elaboración de informes,
etc. Por otra parte, como en cualquier estudio, en este proceso surgirán nuevas preguntas o
problemas, que también habrá que considerar. En esta etapa, junto al trabajo en equipo, debe
enfatizarse el trabajo individual de los estudiantes, nadie puede aprender por otro, en último
término el aprendizaje es resultado de la motivación de cada uno y de los esfuerzos que realiza.
La tercera etapa ‐ sistematización y consolidación ‐ tiene como propósito precisar los conceptos e
ideas estudiados a lo largo de la unidad y las relaciones entre ellos, afianzar conocimientos y
desarrollar habilidades, profundizar en ciertas cuestiones y plantear otras nuevas, valorar
críticamente el estudio realizado. Aquí pueden utilizarse crucigramas, la elaboración de diagramas
21
que conecten entre sí los conceptos estudiados, preguntas cualitativas que exijan profundizar en
determinadas situaciones, problemas de cálculo, etc. Una actividad central debe consistir en
responder, resumidamente, las cuestiones planteadas al comenzar el estudio de la unidad, ahora
desde la nueva perspectiva que proporciona el conocimiento de los detalles y la conexión entre
los diferentes aspectos estudiados. En esta etapa deben combinarse el trabajo individual y el
trabajo en equipo, por ejemplo, las respuestas a las cuestiones planteadas al inicio de la unidad y
la elaboración de diagramas con los conceptos e ideas estudiados, resultan más completos cuando
se llevan a cabo con la participación de varios estudiantes.
Un medio que resulta decisivo para realizar el enfoque propuesto es el libro de texto. En primer
lugar, al ser elaborado con apego al programa, contribuye a precisar los objetivos y contenidos
planteados en él. Por otra parte, intencionalmente se concibe para ayudar a organizar el proceso
de enseñanza‐aprendizaje según las estrategias previstas en el programa. Por eso, en el libro de
texto no solo han de exponerse los conceptos e ideas fundamentales, estructurados lógicamente y
teniendo en cuenta las posibilidades de los estudiantes, sino que también deben incluirse un
sistema de actividades a realizar por ellos, convenientemente diseñado para alcanzar los objetivos
previstos. Así, al inicio de cada unidad conviene plantear un conjunto de cuestiones que
conformen la problemática que se abordará, luego, a lo largo de ella y en estrecha conexión con la
exposición de los conceptos e ideas, incluir preguntas, actividades a realizar y ejercicios resueltos.
El trabajo con esta parte es tan importante como la explicación del profesor o la lectura del texto
por los alumnos. Al finalizar cada unidad deben incluirse actividades para la sistematización y
consolidación de lo estudiado. Por último, el libro ha de contener una serie de actividades
prácticas para realizar en la casa o el aula y las guías para la realización de las prácticas de
laboratorio indicadas en el programa. De este modo, más que un libro de texto, se pretende que
sea un material de trabajo. Por supuesto, el sistema de actividades incluido en él, aunque haya
sido cuidadosamente pensado, constituye solo una propuesta, al maestro, con su iniciativa y
creatividad, corresponde enriquecerlo y ampliarlo.
22
SISTEMA DE EVALUACIÓN
El nuevo enfoque de la disciplina y los cambios introducidos en sus objetivos y contenidos no
pueden ser consolidados si no van acompañados de los correspondientes cambios en el sistema
de evaluación.
En primer lugar, si la evaluación continúa consistiendo en pruebas terminales en que solamente se
constata la habilidad de los alumnos para identificar la relación de ciertos conceptos e ideas con el
material estudiado y la aplicación de conocimientos a la resolución de ejercicios, el objetivo real
continuará siendo ése y terminarán ignorándose otros aspectos esenciales de la formación
integral de los estudiantes.
La evaluación ha de estar dirigida, pues, a los objetivos fundamentales del programa, y éstos
abarcan, como hemos estado insistiendo, no solo la formación de conocimientos, sino también de
métodos de trabajo, actitudes y valores.
Por otra parte, al pensar en la evaluación la pregunta clave debe dejar de ser “quién merece una
evaluación positiva y quién no” para convertirse en “qué ayudas precisa cada cual para seguir
avanzando en el proceso de aprendizaje”.
En consecuencia, la evaluación ha de ir más allá de las pruebas parciales y exámenes finales y
realizarse durante toda el proceso de enseñanza aprendizaje. De lo contrario, ¿cómo evaluar la
adquisición de métodos de trabajo y la formación de actitudes y valores? y ¿cómo saber a tiempo
qué ayudas brindar a los alumnos para superar sus dificultades?
Lo anterior conduce a concebir entre las formas concretas de evaluación, a las propias actividades
de aprendizaje realizadas durante el curso: la participación en clase, el trabajo en equipo, la
búsqueda de información, las tareas para la casa, el trabajo en el laboratorio, los informes de las
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actividades prácticas realizadas. La evaluación de estas actividades permite detectar las
dificultades que se presentan y los progresos realizados.
Cabe subrayar, sin embargo, que esto no elimina la necesidad de realizar pruebas parciales al
término de cada unidad, y exámenes finales. La preparación para ellos supone una revisión
integradora de lo aprendido, en que los estudiantes movilizan todos sus conocimientos y ponen
en tensión su intelecto y fuerza de voluntad para llevar a cabo dicha preparación. Bien diseñado,
el propio examen constituye un excelente ejercicio integrador de lo aprendido.
Una distribución aproximada, en por ciento, de la contribución a la calificación final de los
diferentes aspectos del trabajo realizado por los alumnos es la siguiente:
Asistencia a clases y participación en ellas – 10%
Realización de tareas indicadas por el maestro (búsqueda de información, respuesta a preguntas y
solución de ejercicios, realización de actividades prácticas sencillas) – 10%
Reporte con los resultados de las actividades de sistematización y consolidación correspondientes
a cada unidad – 10%.
Prácticas de laboratorio (preparación para su realización, desarrollo del trabajo, elaboración del
reporte) – 20%
Pruebas parciales al finalizar cada unidad y examen final – 50%.
ESTRUCTURA CONCEPTUAL DE LA ASIGNATURA
A continuación mostramos, mediante dos diagramas, las relaciones de la disciplina y la asignatura
con conceptos y temas fundamentales del programa. Estos diagramas son, por supuesto,
simplificados y solo incluyen las relaciones con los conceptos más relevantes.
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RELACIONES DE LA DISCIPLINA Y LA ASIGNATURA CON CONCEPTOS RELEVANTES DEL
PROGRAMA.
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ESTRUCTURA BÁSICA DE LA ASIGNATURA PROPIEDADES DE LA MATERIA.
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PROPÓSITO DE LA DISCIPLINA
Propósito general de la disciplina.
Contribuir a que los alumnos adquieran conceptos e ideas de la Física, esenciales para comprender
hechos y fenómenos del mundo que los rodea y el estudio de otras materias de ciencia, así como
desarrollar formas de pensamiento, métodos de trabajo y actitudes que ayuden a prepararlos
para un aprendizaje continuo y para valorar la repercusión de los resultados de la ciencia en el
medio ambiente y la sociedad.
Propósito general de la asignatura Propiedades de la materia.
Mediante el estudio de importantes propiedades de la materia y de conceptos e ideas relativos a
la Teoría Cinético‐Molecular y la Termodinámica, profundizar en la visión del mundo físico que
tienen los alumnos y en la importancia de la Física para otras ciencias, la tecnología y la vida
humana; formar conocimientos y habilidades esenciales a fin de prepararlos para enfrentar
diversas materias en la universidad y continuar desarrollando métodos de trabajo y actitudes
generales.
No. Nombre de la unidad Tiempo estimado (h)
I Estructura interna y propiedades de los cuerpos 10
II Propiedades y leyes en los fluidos 14
III Propiedades de las superficies de los líquidos 11
IV Teoría cinético‐molecular y leyes de los gases 11
V Nociones de termodinámica 17
Prácticas de laboratorio 7
Total 80
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UNIDADES TEMATICAS
UNIDAD I. ESTRUCTURA INTERNA Y PROPIEDADES DE LOS CUERPOS
OBJETIVOS:
Argumentar e ilustrar mediante ejemplos la importancia de conocer las propiedades de los cuerpos y
la estructura interna de ellos.
Exponer las ideas básicas de la teoría cinético‐molecular y describir hechos y experimentos que las
apoyan.
Utilizar las ideas de la teoría cinético‐molecular para explicar los estados gaseoso, líquido y sólido,
así como algunas propiedades de ellos.
TEMAS:
1.1. Importancia de conocer las propiedades y estructura interna de los cuerpos.
1.2. Ideas básicas de la teoría cinético‐molecular.
1.2.1. Pequeñez de las moléculas.
1.2.2. Interacción entre las moléculas.
1.2.3. Movimiento constante de las moléculas.
1.3. Estructura y propiedades de gases, líquidos y sólidos.
Tiempo estimado: 10 horas
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UNIDAD II. PROPIEDADES Y LEYES EN LOS FLUIDOS
OBJETIVOS:
Explicar el origen de la fluidez de líquidos y gases.
Caracterizar el concepto de presión, interpretarlo desde el punto de vista microscópico y dar
algunos valores característicos.
Enunciar la ley de Pascal, detallar experiencias que la apoyan y argumentarla desde el punto de
vista microscópico, describir aplicaciones prácticas de ella.
Caracterizar la distribución de la presión en el interior de líquidos y gases.
Describir fenómenos de la vida diaria debidos a la presión atmosférica.
Esclarecer el origen de la fuerza de empuje, deducir la ley de Arquímedes y utilizarla para analizar
diversas situaciones.
Caracterizar distintos tipos de movimiento de los fluidos.
Deducir la ecuación de continuidad y la ecuación de Bernoulli.
Utilizar las ecuaciones de continuidad y Bernoulli para analizar diversas situaciones.
TEMAS:
2.1. Fluidos en reposo.
2.1.2. Conceptos de fluido y presión.
2.1.3. Ley de Pascal.
2.1.4. Distribución de la presión en líquidos y gases.
2.1.5. Ley de Arquímedes.
2.2. Fluidos en movimiento.
2.2.1. Tipos de movimiento de los fluidos.
2.2.2. Ecuación de continuidad.
2.2.3. Ecuación de Bernoulli. Aplicaciones.
Tiempo estimado: 14 horas
29
UNIDAD III. PROPIEDADES DE LAS SUPERFICIES DE LOS LÍQUIDOS
OBJETIVOS:
Describir fenómenos que evidencien las propiedades especiales de las superficies de los líquidos.
Explicar el origen microscópico de la tensión superficial en los líquidos y definir el coeficiente de
tensión superficial.
Explicar los fenómenos de mojado y no mojado y describir ejemplos de su repercusión en la
práctica.
Esclarecer el fenómeno de la capilaridad y utilizar el conocimiento de dicho fenómeno para
explicar diversas situaciones.
TEMAS.
3.1. Tendencia a reducir la superficie.
3.2. Fuerza de tensión superficial.
3.3. Fenómenos de mojado y no mojado.
3.4. Capilaridad.
Tiempo estimado: 11 horas
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UNIDAD IV. TEORÍA CINÉTICO‐MOLECULAR Y LEYES DE LOS GASES
OBJETIVOS:
Interpretar la ecuación fundamental de la teoría cinético‐molecular de los gases y precisar las
principales ideas utilizadas en su deducción.
Caracterizar el concepto de temperatura e interpretarlo desde el punto de vista microscópico.
Obtener la ecuación de estado del gas ideal a partir de la ecuación fundamental de la teoría
cinético‐molecular de los gases y la interpretación microscópica de la temperatura.
Obtener las leyes de los gases como casos particulares de la ecuación de estado del gas ideal y
utilizar dichas leyes para analizar diversos procesos.
TEMAS:
4.1. Ecuación básica de la teoría cinético‐molecular de los gases.
4.2. Temperatura y energía cinética media de las moléculas.
4.3. Ecuación de estado del gas ideal.
4.4. Leyes de los gases.
Tiempo estimado: 11 horas
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UNIDAD V. NOCIONES DE TERMODINÁMICA
OBJETIVOS:
Caracterizar el concepto de energía interna desde el punto de vista de la teoría cinético‐molecular
y argumentar su dependencia de la temperatura y el volumen de los cuerpos.
Puntualizar en qué consiste la realización de trabajo en termodinámica y el modo de calcularlo, así
como interpretar desde el punto de vista microscópico la variación de energía interna que
produce al realizarlo sobre un gas.
Interpretar el calor, o calentamiento, desde el punto de vista microscópico y caracterizar el
concepto de cantidad de calor.
Formular la primera ley de la Termodinámica y utilizarla para analizar diversos
procesos.
Esclarecer los conceptos de proceso reversible y proceso irreversible e ilustrarlos mediante
ejemplos.
Describir el principio de funcionamiento de las máquinas térmicas.
Interpretar el concepto de eficiencia energética de una máquina térmica.
Valorar los aspectos positivos y negativos derivados de la utilización de las máquinas térmicas.
TEMAS.
5.1. Energía interna.
5.2. Trabajo en termodinámica.
5.3. Cantidad de calor.
5.4. Primera ley de la termodinámica.
5.5. Procesos irreversibles.
5.6. Máquinas térmicas. Eficiencia energética.
5.7. Preservación del medio.
Tiempo estimado: 17 horas
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PRÁCTICAS DE LABORATORIO
OBJETIVOS:
Valorar la funcionalidad de los conceptos y leyes estudiados al analizar situaciones prácticas.
Realizar mediciones, evaluar la incertidumbre de los resultados, procesar datos y construir
gráficos, manualmente y mediante medios informáticos.
Elaborar informes que resuman el trabajo práctico realizado.
Desarrollar disposición para el trabajo colectivo y para evaluar críticamente la labor realizada.
TEMAS.
1. Estimación del tamaño de una molécula.
2. Estimación de la presión atmosférica.
3. Estudio de la fuerza de empuje de un líquido.
4. Determinación del coeficiente de tensión superficial de un líquido.
5. Comprobación de la ley de Boyle‐Mariotte.
6. Comprobación de la ley de Gay‐Lussac.
7. Transmisión de energía térmica.
Tiempo estimado: 7 horas
MATERIALES Y RECURSOS
Libro de texto, material básico de laboratorio sobre fenómenos térmicos y física molecular, acceso
al trabajo en computadoras y a la búsqueda en Internet.
FUENTES DE APOYO DEL PROGRAMA
• Alvarenga, B. y Máximo, A. (1998). Física General con experimentos sencillos. México:
Oxford. Cuarta Edición.
• C. Giancoli, D. (2002). Física para universitarios Vol. II. México: Prentice‐ Hall. Tercera
Edición.
• C. Giancoli, D. (2002). Física: Principios con aplicaciones. México: Prentice‐Hall
Hispanoamericana. Cuarta Edición.
• Haber‐Schaim y otros (1975). Física PSSC **. España: Reverté.
33
• Hewitt, P. (1999). Conceptos de Física. México: Limusa.
• Hewitt, P. (2004). Física conceptual. México: Pearson. Novena Edición.
• Hewitt, P. y Robinson, P (1998). Manual de laboratorio de Física. México: Pearson
• Holton, G. (1993). Introducción a los conceptos y teorías de las ciencias físicas. España:
Reverté.
• Lea, S. y Burke, R. (1998). Física: La naturaleza de las cosas Vol. I. México: Thomson.
• Microsoft (2006). Encarta 2007 Biblioteca Premium DVD.
• Pérez, H. (2002). Física General. México: Publicaciones Cultural.
• Pérez, H. (2007). Física General. México. Grupo Editorial Patria. Primera Reimpresión.
• Resnick, R. y otros. (2002). Física Vol. 1. México: Continental. Cuarta Edición.
• Serway (1993). Física incluye Física Moderna. Tomo I. México: McGraw Hill. Tercera
Edición.
• Slisko, J. (2003). Física 2: El encanto de pensar. México: Prentice Hall.
• Tippens, P. (1988). Física Conceptos y Aplicaciones. México: McGraw Hill. Segunda Edición
• Wilson, J. (1996). Física. México: Pearson. Segunda Edición.
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