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Universidad Autónoma de Sinaloa 

Dirección General de Escuelas Preparatorias 
Bachillerato General 

Programa de la asignatura 
PROPIEDADES DE LA MATERIA
Clave: Asignación de tiempo: 80 horas (5h/semana)
Semestre: VI Créditos: 9
Área de conocimiento: Ciencias Naturales Componente de formación Propedéutica
preferentemente: • Químico-biológicas
• Físico-matemáticas
Disciplina: Física Vigencia escuelas piloto a partir de: agosto 2008
Vigencia para todas las escuelas a partir agosto 2009
de:

Ubicación esquemática de la asignatura 

• ELECTRICIDAD Y
ÓPTICA PROPIEDADES DE
LA MATERIA
• ELECTROMAGNETISM
O

• CÁLCULO II

• QUÍMICA
CUANTITATIVA II
 
MAPA CURRICULAR

Primer semestre Segundo semestre Tercer semestre Cuarto semestre


Matemáticas I (4) Matemáticas II (4) Matemáticas III (5) Matemáticas IV (5)

Técnicas de estudio (3) Comunicación verbal (3) Comprensión y producción de textos I (4) Comprensión y producción de textos II (4)

Inglés I (3) Inglés II (3) Inglés III (3) Inglés IV (3)

Laboratorio de cómputo I (2) Laboratorio de cómputo II (2) Laboratorio de cómputo III (3) Laboratorio de cómputo IV (3)

Lógica I (3) Lógica II (3) Metodología de la Investigación I (3) Metodología de la Investigación II (3)

Química General (5) Química del carbono (5) Mecánica I (5) Mecánica II (5)

Biología básica (5) Biodiversidad (5) Ética y desarrollo humano I (3 ) Ética y desarrollo humano II (3)

Introducción a las Ciencias Sociales y Análisis histórico de México I (4) Análisis histórico de México II (3) Realidad nacional y regional actual (3)
humanidades (4)

Orientación Educativa I (1) Orientación Educativa II (1) Orientación Educativa III (1) Orientación Educativa IV (1)

Total de horas 30 Total de horas 30 Total de horas 30 Total de horas 30

Ciencias Químico-Biológicas Ciencias Físico-Matemáticas Ciencias Sociales y Humanidades

Quinto Semestre Sexto Semestre Quinto Semestre Sexto Semestre Quinto Semestre Sexto Semestre.

Estadística (3) Probabilidad (3) Estadística (3) Probabilidad (3) Estadística (3) Probabilidad (3)

Producción de textos (3) Literatura (3) Producción de textos (3) Literatura (3) Producción de textos (3) Literatura (3)

Biología humana y salud (3) Ecología y educación Biología humana y salud (3) Ecología y educación Biología humana y salud (3) Ecología y educación
ambiental (3) ambiental (3) ambiental (3)

Historia universal Filosofía (3) Historia universal Filosofía (3) Historia universal Filosofía (3)
contemporánea (3) contemporánea (3) contemporánea (3)

Cálculo I (5) Cálculo II (5) Cálculo I (5) Cálculo II (5) Formación ciudadana (3) Paradigmas y problemas de
las Ciencias Sociales (3)

Electricidad y óptica (5) Propiedades de la materia (5) Estática y rotación del sólido (5) Propiedades de la materia(5) Pensamiento y Cultura I (5) Pensamiento y Cultura II (5)

Química cuantitativa I (5) Química cuantitativa II (5) Electromagnetismo (5) Óptica (5) Psicología del desarrollo Psicología del desarrollo
humano I (5) humano II (5)

Bioquímica (3) Biología celular (3) Dibujo Técnico I (3) Dibujo Técnico II (3) Problemas socioeconómicos y Análisis socioeconómico y
políticos de México (5) político de Sinaloa (5)

Total de horas 30 Total de horas 30 Total de horas 30 Total de horas 30 Total de horas 30 Total de horas 30

Actividades de Apoyo Educativo


Orientación Educativa Formación Artística y Cultural
Formación Deportiva Servicio Social Estudiantil

 
FUNDAMENTACIÓN CURRICULAR 
 
La  asignatura  Propiedades  de  la  materia  forma  parte  de  la  disciplina  Física  del  área  de  Ciencias 
Naturales,  corresponde  a  los  perfiles  Ciencias  Físico‐Matemáticas  y  Químico‐Biológicas  y  está 
ubicada  en  el  tercer  grado,  sexto  semestre.  Le  preceden  las  asignaturas  de  la  propia  disciplina 
Física, Mecánica 1 y Mecánica 2, que se desarrollan en el segundo grado. También es importante 
la  precedencia  de  Química  General,  de  varios  temas  de  Electricidad  y  de  las  asignaturas  de 
Matemáticas. 
 
El  modo  de  vida  de  los  seres  humanos,  desde  que  aparecieron  en  la  Tierra,  ha  estado 
estrechamente vinculado a las propiedades de determinados materiales. Diferentes períodos de la 
historia  humana  han  sido  incluso  denominados  según  los  materiales  que  resultaban 
determinantes para elaborar herramientas y otros útiles: edad de piedra, edad del bronce, edad 
del hierro. A la creación del celuloide en 1856, le siguió la elaboración de otros muchos plásticos, y 
desde  mediados  del  siglo  XX  se  han  estado  produciendo  infinidad  de  nuevos  materiales 
electrónicos.  No  han  faltado  quienes  hablan  de  la  era  de  los  plásticos  y  la  era  de  la  electrónica. 
Todo  esto  indica  el  importante  papel  que  desempeña  en  la  vida  del  hombre  el  conocimiento  y 
utilización de las propiedades de la materia.  
 
Entre  las  propiedades  consideradas  en  esta  asignatura,  de  interés  para  la  Física,  la  Química,  la 
Biología y diversas ramas de la ingeniería,  destacan las de los fluidos. Se trata de propiedades que 
poseen  en  común  los  gases  y  líquidos,  pese  a  sus  otras  diferencias.  El  conocimiento  de  ellas  es 
indispensable para entender numerosos fenómenos de la vida cotidiana, en particular los debidos 
a  la  presión  atmosférica,  y  también  cuando  se  tienen  en  cuenta  aspectos  tan  variados  como  el 
almacenamiento  de  líquidos  y  gases,  su  transportación  por  tuberías,  el  flujo  sanguíneo,  los 
mecanismos hidráulicos y neumáticos, la navegación marítima y aérea, etc.  
 
En relación con los líquidos, especial interés tiene además el estudio de la tensión superficial. Ésta 
da lugar, por ejemplo, a la formación de gotas, el mojado o no de ciertas superficies, el desarrollo 


y uso de tensoactivos y la capilaridad, cuestiones éstas muy presentes en la vida diaria y esenciales 
en las ciencias naturales y la Ingeniería. 
 
Ciertas propiedades de los sólidos, como sus diferentes tipos de deformación, importantes para el 
perfil Físico‐Matemáticas, pero que tienen menor repercusión para el perfil Químico‐Biológicas, se 
estudian en la asignatura Estática y rotación del sólido. En ésta la atención se centra en los gases y 
líquidos.  
 
Cabe subrayar que fue solo cuando la ciencia (en especial la Física y la Química) profundizó en las 
propiedades  de  los  cuerpos  y  sobre  todo  en  la  estructura  interna  de  ellos,  que  la  tecnología 
progresó  aceleradamente:  se  perfeccionó  la  máquina  de  vapor  y  se  inventó  el  motor  de 
combustión interna; se crearon plásticos, aleaciones metálicas y materiales para la electrónica con 
propiedades deseadas cada vez más específicas; se sintetizaron numerosos medicamentos. 
 
Y  en  ese  conocimiento  de  las  propiedades  de  los  cuerpos  y  la  estructura    microscópica  de  ellos 
desempeñan un papel esencial, junto a la Mecánica y el Electromagnetismo, otras dos ramas de la 
Física, la Termodinámica y la Teoría Cinético‐Molecular, las cuales aparecieron y se desarrollaron 
durante la segunda mitad del siglo XX. La Termodinámica fue la primera teoría científica sobre los 
fenómenos  térmicos,  surgió  durante  la  búsqueda  de  condiciones  óptimas  para  transformar 
energía térmica en mecánica mediante las máquinas térmicas. En las últimas décadas su campo se 
ha  ampliado,  para  abarcar  el  estudio  de  sistemas  alejados  del  equilibrio,  lo  que  permite 
comprender la autoorganización y el desarrollo característicos de ciertos sistemas, entre ellos los 
seres vivos. La Teoría Cinética, por su parte, fue esencial para la aceptación definitiva del concepto 
de  molécula  y  constituyó  el  fundamento  microscópico  de  la  Termodinámica.  Ella  dio  lugar  a  la 
rama de la física teórica hoy conocida como Mecánica Estadística.  
 
La  Teoría  Cinético‐Molecular  permite  interpretar  conceptos  macroscópicos  como  presión  y 
temperatura,  y  explicar  numerosas  propiedades  de  gases,  líquidos  y  sólidos,  entre  ellas  varias 
estudiadas  en  esta  asignatura:  la  fluidez  que  caracteriza  a  gases  y  líquidos,  la  presión  ejercida 

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sobre los cuerpos sumergidos en éstos descrito por el principio de Arquímedes, la ley de Pascal, la 
tensión superficial en los líquidos, las leyes de los gases. 
 
De este modo, en esta asignatura, Propiedades de la materia, los alumnos estudian un conjunto 
de propiedades y fenómenos relativos principalmente a los gases y líquidos, así como nociones de 
las dos teorías que junto a la Mecánica les permiten entender tales propiedades y fenómenos: la 
Teoría  Cinético‐Molecular  y  la  Termodinámica.  Esto  contribuye  a  formar  en  los  estudiantes  de 
ambos  perfiles,  Físico‐Matemáticas  y  Químico‐Biológicas,  la  base  necesaria  para  enfrentar  luego 
diversas  materias  en  la  universidad.  En  el      diagrama  Estructura  básica  de  la  asignatura 
Propiedades de la Materia se presenta una síntesis de las cuestiones esenciales consideradas en la 
asignatura y de las relaciones entre ellas. 
 
El carácter transdisciplinario de la asignatura se manifiesta, ante todo, en la preparación específica 
que ofrece para entender múltiples fenómenos del mundo circundante y enfrentar otras materias, 
cuestión  que  ya  hemos  señalado.  Por  otro  lado,  en  ella  se  continúa  prestando  atención  a 
conceptos, procedimientos, actitudes y valores generales y, por tanto, comunes a múltiples ramas 
del saber. Tres de esos conceptos generales son, sistema, interacción y cambio. Ellos se introducen 
al iniciarse el estudio de la Física, en el segundo grado, se enriquecen en otras asignaturas de la 
disciplina y en ésta siguen desarrollándose.  
 
Así, durante el estudio de la Electricidad los alumnos se relacionaron con sistemas formados por 
gran  cantidad  de  partículas,  pero  ahora  profundizan  en  ellos,  así  como  en  un  nuevo  tipo  de 
movimiento inherente a tales sistemas, el movimiento térmico, cuyo carácter caótico se debe a las 
interacciones entre un colosal número de partículas. Además, por primera vez en la disciplina se 
emplea  la  interpretación  estadística  de  ciertas  propiedades  macroscópicas.  La  asignatura 
contribuye, pues, con importantes elementos a la formación de una visión moderna del mundo en 
los estudiantes.  
  

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Por  otra  parte,  prosiguen  desarrollándose  habilidades  generales,  tales  como  búsqueda  de 
información,  razonamiento  lógico,  observación,  medición,  manejo  de  medios  informáticos, 
redacción de informes acerca del trabajo realizado.  
 
En lo que se refiere a las actitudes y valores señalemos, que la asignatura revela, una vez más, el 
valor de la Física para la comprensión del mundo que nos rodea, incluyendo ciertos procesos que 
tienen lugar en el ser humano,  así como  su contribución  al mejoramiento de las condiciones de 
vida, mediante el examen de diversas aplicaciones tecnológicas. Al propio tiempo, el análisis del 
funcionamiento de las máquinas térmicas y la relación de ellas con la utilización de combustibles 
fósiles, permite volver sobre una cuestión considerada desde el inicio del estudio de la Física, pero 
en la que es necesario insistir: los resultados de la ciencia y la tecnología no siempre repercuten 
positivamente en el medio ambiente y los seres humanos, ello depende de las actitudes y valores 
asumidos por éstos.  
 
Otras  actitudes  y  valores  generales  que  se  estimulan  en  la  asignatura  son  la  iniciativa,  la 
tenacidad, el trabajo cooperativo, la evaluación crítica de los resultados de la labor realizada. 
 
Lo dicho anteriormente muestra que la asignatura Propiedades de la materia puede contribuir de 
modo significativo a los tres fines fundamentales del bachillerato que se ha propuesto el plan de 
estudios 2006, referidos a ofrecer una cultura general básica a los estudiantes, prepararlos para el 
ingreso a estudios superiores y desarrollar en ellos habilidades y actitudes esenciales para la vida 
social. 
 
ORIENTACIONES PSICOPEDAGÓGICAS DEL PROGRAMA 
 
ENFOQUE DEL CURSO 
 
 En  el  marco  del  nuevo  diseño  curricular  2006  la  disciplina  Física  se  propone  trabajar  con  un 
enfoque  que  pone  énfasis  en  la  adquisición  de  conocimientos  y  habilidades  generales,  la 

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formación de actitudes y valores y la estrecha relación de lo estudiado con la vida. La finalidad es 
elevar  el  papel  de  la  Física  en  la  formación  integral  de  los  estudiantes  de  bachillerato  y  en  su 
preparación para continuar estudios en la universidad. 
 
Lo anterior implica importantes cambios, tanto en los objetivos y el contenido de las asignaturas 
que componen la disciplina, como en los métodos y formas de trabajo utilizados en el proceso de 
enseñanza‐aprendizaje.  
 
Como se expresó en el propósito general de la asignatura, uno de sus objetivos fundamentales es 
profundizar en la visión del mundo físico que tienen los estudiantes, labor que se inicia desde la 
primera unidad del curso de Física, en el segundo grado. En particular, en esa unidad los alumnos 
se  relacionan  con  los  conceptos  generales  de  sistema  y  cambio,  como  dos  características 
esenciales  del  universo,  presentes  desde  su  nivel  microscópico  hasta  el  galáctico.  Y  después,  al 
estudiar el concepto de fuerza, se aprovecha para introducir el de interacción, como el factor más 
importante  que  determina  la  estructura  de  los  sistemas  y  los  cambios  que  tienen  lugar  en  el 
universo. Claro está, en Mecánica 1 y Mecánica 2 la atención se centra en el estudio de un cambio, 
el movimiento mecánico, y de una de las cuatro interacciones fundamentales examinadas por la 
Física,  la  gravitatoria.  Luego,  en  el  primer  semestre  de  tercer  grado,  en  las  asignaturas 
Electromagnetismo en el caso del perfil de las Ciencias Físico‐Matemáticas y Electricidad y Óptica 
en el caso de Ciencias Químico‐Biológicas, se enriquecen los tres conceptos mencionados. Además 
de sistemas compuestos por los cuerpos habituales, frecuentemente considerados como tales, allí 
se  examinan  otros  tipos  de  sistemas:  cuerpos  formados  por  partículas  cargadas,  dispositivos  y 
circuitos  eléctricos  y  el  campo  electromagnético.  Por  otro  lado,  se  amplía  el  concepto  de 
interacción,  al  considerar  otra  de  las  cuatro  interacciones  fundamentales  en  la  naturaleza,  la 
electromagnética, y la idea de que la velocidad con que se transmite la acción de un cuerpo sobre 
otro es finita. A su vez, los cambios estudiados en esas asignaturas abarcan una gran variedad de 
fenómenos y procesos. 
 

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En esta asignatura, Propiedades de la Materia, continúa el desarrollo de los conceptos de sistema, 
interacción  y  cambio.  En  particular,  como  ya  señalamos  en  el  apartado  dedicado  a  la 
fundamentación  curricular,  ahora  los  alumnos  profundizan  en  sistemas  constituidos  por  gran 
número de partículas (cuerpos gaseosos, líquidos y sólidos formados por moléculas y átomos). Es 
la interacción entre esas partículas lo que da lugar al movimiento desordenado, caótico, de ellas, y 
a  la  cohesión  entre  las  partes  de  líquidos  y  sólidos.  Ella  también  explica  fenómenos  como  la 
transmisión de la presión a través de los fluidos, la tensión superficial y la transferencia de energía 
mediante calor de un sistema a otro, o de una parte a otra del propio sistema.  
El  examen  de  las  ideas  básicas  de  la  Teoría  Cinético‐Molecular  y  su  eficacia  para  explicar 
numerosas propiedades y fenómenos, contribuye a reafirmar en los alumnos un concepto que hoy 
es central en la ciencia y la tecnología: las propiedades y funciones de los sistemas dependen de la 
estructura de ellos. 
 
Ya  que  la  Termodinámica  trata  precisamente  de  la  transformación  y  transmisión  de  la  energía, 
durante su estudio se profundiza en dicho concepto y también en los de trabajo y calor.  
 
Parte esencial de la visión de lo que es y representa determinada rama de la ciencia está dada por 
lo  que  significa  para  la  vida  diaria,  la  sociedad,  otras  ciencias.  Ya  en  el  segundo  apartado, 
Fundamentación curricular, nos referimos a la importancia que a lo largo de la historia ha tenido el 
conocimiento de las propiedades de la materia y de su estructura interna para entender multitud 
de  fenómenos  de  nuestro  entorno  y,  sobre  todo,  para  poder  diseñar  materiales  y  procesos  con 
características  específicas.  También  mencionamos  el  papel  desempeñado  por  la  Teoría  Cinética 
para  la  aceptación  definitiva  del  concepto  de  molécula  y  que  la  Termodinámica  surgió  y  se 
desarrolló durante los esfuerzos por optimizar la eficiencia de las máquinas térmicas. El análisis de 
una cronología de éstos y otros hechos relevantes vinculados al conocimiento de las propiedades 
de la materia, ayuda a mostrar lo que ha significado la Física para el progreso humano. 
Sin  embargo,  no  solo  deben  analizarse  los  aspectos  positivos.  En  particular,  el  empleo  de  las 
máquinas  térmicas,  y  asociado  a  ellas  el  de  los  combustibles  fósiles,  ha  generado  una  serie  de 
graves problemas: contaminación del medio, cambio climático, rápido agotamiento de las fuentes 

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tradicionales.  Y  a  su  vez,  estos  problemas  están  conduciendo  a  otros,  como  el  de  la 
transformación  de  recursos  alimenticios  habituales  en  fuentes  de  energía  y  las  confrontaciones, 
incluidas  guerras,  por  la  posesión  de  los  recursos  energéticos.  Tales  cuestiones  tienen  gran 
importancia  para  la  educación  de  todos  los  ciudadanos,  pero  en  especial,  para  aquellos  que  se 
dedicarán a profesiones de ciencia e ingeniería. 
 
Propiedades de la materia se desarrolla tanto en la fase de Ciencias Físico‐Matemáticas como en la 
fase de Ciencias Químico‐Biológicas. En relación con esto es preciso tener en cuenta lo siguiente: 
En  general,  dos  preguntas  claves  impulsan  la  labor  de  investigación  que  se  realiza  en  cualquier 
rama  de  la ciencia:  ¿por  qué?  y  ¿para  qué? Sin  embargo, en  dependencia  de  la  rama  de  que  se 
trate, el énfasis puesto en una u otra pregunta ha sido diferente. Así, por ejemplo, si bien en Física 
han  predominado  la  orientación  hacia  la  primera  pregunta  y  los  aspectos  cuantitativos,  en 
Química y Biología, y sobre todo en esta última, la pregunta central ha sido la segunda. Esto se ha 
traducido en la enseñanza de estas asignaturas, en el caso de la Física, en un realce del análisis de 
las causas de los fenómenos y los aspectos cuantitativos y en el caso de la Química y la Biología, en 
un  acento  de  los  aspectos  descriptivos  y  la  repercusión  para  la  vida  y  el  medio  ambiente.  Estas 
diferencias  deben  tenerse  presente  a  la  hora  de  desarrollar  el  curso  para  uno  u  otro  perfil.  Por 
ejemplo,  en  el  perfil  Físico‐Matemáticas,  donde  los  alumnos  se  orientan  hacia  las  carreras  de 
Física, Matemáticas e Ingeniería, puede prestarse  mayor atención a la realización de cálculos, el 
trabajo con ecuaciones y a la deducción de la ecuación de Bernoulli, la ecuación básica de la teoría 
cinético‐molecular  de  los  gases  y  la  ecuación  de  estado  del  gas  ideal.  Por  su  parte,  en  el  perfil 
Químico‐Biológicas es sumamente importante intentar responder constantemente  a la pregunta 
¿para  qué?,  mediante  el  análisis  de  las  repercusiones  para  la  Química,  la  Biología,  el  medio 
ambiente  y  la  vida  humana,  de  tal  modo  que  los  estudiantes  se  convenzan  del  significado  de  la 
Física para la profesión que elegirán como carrera. 
 
Otro  aspecto  de  especial  interés  es  el  relativo  a  los  métodos  y  formas  de  trabajo  a  emplear 
durante  el  proceso  de  enseñanza‐aprendizaje.  Como  se  sabe,  en  Física  son  indispensables  la 
observación,  la  medición  y  la  experimentación.  Pero  no  debe  olvidarse  que  los  científicos, 

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incluidos  los  físicos,  también  invierten  una  parte  considerable  de  su  tiempo  en  estudiar  libros  y 
artículos,  trabajar  con  computadoras  y  preparar  ponencias  y  artículos  donde  informan  los 
resultados y conclusiones del trabajo realizado. En consecuencia, además de las observaciones, las 
mediciones  y  los  experimentos,  son  importantes  la  búsqueda  de  información,  la  lectura  de 
materiales, el trabajo con computadoras, la preparación de resúmenes e informes. En este sentido 
cabe recordar que las posibilidades que hoy ofrecen las enciclopedias multimedia e Internet ‐en 
particular  para  contribuir  a  responder  a  la  pregunta  ¿para  qué?‐  deben  ser  aprovechadas, 
planteando  a  los  alumnos  actividades  de  búsqueda  de  información  y  profundización  en  torno  a 
cada tema tratado.    
 
La  primera  unidad,  Estructura  interna  y  propiedades  de  los  cuerpos,  se  apoya  en  conocimientos 
adquiridos por los alumnos en la asignatura Química General y también durante el estudio de la 
Electricidad. 
 
Es  una  aspiración  de  la  disciplina  Física  que  los  alumnos  comprendan  la  relevancia  de  lo  que 
estudian, el por qué del tema considerado. Por eso la unidad comienza con un apartado dedicado 
a  la  importancia  de  conocer  las  propiedades  de  los  cuerpos  y  la  estructura  de  ellos.  Esto  puede  
ser resaltado mediante el análisis de una cronología sobre la utilización por los seres humanos de 
diversas propiedades y materiales. Así, el hombre aprovechó ciertas propiedades físicas del agua 
al construir la primera canoa hace unos nueve mil años, y las del viento al emplear barcos de vela 
hace  alrededor  de  cinco  mil años. Los  primeros  materiales  sólidos  utilizados fueron  la  piedra, el 
hueso y la madera y luego la cerámica a base de arcilla, el bronce, el hierro, el vidrio, el oro y la 
plata.  Los  alumnos  deben  comprender  que  pese  a  todos  estos  adelantos,  fue  solo  cuando  se 
profundizó en la estructura interna de los cuerpos, a partir de la segunda mitad del siglo XIX, que 
pudieron elaborarse materiales y sustancias con propiedades deseadas muy específicas: infinidad 
de  tipos  de  plásticos,  cerámicas  modernas,  numerosas  aleaciones  metálicas,  semiconductores, 
composites y una gran variedad de productos y medicamentos sintéticos.  
 

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El propósito del análisis anterior es crear una motivación inicial y dar lugar a las preguntas ¿cómo 
es  la  estructura  interna  de  los  cuerpos?,  ¿qué  relación  hay  entre  la  estructura  interna  de  los 
cuerpos y sus propiedades?, lo cual lleva al estudio de la teoría cinético‐molecular.    
 
Las  ideas  básicas  de  la  teoría  cinético‐molecular  pueden  resumirse  en  tres:  los  cuerpos  se 
componen de pequeñísimas partículas (moléculas, átomos), entre las cuales se ejercen fuerzas de 
interacción y que están en continuo movimiento desordenado. Partiendo de estas ideas se explica 
por  qué  las  sustancias  pueden  encontrarse  en  los  estados  gaseoso,  líquido  y  sólido.  Luego,  a  lo 
largo de todo el curso, dichas ideas se utilizan para explicar numerosas propiedades y fenómenos 
de los líquidos y gases, e interpretar microscópicamente los conceptos de presión, temperatura, 
energía interna, calor. 
 
Existen numerosos hechos, incluso cotidianos, que sugieren que los cuerpos están formados por 
pequeñísimas partículas en constante movimiento: el paulatino desgaste de los cuerpos sólidos, la 
dilatación  y  contracción  de  los  cuerpos  al  variar  su  temperatura,  la  difusión,  etc.  Además,  en  la 
actualidad  se  dispone  de  imágenes  de  moléculas  y  átomos  logradas  mediante  microscopios 
especiales. Pero no por ello debe dejarse de examinar el fenómeno que históricamente dio lugar a 
la  confirmación  definitiva  de  la  existencia  de  las  moléculas  y  su  constante  movimiento:  el 
movimiento  Browniano.  Robert  Brown  fue  un  biólogo  quien  en  1827  observó  al  microscopio 
diminutas  partículas  de  polen  suspendidas  en  agua  que  se  movían  de  modo  permanente  y 
errático. Luego de varias hipótesis para explicar este fenómeno, en la década de 1870 se planteó 
la  idea  de  que  el  movimiento  de  las  partículas  "brownianas"  se  debe  a  que  las  moléculas  en 
constante  movimiento  chocan  con  ellas.  Partiendo  de  esta  idea,  en  1905  Einstein  obtuvo 
teóricamente  una  fórmula  que  fue  utilizada  luego  por  J.  P.  Perrin  para  comprobar 
experimentalmente la teoría del movimiento browniano y, con ello, confirmar la existencia de las 
moléculas y el continuo movimiento de ellas.  
 
La segunda unidad, Propiedades y leyes en los fluidos, corresponde a lo que tradicionalmente se 
denomina  “Mecánica  de  los  fluidos”,  sin  embargo,  al  examinar  varios  de  sus  conceptos  y  leyes, 

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aquí  se  combina  el  enfoque  macroscópico  de  la  Mecánica  con  el  enfoque  microscópico  que 
aportan  los  conocimientos  adquiridos  por  los  alumnos  sobre  la  estructura  de  los  cuerpos  en  la 
primera  unidad.  Así,  se  explican  desde  el  punto  de  vista  molecular:  la  propiedad  de  fluir  que 
caracteriza a gases y líquidos, la presión ejercida por éstos sobre los cuerpos con los que entran en 
contacto y la ley de Pascal. Por su parte, al analizar la distribución de la presión en líquidos y gases 
y  la  ley  de  Arquímedes,  se  utilizan  conocimientos  de  Mecánica,  en  particular  la  condición  de 
equilibrio de los cuerpos, y al deducir la ecuación de Bernoulli, el teorema del trabajo y la energía. 
 
Es conveniente que desde el principio de la unidad los estudiantes adquieran una idea de algunos 
valores  característicos  de  presión,  por  ejemplo:  la  ejercida  por  una  hoja  de  papel  sobre  la 
superficie en  que  yace,  la  del  agua  a  un  metro  de  profundidad,  la  presión  sanguínea,  la  presión 
atmosférica, las mayores presiones que se han logrado producir, etc. Los alumnos también deben 
relacionarse con aplicaciones prácticas de la transmisión de la presión en gases y líquidos (como 
los  mecanismos  hidráulicos  y  neumáticos,  la  medición  de  la  presión  sanguínea,  etc.),  con 
fenómenos  debidos  a  la  acción  de  la  presión  atmosférica  (por  ejemplo,  adhesión  de  ventosas  a 
ciertas superficies, funcionamiento de la jeringa, absorción de agua por medio de una pajilla, etc.) 
y con interesantes efectos debidos a la ley de Bernoulli (fuerza ascendente producida sobre techos 
por fuertes vientos; fuerza de sustentación en aviones; efectos producidos en pelotas de béisbol, 
tenis y otras, al imprimirles rotación, etc.).  
 
La tercera unidad, Propiedades de las superficies de los líquidos, está dedicada a analizar una serie 
de  fenómenos  relacionados  con  las  propiedades  especiales  que  poseen  las  superficies  de  los 
líquidos.  
 
En la unidad anterior se estudia el comportamiento de líquidos y gases en conjunto, centrando la 
atención  en  la  propiedad  que  tienen  en  común  de  fluir,  es  decir,  de  desplazarse  sus  porciones 
unas en relación a  otras con gran  facilidad,  lo  que se  explica por la movilidad de sus moléculas. 
Pero sabemos que entre los líquidos y gases también existen notables diferencias, originadas por 
sus distintas estructuras microscópicas. Así, mientras que en los gases las separaciones entre las 

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moléculas  son  unas  10  veces  superiores  que  sus  diámetros,  en  los  líquidos  son  tan  solo  de  1‐2 
diámetros moleculares. Esto hace que las propiedades de los líquidos dependan grandemente no 
solo  del movimiento de  sus  moléculas sino también, a diferencia de los gases, de las  fuerzas  de 
interacción  entre  ellas.  En  general,  considerar  la  influencia  de  estas  fuerzas  de  interacción  en 
muchas  propiedades  de  los  líquidos  resulta  complejo,  pero  hay  ciertas  propiedades  que  tienen 
lugar  en  la  frontera  de  los  líquidos  con  los  gases  y  los  sólidos  que  no  son  difíciles  de  explicar  a 
partir de las fuerzas de interacción; entre ellas se encuentran la tensión superficial y la propiedad 
de mojar o no cierta superficie. Estas propiedades determinan notables fenómenos, por ejemplo, 
la  formación  de  gotas,  la  formación  de  meniscos,  la  capilaridad  y  la  acción  de  las  sustancias 
tensoactivas.  
Si bien en las unidades anteriores se utilizan las ideas de la teoría cinético‐ molecular para explicar 
varias propiedades y leyes desde el punto de vista microscópico, ello se hace cualitativamente. Es 
en  la  cuarta  unidad,  Teoría  cinético‐molecular  y  leyes  de  los  gases,  que  dicha  teoría  se  aplica  
cuantitativamente y, por tanto, que su potencia puede ser apreciada mejor.  
 
En la enseñanza de la Física elemental han sido empleados diversos enfoques al tratar la relación 
entre  la  teoría  cinético‐molecular  y  las  leyes  de  los  gases.  Ello  depende,  básicamente,  de  si  las 
leyes de los gases se estudian antes de la ecuación de estado del gas ideal o después de ella y del 
modo  en  que  se  introduce  el  concepto  de  temperatura  absoluta.  Respecto  a  lo  primero,  nos 
parece  más  conveniente  obtener  teóricamente  la  ecuación  de  estado  y  luego  como  casos 
particulares de ella, las leyes de los gases, las cuales pueden ser verificadas experimentalmente. 
Esto tiene la ventaja de que muestra la capacidad de predicción de la teoría cinético‐molecular y 
resalta su carácter fundamental en relación con las leyes de los gases.  
 
Al  considerar  la  ecuación  de  estado  y  las  leyes  de  los  gases  es  preciso  subrayar  que  ellas  se 
refieren  a  un  modelo  de  gas  denominado  “gas  ideal”,  o  “gas  perfecto”,  el  cual  representa  una 
simplificación de los gases reales. Cuando la presión y la temperatura del gas son, por ejemplo, las 
habituales,  su  comportamiento  se  aproxima  mucho  al  del  modelo,  en  cambio  para  elevadas 
presiones y bajas temperaturas, difiere de él. El concepto de gas ideal puede ser caracterizado de 

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dos modos: desde el punto de vista de la teoría cinético‐molecular, o desde la perspectiva de la 
termodinámica,  esto es macroscópicamente. Según este segundo punto de vista, un gas es ideal 
cuando  cumple  rigurosamente  con  las  leyes  de  los  gases  cualesquiera  que  sean  su  presión  y 
temperatura. Pero en el enfoque que proponemos se parte de la teoría cinético‐molecular, por lo 
que  el  modelo  de  gas  ideal  debe  ser  caracterizado  desde  esa  perspectiva:  es  un  gas  cuyas 
moléculas  están representadas por puntos y solo interaccionan, elásticamente, al chocar. En este 
modelo de gas la energía potencial debida a la interacción molecular es nula.  
 
El concepto de temperatura es esencial no solo en la vida cotidiana y en Física, sino en todas las 
ciencias  de  la  naturaleza  y  la  ingeniería.  No  obstante,  es  un  concepto  complejo  y  tiene  varias 
facetas, en particular, es un parámetro macroscópico que caracteriza el estado de los sistemas y, 
al  propio  tiempo,  su  profundo  sentido  físico  únicamente  puede  ser  entendido  a  partir  de  una 
interpretación  microscópica,  estadística.  Por  eso  el  profesor  debe  conformarse  con  que  los 
alumnos comprendan los aspectos básicos del concepto de temperatura absoluta.  
 
En la literatura sobre enseñanza de la Física se han desarrollado diversas variantes didácticas para 
introducir  el  concepto  de  temperatura  absoluta.  Una  de  ellas,  asequible  a  los  alumnos  de 
bachillerato  y  que  ahorra  tiempo,  puede  ser  sintetizada  en  el  siguiente  esquema:  medida  de  la 
temperatura por medio del equilibrio térmico (del análisis de experiencias de la vida cotidiana) → 
interpretación  cinético‐molecular  del  proceso  de  establecimiento  del  equilibrio  térmico  → 
conclusión  acerca  de  la  relación  directa  entre  energía  cinética  media  de  las  moléculas  y 
temperatura  →  propuesta  de  definir  la  temperatura  absoluta  como  proporcional  a  la  energía 
cinética  media  de  las  moléculas  →  adopción  de  T  ~  2/3‹Ec›,  donde  ‹Ec›  =  3/2  kT  es  la  energía 
cinética promedio.     
  
Al  combinar  el  resultado  anterior  con  la  ecuación  básica  de  la  teoría  cinético‐molecular  de  los 
gases, p = 2/3n‹Ec›, en la cual n = N / V es la concentración de moléculas, se obtiene la ecuación de 
estado del gas ideal, pV = NkT, y de ella se infieren las leyes de los gases. En relación con éstas, el 

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profesor  debe  subrayar  que  solo  se  cumplen  rigurosamente  para  gases  que  se  aproximen  al 
modelo de “gas ideal”. 
 
Los alumnos deben entender por qué la ecuación anterior se denomina ecuación de “estado”. Por 
estado  de  una  partícula  o  sistema  se  entiende  la  situación  en  que  se  encuentran,  la  cual  es 
caracterizada  mediante  ciertas  magnitudes.  Cuando  la  situación  o  estado  del  sistema  varía, 
también lo hacen los valores de las magnitudes que lo caracterizan. Así, por ejemplo, el estado de 
una  partícula  se  determina  por  su  posición  y  velocidad  y  cuando  éstas  varían,  ha  variado  su 
estado. El número de magnitudes necesarias para caracterizar el estado de un sistema depende de 
sus peculiaridades y de las condiciones en que se encuentra. Por ejemplo, el estado de un sistema 
que  consiste  en  un  gas  ideal,  queda  definido  por  tres  magnitudes:  su  presión,  volumen  y 
temperatura. Si varía su presión, su volumen o su temperatura, significa que su estado ha variado. 
Entre  las  magnitudes  que  determinan  el  estado  de  un  sistema  puede  existir  cierta  dependencia 
funcional y la ecuación que expresa esa dependencia es la que se denomina ecuación de estado. 
La ecuación pV = NkT expresa la dependencia entre las magnitudes que determinan el estado del 
gas  ideal  y  por  eso  se  llama  ecuación  de  estado  del  gas  ideal.  A  partir  de  ella  puede  escribirse 
p1V1/T1  =  p2V2/T2,  que  da  la  dependencia  entre  dos  estados  del  gas  ideal  y,  por  tanto,  es  otra 
forma de la ecuación de estado. 
 
La última unidad, Nociones de termodinámica, vuelve a considerar la transformación y transmisión 
de energía, ya examinada en Mecánica 2. Pero mientras que la ley de conservación de la energía 
mecánica se formula para sistemas aislados, es decir, que no intercambian energía con el exterior, 
en  el  caso  de  la  termodinámica  la  atención  se  centra,  precisamente,  en  ese  intercambio  de 
energía.  Aquí  es  de  gran  importancia  mencionar  el  experimento  que  llevó  a  cabo  Joule  sobre el 
equivalente mecánico del calor, el cual llevó a la expresión actual de la conservación de la energía. 
Esto se aprecia claramente en la formulación matemática del primer principio, ΔEi = W + Q, cuyo 
segundo miembro se refiere al trabajo y al calor.  
 

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Los alumnos ya deben conocer los conceptos involucrados en la primera ley de la termodinámica 
(del estudio de la ley de conservación de la energía en Mecánica 2). Se trata ahora de precisarlos y 
profundizar en ellos.  
 
En relación con el concepto de energía interna hay que recordar que ella incluye toda la energía 
del  interior  del  sistema:  cinética  de  las  moléculas,  potencial  de  la  interacción  entre  ellas,  de  los 
enlaces  químicos  de  los  átomos  que  forman  las  moléculas,  de  los  niveles  ocupados  por  los 
electrones  en  los  átomos,  del  interior  de  los  núcleos  atómicos.  Sin  embargo,  muchos  de  los 
procesos que tienen lugar a diario, transcurren sin que cambie la energía interna de las moléculas, 
sino solo su energía cinética y la de interacción entre ellas. Ésos son los procesos examinados por 
la termodinámica clásica, y también los considerados en este curso. La energía del interior de las 
moléculas varía cuando interviene la radiación, o cuando las temperaturas son muy elevadas.  
 
De  este  modo,  en  este  curso  al  referirse  a  la  energía  interna  se  tiene  cuenta  la  suma  de  las 
energías  cinética  del  movimiento  desordenado  de  las  moléculas  y  la  energía  potencial  de 
interacción entre ellas.   
 
Respecto  a  los  conceptos  de  trabajo  y  calor,  es  preciso  ante  todo  insistir  en  que  W  y  Q  no 
representan  cantidades  de  energía  que  posee  el  sistema,  sino  cantidades  de  energía 
intercambiadas por él. Otra cuestión a recordar es que mientras el trabajo puede ser identificado 
por la aplicación de una fuerza y cierto desplazamiento, el intercambio de energía mediante calor 
se  debe  a  una  diferencia  de  temperatura,  la  energía  se  transmite  de  la  parte  de  mayor 
temperatura a la de menor. Por otra parte, ahora el modo de calcular el trabajo se diferencia del 
estudiado en Mecánica 2, ya que el efecto de la fuerza puede que no sea la traslación del cuerpo 
como un todo, sino su deformación.  
 
Al analizar la ecuación de la primera ley de la termodinámica, ΔEi = W + Q, también es importante 
subrayar  que  mientras  la  energía  interna  solo  depende  del  estado  del  sistema,  y  no  de  la  vía 
mediante la cual se arribó a dicho estado, el trabajo y el calor sí dependen del proceso seguido. 

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En  lo  que  se  refiere  a  la  energía,  la  peculiaridad  más  importante  de  la  termodinámica  en 
comparación  con  otras ramas  de  la  Física radica  en  que  por  medio  de  su  segunda ley  señala  un 
sentido para la transmisión y transformación de la energía. No es objetivo del presente programa 
realizar un estudio formal de la segunda ley de la termodinámica, sin embargo,  algunos conceptos 
e  ideas  involucrados  en  ella  están  al  alcance  de  los  alumnos  y  deben  ser  debidamente 
examinados.    
 
En particular, a partir de su experiencia diaria los alumnos pueden comprender que la transmisión 
de energía mediante calor (de un sistema a otro o de una parte a otra del propio sistema), cuando 
se realiza por sí sola siempre tiene lugar de la parte de mayor temperatura a la de menor. Es cierto 
que  en  las  instalaciones  refrigerantes  pasa  energía  del  sistema  frío  al  más  caliente,  enfriando  al 
primero todavía más, pero este proceso no transcurre por sí solo, sino en virtud de la realización 
de  cierto  trabajo.  El  proceso  habitual  de  transmisión  de  energía  mediante  calor  de  un  cuerpo 
caliente  a  otro  frío,  no  tiene  lugar  por  sí  solo  en  sentido  inverso,  es  decir,  no  es  reversible.  La 
primera ley de la termodinámica no dice nada acerca de esto, ello forma parte del contenido de la 
segunda ley. 
 
La  trascendencia  de  la  segunda  ley  de  la  termodinámica  radica  en  que  a  partir  de  ella  puede 
llegarse a la conclusión de la irreversibilidad de otros procesos que tienen lugar en la naturaleza. 
Un ejemplo clásico es el de transformación de energía mecánica en interna, por ejemplo, al lanzar 
un bloque de tal modo que deslice sobre la superficie de una mesa. La energía del movimiento del 
bloque como un todo se transforma en energía del movimiento desordenado de las moléculas de 
su superficie y de la superficie de la mesa, con lo cual se eleva ligeramente la temperatura de ellas. 
Pero nunca se ha observado el proceso inverso: que el bloque se mueva sobre la mesa a cuenta de 
la disminución de la temperatura de su superficie y de la superficie de la mesa. 
 

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La comprensión del sentido físico de la irreversibilidad de los procesos requiere una interpretación 
estadística, que puede resultar difícil a algunos alumnos. El profesor puede profundizar en ello en 
caso que el tiempo disponible y las posibilidades de los estudiantes lo permitan. 
 
En  el  programa  de  Mecánica  2  se  incluyó  el  apartado  Obtención  y  utilización  de  la  energía.  En 
relación con ese punto deben haberse considerado en clase: el principio de funcionamiento de las 
máquinas  térmicas,  el  concepto  de  eficiencia  energética  y  cuestiones  relativas  a  la  preservación 
del medio. Es tal la relevancia que tiene el tema de la energía en la actualidad (para la ciencia, la 
tecnología,  el  medio  ambiente  y  la  sociedad),  que  resultaba  indispensable  introducir  estas 
cuestiones en el componente de formación básica del bachillerato, destinado a todos los alumnos 
sin excepción. Ahora, en el componente propedéutico previsto para los perfiles en Ciencias Físico‐
Matemáticas  y  Químico‐Biológicas,  debe  profundizarse  en  ellas  y,  en  caso  de  que  no  se  hayan 
tratado anteriormente, es el momento de hacerlo.  
  
Los  trabajos  prácticos  constituyen  otro  aspecto  central  en  el  nuevo  programa.  Como  ya  hemos 
dicho,  la  observación,  la  medición  y  el  experimento  son  esenciales  en  la  Física,  lo  cual  ha  sido 
tradicionalmente  reconocido  en  la  enseñanza.  Pero  pese  a  ello,  éste  ha  sido  un  aspecto  muy 
descuidado en los últimos años y es intención del nuevo programa prestarle la debida atención. 
 
Durante el trabajo práctico se enriquecen con experiencia concreta determinados conocimientos y 
se obtienen otros; se aprende a razonar a partir de condiciones reales; se desarrollan habilidades 
para  la  medición,  el  manejo  de  instrumentos  y  el  procesamiento  e  interpretación  de  datos;  se 
gana  experiencia  en  la  elaboración  de  informes  acerca  del  trabajo  realizado.  Las  prácticas  de 
laboratorio constituyen, por otra parte, una actividad idónea para el trabajo en equipo, durante el 
cual  se  desarrollan  importantes  actitudes  y  valores.  En  resumen,  a  través  de  las  prácticas  se 
forman  conocimientos,  habilidades,  métodos  de  trabajo  y  actitudes,  que  no  es  posible  obtener 
mediante  otras  actividades.  El  trabajo  práctico  resulta,  pues,  insustituible  para  determinados 
aspectos de la formación integral de los estudiantes. 
 

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En consecuencia, en el programa se ha incluido un apartado dedicado a Prácticas de Laboratorio, 
en el cual se indican sus propósitos y se relacionan siete prácticas estrechamente vinculadas con 
las  temáticas  del  curso.  Aunque  algunas  de  ellas  pueden  ser  realizadas  con  material  de  fácil 
adquisición, se prevé que por lo general sean llevadas a cabo en el laboratorio, con el instrumental 
adecuado  y  prestando  la  debida  atención,  en  los  casos  que  lo  requieran,  a  la  realización  de 
mediciones. 
 
Un  aspecto  esencial  de  las  prácticas  de  laboratorio  es,  por  supuesto,  el  manejo  de  ciertos 
instrumentos y la realización de mediciones. Sin embargo, las prácticas no se reducen a ello, otro 
importante  aspecto  consiste  en  la  preparación  previa  de  los  estudiantes  para  el  trabajo  en  el 
laboratorio.  Durante  esa  preparación  deben  comprender  la  problemática  que  abordarán  y  el 
objetivo de la práctica, conocer el contenido del trabajo a realizar. Y no menos importante que lo 
anterior es la labor posterior a la sesión de trabajo en el laboratorio: cálculos, evaluación de los 
resultados, respuesta a las preguntas formuladas, elaboración del informe o reporte de la práctica. 
 
ESTRATEGIAS DE ENSEÑANZA Y DE APRENDIZAJE 
 
Hasta ahora nos hemos referido a cambios en el programa relativos a los objetivos y el contenido, 
pero  los  cambios  que  implica  el  nuevo  enfoque  de  la  disciplina  también  conciernen  a  las 
estrategias  que  se  utilizarán  en  el  proceso  de  enseñanza‐aprendizaje.  La  idea  central  de  estas 
estrategias  consiste,  en  esencia,  en  privilegiar  la  construcción  permanente  y  sistemática  de 
conocimientos,  habilidades  y  actitudes  por  parte  del  estudiante,  a  partir  de  la  creación  de 
escenarios que guíen y faciliten dicha construcción. El papel del profesor no es, por tanto, el de 
simple transmisor de conocimientos, sino ante todo, el de organizador del proceso de aprendizaje 
y  mediador  entre  el  contenido  (conocimientos,  habilidades,  actitudes  y  valores  que  han  de  ser 
adquiridos) y los estudiantes.  
 
El  mejor  modo  de  organizar  el  aprendizaje  es  por  medio  de  un  sistema  de  actividades 
debidamente  diseñadas,  que  exijan  de  los  alumnos  trabajar  constantemente  sobre  el  contenido 

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de  cada  unidad.  Solo  reflexionando  sobre  lo  leído,  planteándose  interrogantes  y  realizando 
diversas  actividades  alrededor  del  material  de  la  unidad,  es  decir,  trabajando,  es  que  los 
estudiantes  pueden  lograr  un  auténtico  aprendizaje,  y  no  la  mera  repetición  memorística  de 
algunas frases y operaciones. 
 
Dependiendo de la etapa de que se trate en el desarrollo de la unidad, las actividades pueden ser 
de tres tipos, que pudiéramos denominar: de introducción, de desarrollo, y de sistematización y 
consolidación. Las primeras tienen como propósito, revelar los conocimientos que ya poseen los 
estudiantes ‐ del estudio de otros temas o en general de la vida ‐ sobre el tema que se abordará; 
reflexionar sobre el interés de lo que se va a tratar; plantear y precisar posibles cuestiones a las 
cuales se intentará dar respuesta, las cuales forman la problemática que se abordará en la unidad. 
Esta  etapa  introductoria,  con  frecuencia  muy  descuidada,  es  fundamental,  contribuye  a  que  los 
alumnos se formen una idea global de lo que se tratará y de su importancia, desarrollando así su 
motivación y creando una disposición favorable para su estudio. En esta etapa deben predominar 
el trabajo en equipos y la puesta en común de las conclusiones obtenidas por éstos. 
 
Las siguientes actividades sirven para dar respuesta a las cuestiones formuladas al inicio, cada una 
de ellas debe representar una profundización y ampliación del estudio que se está realizando. Las 
actividades  en  esta  segunda  etapa  pueden  ser  muy  variadas:  de  búsqueda  de  información,  de 
trabajo  con  ecuaciones  y  cálculos,  de  mediciones,  experimentales,  de  elaboración  de  informes, 
etc.  Por  otra  parte,  como  en  cualquier  estudio,  en  este  proceso  surgirán  nuevas  preguntas  o 
problemas,  que  también  habrá  que  considerar.  En  esta  etapa,  junto  al  trabajo  en  equipo,  debe 
enfatizarse  el  trabajo  individual  de  los  estudiantes,  nadie  puede  aprender  por  otro,  en  último 
término el aprendizaje es resultado de la motivación de cada uno y de los esfuerzos que realiza. 
 
La tercera etapa ‐ sistematización y consolidación ‐ tiene como propósito precisar los conceptos e 
ideas  estudiados  a  lo  largo  de  la  unidad  y  las  relaciones  entre  ellos,  afianzar  conocimientos  y 
desarrollar  habilidades,  profundizar  en  ciertas  cuestiones  y  plantear  otras  nuevas,  valorar 
críticamente el estudio realizado. Aquí pueden utilizarse crucigramas, la elaboración de diagramas 

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que conecten entre sí los conceptos estudiados, preguntas cualitativas que exijan profundizar en 
determinadas  situaciones,  problemas  de  cálculo,  etc.  Una  actividad  central  debe  consistir  en 
responder, resumidamente, las cuestiones planteadas al comenzar el estudio de la unidad, ahora 
desde la  nueva perspectiva  que proporciona el conocimiento de  los detalles y la conexión entre 
los  diferentes  aspectos  estudiados.  En  esta  etapa  deben  combinarse  el  trabajo  individual  y  el 
trabajo en equipo, por ejemplo, las respuestas a las cuestiones planteadas al inicio de la unidad y 
la elaboración de diagramas con los conceptos e ideas estudiados, resultan más completos cuando 
se llevan a cabo con la participación de varios estudiantes. 
 
Un medio que resulta decisivo para realizar el enfoque propuesto es el libro de texto. En primer 
lugar,  al  ser  elaborado  con  apego  al  programa,  contribuye  a  precisar  los  objetivos  y  contenidos 
planteados en él. Por otra parte, intencionalmente se concibe para ayudar a organizar el proceso 
de enseñanza‐aprendizaje según las estrategias previstas en el programa. Por eso, en el libro de 
texto no solo han de exponerse los conceptos e ideas fundamentales, estructurados lógicamente y 
teniendo  en  cuenta  las  posibilidades  de  los  estudiantes,  sino  que  también  deben  incluirse  un 
sistema de actividades a realizar por ellos, convenientemente diseñado para alcanzar los objetivos 
previstos.  Así,  al  inicio  de  cada  unidad  conviene  plantear  un  conjunto  de  cuestiones  que 
conformen la problemática que se abordará, luego, a lo largo de ella y en estrecha conexión con la 
exposición de los conceptos e ideas, incluir preguntas, actividades a realizar y ejercicios resueltos. 
El trabajo con esta parte es tan importante como la explicación del profesor o la lectura del texto 
por  los  alumnos.  Al  finalizar  cada  unidad  deben  incluirse  actividades  para  la  sistematización  y 
consolidación  de  lo  estudiado.  Por  último,  el  libro  ha  de  contener  una    serie  de  actividades 
prácticas  para  realizar  en  la  casa  o  el  aula  y  las  guías  para  la  realización  de  las  prácticas  de 
laboratorio indicadas en el programa. De este modo, más que un libro de texto, se pretende que 
sea  un  material  de  trabajo.  Por  supuesto,  el  sistema  de  actividades  incluido  en  él,  aunque  haya 
sido  cuidadosamente  pensado,  constituye  solo  una  propuesta,  al  maestro,  con  su  iniciativa  y 
creatividad, corresponde enriquecerlo y ampliarlo. 
 

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SISTEMA DE EVALUACIÓN 
 
El  nuevo  enfoque  de  la  disciplina  y  los  cambios  introducidos  en  sus  objetivos  y  contenidos  no 
pueden ser consolidados si no van acompañados de los correspondientes cambios en el sistema 
de evaluación.  
 
En primer lugar, si la evaluación continúa consistiendo en pruebas terminales en que solamente se 
constata la habilidad de los alumnos para identificar la relación de ciertos conceptos e ideas con el 
material estudiado y la aplicación de conocimientos a la resolución de ejercicios, el objetivo real 
continuará  siendo  ése  y  terminarán  ignorándose  otros  aspectos  esenciales  de  la  formación 
integral de los estudiantes. 
 
La  evaluación  ha  de  estar  dirigida,  pues,  a  los  objetivos  fundamentales  del  programa,  y  éstos 
abarcan, como hemos estado insistiendo, no solo la formación de conocimientos, sino también de 
métodos de trabajo, actitudes y valores.  
 
Por otra parte, al pensar en la evaluación la pregunta clave debe dejar de ser “quién merece una 
evaluación  positiva  y  quién  no”  para  convertirse  en  “qué  ayudas  precisa  cada  cual  para  seguir 
avanzando en el proceso de aprendizaje”. 
 
En  consecuencia,  la  evaluación  ha  de  ir  más  allá  de  las  pruebas  parciales  y  exámenes  finales  y 
realizarse  durante  toda  el  proceso  de  enseñanza  aprendizaje.  De  lo  contrario,  ¿cómo  evaluar  la 
adquisición de métodos de trabajo y la formación de actitudes y valores? y ¿cómo saber a tiempo 
qué ayudas brindar a los alumnos para superar sus dificultades? 
 
Lo anterior conduce a concebir entre las formas concretas de evaluación, a las propias actividades 
de  aprendizaje  realizadas  durante  el  curso:  la  participación  en  clase,  el  trabajo  en  equipo,  la 
búsqueda de información, las tareas para la casa, el trabajo en el laboratorio, los informes de las 

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actividades  prácticas  realizadas.  La  evaluación  de  estas  actividades  permite  detectar  las 
dificultades que se presentan y los progresos realizados. 
 
Cabe  subrayar,  sin  embargo,  que  esto  no  elimina  la  necesidad  de  realizar  pruebas  parciales  al 
término  de  cada  unidad,  y  exámenes  finales.  La  preparación  para  ellos  supone  una  revisión 
integradora de lo aprendido, en que los estudiantes movilizan todos sus conocimientos y ponen 
en tensión su intelecto y fuerza de voluntad para llevar a cabo dicha preparación. Bien diseñado, 
el propio examen constituye un excelente ejercicio integrador de lo aprendido. 
 
Una  distribución  aproximada,  en  por  ciento,  de  la  contribución  a  la  calificación  final  de  los 
diferentes aspectos del trabajo realizado por los alumnos es la siguiente:  
 
Asistencia a clases y participación en ellas – 10% 
Realización de tareas indicadas por el maestro (búsqueda de información, respuesta a preguntas y 
solución de ejercicios, realización de actividades prácticas sencillas) – 10% 
Reporte con los resultados de las actividades de sistematización y consolidación correspondientes 
a cada unidad – 10%. 
Prácticas  de  laboratorio  (preparación  para  su  realización,  desarrollo  del  trabajo,  elaboración  del 
reporte) – 20% 
Pruebas parciales al finalizar cada unidad y examen final – 50%. 
 
ESTRUCTURA CONCEPTUAL DE LA ASIGNATURA 
 
A continuación mostramos, mediante dos diagramas, las relaciones de la disciplina y la asignatura 
con  conceptos  y  temas  fundamentales  del  programa.  Estos  diagramas  son,  por  supuesto, 
simplificados y solo incluyen las relaciones con los conceptos más relevantes. 
 

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RELACIONES  DE  LA  DISCIPLINA  Y  LA  ASIGNATURA  CON  CONCEPTOS  RELEVANTES  DEL 
PROGRAMA. 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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ESTRUCTURA BÁSICA DE LA ASIGNATURA PROPIEDADES DE LA MATERIA. 
 

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PROPÓSITO DE LA DISCIPLINA 
 
Propósito general de la disciplina. 
 
Contribuir a que los alumnos adquieran conceptos e ideas de la Física, esenciales para comprender 
hechos y fenómenos del mundo que los rodea y el estudio de otras materias de ciencia, así como 
desarrollar  formas  de  pensamiento,  métodos  de  trabajo  y  actitudes  que  ayuden  a  prepararlos 
para  un  aprendizaje  continuo  y  para  valorar  la  repercusión  de  los  resultados  de  la  ciencia  en  el 
medio ambiente y la sociedad.  
 
Propósito general de la asignatura Propiedades de la materia. 
 
Mediante el estudio de importantes propiedades de la materia y de conceptos e ideas relativos a 
la  Teoría  Cinético‐Molecular  y  la  Termodinámica,  profundizar  en  la  visión  del  mundo  físico  que 
tienen  los  alumnos  y  en  la  importancia  de  la  Física  para  otras  ciencias,  la  tecnología  y  la  vida 
humana;  formar  conocimientos  y  habilidades  esenciales  a  fin  de  prepararlos  para  enfrentar 
diversas  materias  en  la  universidad  y  continuar  desarrollando  métodos  de  trabajo  y  actitudes 
generales. 
 
No.  Nombre de la unidad  Tiempo estimado (h) 
I  Estructura interna y propiedades de los cuerpos 10 
II  Propiedades y leyes en los fluidos  14 
III  Propiedades de las superficies de los líquidos  11 
IV  Teoría cinético‐molecular y leyes de los gases  11 
V  Nociones de termodinámica  17 
  Prácticas de laboratorio  7 
  Total  80 
 
 

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UNIDADES TEMATICAS 
 
UNIDAD I. ESTRUCTURA INTERNA Y PROPIEDADES DE LOS CUERPOS 
 
OBJETIVOS: 
Argumentar e ilustrar mediante ejemplos la importancia de conocer las propiedades de los cuerpos y 
la estructura interna de ellos.  
Exponer las ideas básicas de la teoría cinético‐molecular y describir hechos y experimentos que las 
apoyan. 
Utilizar las ideas de la teoría cinético‐molecular para explicar los estados gaseoso, líquido y sólido, 
así como algunas propiedades de ellos. 
 
TEMAS: 
 
1.1. Importancia de conocer las propiedades y estructura interna de los cuerpos. 
1.2. Ideas básicas de la teoría cinético‐molecular. 
1.2.1. Pequeñez de las moléculas. 
1.2.2. Interacción entre las moléculas.  
1.2.3. Movimiento constante de las moléculas. 
1.3. Estructura y propiedades de gases, líquidos y sólidos. 
 
Tiempo estimado: 10 horas 

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UNIDAD II. PROPIEDADES Y LEYES EN LOS FLUIDOS 
 
OBJETIVOS: 
Explicar el origen de la fluidez de líquidos y gases.  
Caracterizar  el  concepto  de  presión,  interpretarlo  desde  el  punto  de  vista  microscópico  y  dar 
algunos valores característicos. 
Enunciar la ley de Pascal, detallar experiencias que la apoyan y argumentarla desde el punto de 
vista microscópico, describir aplicaciones prácticas de ella.  
Caracterizar la distribución de la presión en el interior de líquidos y gases. 
Describir fenómenos de la vida diaria debidos a la presión atmosférica. 
Esclarecer el origen de la fuerza de empuje, deducir la ley de Arquímedes y utilizarla para analizar 
diversas situaciones.  
Caracterizar distintos tipos de movimiento de los fluidos. 
Deducir la ecuación de continuidad y la ecuación de Bernoulli. 
Utilizar las ecuaciones de continuidad y Bernoulli para analizar diversas situaciones. 
 
TEMAS: 
 
2.1.  Fluidos en reposo. 
2.1.2. Conceptos de fluido y presión.  
2.1.3. Ley de Pascal. 
2.1.4. Distribución de la presión en líquidos y gases.  
2.1.5. Ley de Arquímedes.  
 
2.2. Fluidos en movimiento. 
2.2.1. Tipos de movimiento de los fluidos.  
2.2.2. Ecuación de continuidad.  
2.2.3. Ecuación de Bernoulli. Aplicaciones. 
 
Tiempo estimado: 14 horas 

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UNIDAD III. PROPIEDADES DE LAS SUPERFICIES DE LOS LÍQUIDOS 
 
OBJETIVOS: 
Describir fenómenos que evidencien las propiedades especiales de las superficies de los líquidos. 
Explicar el origen microscópico de la tensión superficial en los líquidos y definir el coeficiente de 
tensión superficial. 
Explicar  los  fenómenos  de  mojado  y  no  mojado  y  describir  ejemplos  de  su    repercusión  en  la 
práctica. 
Esclarecer  el  fenómeno  de  la  capilaridad  y  utilizar  el  conocimiento  de  dicho  fenómeno  para 
explicar diversas situaciones. 
 
TEMAS. 
 
3.1. Tendencia a reducir la superficie.  
3.2. Fuerza de tensión superficial. 
3.3. Fenómenos de mojado y no mojado. 
3.4. Capilaridad. 
 
Tiempo estimado: 11 horas 

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UNIDAD IV. TEORÍA CINÉTICO‐MOLECULAR Y LEYES DE LOS GASES 
 
OBJETIVOS: 
Interpretar  la  ecuación  fundamental  de  la  teoría  cinético‐molecular  de  los  gases  y  precisar  las 
principales ideas utilizadas en su deducción. 
Caracterizar el concepto de temperatura e interpretarlo desde el punto de vista microscópico. 
Obtener  la  ecuación  de  estado  del  gas  ideal  a  partir  de  la  ecuación  fundamental  de  la  teoría 
cinético‐molecular de los gases y la interpretación microscópica de la temperatura. 
Obtener  las  leyes  de  los  gases  como  casos  particulares  de  la  ecuación  de  estado  del  gas  ideal  y 
utilizar dichas leyes para analizar diversos procesos. 
 
TEMAS: 
 
4.1. Ecuación básica de la teoría cinético‐molecular de los gases. 
4.2. Temperatura y energía cinética media de las moléculas. 
4.3. Ecuación de estado del gas ideal. 
4.4. Leyes de los gases. 
 
Tiempo estimado: 11 horas 

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UNIDAD V. NOCIONES DE TERMODINÁMICA 
 
OBJETIVOS: 
Caracterizar el concepto de energía interna desde el punto de vista de la teoría cinético‐molecular 
y argumentar su dependencia de la temperatura y el volumen de los cuerpos. 
Puntualizar en qué consiste la realización de trabajo en termodinámica y el modo de calcularlo, así 
como  interpretar  desde  el  punto  de  vista  microscópico  la  variación  de  energía  interna  que 
produce al realizarlo sobre un gas.  
Interpretar  el  calor,  o  calentamiento,  desde  el  punto  de  vista  microscópico  y  caracterizar  el 
concepto de cantidad de calor. 
Formular la primera ley de la Termodinámica y utilizarla para analizar diversos 
procesos. 
Esclarecer  los  conceptos  de  proceso  reversible  y  proceso  irreversible  e  ilustrarlos  mediante 
ejemplos. 
Describir el principio de funcionamiento de las máquinas térmicas. 
Interpretar el concepto de eficiencia energética de una máquina térmica. 
Valorar los aspectos positivos y negativos derivados de la utilización de las máquinas térmicas. 
 
TEMAS. 
 
5.1. Energía interna. 
5.2. Trabajo en termodinámica.  
5.3. Cantidad de calor. 
5.4. Primera ley de la termodinámica. 
5.5. Procesos irreversibles. 
5.6. Máquinas térmicas. Eficiencia energética. 
5.7. Preservación del medio. 
 
Tiempo estimado: 17 horas 

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PRÁCTICAS DE LABORATORIO 
 
OBJETIVOS: 
Valorar la funcionalidad de los conceptos y leyes estudiados al analizar situaciones prácticas. 
Realizar  mediciones,  evaluar  la  incertidumbre  de  los  resultados,  procesar  datos  y  construir 
gráficos, manualmente y mediante medios informáticos. 
Elaborar informes que resuman el trabajo práctico realizado. 
Desarrollar disposición para el trabajo colectivo y para evaluar críticamente la labor realizada.  
 
TEMAS. 
1. Estimación del tamaño de una molécula. 
2. Estimación de la presión atmosférica. 
3. Estudio de la fuerza de empuje de un líquido. 
4. Determinación del coeficiente de tensión superficial de un líquido. 
5. Comprobación de la ley de Boyle‐Mariotte. 
6. Comprobación de la ley de Gay‐Lussac. 
7. Transmisión de energía térmica. 
 
Tiempo estimado: 7 horas 
 
MATERIALES Y RECURSOS 
 
Libro de texto, material básico de laboratorio sobre fenómenos térmicos y física molecular, acceso 
al trabajo en computadoras y a la búsqueda en Internet. 
 
FUENTES DE APOYO DEL PROGRAMA 
 
• Alvarenga,  B.  y  Máximo,  A.  (1998).  Física  General  con  experimentos  sencillos.  México: 
Oxford. Cuarta Edición. 
• C.  Giancoli,  D.  (2002).  Física  para  universitarios  Vol.  II.  México:  Prentice‐  Hall.  Tercera 
Edición. 
• C.  Giancoli,  D.  (2002).  Física:  Principios  con  aplicaciones.  México:  Prentice‐Hall 
Hispanoamericana. Cuarta Edición. 
• Haber‐Schaim y otros (1975). Física PSSC **. España: Reverté. 

33
• Hewitt, P. (1999). Conceptos de Física. México: Limusa. 
• Hewitt, P. (2004). Física conceptual. México: Pearson. Novena Edición. 
• Hewitt, P. y Robinson, P (1998). Manual de laboratorio de Física. México: Pearson 
• Holton,  G.  (1993).  Introducción  a  los  conceptos  y  teorías  de  las  ciencias  físicas.  España: 
Reverté. 
• Lea, S. y Burke, R. (1998). Física: La naturaleza de las cosas Vol. I. México: Thomson. 
• Microsoft (2006). Encarta 2007 Biblioteca Premium DVD. 
• Pérez, H. (2002). Física General. México: Publicaciones Cultural. 
• Pérez, H. (2007). Física General. México. Grupo Editorial Patria. Primera Reimpresión. 
• Resnick, R. y otros. (2002). Física Vol. 1. México: Continental. Cuarta Edición. 
• Serway  (1993).  Física  incluye  Física  Moderna.  Tomo  I.  México:  McGraw  Hill.  Tercera 
Edición. 
• Slisko, J. (2003). Física 2: El encanto de pensar. México: Prentice Hall. 
• Tippens, P. (1988). Física Conceptos y Aplicaciones. México: McGraw Hill. Segunda Edición 
• Wilson, J. (1996). Física. México: Pearson. Segunda Edición. 
 

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