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PRINCIPIOS DE LA EDUCACIÓN MUSICAL.

La educación musical tiene para los músicos que trabajan en la educación una
significación distinta que para otros colectivos de educadores cuya labor se realiza con la
música. Simplificando mucho, la tarea de educar, desde la perspectiva del músico-profesor se
enmarca en intentar dar una formación musical al alumnado que le permita desarrollar sus
habilidades futuras como instrumentistas, compositores, directores de orquesta… o de futuros
profesores de conservatorio. Según la visión de Edgar Willems, uno de los renovadores de la
pedagogía musical del s. XX, este modo de entender la práctica educativa se acercaría más a
fomentar la instrucción de la música que a desarrollar la educación musical.

La gran diferencia entre instrucción y enseñanza, por un lado, y educación, por


otro, consiste […] en que en la educación todos los elementos […] son considerados
no sólo desde el punto de vista artístico sino hasta, y sobre todo, desde el punto de
vista humano.1

Se comprende que una enseñanza racional depurada de la música puede servir de


ayuda para brindar bases técnicas a la educación musical, pero en este caso es
indispensable superar el intelectualismo que pretende ser demasiado racional. El arte
supera la pura razón. En resumen se puede decir: mediante la instrucción se informa,
con la enseñanza se imparten conocimientos, con la educación se forma2.

Violeta Hemsy de Gainza, en la introducción de La educación musical del niño3, nos


dice al respecto de la educación musical:

No basta, pues, ser un buen instrumentista o un versado maestro para llegar a


despertar en el niño un sincero amor por la música. Hasta hace muy pocas décadas,
quienes tenían a su cargo la primera enseñanza musical en conservatorios y escuelas
habían recibido una preparación unilateral, destinada a lograr esencialmente el
dominio técnico de un instrumento. La mayoría de estos maestros carecía, por lo
tanto, de un conocimiento organizado acerca de las características fundamentales de
la personalidad infantil; desconocían los mecanismos del aprendizaje en el niño – y
del aprendizaje de la música, en particular – […]

Paradójicamente, la educación musical, según la visión que nos han ofrecido los
autores citados, no ha calado con la profundidad que debiera en los conservatorios,

1
Willems, Edgar: El valor humano de la educación musical (Barcelona: Paidós, 2002), Pág. 27
2
Ib. Pág. 27. El subrayado no es del original.
3
Hemsy de Gainza,Violeta: La iniciación musical del niño (Buenos Aires: Ricordi Americana, 1964), pág.
11.
precisamente el lugar donde debería consagrarse esta actividad. Y por ello, para hablar de sus
principios vamos a apelar a un texto de didáctica de la música para primaria4 en el que nos
basaremos casi en su totalidad.

Principios de la educación musical.

Las principales metodologías pedagógico-musicales entienden la educación musical


con métodos activos y no intelectivos en los que aprender música es sinónimo de hacer
música. Entre los principales resaltamos los siguientes:

1. Valor educativo de la música:


La finalidad es la formación integral de todas las facultades del hombre
(psicológicas, sociológicas, psicomotoras e intelectuales), no sólo las
musicales.

2. Para todos:
No sólo está dirigida a los dotados musicalmente de manera excepcional.
Todos tenemos musicalidad, capacidad para interpretar y apreciar la música.
No se trata de hacer músicos sino personas que amen la música y sepan
valorarla.

3. Libertad y creatividad:
La personalidad del alumno se desarrolla extraordinariamente con las
actividades creativo-musicales al poder dar rienda suelta a su imaginación.
Dos aspectos a tener en cuenta:
• En la educación musical no importan los resultados, sino el proceso de
creación y la participación. Prima la espontaneidad y no la
intelectualización ni la inteligencia compositiva.
• En ocasiones, la creación se basa en la imitación como creatividad
reconstructora de la realidad.

4. Progresión:
Evoluciona con el niño y parte de lo más próximo a su realidad. La educación
musical debe acompañar al niño a lo largo de todo su proceso evolutivo.

5. Activo:
Supone una metodología basada en la experimentación y participación, ya
que se debe dar prioridad a los procedimientos y actitudes respecto a los
conceptos. Es decir, no intelectualista. Enseñar música debe ser transmitir el

4
Pascual, Pilar: Didáctica de la música para primaria (Madrid: Pearson Educación, 2002) Pág. 14 y ss.
lenguaje musical en forma viva o, dicho en otros términos, aprender música
haciendo música. La metodología experimental aprovecha las capacidades del
niño/a. Así, en el campo sensorial, pone el contacto al alumno/a con objetos
sonoros variados: intensidad, timbre, alturas.

La participación supone que el alumno es el verdadero protagonista y el


profesor es el director que guía el proceso de aprendizaje.

6. Lúdico:
Se trata de jugar con la música con ejercicios con apariencia de juego, que,
por otro lado, responden a unos objetivos y una programación rigurosamente
elaborada. Siguiendo las ideas de Froebel, en educación jugamos con la
música, pero la educación no es juego. En los juegos musicales se evitará la
competitividad y el individualismo, fomentándose el aprendizaje cooperativo
y el reparto de funciones.

7. Global:
Se relaciona con otras áreas artísticas y con el desarrollo general (motricidad,
sensorialidad, afectividad).

8. Que impregna la vida del niño:


La educación musical escolar pretende que la música que se trabaja en la clase
no se quede ahí, sino que se manifieste en su vida escolar, familiar, en el
pueblo o barrio (música folklórica, acontecimientos culturales, música de la
radio, etc.) de manera que le prepare para un ocio creativo.

Small (1989), en su libro Música, sociedad y educación, critica el papel actual


de la música en la educación y opta por una educación musical
verdaderamente relacionada con la situación social y vital de hoy.

En este sentido, es importante la colaboración entre la escuela y los padres ya


que sen ellos nuestro trabajo sería en vano.

9. Variedad:
Debe incluir diversos aspectos (el canto, los instrumentos, el movimiento y la
danza, el juego dramático, la audición, la iniciación al lenguaje musical, etc.).

NOTA: lo que está en amarillo es sólo para leerlo; no entra en el examen.

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