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UNIVERSIDAD DE CARABOBO

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD


ESCUELA DE SALUD PÚBLICA Y DESARROLLO SOCIAL
T.S.U. REGISTRO Y ESTADÍSTICA DE SALUD
ASIGNATURA: DEMOGRAFÍA ESTADÍSTICA

DEMOGRAFÍA ESTADÍSTICA

Bachiller
Susmeli Castellano

Docente de la asignatura:
Ernesto Díaz Galicia

Valencia, Abril 01 del 2022


LA EVOLUCIÓN DE LA NATALIDAD EN VENEZUELA

Las poblaciones humanas no tienen el mismo ritmo de crecimiento ni la misma


dinámica, debido al hecho de que la evolución demográfica y social no es igual en
las diversas sociedades, su especificidad está acorde con la manera como se
comportan sus variables demográficas como mortalidad, natalidad, fecundidad,
esperanza de vida, y migración; su estancamiento o regresión nos dan patrones
para caracterizar la población como un hecho humano de carácter socio-histórico.

La natalidad es una estadística que brinda información sobre el crecimiento de


una población en un ambiente determinado.

La tasa de natalidad proporciona el promedio anual de nacimientos durante un


año por cada 1,000 personas en la población a mediados de año; también
conocido como tasa bruta de natalidad. La tasa de natalidad suele ser el factor
dominante para determinar la tasa de crecimiento de la población. Depende tanto
del nivel de fertilidad como de la estructura de edad de la población.

Para entender esta evoluci6n es necesario enfocar por una parte una influencia
reducida de los factores provocado en el crecimiento de la natalidad como la baja
de la mortalidad y por otra parte la aparición de nuevos comportamientos
conscientes o no conscientes causando un descenso rapido de la natalidad, como
lo son

 estructura por edad y sexo


 Intensidad y calendario de la nupcialidad
 fecundidad por edad de la madre

La variación de las tasas vitales, en este caso la natalidad que relacionan el


número de nacimientos por cada 1000 habitantes para cada año considerado,
indican que Venezuela no ha estado exenta del proceso mundial de transición
demográfica. Este fenómeno, se caracteriza por una sucesión de etapas
demográficas que pueden sintetizarse en un primer lapso de crecimiento bajo y
estacionario, a pesar de los altos valores de ambas tasas vitales, seguido de un
período demográfico expansivo (explosión demográfica) caracterizado -en los
países en desarrollo- por un inusitado aumento de las tasas de natalidad y una
brusca reducción de las de mortalidad que se traduce en un crecimiento
impresionante que hace que la población se duplique cada 25 años o menos.
Posteriormente, sigue una etapa de estabilización, en la cual las tasas vitales
disminuyen y tienden a emparejarse, produciéndose de nuevo un crecimiento débil
y estacionario. A pesar de la poca información disponible, se podría considerar
que Venezuela ha cubierto los dos primeros períodos y parecería estar
atravesando la última etapa transicional.

Sin embargo, este aumento poblacional constante no ha sido igual en todo el


territorio nacional, sino que por el contrario ha acusado una concentración espacial
en ciertas regiones, en las cuales el ritmo de crecimiento ha sido más acentuado.
La evolución por entidades federales, en el último medio siglo, la podemos
apreciar en el siguiente cuadro:
Actualmente en Venezuela el Número de nacimientos por cada 1000 personas,
por año, 1960 - 2019: Para este indicador, El Banco Mundial proporciona datos
para Venezuela desde 1960 a 2019. El valor medio para Venezuela durante ese
período fue de 29.24 nacidos vivos en un año por cada 1.000 personas con un
mínimo de 17.57 nacidos vivos en un año por cada 1.000 personas en 2019 y un
máximo de 44.63 nacidos vivos en un año por cada 1.000 personas en 1960.

EVOLUCIÓN DE LA ATENCIÓN DEL PARTO.

Conjunto de actividades, procedimientos e intervenciones, para la atención de


las mujeres gestantes en los procesos fisiológicos y dinámicos del trabajo de
parto, expulsión del feto vivo o muerto, con 20 o más semanas de gestación,
alumbramiento y puerperio inmediato.

El parto humano, también llamado nacimiento, es la culminación del embarazo


humano hasta el período de la salida del bebé del útero. La edad de un individuo
se define por este suceso en muchas culturas. Se considera que una mujer inicia
el parto con la aparición de contracciones uterinas regulares, que aumentan en
intensidad y frecuencia, acompañadas de cambios fisiológicos en el cuello
uterino.1

El proceso del parto natural se categoriza en cuatro fases: el borramiento y


dilatación del cuello uterino, el descenso, nacimiento del bebé y el alumbramiento
de la placenta. El parto puede verse asistido con medicamentos como anestésicos
o la oxitocina, utilizada ante complicaciones de retraso grave de alumbramiento.
Junto con la episiotomía (incisión quirúrgica en la zona del perineo), todo esto no
debe hacerse nunca de manera rutinaria, ya que el parto más seguro es el que
evoluciona espontáneamente y en el que no se interviene innecesariamente. En
algunos embarazos catalogados como de riesgo elevado para la madre o el feto,
el nacimiento ocurre por cesárea: la extracción del bebé a través de una incisión
quirúrgica en el abdomen.
Al comienzo de la humanidad, unos 40.000 a.C., se tienen datos que indican
que el parto era atendido por el marido; sin embargo, ya en el año 6000 a.C., se
empieza considerar la ayuda al nacimiento como un "arte" y algunas mujeres van
tomando mayor experiencia que otras, por lo que son requeridas con más
frecuencia durante el trabajo de parto. Ése fue el inicio de unos de los oficios más
antiguos de la humanidad, el de comadrona, partera o, en griego, "obstetrix"
(palabra de la que deriva obstetricia y obstetra).

La primera descripción de un parto normal fue hecha por Hipócrates (460-377


a.C.), en su libro Naturaleza del Niño. Él consideró que el parto comenzaba
cuando el feto tenía hambre y rompía la bolsa de las aguas con movimientos de
sus manos y pies. A lo largo de la historia otros grandes médicos y ginecólogos,
como Galeno, Mauriceau o Schroeder, también expusieron diferentes teorías de
porqué comenzaba el parto. Hoy todavía las causas del inicio del parto son objeto
de discusiones científicas.

En cuanto a la asistencia al parto en sí, fueron muy pocos los cambios que
ocurrieron a lo largo de los siglos. Las comadronas seguían siendo las únicas
verdaderas especialistas que sabían atender correctamente a las mujeres en el
parto, además de aliviarles el dolor, aconsejar en su vida sexual o incluso llevar a
cabo técnicas abortivas, sus conocimientos y experiencias los enseñaban de
generación en generación. Mientras tanto los médicos consideraban que la
sangre, heridas y partos no eran trabajos dignos de sus conocimientos; además la
mujer en general estaba considerada un ser inferior y las comadronas, por sus
conocimientos en hierbas, eran sospechosas habituales de brujería.

Fue en el siglo XVIII cuando los primeros médicos se interesaron por la


obstetricia y comenzaron a pasar a la sala donde la mujer paría. Se comenzó a
estudiar el parto como una ciencia y pronto se desarrollaron instrumentos como el
fórceps y se impuso la posición horizontal de la parturienta. Los nuevos avances,
además de los nuevos conocimientos de la anestesia y la asepsia en el siglo XIX,
hicieron que disminuyera el riesgo de muerte en el parto del bebé y de la madre.
Durante el siglo XX, el control de la natalidad, el seguimiento médico durante el
embarazo, el registro tocográfico durante el embarazo y técnicas quirúrgicas como
la cesárea han hecho que la gran mayoría de los partos se desarrollen felizmente.
Sin embargo, al mismo tiempo que se han producido estos avances, el momento
del parto ha sufrido un proceso de deshumanización en el que la madre y la familia
se han visto privadas de su derecho de intimidad y elección. Fue en esa época
cuando diversos doctores (Lamaze, Bradley, Leboyer, etc.) comenzaron a
desarrollar métodos que favorecían un desarrollo natural del parto centrándose en
la mujer y/o el bebé, evitando medicamentos e intervenciones médicas
innecesarias.

Por supuesto, la asistencia medicalizada de los partos y las reivindicaciones de


su humanización es algo propio de los países industrializados, ya que la mayor
parte de la humanidad sigue atendiendo el parto con una partera y nada más,
haciendo que el parto siga siendo una de las causas de muerte más frecuente en
los países subdesarrollados.

En la actualidad, hay varias calificaciones hacia el parto que, en ocasiones, se


confunden entre sí. En un sentido más tradicional, podemos hablar de parto
natural como aquel parto que se desarrolla con normalidad a través de la vagina y
que no requiere más asistencia médica que control y medicamentos suaves como
pueden ser, por ejemplo, los analgésicos.

Sin embargo, las nuevas corrientes naturalistas han tendido a diferenciar entre
un parto medicalizado, es decir, partos que se desarrollan bajo supervisión y
control médico para intervenir si es necesario (dentro podemos incluir el parto
instrumentalizado, parto por cesárea, etc.), y un parto natural, como aquel parto en
el que prima la fisiología y la naturalidad del proceso por encima de la técnica
médica.
Son muchas las corrientes de pensamiento que defienden este tipo de partos y
hay multitud de variaciones, pero los puntos en común podrían ser:

 Ambiente y entorno apropiado, íntimo y seguro, y apoyo emocional


 Libertad de expresión, movimiento y postura de la parturienta
 La parturienta como protagonista del parto
 Procedimiento naturales de abordar el dolor
 Intimidad y tiempo para recibir y acoger al bebé

En el ambiente hospitalario, y desde finales del siglo XX también la


Organización Mundial de la Salud (OMS) lo apoya, se ha abandonado la antigua
idea de que "todo parto es complicado hasta que se demuestre lo contrario" y se
apuesta por un parto humanizado, como un parto en el que, sin dejar de lado la
vigilancia médica y su intervención si es pertinente, se mantiene a la parturienta y
a su acompañante en un ambiente relajado y respetando el derecho ético de
autonomía es decir que conocen sus opciones, riesgos y beneficios, lo que
quieren y sobre todo, lo que no quieren.

En la actualidad en Venezuela se implementa un plan nacional que se conoce


como ´Parto Humanizado el cual se refiere a la gestación y al alumbramiento en
condiciones armónicas, donde se velan por los derechos de la madre, la familia y
el nuevo ser que llega al mundo.

En los primeros meses de 2017, en Venezuela se impulsó una campaña


nacional al favor del Parto Humanizado como parte de las políticas para el
empoderamiento y protección de la mujer. El 27 de junio del mismo año se
anunció el lanzamiento oficial del plan.

El cual se describe como, parto sin dolor, para apoyar y ayudar a que las
gestantes o parturientas tengan un parto feliz, una gestación sana, feliz, humana.

Esta política social del Gobierno venezolano es llevada adelante por el


Ministerio de la Mujer, el Instituto Nacional de la Mujer (Inamujer), el Ministerio de
la Salud, entre otras instituciones.
Causas que han modificado las estadísticas de natalidad y los eventos
sociales que han permitido estos cambios.

La tasa de natalidad depende de varios factores como lo son el ambiente, el


conocimiento que la población tenga en relación a los métodos anticonceptivos
existentes, las condiciones culturales, socioeconómicas, religiosas, el número de
personas que se encuentran en edad reproductiva, entre otros.

La tasa de natalidad varía con el tiempo, así se ha ido reduciendo a lo largo de


las últimas décadas. Especialmente en las economías avanzadas. Sin embargo,
dados los sistemas de salud que prevalecían, el escaso desarrollo científico y
tecnológico, así como la falta de información sobre una gestación saludable; no
permitían un monitoreo, seguimiento y prevención durante el embarazo, por lo que
no todos los bebés nacidos en ese entonces sobrevivían.

En general las personas que habitan las grandes urbes, a nivel mundial,
posponen la decisión de ser padres, debido al deseo de estudiar una carrera
universitaria, a los problemas para encontrar vivienda acorde a sus necesidades
en familia, la decisión de no paternidad, entre otros factores. Lo cual implica
riesgos de infecundidad o complicaciones en el parto a medida que la edad de las
mujeres es mayor, ya que se va demeritando la calidad de los óvulos a medida
que pasa el tiempo.

Los diferentes escenarios que se observan en nuestras sociedades responden


en buena medida a distintas fases de la “transición demográfica”. Esta teoría
muestra la evolución de la natalidad y la mortalidad y cómo el paso de unas
sociedades marcadamente agrícolas a otras industriales tiene su impacto en
ambas.

MITOS Y CREENCIAS POPULARES DEL USO DE ANTICONCEPTIVOS.

La falta de conocimiento acerca del funcionamiento del cuerpo, y en particular


de los órganos sexuales, la carga moral y los prejuicios respecto al sexo y la
sexualidad, hacen que las personas tengan más dificultades de hablar del tema o
de informarse, haciéndose más propicia la generación de mitos.

Desde la perspectiva del paciente o la paciente hay numerosos factores que


influyen al momento de decidir que método de anticoncepción utilizar relacionados
con su edad, condición económica, vida amorosa, entre otras. Además de estos
factores y a pesar de la información disponible en la actualidad acerca de todo lo
referente a la anticoncepción, existen algunos mitos que aún cumplen un rol
importante a la hora de la elección. Algunos de ellos son:

 La primera relación no embaraza. Esta creencia es la culpable de


muchos embarazos no buscados, sobre todo en adolescentes. Una vez que
se ha producido una ovulación, una mujer puede quedar embarazada; más
aún, antes de la primera menstruación también existe esta posibilidad ya
que la ovulación ocurre antes del sangrado.
 No tiene sentido utilizar anticoncepción si no se tiene pareja
estable. Es indispensable que tanto el hombre como la mujer,
independientemente de tener o no pareja estable, recurran a algún método
anticonceptivo. Toda relación sexual puede provocar un embarazo o una
Infección de transmisión sexual si no se toman los recaudos para evitarlo.
 Por una vez no pasa nada. SIEMPRE deben tomarse precauciones
frente a una relación sexual, no importa si se trata de la primera vez. Los
riesgos de contraer alguna infección o quedar embarazada, entre otros,
siempre están presentes.
 Existen días seguros para que una mujer no quede embarazada.
No se puede asegurar que existen días seguros en los que la concepción
no sea posible. Es posible hablar de mayor o menor probabilidad; mayor en
los días previos y posteriores a la ovulación. Pero la mujer no es una
máquina exacta, siempre los ciclos son irregulares por definición o son
susceptibles de ser modificados entre muchas otras cosas que pueden
alterar los tiempos biológicos. De modo que la ovulación no es
completamente predecible, ni menos exacta.
 Durante la menstruación la mujer no puede quedar embarazada.
Es poco probable, porque la ovulación suele ocurrir 14 días después, pero
se han detectado casos en que se ha ovulado durante la menstruación.
 Anticonceptivos hormonales y píldoras: Una mención aparte
merecen los anticonceptivos hormonales y las píldoras ya que en este caso,
además de los mitos más recurrentes, se suman algunos relacionados con
la naturaleza del método. En este sentido, existen creencias populares tales
como:
 Los métodos hormonales engordan. Los compuestos más
modernos tienen dosis de hormonas muy bajas de forma que esto no
ocurre. Lo que sí se puede producir es una ligera retención de líquidos. Los
estudios científicos demuestran que el 80% de las mujeres no modifica su
peso corporal; el 20% restante sube o baja hasta dos kilos en un año.
 Los métodos hormonales pueden producir cáncer. A pesar de
numerosas investigaciones a través de su historia, no se ha podido
comprobar que la píldora anticonceptiva provocara cáncer.
 Los métodos hormonales provocan infertilidad. Una vez que deja
de tomarse la píldora se recupera la posibilidad de quedar embarazada.
Evidentemente, si había algún trastorno previo es posible que siga estando
ahí, pero la píldora es un método anticonceptivo totalmente reversible.
 El consumo de la píldora puede producir várices. La causa
número uno de las várices es la genética. Lo que las pastillas producen es
la relajación de la venas, pero no producen várices si no existe una
predisposición genética.

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