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Terrorista argentino Edici6n definitiva Eduardo Luis Duhalde COLIHUE Duhalde, Eduardo Luis El Estado Terrorista argentino. - I* ed. - Ciudad Autonoma de Buenos Aires : Colihue, 2013, 512 p. ; 22xM4 cm, ISBN 978-987-684-837-9 1. Derechos HumanosRepresién I. Titulo CDD 323.044 Disetio de colecci6n: Cristina Amado Diseito de tapa: Leandro E. Capdepén ‘Todos los derechos reservados. ppublicacién no puede ser reproducida, total © parciakmente, gistrada en, otransmiida por, un sistema de reeuperacion de rmaci6n, en ninguna forma ni por aingan medio, sea mecaico, fotoquimico,clectrdnico, magnétic, electrodplico, por fowocopia © ppermiso previo par escrito de I editor ISBN: 978-987-684-337.9 © Ediciones Colihue $.R.L. Aw. Diaz Vélez 5125 (C405DCG) Buenos Aires - Argentina wwwecolihue.com.ar ecolihue@colihue.com.ar Hecho el depésito que marca la ley 11.728 IMPRESO EN ARGENTINA - PRINTED IN ARGENTINA. » 7 Nota y agradecimientos En su tarea militante y profesional, Eduardo Luis Duhalde siem- Pre se desempefié rodeado de compaiieras y compaiieros que le aportaron a su visi6n politica capacidad de gestion y diversos cono. cimientos técnicos, es decir, otros saberes que se complementaban con os suyos. Generaba una relacién humana permanente de ida y vuelta, don- dle surgfan los intercambios y reflexiones que él apreciaba ¢ ineorpo- raba su plexo reflexivo. Tenia la costumbre de hacer largos silenci en los que cnhebraba los argumentos para darles coherencia a las Palabras y, tras es0s periodos, finalmente solia sugerir un seminario, un plan de accién o un libro sobre la materia a su interlocutora 6 interlocutor; o bien una obra colectiva, que luego aparecia ~en su Silima etapa— como informe o proyecto de ley. labor al frente de la Secretaria de Derechos Humanos de la Naci6n tuyo la misma dinémica y convocé para trabajar en el Estadio 2 colaboradores, hombres y mujeres forjados en aftos de lucha, tancia politica y formacién académica, Durante el exilio espafiol, la posibilidad de desentraiiar ela ¥ los fundamentos del Estado Terrorista surgi6 tanto de la informa. cién que conocié antes de abandonar el pafs como del intercambio con sobrevivientes, ex detenidos desaparecidos, ex presos y un gr: ntimero de compatieras y compatieros del exilio, que a su vez sot zaban su saber. Su privilegio, como decfa en innumerables ocasiones, fue tener Sracias a Néstor Kirchner y Cristina Kirchner una segunda oportu- nidad que le permitié aportar estas experiencias en la construccién de los principios de memoria, verdad y justicia como hase ética del Estado. No solo en orden a las décadas pasadas sino especialmente en la construccién del presente. Como dice Horacio Gonzélez, Eduardo Luis Duhalde era portador cle un legado, de sus maestros y de sus comparicros de lucha, Hoy él ha dejado a su vez un legado para que los jovenes y las generaciones futuras puedan Hevar adelante la construccién de una democracia cada vez mas imbuida de estos principios que hoy conforman y def nen el aspecto sustantivo de los Derechos Humanos. 237 Prologo ala primera edicién espafiola Este trabajo tiene por fin analizar el modelo de Estado -el Estado Terrorista y su faz clandestina permanente impuesto por las Fuersex Arimadas argentinas tras su asalto al poder el 24 de marzo de 1976, y resume la perspéctiva de analisis con que el autor de estas notas ho enfocado durante estos afios su participacién personal en la lucha antidictatoréal. Deliberadamente se ha citcunseripto este trabajo al aspecto citado, in entrar a considerar el proyecto econémico que lo sustenta y auc implementacién del terror para hacer posible su aplicacion, ica de reconversién del modeto capitalista dependiente ar, o,f consiguiente saquco del pats y la especulacion y corrup- mn incorperadas como sistema, estin iis a la vista que la especial n del poder militar que les sitvi6 de vehiculo. sobre el Estado Terrorista y su faz clandestina, concebida To como un instrumento contingente sino como una forma constante cle preservacisn del orden social impuesto, implica necesariamene analizar la politica de secuestros y desapariciones que tiene el caricter Ge ebe central del modelo, Desde la instauracién de las Fucrzas Armen clas argentinas en el poder, los secuestros masivos de persons sine son seriamente estimables en unos 30.000, sobre los cuales exiswn Bravisimas presunciones de que buena parte de ellos han conclude err clasesinato de las victimas. Corroboran la presuncidn de este brig Propias manifestaciones 4e los represores, en espe. sen el Documento de la, ‘mta Militar del 38 de alll de 1988. Secuestro-tortura-interrogatorio-secuestro es el eile cuya reproduccién ampliada mediante los datos extrartios, con inenariable Grueldad y sadismo, permitieron extender el nitmero de vietimas de la represi6n genocida, buscando el contralor de la sociedad toda, Este modelo de Estado, er: tanto institucionaiiza con cardeter per- Frag oculto las formas mas aberrantes de la actividad repreciva ilegal, hace que su andlisis y denuncia superen ei mero deseifmseen Famicnto y el propésito de castigo del accionat criminal de las Face, 22s Armadas representadas sucesivamente por Videla, Viola, Gales Bignone, para apuntar a combatir a este tipo de Estado en capaz de sobrevivir en sus elementos constitutivosilegitimos més alld de ky 234 Eduardo Luis Duhalde )) Buenos Aires, 22 de marzo de 1998. Sibony, Daniel: Perversiones. Didlogos sobre locuras “actuales”, D.F, 1990, Sosnowski, Saiil (Compiladot): Represin y reconstruccién de una cultura el caso argentino, Eudeba, ‘Todorov, Tivetan: Frente al limite, Siglo XXI, México, 1993. Tortes Molina, Ramén: Las Derechos Humanos en la Argentina, Campa- Buenos Aires, 1990, ‘Troncoso, Oscar: Bt proceso de reorganizacién nacional, CEAL, Buenos Aires, 1984-1994. Fernando: “Efectos psicoligicos de la represién’, en Territorias, N* 2, Buenos Aires, 1986, — Novela clinica psicoanalitica, Historia de una prdctica, Paidés, Buenos Aires, 1995, José Gabriel: La ideologia oligérquica y el tervorismo de Estado, EAL, Buenos Aires, 1985. Vézquez, Enrique: PRN. La iltima. Origen, apogeo y catda de a dictad 1a militar, , Buenos Aires, 1985, Arfuch, Leonor; Chirico, M. Magdalena; de Ipola, Emilio; _ = foemf; Gonzélez Bombal, M. Inés y Landi, Oscar: El di >. Lenguajes y acontecimientos, Hachette, Buenos Aires, 1987, Verén, Elisco: Semiosis de lo ideolégico y del poder. 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El Estado Terrorista argentino fa A todas las vitimas del terrorisme 238 Eduardo Luis Duhalde )) propia vida politica de sus implantadores, incluso de la del régimen que le dio origen, Hoy, frente al acoso popular a las Fuerzas Armadas en nuestro pais, al paulatino derrumbamiento del régimen 1 props- sito que su enjuiciamiento futuro no sea una utopia abstracta sino un objetivo concreto que trascienda la esfera de Jo inalcanzable, junto con el prolijo detalle de responsables, circunstancias y victimas, es de Primordial importancia desnudar los mecanismos del terrorismo de Estado aplicado a sangre y fuego cn nuestra pa La perspectiva de este trabajo, en consecuencia, no es otra que la reafirmaci6n de la exigencia de aparicién con vida de los desaparec- dos ~tal como fueron arrancados de sus quehaceres cotidianos-, de rechazo de todo “pacto de olvido", de repudio a las “autoamnistias” de los crimenes cometidos, y de reclamo del més severo juzgamicito de todos los ilicitos perpetrados, mediante Ia instauracién de un po- der ju idependiente, dentro de un proceso democratico que sea la real expresin de la voluntad de las mayorias populares, Es casi obvio sefialar que escribir sobre el Estado Terrorista, cuan- do este se asienta sobre el dolor y la sangre de nuestros hermanos, no es tarea facil ni agradable. Estas notas, por lo tanto, itnplican superar. una natural resistencia a abordar su an in ceder ante su conflic- tividad y complejidad. Es seguro que quien emprenda la lectura de este trabajo sobre un drama vivo que nos desasosicga y al mismo tiempo resulia de dificil determinacién intelectual, se encuentre a su término tan 0 més insa- tisfecho atin, si cabe, que lo que est su autor después de escri Sin embargo, y pese a lo expuesto, se ha optado por su publicacién, porque su finalidad no es el ensayo con pretensiones cientificas ate. Pporales sino el deseo de aportar, aunque sea minimamente, tanto a la lucha por el derrocamiento de la dictadura que oprime al pueblo argentino, como a evitar sus formas oscuras de supervivencia. Aqaf estin entonces estas paginas, con fundadas esperanzas de que Ia marcha del pueblo argentino por lograr una democracia pro- funda, y no meramente formal y cémplice, que desmantele todo el aparato represivo clandestino y castigue a los responsables de su exis- tencia, conviertan a este trabajo, en el menor tiempo posible, en un anilisis hist6rico y obsoleto de un pasado irrepetibl ELD. ‘Mannun, jonso of 1983 » PRIMER PARTE. —_______ERIMER PARTE EL ESTADO TERRORISTA Y SU ESTRUCTURACION Capitulo L El Estado y sus formas Las formas institucionales del Estado demoeratico-burgués, ya sea la monarqufa limitada o la repaiblica, son las tespuestas juridico- organizativas correspondientes al nacimiento y expansién de la so- ciedad capitalista. Sobre sus bascs se construyé el Estado moderne en Occidente, fielen las formas al aforismo de Harrington: empire 0 Jaws not of men, puesto que cn la practica, este modelo no solo dificil. mente se ha presentado con caractetes democraticos puros, sino que ‘on largas y reiteradas etapas de la historia de las naciones ha dado ugar a formas de excepcidn o situaciones criticas, en que ese Estado abandona abierta o encubiertamente cl imperio del derecho y donde Parecicra tener mayor vigencia la maxima latina “lo que place al prin. ‘ipe, tiene fuerza de ley", Esta justa diferenciacién, mas allé de todo gradtualisnio y matiza ci6n, entre Estado democratico y Estado totalitario, puede llevar a luna errénea contraposicién, que Ja olvidar el cardcter cocrcitive uc cl Estado siempre tiene en sf, aun en su modelo democratico, y la funcin instrumental de dominacién de clase que reviste. Sin embargo, ese caracter coercitivo, que en el Estado totalitario s presenta generalmente descarnado de todo otro elemento rector, en el Estado democritico-burgués, comparte igual importancia con 4a funci6n hegeménica que el Estado desarrolla en cl seno de la so ciedad. La hegemonta, asf, se convierte en elemento constitutivo de aquel, a través del bloque de poder dominante, quien ~por medio de sus representantes y portadores ideoligicos— llega a hacer aceptar su i la sociedad, y de ese lento condicionado, mas que por el También, cabe actarar, sin desvirtuar su conceptualizacién como i> instrumento de dominacién de clase, que el Estado moderno no tra. 239 » 240 Eduardo Luis Duhalde duce a nivel politico una perfecta correspondencia entre los intereses ‘econémicos y sociales de las clases dominantes, sino la relacién de es0s intereses con los de las clases dominadas. Bs decir, que en cada momeito el Estado representa la correlacién de fucrzas dentro de una formacién social dada y ello determina las formas que adquiere dicho Estado, Al mismo tiempo, no se trata de una situacién cerrada dentro de dicha formacién: afirma con acierto Poulantzas que las re- laciones y las diferencias entre las formas del Estado burgués deben ser siempre leidas en relacién con Ia fase del imperialismo en la cual tuna y otras aparecen y se desarri con el lugar que cada una cocupa con relaci6n a la cadena imperialista, que determina el grado Y particularidades del enfrentamiento entre las clases de una deter- formacién social.! ‘También cabe apuntar, en este seiialamiento primario de las caracte- Tisticas del Estado que, a su vez, la autonomia relativa que la sociedad po- Iitica estatalmente estructurada tiene frente a los intcreses de las clases que representa es la que, junto a la pérdida de poder hegeménico, obliga a la adopcién de formas excepcionales para la solucién de las crisis, El desmoronamiento o fractura del bloque de poder cs cl que lleva a fa sus- itucién de los mecanismos de dominacién, ante la imposibilidad de uti- lizar todos los recursos plenos que solo su homogeneidad hace posible, ¥ que su crisis torna ineficaces. Cuanto més graves y catastrdficas sean éstas crisis, més excepeionalidad adquirira la forma del Estado. Elconcepto de hegemonia reviste, entonces, una importancia capi tal en lo que concierne al estudio de la funcién, de la eficacia particu- lar, y del cardcter politico de las ideologias en el marco de la domina. cin de clase, Para dar el justo valor a esta funcién, sefialemos que el Estado moderno esté al servicio de los intereses politicos de las clases hegemsnicas, incluso y muy frecnentemente, contra los propios inte- Feses econdmico-corporativos coyunturales o sectoriales, respondien- do asial interés general de las clases o ftacciones dominantes, consti tuido en interés general de la sociedad. En una palabra, el concepto de hegemonfa designa el momento en que Ia estructuracién politica dc las clases dominantes (funcién ideol6gica, organizacional, papel de direccién, ete.) reviste )portancia determinante en Ia vel cidn de clases: la hegemonia, funcion nds que imposicién, Neva implicita la idea de compromiso entre las clases dominantes y el resto de las clases, Por todo lo expuesto brevemente, en el caso argentino en particu. lar, ¢s esencial analizar la ausencia de consenso politico por parte de 1 Poulanizas, Na orsis de las dctadras, Siglo XX1, Espaia, 1976, p. 147, y Hogeno- nia. y Dominacién-en el Estada Moderno, Pasado y Presente, Cérdoba, 1975, p. 43s >) El Estado Terrorista argentino Jos intereses del capital monopélico y las constantes disputas entre las fracciones de clase dentro del bloque de poder dominante -fruto de la crisis de la funcién subordinadora de la hegemonia- para compren- der las ciclicas apelaciones a los estamentos militares para resolver ‘coercitivamente lo que no era posible ya lograr por el consent A\lo largo del si la oligarquia argentina, a través de sus re- Presentantes genuinos, no ha ganado una sola cleccién democratica en l pais. El frande, 0 mas frecuentemente el golpe de Estado, ha sido la Ainica forma de control directo del Estado y acomodamiento de este a las necesidades de los intcreses estratégicos coyunturalmente afectados. Estado de Derecho, medidas de excepcién y gobiernos de facto Hemos seiialado que, a diferencia de los tipos de Estado eselavista o feudal, el Bstado moderno en sus formas democraticas fundamen- tales, no se preserita como la simple ratificacién por la fuerza de los tereses econdmico-sociales de las clases o fracciones de clases do- minantes. En sus relaciones con las estructuras objetivas del Estado, estos intereses no estan transpuestos bajo su forma inmediata, de itt tcreses privados, sino que revisten una forma mediatizada verdade- s¢ presentan como encarnando el interés general l. En la medida en que aparecen las estracturas ntes del Estado, este se disocia de fa sociedad civil —que sigue siendlo el lugar de las contradicciones entre intereses particulares~, la que, como consecuencia de las relaciones de produc- cién capitalista, aparece atomizada y “pri no, por lo tanto, aunque correspondiendo a las intereses privados de ‘a burguesia, mediante una proyeceién ideolégica claramente m cadora, se proclaina la esfera del interés universal. Esta abstraccidn exige, como condicién posibilitante det equili brio de situaciones sociales y de las relaciones de fuerza, la sujecidn a Principios politicos concretos concebidos como leyes fundamentales Y constitutivas del Estado; entre ellas, la limitacién del poder? 2 Dice Poulanteas: "La te tad divina encarnada, por ejemplo por el pr conjunte abscracto de los re la soberania poputary propio pucblo esta eri- 8 del Estado, no ya en tanto que con en un lugar particular en el proceso de produccisr empirica y abstracta de individuos-chidadanos euyo en una comunidad politica nacional exptesada por el Es- Hegenonia y Dominacion, opel, p. 58. junto de individuos que ti sino como aglomeracis modo de participack taco se manifiesta en el sufragio uni izada". El Estado moder-) 2a 2a Eduardo Luis Duhalde )) igente o letra muerta, nadie puede dudar que hace a la esencia del Estado democratico parlamentario, la limitacién del poder. El imperio de las leyes, formal y material, con su correlato limitativo; la razonabilidad en la restriceién de los derechos de los ciudadanos y la vigilancia de su justa aplicacién constituyen los pilares de dicho mo- delo de Estado cuya base es “cl principio de la seguridad juridica” -el fus certum— de sus componentes. Este principio se expresa en el origen democritico del poder, or denamiento fundado en leyes constitucionales validas, publicidad de Jos actos, razonabilidad en la restriccién de los derechos, responsabi- lidad del Estado y sus funcionarios y control judicial independiente. La Constitucién Nacional de la Reptiblica Argentina dictada en 1853, con sus reformas ulteriores, recoge expresamente estos princi- bios que ticnen por lo tanto, jerarquia constitucional, Sit amplitud y desarrollo posterior han sido obra legislativa y jurispradencial, Asi, por ejemplo, la interpretacion extensiva del articulo 28 de la Cons. titucion ha dado lugar a una sétida construecién jurisprudencial de antigua data por la cual en el derecho argentino ningun acto estatal —legistativo, administrativo o judicial- basta con que tenga legalidad formal para ser valido: debe ser al mismo tiempo tazonable y son los _jueces, toda vez que medic impugnacién de poder, los encargados de verificar el cumplimiento de esa exigencia, -omo pilar del ordenamiento juridico, prevé situaciones excepcionales en que, precisamente, el aseguramiento de la vigencia del Estado de Derecho, torna necesaria la a medidas excepcionales que la propia ley fundamental contempla Fruto de las conmociones que precedieron su dictado en 1858, la Constitucién Argentina abunda hasta con exceso cn lo que conciemne a Ia accidn estatal frente a situaciones internas. Esta prevé diversos ti- pos de peligro o amenazas inter conmocién interior, insurreccié peligro tan inminente que no adi por otra, ‘én, quebrantamiento de la mn dle las leyes nacionales, se- autoriza el empleo de las atribuciones 0 tos: poderes cle guerra aplicables en caso de guerra ch intervencién federal a utia provincia, estado de asamblea ién de milicias, poder de policfa y poder represivo-penal De estas medidas excepcionales para situaciones excepcionales, los sucesivos gobiernos argentinos, con muy pocas exclusiones, hicieron un inocultable abuso, en especial de las facultades con| Art, 28 de la CN que establec caso de conmocidn interior o de ataque exterior que ponga en pe- ligro el ejercicio de esta Constitucion y de las autoridades creadas por forma republicana, resistencia a la cjecuc dicién o asonada. Frente a ellos, remedios >) El Estado Terrorista argentino la, se declarara en estado de sitio la provincia o tertitorio en donde exista la perturbacién del orden, quedando suspensas al ucionales. Pero durante esta suspensi6n, no podré el Presidente de la Repiiblica condenar por sini aplicar penas, Su poder se limitaré en tal caso res pecto de las personas a arrestarlas o trasladarlas de un punto a otro de Ia Nacién, si ellas no prefiriesen salir fuera del territorio argentino”, Acotemos que la Argentina se encuentra cn estado de sitio desde noviembre de 1974 y que, a su vez, la facultad irrestrictiva de opcién del pais ha sido convertida en una decisién facultativa y ar, nes de excepcién dentro del Estado de Derecho es- tin previstas por la propia normatividad y no representan una rup- ra abierta y contradictoria con dicha estructura jurfdico-politica. ello, es preciso distinguir dichos casos de aquellos otros en que alegando también situaciones les se ha alterado el desen- de excepcién, es decir, los remedios excepcionales previstos por el tado de Derecho democritico, y las tomas de Estado de Excepcién, resultantes de la especial estruct i6n del Estado en situa: in cuyo origen esté cn la Co tucién alemana de Weimar, que en su articulo 48 denomina “estado de excepcién’” ala situacién que da origen a determinadas Facultad extraordinarias del gobernante. En el caso argentino, los quebrantamientos del orden institucional mediante la sustitucion abrupta de un gobierno clegido electoral. mente por otro emanado de la fuerza ~militar~ trascienden el marco de estas medidas excepcionales para convertirse en.tegimencs.de fac ilegitimidad nac Je su origen inconstitucional y de la concen- traci6n de facultades correspondientes a dos poderes bien diferens dos del Estado: el ejecutivo y el legislativo. Ast sucede con los golpes de estado de 1930, 1943, 1955 y 1966, Estos regfinenes de facto, antecedentes del golpe militar de 1976, se correspondieron con un modelo clasico de gobierno militar en Ar- gentina, de cardcter transitorio -supuesto remedio a una crisis poli ca cuyo absolutismno consistié fundamentalmente en la concentra. ci6n de las facultades decisorias del Estado, sin pretender cambiar la naturaleza del Estado mismo y donde la supresion de las libertades y garantias constitucionales ~a veces mas implacable y cruel que otras Se asumié como una necesidad momenténea, sin negar lajusteza del 2 \ zag Eduardo Luis Duhalde )) estado democratico como forma legitima y perdurable de organiza: cién social det pais.* rente, cada golpe militar tuvo por fin el remedio de las crisis mediante ajustes en el control del Estado y la implementacion de una determinada politica econémica; facilitados ambos por el apl n to de la actividad politica partidaria. Su transitoriedad estaba dada porque, en el capitalismo dependiente argentino, los ciclos de crisis y Tecuperacién se han sucedido en breves periodos. Tal movimient respondido a relaciones objetivas, inherentes al tipo de dependenci que ese capitalismo argentino tiene con el sistem: i dial y al propio desarrollo productivo, El acortar cos y la falta de solucién dentro de dicho esquema capitalista de- pendiente han Ievado a que, desde 1930 hasta la fecha, haya habide mas gobiernos de facto que elegidos en procesos electorales, Si bien pecto de ellos, hablar en sentido lato de formas de Estado de Excepcidn, su cardcter transitorio y su adecuacion a Ja estructura permanente del Estado, operando cambios y modifica- ciones (las mas de las veces limiténdose a impedir los mecanismos de representacién) solo en el campo de la superestructura jurfdico- politica, sin altevar las bases de la naturaleza intrinseca del Estado precedente, hacen que no sean un modelo arquetipico del Estado de Excepcién como las dictaduras militares latinoamericanas tradicio nales impuestas en el tiempo como formas estructurales permanen- tes (Somora, Trujillo, Stroessner, etc.). Estado de Excepci6n, dictadura militar y Estado Terrorista El Estado de Excepci6n es aquel que debido a circunstancias Iimi- tes, casi siempre motivadas por una crisis politica grave, abandona la normativiciad del Kstado de Derecho para adquirir formas excep- cionales al margen de la legalidad institucional representada por el modelo tradicional de! Estado democrdtico-parlamentario, La teoria politica ha dedicado en la época moderna buena parte de sus esfuerzos en ahondar las distintas tipologfas del Estado de Ex cepcisn y estudiar sus especificidades, en particular en lo que hace al fascismo. Las dictaduras militares han ocupado dentro de estos an& espacio relativo menor, visualizaindoselas casi siempre como Jasimple concentracién del poder por parte del aparato militar de un pafs dado ~en clesmedro de la sociedad civil-, en el cual la hegemo- ieden consultarse en Roquié, Poder Military sociedad poltica en ta Argentina, Emec€, Buetios Aires, 1981 (2), >) El Estado Terrorista argentino 245 nia de una clase o sector social es reemplazada por la voluntad dicta: torial de esau otra clase o sector social, expresada por los estamenitos armados, y donde manu miliari, la independencia de los tres poderes d se resumen en la persona o casta gobernante, Ast, dictadura militar y Estado totalitario aparecieron indiferenciados y en el caso cespecifico y prolific de América Latina, ligado a la imagen rayana en Jo grotesco de “los tiranuelos sensuales y venales’, Sin embargo, esa misma teorfa politica ha debido dar cuenta de un nuevo fenémeno ocurrente en América Latina, que se hace percepti- ble en su reiteracién en la década del sctenta, con el surgimiento en el Cono Sur de dictaduras militares de caracter institucional con rel a las Fuerzas Armadas, donde la personalidad del gobernante es una mera circunstancia ~dado su cardcter institucional y donde aquellos elementos del grotesco, fruto de la personalidad psicopatica de los tira. ‘os tradicionales, aparecen reemplazados por una fria concepcién tec. nocritica, acorde con los intereses del gran capital a los que aquellas sirven, fundadas en la doctrina de la Seguridad Nacional, Es clara la dependencia respecto de los Estados Unidos que mues- tran Ios regimenes fundados en la mencionada doctrina de la Segu- 0 politico-militar, tanto como en los modelos eco- némicos que establecen, cn su intento de reinsertarse en la econos mundial. Esta nueva forma de dictaduras militares instit tecnocriticas respondien, asf, a factores internos y externos que se em gendran en el seno de una estrategia puesta en praetica desde el ex. terior, destinada a preservar areas de influencia politica y econémica, a estrategia es fruto de las necesidades de la actual fase de desi. rrollo de la economia capitalista y de los intereses politicos militares del bloque occidental, cuyo centro directriz es los Estados Uni te tipo de dictadura” militares, caracterizadas por la militariza- cidn de todo el aparate cl Estado, constituye un modelo arquetipico de Estado de Excepcién, con la misma especificidad diferenciadora que el fascismo 0 el bonapartismo, tas otras formas generalmente Teconocidas de estado excepcional. “El Estado Militar” (terminolo. gia incorporada por Harold Laswell: garrison stale), se caracteriza, en primer Ingar y ante todo, "por el hecho de que el aparato represivo fundamental del Estado burgués, las Fuerzas Armadas, suprime, si bordina y asume las funciones del resto de aparatos propios de aquel Estado, es decir, el Parlamento, la Justicia, etcétera, con la proyeccién sobre toda la sociedad de caracteristicas tanto organizativas como {eoldgicas que son tipicas y propias de las Puerzas Armadas’ sein lo define con acierto T. A. Vascon: ‘También ha sido descrito como “un Estado caracterizado por el con- {rol directo y ostensible, manificsto y duradera que ejercen las Puctzas Armadas sobre el aparato del poder politico”, como lo define J. Tapia, 246 Eduardo Luis Duhalde )) 1 surgimiento del Est subrayar que >) El Estado Terrorista argentino 2a como una de arrebatar el control politico del clases dor ado a los ta necesatios para mas los niveles de ‘asa de ganancias exigidas por el bloque de poder ysu dependencia imperialista, En este sentido, el desarrollo del movimiento obrero latinoameri- cano ~del cual la clase trabajadora argentina es una de sus expresio- nes mis altas~ ha avanzado lo suficiente para que cl , aun retaceado y tramposo, le permita una de real y de sus cong - y de ree perialismo sobre otras fracciones y capas burguesas en el seno del bloque de poder, y las dictaduras aparecen cada vez como el instru- ilegiado para el a las ponencias prescntadas SS de México, se sefiala con exactitud: aleanza ante, Los nuevos sectores mono} nantes, an is y esta ver estraté e comenzaba a corroer el sistem cada vez mis hacia salidas pe del siste 0 tradicior internas no pueden ser c » una serie de alianzas pi democratico liberal, Ya de hegemonfa de los sectores indo su recomposi ién, el Estadlo-mediacién debe dar paso al Es- ‘econémicas que ha acelerado la cri dominantes, imposil mados pr acumudlacién'y alianza de cases en Argentina (1930- Se debe ‘est eante no es otra que la doctrin: acer posible la ejecucién de esa politica imp: ica ¢ en la Argentina se conocié como *Plan Feorganizar la totalidad de la vida nacional en funcién de las nes imperantes en la economia mun inguiesas que, por sus intereses complemei ‘a con la economia imperiales, garartizaran la reprodueci las nuevas modalidades de acurmula 1 asf planteado se caracteriza por: de tos aparatos del Estado. como observa el guatemalteco Gabriel Peralta 8 la dinémica de la lucha de clases la que acorrala burguesa, forzando al Estado a descender del cado por encima de las clases y mostrarse en lo que, sin cacién total, es su explicacién fundame iva, en el capitalismo. de proyectos econémicos ereses de aquel sector hegemé: 6) Expresa alineacién junto de las distintas formas que ya elementos comunes y diferencia- itarizacin en América Lair 4 Vasconi, Tomés A.: Gran capitat 1978, p.53, 5 Bra, Méxieo, IDS México: “Estados Unidos y los Estados de Seguridad Nacional en Aimé a del Sur”, en Cavalla Rojas, Antonio (recop.): Geepelitca y Seguridad Nacionat @n América, UNAM, México, 1979, p. 440. 6 Peralta Aguilera, Gabriek en Polémica, N° 6, 1982, 17 Gors, Anclré: Estrategia Obrera y neocapitalismo, Era, México, p. 32. 28 Eduardo Luis Duhalde >) | dores. Entre los comunes validos tanto para las dictaduras militares como para ef fascismo y el bonapartismo, se encuentra la acentua- cidn del eardcter represivo del Estado. Tal vez, es en el Estado Mi- litar donde esta caracteristica del recrudecimiento de la repre aparece mas descarnada, por la auscncia de todo otro componente mediatizador, Otro aspecto que es preciso destacar, es el papel de la ideotogia y de los aparatos idcol6gicos del Estado con relacién al Es- tado de Excepeién, que varia segiin la especificidad de cada régimen excepcional, lo que se vincula con el tipo de crisis a la que este Estado responde y tiende a remediar, Es una de las caracteristicas del Estado militar que las Fuerzas Ar- madas ocupantes y subordinantes del conjunto de aparatas del Ksta- do asuman por sila producci6n ideolégica que legitime su acuraci6n, desplazando asf el aparato represivo del Estado en su funcién espe. cifica a los aparatos idcolégicos relegados a una tarea de sostén-con- sentimiento. Esta funcién de control y produccion ideoldgica directa, no solo sirve para lograr ese consentimiento forzado, sino ~y muy fundamentalmente- para que los estamentos militares legitimen su dominacién ante sus propios ojos. Dentro de esta actividad ideot6: gica esta la elaboracién del nuevo derecho, de base esencialmente discrecional en cuanto a las facultades de los poderes publicos, sin sujecion a criterios de razonabilidad y autolimitaci6n. El propio desarrollo del modelo y su proceso de legitimacién han ido generando la estructuracién de un nuevo tipo de Estado de Ex- cepeién, cuyas especificidades le otorgan autonomfa con relacién al modelo de Estado militar. Se trata del Estado ‘Terrorista, expresién Giltima del denominado “Estado contrainsurgente” fundado en la doctrina de la Seguridad Nacional y cuya elaboracién mas acabada se encuentra en la Argentina, tras ¢l golpe militar de 1976, 8 Gf: Comislén Argentina de Derechos Humanos (CADHU): Argentina: Paces = 4 Genociio Querejeta, Madrid, 197%; y las posteriores publicaciones y trabajos de la CADHU, en especial los testimonios de ls liberados de tos campos de f= dictadura. Igualmente cfr ls trabajos del Centro de Estudios Legales y Soci les (GELS) de Bs. As. en especial “El secuestro como método de deteneién’ la Publicaciones de ta Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, del Asociacién de Madres de Paz Desapareciios por Razones Fo tes trabajos de los organismosh De os informes intermacionates cf. en especial el Inforie de la Comisién Ine americana de Derechos Humanos de Ia Organiaackin de Estados Americanos (OEA), los informes del Grupo de Trabajo sobre Desapa >) El Estado Terrorista argentino S Am Maz de actuaci 299 Capitulo IL EL Estado Terrorista y su faz clandestina No se trata solo ya del Estado militarmente ocupado, asaltado por | su brazo militar, donde la coercién ha reemplazado las decisiones democraticas y donde ef autoritarismo se configura en el manejo dis- crecional del aparato del Estado y en la abrogacién de los derechos y libertades de tos ciudadanos, Por el contrario, im cualitativo y profundo en la propia concepcién del Estado, se trata de | wun nuevo Estado, una nueva forma de Estado de Excepeién, No son regimenes transitorios buscando el equilibrio o la hegemo- nia social perdida o dictadores con aspiraciones personales vitalicias, | administrando autoritariamente el viejo Estado: el cambio va mucho l4. Nacido en el transcurso de una crisis politica catastréfica ‘antenimiento del injusto orden social, implica en sf un cam- bio substancial de forma: se configura el Estado Terrorista, partiendo de supuestos que se esgrinien como permanenlesy que contradicen las bases fundamentales del Estado democritico- burgués. Seafirma en que cl principio de sujecton a Ta efi los actos y el control judicial de estos incapacitan definitivamente al | * Estado para la defensa de los intereses de la sociedad. En consecuencia, aparece como sustrato de dicha concepcién la necesidad de estructuracién ~casi con tanta fuerza como el Estado Pblico- del Estado Clandestino y como instrumento de este, el te- sror como métoxo, iste a6f una diferen’ a esencial y cualitativa con otros Estados de Exccpcién, también represivos y terroristas, Ya el terrorismo no es un instrumento contingente al que se ape- Ja para Téforzar la coaccion que se sie pl conjunto de Srganos represivos estatal se asuiné exprésamente una nueva filosofia: ef Estado tradicional, on ica Latina, ya sea el democratico parlamentario o las dictaduras rilitares sujetas a una normatividad piblica autoimpuesta, es inca- apitalista y contrarrestar con la efi- cacia necesaria la contestaci6n social y, pot ende, debe incorporar ‘una actividad permanente y paralela del Estado mediante una dobl n de sus aparatos coercitivos: una publica y sometida a las leyes y otra clandestina, tes detallados de misiones nento Europeo, la Federaciin Ide los Derechos del Hombre, Comisién Internacional de jurstas, los corroborantes dela situacién imperante en la Arge 250 Eduardo Luis Duhalde )) >) El Estado Terrorista argentino 251 Asi, este modelo especifico, como tun doble campo de actuacién en el levar adelante esta pe quiere formas clandestinas estructan conciencia y fuerza organizativa adquirida por funciones de los drganos coer obrera y sectores asalariados ~sus principales vic lay coiniplementada de la ‘estos proyectos basaclos en la com conto expresion superestractural publica. itucionalizar te Tas forimas mis aberrantes de Ia actividad re- brevivi vos ilegiti- imen que le implantara, este modelo’ de Estado piilico y clandestino (que es el «| j \corpora “las formas no conven tuir como modelo perimido, io. Al mismo tiempo presupon itucional del pode: taci6n del Estado, cuya arn miento condici * sectores de Por cier iene representa Es necesario en libertades, sino que la exigencia es mayor: es preciso imponeries de- dos comportamientos sociales y compt esa politica de reconvers lelo esta concepci pero no absurda, res- imperiosa del imperialismo y de las clases dominantes, EI Estado Terrorista aparece como consecueneia de la ie encuentra el Estado Militar de llevar adelante sus iscrecional de la coercién y de Larepresion pai Terrorista, Porque como no es posible productivo, la coercién debe ser permanente Gujera el hecho de que cada obrero, cada empleado, cada pequeiio empres: idiante o profesional liberal taviera la bayoneta sobre su espal lo no se obtiene con “leyes especiales rales especiales”. Sole mediante el terror como método y be tener suficiente fuerza, ordinacién de la sociedad ¢ que sea no alcanza para el | dos componentes escnciales | rista: el accionar clandes {| el terror como m ado Terrorista aparece en da en América Latina carac del modelo tradicior necesidad de reconversién de este modelo mediante la concentr del capital y la i6n de pol spositort ganizacién democritica y a n, en tanto esta actividad hace a la esencia ya la nat ido Terrors nde la pequefia y mediana empre Pero también es una respuesta al ascenso de las luchas politicasy reiv ‘masas populares que, con dliverso nivel de desarrollo,y los distintos paises de Ja regiGn, amenaza con dar paso asoluciones progresivas ¢ incluso revolucionarias a estas crisis, La On a rajatabla de estas politicas de reconver lista dependiente conlleva tan alto costo s nivel de resistencia y contestacién tan fuerte acompafiadas de proceso recesivo instrumentalizado en las éteas mo- argo. mucho mas importante que el objetivo exprcso es imente se va configurando. De ioro del salario real que permite alcanzar una fuerte redi as y de otra, una acclerada centralizacién de capitales en las osferas mediacién comercial, Precon iento det nucvo patron de acunlacion’, oscil p87. 252 Eduardo Luis Duhalde )) blicamente) determinados niveles represivos, transpuestos estos, “la conciencia universal” los torna inadmisibles, por lo que debe comple- se esa coercitiva actividad global con Ja indispensable confi- idad, conjugandola a su vez con la necesatia eficacia. Ello solo Estado en su conjunto, ademas de su actividad figura al mismo tiempo en un Estado clandestino. Como buen ejemplo de que la sociedad civil, aun en sus sectores ims afines a los intereses del sector hegeménico de la sociedad que el sus ejecutores, puede leerse en un articulo publicado hace un en el diario La Prensa de Buenos Aires, firmado por Adolfo de Obicta: “No puede haber un misterioso Cédigo Penal paraleto a la disposi ‘0 una mistetiosa parajusticia, como no puede ha- donde esos pensamientos o las acciones son juzgados castigaclos c narios ejecutivos (seguramente sin la humani taria delicadeza de los jueces de ley)’ A lo que nosotros denominamos doble faz del Estado, el Estado clandestino, es lo que el “Centro de Estudios Legales y Sociales de Buenos Aires" denomina el doble plano de fa normatividad, al la caracterizacién y denuncia del proceso argentino. La denomina- jén del GELS es acertada en tanto todo ese accionar estd reglado, jerarquicamente organizado, y participa en él el conjunto de aparatos ;presivos del Estado, pero resulta insuficiente ~en tanto se reduce al plano de la normatividad~ para describir el complejo de actividades que importa, raz6n por Ia cual hemos preferido denominarlo como “el Estado clandestino". La doctrina de la Seguridad Nacional y el Estado contrainsurgente La doctrina de la Seguridad Nacional, acabada elaboracién del Es tado Mayor Conjunto Militar de los EE.UU, es el fundamento =éom ‘es conocido y hemos reiterado en este trabajo- de los Estados milita- res 0 “Estados contrainsurgentes” que han desembocado en la coristi- tucién de los Estados terroristas. En ellos, el énfasis de su discurso ideol6gico est puesto en la de: fensa de la seguridad de la nacién, supuestamente amenazada por Ja Sagresion permanente al servicio de una superpotencia extraconti: rental e imperialista’, en palabras de Augusto Pinochet la que esté re- presentada por la infiltracién en cl seno del pais de elementos subver- >) El Estado Terrorista argentino 253 sivos empefiados en destruitlo en todos los 6rdenes. Dichos elementos sostiene— han logrado o se empeiian en lograr la destruccién del sistema democratico occidental, influidos por ef marxismo, median- ‘08 ajenos a la idiosinerasia y a las tradic sus respectivos pueblos. La preocupacién prioritaria y determinante, nta la accién del Estado es, en consecuencia, la lucha frontal contra las actividades de todas las organizaciones sociales, sindicales, politicas y, por supuesto, armadas, cuyos postulados o actividades con- leven, de algunta manera, propuestas alternativas o diferentes de fo gue se caracteriza como “el modo de vida occidental y cristiano Mediante la doctrina de fa Seguridad Nacional, Ia atencién de Washington se vuelve hacia el interior del continente, hacia los sig. nos de rebelién que surgen de las masas latinoamericanas. Si bien el otigen ‘de esta doctrina aparece esbozado embrionariamente en la “Declaracién de Caracas” de 1954, como sefiala Ratil Ampuero, “ser necesario esperar la derrota de fos ejércitos colonialistas franceses en Dien Bien Phu, la victoria de la revolucién en Guba y la nueva pers- pectiva kenniediana sobre la misién y tareas de los Estados Unidos tica, con sus consecuencias internacionales de guerra fifa, y la estra- tegia de confrontaciones indirectas que permitan dilucidar el control jtico de zonas vitales de influencia, coadyuvan a la elaboracién dela doctrina’ la Seguridad Nacional. Hasta ese momento, y desde la finalizaci6n de la Segunda Guerra Mundial, los programas norteamericanos se habian basado en consi- derar que las amenazas a América Latina eran externas, provenientes de “los planes de agresién de la URSS" para sentar base en el conti nente, Los objetivos buscados en dichos programas eran, entonces, fortalecer la defensa de la regién frente a un ataque exterior y al isto tiempo consolidar la influencia de EE.UU. Abasteciendo con yero a las Fuerzas Armadas latinoamericanas. “El ascenso de john F. Kennedy a Ia presidencia en 1961 significe importante transformacién de ta politica estratégica norteamericana, Mientras que otros gobiernos de fa posguerra habfan percibido todas is amenazas a los intereses norteamericanos en wltamar como mank festaciones locales del conflicto Oriente-Occidente que todo lo invadfa, los consejeros de Kennedy consideraron que el radlicalismo del Tercer Mundo -ya fuera descrito come socialismo, marxisto 0 nacionalismo rica Latina’, en Cave 10 “La Contrarrevolucién Militae e pe ABI Rojas, Ax ep. \ 254 Eduardo Luis Duhalde )> \ radical~ era una amenaza independiente alos intereses no nos. ¥ aunque se consideraba que la eapacidad de de los Estados Unidos era una efectiva fucrza de ‘alaque soviético convencional a Estados Unidos y sus aliados curopeos, hhabfa fracasado claramente en impedir el triunfo de los ejércitos gue. miilleros en Cuba e Indochina. De acuerdo con esto, la nueva Administracién buscé una alternativa a In estrategia dominante de represalia masiva ya que, segin palabras de Max Millikan del Instituto de Tecnologia de Massachuselts, ‘su enfoque lusivo en una accién de iniciativa soviética ignora la posibilidad real que las dos terceras partes de la poblacién mundial fuera le la Cor- tina de Hierro que acaban de adiquirir conciencia politica y econdmica pueden convertirse en tn frente independiente de agitacidn y cambio’. A fin de ascgurar que las crecientes inversiones norteam estas zonas no corrieran ningiin ned adop nnacida estrategia de la contrainsurgencia Este cambio en la cstrategia continental norteamericana plantea, entonces, como ge fundamental, la contrainsurgencia, que el Pentégo- no define como “aquellas medidas militares, paramilitares, politicas, econémicas, psicoldgicas y cfvicas tomadas por el gobierno para vencer la insurgencia subversiva” y que se resume en el postulado kennediano de seguridad y desarrollo contenido en la Alianza para el Pro} ‘Tras la derrota de Vietnam y el rechazo que la pueblo norteamericano, Hevando incluso a la supresién del servicio militar obligatorio, la Administracién debié plantearse la reformu- lacion de la doctrina, de manera que no implicara el uso de Fuerzas Propias norteamericanas en la defensa continental tanto contra el enemigo interior o externo. formulacién es conocida como la Doctrina Nixon: reforzar la militar de los regimenes pronorteamericanos escogidos en el Tercer Mundo y prepararlos para una funci6n de “policfa” dentro de la region. Esta doctrina, que pone todo su esfuerzo ya no fundamentalmente en los mariners o rangers norteamericanos como el reaseguro efectivo de los intereses imperialistas en Latinoamérica, sino en sus ejércitos. interiores, resulta mucho més eficaz y menos comprometedora de la ya de por sf ereciente tensién internacional, al mismo tiempo que evita la posible reaccidn de la oposicién nortcamericana, ‘Ya en 1962, el entonces secretario de Defensa de EE,UU,, Robert. Me, Namara, prefiguraba esta politica: 11 Rlare, Michael y Stein, Nancy: armas y Poder en América Latina, Era, México, 1978, p. 16 >) EL Estado Terrorista argentino “Probablemente e! mayor rendimiento en nuestras inversiones de ay a militar proviene del adiestramiento de oficiales selecciotiados y de especialistas clave en nuestras escuelas militares y sus centros de adies- tramiento en Estados Unidos y ltramar, Estos estudiantes son selec- cionados ewidadosamente por sus paises para convertirse er tores cuando regresen a que dispondrin de pericia y la impartirén a sus Fuervas Armadas, No 8 necesario que me detenga a explicar el valor que tiene el disponer én cargos de direccidn de hombres con un conocimiento de primera mano de emo los norteamericanos actian y piensan, Para nosottes no tiene precio hacernos amigos de estos hombres!" Luego agregarfa: “Tonemos un largo camino que recorrer para crear € instrumentar las contramedidas efectivas a la guerra Fevolucionaria’ Esta doctrina, que continda insertando Ja concepcidn a de Ia guerra interior en el marco de las concepciones de la guerra fra, entiende al mundo en una guerra permanente en la que las Fuerzas Armadas de estos paises se comprometen, desde el territorio que ocupan, a la defensa del hemisterio occident: Se trata, para sus sostenedores, de Iuchar ct vorsiva en escala mundial, contra un fendmeno lamente ajeno a sus respectivos pafses, al que abrié paso "la demago- Po’ ficos tradicionales, a través de la siembra del odio, la 8 yromesas ut6picas” hace necesaria la ¢ Sedebe rechazat, por lo tanto, toda concepeién que supongay foment. te un antagonismo irreductible entre las clases sociales, es decir, toda { posible expresin de la lucha de clascs. Las Fuerzas Armadas resaltan ser dentro de este esquema de ideas, latttea fuerza organizadarcapar deaetixar como integradora de la nacién. Son la “inca alternativa po- sible" frente a la agresién extranjera capaz de dar una respuesta nacio- nal'en cada paisa sus propios problemas de seguridad y de desarrollo. Estos problemas deben resolverse con una estrategia indisoluble, en la medida en que, como expresé cl teniente general Jorge Rafael Videl ‘entonces presidente de la Argentina, "la subversién no es un problem que requiera solamente una actuacién militar, és tn fetiGrieno glob ue réquiere también una estrategia global de lucha en todos los cam- pos: de la politica, de la economia, de la cultura y el mi 12 Congreso de EE.UU,, Comité de Apropiaciones, 1968, “18 Congreso dle EB.UU., Comité de Apropiacioncs, 1968, If Conferencia de prensa, diario La Nacién, Buenos Aires, 14 de abril de 1976, 256 Eduardo Luis Duhalde >) policias y ejé de América Latina pas6 a ser la prioridad continental del ue respecta a la aportacién de recur- ‘sos humanos para Laird, el entonces seere- tario de Defensa, defini los a través del Programa de Ayuda Militar (MAP) y de sal Extranjero” Por su parte Robert Me. Namara, secretario de Defensa, fijaba el eje de la doctrina de la Seguridad Nacion: “Nuestro objetivo primordial en Latinoamérica es ayudar, donde sea necesario, al continuo desarrollo de las fuerzas militares y paramili: tares nativas, capaces de propor fuerzas de seguridad, la necesaria seguridad Entre 1973 y 1977, EE.UU. pr alos gobi ricanos 1100 millones de délares en armamento y equipos a través del "Programa de Ayuda Mi contribuyentes americanos a estos gobiernos represivos. 15 Camara de Exteriores, 16 Congreso de EE.UU, aio 1967, tados de EF.UU. 7 de mayo de 1970, Co | DD El estado Terrorista argentino y ares mas directamente involucradas en la tortura, asesinato y encarcelamiento de disidentes civiles |. Lo expresara con de Estado de BE.UU, Desde 19€9, el Departamento de Seg Inter de Desan icias extran- diseiio, fabricacién y Is y artefactos incendiatios caseros en la Academia de Control de Fronteras en Los Fresnos, Texas. Estos cursos son precedidos de unos estud = demia de Poli preliminares en de Washington en donde sc ensefian materias 1 nsmitir su aprendizaje. Por su parte, 50 millones de détares en sub- iones a través del Programa de Control de Narcéticos a las agencias s civiles. A pesar de que se pretende que estos fondos es f) destinados a las operaciones antidrogas, la Oficina General de Cont Cit, p. 18. UA Johnson, en Bolen del Departamento de Estado, 12ce stierabre de 1971, p. 282, 258 Eduardo Luis Duhalde )) bilidad de BE.UU, ha descubierto que con frecuencia buena parte de las se determinan a unidades involucradas también en la represién politica, Este camouflage dc la ayuda se ha hecho mas patente cada vez que el Congreso norteamericano ha prohibido o limitado la ayuda mi- litar directa a alguna dictadura latinoamericana, como ha sido el caso dela Argentina, con la enmienda de embargo Humphrey-Kennedy. Con respecto a esta asistencia directa entre 1950 y 1975, en las cuelas militares norteamericanas en el territorio de EE.UU. y en zona del Canal de Panam, fueron adiestrados 2766 militares argen- tinos y otros 910 en escuctas del Ejército americano ubicadas en dis- Lintos pafses, es decir, 3676 militares argentinos. Hasta el momento del golpe militar del 24 de marzo de 19776, habfanse graduado en la Escuela del Bjército de las Américas (US Army School of the Americas-USARSA) ubicada en Fort Gulick, zona del Canal, 600 mi- Fes argentinos. Adeinés de los cursos generales —desde su fundacién en 1946 hasta la fecha han pasado 40,000 militares de distintos pafses en cerca de 40 modalidades cle cursos diferentes en los cursos escogidos del quinguenio 1970-1975, se graduaron 58 oficiales argentinos; 11 en “Operaciones de contrainsurgencia’, 7 en “Gontrainsurgencia urbana’, en “Operaciones en el monte’, 6 en “Interrogador militar” y 5 como “Oficial sin mando de inteligencia militar”, entre otras especi A su ver, la ayuda militar prestada por EE.UU a la Republica Ar gentina entre 1946 y 1975 es la siguiente (por aiio fiscal, délares USA en millones): “Articulos Subven- | Grédizos PL 4809 ciones del | Eximbank | execdentes | otras subyen- MAP (1) | FMS(@) | p/dofensa | ciones (4) ® dad (6) 459 1436 15 379 199 | ‘Total: u$a 248.800.000 NACLA () Subvenciones directs de equipo y ser bajo el Programa de Ayuda M Jos por el Departamento de Defensa bajo el Progra mma de Ventas Militares al Extranjero (FMS) o por el Export import Bank para adquisiciones de rnorteamerieano ‘ (8) Entregas de equipo militar norteametic {4 Ayucas prestadas por el Programa “A con fine Fondos prestados por la Oficina ala insurgencia, wo excedente. >) EL Estado Terrorista argentino Todo este esfuerzo de capacitacion té iene como base el ase- 0 del orden interno continental a cualquier precio: funda- yente mediante el uso del terror, La capacidad represiva y, sobre todo, la ideologfa represiva contra- insurgente, exigen Ia implementacion tecnificada del terror, con razén Klare y Stein que zacién del terrorismo para dar a las poblaciones del Tercer Mundo es considerada como mento esencial de la estrategia norteamericana posterior a V para el control social en el Tercer Mundo” Las ensefianzas y aprendizajes de la experiencia con el pueblo viet- namita son reproducidas luego, en forma sistematica en especial en Fort Gulick, en la Escuela de las Américas. Basta, para tener una sim- ple idea, Ia transcripcién de un dilogo mantenido entre un perio- dista y un ex alumno (boina negra) del curso E-16 de Suboficial de nteligencia Militar que comprende entre otras “materias” una sobre ‘Métodos de Interrogatoric “PexsoprsTa: Tii me hablaste de unos cursos de interrogatorio.. :Qué les ensefian? Qué técnicas de interrogatorio? GowzAtx2: Cosas pricticas. Te aplastan los dedos, te meten palos de fésforos debajo de las wit. Pentopista: O sea, za ustedes también Jos torturaban? Gowa.txz: Claro, Ellos misiios, los instructores, Nos preguntaban por el no «bre... Cémo te Hamas?” ‘Matricula de guerra... qué s€ yo... 36- 5046, tercera divisién’. Nacla mas, es0 no mas habia que decit: Te pre guntan qué andabas haciendo por abi... ‘Te ensciian coartadas, uno dice, andaba paseando, andaba jugande fttbol naban, te quemaban con eigarrillos, Entonces se empeci- Pratopista: Elles mismos, a su propia gente, fa quem: GonzA.e2: Claro. En el estémago, en la zona genital... E50 es muy dolo- 0807 nos metfan fésforos debajo de las ufias. Bueno, mucha gente habla- ba. Otros no, Te pegaban... O sea, querian conseguir que tino hablaras, Te diré que to conseguian. La gran mayoria de la compatifa no hablaba, Penronista: a ti te tortararon GonzAtze: Si, Purronisra: ¢Curantas veces? Gonzate2: Come tres 0 cuatro veces (.) Partopista: Estas eran Tas clases de teniente Labbe? gl les enseiaha a torturar también? Gowzseaz: aro, Eso se Hamaba "Métodos de imerrogatoro’ (.) Praroorsta: A ustedes, sus alums, zl Jos to 19 Op cit, p71. 259 Eduardo Luis Duhalde )> No solo é1, sino también los oficiales y las clases; ha- bia varios instructores, Nos tomaban, nos colgaban de los dedos con sma lienza, Nos decfan: cuando hay un tipo rebelde y no quiere hablar, tno se puede perder cl tiempo golpesindolo sistemticamente, Hay ejarto que sufra bastante tiempo, y piense sufriendo, zRntonces, cual ¢s el método? Si tc lo cuelgas con una lienza de esas bien delgadas, 1o tomas por la coyuntura de los dedos y lo haces empinarse en Ia punta de los pies y haces que la lienza no le dé tiempo ce volver a apoyarse en tos talones, y lo cuelgas desde el techo, desde una viga... Bueno, cl tipo queda colgado por la punta de los dedos. Se le adormecen los dedos, se le detendra la sangre, y sutre grandes dolores, A laver, lo que ti le estis| haciendo no es fuerte, no es para matarlo, Al tipo, bueno, no le quedan ms que dos cosas: pensar y sufrir. Buscar cual es el camino para que se corte la lienza, tiene que hablar, Periopisra: Esa es una forma de tortura. ) EL Estado Terrorista argentino » et aso a otro gris general argentino hasta ese momento, destacado en ‘Washington como representante a Interamericana de De- fensa: Roberto Marcelo Levingston, La reaccién popular lo ha s sado, escribiendo una pagina que ya forma parte de las princi ‘as de la historia de las luchas sociales Los acontecimientos de fos tado Terrorista argentino 23 toda fa res- ‘ae Onganfa y queda fracturado el régimen militar mostrando todas sus contradicciones internas: la clase obrera hamedido fuerzas y sabe la contundencia de su vor; tambié da argentina parece despertar de un letargo y cree ver en esa accion ‘obrera y popular el preanuncio de que las masas no solo han tomado yaplena conciencia de su situacién de opresi6n y explotacién tampoco estan dispuestas a tolerarlo, Esta vision de los acontecimien- tos, como preludio de la revolucién de octubre en la Argentina, nacimien lad hace pensar a italista argentino lanza su ‘mos estertores y que su agonfa durard solo el tiempo en que encenderse la chispa que inflame toda la pradera; que solo fal foco, un faro capaz de irradiar fa conciencia y organizacién de ha carecido en las calles de se obrera estructurada basicamente com: sind la urbana coactiia en el mismo escenario de la hucha de donde las masas y su corr era mas avanzada -el class. na lucha de posiciones contra el poder estatal y la burguesia El sentimiento obrero, antipatr poder. Tampoco fa independiente: ido y del poder p lamiento revolucionario de capi hostigan a su enemigo: son operaciones econémi Y atentados individuates, des ia y de sofisticacié inaccesible popularmen 264 Pese a lo expuesto, esta protesta social con su ereciente clasisino y coordinacién al margen de las complacientes direcciones buroc cas sindicales, y el accionar de las “organizaciones politico-militares’, actuando sobre una misma realidad, preocupan sobremanera al Pen. tagono y al capital finaneiero y n ico. EI bloque de poder, cada menos homogénico y mas fracturado, wo parece encontrar una salida a la crisis, Tampoco, una respuesta represiva contun- ante. Nila clase obrera, ni los militantes armados ~aunque estos asi Jo creyeran—cuestionan la propia existencia del poder multinacional pero hacen cada ver més dificultosa la aplicacién de las politicas dic. tadas por el Fondo Monetario Internacion: insubordinacién social que imposibilita la aplicacién del nuevo mo- delo de acumulacisn y Ia necesaria reconversi6n del capitalismo ar gentino de acuerdo a la nueva distribucién internacional del trabajo. Frente a este clima que impera en toda la nacién, nal” comienza a ser sentido por sus aplicadores como “insu Ma llegado la hora de mirar hacia Fort Gulicky recordar las enseitan 2as aprendi Acste fin, llegar a Buenos Aires, como embajador de EE.UU,, un viejo conocedor del tema: Robert Hill. Este, hombre de confianza del viejo amo de la CLA, William Colby, es un experto en el tema: fue uno de los encargados de desestabilizar y derrocar el gobierno democré tico de Arbenz en Guatemala en 1954 y ha ocupado, entre otros, el cargo de embajador en Espaita, un pais estratégico para BE,UU. por las bases militares. Su nombre también ha sido vinculado a la estruc- in del “Plan Phoenix” en Vietnam. Hasta ese momento, la tortura de los prisioneros politicos, inclu- so algunos asesinatos producidos por los servicios de informaciones estatales, habfan sido constantes en la Argentina de las tltimas déca. das, Sin embargo, aunque condenables y abcrrantes, no pueden cri- 24 El conocido es vealizada en. 1c la Central de Inteligencia ipacién en la politica de detenciones-desapari proporcionando, para t fe I8 CIA no hasido a Gnica colaboracién con que conté la dictadura para sy proyecto genocida. Aunque sin Ia envergadura ya gravedad que tiene la participa: ) El Estado Terrorista argen ticarse como una politica de terror paraestatal. Esta aparece embrio- nariarnente hacia 1970, cuando comienza a evidenciarse la situacién descrita, En ese afio comienza la utilizacién sistematica de explosivos, dle inequivoco origen policial, contra domicilios de opositores, y en. tre ese momento y finales de 1972 se producen una docena de desapa- riciones que presagian la metodologa que mas tarde alcanzara una utilizacién masiva.™ Los secuestrados nunca aparecieron. En estos procedimietitos, las investigaciones oficiosas de familiares y abogados permitieron cono- cer que, salvo en un caso cuyo origen fue estrictamente policial, en todos los restantes las fuerzas de seguridad actuaron bajo las érdenes de oficiales del Bjército argentin ‘También en esa época comienza la politica de asesinato de prisione- ros politicos cn las cérceles, con un episodio que conmovid a todo el pais: la masacre de 16 detenidos itidefensos en la Base Almirante Zar de 4b Marina de Guerra en la ciudad dé Trelew, ef dia 22 de agosto de 1972, La estructuracién del terrorismo paraestatal alcanza su verdade. desarrollo a través de los sectores hegeménicos del peronismo de fecha, en conjuncién con las Fuerzas Armadas y de seguridad, El 20 de junio de 1978, durante el breve gobierno de Héctor J. Caémpo- 12, los elementos de la derecha peronista cobijados por el ministro de Bienestar So-'l José Lopez Rega, hicieron su aparicién publica en Ia concentra i6n popular con motivo del arribo de Juan Peron ala Argentina, Desde el palco levantado para el acto, realizaron un duro ataque armado contra los sectores de izquierda y juveniles, oca- sionando un néimero de vietimas que, aunque indcterminado por la ausencia de informacién oficial, fue superior a 200, Este sector lopezreguista se fusionard junto con la estructisra para lela de represi6n que desde hace tres aitos viene formando y acaudi- Nando el comisario general Alberto Villar, regresado de la Escuela de Panamid y a quien Perén, tras su acceso al gobierno en septiembre de 1978, designard jefe de la Policia Federal, Nace asi la “Alianza Anticomunista Argentina”, que tiene como jefes a los mencionados (cuenta con los ingentes fondos y armamentos que le Ministerio de Biencstar Social y la integran oficiales Armadas y policiates en actividad, ex policias dados de baja por sus antecedentes delictivos, delincuentes de frondoso pasado, matones wdicales y miembros de las JSP, yJPRA, sectores juveniles del pero hhismo fascista). Si bien su ideologfa es de extrema derecha, st © ponentes son reclutados bajo una atraccion mas convin anizacién para- ry Lopez Rega proporciona el de las Fuerzas le para 25 Eo una sola de estas lesapariciones’ se localiz6 ol eadver posterior mente, 266, Eduardo Luis Duhalde )> cellos que el impcrativo ideolégico: cada asesinato o atentado es sucu- Ientamente pagado con fondos reservados del Estado, \és aparecerd en la provincia de Cérdoba el érica’, con una caracteristica iene una mayor au- wdas y depende mas rdinacién con las tres armas, desempefado por el coronel Se en las Malvinas~, el “Comando Libertadores de América” tiene una dependencia organica del Tercer Cuerpo de Ejército y est4asu frente .r, el capitan Bergez. Este “terror blanco”, pese a su clara dependencia estatal, posee > caracteristica diferenciadora de la etapa posterior la circuns- marzo dé 1976, el terror paraestatal, bajo las siglas “AAA”, “Comando Libertadores de América’, otros nombres circunstanciales 0 en forma ‘ada, realizé en todo el pais més de trescientos asesinatos yse- ‘cuestros de personalidades pol rales, abogados de presos politicos, periodistas, dirigentes Yactivistas obreros, y militantes de organizaciones revolucionarias.** in embargo, esta multiplicidad de crimenes y atentados produ- de una absoluta indefensién fisica y juridica de-los no logré contener ni morigerar {a actividad politica y acha de masas, como se evi bana y la estructuracién de un frente rural en la provincia de Tuc min, el Poder Bjecutivo autoriza la recta de las Fuer Esta actividad militar se hace bajo las, No solo se basa tes, i vyexterminio de La Perla", CADHU, 1981 lista de vietimas, en diarios de la €poca, 7 Ver facsimi >) EL Estado Terrorista arge ° 267 ientos en los poblados cercanos a nes, El propio decreto del PE contiene los tres aspecios en que basa sus planteamientos et prog) Escuela del Canal de Panam: - far en Tucumén tiene las caracterfsticas que se se- jalan en el siguiente testimonio de un prisionero liberado: "Pero sobre todo, este operative sig centros clandestinos de Américas de BE.UU, que Gonceptos basicos de la meld de la subversion; improvisacion de Eonganteacin parson ation mmedi del cont Inerpretacion y d £30 de Integracién; leas Introduccién a propaganda: utilizacién y control de los rumores. 7 contrainsurgencia urbana: terrestres. 8) Ejercicio de contrainsurger eoriay estrategias: Ideolos 268 Eduardo Luis Duhalde )) D) EI Estado Tervorista argent Precisamente, la Hamada ‘escuelita de Famailld’ tiene el extratio privi- Jegio de haber sido el primer campo clandestino de concentracién de prisioneros, y su funcionamicnto es anterior en casi wn aio al lanza- I, de este tipo de politica represiva Ea este contexto es que el SIC (Servicio cle Inteligencia Confidencial) ‘comienza a operar. Por tanto, su modo principal de accionar es la reite- ién impune de la met fa: secuestro-) EI Fstado Terrorista argentino En una palabra, el sometimiento del Poder Judicial fue total la in- defensin de los ciudadanos, carentes del amparo jurfdico, absoluta, 4) La destitucién de las autoridades y cuerpos representativas. era accién publica del golpe de Estado, la des- inte de la Repiiblica, la disolucién del Congreso n de los poderes provinciales y municipales. era Acta Institucional por la que se constituyé la ydeclaré Constituy6 la tituci6n de la Presi Nacional, la abrog Asilo dispuso la Junta Militar que asumié “el poder politico de la Repti ‘caducos los tos de las autoridades del Estado. Millarcs de puestos pitblicos de direccién en el orden naci provincial y municipal, como en las empresas del Estado o sociedades los por militares en actividad o en retiro. La desarticulacion de la sociedad politica y civil Como hemos sefialado al comienzo de este trabajo, tomamos como una nocién amplia del Estado, que no reduce su conc cidn a su estructura juridico-formal ~de cardcter coercitivo= sino que incorpora como parte integrante de este a los aparatos ideolégicos que, formando parte relevante dentro del bloque de poder, son los instrumentos constituyentes y reproductores de la ideologfa en que se funda la hegemonia que ese bloque ejerce sobre el resto de la so- ciedad a través del Estado. Para decirlo con palabras de Gramsci, el Estado es la hegemonfa acorazada de coercién. La crisis de hegemonja dentro del bloque de poder dominante en la Argentina hacia la mitad de la década del setenta fue lo que aceleré el golpe del 24 de marzo de 1976 ¢ impuso una redefinicién de los aparatos ideoldgicos del Estado y su subordinacién a la estructura mi litar coercitiva situacién explicable, en tanto los aparatos ideoldgicos del Estado, a diferencia de los apatatos represivos que pertenecen a la esfera del poder puiblico, se encuentran indiferenciados entre el dominio pablico y privado y pertenecen a este iltimo sector: la Igle- sia, el campo de la educacién, las estructuras organizativas politicas, empresariales, sindicales y culturales, determinados estamentos pro. fesionales, los medios de comunicacion, etcétera, Aceptando cc no vilide que el Estado moderno es la combinacién de coercién y hegesnonia y que también es la suma de la sociedad politica adyertimos la trastroca mixtas, fueron ocuy 8) EL sometimiento det Poder judicial El Poder Judicial argentino fue totalmente afectado por el golpe de Estado, En el “Acta para el Proceso de Reorganizacién Nacional’, articw. 105, se dispuso: “Remover a los miembros de la Corte Suprema de Justi- ‘cia de la Naci6n, al Procurador General de la Naci6n y a los integrantes de los Tribunales Superiores provinciales’. También se puso en comisién, ala (otalidad de sus miembros, lo que signifiee que el Poder Militar se atribuy6 la facultad de remover a todo juez desafecto, sin necesidad de Juicio previo ni de invocacién de causa alguna de inconducta Por su parte, el “Estatut: para el Proceso de Reorganizacién Na- cional” estableci6: “Art. 9. Para cubrir vacantes de jueces de la Corte Suprema de Justi Procurador General de la Nacidn y Fiscal General de la Fiscal cional de Investigaciones Administrativas, el Presidente de la convalidaré las designaciones efectuadas p Los nombramientos de los jueces de los cin seran efectuados por el Presidente de la NaciGn’ stitutivos del mente domninante ~brutalmen. te asentado sobre el terror~ y la hegemonia aparece absolutamente se- cundarizada, donde los aparatos represivos del Estado se convierten al tiempo ent su principal sustento ideol6gico y los aparatos ideo- ligicos tradicionales ya no son los aseguradores de la hegemonia en la | sociedad del bloque de poder dominante, son tan solo los legitimadores dela coaccién desnuda, apelando a razones iltimas y justificantes, Pero, al » para que es0s apatatos ideol6gices -cuya crisis con anterioridad al golpe de Estado del '76 ha sido parte causal de la otra ‘isis mayor, la de la hegemonia del bloque de poder— acepten su papel legalizador del terror y su subordinacién y depencencia F ciso su probada depuracisn y rearticulacién. Depuracig Pplicacién, como si se tratara de cfrculos concéntricos, va produciendo el "control y desarticulacién de toda la sociedad civil, Los nucyos “magistrados" juraron, en todos los casos, fidelidad y acatamiento a las “Actas y Objetivos del Proceso Institueional” dicta das por la Junta Militar, que establecfan como uno de los objetivos bi forme de la Comisin Interamericana de Derechos Hu: manos de la OFA: nacional de todo el Pocler Judicial de la Naci6n com: no jurisdiccional hasta los juzgados provinciales de toda Argentina, Es decir, el Gobierno prescindié del cuerpo juridico encarg: mn de justicia”* 80 Op. cit, p. 241. an m Eduardo Luis Duhalde }) el cardcter de presupuesto nect tauracién del Estado Terrori Un objetivo fundamental y hos constitucionales; la entre otros, ~afs octpado por sus propias Fuer- ladanos, con todos sus derechos conculcados, de una gran circel arbitraria sustentada en la ilegitima “legistaci Baste un ejemplo: E14 de noviembre de 1977, los medios de prensa publicaban un co- municado oficial del Comando del “En las proximidades de Gi nos operarios, uego. Las fuerzas legales cumplian con la misién. impuesta, La simple “incitaci6n a la huelga’, penada con el asesinato, a un ao y medio del golpe de Estado, y rec 8) La disolucién y suspensién de los par ‘p organizaciones politicas xista’, clausurando sus locales, bloqueando sus cuenta incorporando al ps io del Estado sus bienes y valores. Dice el ya citado informe de la OFA sobre este aspecto: tes elegidos por el voto: de la prensa y los ci dadanos en apoyo 0 e1 ndantes liados, en ocasiones, por la Co- de Asesoramiento Legi ‘egrada por nueve oficiales de las tres armas, que prepara proyectos o di mero plano de a formalidad, puesto que en fa Pero en este aspecto el de la represién obrera-, la desarticulas de un aspecto esencial de fa sociedad civil se confunde e ide con el fin estratégico del proyecto terr Sefialaba la CADHU en enero de 1977: “La represién al movi espectficamente constituye el instru- ica represiva encarada por laj y suspension de derechos y garantias de nivel constitucional y otros de no menor importancia ~junto ala violenta 2epresin fisica-, donde en forma directa y desprovista de toda excusa formal se evidencia, quiza con mayor claridad, ido antiobrero y opresor del proyecto mititar en Argentina, demostréndose en forma axiomatica los objetivos estructurales de los reales detentadores del po- der y directos beneficiaries de 1a politica de las Fuerzas Armadas: las tansnacionales y el gran ca ceso, han reclamado para sila direccién y los beneficios de la ‘cconémica y financiera, Para realizar esa ganizar la represién popular, Por su parte, Alain Ro ie proclaman que estin en los puestos de ound uc a contraguerri- la cuat es el pretexto. La moder la raiz de una situacisn centrado en la era postpopulista, como Perén y los res Se percataron, a sus expensas, en 1973, Los aparatos ideol6- ggicos no funcionan més det tuna sociedad con clases claramente delimitadas. Es por esto que la violencia de la lucha antisubversiva va mucho mas alld que los 3s declarados y aparentes. Y ofrece una inesperada oportunidad a todos los que, con diversa >> EL Estado Terrorista argentino 5 respecto del segundo en el marco de las relaciones econémicas interna- Postperonistas, son entonce: mia y de la sociedad argentina’. disposiciones, prot Uuniversidades -clausuradas el 94 de marzo y ocupadas sda ac te asumna forma de adoctrinamiento, propaganda, pro in de cardeter politico 0 grem ocente’, con lo cual se aseguraba el silencio en las casas de e el campo universitario~ que es la cul- Hien materia ediucativa tendiente a lograr el reemplazo de los valores democraticos, libera 10r los de una concepci Los objetivos eran, entre otros: 1erpo docente de elementos, sospechosos de subver jaron bésicamente aquellos que pert mizar fondos 0 que no producian gastos adicionales, com 26 Eduardo Luis Duhalde >) "de os contenilos de ensefianza. 1g0 el propésite de un aumento significativ de los les de investigaci6n, lo que fracas6 sobre (odo por dos causas: 1D por ta reduccién dréstica de fos foncios destinados al ambito de ta icacidn, de modo que falts la base material para un aumento de los es, y) por la Falta de volumtad politica de nombrara docentes e: ficados, pero quizis con ideas politicas indepenclientes. Para expres acleo, se prefirié la med d ‘unida a una condescendencia politica, a la calidad cientifica con pensamientos heterodoxos o politicamente 1 la reforma de los planes de estudio del nivel escolar se- cundatio es ilustrativo analizar, a modo de ejemplo, los contenidos de Ja materia ‘Formacién Moral y Civica’, que se dicta en los tres primeros afios del ciclo secundario. Las siguientes tesis son el resultado de la revisacién de cinco libros de texto, de tres autores diferentes, recomen- dados por el Ministerio Nacional de Edueacién. 1) Se prescinde en los nuevos planes de estudio del pluralismo (en cucs- Sones de credo y concepeién de vida) necesarios para una sociedad democratica, en favor de un sistema de valores y virtues basados cn determinados dogmas de la Iglesia catdlica, a Yeces unilateralmente interpretados, pero presentados como emanados de la ley natural y por consiguiente de validez universal, incluso para los no creyentes. 2) Una preparacién prictica y teérica para la futura lemocracia, que segtin las proclamas militares es la meta final del ‘Proceso’, no figura e {os textos mencionados. Los contenidos tienen en mira la formaeién de ‘sibbcitos virtuosos’ antes que la educacién de ciudadanos emancipados, ‘capaces de critica constructiva y de decisiones prudentes y maduras, Para documentar la primera tesiscito 2 continuacién algunos parrafos de los libros de texto mencionados, en tos que se compara la concep- cin cristiana del hombre con la concepcidn atea, En ellos se definen el rol del hombre y de la mujer en el matrimonio y en la familia: ‘La concepcisn d No ateo pretende explicar al hombre, regul ¥ promover su destino sin ta intervencién de Dios. Y el hombre sin Dios deja de ser hombre. En lugar de exaltar al hombre, lo anonaday en lugar de liberatlo y de asegurar su felicidad, acrecienta su miseria y su servidumbre, El hut manismo ateo conduce a la negacién y a la destruceién det I porque el género humano separado de su Greador se vuelve impotente pars llevar a buen término la obra comin’ )> EL Estado Terrorista argentino cr “Mujer y hombre-matrimonio f Por exigencias psc debe quedar el vardn constituido en autoridad, asumiendo la de la razén y de la diveccién. A la muy ja termura y el amor. De no ser asf, la anaequia y Ia insatisfaccién de sus miembros es un hecho. Negar la autoridad paterna es despedazar la familia, La obediencia de la mujer a la autoridad del jefe de familiz influencia formativa en los hijos porque ven que ello no es disminucién de la personalidad, sino un servicio al bien comin que ese 10 quiere aleanzar lia son entre otros el adultery el Aivorcio; los medios anticonceptivos y el aborto’, Laexistencia legal de la institucidn del divorcio (.,) no solo atenta con- tra ef matrimonio entendido c sino que desconoce, |. Cuando se admite el ey se resiente acarreando consecuencias que inflayen en ta convivencia social: ‘Los medios anticonceptivos ‘Todo empleo de medios anticonceptives es antinatural y, por lo tanto, puede ser calificado como un mal, como un delito, como un desorden en lavida eonyug” J: De este modo se condenan como delito decisiones de conciencia, En otro libro de texto se afirma que: ‘la més reciente estrategia marxista para la conquista de Occidente es la subversion de los valores er nos mediante la Subversién de la perso Goncepto tradicional de familia, mediante el divorcio, ela Jegalizacién del aborto, la permisividadl de la pornografia, etc’ Fundamentacién de ta segunda tesis. Solo en tino de los cinco tibros de texto revisados aparece el término ‘elemocracia’ en el indice, como subcitulo del capitulo, ‘El hombre y sus realizaciones culturales’ 1 capfeulo ‘EI hombre y sus realizaciones polticas’), En escas una pagina y media (el libro tiene 102 pa democracia como ‘0 ideal de vida’. La der 'a de gobierno es explicada como ‘el sistema en el cual el pueblo participa del poder direetamente por medio del voto; en este dikimo caso elige a sus representantes en el Parlamento (diputados, senadores) y a los magistrados Gon esta breve referencia termina la explicacién del funcionamiento de un sistema democratico y se pasa a explicar en forma mucho mas amplia Ia ‘Democracia como ideal de vida’ que, como se hai iente de la forma de gobierno’. Encuadrados mente ¢ impresos sobre fondo de color, abarcando media pagina, 3¢ encuentran a continuacion citas de diversos papas y de Santo Tomas 28 Eduardo Luis Duhalde )) de Aquino, que evidencian que la posicién eristiana (Iéase catdtica) es neutral frente a las diversas formas de gobierno, Cuando en los libros mencionados se habla di hombre en relacién capftulos, y esto vale por igual para los -xtensos catlogos de virtudes primarias y idencia de tos autores en este punto muestra que los ineamientos fijados por el Ministerio de Educacion. Faltan ¢n los textos mencionados nociones sobre la estructuracién y ef funcionamiento de una sociedad dlemocratica. La educacion dirt ida a la formacién de ‘stibditos virtuosos’ puede ejemplificarse con Virtudes que se nombran como especialmente li to escolar, a saber: ‘aplicacidn, “dis La aplicacién consiste en poner en la actividad escolar el maximo de esfuerzo y dedicacion, con el finde aleanzar el mejor resultado, ‘La dis pling es el acatamiento del orden establecido por las la escuela. Sin orden no es posible hacer con provecho ninguna tarea’ La docilidad es la actitud interior por la cual no oponemos resistencia ala labor de los superiores, con Ia sociedad circundante, queda esto restringido excl aspecios morales. Muchos de ‘nto alegre y espontaneo de nuestros deberes escolares, el estar siempre prontos para hacer lo que se nos indique, el colaborar ré: ida y sinceramente con los superiores son todas manifestaciones de esta docilidad que fac esa virtud por la cual se acepta el orden jer blecido y se cumplen las érdenes que de este provienen"3*. 8 la cita se justifica por la importancia que tiene mostrar la ideologia d ien, mas palpable en el campo de la ‘educacion que en otras materias, &) Control y maniplacin integral de los medios de comunicacin orales,viswalesy esritos La fétrea censura de prensa impuesta, el cierre de periGdicos y revistas, la intervencién militar a distintos medios de difusién, Ia Clausura de editoriales y el control de los libros publicados, el proce- samiento de los responsables de no respetar la voluntad dictatorial 36 Spitta, [BL Proceso de Reorganizacién Nacional, 1976 a 1981: ls objetivos ‘ésios y sus realzaciones. Ensayo sobre elemento dela reatidad politico-cial cotidiana bajo un régimen militar, Frankfurt, 1982. Los textos wtilizados en esta parte del andlisis son los siguientes: Blas Barisani, "Formacién Moral y Civica" 1 Roberto N. Kechichian, "Formacién Moral y Civica 3° y Angela Luchento, “For. macién Mor ica 8" todas ellos editados en Buenos Aires | )) El Estado Terrorista argentino 2 y la det restro de periodistas, escritores, cineastas, ete., fucron las formas mas evidentes que adquirié la acci6n dictatorial en este campo. Pero no fue menos importante la manipulacién de la opinién pui- blica de de esos medios tendientes a lograr la intoxicacién colectiva y determinados niveles de consenso. Las campafias psicol6gicas contra la “subversién’, inculpéndola de todos los males de la Repatblica, fue 1 primer objetivo. Al mismo ticmpo, se inicid una accién psicolégica general tendiente a la mutacin de los valores sociales y ala introduc- cidn, como eje central de fa vida ciudadana, “del interés individual y la competitividad” como opuestos a la solidaridad colectiva. Se fo~ ment6 incluso la delacién de familiares y allegados. El estaclio hecho sobre la utilizaci6n en la television argentina de Ja propaganda directa y subtiminal, asf como también el efecto diso- ciador expresamente buscado a través del uso de la imagen y selec- n de noticias y la escala de valores dados a cada acontecimiento informativo es altamente revelador del desarrollo alcanzado en esa ‘manipulacién de la opinién publica.” manipulaciones masivas del régimen. Sobre ellas, deberan escribirse muchas paginas y muy graves imputaciones habri que formalara la dictadura por la tramposa y siniestra utilizaci6n de Jos sentimientos antiimpcrialistas y nacionales de nuestro pucblo esa criminal aventura de la guerra del Atlintico Sur, que desembo- ‘card en una gran frustracién y desesperanza colectiva convertidas en odio ¢ indignacién generalizado. Pero estas no han sido las inicas grandes manipulaciones “puntuales’ Con motivo de la visita de la Comision Interamericana de Dere- chos Humanos (CIDH) de la OFA, se instrumenté una campaiia de rechazo de esta “injerencia extranjera’. Se hicieron, por parte de la ictadura, millones de calcomanfas que deefan “los argentinos somos derechos y humanos’, instando a la poblacién a exhibirlas cn los ne- gocios, medios de transportes y otros lugares piblicos. Coincidentemente, el equipo juvenil de fitbol gané el torneo mun- dial celebrado en Tokio. Ello fue aprovechado por el régimen contra la delegacién de la OEA y los familiares que formaban, dia y noche, largas colas para formular sus denuneias. Al respecto, narra el periodista francés Jean-Pierre Bousquet en ese entonces, correspon sal de France-Presi en Buenos Aires: “BI ids ferviente relator deportivo que tiene el régimen, José Maria ‘Murioz, esta en su puesto ante el micr6fono de la radio més popular de ST CADHU, informe ante la UNESCO, 1978, 280 Eduardo Luis Duhalde >) ia mas ancha de Buenos Aires y del mundo. Mufioz, pegado asu micréfono, vaa lanzara la moult ‘Avenida de Mayo, con la complicidad de vehiculos en la maitana por la tan cara a sus desve- 180 los camiones de las empresas son puestos a disposicién de los obreros para que puedan expresar st Aires y, especialmente, por la Avenida de Mayo. Delante de la sede de a silenciosa, prudemtemente ordenada, for. mada en su gran mayoria por mujeres maduras do Algunas rechiflas estallan ante las madses que esperan. Pero muy po- cas. Algunos provocadores vienen desde la vereda o desile sts coches res no reaccionan, Los més wrnaval, Quieren-que ide, los juristas dela \cidn de autos esté totalmente blo los dirigentes del régimen-, esa es la Argentina, esa alegri nea; no deben creer en aquellos que quieren daflar nuestra imagen" 38 Bousquet, Jean Pierre: Las Locat de la Plaxa de Mayo, 1983, p, 154 y ss, |, Buenos Aires, ° 28 ) El Estado Terrorista arge 6) Alague a estamentos profesionales de rlevancia social: abogades,peridistas, picilogos, la Iglesia popular, educadores, escritores, actos, el, uperes , debe ser analizada desde la perspectiva indicada de control de la so- cies El plano de la normatividad fue totalmente insuficiente: no alcanzaba para desar yos elementos a, sin aparentes pardmeu jue nadie podia tener seguridad nor. En tercer lugar, la re Veamios algunos hechos ejemplificat sefalado: EI 30 de abril de 1976, en La Cal transportadas, por orden d Luciano Benjamin Menéndez, queman hogucra se entremezclan las obras le Marx, de Prévert, Freud, Gramsci, Proust, Garcia Marquez, Cortizar, Pablo Neruda, John ia tilizacion escolar del vocablo ‘veetor’ por pertenecer sminologfa marxista. Una censura hermética impidié la propa- de los abusos, y el pasaporte falso se cotizé a 5.000 dares Ja imperiosa necesidad de Lantos por escapar del pats. Se pers valores convencionales de la sociedad sta solamente por serlo.Y los Ford Fal- én de color verde, sin matriculas, se desparramaron por las calles cel Gran Buenos Aires y de Cérdoba, dando a esta guetta por el frente interior su auténtico sentido: vietimas ~desaparecidos- pot sospechosos de liberalismo, B80 Prieto, Mastin: en Pay Madrid 1° de mayo de 1983 282 Eduardo Luis Duhalde )) pa comenzado el recuento de estos afios de cruel igno- minia. Dice por ejemplo, el diario Clarin de Buenos Aires: “Mientras en la radio empezaban a campear los temas y las listas de prohibiciones ~que llegaron 6 jento era artisticamente inaceptable~ la prensa escrita sufria la represi6n y la censura de multiples manera. El celo de la censura ya no era solo negativo ~en cuanto a lo que no se podia decir~ sino positive, en cuanto-a lo que si se debia decir", ‘Tras sefalar la multipt “La misma forma oculta tenian las listas de prohibidos que circulaban por los medios sin membretes oficiales pero avaladas por la autoridad de los que las distribufan (..) Nunca se dieron, ni se dan atin hoy, ex plicaciones de ningiin tipo ~relata el consagrado autor Roberto Cossa~ i r ejemplo nadie te dice que ests prohibido, Pero directamente no te llaman. Se sabe que las listas existen, a pesar de que siempre lo negaron. En los medios privados lo que habia era mucha autocensura, lo mismo que entre los empresarios teatrales. Fs de agin modo entendible porque se vivia en un clima tan represivo que no solo se arriesgaba la suerte de un espectéculo, sino que se arries- gaba la propia vida. Las prohibiciones, por otra parte, eran muy poco laras, como en una nebulosa"! Este temor generalizado posibilité la represién fisica de estos sceto- ressin que ellos estuvicran en condiciones de reaccionar corporativa- ‘mente y, al mismo tiempo, impulsar la reaccién social colectiva como freno al terrorismo de Estado. Giento veintidés abogados, noventa y siete periodistas, un obispo, mas de veinte sacerdotes, monjas y seminaristas, varios centenares de profesionales universitarios, hombres de la cultura y docentes en general, ascsinados o detcnidos-desaparecidos integran las listas par- les que deben tomarse como meramente referenciales puesto que el nsimero total de vietimas es notoriamente muy superior a los casos registrados por los organismos humanitarios. 40 Glarin Revista, 29 de mayo de 1988, "La censura en ta Argentina’. [> ET Estado Tervorsta argentino Capitulo IV Estructuracién de la faz clandestina del Estado ‘eciso implementar la faz.clandestina del Estado, Para ello se requiri6 basicamente: presiva ilegal pero, al mismo tiempo, descentralizada, para ase- gurar su eficacia, 9) Una infraestructura capaz de conservar su confidencial «) La iimpunide” necesaria en el accionar. ‘Veamos en detalle cada uno de estos supucstos: lad, 1. La doctrina del Estado Terrorista En la IX Conferencia de Comandantes de Ejércitos Amer Iebrada en Montevideo a fines de 1975, el general Jorge Rafael Videla, entonces comandante en jefe del Kjército, a pocos meses de dar el gol- Pe de Estado del 24 de marzo de 1976 que lo colocarfa en la presiden- cia de la Repéblica, anunciaba que en la Argentina tendré que morir la gente que sea necesaria para que se retome la paz. Su postura era acorde con la politica imperante en dicha conferencia, que segiin dos estudiosos norteamericanos se basaba “en la necesidad de una enérgi- ca fuerza represiva y de un régimen de terror institucionalizado para ‘proteger al hemisferio de la conspiracién comunista internacional"™** El general Vicela anticipaba, asf, asus pares, que estaba en marcha tuna cuidadosa operacién de estado mayor, meticulosamente prepa- tada, Dird al respecto uno de los hombres que més ha contribuido a desenmascarar al terrorismo de Estado en la Argentina, el presidente del CELS, Emilio Fermin Mignone: "Esto fue lo pactado en septiembre de 1975 por k ‘cuando los tres comandantes en jefe aprobar {a guerra antisubversiva, para cuya aplicacién se requerfa el derroca- miento previo del régimen constitucional, asumiendo el poder mi las atribuciones del Kjecutivo y del Legislativ, y ejerciendo un control estricto del poder Judicial. En funcion de ese pacto, y aunque ta re- resign de la guerrilla podrfa haberse ase} ventajosamente me- ance la aplicacién de procedimientos legales, los wilizados ~dirigi

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