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Xóchitl Guadalupe Rangel Romero

Universidad Autónoma de San Luis Potosí

Revista Alter, Enfoques Críticos • Año IX • Núm. 18 • julio - diciembre 2018

Correo electrónico:
xochithl.rangel@uaslp.mx

La niñez y su evolución
en la historia

Palabras clave: Resumen


niñez, niño, sistema de A lo largo de la historia de la humanidad, la niñez ha sido borrada
menores.
de un pincelazo en razón de que no se reconocía su importancia.
Fue a partir del siglo XVIII cuando se le otorgó un valor a la figura
del niño, lo cual dio como derivación que se le considere un
sujeto de derechos y obligaciones. Se establece que la niñez,
a lo largo de su desarrollo histórico, estuvo subsumida en un
no entendimiento, tanto de la sociedad como del mismo Estado,
razón por la cual existió una niñez que fue olvidada y brutalmente
alejada de toda intervención social y estatal. Entender la historia
de la niñez a través de su desarrollo histórico implica conocer por
qué esta fue alejada de toda prerrogativa y derecho, y por qué,
después de una deconstrucción, raíz de una pugna intelectual,
su reconocimiento se ha ganado con base en la creación de todo
un modelo de protección para la niñez.
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Keywords: Abstract
childhood, child,
Along the history of the humanity the childhood was erased of a brush-
juvenile system.
stroke, this in reason of which it was not recognized its importance; it’s only
from the Eighteenth Century that importance is given to the figure of the
child, giving as a derivation that until then be considered a subject of rights
and obligations. It’s to be established that childhood throughout its historical
development was subsumed to a lack of understanding, both of society and
of the State itself. Reason why, there was a childhood that was forgotten and
removed from any social and state intervention. Understanding the history
of childhood involves knowing why it was removed from all prerogative and
right; and because after a deconstruction, at the root of a struggle, its rec-
ognition has been gained on the basis of the creation of a whole model of
protection for children.

La historia de la niñez:
Lo que nunca debió haberse permitido

La historia de la niñez se ve moldeada por los niños menores de dos años, de


abusos, crueldades, masacres y barbaries. En acuerdo con la fecha que los magos
primera instancia, la figura del niño en las cul- le habían indicado. Así se cumplió lo
turas predominantes no había adquirido una que había sido anunciado por el profe-
categoría por sí misma, ni le era reconocido ta Jeremías: En Ramá se oyó una voz,
ningún derecho. Desde épocas antiguas son hubo lágrimas y gemidos: es Raquel,
recurrentes los asesinatos de niños a causa que llora a sus hijos y no quiere que
de adivinaciones proféticas que hablaban de la consuelen, porque ya no existen
consecuencias que acarrearía el nacimiento (Mateo, 2: 16-18).
de un niño, como se ha señalado incluso en
un texto bíblico: También se han practicado sacrificios huma-
nos de niños por dos causas predominantes:
Al verse engañado por los magos, culto a los dioses y malformaciones físicas.
Herodes se enfureció y mandó matar, Esta no era una práctica exclusiva de meso-
en Belén y sus alrededores, a todos potámicos, egipcios o israelitas; según se

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refiere, aún llegó hasta la Grecia clásica, como La condición de niño en una comuni-
lo ha dicho Puig de la Bellacasa (1999, s/p): dad “estaba determinada por su pertenencia
“llegaban inclusive al aniquilamiento de los a una familia y como tal se consideró en las
niños que padecían algún tipo de malforma- primeras atribuciones de derechos subjetivos
ciones, dado que si algún ser humano nacía que lo excluyeron como titular individual, in-
con defectos se le arrojaba al monte Taigueto cluyéndolo en la esfera paterna” (González
en razón de que solamente eran aceptados Contró, 2012, p. 4). En particular bien se pue-
dentro de la comunidad aquellos que fueran de vincular con las especificidades que en
puros en su aspecto físico”. Asimismo, en Roma se establecieron. Por ejemplo, se cono-
Esparta se acostumbraba que un consejo de ce que la condición del niño romano estaba
ancianos decidiera sobre la vida o muerte del intrínsecamente relacionada con la situación
niño. Lo que interesaba en estas culturas era de la familia; el niño se encontraba someti-
“que el recién nacido […] tuviera capacidad do a la patria potestad y era considerado un
de sobrevivencia y de convertirse en ciuda- ser que necesitaba a toda costa protección
dano” (González Contró et al., 2012, p. 4). En porque tenía limitada su capacidad de razo-
muchas ocasiones, al niño se le abandonaba namiento. No pasan inadvertidas las institu-
“ante la puerta de un domicilio o en algún ciones de la patria potestad y de la filiación
basurero público, a la espera de alguien que en esta parte del desarrollo histórico para co-
quisiera recogerlo. Esta práctica era legítima y nocer que, en la institución romana, el jefe de
común en los casos de hijos con malformacio- familia era quien ejercía la patria potestad so-
nes, de los pobres por carencia de recursos, bre sus descendientes, que fue creada para
y en la clase media con el objetivo de concen- “proteger los intereses familiares en todos los
trar los esfuerzos en un número reducido de sentidos […] todos los derechos estaban de
hijos” (González Contró et al., 2012, p. 5). su lado y todas las obligaciones del lado de
las personas sometidas a él, y este someti-
La práctica del abandono de hijos miento no cambiaba por razón de la edad”
(expósitos), según Buenaventura Delgado, (Morineau Iduarte et al., 1993, p. 61).
se postergó hasta el siglo XVII (cfr. Delgado
Buenaventura, 1998). Los recién nacidos se En los orígenes de la institución de la
encontraban sometidos a una voluntad exter- patria potestad, los derechos del pater fami-
na que decidía sobre sus vidas; el niño, como lias eran prácticamente desmedidos, incluso
tal, no tenía ningún derecho por sí mismo. En llegó a tener “derecho de vida y muerte so-
el desarrollo histórico-jurídico del niño se ha- bre sus descendientes, así como el hecho de
cen latentes las grandes agresiones hacia su poder emanciparlos a una tercera persona”
dignidad e integridad. Esta voluntad externa (Morineau Iduarte, 1993, p. 62). También es
era, por lo general, en dos sentidos: el conse- necesario acotar que la institución de la patria
jo de ancianos, máxima autoridad dentro de potestad se convirtió gradualmente en una re-
las culturas predominantes, y la figura del pa- lación que otorgaba mayores derechos, aun-
dre como imperio que tenía derecho de vida y que para tal otorgamiento tuviesen que pasar
muerte sobre sus descendientes. varias décadas.

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La institución de la patria potestad per- pasaba por una serie de pruebas de
mite ver de primera mano varias especificida- iniciación; de éstas la más terrible era
des, entre las que destacan, primero, la figura la krupteía: obligación de llevar du-
del niño dentro de la familia como propiedad rante un tiempo una vida clandestina
de esta y, segundo, el niño siempre sometido y matar por la noche a un ilota […]
a la voluntad del pater familias y, en conse- (Grossman Eloisa, s/f, s/p).
cuencia, una total ausencia de derechos.
Se observa con claridad que la instrucción
Es necesaria una alusión: según se ha escolar se encaminaba al logro de la trans-
referido, “los primeros escritos en los que se formación del niño en un hombre adulto y a
menciona a la infancia fueron dedicados a la condicionar a la niña a la figura de ser ma-
educación” (González Contró, 2012, p. 6). Por dre. Prácticamente, no existía una condición
esta razón, a través de estos es posible enten- propia del niño, como a la fecha se conoce,
der los destinos diversos por los cuales era es decir, con características y cualidades pro-
encaminado el niño. Es menester, entonces, pias, razón por la cual se afirma que la niñez
detenernos un poco en esta parte de la his- fue borrada de un pincelazo.
toria para comprender cómo la sociedad y la
familia divisaban el futuro del niño. Ahora bien, como lo refiere Petrie, “los
hijos de los esclavos, tanto los de servidumbre
Uno de los mayores referentes se en- como los personales, carecían de derechos,
cuentra en la Grecia clásica, donde los niños porque legalmente no eran más que muebles”
y las niñas se encontraban bajo el cuidado (cit. en González Contró, 2012, p. 7). Por lo
de la madre. En esta etapa, el niño y la niña tanto, la vida y el desarrollo de los niños que
desarrollaban su pensamiento mediante can- se conocen en esta etapa únicamente repre-
ciones e historias, todas inspiradas en la mi- sentan a una parte de aquellos niños que por
tología griega. En Grecia, las niñas aprendían, una condición de familia lograron ingresar a la
junto con otras mujeres, el arte de los trabajos historia. Sin embargo, se deja de lado a una
domésticos, mientras que los niños recibían pluralidad de niños y niñas esclavos.
una educación inspirada en virtudes.
En Roma, la situación no cambió mu-
En Esparta: cho. La educación caminaba en el mismo
sentido: transformar al niño en un hombre
[…] la educación de los niños era adulto. En el Imperio Romano:
asumida por la ciudad desde los siete
años. Bajo la dirección de los paido- […] a los 12 años los destinos de los
nómos eran sometidos a un verdadero niños y niñas se separaban, así como
adestramiento, que tenía por finalidad el de los ricos y pobres: los romanos
inculcarles virtudes cívicas y militares. de 12 años de buena familia deja-
A los 16 años, el joven ya podía hablar ban el nivel elemental de enseñanza;
en las asambleas, y hasta los 20 años y bajo los cuidados de un gramático

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[…] estudiaban a los autores clásicos La etapa de la niñez, por lo menos en esta
y la mitología […] A los 14 dejaban los parte de la historia, estaba encaminada a bo-
rasgos infantiles, teniendo derecho a rrar a la infancia. Se aprecia, del discurso de
todo lo que quisieran. A los 16 o 17 la historia, que el niño era considerado una
podían optar por una carrera pública o sombra a la cual ni la familia, ni la sociedad,
entrar en el ejército. No existía mayoría ni mucho menos el Estado, apostaban por él.
de edad legal, no había tampoco me-
nores, y sí impúberes que dejaban de El recorrido de la niñez:
serlo cuando podían afeitar su primer Del siglo II al siglo XIX
bigote y tomar vestimentas de hombre
[…] (Grossman Eloísa, s/f, p. 69). A lo largo del siglo II comenzó a cambiar la
percepción sobre el niño. En esta etapa de
En el caso de las niñas, “a los 12 años se la historia, se difundió una nueva moral sobre
consideraban como de edad núbil, consu- el sexo y las prácticas sexuales que impac-
mándose el casamiento como máximo a los taban más a los niños: “el sexo como tal se
14 años en que ya se consideraban adultas” consideraba un pecado y un placer. Los mé-
(Grossman Eloísa, s/f, p. 69). Al igual que en dicos indicaban […] agotar en los jóvenes la
Grecia, a la niña romana se le enseñaba a ser energía venérea. Así mismo se debía evitar la
madre, sin ninguna aspiración más que con- masturbación ya que ésta favorecía una ma-
cebir y casarse. Ante ello, se menciona que durez sexual precoz y por lo tanto imperfec-
no existía la categoría de niño como tal, y ta” (Grossman, s/f, p. 69). Es preciso traer a
ellos pasaban inadvertidos en razón de que la colación que a lo largo de esta etapa (que se
sociedad romana necesitaba adultos que se transpola a los siglos XV y XVII), por lo menos
integraran a las cuestiones bélicas. Los niños en sus inicios, se hizo invisible el desarrollo
nacían para convertirse en parte productiva psicosexual del niño en razón de que se li-
de la ciudad a corta edad, transformados en mitaba no solo a que él explorara su cuerpo
hombres adultos, y las niñas nacían para con- como tal, sino que además era un tabú el tó-
vertirse en futuras madres. pico de la sexualidad y el niño en este pasaje
histórico, que se postergó durante siglos.
En la Antigüedad, hacia la Edad Media:
Entre los siglos II y V tuvo lugar una eta-
[…] la mortandad infantil fue muy pa de una muy marcada religiosidad. “Con la
elevada: enfermedades, mala alimen- expansión del cristianismo […] los principios
tación, atención y trato inadecuados de la religión comienzan a ser reconocidos
y por accidentes (descuidados). Por […]. El espíritu cristiano obliga a practicar las
eso, el niño de pecho era relativa- obras de misericordia que derivan del princi-
mente poco valorado y sólo adquirían pio de piedad” (González Contró, 2008, p. 25).
valor los niños que habían superado Ello dio como corolario que se extendiera, por
los 4, 5 o incluso 6 años (Enesco parte de la Iglesia cristiana, no solo la ayuda
Ileana, s/f, s/p). espiritual como tal, sino también una misión

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encomendada basada en las enseñanzas de sino también por una religión politeísta, por
Jesús. Uno de los cambios consistió en “ele- lo cual las manifestaciones antagónicas al
var a la niñez a una condición igual a la del cristianismo tardarían en consolidarse en las
hombre, su declaración: De los tales es el rei- sociedades antigua y medieval. Asimismo, se
no de los cielos, fue el golpe maestro con que menciona que “por influjo de la religión cristi-
refutó para siempre la opinión […] respecto na, el hecho de dar muerte a los hijos empe-
de los niños” (Fletcher et al., 2008, p. 38). zó a ser considerado como un asesinato por
las leyes romanas cara [sic] en el 374 d.C.”
Con la nueva doctrina implementada (Suárez Sandomingo, 1999, s/p). No se sabe
por el cristianismo comenzaría la visión de a ciencia cierta si lo anterior se debía a una
que los hijos son un don otorgado por Dios protección para el niño como tal o a la conde-
a los padres, y que estos tienen el deber de nación del alma de los padres que cometían
cuidarlos y protegerlos. Sin embargo, como infanticidio.
bien lo ha puntualizado Richard y Lyman:
Desde el siglo VI hasta el siglo X, el
[…] los Padres de la iglesia, partien- niño continuó sin adquirir una categoría es-
do de ciertas ideas de los pensadores pecífica. Las incursiones del cristianismo
clásicos, fomentan la compasión por mejorarían parcialmente su situación; sin
los niños afirman que tienen alma, son embargo, como se mencionó en líneas ante-
importantes para Dios, son educables, riores, queda en duda si a causa de las ca-
no se les debe dejar matar, lesionar racterísticas o cualidades propias de niño o
ni abandonar son muy útiles para la debido a que los padres eran temerosos de
propia imagen de los padres. Esto no que su alma se viera condenada. Al igual que
quiere decir que la situación de los ni- en la antigüedad, los índices de mortandad
ños mejorara automáticamente (cit. en se incrementaron de manera considerable en
Suárez Sandomingo, 1999, s/p). razón de las guerras, enfermedades (pestes),
mala alimentación, entre otras cuestiones, lo
Por esta razón fue fundamental que la Iglesia que dio como derivación que la población en
y sus ministros comenzaran a fomentar la mi- esta etapa de la historia disminuyera abrup-
sericordia a la infancia, incluso a las mujeres tamente. Según Mónica González Contró,
viudas. Sin embargo, “las recomendaciones “la esperanza de vida era tan solo 30 años,
de los doctores de la fe en este sentido tar- por lo que se favorecía la procreación y se
daron mucho tiempo en llevarse a la práctica” valoraba a la mujer por su fuerza reproduc-
(Suárez Sandomingo, 1999, s/p). Es preciso tora. Por ejemplo, la pena por asesinato se
señalar que la falta de ejercicio de estas prác- elevaba si la víctima era una mujer en edad
ticas se debió en mayor medida a que la so- de concebir, además de que en la guerra el
ciedad de ese tiempo se encontraba inmersa niño y la mujer eran un botín muy preciado”
en la incredulidad. No hay que olvidar que, (2008, pp. 26-27). El reconocimiento de los
por épocas, esas comunidades estuvieron derechos del niño y de la mujer en esta par-
dominadas no solo por los grandes imperios, te de la historia se consideraba nulo, pues

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ningún derecho les era reconocido; los niños se puede apreciar con claridad que esta no
(también las mujeres) seguían supeditados a era particularizada al niño o relacionada con
una fuerza externa que ejercía sobre ellos un las cualidades y características propias, sino
poder de domino. Es importante manifestar que se impartía como si el niño tuviese for-
que del niño, la niña y la mujer únicamente zosamente que entenderla y comprenderla.
se aprovechaban el servicio que estos pu- Prueba de lo anterior es que, a lo largo de va-
dieran ofrecer (entendiendo por servicio su rios siglos, la mayoría de las enseñanzas de
mano de obra, su función reproductiva, entre contenido religioso se impartía en latín.
otros). Por esta razón, en esta etapa histórica
era latente el desprecio de su dignidad como En esta etapa del desarrollo de la
seres humanos. Es pertinente mencionar lo humanidad, por lo que toca a los niños, se
escrito por Abad Bérulle en el siglo XVII: “No acostumbraba que los padres de estos los
hay peor estado, más vil y abyecto, después ofrecieran a los monjes con dos propósitos
de la muerte, que la infancia” (cit. en Enesco que se consideran fundamentales: “para
Ileana, s/a, s/p). que se los educasen y se los restituyesen
después y, otro, para que les iniciasen en la
El historiador francés Jacques Le Goff vocación religiosa como oblatos” (Suárez
elaboró una tabla de las maneras de margina- Sandomingo, 1999, s/p). Incluso, se ha men-
ción imperantes en la Edad Media que recoge cionado que la vocación religiosa del niño
la diversidad de categorías de exclusión de un era una imposición a la cual este no podía
ser humano de una comunidad. Para el caso rehusarse. Se dice que esta práctica siguió
del niño, este se colocó en la condición de hasta avanzado el siglo XII. En este periodo,
los “despreciados”; compartía lugar con los la voluntad del niño de profesar y acogerse a
pobres, los viejos, las mujeres, los bastardos, una religión estaba supeditada a la voluntad
entre otros (Suárez Sandomingo, 1999, s/p). de los padres, que lo obligaban a profesarla,
Si al niño no se le reconocía ningún derecho, situación que sigue viva incluso en el siglo XXI.
obviamente estaba exento de ser parte inte-
grante de una sociedad. En esta categoría, Con la incursión de la Iglesia y sus
al niño se le describía como una carga para prácticas religiosas devenidas de las ense-
la comunidad y para la familia, en razón de ñanzas de Jesús y sus profetas, se fomentó
que, si no aportaba nada a la familia, menos la asistencia social que se otorgó a la Iglesia
lo haría a la comunidad. Ahora bien, en la so- a través de los Concilios, en los que “se pro-
ciedad medieval, “el sentimiento de infancia curaba dar forma a las necesidades de pro-
no existía, no había conciencia de la particula- tección de los desamparados y los pobres,
ridad infantil, distinguible entre el niño recién con especial atención a los niños” (Suárez
nacido y el adulto, La idea de infancia estaba Sandomingo, 1999, s/p). La intención par-
ligada a la de dependencia” (Grossman, s/f, ticular de estos Concilios se encaminaba a
p. 70). Es decir, no había una preocupación acoger dentro de sus paredes, no solo a ni-
por el niño como tal. En el tema de la educa- ños en específico, sino también a los pobres,
ción que se impartía en esta etapa histórica, enfermos, mujeres viudas, entre otros. En sus

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orígenes, los Concilios atendían a cualquier cia a la expansión de la familia que era causa
persona que acudiera a estos; sin embargo, de que en muchos castillos feudales existiera
con el devenir de los años, se marcó la ten- un espacio para que las nodrizas descarga-
dencia de la especialidad en la causa. En el ran [a] la madre de la labor de la lactancia,
caso particular de los niños, estos Concilios de manera que esta pudiera quedar en cinta
evolucionaron a los orfanatropios, que fueron lo antes posible” (González Contró, 2008, p.
destinados para los huérfanos. 29). Una mención especial merece el tema de
las nodrizas o niñeras en esta etapa históri-
Desde el siglo XI hasta el siglo XIV, la ca. Este tópico adquiere una gran relevancia,
educación continuó brindándose en los mo- pero es preciso mencionar que la nodriza no
nasterios, que eran los encargados de ofre- podía ser cualquier mujer, sino la que cubrie-
cer la ayuda espiritual a los evangelizados ra ciertos requisitos, además de ser aceptada
y tenían la encomienda de conversión de por el padre de familia, pues en ese tiempo
los infieles. Para el caso de los niños cuyos se consideraba que “mediante la leche po-
padres así lo decidían, la formación de es- dían transmitir al bebe algunas características
tos continuaba dentro del claustro. En estas del temperamento” (González Contro, 2008,
épocas era importante mantener la seguridad p. 29). Asimismo, se hace alusión a una di-
de las tierras y de la familia en sí misma. Lo versidad de prácticas de crianza; por ejem-
anterior dio como resultado que las familias plo, McLaughin refiere “el fajamiento como
fueran muy extensas. Precisamente por la práctica de crianza, con el fin de evitar defor-
encomienda de cuidar los bienes familiares, maciones en los miembros; así como para
en esta etapa histórica se valoraba en de- conservar el calor corporal” (cit. en González
masía que el padre tuviera muchos hijos. El Contró, 2008, pp. 29-30).
niño crecería para convertirse en un hombre
adulto que ayudaría a proteger las tierras y Muchas han sido las creencias por las
las trabajaría; la niña crecería para casarse cuales los niños y las niñas han padecido. No
y que el esposo y los hijos de ambos pasa- pasan inadvertidas las prácticas de crianza
ran a integrarse en la familia con el objeto de específicas para niñas, desde la denominada
aportar a esta y extenderla aún más. Ello dio “los pies de loto”, que se extendió hasta el
como consecuencia que los hijos se valora- siglo XX (cfr. Amnistía Internacional, s/a, s/p),
ran más que las hijas, porque estos, junto con hasta la mutilación genital femenina, que a la
los otros miembros masculinos de la familia, fecha se sigue efectuado en algunos países.
protegerían los territorios de quienes preten-
dieran apoderárselos. Además, se valoraba la En España, por ejemplo, se creó la fi-
figura del niño (masculino) porque era él, y no gura del “padre de huérfanos”, por Pedro IV,
otro, quien daría continuidad a la estirpe. cuya misión particular era:

La encomienda de la mujer en esta […] proteger y reprimir a los niños


etapa de la historia fue la de concebir. Se alu- abandonados. Para realizar esta doble
de que a tal grado se manifestó “esta tenden- función debía visitar cada semana los

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lugares públicos y detener a los huér- de niños continuaron. Desde el siglo XIV exis-
fanos, vagabundos y gente de mal vi- tió, según las fuentes, una crisis económica
vir y llevarlos a una casa común para extremadamente severa, que no solo orilló a
que aprendieran algún oficio o juzgar muchas familias a abandonar a sus hijos, sino
a los menores que habían cometido también produjo la desintegración familiar a
un hecho delictivo (González Contró, causa de que el padre se ausentaba del ho-
2008, p. 30). gar para trabajar. En esta etapa histórica con-
tinuaron las misiones de los hospicios. Los
Es justo señalar que en estas épocas la po- niños no podían quedarse para siempre en
breza creció en muchos sectores de la pobla- estos, razón por la cual les era enseñado un
ción, lo cual dio como consecuencia: oficio dentro de los hospicios o algunos niños
eran colocados en hogares, donde eran cui-
[…] la práctica de incorporar al niño al dados; sin embargo, los niños a la edad que
trabajo desde los 5 años (hasta el siglo podían trabajar ayudaban en las casas a las
XIV, muchas niñas de familias pobres que fueron encomendados, a fin de pagar por
son entregadas como sirvientas a los el cuidado que se les ofrecía: las niñas traba-
6 años). El niño es en cierto modo un jaban como sirvientas y los niños en el cam-
esclavo del adulto. Los padres tienen la po. En esta parte de la historia, si la vida para
propiedad sobre él. Pueden entregar- los niños en situación de familia era difícil, la
lo, abandonarlo, venderlo. En el s. XII, vida de un niño de hospicio lo era aún más,
la Iglesia decreta que no se puede ven- porque “el estigma social que pesaba sobre
der a un hijo después de los 7 años. En los niños de los hospicios se observa en he-
Rusia no se prohíbe legalmente hasta chos tales como su dificultad para conseguir
el XIX (Enesco Ileana, s/a, s/p). marido, en el caso de las jóvenes, o en las
continuas fugas de los talleres, en el caso de
La categoría propia de la infancia, por lo me- los jóvenes” (Suárez Sandomingo, 1999, s/p).
nos como se conoce en el presente, no co- Es necesario recordar que en este siglo au-
rrespondía a lo que imperaba en estas épocas mentaron las prácticas de mendicidad con el
en razón de que el niño y la niña eran vistos acompañamiento de niños, en razón de que
como homúnculos que debían aportar a la fa- el ejercicio de la limosna por parte del niño
milia, lo que trajo como consecuencia que las estaba tolerado por el Estado. Lo anterior era
necesidades de estos, por lo menos en esta aprovechado por los adultos que explotaban
parte de la historia, fueran relegadas a un cuar- a los menores, lo cual dio como consecuen-
to o quinto plano. Aquí cabe comentar que al cia, una vez más, el menosprecio por el niño
niño no se le escuchaba y lo que menos im- por el solo hecho de serlo por parte de los
portaba era lo que pensara éste, dado que el mismos adultos.
niño tenía la obligación de ayudar a la familia.
En el siglo XVII comenzó una rees-
Continuando con los siglos XV y XVI, tructuración de la sociedad derivada de la
debo apuntar que las prácticas de abandono caída de la jerarquía social medieval, la cual

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se encontraba en decadencia desde años Al respecto, es pertinente destacar las
antes. Se iniciaron nuevas posturas sobre la ideas de Rousseau expresadas en su obra
moralidad y el niño, que produjeron que a lo Emilio, publicada en 1762, en la que puntuali-
largo de este siglo y hasta los siglos XIX y XX zó que la infancia es parte importante, no solo
se pretendiera protegerlos alejándolos de las para el desarrollo de la persona como tal, sino
tentaciones sexuales, por lo que a la infancia que además es la parte más esencial de la mis-
se le catalogó como frágil, y surgió el senti- ma naturaleza; así lo dejó ver cuando escribió:
miento de responsabilidad moral por parte “Hay quien se queja del estado de la infancia, y
del Estado hacia estos. En esta etapa históri- no se da cuenta de que la raza humana habría
ca, el concepto de los niños abandonados se perecido si el hombre no hubiese empezado
encaminó a convertirlos en parte productiva siendo un niño” (Rousseau, s/f, p. 7). El cam-
para el Estado. Lo anterior se plasmó muy bio en la mentalidad de la infancia no fue una
bien durante el reinado de Felipe IV, cuando categoría aceptada rápidamente. Lo anterior
se estableció que los niños expósitos debían es entendible en parte porque desde siglos
integrarse a la armada, en carácter de mari- atrás la figura del niño había sido relegada a
nero o artillero. su no entendimiento. El mismo Rousseau dejó
clara esta postura: “Apenas el niño ha salido
Los siglos XVII y XVIII marcaron el ca- del vientre de su madre, y apenas disfruta de
mino de cambio de las prácticas educativas la facultad de mover y extender sus miem-
dirigidas a los niños, lo cual ocasionó que se bros, cuando se le ponen nuevas ligaduras”
destacara por primera vez el valor de la edu- (Rousseau, s/f, p. 8). Es necesario particulari-
cación como un medio de crítica hacia aque- zar que la obra Emilio fue aceptada rápidamen-
llos que imponían prácticas durísimas a los te por la alta sociedad francesa, pero quedó
niños. La Iglesia y el Estado asumirían la car- relegada para las clases media y baja.
ga del sistema educativo, que se encamina-
ba, no solo a una enseñanza-aprendizaje en Esta etapa se “podría considerar como
sí misma, sino también al establecimiento de el siglo del triunfo de la institución educativa y,
reglas y disciplina. Se reconoce la necesidad como consecuencia, la infancia queda defini-
de “encontrar un justo medio entre la disci- tivamente separada de los adultos” (González
plina y la conservación de la viveza del niño, Contró et al., 2012, p. 9). La institución educa-
se recomienda el juego como instrumento de tiva logró consolidar a la infancia. Asimismo,
enseñanza, la formación de hábitos, el tra- en este siglo el niño adquirió una importancia
to al niño como criatura racional” (González singular dentro de la familia, como lo señala
Contró et al., 2012, p. 9). En este tiempo co- Philippe Aries: “el niño conquista un lugar jun-
menzó una nueva etapa de (re)estructuración to a sus padres, deja de confiarse a personas
en la sociedad devenida de la Ilustración, que extrañas y se convierte en un elemento indis-
dio como resultado el surgimiento, durante el pensable de la vida cotidiana, todos se pre-
siglo XVIII, de una nueva conceptualización de ocupan de su educación […] de su porvenir
la niñez, derivada de las ideas de los pensa- […] aunque todavía no es el eje de todo el sis-
dores de la época. tema” (cit. en González Contró, 2008, p. 36).

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En este siglo se vieron modificadas al- los niños en situación irregular, mejor denomi-
gunas prácticas de crianza en razón de una nados en algunos momentos como menores
pluralidad de ideas que permearon en las infractores. Si bien es cierto que en el siglo
sociedades de estas épocas; para el caso XIX los enfoques diferenciadores de “pobres”
en particular, “una recomendación importan- y “ricos” se ven difuminados, se transpolan
te fue la lactancia materna para estimular la hacia la doctrina de la situación irregular. Los
creación de vínculos afectivos” (González pobres, los marginados, los niños abando-
Contró, 2008, p. 37). Sin embargo, continua- nados, los niños en situación de calle, entre
ron las prácticas de fajamiento de niñas, que otros, adquirieron en el siglo XIX la categoría
se transpolaron a los siglos XIX y XX. de menores en situación irregular.

Encaminándonos a los siglos XVIII y Como lo ha puntualizado Mónica


XIX, se pondera una distinción entre los hijos González Contró, “a principios del siglo XIX
de los pobres y los hijos de los ricos (tenden- coexisten dos actitudes opuestas respecto de
cia que, me atrevo a puntualizar, es funda- la infancia: la de quienes creían que el niño
mental para la construcción de la doctrina de era por naturaleza malo y había que doblegar
la situación irregular). Los hijos de los pobres su voluntad por medio del sufrimiento, y la de
fueron vistos como desiguales, en contrapo- quienes pensaban (como los seguidores de
sición con los hijos de los ricos, como bien lo Rousseau) que el niño nacía bueno con capa-
afirma Hugh Cunningham: cidades que había que desarrollar” (2008, p.
44). Si bien existía una consideración a la in-
La infancia de los pobres en el siglo fancia, esta fue vista de manera dispar, lo que
XVII,y más aún en el siglo XVIII, fue per- dio como consecuencia, en la percepción de
cibida como un tiempo de adaptación la niñez, una subcultura señalada por la mis-
a los hábitos de trabajo. Incluía cierta ma sociedad y que se convertiría años más
escolaridad, pero ésta estaba supedi- tarde en lo que se conoció como los menores
tada a la función de preparar al niño en situación irregular, noción que se transpoló
para su predestinada vida de futuro. a los menores infractores.
Más aún, era asumido que los hijos de
los pobres constituían un valor econó- Conocer la historia de la infancia per-
mico para sus padres (Cunningham mite el entendimiento de primera mano de la
Hugh, s/f, p. 2). carga patriarcal sobre el niño. Es así porque
su vida y desarrollo fueron olvidados. Tanto
La distinción entre pobre y rico incide de ma- fue alejado de toda prerrogativa estatal que
nera directa en la forma en que estos son la acción del Estado, de la familia y de la so-
vistos por la sociedad. Los primeros eran ciedad en general no se encamino hacia la
percibidos como “una amenaza para el futu- comprensión de la niñez y sus derechos. Con
ro de la raza si no se hacía algo por ellos” base en estos antecedentes de olvido para la
(Cunningham Hugh, s/f, p. 3). Estas ideas ca- niñez, se puede entender por qué a la fecha
minan hacia el siglo XIX en la concepción de el estudio de la infancia es un tema relevan-

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Año IX • Núm. 18 • julio - diciembre 2018

te para las naciones. De ello da constancia de ese año, y consolidó la convicción de que
la Convención de los Derechos del Niño de la niñez es importante; asimismo, se avanzó
1989, instrumento vinculante que consolidó hacia el entendimiento de la doctrina de la
en el mundo los derechos de los niños a partir protección de la infancia.

Consideraciones finales

Es cierto que a lo largo de la historia el niño ha sufrido un latente el menoscabo de su


dignidad como persona y una vulneración total y absoluta de sus derechos. En primer
lugar, el niño, a lo largo del recorrido histórico, no adquirió ningún derecho solo por el
hecho de ser “persona”, de lo que derivó que fuese visto como un “ente” en las sombras
en la sociedad y la familia (en el mejor de los casos). Es preciso resaltar que no adquirió
una condición como tal en razón de su limitada capacidad (así considerada) física e inte-
lectual. En segundo lugar, la niñez había sido invisible para la humanidad, dado que no se
consideraba una categoría a la cual tuviese que reconocérsele algún derecho; es más, a
tal grado se vulneraban los derechos de la infancia que ni a la familia ni a la sociedad les
importaba lo que sucedía con ella, como lo afirma Lloyd de Mause: “cuanto más retrocede-
mos en la historia más bajo es el nivel de atención al niño y más probablemente hallaremos
niños asesinados, abandonados, golpeados, aterrorizados, y abusados sexualmente” (cit.
en Cunningham Hugh, s/f, p. 1). Por último, para el Estado, la situación del niño era una
condición que no ameritaba un tratamiento especial.

La condición de la infancia se abrió en el siglo XVIII. Sin embargo, el cambio en el


entendimiento de la niñez no se produjo de un momento a otro, como bien ha quedado
registrado en las planas de la historia. Prueba de lo anterior es el tratamiento cultural que
a la fecha miles de niñas sufren a pesar de contar con instrumentos internacionales y
mecanismos específicos para la infancia, como en los casos de las ecografías o la brutal
mutilación genital femenina. No menos cierto es que se ha avanzado en el entendimiento
del niño y la niña, en el reconocimiento de los derechos y la protección de estos. Sin
embargo, una protección más amplia de sus derechos continúa siendo el gran reto de los
Estados en pleno siglo XXI. Necesariamente tendrán que ser creados novedosos sistemas
de protección de los niños y las niñas en específico. Lo anterior deviene de la afirmación
de que la humanidad, la familia y todos en general tienen la obligación “de proporcionar al
niño una protección especial” (Convención de los Derechos del Niño, 1989).

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Xóchitl Guadalupe Rangel Romero La niñez y su evolución en la historia

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