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“Esta vacuna es un homenaje a los médicos y enfermeros que estuvieron en la primera

línea”

(Reportaje a la bióloga argentina Juliana Cassataro por la Revista Broquel) - 13 agosto,


2021 197

Por: Federico Visacovsky

Juliana Cassataro, Bióloga (Universidad Nacional de Mar del Plata) y doctora en Inmunología
(Universidad de Buenos Aires), dialogó con Broquel y contó cómo marcha el desarrollo de
“ARVAC Cecilia Grierson”, la vacuna argentina contra el COVID 19. La científica, a cargo del
equipo de investigación del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad
Nacional de San Martín y el CONICET, explicó detalles del proyecto y adelantó cuando podría
comenzar a utilizarse.

Revista Broquel: ¿En qué etapa se encuentra el desarrollo de la vacuna?

Juliana Cassataro: Está en lo que se llama la etapa preclínica. Es una fase de pruebas en animales que se realiza
antes de los ensayos en humanos: probamos los prototipos, qué respuesta inmune induce y se hacen exámenes de
toxicidad para ver que sea segura. Son muy importantes esos ensayos de seguridad. Estamos trabajando un montón
para poder pasar lo antes posible a una Fase 1 en humanos, pero sin saltearnos esas etapas.

RB: ¿Cuándo cree que pasarán a esa Fase 1?

JC: Es difícil el tema de los tiempos. Si todo va como lo planeado, y si no hay ningún contratiempo, pensamos que
podríamos hacerlo en enero de 2022.

RB: ¿Esta vacuna se parece a otras anteriores?

JC: La fórmula de esta vacuna se basa en proteínas recombinantes, una tecnología similar a la usada en la vacuna de
la Hepatitis B o el VPH.

RB: ¿Cómo piensa que va a evolucionar el COVID de acá a unos meses?

JC: Los virólogos y epidemiólogos piensan que estas vacunas son muy eficientes y que por eso van a contener la
pandemia, pero lo que se cree es que el coronavirus va a quedar endémico en los diferentes países. Se estima que
durante mucho tiempo se va a tener que seguir vacunando contra las distintas variantes, ya a nivel endémico, tal como
pasa con la gripe.

RB: Hoy la Argentina aplica diferentes vacunas (Sinopharm, Sputnik, AstraZeneca) y eso implica que en pocos
meses una gran parte de la población estará vacunada. En ese sentido, ¿cómo va a funcionar la vacuna que
ustedes están desarrollando?

JC: Estamos trabajando con un prototipo que es para refuerzo y con cambio de variante. La estamos pensando para
fines del año que viene, cuando probablemente se va a necesitar un refuerzo para muchas de estas vacunas y
plataformas y con cambio de variante para las que estén en circulación en ese momento. También para los chicos que
no se vacunaron, o los pediátricos, tenemos otra plataforma que tenemos que probar en otros ensayos clínicos
distintos, que van a ser diferentes.

RB: ¿Qué significa que dentro de un tiempo pueda haber una vacuna argentina?

JC: Muchas cosas. Por un lado, es tener una plataforma propia de principio a fin. Nosotros ya tenemos todas las
capacidades de producir el principio activo y envasarlo, y también tenemos científicos que pueden diseñarlo; por ahí lo
que no tenemos es todo eso en una misma línea. Creo que significaría cumplir con todas esas etapas y brindarle al
país algo de independencia en la producción de vacunas y en la sustitución de importaciones, soberanía sanitaria y
económica. Hay muchas cosas que puede generar. Hay decisiones que no podemos tomar; por más que queramos
usar las vacunas que hacen otros no siempre se puede, entonces hacerlo propio genera otra independencia.

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RB: ¿Cómo es posible este proyecto?

JC: Tiene que ver con que nosotros teníamos experiencia previa (desarrollando vacunas). Después hubo un llamado
de la Agencia Nacional de Promoción Científica (Proyectos COVID) del Ministerio de Ciencia. Pensamos que las
capacidades previas que teníamos las podíamos aplicar a este problema. Al principio, la financiación era un monto que
para una vacuna no alcanzaba. El primer año lo que hicimos fue desarrollar las herramientas para buscar un prototipo.
Un proyecto de vacunas es muy caro y las vacunas que tan rápido salieron fueron financiadas con miles de millones de
dólares. Entonces, como te decía, el primer año lo que hicimos fue poner a punto las herramientas que había para
medir la respuesta inmune y elegir los prototipos, y a fin del año 2020 lo que hicimos fue colaborar con una empresa
argentina, Laboratorio Cassara. No solo es importante nuestra idea, sino que esta pueda escalarse a nivel industrial y
llevarse a un proceso de produccion con buenas prácticas de manufactura. No es solo los investigadores de un
laboratorio. Ellos están trabajando en todo este proceso industrial de producción, con el principio activo de los
prototipos que nosotros hicimos, y estamos trabajando con ellos también en cómo se hacen los ensayos clínicos.

RB: Hablando de los no vacunados, ¿qué le pasa cuando escucha que una vacuna no sirve?

JC: Yo elegí la ciencia porque con los datos uno podría evitar la cuestión geopolítica de una vacuna. No se puede
analizar políticamente un resultado científico. Entonces, la verdad que es una lástima que haya entrado la grieta en
este tema. De todas formas, con el tiempo se empiezan a ver los resultados y termina siendo indiscutible. No es una
cuestión de Boca – River; un resultado es un resultado y está a la luz que todas estas vacunas funcionan. Previenen de
la internación y la muerte, que es lo más importante.

RB: ¿Qué se debe hacer con las personas que no quieren vacunarse? ¿Qué peligro representan?

JC: Yo creo que hay que explicarles y mostrarles los datos. Lo que más se prueba es la seguridad y es notable cómo
disminuye la mortalidad gracias a todas las vacunas que nos damos en el calendario. Los datos son categóricos.
Entonces, me parece clave mostrar datos. Si bien es cierto que a veces no se puede convencer a todo el mundo, en
Argentina la gran mayoría de la población sabe de la importancia de las vacunas.

RB: En el pasado desarrolló algunas investigaciones sobre vacunas aplicables por vía oral. ¿Cómo sería en el
caso de la del COVID?

JC: La vía oral es la mejor vía para aplicar una vacuna en el sentido que lo hacés rápido, no necesitas personal
adiestrado. Trabajamos en compuestos que mejoran la aplicación de vacunas orales pero, en este caso, hay que ver
qué respuesta inmune induce protección, y el correlato más alto para este tipo de vacunas de las que ya funcionan son
los anticuerpos neutralizantes en sangre, que se inducen con vacunas inyectables, y también se sabe que los
anticuerpos en mucosa tienen un rol importante, sobre todo a nivel respiratorio. La vía oral induce más respuestas a
nivel gastrointestinal y algo en pulmón. Lo que pasa es que cuando uno hace este tipo de proyectos lo muy innovador
puede retrasar el proceso regulatorio y el de aprobación. Entonces, como queremos que esto se haga en un tiempo
que sirva para la Argentina y que podamos hacerlo acá, nos enfocamos con algo más tradicional.

RB: ¿Cómo es posible que a un año y medio de desatada la pandemia contemos con tantas vacunas?

JC: La verdad que es un hecho histórico y de una trascendencia increíble. Yo tampoco lo puedo creer. A nivel
geopolítico hay que prestarle atención a quiénes hicieron esas vacunas: son países que vienen invirtiendo billones de
dólares en investigación y desarrollo, tanto estatal como privado, durante años. Entonces eso te genera un sistema
científico-tecnológico con la capacidad de haber hecho algo así tan rápido. No es algo mágico, también tiene que ver
con todo el trabajo previo; son grupos que hace mucho vienen probando estas plataformas.

RB: Y en ese sentido, es muy valorable que Argentina sea uno de esos países con capacidad para desarrollar
una vacuna

JC: Es lo que nos pasó con los satélites o la energía nuclear. Argentina no fue el primero en su momento, pero al final
llegó y tenemos esa capacidad instalada. Después de muchos años de inversión y de trabajo sostenido lo pudimos
hacer. Hoy es una realidad la capacidad de hacer satélites o reactores nucleares, entonces ¿por qué no podemos
hacer una vacuna?

RB: Uno de los problemas con las vacunas es la desigualdad en la distribución. En ese sentido, ¿cuál es su
visión respecto de la liberación de las patentes?

JC: Por un lado, en un contexto de pandemia tiene un sentido humanitario importante. Es un contexto grave y doloroso
para todo el mundo. Puede hacer que otros países puedan utilizar esa tecnología e impediría que no se utilice algo
muy bueno porque está patentado. Además, uno mismo puede ver algo que está patentado y mejorarlo. En algunas
cuestiones la innovación pueden mejorar y en otras no porque algunos empresarios dicen que no invertirían si no
tuvieran protegido ese desarrollo. Es un debate mundial. En este contexto es importante liberarlas, aunque no creo que
sea la solución total: si las liberás hoy no quiere decir que mañana vas a tener todas las vacunas listas, es un proceso
mucho más grande que tener la receta, necesitás todo el conocimiento para producirla, desarrollarla, la capacidad

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instalada, las plantas, inversiones previas; no es que las podés hacer porque tenés un papelito con la receta, no es una
receta de cocina.

RB: Con su equipo ya le pusieron nombre a la vacuna: Arvac Cecilia Grierson: ¿Qué le genera ella?

JC: Me encanta su historia, es una pionera en todo sentido. Fundó la Escuela de Enfermeras de Latinoamérica,
también lucho por los derechos de las mujeres y fue la primera médica, y en ese sentido me parece que es un
homenaje a los médicos y enfermeros que fueron quienes estuvieron en la primera línea y a la mujer, entonces me
pareció que ella, con su historia, dio todo lo que nos parece importante. Ojalá que nuestra vacuna sea así de pionera.
Creo que este proyecto va a ser posible si hay una decisión política de que esto ocurra. No solo necesitamos recursos,
tiene que haber una decisión muy fuerte de que Argentina pueda tener su vacuna hecha acá de cero. Y ojalá que esto
sea un plan a largo plazo para otros proyectos.

* Juliana Cassataro (1974) es investigadora principal del CONICET. Es especialista en inmunología,


enfermedades endémicas, tecnología sanitaria y curativa y vacunas. Entre otras distinciones fue ganadora del
Premio Bunge y Born 2014, Premio Houssay 2017 en Ciencias de la Salud y recibió la mención del Premio
Nacional L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia” en 2019.

Dirige el laboratorio de Inmunología, enfermedades infecciosas y desarrollo de vacunas del IIB, donde también
trabaja como docente de grado y posgrado. Además, lidera el grupo de investigadores e investigadoras
dedicados a desarrollar una vacuna contra COVID19.

La vacuna en desarrollo “ARVAC Cecilia Grierson” es el primer proyecto seleccionado del llamado realizado
por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia
I+D+i) en el marco de la Unidad Coronavirus que integra junto con el Ministerio de Ciencia, Tecnología e
Innovación de la Nación y el CONICET. Podrá utilizarse tanto como refuerzo de las vacunas actuales como para
la inmunización primaria de personas no vacunadas.

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