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Raquel jimenez
En este resumen lo primero que debemos tener en cuenta es como inicia la lectura propuestas, en
el capítulo 6 donde nos enseña sobre cómo se puede lograr mantener un comportamiento mediante
un refuerzo intermitente. Y para entender de qué se trata el refuerzo intermitente nos señala varias
definiciones a tener presente dentro las cuales observamos las siguientes:
Programa de refuerzo:
Aquí hace referencia a una regla que especifica lo que incidencia de un
comportamiento en específico será reforzada, dependiendo o no de si se puede
reforzar.
Refuerzo intermitente:
Hace referencia al mantenimiento de un comportamiento mediante su refuerzo
ocasional, es decir, de una manera intermitente), en vez de hacerlo siempre que se
produce.
Extinción:
Se representa lo opuesto al refuerzo continuo.
Fase de adquisición:
Es una fase en la que un comportamiento se aprende o se condiciona.
Fase de mantenimiento:
En este periodo posterior a la fase de adquisición en la que el comportamiento ya
se encuentra bien establecido.
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Aquí podemos ver importante informaciones arrojadas en este contenido y qué el
programa de reforzamiento es más adecuado para mantener una conducta, y nos enseña
que el más adecuado es el reforzamiento intermitente por las siguientes razones:
Cuando hablamos sobre el control del estímulo este se refiere al grado de relación entre
un estímulo y su respuesta. Es por esto que el control eficaz o adecuado del estímulo se
refiere a la alta correlación entre la presencia de un estímulo en específico y la producción
de determinada respuesta.
CAPÍTULO 8 PÁGINAS 105 A 118
El concepto control del estímulo hace referencia a la relación que existe entre un estímulo
y su respuesta. Partiendo de esto tenemos que decir que el adecuado control del estímulo
se refiere a la situación en que hay una correlación alta entre la presencia de un estímulo
concreto y la producción de determinada respuesta; en otras palabras, si aparece el
estímulo, es probable que a continuación lo haga la respuesta.
También podemos ver que algunos estímulos son buenos predictores de que una conducta
será reforzada, y otros predicen la conducta que no será reforzada, por ejemplo, una taza
vacía indica que, si la acerca a la boca, no conseguirá beber nada. La experiencia nos hace
aprender la conveniencia de no llevar a cabo determinar acciones en presencia de
determinados estímulos porque no van a ser reforzadas.
Otro dato importante que debemos recordar según lo aprendido en el desarrollo de este
tema es que el comportamiento está claramente afectado por sus consecuencias y por ello,
aumenta la frecuencia de la conducta que se refuerza y decrece la de la conducta no
reforzada.
Cualquier situación en que una conducta aparezca se puede analizar conforme a tres
aspectos: