Está en la página 1de 1

Soy una chica parada en la calle ofreciendo mis servicios, soy un fantasma pero acá estoy.

Acá
parada denuncio y hago visible tu hipocresía. Si yo estoy trabajando acá es porque tu papa, tu
hermano o tu marido me ven y vienen a buscarme. La mayoría que pasa por esta esquina se
escandalizan, pero después van a su casa y ven un programa de televisión a donde bailan en el
caño, cenando con toda la familia reunida. También se hacen los desentendidos con mujeres
famosas, que han sido trabajadoras sexuales pero ellas están en la tele. Yo uso mi cuerpo, dicen
que es lo mejor que sé hacer, desde chica tuve que poner le cuerpo, nunca importo la palabra.
Esto que hago acá es un trabajo sexual, yo no me prostituyo. La prostitución por ellos está más
aceptada, es algo del día a día. Algunas personas prostituyen sus ideas, sus saberes, lo hacen por
un puesto, sino usan los genitales está bien visto. Me pregunto cuánto jueces se prostituyen,
cuantos periodistas, cuantos políticos, cuantos abogados y estoy nombrando a los “que se ven” de
nuestra sociedad. Me pregunto porque la gente dice que soy indigna y me quieren rescatar de la
vida que llevo.

Yo veo a muchas mujeres explotadas, violentadas, discriminadas o maltratadas. Todas nosotras en


algún momento nos sentimos oprimidas. Te propongo que te pongas a pensar sobre esto,
¿Cuántas veces te sentiste sobrepasada por una situación violenta?, o quizás lo tenes tan
naturalizado que ni siquiera te podes dar cuenta. Así como me naturalizas a mí que “no me ves” y
estoy todos los días parada acá.

¿Una mujer, una madre o una niña?

¿Desde qué lugar escribo?

¿A quién le escribo?

¿A mi padre, a mi misma o al otro?

¿Quién soy?

¿Cómo me ven y como veo a los otros?

También podría gustarte