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VIA CRUCIS.

2022

Escena de la ultima cena: Jesús sentado con los discípulos y suena la canción
LA ULTIMA CENA (Canta Camila Contreras). Al terminar la Canción Jesús y
los discípulos se levantan

Eugenio: Y desde aquel día ese es el Sacramento de nuestra fe

Camila: luego de aquella memorable cena comienza la pasión, cuando Jesús


se fue con sus discípulos a una propiedad llamada Getsemaní, y les dijo: 

Eugenio: «Quédense aquí, mientras yo voy allí a orar». Mi alma siente una
tristeza enorme.

Camila: Y adelantándose un poco, cayó con el rostro en tierra, orando así:

Eugenio: «Padre mío, si es posible, que pase lejos de mí este cáliz, pero no se
haga mi voluntad, sino la tuya».

Camila: Después volvió junto a sus discípulos y los encontró durmiendo.


Jesús les dijo:

Eugenio: «¿Es posible que no hayan podido quedarse despiertos conmigo,


ni siquiera una hora? Estén prevenidos y oren para no caer en tentación,
porque el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil». Ha llegado la hora en
que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores.
¡Levántense! ¡Vamos! Ya se acerca el que me va a entregar».

Camila: Jesús estaba hablando todavía, cuando llegó Judas, uno de los
Doce, acompañado de unos soldados, enviada por los sumos sacerdotes.
Judas le dio un beso y le dijo:

Rodrigo: « Maestro»

Camila: Entonces se abalanzaron sobre él y lo detuvieron. Y todos los


discípulos lo abandonaron y huyeron. Los que habían arrestado a Jesús lo
condujeron a la casa del Sumo Sacerdote, y llegaron acusándolo:

Rodrigo: «Este hombre dijo: que podía destruir el Templo y reconstruirlo en


tres días"». Y Se hace pasar por rey.

Camila: Pero Jesús callaba. El Sumo Sacerdote insistió: 

Rodrigo «Te pido que me digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios».

Camila: respondió Jesús:

Eugenio «Tú lo has dicho.

Camila: Entonces el Sumo Sacerdote dijo:


Rodrigo: «Ha blasfemado. ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Ustedes
acaban de oír la blasfemia. ¿Qué les parece?». 

Camila: y todo el pueblo reunido dijo:

Pueblo: «Merece la muerte».

Camila: Desde la casa de Caifás llevaron a Jesús al pretorio. Era de


madrugada. Pilato salió adonde estaban ellos y les preguntó: 

Rodrigo « ¿de qué acusan a este hombre?».

Camila: el Sumo Sacerdote respondió:

Rodrigo «Si no fuera un malhechor, no te lo hubiéramos traído.

Camila: Respondió Pilatos

Rodrigo «Tómenlo y júzguenlo ustedes mismos

Camila: Respondió el sumo sacerdote:

Rodrigo «nosotros no podemos dar muerte a nadie».

Camila: Así debía cumplirse lo que había dicho Jesús cuando indicó cómo iba
a morir. Pilato, llamó a Jesús y le preguntó: 

Rodrigo: «¿Eres tú el rey de los judíos?».

Camila: Respondió Jesús

Eugenio: «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo,


no fuera entregado a los judíos. Pero mi reino no es de aquí». 

Camila: pregunto Pilato

Rodrigo: «¿Entonces tú eres rey». 

Camila: Respondió Jesús

Eugenio: «Tú lo has dicho: yo soy rey. Para esto he nacido y he venido al


mundo: para dar testimonio de la verdad.

Narrador: Al oir esto, Pilato le dijo a los judíos

Rodrigo: «Yo no encuentro en él ningún motivo para condenarlo. Como


ustedes tienen la costumbre de que ponga en libertad a alguien, por la Pascua,
¿quieren que suelte al rey de los judíos?».

En eso mando a traer a un tal barrabas reo revoltoso. Y el pueblo gritaba

Pueblo: «¡A él no, a Barrabás a barrabas!».


I. JESÚS CONDENADO A MUERTE

Camila: Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mando a azotar. Los soldados del


gobernador tomaron a Jesús al pretorio y reunieron a toda la guardia alrededor
de él y comenzaron a darles latigazos. (Música de fondo 2: instrumental)

Camila: Luego tejieron una corona de espinas y la colocaron sobre su cabeza, 


y, doblando la rodilla delante de él, se burlaban, diciendo: 

Soldados: «¡Salve, rey de los judíos!»

Camila: Pilato les dijo 

Rodrigo «Miren, lo traigo afuera para que sepan que no encuentro en él ningún


motivo de condena». «¡Aquí tienen al hombre!».

Camila: Cuando el pueblo lo vio, gritaron:

Pueblo: «¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!». 

Camila: Al oír estas palabras, Pilato se alarmó más todavía. Volvió y preguntó
a Jesús: 

Rodrigo «¿De dónde eres tú?».

Camila: Pero Jesús no lo respondió nada. Pilato le dijo: 

Rodrigo «¿No quieres hablarme? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte
y también para crucificarte?».

Camila: respondió Jesús:

Eugenio: «Tú no tendrías sobre mí ninguna autoridad, si no la hubieras


recibido de lo alto.

Camila: Desde ese momento, Pilato trataba de ponerlo en libertad. Pero


los judíos gritaban: 

Pueblo: «¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!». 

Camila: Al oír esto, Pilato sacó a Jesús y les dijo:

Rodrigo: «Aquí tienen a su rey».

Camila: Ellos vociferaban:

Pueblo: «¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!». 

Camila: Al ver que no se llegaba a nada, sino que aumentaba el tumulto,


Pilato hizo traer agua y se lavó las manos delante de la multitud, diciendo: 

Rodrigo «Yo soy inocente de esta sangre. Es asunto de ustedes».


II. JESÚS CON LA CRUZ ACUESTAS (música 3 instrumental)

Camila: Entonces Pilato se lo entregó para que lo crucificaran, y ellos se


lo llevaron. Jesús, cargando sobre sí la cruz, salió de la ciudad para dirigirse
al lugar llamado la calavera, que en hebreo significa «Gólgota».

III JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ:

Rodrigo: Jesús, agotadas las fuerzas por la sangre perdida en la flagelación,


debilitado por los sufrimientos físicos y morales que le ocasionaron aquella
noche, en ayunas y sin haber dormido, apenas pudo dar algunos pasos y
pronto cae bajo el peso de la cruz. Jesús, con toda la fuerza de su voluntad y a
empujones, logró levantarse para seguir su camino.

Jesús, nos invita a cargar con nuestra cruz y seguirle, nos enseña aquí que
también nosotros podemos caer, y que hemos de comprender a los que caen;
ninguno debe quedar postrado; todos hemos de levantarnos con humildad y
confianza buscando su ayuda y perdón.

IV.  JESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE

Camila: En su camino hacia el Calvario, Jesús va envuelto por una multitud de


soldados, jefes judíos, y pueblo,... También se encuentra allí María, que no
aparta la vista de su Hijo, quien, a su vez, la ha entrevisto en la muchedumbre.
Pero llega un momento en que sus miradas se encuentran, la de la Madre que
ve al Hijo destrozado, la de Jesús que ve a María triste y afligida, y en cada uno
de ellos el dolor se hace mayor al contemplar el dolor del otro. Pedimos perdón
a Jesús por no saber valorar el esfuerzo de nuestras madres y el valor que
esconde su cruz.

V.  JESÚS ES AYUDADO POR EL CIRENEO

Rodrigo: Jesús sigue, camino del Calvario y su primera caída puso de


manifiesto el agotamiento. Temerosos los soldados de que la víctima muriera
antes de hora, pensaron en buscarle un sustituto.

Entonces el centurión obligó a un tal Simón de Cirene, a que tomara la cruz


sobre sus hombros y la llevara detrás de Jesús.

VI. LA VERÓNICA LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS

Camila: Luego le quitaron la cruz a simón y se la dieron de nuevo a Jesús en


eso una mujer del pueblo, Verónica de nombre, se abrió paso entre la
muchedumbre llevando un lienzo con el que limpió piadosamente el rostro de
Jesús. El Señor, como respuesta de gratitud, le dejó grabada en él su Santa
Faz.
Nosotros podemos repetir hoy el gesto de la Verónica en el rostro de Cristo que
se nos hace presente en tantos hermanos nuestros que comparten de diversas
maneras la pasión del Señor, Ayúdanos a no dejarnos llevar, por el "qué dirán"
y ayudar a los demás.

VII. JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ

Rodrigo: Jesús con la cruz a cuestas llegó a una de las puertas de la ciudad.
Allí, extenuado, sin fuerzas, cayó por segunda vez bajo el peso de la cruz.

Faltaba poco para llegar al sitio en que tenía que ser crucificado, y Jesús,
empeñado en llevar a cabo hasta la meta los planes de Dios, aún logró reunir
fuerzas, levantarse y proseguir su camino.

VIII. JESÚS CONSUELA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN

Camila: Camino del Calvario, lo seguía una gran multitud del pueblo; y unas
mujeres se dolían y se lamentaban por Él. Jesús, volviéndose a ellas les dijo:

Eugenio: «Hijas de Jerusalén, no lloren por mí; lloren más bien por ustedes y
por sus hijos» María magdalena tus pecados han sido perdonados.

Camila: Jesús desde la cruz nos dice que no lloremos por él y que aprendamos
a llorar por aquello que nos falta para ser felices

IX. JESÚS CAE POR TERCERA VEZ

Camila: En la cercanía inmediata del punto en que iba a ser crucificado, Jesús
cayó por tercera vez, exhausto y sin arrestos ya para levantarse. Las
condiciones en que venía lo habían dejado sin aliento.

X. JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS

Camila: Ya en el Calvario y antes de crucificar a Jesús, le dieron a beber vino


mezclado con mirra; era una piadosa costumbre de los judíos para amortiguar
la sensibilidad del que iba a ser ajusticiado. Jesús lo probo, como gesto de
cortesía, pero no quiso beberlo; prefería mantener la plena lucidez y conciencia
en los momentos supremos de su sacrificio.

Camila: los soldados tomaron sus vestiduras y las dividieron en cuatro partes,
una para cada uno. Tomaron también la túnica, y como no tenía costura,
porque estaba hecha de una sola pieza de arriba abajo, se dijeron entre sí: 

Rodrigo: «No la rompamos. Vamos a sortearla, para ver a quién le toca.» 

Camila: Así se cumplió la Escritura que dice: Se repartieron mis vestiduras y


sortearon mi túnica. Esto fue lo que hicieron los soldados.
Para Jesús fue sin duda muy doloroso ser así despojado de sus propios
vestidos y ver a qué manos iban a parar. Y especialmente para su Madre, allí
presente, hubo de ser en extremo triste verse privada de aquellas prendas, tal
vez labradas por sus manos con maternal solicitud, y que ella habría guardado
como recuerdo del Hijo querido.

XI JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ

Camila: Ha llegado el momento terrible de la crucifixión, y Jesús fue fijado en


la cruz con tres clavos de hierro que le taladraban las manos y los pies.
Levantaron la cruz en alto y el cuerpo de Cristo quedó entre cielo y tierra,
pendiente de los clavos.

En la parte superior de esta cruz, encima de la cabeza de Jesús, estaba el


título o causa de la condenación: «Jesús el Nazareno, el Rey de los judíos».
También crucificaron con él a dos ladrones, uno a su derecha y el otro a su
izquierda.

Los que pasaban, lo insultaban y, decían:

Rodrigo «Tú, que destruyes el Templo y lo levantas en tres días, ¡sálvate a ti


mismo, si eres Hijo de Dios.

Camila: También lo insultaba uno de los ladrones crucificados con él.

Rodrigo: Has salvado a otros y no puedes sálvate a ti mismo.

Camila: pero el otro lo reprendió:

Rodrigo: Cállate… que tú y yo estamos pagando por el delito cometido. Pero


este no ha hecho mal a nadie… Señor, acuérdate de mí cuando estés en tu
reino

Camila: Jesús le dijo:

Eugenio: Hoy estarás conmigo en el paraíso.

Camila: Viendo Jesús a su Madre junto a la cruz y con ella a Juan, dice a su
Madre:

Eugenio: «Mujer, ahí tienes a tu hijo»

Camila: LUEGO DIJO A JUAN

Eugenio  «Hijo Ahí tienes a tu madre»

Camila: Desde el mediodía hasta las tres de la tarde, las tinieblas


cubrieron toda la región. Hacia las tres de la tarde, Jesús exclamó en alta voz:

Eugenio «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?».


En seguida, uno de ellos corrió a tomar una esponja, la empapó en vinagre y,
poniéndola en la punta de una caña, le dio de beber.

Camila: Pero Jesús dando un fuerte grito dijo:

Eugenio: «Padre en tus manos encomiendo mi espíritu».

Camila: Entonces Jesús, entregó su espíritu. (Hacemos silencio)

 XII. JESÚS MUERE EN LA CRUZ.

Eugenio: He aquí el más alto, el más sublime obrar del Hijo en unión con el
Padre. He aquí el hombre. He aquí a Dios mismo. “En El... vivimos y nos
movemos y existimos”

XIII. JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ Y PUESTO EN LOS BRAZOS DE SU


MADRE

A los pies de la cruz estaba su Madre, la virgen maría quien en su mente


revivió cada una de las escenas de la vida de su hijo y se preparó para recibir
en sus brazos y en su regazo maternal el cuerpo sin vida de su Hijo. Esta es
una Escena conmovedora, una imagen de amor y de dolor, ya que Una lanza
había atravesado el costado de Cristo, y la espada que anunciara Simeón
acaba de atravesar el alma de la María. (Canto el diario de maría: Canción
Nº 4)

XIV. JESÚS ES SEPULTADO

Camila: Luego tomaron luego el cuerpo de Jesús de los brazos de María y lo


envolvieron en una sábana limpia que se había comprado. Cerca de allí tenían
un sepulcro nuevo, y en él enterraron a Jesús. Mientras los varones procedían
a la sepultura de Cristo, las santas mujeres que solían acompañarlo, y sin duda
su Madre, estaban sentadas frente al sepulcro y observaban dónde y cómo
quedaba colocado el cuerpo. Después, regresaron todos a Jerusalén.

Con la sepultura de Jesús el corazón de su Madre quedaba sumido en tinieblas


de tristeza y soledad. Pero en medio de esas tinieblas brillaba la esperanza
cierta de que su Hijo resucitaría, como Él mismo había dicho. En todas las
situaciones humanas que se asemejen al paso que ahora contemplamos, la fe
en la resurrección es el consuelo más firme y profundo que podemos tener.
Cristo ha convertido en lugar de mera transición la muerte y el sepulcro.

La resurrección: Es una escena que no está en la obra, pero Demos gracias a


Dios porque por Jesús se cumplirá lo que El nos promete: moriremos pero, si
creemos en El, resucitaremos. Es un pacto que Dios ha hecho con nosotros y
en el que nos dice que Jesús no está muerto sino que resucita y que continuara
vivo entre nosotros acompañándonos todos los días. (Pista nº 5)

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