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1.-Concepto de Fiador.

Un Fiador es la persona que presta una fianza, con lo cual, correrá el riesgo de la

obligación de otra persona, pudiendo tener que responder con ella por el

incumplimiento, digamos que sería el segundo deudor después del principal. Veamos su

definición formal y los beneficios que no obtendremos por ser un Fiador.

Conviene acercarnos a la definición legal que se recoge en nuestro Código

Civil, que define al fiador como aquella persona que se obliga “a pagar o cumplir por un

tercero, en el caso de no hacerlo éste.

Y aunque la definición es clara, la realidad es que un gran número de personas

desconocen cuál es el verdadero alcance de la figura y el hecho de que frecuentemente,

las entidades prestamistas obligan a los fiadores a renunciar a todos los beneficios o

privilegios legalmente concedidos a dicha figura.

2.-Beneficios concedidos por Ley.

Los principales beneficios, a los que solemos renunciar cuando firmamos como

fiadores, son tres, de exclusión, de orden y de división.

 Beneficio de exclusión:

Se trata de un derecho, en virtud del cual, el fiador, no puede ser apremiado a pagar

la deuda del obligado principal, mientras este último disponga de suficientes bienes. Lo

que implica que el acreedor deberá agotar esa vía para poder dirigirse a los fiadores.
 Beneficio de orden:

Este beneficio, ligado al reseñado anteriormente, implica que el acreedor deberá

reclamar primero al deudor principal y después al fiador. Lo que como su propio

nombre indica, deberá atender “un orden” concreto a la hora de reclama.

 Beneficio de división:

Este beneficio, solo resulta aplicable si hay más de un fiador, tratándose de un

mecanismo que anula la “solidaridad” entre los fiadores, no pudiendo, si existe este

beneficio, el prestamista reclamar la totalidad de la deuda a un solo fiador.

Aunque estos derechos del fiador se pueden dejar sin operatividad, pero para

ello debe renunciarse a ellos expresamente en el contrato.

Las consecuencias de las renuncias a estos dos derechos son que el arrendador

puede solicitar el pago de la deuda al fiador antes incluso que al propio inquilino. Y

también puede embargar al fiador sin tener que embargar antes al inquilino.

Otro modo de hacer inoperativos estos dos derechos es otorgando (expresamente

en el contrato) carácter solidario al fiador.

Eso si, cuando el arrendador pretenda que sea el fiador quien pague la deuda

generada por el inquilino, entonces el arrendador tendrá que requerir previamente al

fiador para que le pague. Si no lo hace así no podrá iniciar la reclamación judicial contra

el fiador.
3.-La renuncia a los beneficios de Exclusión, Orden y División

En este sentido, al renunciar a estos beneficios, la realidad es que los fiadores

pasan a tener unas obligaciones idénticas a los de los deudores, perdiendo la protección

legal a la que hacíamos referencia.

El problema estriba, en que en la mayoría de los préstamos o arrendamientos

financieros, los fiadores, no son conscientes de que están renunciando a estos

privilegios, bien porque

 La información que facilitan los bancos es defectuosa. Asimismo, la renuncia

aparece “perdida” en las condiciones generales y en un tamaño de letra que

resulta ilegible sin un microscopio.

 La exclusión de estos beneficios, se plantea como una clausula “lentejas”, es

decir como condición sine qua non para que la entidad bancaria le otorgue el

préstamo, por lo que, sin ningún tipo de negociación inter partes, se ven

forzados a su aceptación por una situación de necesidad.

Por ello, antes de obligarte como fiador en un contrato bancario, es muy importante

que conozcas, no sólo al deudor y su solvencia económica, sino también, las

consecuencias que puede tener la renuncia a estos beneficios.  Renuncias que,

insistimos, suelen venir impuestas por la entidad prestataria.

LA EXTINCIÓN DE LA RESPONSABILIDAD DEL FIADOR

La obligación del fiador se extingue al mismo tiempo que la del deudor o por

fallecimiento de aquel.
Tiene mucha importancia recalcar que la Ley establece que la obligación del

fiador no alcanza a las prórrogas del contrato de arrendamiento. Por lo tanto, es

importante dejar bien claro en el contrato si el propietario quiere asegurarse de la

garantía, que la obligación del fiador comprenda el periodo del contrato y las posibles

prórrogas de la duración inicial pactada.

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