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UNIVERSIDAD DE CARABOBO

FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS


ESCUELA DE DERECHO

INTEGRANTE:
Williams Francisco Trejo Muñoz

20.728.747

MATERIA:
Derecho Constitucional

NAGUANAGUA- CAMPUS BARBULA 2021.


INTRODUCCION.
Venezuela por ser un País Democrático cuyo Estado se encuentra regulado el
sistema Constitucional establecido bajo la distribución vertical o territorial del Poder
Público como „‟Estado Federal Descentralizado‟‟ y bajo los parámetros establecidos
en relación a la máxima norma el cual es la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela, mantiene vigente el cumplimiento de una cantidad de principios
Fundamentales de Derecho Constitucional, los cuales se encargan de velar por el
correcto funcionamiento del Estado, así como de resguardar los Derechos de los
Ciudadanos, derechos fundamentales como a la vida y a la asistencia del debido
proceso por parte de los Órganos Institucionales de la Nación.
El Derecho Constitucional se conoce como la parte del derecho público interno que
estudia la organización fundamental del Estado, determinando sus órganos
primordiales y señalando las limitaciones de los Poderes Públicos a los derechos
sociales e individuales.
Diferentes doctrinas mantienen denominaciones específicas del Derecho
Constitucional, entre los autores se puede mencionar a García Pelayo, autor
español el cual expresa que el Derecho Constitucional desde el punto de vista
material está integrado por aquellas normas que se refieren a la organización
fundamental de Estado, es decir, las que estructuran jurídicamente a los órganos e
Instituciones del estado. Regulan su actividad en el cumplimiento de las funciones
soberanas y establecen las relaciones entre ellos en orden a lograr en la actividad
de la organización estatal.
El derecho Constitucional se entiende como el análisis de las Leyes fundamentales
que definen a un Estado. Por tal motivo se rigen por la Constitución vigente del
estado o Nación, y esta se entiende como el texto de carácter Jurídico – Político, es
decir Norma que recoge, define y crea los poderes constituidos limitándolos al
servicio de las personas.
UNIDAD I
EL DERECHO CONSTITUCIONAL COMO RAMA DEL DERECHO PÚBLICO

Es una Rama del Derecho Público que tiene por objeto el estudio de las Normas
Relativas a la estructura fundamental del Estado, a las funciones de los distintos
Órganos o Entes que los componen, Poderes Públicos, y a las relaciones de estos
entre sí y con los ciudadanos, Abarca todo lo concerniente a la forma del Estado,
del gobierno ( que es la representación política del Estado) al igual que los principios
garantías y Derechos fundamentales de las personas y la regulación de los poderes
Públicos.
Se sustenta en la Constitución, denominada también Carta Magna. Que es el pilar
fundamental del Orden Jurídico de un Estado, la cual prevalece y está por encima
de cualquier otra ley.
En Venezuela se encuentra vigente, desde diciembre del año 1999, la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) (Gaceta Oficial N. º 5.453
Extraordinario del 24 de marzo de 2000), que en su artículo 7° la estatuye como “la
norma suprema y el fundamento del ordenamiento jurídico, a la que todas las
personas y los órganos que ejercen el Poder Público están sujetos”. La Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela. está conformada por un Preámbulo que
proclama el establecimiento de una “sociedad democrática, participativa y
protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia, federal y
descentralizado, que consolide los valores de la libertad, la independencia, la paz,
la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio de
la ley para esta y las futuras generaciones; asegure el derecho a la vida, al trabajo,
a la cultura, a la educación, a la justicia social y a la igualdad sin discriminación ni
subordinación alguna”; y nueve Títulos, subdivididos en Capítulos, referidos a los
principios fundamentales de la Nación y la forma de gobierno de la República
Bolivariana de Venezuela (Título I); a su espacio geográfico y división política (Título
II); a los derechos humanos y garantías y deberes de las personas (Título III); al
Poder Público (Título IV) y su organización en Poder Legislativo, Poder Ejecutivo,
Poder Judicial, Poder Ciudadano y Poder Electoral (Título V); al Sistema socio-
económico del Estado (Título VI); a seguridad de la Nación (Título VII); a su
protección (Título VIII); y a su reforma.
ORIGEN E HISTORIA DEL DERECHO CONSTITUCIONAL
La existencia del Derecho Constitucional como una disciplina jurídica autónoma no
pudo existir, como es evidente, antes de que aparecieran las constituciones
modernas, en tanto acuerdos jurídicos comunes para gobernar la vida de un Estado
nación. Por lo tanto, su nacimiento coincide por lo general con el de la Constitución
británica del siglo XVIII, ampliamente estudiada por el Barón de Montesquieu, uno
de los más importantes escritores y juristas de la Ilustración francesa.
Eso no quiere decir que no existieran antecedentes históricos. En la antigüedad
clásica hubo las leyes fundamentales de la Grecia Antigua, estudiadas por filósofos
de la talla de Aristóteles y de Platón, quienes las distinguían de las demás leyes en
sus tratados. Igualmente, en tiempos del Imperio Romano, se firmó la Constitutio
padre Luis el Piadoso desde 817, y el Papa Eugenio II, estabilizando la pugna de
poder entre el Imperio y el Papado.
DISCIPLINAS JURIDICAS
Las disciplinas jurídicas del Derecho Constitucional son las siguientes:
a) Derecho constitucional particular: tiene por objeto el análisis del ordenamiento
constitucional de un Estado concreto, en todos sus aspectos doctrinarios, legales y
jurisprudenciales.
b) Derecho constitucional general: abarca el estudio de múltiples ordenamientos del
derecho constitucional, y no ha de concretarse solamente al referido sistema
democrático liberal, sino que puede referirse también a aquéllos que rigen la órbita
del comunismo.
c) Derecho constitucional comparado: el mismo indaga en los diversos Estados,
para el establecimiento de sus semejanzas y diferencias. Es útil para descubrir el
avance de las instituciones.
FUENTES DEL DERECHO CONSTITUCIONAL
Primero debemos precisar que el término fuente alude al origen de las normas
jurídicas. Por ello debemos hacer abstracción de la realidad que ha originado la
norma, ya que para que la misma exista se requiere que se genere el acto o
manifestación normativa que la eleva a esa categoría.
Las fuentes se clasifican en directas e indirectas, como fuentes directas tenemos:
 La Constitución. Leyes Constitucionales.
 La Costumbre.
 Las fuentes indirectas son:
 La Jurisprudencia.
 La doctrina.
 Derecho Comparado.
LA CONSTITUCION, LEYES CONSTITUCIONALES
CONCEPTO DE CONSTITUCION
La Constitución se refiere a una pluralidad de normas jurídicas que determinan la
estructura del Estado, sus órganos, funciones y relaciones entre sí (parte orgánica),
así como los derechos fundamentales de los particulares que limitan el ejercicio de
las funciones de los poderes del Estado (parte dogmática). Pero además la
Constitución es expresión de los valores de la población que le da vida al propio
Estado, lo que se refleja en el Preámbulo de la misma. No hay Estado sin
Constitución. La Constitución es la norma suprema del ordenamiento jurídico.
TIPOLOGIA DE LOS CONCEPTOS DE CONSTITUCION
A) Concepto racional-normativo: Parte de la idea de que la Constitución es un
conjunto de normas que es capaz de regular situaciones de hecho presentes
como futuras. Que nada existe fuera de la norma, se constituye un sistema
normativo cerrado que es suficiente para reglar la vida dentro del Estado.
Esta concepción afirma que la razón es suficiente para la creación del
derecho, por lo que se hace abstracción del aspecto realidad social,
económica e histórica. La Constitución crea la paz y la vida del Estado y la
Sociedad descansa en la Constitución. Por ello se caracteriza en:
 Una Constitución rígida.
 Una Constitución escrita establecida de una sola vez.
Afirma la posibilidad de planificar el acontecer político. Todo existe gracias a la
Constitución, con lo cual la Soberanía descansa en ella. Materializa una diferencia
entre Poder Constituyente y Poder Constituido.
B) Concepto Histórico -Tradicional: La Constitución de un pueblo no es un sistema
producto de la razón, sino una estructura resultado de una lenta transformación
histórica, en la que intervienen frecuentes motivos irracionales y fortuitos
irreductibles a un esquema. En el hecho mismo de la transformación radica su
continuidad, de modo que sólo podemos explicar el presente en función de un
pasado, y, por consecuencia, del ser de ayer debemos extraer el deber ser de hoy
y de mañana.
Por lo que está claro que:
 La Constitución no es creación de un acto único y total, sino de actos
parciales reflejo de situaciones jurídicas concretas.
 La constitución es la expresión individual de cada pueblo, por lo que no puede
ser extendida a otros.
 La constitución no requiere ser escrita y no es necesario una distinción entre
la ley constitucional y ley ordinaria.
 La Constitución es flexible y la soberanía reside en un órgano del poder.
 La ley no crea la norma, sino que la expresa. Los actos constitutivos o las
leyes fundamentales escritas no son jamás otra cosa que títulos declarativos
de derechos anteriores, de los que no se puede decir, sino que existen.
 No existe distinción entre leyes constitucionales y leyes ordinarias. En efecto:
si la historia es un constante acaecer de nuevos hechos singulares, de
situaciones originales, de acontecimientos que fueron una vez, no tiene
sentido dar mayor relevancia a regulaciones que surgieron dentro de una
circunstancia dada. No cabe considerar dentro de esta tendencia a aquellos
que conciben la Constitución como la reconstrucción de una estructura
histórica sin relación de continuidad con el presente, pues es claro que al
faltar la continuidad no se trata de la afirmación de una permanencia
histórica, sino de la creación de un orden nuevo más o menos coincidente.

C) Concepto Sociológico: Establece que la estructura política de un pueblo no


es creación de la norma, sino reflejo de su realidad social. La Constitución no
es más que la sistematización de los factores de poder reales de una
sociedad. De acuerdo a esta concepción tenemos:

 Una Constitución formal, expresada por las normas determinadas en su texto


y una Constitución real que es el reflejo del acontecer social de la población.
 La Constitución es una forma de SER y no de DEBER SER.
 La Constitución no es una circunstancia del pasado, sino el reflejo d
acontecer presente de la sociedad.
 La Constitución no es una creación normativa, sino expresión de la estructura
de la sociedad.
En todo caso, es característica del concepto sociológico de Constitución entender
que la estructura política real de un pueblo no es creación de una normatividad, sino
expresión de una infraestructura social, y que si tal normatividad quiere ser vigente
ha de ser expresión y sistematización de aquella realidad social subyacente.
Estas diversas concepciones y modelos que se han ofrecido y desarrollado en los
procesos políticos, lo cual muestra la relación entre el Derecho y el Poder. La
creación de la Constitución, la determinación de sus funciones y de los facultados
para su aplicación ha de realizarse en un plano múltiple, logrando la integración de
todos los elementos componentes de la definición. En definitiva, una Constitución
que ha de ser dirigida a la ciudadanía en general y permitir el pleno desarrollo de la
personalidad de los seres que existen en la sociedad
En conclusión, una Constitución es la expresión jurídica de una sociedad en un
momento dado, que contiene el reflejo de su realidad sociopolítica y se caracteriza
por ser un conjunto de normas y principios supremos que señalan la organización
de los Poderes del Estado y sus Instituciones y sus limitaciones frente a los
derechos individuales, los cuales están debidamente consagrados o enunciados en
el mismo texto.
Se trata de un instrumento jurídico, normativo, organizador y limitante del poder del
Estado, contenedor de sus instituciones creadas conforme al mandato del poder
originario y soberano constituyente, que responden al convencimiento sociopolítico
mayoritario de una sociedad, que a la vez que determina la estructura del poder
político en el Estado, especifica y garantiza los derechos individuales del ciudadano.
Por lo tanto, partimos de la premisa de que siendo el pueblo el detentador de la
soberanía, de el emana el poder político y las formas de garantizar los derechos
individuales de cada ciudadano, que son previos y superiores al Estado el cual
motoriza los mecanismos para el mantenimiento de esos principios, libertades y
derechos.
Ha de ser por tanto una normativa superior a toda ley; toda norma debe ser
interpretada conforme a la Constitución y su aplicación debe ser directa en materia
de derechos y libertades y finalmente, como expresión de la realidad sociopolítica
de un pueblo, debe permitir su adaptación a las nuevas realidades sociales que
vaya experimentando esa sociedad.
OTRAS FUENTES: la costumbre y la jurisprudencia
Una costumbre es una práctica social arraigada. Usualmente las leyes son
codificadas de manera que concuerden con las costumbres de la sociedad que
rigen, y en defecto de ley, la costumbre puede constituir una fuente del derecho. Sin
embargo, en algunos países de aplicación del Derecho anglosajón la costumbre es
fuente de derecho primaria y como tal se aplica antes (o a la vez) que la ley. Es la
"repetición constante y uniforme de una norma de conducta, en el convencimiento
de que ello obedece a una necesidad jurídica". También se le define como "el
conjunto de normas derivadas de la repetición más o menos constante de actos
uniformes".
La costumbre jurídica tiene dos requisitos:
El factor subjetivo u opinión iuris, que es la creencia o convencimiento de que dicha
práctica generalizada es imperativa y como tal produce derechos y obligaciones
jurídicas.
El factor objetivo o inveterata consuetudo, que es la práctica de la costumbre en sí
y que debe ser reiterada y unívoca. Para que la costumbre represente una voluntad
colectiva y espontánea debe ser general, constante, uniforme y duradera La
costumbre Constitucional se genera de la forma de actuar de los órganos del
Estado, que crean un modus operandi no determinado en la propia Constitución.
Requiere de la práctica constante y de la creencia de su obligatoriedad jurídica. Para
algunos autores la costumbre no es fuente de derecho constitucional si no está
establecida de esa forma en la propia constitución. La Costumbre puede ser
secundum legem, praeter legem y contra legem. La primera implica una práctica
interpretativa de la norma constitucional, la segunda conlleva un complemento de la
norma constitucional ante los vacíos que pueda presentar y la tercera consiste en
práctica contraria a la norma constitucional.
Se entiende por jurisprudencia las interpretaciones que de las normas jurídicas
hacen los tribunales de justicia en sus decisiones, y puede constituir una de las
Fuentes del Derecho, según el país; por ejemplo, en el Derecho anglosajón es una
fuente de primera magnitud, debido a que los jueces deben fundamentar sus
decisiones o sentencias judiciales mediante un estudio minucioso de los
precedentes.
En Venezuela el artículo 335 de la Constitución establece que el Tribunal Supremo
de Justicia garantizará la supremacía y efectividad de las normas y principios
constitucionales; será el máximo y último intérprete de la Constitución y velará por
su uniforme interpretación y aplicación. Las interpretaciones que establezca la Sala
Constitucional sobre el contenido o alcance de las normas y principios
constitucionales son vinculantes para las otras Salas del Tribunal Supremo de
Justicia y demás tribunales de la República.
Funciones de la Constitución
1-. Garantía de las libertades fundamentales: Estos derechos fundamentales se
pueden interpretar como dispositivos de resistencia contra los avatares del poder
político. Son derechos que se ejercen frente al Estado y sirven como límite a su
poder
2-. Función constitutiva del estado: Las constituciones sirven para demostrar
internacionalmente el surgimiento de un nuevo estado. Por ello todos los estados
luego de independizarse se muestran ante los demás como poseedores de una
constitución propia.
3-. Función de estabilización: Las constituciones otorgan estabilidad al poder
político que se apoye en ellas.
4-. Función de racionalización: Las constituciones permiten racionalizar el poder
político, por parte esto se logra a través de la separación de las funciones del estado
(Legislativa, Ejecutiva y Judicial) que garantiza el control del poder público en virtud
de la prohibición de concentrar el poder en un solo órgano.
5-. Función de legitimación del poder político: Debido a que las constituciones
incorporan principios políticos, democráticos y liberales, como soporte del poder
político lo legitiman, pues configuran el título con base al cual se ejerce el poder.
6. Función de cohesión social: La constitución es el instrumento principal que posee
un estado para mostrarse como un estado nacional, de esta manera, la constitución
cumple una función simbólica.
7. Función como base fundamentadora del sistema jurídico: La constitución es la
norma básica del ordenamiento jurídico, ello significa que toda la estructura
normativa tiene s fundamento en la constitución.
LA SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL
El principio de la supremacía constitucional, se encuentre consagrado
expresamente o no en el propio texto constitucional, coloca a la Constitución como
ley suprema del Estado y por ello todo el ordenamiento jurídico se encuentra
condicionado por las normas constitucionales, y ninguna autoridad estatal tiene más
poderes que los que le reconoce la Constitución, pues de ella depende la legitimidad
de todo el sistema de normas e instituciones que componen aquel ordenamiento.
El principio de supremacía constitucional caracteriza al tipo de constitución rígida,
en cuanto que ésta no puede modificarse por los mismos procedimientos que se
utilizan para dictar y reformar las leyes ordinarias, sino que deberá cumplirse con
una vía mucho más compleja y exigente.
Cuando el Constitucionalismo moderno elaboró el tipo de Constitución escrita o
codificada, adosó a la Constitución formal el rango de supremacía y el carácter de
súper-ley. Esta superioridad implica:
 El poder de donde la Constitución proviene es distinto al del Estado, el cual
es limitado, subordinado y condicionado por ella.
 La Constitución, emanada del poder constituyente, encabeza un orden
jurídico jerárquico y graduado que exige la coherencia de una prelación a
favor de la constitución suprema.
Cuando el orden de prelación se fractura, la norma o acto infractor de la constitución
se encuentra viciado de inconstitucionalidad.
En definitiva, la constitución no puede ser modificada por otra ley o acto de gobierno,
pudiendo únicamente modificarse a través del procedimiento determinado en su
propio texto para ello.
Al lado de este principio de primacía constitucional se encuentra el respeto y el
acatamiento que por ella deba existir, que valen tanto o más que la construcción
técnico jurídica de la supremacía. Se trata de un problema de legitimidad en sentido
sociológico, es decir, de la representación colectiva que se forja en torno de la
imagen de la Constitución, de la idea que de ella se tiene.
El primer antecedente de la consagración del principio de la supremacía
constitucional la encontramos en la Constitución americana de 1787, cuando en su
artículo 6 párrafo segundo estableció: “Esta Constitución, y las leyes de los Estados
Unidos que se expidan con arreglo a ella, y todos los tratados celebrados o que se
celebren bajo la autoridad de los Estados Unidos, serán la Suprema ley
del país y los jueces de cada Estado están obligados a observarlos (…)”. No
obstante, en Inglaterra, donde no rige el principio de la supremacía de la
Constitución, se pueden encontrar ciertos actos que denotan que el Common Law
limita a la ley del Parlamento.
La Supremacía Material de la Constitución resulta del hecho de que ella organiza
las competencias. En efecto, al crear las competencias, ella es necesariamente
superior a los individuos que están investidos de esas competencias. Por
consiguiente, los gobernantes no pueden ir en sus actos contra la Constitución, sin
despojarse, al mismo tiempo, de su investidura jurídica.
La Supremacía Formal de la Constitución surge, fundamentalmente, del hecho de
que sus normas han sido consagradas mediante procedimientos especiales,
diferentes a los de la ley ordinaria, y para modificar esas normas se requiere
igualmente de procedimientos especiales.
La Supremacía constitucional se consagra de forma expresa en la Constitución
venezolana en su artículo 7.
Artículo 7. La Constitución es la norma suprema y el fundamento del ordenamiento
jurídico. Todas las personas y los órganos que ejercen el Poder Público están
sujetos a esta Constitución.
Los siguientes artículos de nuestra Constitución nacional, son consecuencia de este
principio: 25, 27, 137, 139, 333, 334 y 335.
EL PRINCIPIO DE RIGIDEZ CONSTITUCIONAL
La rigidez de la Constitución se concretiza en la previsión de procedimientos y vías
institucionales específicas para la reforma de la Constitución, la cual en ningún caso
puede hacerse por la Asamblea Nacional, el Congreso o Parlamento mediante el
solo procedimiento de formación de las leyes.
En todo caso, se exige para la enmienda y reforma, el cumplimiento de requisitos y
formalidades especiales, y para la modificación sustancial de la constitución, en la
cual se vean afectados sus principios o su estructura, la participación del pueblo
como poder constituyente originario.
El principio de rigidez constitucional en Venezuela está consagrado en el artículo
333 Constitucional, el cual establece:
Artículo 333. Esta Constitución no perderá su vigencia si dejare de observarse por
acto de fuerza o porque fuere derogada por cualquier otro medio distinto al previsto
en ella. En tal eventualidad, todo ciudadano investido o ciudadana investida o no de
autoridad, tendrá el deber de colaborar en el restablecimiento de efectiva vigencia.
(Subrayado nuestro)
¿QUE ES EL ESTADO DE EXCEPCION?
El Estado de excepción es un mecanismo que, como su nombre sugiere, otorga
poderes especiales al Ejecutivo Nacional para afrontar situaciones fuera de lo
común que afectan la paz o el bienestar de los ciudadanos y que no son afrontables
a través de los mecanismos normales. Estos poderes podrán utilizarse
estrictamente para ese fin y una vez logrado el objetivo se extinguen.
El rasgo más característico de estas atribuciones es que acarrean la posibilidad de
limitar o restringir el ejercicio de algunos derechos temporalmente. Es importante
subrayar que en un Estado democrático se puede plantear la limitación de derechos,
pero nunca su suspensión, distinción que está apropiadamente expresada en la
Constitución de nuestro país, que en su artículo 337 señala que “podrán ser
restringidas temporalmente las garantías consagradas en esta Constitución”.
Otra particularidad de esta figura es su temporalidad. Vale la pena recordar que en
el pasado el Estado venezolano la ha utilizado de manera inapropiada extendiendo
exageradamente su duración. Así, por ejemplo, tenemos la “suspensión” de los
derechos económicos que estuvo vigente de 1961 a 1991, y que convirtió una
medida excepcional en una “normalidad” lo que supone una obvia perversión del
ordenamiento jurídico. Por ello no se tiene un buen recuerdo de los estados de
excepción en la medida en que han sido desnaturalizados y han servido de
instrumento para realizar abusos ajenos a las circunstancias que los justificaron. De
ahí que para contrarrestar y prevenir estos vicios, en la Constitución vigente (1999)
se incluyeron una serie de procedimientos para limitar el ejercicio exorbitante del
poder que es propio de los estados de excepción.
Adicionalmente debemos señalar que en muchos casos los estados de excepción
son invocados por el mismo poder ejecutivo cuyas erróneas políticas provocaron la
crisis. En este aspecto resulta entonces una contradicción el que se otorguen más
facultades a quien originó el problema que obliga a tomar esta medida. Sobre este
punto la Constitución no da una solución expresa más allá del referendo revocatorio,
y enfatiza por otro lado la necesidad de que los controles de los otros poderes
efectivamente funcionen y no sean manipulables por el ejecutivo.
Hemos de partir además del supuesto que los estados de excepción no son algo
bueno en sí mismo, pues implican la limitación de derechos, sino que más bien son
un sacrificio que la sociedad acepta por un interés general, de modo que por eso
deben estar regulados para minimizar lo más que se puedan sus efectos negativos.
Una democracia sin ejercicio pleno de los derechos no es una democracia.
A diferencia de la Constitución anterior (1961) que permitía estados de excepción
indefinidos y con una sola aprobación del Congreso de la República, la actual limita
a un máximo de 90 días (aunque algunos tipos están limitados a menos tiempo),
prorrogable por otros tantos. Así, el decreto original como su eventual prórroga
deben ser aprobados por la Asamblea Nacional y por la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia. Otra novedad del presente texto constitucional es que
ahora son más los derechos que no pueden ser restringidos por un estado de
excepción, como el derecho a la vida, a la integridad física y psicológica, al
reconocimiento de la personalidad jurídica, al debido proceso a la información, a la
libertad de conciencia y religión, a la familia y los derechos del niño, entre otros.
Finalmente, agrega la Constitución que el decreto de estado de excepción debe
cumplir con una serie de requisitos, y el más importante es que responsabiliza
específicamente al presidente de la República de establecer claramente cuáles son
las limitaciones que se impondrán a determinados derechos durante la vigencia del
estado de excepción, buscando garantizar que la población afectada esté enterada
de las nuevas reglas a las que debe adecuarse desde el comienzo. Esto es muy
importante, porque se evita que funcionarios inescrupulosos establezcan o
determinen de forma arbitraria las limitaciones a los derechos durante la vigencia
del decreto.
La Constitución no solo regula de forma más rigurosa que la anterior lo relativo a los
estados de excepción, sino que introduce dos elementos nuevos a la hora de
aplicarlos: la proporcionalidad y la temporalidad. La proporcionalidad: se aplica
cuando se señala que dependiendo de la causa, la duración máxima puede variar
según su gravedad. Esto debe apreciarse desde dos puntos de vista, pues la
proporcionalidad debe entenderse tanto para decidir la medida como para aplicarla.
Esto implica que el estado de excepción debe imponerse en función y para atender
la emergencia que le dio origen, por lo que si dicha situación puede ser solucionada
por los medios ordinarios no puede invocarse el estado de excepción. En segundo
término, incluso en el caso de que la situación lo requiera la aplicación de la
excepción debe ser en proporción a la situación de que se trate. Así entonces, por
ejemplo, un toque de queda que impida la circulación las 24 horas no tiene sentido
alguno y por el contrario vulneraría los derechos de los ciudadanos pues le impediría
el acceso a los bienes y servicios básicos para sobrevivir, pues no se podrían
trasladar a los hospitales o a los sitios de expendio de alimentos. Lo racional y
proporcional sería entonces imponer un horario que permitan el tránsito mínimo
necesario para satisfacer los requerimientos elementales de la población.
La temporalidad: es una constante de todos los tipos de estado de excepción que
la Constitución prevé, de manera que los limita a un tiempo máximo de existencia,
no pueden ser indefinidos. Ello implica que no pueden dictarse decretos de estados
de excepción sobre la misma situación, pero presentándola de diferente manera
para hacer ver que se trata de un decreto sobre hechos diferentes. Esto último
constituiría un fraude a la Constitución cuya intención es que la excepción dure lo
menos posible. En este punto resulta importante tanto el control político que hace la
Asamblea como el jurídico que debe realizar el Tribunal Supremo, cuyas sentencias
deben ser ajenas a parcialidad alguna y velar por el cumplimiento de la Constitución,
sobre todo en este punto donde lo que está en juego en la restricción de los
derechos de los ciudadanos.
El Constituyente prefiere fijar límites al poder en tiempos extraordinarios, para que
tiempos extraordinarios no sirvan de excusa para desconocer derechos.
¿CUANTOS TIPOS DE ESTADOS DE EXCEPCION?
De acuerdo con la Constitución vigente existen 4 tipos de estado de excepción
(Art. 338):
ESTADO DE ALARMA
Está vinculado con la ocurrencia de “catástrofes, calamidades públicas u otros
acontecimientos similares que pongan seriamente en peligro la seguridad de la
Nación o de sus ciudadanos y ciudadanas”.
De acuerdo con el diccionario, una catástrofe es un “Suceso que produce gran
destrucción o daño” y una calamidad es una “Desgracia o infortunio que alcanza a
muchas personas”, ambos son eventos vinculados a causas naturales (terremotos
o huracanes) o accidentes de gran alcance en cuanto al daño material que pueden
producir (por ejemplo, un incendio).
Duración máxima: 30 días prorrogables por otros 30 días más. Estado de
emergencia económica
Puede invocarse cuando “se susciten circunstancias económicas extraordinarias
que afecten gravemente la vida económica de la Nación” por lo que se entiende que
las causas deben estar relacionadas con esta materia. Lo dicho, aunque resulta
obvio debe resaltarse, pues es muy común que existan elementos que influyan en
la economía y que estos se generen fuera del país, con lo cual quedaría fueran del
alcance del gobierno venezolano manejarlos a través de un estado de excepción.
Un ejemplo lo tendríamos en el caso de que bajen los precios del petróleo en el
mercado internacional, por lo que en tal situación, ese hecho, en sí mismo, no sería
susceptible de generar un estado de excepción ya que este sería inútil para cambiar
la situación de los precios. De modo entonces que no todos los factores que alteren
la economía de un país son causa suficiente para dictar un estado de emergencia
económica. Esto es fundamental porque el estado de excepción debe ser útil pues
de lo contrario no tienen sentido.
Duración máxima: 60 días prorrogables por otros 60 días.
ESTADO DE CONMOCION INTERIOR Y EL DE CONMOCION EXTERIOR
Aunque el estado de conmoción interior y el de conmoción exterior son tipos
diferentes, la Constitución los trata de igual manera en cuanto a sus efectos y
duración. Ambos pueden decretarse en caso de conflicto interno o externo “que
ponga seriamente en peligro la seguridad de la Nación, de sus ciudadanos y
ciudadanas, o de sus instituciones”.
Recurriendo una vez más al diccionario, un conflicto es un “Combate, lucha, pelea”
o “Enfrentamiento armado” por lo que este tipo de estado de excepción exigiría la
existencia o amenaza de un enfrentamiento violento de tal magnitud que ponga en
peligro la seguridad de los ciudadanos. En el caso de conmoción interior el ejemplo
clásico sería un golpe de estado.
Más complicado, es determinar las razones que puedan generar un estado de
conmoción exterior, pues al tratarse de una circunstancia que ocurre fuera de
nuestras fronteras lo importante es que tenga incidencia en la seguridad de los
ciudadanos. Así, por ejemplo, la existencia de una guerra en un país fronterizo, si
esto origina graves perturbaciones en el nuestro, puede servir de justificación para
tomar la decisión a favor de dictar un estado de excepción.
En este sentido, debemos hacer un comentario que es de general aplicación a todos
los estados de excepción: los mismos deben dictarse por situaciones evidentes,
claras y tangibles, no por meras especulaciones sin razones tangibles y
transparentes que pongan de manifiesto la necesidad de decretar la excepción. Así
entonces, no pueden dictarse esta grave medida en base a suposiciones ni muchos
menos justificarse en meras sospechas. Al ser algo que afecta a todos, todos
debemos estar de acuerdo en que la situación que la justifique es real y evidente.
Duración máxima: 90 días prorrogables por otros 90.
Hemos de aclarar que, aunque las causas y duración de cada tipo de estados de
excepción son diferentes, las potestades que asume el ejecutivo son las mismas de
acuerdo con la Constitución, pero siempre atendiendo al principio democrático, es
decir, que las medidas que se tomen sirvan para la preservación de la democracia,
no para eliminarla o debilitarla.
CONCLUSION.
Los Principios Fundamentales del Derecho Constitucional, son aquellas Normas
que por su naturaleza especial están destinadas a servir de conceptos básicos y los
mismos se encuentran resguardados o bajo los criterios de la Carta Magna del país,
es decir a Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
En Venezuela las Leyes de la Republica se han encargado de definir estos
principios que apuntan al ejercicio del Poder Público, y con los cuales se pretenden
garantizar los derechos de los venezolanos, así como también el desempeño de las
Instituciones que conforman el Estado, los cuales se mantendrán bajo la normativa
del sistema Jurídico, amparado por la constitución y las demás normas que se
derivan de la constitución.

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