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Universidad Nacional de Rio Cuarto-Facultad de Ciencias Humanas

Departamento de Educación Física-Licenciatura en Educación Física-Noviembre 2012

Trabajo Final de Licenciatura


“Tránsitos de lo Corporal”
Posibilidades Artísticas desde la Educación Física

Ariel Ricardo Ledesma

Directora: Esp. Sonia de la Barrera


Co Directora: Dra. Ivana Rivero

Cultura, Educación, Cultura Corporal y Educación Física

“Enseñar no es transferir conocimiento,


sino crear las posibilidades de su producción o de su construcción…
quien enseña, aprende al enseñar y quien aprende enseña al aprender…
enseñar no existe sin aprender y viceversa”
Paulo Freire

Definiendo Conceptos
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en
1982, manifiesta que la cultura nos permite reflexionar sobre nosotros mismos, nos convierte
específicamente en “humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos”. Desde ella discernimos
valores y asumimos diferentes elecciones para la vida. La cultura nos permite expresarnos, pensarnos,
reconocernos como seres inacabados, cuestiona nuestras realizaciones, busca incansablemente nuevas
trascendencias y deja huellas.
Podemos conceptualizar la cultura como el entramado que incluye “conocimientos, creencias, artes,
moral, leyes, costumbres y cualquier otro aptitud o hábito adquirido por el hombre como miembro de la
sociedad”. La antropología contemporánea agrega los objetos materiales de creación humana, sumando así
al concepto de cultura todas las producciones materiales e inmateriales: “(…) utilizando la expresión cultural
para referenciar así las formas de conocimiento, las normas de convivencia, la sensibilidad y la significación
de las construcciones” (Pedraz, 2005: 7)
La educación, plantea Pedraz, puede definirse como “procesos más o menos intencionales y
sistemáticos a través de los cuales se transmite y reproduce o recrea la cultura, mediante la educación se
transmiten, fundamentalmente, los elementos de la cultura simbólica por la que cada ser humano construye
el modelo de sensibilidad de su entorno” (2005: 7). Estos procesos de transmisión ocurren en su mayor
parte, fuera de la escuela y se pueden definir como “educación invisible”, denominado así por ser una parte
de la transmisión de difícil observación (Pedraz, 2005).
La educación tiene que ver hoy con poner el cuerpo para evitar las profecías de fracaso:
“Poner el cuerpo para que el destino sea una construcción y no sea el cumplimiento de un destino
inexorable” Educar es oponerse a lo inexorable:
“Sabemos que el tránsito por la vida tiene un límite y fundamos instituciones y educamos como una
manera de sobreponernos a lo efímero de la vida, pero sabemos que esto se juega y porque esto se juega
tal vez cabe recordar esto que Hannah Arendt, planteaba con tanta claridad cuando decía los hombres
deben morir, los hombres mueren, pero no nacieron para morir nacieron para innovar” (en Frigerio 2009).
El objeto de estudio de la educación física es la cultura corporal y podemos definir la cultura
física - cultura corporal como el “conjunto de saberes, creencias, valores, leyes, reglas, hábitos, prácticas,
usos, actitudes, esquemas perceptivos y representativos, sensibilidades, herramientas, aparatos, etc”
(Pedraz, 2005: 8), que el sujeto alcanza o construye y determinan su comportamiento corporal (de las
actividades físicas), especialmente todo aquello que contribuye a configurar su cuerpo “su morfología
simbólica o representativa”. Continuando con el Planteo de Pedraz (2005), pertenecen a la cultura física o
corporal las formas adquiridas de relación corporal con el exterior y consigo mismo es decir:

 Las técnicas y hábitos de presentación corporal en las que cabe incluir las formas del vestido y de la
higiene, las formas de la cosmética, los modos gestuales y expresivos que rigen los modos de
convivencia y asimismo, la cortesía, etc.
 Las técnicas y hábitos alimenticios
 Las técnicas y hábitos comunicacionales no verbal
 Las técnicas y hábitos sexuales así como la aprehensión de las relaciones sexuales (percepción y
valoración del sexo y género propio, percepción y valoración del sexo y género no propio, percepción
y valoración de las expectativas intersexuales propias y ajenas, etc.)
 Las técnicas y hábitos en las actividades laborales
 Las practicas de expresión escénica
 Las prácticas de recreación y festivas
 Las practicas curativas del cuerpo
 Las formas adquiridas en representación del propio cuerpo y el ajeno
 Los modos de comprender la salud física
 Las formas de representación del espacio en el que se desenvuelve el cuerpo y la propia forma de
ocupación del espacio
 Las representaciones del pudor, la vergüenza o la intimidad y autocontrol de los impulsos que de
ellos se deriva; es decir, la emotividad somática
 Las representaciones y aprehensiones de la belleza y la fealdad corporal, la mesura y la vehemencia,
la elegancia y la vulgaridad, la apostura y el desaliño, la soltura y la torpeza o, en general la armonía
y la desarmonía corporal
 Los mecanismos por los que los ideales morales toman cuerpo sobre simbologías somáticas
(valoraciones de lo diestro y siniestro, alto y bajo, delante y detrás, cabeza y pies/cola/culo, lo que
hace que una buena parte de expresiones que indican posturas y actitudes corporales recuerden y
propongan estados anímicos, representaciones corporales de las virtudes y los vicios, etc.);
aprehensión ética, en definitiva, de lo corporal y de las relaciones somáticas
 Las formas en que los poderes sociales son ejercidos desde el cuerpo y sobre el cuerpo; o sea
prácticas de control y dominación corporal como la coerción, la disciplina, la vigilancia, el castigo, etc.,
 Las formas de vivir el cuerpo
 Entre otras…

Como parte de la cultura corporal, a lo anteriormente expuesto, Pedraz agrega las reglas sociales,
reglas que distribuyen estas técnicas, hábitos, formas y representaciones, según género, lugar social, edad,
profesión, otros. Estas reglas sociales evidencian que los comportamientos corporales, en su distribución,
son una muestra más de los dispositivos de las diferencias sociales. Esta suma de condiciones que
configuran los estilos de vida permite ver el cuerpo como lugar donde se percibe y racionaliza la realidad.
Desde el vínculo que se establece entre cultura y educación podemos definir la educación física en
sentido general como:

“(…) procesos sistemáticos a través de los cuales se transmiten o reproducen los modelos de
comportamiento y sensibilidad corporal. Modelos de comportamiento y sensibilidad que se concretan en la
adecuación a rasgos culturales con sus respectivos recursos técnicos, emocionales e ideológicos; es decir
que se concretan en la inculcación, de unos usos y representaciones corporales y en la construcción
material del cuerpo” (Pedraz, 2005: 8)

La educación invisible, antes mencionada, nos permite hacer un recorte y plantear una educación
física invisible, esta se concreta en la vida diaria por la que manifestamos sensibilidad, formas de ser,
entendimiento y organización corporal:

“Procesos que tiene lugar desde el momento en que nacemos, si no antes, por la forma en
que nos paren, nos amamantan, nos acarician, nos transportan, nos hablan, nos sientan, nos
acuestan, nos duermen, nos levantan, nos desnudan, nos visten; luego, por los modos en que nos
incluyen, nos excluyen, y nos recluyen en familia, en la escuela o en el grupo barrial por criterios que
tiene que ver casi siempre con nuestro cuerpo: por nuestro aspecto, nuestra forma, nuestra altura,
nuestra fuerza, nuestra destreza o nuestras astucia; después por los modos y motivos por los que
castigan, nos premian, nos inducen, nos seducen, nos reducen, nos coaccionan, nos ponen a jugar o
a trabajar; etc. Todo lo cual nos construye corporalmente como varones o mujeres como groseros o
refinados, como ordinarios o exquisitos, como desaliñados o apuestos como prudentes u osados
como tímidos o extrovertidos y hasta feos o lindos en el orden de la cultura física propias de la clase,
de la fracción de clase a la que pertenecemos. En cualquier caso, nos sitúa fuera o dentro del orden
de la cultura física dominante porque lo femenino, lo masculino, lo prudente, la osadía la timidez, la
extroversión, el desaliño, la postura, la ordinariez, la exquisitez y también la belleza y la fealdad son,
sobre todo modelos gestuales y modos de vivir el cuerpo: modos de organizarse en un orden en el
que las propiedades corporales son distribuidas por las reglas del juego de la cultura dominante”
(Pedraz, 2005: 9).

Estas reglas de la cultura dominante tienden a exaltar o denigrar la corporalidad, hacen de lo corporal
un conjunto de legitimación de “clase” social que por muy legitimada o naturalizada que se muestre presenta
resistencias en cualquiera de los espacios de la vida social. Al plantear la Educación Física en la institución
escuela lamentablemente no siempre nos resulta fácil poder proyectarnos en consideraciones sólidas.
Independiente de quien escriba, la educación física está erigida socialmente por elaboraciones arbitrarias y
contaminadas por múltiples gustos y manifestaciones.
La educación física en la escuela media propone rasgos determinados, se proyecta en un rango de
edad concreto, tiene carácter de obligatorio, los grupos no obedecen a las mismas capacidades, intereses y
necesidades corporales, situación que posee un alto grado de complejidad.
Pedraz (2005) plantea la necesidad de reflexionar sobre la práctica pedagógica en educación física,
analizando contenidos, objetivos, metodología y la propia filosofía de la educación física, intentando asumir
una sensibilidad corporal amplia y diversa.

Una mirada al Arte


Tatarkiewicz (2001) considera al arte como una actividad consciente del hombre, que le permite
“reproducir cosas, construir formas, o expresar una experiencia”, si el logro de esta concreción, construcción
o expresión puede encantar, emocionar o “producir un choque”.
A decir de Gadamer (1991) el arte es conocimiento y capacidad cognitiva y se vincula con tres
concepciones fundamentales: juego, símbolo y fiesta. El autor plantea la necesidad de justificar el arte,
cobrando importancia el receptor (espectador) estableciendo que hay una labor de reflexión por
cuestionamientos de significados. El arte es una creación ejemplar de existencia autónoma y satisfacción
desinteresada, Hay en el arte un libre juego, sin conceptos previos, entre el artista y el receptor. Este último
es quien descubre el significado de la obra (Gadamer, 1991).
La experiencia artística es experiencia antropológica. En coincidencia con Gadamer, ella implica tres
conceptos fundamentales:
Juego: es necesidad fundamental del hombre. Es racional, porque se juega con cierto orden,
métodos y códigos. Tiene identidad que constituye la unicidad de la obra o identidad hermenéutica en sí
misma, es decir, que la obra tiene un sentido interpretable de coherencia interna en su lectura. El receptor
no puede proyectar sus intenciones en ella. La identidad le otorga durabilidad y apertura. Implica un jugar-
con. La interpretación es un hacer comunicativo del co-jugador (espectador), que forma parte del juego con
su abordaje a la obra. Existe participación, la percepción es una respuesta activa en el espacio de juego que
se llena con la praxis, construcción, tarea. Esto es ejercitar el movimiento hermenéutico. La percepción
brinda al co-jugador un sentimiento vital de apreciación del mundo
Símbolo: En el arte, implica la función de ser remitido a lo indeterminado, como necesidad de
contactar con el Ser a través de un fragmento que puede integrarse a un todo que se le corresponda. Es una
experiencia de integridad, evocación de una totalidad no percibida. Similar a la alegoría, si bien ésta
necesita del conocimiento previo de aquello a lo que remite. El símbolo descansa en un juego de contrarios:
mostración y ocultación que constituyen su conformación. La obra cobra sentido en sí misma, es decir, tiene
carácter de facticidad (el plus) por el cual el significado de la obra reside en ella misma. Se debe aprender a
leer una obra, aprender a oírla.
Fiesta: es celebración. Es un espacio de integración, de participación de todos con todos. Es una
comunidad donde se rechaza todo aislamiento. Tiene poder comunicativo. Tiene una estructura temporal
propia o plena, porque se está en todo momento allí, es tiempo fluido. Es muy diferente e
independientemente del tiempo vacío, de la vida cotidiana, el cual es divisible, mesurable, tiempo que se
dispone para algo.
El tiempo pleno de la fiesta pide que nos demoremos, debemos adecuarnos nosotros a él. La
“experiencia estética es aprender a demorarse” para disfrutarla obra. El tiempo total es como un organismo,
donde todo está ligado a todo y posee coherencia en sí mismo. Así, en la estructura temporal de la creación
se percibe una especie de organización o finalidad propia.

El arte, entendido como juego, otorga permanencia al continuo vaivén: lo fugitivo. El arte, como
símbolo, es tarea de construcción. Es la capacidad de reconocer. Capta la permanencia de lo fugitivo. En el
arte como en la fiesta, no hay separación entre pasado y presente. Hay unificación, determinada por
Mnemosine, que alude a la retención en la memoria (tiempo pasado) respecto de aquello que es fugitivo y
efímero (tiempo presente).
Toda obra entrega al espectador un espacio de juego que tiene que ocupar.
La fiesta se celebra, la celebración es una actividad intencional. Celebramos al juntarnos por algo y
esto se hace especialmente claro en el caso de la experiencia artística. No se trata sólo de estar uno junto a
otro como tal, sino de la intención que une a todos y los integra en vivencias grupales (Gadamer, 1991).

Educación Artística
Las expresiones artísticas ocupan un significativo lugar en la vida de los seres humanos y en la
construcción histórica del pensamiento. El Arte es patrimonio cultural de todos, es encuentro, es muestra, es
espacio de libertad que propicia la creatividad, puente de emociones y sentimientos, pregón que contiene y
permite una multiplicidad de interpretaciones de la vida
El arte es un testimonio que pertenece a la sociedad y se instituye como construcción cultural, no
sólo estética sino multidimensional. El arte le permite al ser humano poner de manifiesto su intrínseca
relación con el mundo, por medio de imágenes simbólicas y metáforas, portadoras y constructoras de
sentidos sociales y culturales, y se expresan en distintos formatos simbólicos que se denominan lenguajes
artísticos.
Los lenguajes artísticos son elaboraciones de comunicación verbal y no verbal con una intención
estética; en la actualidad, pueden identificarse como tales la música, las artes visuales, la danza, el teatro, la
expresión corporal, los lenguajes audiovisuales, los multimediales, etc. Estos lenguajes involucran en su
concreción, herramientas y procedimientos propios; sin embargo, todos se ligan en instancias vinculadas
con la producción de sentidos y la interpretación.
Las posibilidades de interpretación se manifiestan en las instancias de creación artística y en los de
valoración. Así, tanto el sujeto que selecciona y decide los recursos para la creación, como el que pone en
juego procesos de percepción, análisis y valoración, construyen sentido.
En este sentido el arte a través de sus posibilidades se constituye en un campo de conocimiento en
el que su área de saber encierra procesos de interpretación estética, consolidándose como un espacio que
se proyecta hacia la construcción de múltiples realidades posibles y deseadas y pone de manifiesto la
diversidad, la convivencia, la incertidumbre. Es decir, se vincula con los saberes y capacidades específicos
afines a la experiencia artística permitiendo a los sujetos formas de expresiones únicas; ofreciéndoles la
posibilidad de explorar ideas, desarrollar la crítica y acercarse desde distintas perspectivas a la realidad.
Posibilita a su vez la participación individual y colectiva en un contexto de conocimiento, comprensión y
respeto de la propia cultura y las de los demás.
Las imágenes visuales y los gestos, corporales y sonoros cumplen una función primordial tanto en la
expresión de los sujetos como en su interacción, ofreciéndoles la posibilidad de manifestar y simbolizar la
realidad que les toca vivir, pero con potencial para trascenderla hacia la construcción de otros mundos
posibles. Hoy la diversidad de soportes comunicativos, recuperan y expanden aún más esas funciones. En
este sentido, la educación orientada a la producción de sentido estético a través de las expresiones
artísticas va más allá su condición de formación específica, para constituirse en una oportunidad para la
adquisición y el desarrollo de capacidades de análisis crítico de la sociedad, favoreciendo la apropiación de
nuevos medios para expresar y resignificar la propia experiencia y la de la comunidad de la cual forma parte.
Desde esta perspectiva, la Educación Artística permite al estudiante “allanar obstáculos en su
inclusión social a través de la superación de prejuicios, la comprensión de diversas formas de comunicación
y expresión, y el manejo de éstas en producciones propias” (Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.
Dirección General de Cultura y Educación, 2006: 1). La escuela, debería propiciar espacios que permitan a
los adolescentes el conocimiento en torno a los diferentes lenguajes artísticos, vinculándolos con las
expresiones artístico-culturales de su entorno y de diferentes contextos espaciales y temporales. Esta
vinculación potenciará una mirada crítica y estética que, desde la construcción de conocimientos propios del
área, contribuirá a la transformación de la realidad sociocultural con una mirada pluralista que respete los
diferentes modelos culturales sin perder los propios.
La práctica de las artes en el ámbito escolar, específicamente en el encuentro de educación física
favorece el reconocimiento corporal y la capacidad comunicacional. La concreción desde las distintas
disciplinas fortalece la propia identidad y los vínculos interpersonales, preparando a los estudiantes para
crear e interactuar junto a otros, respetando las distintas miradas e ideas. Es así que el área no sólo
desarrolla capacidades específicas, sino que, además, brinda oportunidades para transferir conocimientos a
las demás.
Es tarea de la escuela ofrecer a todos los estudiantes igualdad de oportunidades poniéndolos en
relación y diálogo permanente con las particularidades que les brindan los diversos lenguajes artísticos y
brindar posibilidades para vincularse con distintas culturas.
Los aprendizajes y contenidos se organizan en torno a diferentes disciplinas artísticas que han de
confluir en los proyectos que se propongan en el espacio curricular, la consideración de las particularidades
del lenguaje artístico, la recepción-interpretación-valoración de las manifestaciones artísticas y el contexto
sociocultural de creación y circulación.
Los aprendizajes que ponemos en juego remiten a los saberes fundamentales que la escuela debe
garantizar a todos los estudiantes ya que, por su significatividad y relevancia, son necesarios para el
desarrollo de las potencialidades de los adolescentes y para su participación en la vida cultural y social. En
su condición de orientadores y organizadores de la enseñanza, actúan como referentes del desempeño
docente porque indican experiencias educativas que han de contribuir al desarrollo, fortalecimiento y
ampliación de la posibilidades expresivas, cognitivas y sociales de los estudiantes. Los aprendizajes
abarcan contenidos, conceptos, actitudes, procedimientos, formas culturales, lenguajes, valores, destrezas,
y prácticas que poseen un sentido formativo específico, que aportan en el desarrollo de las diferentes
capacidades asumidas en las intencionalidades de la escuela. Los contenidos se van regulando y
complejizando a lo largo de los años. En este sentido, los aprendizajes nos dejan ver los alcances en la
apropiación del contenido por parte del estudiante, definidos en el marco de la interacción de los sujetos
pedagógicos (estudiante y docente) entre sí y con los saberes, en contexto.
Los contenidos presentes en los aprendizajes anhelados en cada espacio curricular deberán
articularse para favorecer experiencias educativas, culturalmente situadas, que enriquezcan las trayectorias
personales, escolares y sociales de los estudiantes. Será tarea docente diseñar la propuesta según las
estructuras organizativas que se estimen más adecuadas.

La Expresión Corporal -como aspecto central de la propuesta-


La expresión corporal o lenguaje del cuerpo constituye uno de los aspectos básicos de la
comunicación humana, es el comportarse externo espontáneo o intencional, que traduce emociones o
sentimientos mediante el lenguaje corporal. Es una disciplina cuyo objeto de estudio es la conducta motriz
con finalidad expresiva, comunicativa y estética en la que el cuerpo, el movimiento y el sentimiento
constituyen instrumentos básicos de expresión y comunicación.
Esta disciplina se constituye por la interrelación de los lenguajes expresivos: antropología del
movimiento (juegos, danza, acrobacia tradicional), artes del movimiento (danza, danza-teatro), comunicación
social (lenguaje no verbal), artes literarias y artes sonoras, psicología aplicada al movimiento y creatividad
(Motos 2004).
Si realizamos una síntesis sobre la evolución del concepto vemos que inicialmente lo que conocemos
como expresión corporal fue una técnica de interpretación que se ponía en juego para estimular la
expresividad de los actores que, con el paso del tiempo y la suma de experiencia, ha ido ampliando su
accionar a campos dispares tales como la animación sociocultural, la danza, la psicomotricidad, la
educación física y otros. Por esto al referirnos a la expresión corporal nos lleva a un concepto ambiguo e
impreciso, con una interpretación amplia y a veces confusa.
En la década de los sesenta se impuso como un procedimiento de intervención abarcativo:
sensibilización motriz y emotiva, comunicación corporal, desbloqueo y liberación de tensiones, desinhibición,
psicodrama, catarsis, dinámica de grupos, performance. Tenía identificación con la danza, con el mimo, con
la disposición natural de ciertas personas para gesticular, con la técnica de interpretación actoral, e inclusión
en el campo de la psicomotricidad. Sin duda, el término posee nociones diferentes según lo utilice un actor,
un bailarín, un psicoterapeuta, un profesor de educación física, un animador sociocultural u otros.
En los años de existencia como disciplina, la expresión corporal ha capturado técnicas y
procedimientos de diversas procedencias: mimo, técnica actoral, danza, psicodrama, yoga, acrobacia,
técnicas de meditación y gimnásticas orientales, dinámica de grupos, circo, etc. Su difusión y aceptación
tienen lugar por reconocer que todos podemos expresarnos corporalmente, que no se necesitan accesorios
ni soportes, ya que el medio es el propio cuerpo.
En la década de los sesenta el concepto empieza a adquirir estatus propio como una tentativa de
contestación y renovación de técnicas ya constituidas:
- “La expresión corporal es una conducta que existe desde siempre en todo ser humano. Es un
lenguaje pre-verbal, extra verbal y paralingüístico por medio del cual el ser humano se expresa a través de
sí mismo, reuniendo en su propio cuerpo el mensaje y el canal, el contenido y la forma, pues él es cuerpo y
tiene cuerpo” (P. Stokoe, 1990:16).
- “La expresión podría ser la expresión del pensamiento a través del movimiento, con intencionalidad
comunicativa. La expresión-comunicación se realiza mediante el instrumento cuerpo con vistas a ofrecer un
significado” (T. Motos, 1983:27).
- “La expresión corporal es una disciplina que permite encontrar, mediante el estudio y la
profundización del empleo del cuerpo, un lenguaje propio” (M. Schinca, 1988:22).
La expresión corporal como continente de las disciplinas artísticas -Baile/danza, acrobacias,
malabares, etc.- que integran este proyecto de educación física poseen contenidos, procedimientos y
técnicas propias que constituyen su objeto de enseñanza pero que se asumen desde este espacio como
posibilitadoras de reflexión y desarrollo corporal.

Lenguaje corporal
Nuestras acciones resultan de una compleja y continua lucha entre nuestras necesidades instintivas,
estéticas y morales (Hugas i Batlle, 1996). El lenguaje gestual revela significativamente la forma de ser de
un sujeto, que se distingue desde lo visual y lo táctil y se denomina lenguaje corporal. El lenguaje del cuerpo
tiene como base las pautas de conducta de la comunicación no verbal. El gesto es expresivo e irrumpe del
interior de la persona involuntaria e inconscientemente, evitando la conciencia crítica. El lenguaje del cuerpo
es más universal que el de la palabra (Ridocci, 2009).
El gesto posee significado, intención y se encuentre cargado de sentido que evidencia mucho de la
personalidad. Es lenguaje, comunica intención, evoluciona en el sujeto durante su vida, se distinguen así
varios tipos de gestos: los automáticos, los emocionales y los proyectivos. Todos estos acompañan al
individuo a lo largo de toda su vida (T. Motos, 1983).
La expresión corporal en su práctica reflexiona y contribuye con la comunicación interpersonal,
reflexión, observación y creación. Es un medio de educación estética, tiene procedimientos para obtener
técnicas corporales básicas, La expresión corporal ayuda al docente a considerar al alumno como un ser
total, ya que implica simultáneamente en el aprendizaje aspectos motrices, afectivos y cognitivos.
La práctica genera búsquedas permanentes, a través de sus propuestas, para superar las formas
restrictivas de disponer de las posibilidades corporales vivenciadas en los gestos, posturas, modos y
dinámicas de la motricidad humana. Los distintos momentos en los encuentros de educación física abren la
posibilidad no sólo de mantener la reproducción cultural que reflejan determinadas prácticas expresivas, sino
también de modificarlas en procesos de reinvención, invención, y creación.
Lo mencionado en el párrafo anterior se apoya en el decir de Freire: “Enseñar no es transferir
conocimientos, sino crear las posibilidades para su producción o su construcción (…) Quien enseña,
aprende al enseñar y quien aprende enseña al aprender… Enseñar no existe si aprender y viceversa” (2002;
24)
Esta propuesta permite la consideración del contexto como marco referencial e insumo para la
creación, desarrollando la capacidad corporal de componer en el tiempo, en el espacio y con los otros.
Las disciplinas artísticas puestas en juego en nuestra propuesta son una forma específica de
conocimiento, creación de sentido estéticamente comunicable en un contexto cultural determinado, que se
construye por diversos lenguajes simbólicos.
El aprendizaje de los lenguajes de disciplinas artísticas, en muchas de sus dimensiones, contribuyen
a desarrollar las capacidades corporales en un alto grado de potencialidad conjuntamente con la
construcción de un pensamiento crítico y divergente, la apropiación de significados y valores culturales, la
elaboración y comprensión de mensajes significativos.

El movimiento
El movimiento aporta en la constitución de la Identidad Cultural corporal, desde un abordaje
focalizado en las características propias del grupo destinatario. El movimiento que proponemos apunta a
propiciar la sensibilización, permitiendo alternativas de autoexpresión y vinculación con los otros, la
estimulación de la creatividad individual y grupal, explorando la comunicación no verbal y el desarrollo de las
capacidades psicomotrices. El movimiento educativo-expresivo-artístico que compartimos se aborda desde:
respiración, movilidad articular, formas básicas, estímulos sonoros, contacto, espacio, formas corporales,
tensión-relajación, simetrías-asimetrías, reflejo, alturas o niveles, creación, representaciones.
La exploración pautada de las posibilidades del movimiento, el diálogo corporal, la construcción
desde lo corporal, la concertación grupal para la composición coreográfica, el uso de objetos, de música de
diversos estilos y orígenes, la utilización de imágenes y de estímulos provenientes de otros lenguajes
artísticos, constituyen algunos de las formas particulares que identifican esta propuesta. Finalmente
apuntamos a favorecer contextos de creación de movimientos, de coreografías, de exploración de las
posibilidades del cuerpo solo, acompañado o con diferentes objetos, de experimentación de las acciones
desencadenadas por los objetos, de construcción con el cuerpo en el espacio, de construcción de mensajes,
etc., para compartir internamente y luego hacia la comunidad. Creemos que una práctica con estas
características podría llegar a multiplicarse en el campo de la educación física, articulándola con otras
dimensiones culturales que la disciplina pone en juego.
Promover la integración de esta propuesta de educación física con otras áreas y en especial las
artísticas en la escuela, no sólo retroalimentaría y beneficiaría la construcción de saberes en los sujetos,
sino que redimensionaría la práctica disciplinar y posibilitaría de manera concreta la inserción de los
lenguajes expresivos en un ámbito que trasciende la escuela.
Resultantes de esta propuesta, entre otros, podrían aportar al mejoramiento del discurso corporal y
de la comprensión del cuerpo; el sentido de grupo, de la necesidad del otro para el alcance de metas, el
conocimiento de diversos recursos estéticos y su aplicación práctica; el estímulo del sentido musical y la
expresividad a través del movimiento.
El Baile y la Danza
Profesores Universidad de Caldas - Manizales (Colombia) Luis Guillermo Jaramillo Echeverry/Napoleón Murcia Peña

“Bailar, es luchar contra todo lo que retiene, todo lo que sepulta,


todo lo que pesa y agobia. Es descubrir con el cuerpo la esencia y el alma de la vida.
Es entrar en comunicación física con la libertad. Por lo tanto, es practicar el arte sagrado”
Jean Louis Barrault

"Siempre he pensado que la danza es mágica en muchos aspectos tanto para los que disfrutan de su
contemplación como para los que viven y trabajan en su mundo". (Fontein de Arias)
    A lo largo de la historia, la danza ha estado inmersa en todas las culturas del mundo, siendo una
de las bellas artes más estudiadas por hombres y mujeres, quienes se han interesado por ese hechizo que
embruja a todos sus participantes y espectadores; por tal motivo, la tradición de la danza es una fuerza
extraordinariamente eficaz para estudiar el devenir de las culturas.
    Han (citada por Gardner, 1991,83), la define como "secuencias de movimientos corporales, no
verbales con patrones determinados por las culturas, que tienen un propósito y que son intencionalmente
rítmicos con un valor estético a los ojos de quienes la presencian".
    Le Boulch (1997,29) afirma a propósito que: "el término de danza sólo puede aplicarse cuando las
descargas energéticas son rítmicas; es decir, obedecen a una ley de organización temporal de movimientos;
de evolución normal de una motricidad espontánea que se convertirá en intencionada y controlada".
    En efecto, la danza es una expresión natural y espontánea en el ser humano, así como lo es el
movimiento que la impulsa a ser una manifestación común del sujeto, el que a su vez la utiliza, o es utilizado
por ella, como una forma de comunicación y expresión; inclusive de aquellos sentimientos que son difíciles
de comunicar con la palabra. "El hacer enunciado no quiere decir que lo que uno dice es lo que quiere decir,
pues en la medida que uno diga lo que quiere decir, queda reducido al enunciado, esto ya representa un
sentido desenfocado. Caso distinto con la poesía y el arte en sí, como obra y creación lograda que no es
ideal, sino espíritu reanimado que se acerca hacía la vida infinita". Gadamer (1993, 583). Desde esta
perspectiva, la danza como arte, va más allá (de la finitud) de lo que simplemente se quiere decir, pues toca
el espíritu del mismo hombre.
    En este sentido, la Danza se puede presentar como un elemento que dinamiza la vida del hombre
y la mujer de múltiples formas; entre ellas:
 Validar y reflejar la organización social.
 Sirve como vehículo para la expresión secular o religiosa.
 Como diversión social o actividad de Recreación.
 Como declaración de valores estéticos y éticos.
 Para lograr propósitos educacionales.
 Para poder conocer una cultura en particular. (Gardner1991,83)
    Estos elementos característicos de la danza la sitúan como una de las artes más ricas en cuanto a
expresión y dinamización cultural, pues mediante su conocimiento se puede inferir la dinámica de las
diferentes culturas y regiones, y mediante su práctica es posible redimensionar la expresividad cultural de
todo un pueblo. Por tanto, "la danza es la manifestación de una expresión espontanea individual desde sus
orígenes, y antes de ser una forma de arte, fue una expresión espontanea de la vida colectiva." Le Boulch
(1997,129.)
    La danza es impulsora de cambio, pues cada movimiento dancístico es expresión de un sujeto, de
su individualidad y su coordinación con la generalidad de otras individualidades. Por eso, Kisselgoff (1988)
considera que: "El mundo de la danza está cambiando permanentemente ante nuestros ojos. Cada
interpretación es un crepúsculo..." pero la danza, que en sí misma es creatividad, expresividad, fluidez y
armonía; es a la vez exigencia y disciplina, pues la realización máxima de su expresividad está determinada
por la precisión de movimientos elegantes, que no es en caso alguno el adiestramiento mecánico del
movimiento, sino una forma que hace posible la creación subjetiva de los individuos.
    Le Boulch (1998,130) habla de la forma como la danza pertenece a la expresión, es decir:
"manifiesta un estado vivido". Es una comunicación viva y natural del bailarín que no está condicionado por
movimientos rígidos e impuestos por un agente externo; de tal modo que el observador pueda percibir esa
descarga de energía en afectos, emociones y sentimientos. O sea, una serie de actitudes en mímicas,
miradas y gestos expresivos. De otra forma, si la mecanización domina en la formación y el cuerpo del
artista es condicionado con rigor por el profesor para producir un fragmento completo, la expresión se
empobrece y se manifiesta en un estilo académico, preciso, alejado del valor emocional y viviente de la
obra. "Por fortuna, la dimensión actual de la danza ha recuperado su lugar expresivo" Le Boulch (1998,131)
    Por tanto, la danza es un espacio que permea en sí misma, la posibilidad del sentimiento, en tanto
encuentro con la emoción y la pasión, en tanto reconquista de lo espiritual y lo corpóreo o trascendencia
espiritual del cuerpo, y en tanto escenario de sufrimientos y alegrías, de angustias y calmas de voces y
silencio.
    La danza es una forma de comunicación y expresión por excelencia; como dice Barysknikov
(citado por Gardner, 1991, 87), "un mundo de nuevos lenguajes, los cuales expanden su flexibilidad y
alcance en todas las culturas". Lo anterior, porque en cada uno de los juegos dancísticos hay muchísimos
lenguajes posibles; jamás suficientes, claro está, para expresar el universo infinito del deseo y la pasión
humana.
    Por último, la danza se encuentra muy relacionada con la Acción Física Humana; siendo esta
última una de sus manifestaciones culturales; las dos utilizan el movimiento humano como campo de acción
en el desenvolvimiento corporal y mental del individuo. De igual forma tienen en cuenta el espacio temporal,
la ubicación en un escenario determinado, la calidad del movimiento y la forma de su estructura. Muchos
movimientos son posibles; desde los percusivos hasta los sostenidos, tienen similar escenario de aparición y
ejecución; así como muchas esferas del desarrollo humano son influidas desde la misma dinámica de
acción. La danza y la Acción Física Humana son en consecuencia, un lugar de similares vocabularios e
idiomas.

Danza y baile
"La música y el baile son dos artes que se complementan y forman la belleza y la fuerza que son la
base de la felicidad humana". Sócrates.
    El baile como tal, sugiere en el individuo un deseo interno por comunicar algo de sí que lo
caracterice; puede ser a través de la expresión de su forma de vida, como sus pensamientos y sus
emociones; puede ser a través de la expresión de las costumbres y saberes de sus antepasados, o por la
necesidad lúdica del hombre.
    Ahora bien, qué motiva al individuo a realizar la acción de bailar? La necesidad de crear con su
cuerpo una serie de imágenes y percepciones en sí mismo y en los demás para dar a entender una idea;
pues como lo asume Fast (1990, 20) "hay expresiones que todo ser humano hace y que de algún modo
comunica una imagen y un significado a todos los otros seres humanos cualquiera sea su raza, sexo, credo
o cultura"; estas expresiones se pueden dar a conocer, según el mismo autor, por medio del baile.
    Puesto que la imagen creada a través del cuerpo puede ser expresada en el baile, esta implica
una relación directa con la percepción simbólica de los sujetos; en tal sentido, cuando el hombre y la mujer
crean un conjunto de símbolos e imágenes expresados por movimientos rítmicos, están dando una
connotación de baile como medio de comunicación entre los seres humanos, pueblos y sociedades.
    Desde esta perspectiva, se evidencia como el individuo necesita expresar todo lo que siente no
sólo a través de la palabra sino con la expresión propia de su ser. Por ello, el baile se ubica dentro de las
artes, ya que su eje central es el de comunicar una idea o un sentimiento por medio de expresiones,
consideradas estas "como todo aquello que concierne a lo que la persona vive con sus afectos y con sus
emociones". Le Boulch (1998,32).
    Por tanto, toda acción de comunicación que va dirigida a otra persona, puede ser cargada de
expresión; pues de lo contrario, sería una acción sin expresión, sin sentido, puesto que el lenguaje no puede
carecer totalmente de afectividad.
    El baile entonces es parte complementaria del sujeto, ya que todo sujeto siente el deseo de
manifestar algo de su cotidianidad ante los demás, pues el hombre según Lifar (1978,23) "Ha bailado y
seguirá bailando por encima de la palabra", dado que este deseo de querer exteriorizar y comunicar un acto
simbólico que hace parte de su vida, no lo puede reemplazar la expresión oral, sino que debe involucrar todo
su cuerpo.
    
    Londoño en su libro de "Baila Colombia"(1995,8), expresa que el baile es "una serie de mudanzas
que hacen los que bailan, es movimiento rítmico; la expresión corporal que se hace al compás de la
música... baile es danza". Con lo que está significando que un baile o bailes hacen parte del gran mundo de
la danza; a la vez que ella hace parte de este. Con la danza como universo del baile se expresan
sentimientos y emociones culturales. En tal sentido, la danza es una de las artes más humanas, pues en ella
se unen el espíritu y el cuerpo al servicio de la belleza corporal, de la salud, de la inteligencia y el
conocimiento.
    En este sentido, cuando se habla de danza, no se esta haciendo referencia de igual forma al baile;
pues en el primer caso, tiene albergue el conjunto de emociones, sentimientos, ideas y pasiones
expresados; y en el segundo caso, se refiere al medio a través del cual se ponen en escena tales aspectos.
Baile, es aquella parte que hace de la danza una realidad, en la cual una persona entra en su mundo. La
danza al querer expresar un acto simbólico como el amor, la pasión, las costumbres o el modo de ser de un
individuo o de una comunidad, lo hace por intermedio del baile o bailes.
    Serrano (1996,29) por ejemplo, al hacer un estudio entre el consumo del Rock de los jóvenes
urbanos, toma un relato de un joven quien considera esta diferencia al decir. "En el concierto siento algo que
está faltando, es la manada, porque ahí es donde uno pierde ese ser social... con los demás uno pogea, ese
antibaile que es negativo que lo llaman baile (Pogo) porque justamente constituye para mi negar eso, el
baile de compromiso..."; en esta expresión, el joven considera que la danza es mucho más que el baile,
pues ésta implica comprometer a la manada en el sentimiento que ocasiona la acción de bailar.
    También se puede bailar por simple diversión; es decir, como juego donde hay una liberación de
energía en forma gratuita sin ningún propósito determinado y con el ánimo de traer alegría al cuerpo. En
este sentido Le Boulch afirma "que el juego es común al hombre y a los animales, y sus manifestaciones
más primitivas son descargas motrices que toman el aspecto de gritos, de carreras y de gesticulaciones
diversas..." esencialmente el juego aparece como una forma de expresión.
    Por todo lo anterior, se puede observar una diferencia entre danza y baile. Pese a que los dos se
complementan y están íntimamente relacionadas. Sin embargo, aunque la danza se hace visible por medio
de bailes, no siempre se baila para comunicar algo en sí, sino que se puede bailar por alegría, diversión y
desfogue de energía, siendo una práctica como dice Gardner (1991, 28) en forma de juego (libre y
espontáneamente); por el contrario, la danza comunica un estado vivido, la cual va mas allá del simple
juego(sin querer decir con esto, que el que danza no juega; pues también se puede jugar con gran
significación y no sólo por divertirse) siendo a su vez, más extensa y holística que el baile.
    La danza permite que muchos sujetos le encuentren sentido y razón a su modo de ser y de actuar,
ocupando un lugar importante dentro de la vida de aquel que la practica. No obstante, dice Le Boulch,
"danza y juego difieren por la significación que encierran respecto a la conducta del individuo que juega
(baila); el juego es una actividad relacionada con las cosas ubicando su resultado en el nivel de la
operatividad¨. Pero otros hacen de la danza su razón de ser y de vivir, su ser proyecto al arrojarse a su
mundo, el cual en muchas ocasiones es incomprendido por su alto grado de expresión y significatividad.
    La danza, entonces, pertenece a la expresión de la corporeidad, es decir, manifiesta un cuerpo
vivido y sentido; el baile, se convierte en ese medio, para vivir y sentir esa corporeidad. Se podría afirmar
entonces, que una persona puede hacer de la danza un estilo de vida como Lifar (1968,168), quien dijo de
ella: "la danza es el arte al que sirvo en todos los instantes de mi vida y al que considero el primer elemento
de mi ser. Toda mi concepción y percepción de la vida son en función de mi mentalidad dancística".

Danza, comunicación y educación


 Profesores Universidad de Caldas, Manizales Grupo: "Acción motriz y Mundos Simbólicos" (Colombia)  
Luis Guillermo Jaramillo
Echeverri Napoleón Murcia Peña

    La danza al abrir nuevos espacios de búsqueda y expresión hace que el ser humano tenga un
encuentro consigo mismo, con los demás y con el medio que les rodea; elementos fundamentales en
cualquier proceso educativo y de comunicación.
    Por sus bondades de relación y por sus posibilidades de expresión, la danza permea momentos
amplios para la exploración de nuevos saberes, el crecimiento personal y la comunicación social, los cuales
forjan una autoformación acorde con el gran objetivo del hombre y mujer: “Ser proyecto con sentido.”
    Dado que la propuesta está sustentada en los hallazgos logrados en un proceso de investigación,
se pretende asumir la danza desde las siguientes esferas:
 La esfera de la danza como alternativa de comunicación, la cual se esboza desde la idea de
expresión y cotidianidad y desde la relación real que la danza posee en el joven de hoy.
 La esfera de la danza como alternativa de educación, sustentada desde algunas reflexiones
sobre lo educativo, la realidad contextuada, la validación de mensajes, la educación desescolarizada y el
papel que esta juega en estos escenarios de lo educativo.

La danza, alternativa de comunicación


Danza: Expresión y Cotidianidad: (Signo y Símbolo)

El lenguaje del cuerpo permite encarar bajo una nueva luz la dinámica de las relaciones interfamiliares.
Julius Fast

Históricamente el cuerpo ha revelado la forma de comportarnos y movernos en medio de la


cotidianidad, pues una sonrisa puede ser sinónimo de alegría y entusiasmo, al igual que una mueca puede
reflejar desagrado e ironía.
Pero es necesario además reconocer que todos los seres humanos nos movemos con ciertas
actitudes que revelan nuestra historia cultural; el caminar, el movimiento de las manos, los gestos
corporales, son semejantes a los de nuestros familiares, conservando un prototipo y modo de ser cultural.
Hemos ido heredando algunos comportamientos motrices a lo largo de nuestro desarrollo
ontogenético, devenidos todos ellos del proceso de socialización que anima la vida del ser humano; esto
significa que nuestro cuerpo y nuestra expresión corpórea, es una cantera cultural; es un espacio donde se
alberga todo un cúmulo de experiencias cotidianas que al irse estructurando y reestructurando, van
formando la expresión corporal característica de un sujeto.
Es precisamente por esto, que las formas de expresión corporal son individuales, pues son una
manifestación de lo subjetivo de las personas, de eso que las hace diferentes a los demás. Pero es
necesario aclarar que la subjetividad se construye en la intersubjetividad que se tiene con el otro que es
distinto a mí, pero que a la vez, se parece a mí, en la medida que comparte un discurso o acción conmigo.
Es en razón a lo anterior, que la expresión corporal está ligada con la cotidianidad, y en
consecuencia, su manifestación artística es un derecho de todos y no puede estar encomendada
únicamente a quienes practican las artes escénicas rigurosamente. Pues si bien, es cierto que ellos
(personas que se dedican estrictamente a la danza y el teatro como profesión) le dan el toque de elegancia
y armonía; la expresión hace parte de nuestros imaginarios y se potencia como forma de encuentro y
comunicación a través del baile y la danza.
La danza es símbolo y signo, dado que al estar relacionada con las expresiones de lo corporal,
refleja en cada gesto la intención del danzante, una intención que parte de una idea para llegar a ilustrarla;
"como afirma Duran G. (citado por Galagalza 1978) al referirse a la función de lo simbólico. En tal sentido, la
danza es fuente de ideas, en tanto el símbolo posee figura y significado. La figura otorgada por la
representación corporal (el gesto) de una idea y el significado por la imaginación y sueño que asume la idea
a representar.
La imaginación, el sueño, la idea y la representación expresiva son una realidad lo más cercano a la
cotidianidad del bailarín, por eso lo simbólico en la danza se convierte en expresión cotidiana.
Pero decíamos además que la danza es signo, en tanto el signo es un producto de la actividad
consciente que permite referirse a una cosa sin necesidad de hacerla presente en su materialidad. De igual
forma la danza hace referencia a múltiples eventos y elementos, sin necesidad de hacerlos presentes en su
materialidad; es por ejemplo fuente de representación de una faena, de una relación amorosa, de una
acción de petición.
Lo anterior implica que la danza tiene significante y significado; categorías fundamentales del signo.
El significante otorgado por la representación material del fenómeno y el significado, por el fenómeno mismo
que se quiso representar. Incluso como fuente de ensoñación y deseo, la danza es alegoría, que a decir de
Duran, es la representación de un cuento abstracto, inmaterial; como sucede en casos como los rituales y
las representaciones sacras.
Podemos asumir en consecuencia, que al ser la danza signo, símbolo y alegoría, esferas
fundamentales de la creación humana, es necesario reconocerla como un espacio de acción e interacción
preponderante en cualquier proceso educativo que en verdad responda a los requerimientos del imaginario
del joven de hoy.

El estímulo musical nos permite sensaciones-percepciones que, acompañados de diferentes


consignas, logran manifestaciones motrices que se muestran armónicas, cargadas de expresión, estética,
emoción, sensibilidad, etc. y a partir de allí se logra la construcción de lenguajes que emanan mensajes y
comunican. Identificando además en estas acciones identidades culturales diversas
La danza y el baile en la propuesta se orienta, como el resto de los lenguajes artísticos, a
experiencias de sensibilización que permiten reflexionar y descubrir corporalmente para crear, valorar y
interpretar medios culturales favoreciendo el desarrollo de habilidades interpretativas que permiten
reflexiones sobre la realidad en toda su complejidad.
Desde esta perspectiva, se entiende a la danza como un hecho estético y cultural situado en un
contexto sociocultural determinado. Es importante que las expresiones de la danza cercanas a los
estudiantes puedan abordarse como propuesta de movimiento y ligarlas con otras presentes en la misma
cultura o en culturas extranjeras, permitiendo que se generen discusiones y análisis de diferentes
expresiones de un mismo lenguaje. Más allá de lo especifico y variado que presenta la danza como campo
del conocimiento, es importante que el compartir el baile o la danza en la escuela no se reduzca a clases
técnicas o de un solo género. Buscamos con el baile y la danza proponer un lenguaje artístico que aporte
para el logro de producciones propias, individuales y grupales.
La danza proyecta imágenes y sentido, a partir del cuerpo. Esta capacidad ubica al cuerpo en un
lugar de privilegio: es el medio principal del lenguaje. Por ello, la incorporación de saberes corporales y la
ampliación de movimientos se vuelven una de las metas en la experiencia. Al hablar de la danza es
importante descartar ciertas prácticas que se basan en la búsqueda de un cuerpo modelo o un ideal técnico.
Es necesario que el abordaje de la danza o el baile se base en un trabajo donde se priorice y respete la
diversidad de cuerpos y el movimiento particular de los alumnos (Echeverry y Murcia Peña, 2000). Ver ficha.

Danza aérea y vertical


La danza aérea y la danza vertical son propuestas completamente ligada a la danza contemporánea,
artes circenses, las acrobacias y el teatro, donde los movimientos se realizan con la posibilidad de
despegarse del suelo en un “vuelo” logrado a partir de la cuerda que sostiene desde arriba. La diferencia
entre ambas es que la danza vertical se desarrolla sobre las paredes, el sujeto camina, salta, gira, baila
apoyando sus pies y o cuerpo sobre la pared. En estas danzas, el cuerpo en suspensión gracias a una
cuerda fija o elástica y un arnés, tiene posibilidad de crear discursos que se expresan desde el movimiento
que está en contacto con el suelo y a la vez permite despegar de él agregando mucha magia a la creación
dancística. Es una actividad de cuidados y atenciones en función de la disponibilidad corporal. El equipo
utilizado (arneses, sogas, elásticos, mosquetones, etc.) es el mismo que se utiliza en la escalada y en tareas
de rescate.
Es una actividad que se puede realizar en grupos, genera distintas vinculaciones con otros y nos da
la posibilidad de ocupar distintas alturas en el espacio escénico.

Acrobacia individual y grupal


Todas las habilidades construidas que van en contra de la naturaleza de la motricidad humana, o que
intentan modificar, probar los límites físicos que envuelven el movimiento de los cuerpos, pueden ser
consideradas acrobacias (Hout y Socié, 2000). Aunque el concepto de acrobacia sea confuso y de difícil
delimitación, todas las acciones motrices complejas que requieren un alto grado de habilidad y que expresen
movimientos poco habituales podrán ser incluidas en esta categoría-disciplina que se utiliza en distintos
ámbitos artísticos. En este grupo de acciones estarán presentes aquellas que incluyan una fase de,
rotaciones en uno o más ejes del cuerpo, o bien inversión total del cuerpo.
La acrobacia es una actividad, con origen en los acróbatas del Circo y nacido de la gimnasia
deportiva y rítmica (Viedma Martínez, 2005), su objetivo en esta propuesta es favorecer la cooperación entre
los participantes, fomentando el trabajo grupal, asumiendo las diferencias y la realización de distintas
funciones dentro del grupo.
En la acrobacia propiciamos el desarrollo de: coordinación general, percepción espacio-temporal,
agilidad, equilibrio dinámico y estático, flexibilidad, fuerza, y control postural. Las acrobacias son abordadas
con la intención de permitir a los estudiantes la incorporación de saberes en relación con las distintas
técnicas, generales y específicas, de las destrezas, el reconocimiento de su práctica sistemática como
actividad educativa y artística y el reconocimiento de métodos y técnicas para poner en juego las
capacidades motoras permitiendo una ejecución segura y placentera. Se integran a este espacio curricular
contenidos que refieren a la construcción corporal, individual y colectiva, en rutinas, coreografías y
secuencias de movimientos con incorporación de destrezas acrobáticas. La práctica da permiso para la
manifestación de los distintos modos de expresión y disponibilidad motriz propia de cada estudiante.
La acrobacia permite al docente proponer a los estudiantes repensar y argumentar respecto del lugar
de su cuerpo y sus posibilidades de movimiento, con construcciones motrices que permiten, desde su
singularidad, el conocimiento y realización de destrezas con manos libres en suelo, apoyos, rolidos,
rotaciones y elevaciones; posiciones acrobáticas con ajuste técnico y postural, entre otras. El docente
asume instalar entre los alumnos la reflexión sobre la conveniencia de mantener un estado de condición
corporal que permita un manejo seguro del cuerpo propio en la realización de las prácticas acrobáticas. Es
fundamental reparar en la necesidad de ayuda y cuidado entre los estudiantes a fin de reducir riesgos de
accidentes.
La acrobacia grupal, es una disciplina en la que se realizan dos funciones bien diferenciadas: los
Portores, personas que sujetan, sostienen, portan y los Volantes, que son sostenidos para realizar acciones
de flexibilidad, equilibrio y distintas construcciones acrobáticas. Es una disciplina integradora, puede
realizarse por todos, siempre es posible participar, desde ser sostenido o sostener.
La acrobacia grupal dentro de sus características principales propone: construcciones corporales,
conocidas también como pirámides humanas, acciones de fuerza, flexibilidad y equilibrio para transiciones
de unas figuras a otras. Elementos de danza, saltos y piruetas como componente coreográfico.
La acrobacia grupal es una actividad que nos permite asumir nuestras posibilidades corporales y nos
propone desafíos para desarrollar esas condiciones, esta disciplina de alguna manera se convierte en una
de las fundamentales dentro de nuestra propuesta y su razón principal es la atracción que genera en los
alumnos por el desafío y el efecto acrobático.
Esta disciplina contiene un enorme potencial pedagógico, sostenemos que es una actividad
eminentemente cooperativa, no se puede realizar acrobacia sin la actitud de cooperar, esta lógica genera
toda una serie de vínculos fuertes entre los alumnos, en la acrobacia grupal cada uno asume la
responsabilidad de realizar diferentes acciones de forma segura para su integridad física y la de su
compañero.
Nos encontramos desde esta práctica con la posibilidad de la construcción corporal desde lo grupal,
descubriendo entre todos formas conjuntas de proyectarnos en logros corporales significativos, interpretados
estos como hechos simbólicos que se trasladan a la vida cotidiana, sostener y cuidar al otro (Bedoya y
Vernetta, 2002).
Desde la teoría de la Praxiología motriz, de Parlebas, podemos definir a la acrobacia grupal como un
hecho Sociomotriz, donde existe siempre la presencia de varios compañeros que sincronizan sus acciones
en un espacio acordado, para conseguir la realización de figuras propias, de todos (Invernó i Curos, 2003).
En la acrobacia grupal, la interacción es una acción de solidaridad en contacto corporal. Para
conseguir una construcción debe producirse un intercambio de información (determinar las posturas a
utilizar, reparto de roles, dificultades para construir la pirámide, dificultades para mantener las posturas,
etc.). La figura es algo más que la suma de posturas que adopta cada una de las personas que la forman,
ante todo es una forma de sostener y ser sostenidos evocando al sostén como categoría de forma básica de
movimiento (FBM) fundamental para la vida.
Las acciones que lleva a cabo cada uno no se yuxtaponen, no son acciones separadas y desligadas
unas de otras, cada uno no actúa por, ni para sí mismo sino que su acción adquiere sentido en un proceso
colectivo de tal forma que lo que se da no es una suma de comportamientos motores sino una co-
motricidad, una inter-motricidad. La conducta de cada uno sólo tiene sentido en la relación que establece
con sus compañeros. Las conductas de cada uno se entienden en tanto que se insertan en una unidad
global, en un sistema que da sentido a la acción de cada cual.
Del mismo modo, el valor estético y significante de la pirámide es más que la suma de los valores
estéticos y significantes de las posturas que adopta cada uno de sus componentes, pero sin ellas su valor
sería nulo. La acrobacia grupal solicita únicamente la comunicación motriz entre compañeros: sostener,
apoyarse, ayudar. Poder actuar en conjunto supone ser capaz de descentrarse de la propia acción para
adoptar el punto de vista de otro intentando ponerse en su lugar (Invernó i Curos, 2003).

 Principios y cuidados de la actividad


Los cuidados que vamos a considerar apuntan a la relación física entre fuerte y volante: no estar
sobre el fuerte durante mucho tiempo, el fuerte debe prevenir a su compañero a tiempo para evitar las
caídas, desarrollar la confianza recíproca, el volante debe colocarse sobre el fuerte de forma rápida y
adecuada de tal forma que los apoyos deben realizarse en el lugar preciso desde el primer momento. La
última persona en subir a la construcción será la primera en descender; intentar que la superficie de apoyo
sobre el fuerte sea lo más amplia posible. El volante debe prever siempre su espacio de recepción y tener
presente las líneas de escape, todos debemos estar atentos al desarrollo del ejercicio.

Las acrobacias aéreas


En la historia educativa, a través del tiempo, se han manifestado distintos aportes en el ámbito
pedagógico significativos en el caso de las prácticas corporales que se han nutrido positiva o negativamente
de la experiencia militar y de la deportiva; puede ser hoy el tiempo propicio de que estas prácticas
corporales en el espacio escolar se beneficien además, de la experiencia de distintas manifestaciones
artísticas y consideramos que la viabilidad más propicia se concreta si se produce un acercamiento entre los
responsables de los diferentes espacios involucrados.
La presencia de disciplinas artísticas en el ámbito de la educación física implican un beneficio desde
el punto de vista didáctico porque, además de la técnica respecto a la diversidad de las habilidades motrices
existe una transmisión particular de conocimientos en cuanto a modos de enseñar, técnicas, materiales,
organización, etc. y determinadas propuestas pedagógicas que proponen autonomía, libertad y creatividad
propias de una cultura corporal artística (algo desconocida en el contexto de la educación física). En este
sentido, las disciplinas artísticas involucradas en esta propuesta se interpretan como posibilidades
corporales que este universo posee y permiten un amplio espacio de aplicación, por su magnitud y
atracción.
La práctica de las acrobacias aéreas en los encuentros de educación física depende de las
características de los alumnos, y de las formas de estructuración y puesta en juego de los contenidos por
parte de cada profesor. Concebimos que, más que una actividad aislada, estas prácticas son un recurso
más en relación íntima con la acrobacia grupal y con la danza. La amplia entrega corporal que se requiere
en la interacción con las acrobacias aéreas pone en juego el desarrollo de la fuerza, la flexibilidad, la
coordinación y el equilibrio fundamentalmente; además de otras posibilidades como las perceptivas, rítmicas
y expresivas.
Las acrobacias aéreas como su nombre lo indica posicionan al ejecutante en el espacio aéreo
sostenido por los elementos que conforman el grupo de aéreos: la tela y el trapecio

Tela
La Tela Acrobática es una práctica aérea. A diferencia de otros elementos y técnicas (malabares, las
acrobacias y el trapecio), la tela se incorpora a este universo de forma reciente, aproximadamente hace
unos 30-40 años. Existen señales de que la tela inicia a partir de un perfeccionamiento de las técnicas de
cuerda fija y cuerda indiana (cuerda de la India, yoga sobre cuerdas). Otros relatos señalan que el trapecio
tradicional da origen a la misma, puesto que para subirse al mismo se utilizaba una cuerda. Otras versiones
dan cuenta que la tela surge de acrobacias que los artistas que se colgaban en los cortinados de teatros o
carpa (Mateu y de Blas, 2000).
Del grupo de los aéreos, se considera a la tela acrobática como uno de los más realizables, por su
mayor rapidez y seguridad en el aprendizaje. Quizás sea por la calidad del material, por estar en contacto
con el suelo (lo que facilita la subida), por ser más flexible y suave. La experiencia indica además, que la
práctica en tela puede servir como medio de proyección (proceso de adecuación) a los demás aparatos
aéreos, que exigen más fuerza, flexibilidad y resistencia. Quizás sea por eso, que la práctica de la tela haya
transcendido, en muchos y diversos espacios.
La forma de atar la tela puede variar de acuerdo con el conocimiento del practicante, teniendo en
cuenta los mecanismos de seguridad (existen varios) y las características de la estructura que sujetará la
misma. La manera más habitual de fijar el aparato es doblando la tela por la mitad de su longitud (que
normalmente es de 20-26 metros) utilizando el nudo prusik, dividiéndola así en dos partes iguales que serán
utilizadas para llevar a cabo los diferentes nudos (trabas), bloqueos en el cuerpo y sus respectivas figuras y
caídas. La tela puede ser fijada directamente en una de las vigas que componen la estructura del techo, o
estructuras especialmente construidas. Normalmente se utilizan material de escalada (mosquetones, cintas
tubulares y cuerdas) para fijar la tela, dado que este tipo de material aumenta la seguridad (deben estar
homologados por las agencias de seguridad), las cintas tubulares aumentan las protección de la tela en
roces con la superficie que la sujeta (viga). La altura también puede variar, según los objetivos y el espacio
de práctica. Lo normal es instalar el material entre 4 y 12 metros de altura. La altura será decisiva en el
momento de determinar las figuras que pueden o no ser realizadas. Se destaca que para practicantes
novatos se recomienda poca altura o indicar que no suban demasiado aumentando así la seguridad. Es
fundamental considerar los deslizamientos en caídas o movimientos rápidos desde la altura porque pueden
producir roces que llevan a quemadas y nudos peligrosos, es imprescindible el tiempo pausado, el
conocimiento de los simple a lo complejo para evitar inconvenientes, es esencial conocer de manera segura
(haberlo hecho muchas veces a baja altura) los nudos o trabas porque pueden ocurrir nudos que presionan
el cuerpo dañándolo. Por último es básico y primordial el empleo de colchones (de caída) debajo de la tela
siempre, nunca debe faltar el colchón de protección a las caídas.

Trapecio
El trapecio formaba parte de los ámbitos gimnásticos, pero hace mucho tiempo que fue excluido de
los mismos, aunque su evolución continuó gracias a su utilización en propuestas artística principalmente en
el circo. La trayectoria artística del trapecio en el ámbito circense ha consolidado su desarrollo técnico y
didáctico evolucionando además en diversas posibilidades de práctica que se convierten en referencias
fundamentales en el proceso de recuperación y apropiación del mismo en propuestas educativas en la
educación física escolar (Brozas Polo, 2003).
El trapecio posee un lenguaje artístico muy significativo. Son escasos los estudios de esta
modalidad, contrariamente a los que puede pasar con otras disciplinas. La práctica de este tipo de actividad
se encuentra fundamentada en la transmisión oral y en los principios determinados por la experiencia
práctica de artistas devenidos en maestros.
El trapecio se nos presenta en nuestro imaginario como una hamaca. Así se puede ver y definir
como un aparato fijo en cuanto a los puntos de anclaje pero dinámico por los balanceos y giros que permite;
en este sentido, tiene una similitud a las anillas pero posee, en relación a estas, múltiples apoyos entre las
cuerdas y la barra. La longitud de las cuerdas y de la barra puede variar y se puede modificar lo que permite
plantear dos tipos de trabajo: Trapecio cerca del suelo, Trapecio aéreo.
Es fundamental, al igual que en la tela acrobática, considerar inicialmente la seguridad, revisar y
disponer de: anclajes, barra, colchones de caída y ayudantes con experiencia en el cuidado, con controles
periódicos, aumentan la seguridad y tranquilidad de todos.
Acerca de la acrobacia aérea
El primer inconveniente se presenta en que la mayoría de los profesores de educación física carecen
de formación en acrobacia aérea (aunque empiezan a existir experiencias de este tipo en algunas
universidades), la existencia de escuelas o talleres de circo, acrobacia, aéreos, otros, son espacios que nos
permiten progresivamente experimentar y adquirir los conocimientos básicos para incorporar estas prácticas
populares en el ámbito de la educación física. Otro inconveniente es la adquisición del material, por sus
costos, por la cantidad necesaria, por su instalación, aunque las ganas de innovar no pueden ser frenadas
por cuestiones económicas, con el esfuerzo de todos se superan estas barreras. A partir de unos
conocimientos básicos sobre el manejo de técnicas aéreas las posibilidades de interacción se multiplican
propias de la creatividad de los practicantes.
Hay que tener presente que la trayectoria artística de las acrobacias aéreas en el seno del circo
enriqueció su desarrollo técnico y didáctico, evolucionando además en diversas direcciones y especialidades
complementarias. El encuentro con esta experiencia es lo que consideramos clave en un posible proceso de
recuperación y apropiación pedagógica.

Acrobacias con elementos - Equilibrios y saltos


El equilibrio es una capacidad coordinativa que todas las personas tenemos. El sistema vestibular y
la capacidad propioceptiva nos permiten realizar el proceso “equilibrio – desequilibrio – reequilibrio –
equilibrio” de manera eficaz.
El equilibrismo es una disciplina artística principalmente circense que se puede trabajar desde muy
temprano. En nuestra propuesta de disciplinas artísticas se proponen actividades donde el equilibrio
interviene de manera determinante. Existen actividades de equilibrio corporal sobre diferentes superficies y
objetos y actividades de equilibrio de diferentes objetos sobre el cuerpo.

Los zancos
El juego de Zancos tiene un pasado mítico y ritual significativo: en el Capítulo XIII del Popol-Vuh se
relata el Chitic o baile con Zancos que realizan los mellizos Hunahpú e Ixbanaqué para engañar a los
sangrientos señores del mundo subterráneo de Xilbalbá (…) Los Mayas celebraban el año nuevo bailando
sobre Zancos gigantescos, cuando éste coincidía con un día llamado Muluc, donde se nos revela en todo su
esplendor el simbolismo solar y vegetal de este ritual es en el Códice Tro-Cortesiano en el que el dios del
maíz, montado sobre unos Zancos -como tallos- era tocado por el pez (su doble) que semejaba la mazorca.
En Leyendas de Guatemala, Miguel Ángel ASTURIAS, reafirma este simbolismo cuando el dios Maya
Cuculcán, subido sobre Zancos grita que lo hace para parecerse al Sol, y agrega: "... De la punta de mis
pies a mi cabeza tengo una escalera de latidos para que subas conmigo a las ramas en que se reparten los
frutos, las semillas, las cinco semillas de los cinco sentidos” (García 1998:40-46).

El propósito que proponemos desde los zancos es andar elevados, jugar con el equilibrio, solo y
acompañado y desde la creatividad ingeniar personajes y movimientos. Los zancos son largos postes de
madera, aluminio u otro material, elaborados con unos escalones en los que se colocan los pies. Se utilizan
para elevarse, generando un juego de equilibrio, entre 60-100 centímetros a distancia del suelo. Existen dos
formas de zancos los de manos en donde el poste permite al ejecutante tomarse con las manos de la parte
superior y ampliar así el contacto con el elemento y los zancos exclusivos de pie donde el poste llega debajo
de la rodilla y se sujetan a las piernas.
Los zancos permiten a la persona tener movilidad, desplazarse encima de ellos, fijado a las piernas
aumentando su altura respecto del suelo. Los zancos exclusivos de pies requieren de un manejo del
equilibrio avanzado, para la iniciación al dominio del zanco es conveniente poca altura, separados del suelo
a no más de 40 centímetros para luego aumentar la altura. La intención es experimentar sobre los zancos
con la mayor seguridad posible y así descubrir el placer o no por esta práctica, es una actividad individual
pero es necesario de compañeros para la colocación y el cuidado en la primera fase de aprendizaje. En
nuestra propuesta los zancos o zancudos son transformados desde la plástica logrando la representación de
distintos personajes.

Monociclo
El monociclo es un vehículo de una sola rueda, posee además asiento y pedales como los de una
bicicleta. La persona intenta desarrollar equilibrio y dominio desde su centro de gravedad. Es un desafió que
propone este elemento que se alcanza con el dominio desde la parte central de cuerpo, la zona pélvica. Si
bien es un elemento individual el aprendizaje requiere de otros que colaboran en el equilibrio y el cuidado
del conductor.
Cuando los alumnos logran dominar el monociclo y desarrollar habilidades en el mismo se elaboran
propuestas artísticas, desde secuencias coreográficas con recorridos variados y algunas acrobacias como:
avanzar-retroceder, girar solo o en grupo, saltar en un punto fijo, bajar y subir, saltar cuerdas, otras.

El rulo
Es un elemento para poner en juego el equilibrio dinamico, supone de dos partes, un cilindro y una
tabla, con la tabla sobre el cilindro se genera un espacio donde el sujeto se posiciona y mediante el
equilibrio dinámico intenta mantenerse, con la practica se amplían las posibilidades de acción sobre el rulo
El cable tenso de acero
El cable es otro elemento que propone un equilibrio dinámico, se trata de un cable de acero
conectado a muros, elevado a 60-70 cm. desde el piso. El desafío es avanzar sobre el cable jugando a cada
paso el equilibrio.

Los saltos de cuerdas


El salto es una actividad motriz que pone en juego varios elementos. Adquirir el salto supone un hito
importante en el desarrollo porque supone el logro de una capacidad de coordinación global de
movimientos. El salto necesita la propulsión del cuerpo en el aire y la recepción en el suelo de todo el peso
corporal normalmente sobre los dos pies (Berruezo y Adelantado 2000). Saltar la cuerda es una posibilidad
de movimiento que desde nuestra intención se juega como una posibilidad artística, es una actividad apta
para todos y todo lo que se necesita son cuerdas.
La costumbre de saltar la cuerda se remonta a tiempos antiguos, el crédito de haberla introducido en
nuestro continente se suele adjudicar a los primeros holandeses que se instalaron en Nueva York. Hasta
este siglo era, primordialmente, un juego de varones, o bien una rutina de entrenamiento para boxeadores y
algunos otros atletas. Posteriormente el advenimiento de las faldas cortas, y la creación de las pantaletas,
permitió a las niñas y damas unirse a los entusiastas de saltar la cuerda. Con el tiempo quedó convertido en
una actividad casi exclusivamente femenina y reducida al ámbito de la escuela primaria. Saltar la cuerda
ayuda a adquirir resistencia cardiovascular. Puede ser tan enérgico como trotar. Ayuda a mejorar la
coordinación, la velocidad y la agilidad. Los saltos de cuerdas en la propuesta se juegan en instancias
artísticas, donde grupos numerosos de jóvenes discuten, acuerdan tiempos, coordinaciones, momentos,
cantidades, etc. Logrando concreciones escénicas comunitarias para compartir.

Malabarismo – Lanzamiento y Recepción (pase)


Desde la perspectiva de Foucht (2006) podemos definir al malabarismo como el arte de juegos de
destreza y agilidad. Es posible diferenciar los malabares desde la ejecución, así diferenciamos:
Malabarismos de lanzamientos: Lanzar y recibir cualquier número de cosas, normalmente en función
de figuras complejas. Ejemplo: pelotas, clavas, aros.
Malabarismos de balanceo: Mantener uno o más objetos en equilibrio inestable. Ejemplo: un palo de
escoba sobre la frente.
Malabarismos giroscópicos: Aprovecharse de las propiedades inusuales de los objetos que giran.
Ejemplos: Platos, pelotas, yo-yo, diábolos, algunas formas de trabajar el devil stick y el bastón de swing.
Malabarismos de contacto: Manipulación de un objeto o un grupo de objetos, usualmente con ínfimos
lanzamientos y con giros: pelotas de cristal, agrupaciones de pelotas, algunos tipos de palo, sombrero y
plato (Invernó y Curos, 2003).
Cuando planteamos los malabares hacemos referencia al arte de manipular uno o más objetos a la
vez, lanzándolos y receptandolos, manteniéndolos en equilibrio o girándolos, sin dejar que caigan al suelo,
sin perder el control sobre los mismos. Los juegos malabares son juegos que, por su dificultad y estética,
hacen necesaria cierta habilidad psicomotriz por parte de quien los realiza. Los alumnos se sirven de
diversas partes del cuerpo, principalmente de las manos, pero también de los pies, brazos o cabeza. Los
malabares proponen el desarrollo de la coordinación, el equilibrio y la lateralidad, además del lanzamiento y
la recepción. El malabarismo permite además una asociación de juego entre los sujetos, desde el
intercambio de objetos, lo que denominamos pases, esto permite un compartir grupal y desafíos desde la
creación artísticas entre varios.
Los malabares propician situaciones idóneas para fortalecer el esfuerzo y la autosuperación personal
y además favorecer el desarrollo de la manipulación de objetos, la coordinación oculo-manual, etc. A pesar
de que inicialmente resulta complejo generamos actividades simples, de dificultad progresiva. Así,
contemplamos los diferentes ritmos de aprendizaje del grupo podemos motivar a los chicos logrando que se
sorprendan con sus progresos. En el desarrollo del proceso intentamos sostener esfuerzos continuados y
superar los errores que nos harán recoger los elementos de malabares innumerables veces del suelo.
La propuesta desde el malabar es que los alumnos incorporen 5 patrones básicos de movimientos
con pelotas, clavas y aros, son ellos: cascada 1, cascada 2, columna, lluvia y caja a partir de aquí surgen
innumerables combinaciones que en función del gusto por la disciplina se continúa investigando.
La primera acción que reconocemos para empezar a hacer malabares, considerando que en nuestra
propuesta solo utilizamos los malabares de lanzamiento, es colocar una pelota en una mano y experimentar
todo tipo de lanzamiento, recorrido y recepción de esa pelota con la mano (alto, bajo, medio, por delante del
cuerpo, por atrás del cuerpo, por debajo de las piernas, por debajo de los brazos, por encima del hombro,
etc.) y lo realizamos con ambas manos, podemos incluir además algunas formas de malabarismo de
balanceo o equilibrio de la pelota sobre distintos puntos de nuestro cuerpo (cabeza, brazos, piernas, torso),
reconocemos además planos corporales. Durante el proceso el sujeto va descubriendo y dominando
diferentes posiciones del cuerpo, estáticas y dinámicas, (en el lugar, con desplazamiento, acostado de
frente, de espalda, sentado, sobre distintas superficies, girando, saltando) en el dominio de la pelota e
intenta lograr el control del mismo. Proponemos a los sujetos crear formas de lanzamiento y recepción,
recurso importante para la construcción del conocimiento entre todos.
Estas mismas acciones antes mencionadas, las realizaremos luego con dos pelotas y finalmente con
tres pelotas, al llegar a esta instancia se descubren los patrones básicos y a futuro, dependiendo del gusto
de los alumnos, incorporar algunos trucos de surgen de esos patrones básicos y/o incorporar mas pelotas al
malabarismo (cuatro y cinco), el planteo corresponde siempre a instancias básicas e iniciales en el malabar,
En desarrollos más complejos o profesionales de este arte los malabaristas realizan increíbles habilidades
más allá de estas pautas básicas utilizadas en esta propuesta de malabar educativo ( Mateu y De Blas,
2000).

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