Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Definiendo Conceptos
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en
1982, manifiesta que la cultura nos permite reflexionar sobre nosotros mismos, nos convierte
específicamente en “humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos”. Desde ella discernimos
valores y asumimos diferentes elecciones para la vida. La cultura nos permite expresarnos, pensarnos,
reconocernos como seres inacabados, cuestiona nuestras realizaciones, busca incansablemente nuevas
trascendencias y deja huellas.
Podemos conceptualizar la cultura como el entramado que incluye “conocimientos, creencias, artes,
moral, leyes, costumbres y cualquier otro aptitud o hábito adquirido por el hombre como miembro de la
sociedad”. La antropología contemporánea agrega los objetos materiales de creación humana, sumando así
al concepto de cultura todas las producciones materiales e inmateriales: “(…) utilizando la expresión cultural
para referenciar así las formas de conocimiento, las normas de convivencia, la sensibilidad y la significación
de las construcciones” (Pedraz, 2005: 7)
La educación, plantea Pedraz, puede definirse como “procesos más o menos intencionales y
sistemáticos a través de los cuales se transmite y reproduce o recrea la cultura, mediante la educación se
transmiten, fundamentalmente, los elementos de la cultura simbólica por la que cada ser humano construye
el modelo de sensibilidad de su entorno” (2005: 7). Estos procesos de transmisión ocurren en su mayor
parte, fuera de la escuela y se pueden definir como “educación invisible”, denominado así por ser una parte
de la transmisión de difícil observación (Pedraz, 2005).
La educación tiene que ver hoy con poner el cuerpo para evitar las profecías de fracaso:
“Poner el cuerpo para que el destino sea una construcción y no sea el cumplimiento de un destino
inexorable” Educar es oponerse a lo inexorable:
“Sabemos que el tránsito por la vida tiene un límite y fundamos instituciones y educamos como una
manera de sobreponernos a lo efímero de la vida, pero sabemos que esto se juega y porque esto se juega
tal vez cabe recordar esto que Hannah Arendt, planteaba con tanta claridad cuando decía los hombres
deben morir, los hombres mueren, pero no nacieron para morir nacieron para innovar” (en Frigerio 2009).
El objeto de estudio de la educación física es la cultura corporal y podemos definir la cultura
física - cultura corporal como el “conjunto de saberes, creencias, valores, leyes, reglas, hábitos, prácticas,
usos, actitudes, esquemas perceptivos y representativos, sensibilidades, herramientas, aparatos, etc”
(Pedraz, 2005: 8), que el sujeto alcanza o construye y determinan su comportamiento corporal (de las
actividades físicas), especialmente todo aquello que contribuye a configurar su cuerpo “su morfología
simbólica o representativa”. Continuando con el Planteo de Pedraz (2005), pertenecen a la cultura física o
corporal las formas adquiridas de relación corporal con el exterior y consigo mismo es decir:
Las técnicas y hábitos de presentación corporal en las que cabe incluir las formas del vestido y de la
higiene, las formas de la cosmética, los modos gestuales y expresivos que rigen los modos de
convivencia y asimismo, la cortesía, etc.
Las técnicas y hábitos alimenticios
Las técnicas y hábitos comunicacionales no verbal
Las técnicas y hábitos sexuales así como la aprehensión de las relaciones sexuales (percepción y
valoración del sexo y género propio, percepción y valoración del sexo y género no propio, percepción
y valoración de las expectativas intersexuales propias y ajenas, etc.)
Las técnicas y hábitos en las actividades laborales
Las practicas de expresión escénica
Las prácticas de recreación y festivas
Las practicas curativas del cuerpo
Las formas adquiridas en representación del propio cuerpo y el ajeno
Los modos de comprender la salud física
Las formas de representación del espacio en el que se desenvuelve el cuerpo y la propia forma de
ocupación del espacio
Las representaciones del pudor, la vergüenza o la intimidad y autocontrol de los impulsos que de
ellos se deriva; es decir, la emotividad somática
Las representaciones y aprehensiones de la belleza y la fealdad corporal, la mesura y la vehemencia,
la elegancia y la vulgaridad, la apostura y el desaliño, la soltura y la torpeza o, en general la armonía
y la desarmonía corporal
Los mecanismos por los que los ideales morales toman cuerpo sobre simbologías somáticas
(valoraciones de lo diestro y siniestro, alto y bajo, delante y detrás, cabeza y pies/cola/culo, lo que
hace que una buena parte de expresiones que indican posturas y actitudes corporales recuerden y
propongan estados anímicos, representaciones corporales de las virtudes y los vicios, etc.);
aprehensión ética, en definitiva, de lo corporal y de las relaciones somáticas
Las formas en que los poderes sociales son ejercidos desde el cuerpo y sobre el cuerpo; o sea
prácticas de control y dominación corporal como la coerción, la disciplina, la vigilancia, el castigo, etc.,
Las formas de vivir el cuerpo
Entre otras…
Como parte de la cultura corporal, a lo anteriormente expuesto, Pedraz agrega las reglas sociales,
reglas que distribuyen estas técnicas, hábitos, formas y representaciones, según género, lugar social, edad,
profesión, otros. Estas reglas sociales evidencian que los comportamientos corporales, en su distribución,
son una muestra más de los dispositivos de las diferencias sociales. Esta suma de condiciones que
configuran los estilos de vida permite ver el cuerpo como lugar donde se percibe y racionaliza la realidad.
Desde el vínculo que se establece entre cultura y educación podemos definir la educación física en
sentido general como:
“(…) procesos sistemáticos a través de los cuales se transmiten o reproducen los modelos de
comportamiento y sensibilidad corporal. Modelos de comportamiento y sensibilidad que se concretan en la
adecuación a rasgos culturales con sus respectivos recursos técnicos, emocionales e ideológicos; es decir
que se concretan en la inculcación, de unos usos y representaciones corporales y en la construcción
material del cuerpo” (Pedraz, 2005: 8)
La educación invisible, antes mencionada, nos permite hacer un recorte y plantear una educación
física invisible, esta se concreta en la vida diaria por la que manifestamos sensibilidad, formas de ser,
entendimiento y organización corporal:
“Procesos que tiene lugar desde el momento en que nacemos, si no antes, por la forma en
que nos paren, nos amamantan, nos acarician, nos transportan, nos hablan, nos sientan, nos
acuestan, nos duermen, nos levantan, nos desnudan, nos visten; luego, por los modos en que nos
incluyen, nos excluyen, y nos recluyen en familia, en la escuela o en el grupo barrial por criterios que
tiene que ver casi siempre con nuestro cuerpo: por nuestro aspecto, nuestra forma, nuestra altura,
nuestra fuerza, nuestra destreza o nuestras astucia; después por los modos y motivos por los que
castigan, nos premian, nos inducen, nos seducen, nos reducen, nos coaccionan, nos ponen a jugar o
a trabajar; etc. Todo lo cual nos construye corporalmente como varones o mujeres como groseros o
refinados, como ordinarios o exquisitos, como desaliñados o apuestos como prudentes u osados
como tímidos o extrovertidos y hasta feos o lindos en el orden de la cultura física propias de la clase,
de la fracción de clase a la que pertenecemos. En cualquier caso, nos sitúa fuera o dentro del orden
de la cultura física dominante porque lo femenino, lo masculino, lo prudente, la osadía la timidez, la
extroversión, el desaliño, la postura, la ordinariez, la exquisitez y también la belleza y la fealdad son,
sobre todo modelos gestuales y modos de vivir el cuerpo: modos de organizarse en un orden en el
que las propiedades corporales son distribuidas por las reglas del juego de la cultura dominante”
(Pedraz, 2005: 9).
Estas reglas de la cultura dominante tienden a exaltar o denigrar la corporalidad, hacen de lo corporal
un conjunto de legitimación de “clase” social que por muy legitimada o naturalizada que se muestre presenta
resistencias en cualquiera de los espacios de la vida social. Al plantear la Educación Física en la institución
escuela lamentablemente no siempre nos resulta fácil poder proyectarnos en consideraciones sólidas.
Independiente de quien escriba, la educación física está erigida socialmente por elaboraciones arbitrarias y
contaminadas por múltiples gustos y manifestaciones.
La educación física en la escuela media propone rasgos determinados, se proyecta en un rango de
edad concreto, tiene carácter de obligatorio, los grupos no obedecen a las mismas capacidades, intereses y
necesidades corporales, situación que posee un alto grado de complejidad.
Pedraz (2005) plantea la necesidad de reflexionar sobre la práctica pedagógica en educación física,
analizando contenidos, objetivos, metodología y la propia filosofía de la educación física, intentando asumir
una sensibilidad corporal amplia y diversa.
El arte, entendido como juego, otorga permanencia al continuo vaivén: lo fugitivo. El arte, como
símbolo, es tarea de construcción. Es la capacidad de reconocer. Capta la permanencia de lo fugitivo. En el
arte como en la fiesta, no hay separación entre pasado y presente. Hay unificación, determinada por
Mnemosine, que alude a la retención en la memoria (tiempo pasado) respecto de aquello que es fugitivo y
efímero (tiempo presente).
Toda obra entrega al espectador un espacio de juego que tiene que ocupar.
La fiesta se celebra, la celebración es una actividad intencional. Celebramos al juntarnos por algo y
esto se hace especialmente claro en el caso de la experiencia artística. No se trata sólo de estar uno junto a
otro como tal, sino de la intención que une a todos y los integra en vivencias grupales (Gadamer, 1991).
Educación Artística
Las expresiones artísticas ocupan un significativo lugar en la vida de los seres humanos y en la
construcción histórica del pensamiento. El Arte es patrimonio cultural de todos, es encuentro, es muestra, es
espacio de libertad que propicia la creatividad, puente de emociones y sentimientos, pregón que contiene y
permite una multiplicidad de interpretaciones de la vida
El arte es un testimonio que pertenece a la sociedad y se instituye como construcción cultural, no
sólo estética sino multidimensional. El arte le permite al ser humano poner de manifiesto su intrínseca
relación con el mundo, por medio de imágenes simbólicas y metáforas, portadoras y constructoras de
sentidos sociales y culturales, y se expresan en distintos formatos simbólicos que se denominan lenguajes
artísticos.
Los lenguajes artísticos son elaboraciones de comunicación verbal y no verbal con una intención
estética; en la actualidad, pueden identificarse como tales la música, las artes visuales, la danza, el teatro, la
expresión corporal, los lenguajes audiovisuales, los multimediales, etc. Estos lenguajes involucran en su
concreción, herramientas y procedimientos propios; sin embargo, todos se ligan en instancias vinculadas
con la producción de sentidos y la interpretación.
Las posibilidades de interpretación se manifiestan en las instancias de creación artística y en los de
valoración. Así, tanto el sujeto que selecciona y decide los recursos para la creación, como el que pone en
juego procesos de percepción, análisis y valoración, construyen sentido.
En este sentido el arte a través de sus posibilidades se constituye en un campo de conocimiento en
el que su área de saber encierra procesos de interpretación estética, consolidándose como un espacio que
se proyecta hacia la construcción de múltiples realidades posibles y deseadas y pone de manifiesto la
diversidad, la convivencia, la incertidumbre. Es decir, se vincula con los saberes y capacidades específicos
afines a la experiencia artística permitiendo a los sujetos formas de expresiones únicas; ofreciéndoles la
posibilidad de explorar ideas, desarrollar la crítica y acercarse desde distintas perspectivas a la realidad.
Posibilita a su vez la participación individual y colectiva en un contexto de conocimiento, comprensión y
respeto de la propia cultura y las de los demás.
Las imágenes visuales y los gestos, corporales y sonoros cumplen una función primordial tanto en la
expresión de los sujetos como en su interacción, ofreciéndoles la posibilidad de manifestar y simbolizar la
realidad que les toca vivir, pero con potencial para trascenderla hacia la construcción de otros mundos
posibles. Hoy la diversidad de soportes comunicativos, recuperan y expanden aún más esas funciones. En
este sentido, la educación orientada a la producción de sentido estético a través de las expresiones
artísticas va más allá su condición de formación específica, para constituirse en una oportunidad para la
adquisición y el desarrollo de capacidades de análisis crítico de la sociedad, favoreciendo la apropiación de
nuevos medios para expresar y resignificar la propia experiencia y la de la comunidad de la cual forma parte.
Desde esta perspectiva, la Educación Artística permite al estudiante “allanar obstáculos en su
inclusión social a través de la superación de prejuicios, la comprensión de diversas formas de comunicación
y expresión, y el manejo de éstas en producciones propias” (Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.
Dirección General de Cultura y Educación, 2006: 1). La escuela, debería propiciar espacios que permitan a
los adolescentes el conocimiento en torno a los diferentes lenguajes artísticos, vinculándolos con las
expresiones artístico-culturales de su entorno y de diferentes contextos espaciales y temporales. Esta
vinculación potenciará una mirada crítica y estética que, desde la construcción de conocimientos propios del
área, contribuirá a la transformación de la realidad sociocultural con una mirada pluralista que respete los
diferentes modelos culturales sin perder los propios.
La práctica de las artes en el ámbito escolar, específicamente en el encuentro de educación física
favorece el reconocimiento corporal y la capacidad comunicacional. La concreción desde las distintas
disciplinas fortalece la propia identidad y los vínculos interpersonales, preparando a los estudiantes para
crear e interactuar junto a otros, respetando las distintas miradas e ideas. Es así que el área no sólo
desarrolla capacidades específicas, sino que, además, brinda oportunidades para transferir conocimientos a
las demás.
Es tarea de la escuela ofrecer a todos los estudiantes igualdad de oportunidades poniéndolos en
relación y diálogo permanente con las particularidades que les brindan los diversos lenguajes artísticos y
brindar posibilidades para vincularse con distintas culturas.
Los aprendizajes y contenidos se organizan en torno a diferentes disciplinas artísticas que han de
confluir en los proyectos que se propongan en el espacio curricular, la consideración de las particularidades
del lenguaje artístico, la recepción-interpretación-valoración de las manifestaciones artísticas y el contexto
sociocultural de creación y circulación.
Los aprendizajes que ponemos en juego remiten a los saberes fundamentales que la escuela debe
garantizar a todos los estudiantes ya que, por su significatividad y relevancia, son necesarios para el
desarrollo de las potencialidades de los adolescentes y para su participación en la vida cultural y social. En
su condición de orientadores y organizadores de la enseñanza, actúan como referentes del desempeño
docente porque indican experiencias educativas que han de contribuir al desarrollo, fortalecimiento y
ampliación de la posibilidades expresivas, cognitivas y sociales de los estudiantes. Los aprendizajes
abarcan contenidos, conceptos, actitudes, procedimientos, formas culturales, lenguajes, valores, destrezas,
y prácticas que poseen un sentido formativo específico, que aportan en el desarrollo de las diferentes
capacidades asumidas en las intencionalidades de la escuela. Los contenidos se van regulando y
complejizando a lo largo de los años. En este sentido, los aprendizajes nos dejan ver los alcances en la
apropiación del contenido por parte del estudiante, definidos en el marco de la interacción de los sujetos
pedagógicos (estudiante y docente) entre sí y con los saberes, en contexto.
Los contenidos presentes en los aprendizajes anhelados en cada espacio curricular deberán
articularse para favorecer experiencias educativas, culturalmente situadas, que enriquezcan las trayectorias
personales, escolares y sociales de los estudiantes. Será tarea docente diseñar la propuesta según las
estructuras organizativas que se estimen más adecuadas.
Lenguaje corporal
Nuestras acciones resultan de una compleja y continua lucha entre nuestras necesidades instintivas,
estéticas y morales (Hugas i Batlle, 1996). El lenguaje gestual revela significativamente la forma de ser de
un sujeto, que se distingue desde lo visual y lo táctil y se denomina lenguaje corporal. El lenguaje del cuerpo
tiene como base las pautas de conducta de la comunicación no verbal. El gesto es expresivo e irrumpe del
interior de la persona involuntaria e inconscientemente, evitando la conciencia crítica. El lenguaje del cuerpo
es más universal que el de la palabra (Ridocci, 2009).
El gesto posee significado, intención y se encuentre cargado de sentido que evidencia mucho de la
personalidad. Es lenguaje, comunica intención, evoluciona en el sujeto durante su vida, se distinguen así
varios tipos de gestos: los automáticos, los emocionales y los proyectivos. Todos estos acompañan al
individuo a lo largo de toda su vida (T. Motos, 1983).
La expresión corporal en su práctica reflexiona y contribuye con la comunicación interpersonal,
reflexión, observación y creación. Es un medio de educación estética, tiene procedimientos para obtener
técnicas corporales básicas, La expresión corporal ayuda al docente a considerar al alumno como un ser
total, ya que implica simultáneamente en el aprendizaje aspectos motrices, afectivos y cognitivos.
La práctica genera búsquedas permanentes, a través de sus propuestas, para superar las formas
restrictivas de disponer de las posibilidades corporales vivenciadas en los gestos, posturas, modos y
dinámicas de la motricidad humana. Los distintos momentos en los encuentros de educación física abren la
posibilidad no sólo de mantener la reproducción cultural que reflejan determinadas prácticas expresivas, sino
también de modificarlas en procesos de reinvención, invención, y creación.
Lo mencionado en el párrafo anterior se apoya en el decir de Freire: “Enseñar no es transferir
conocimientos, sino crear las posibilidades para su producción o su construcción (…) Quien enseña,
aprende al enseñar y quien aprende enseña al aprender… Enseñar no existe si aprender y viceversa” (2002;
24)
Esta propuesta permite la consideración del contexto como marco referencial e insumo para la
creación, desarrollando la capacidad corporal de componer en el tiempo, en el espacio y con los otros.
Las disciplinas artísticas puestas en juego en nuestra propuesta son una forma específica de
conocimiento, creación de sentido estéticamente comunicable en un contexto cultural determinado, que se
construye por diversos lenguajes simbólicos.
El aprendizaje de los lenguajes de disciplinas artísticas, en muchas de sus dimensiones, contribuyen
a desarrollar las capacidades corporales en un alto grado de potencialidad conjuntamente con la
construcción de un pensamiento crítico y divergente, la apropiación de significados y valores culturales, la
elaboración y comprensión de mensajes significativos.
El movimiento
El movimiento aporta en la constitución de la Identidad Cultural corporal, desde un abordaje
focalizado en las características propias del grupo destinatario. El movimiento que proponemos apunta a
propiciar la sensibilización, permitiendo alternativas de autoexpresión y vinculación con los otros, la
estimulación de la creatividad individual y grupal, explorando la comunicación no verbal y el desarrollo de las
capacidades psicomotrices. El movimiento educativo-expresivo-artístico que compartimos se aborda desde:
respiración, movilidad articular, formas básicas, estímulos sonoros, contacto, espacio, formas corporales,
tensión-relajación, simetrías-asimetrías, reflejo, alturas o niveles, creación, representaciones.
La exploración pautada de las posibilidades del movimiento, el diálogo corporal, la construcción
desde lo corporal, la concertación grupal para la composición coreográfica, el uso de objetos, de música de
diversos estilos y orígenes, la utilización de imágenes y de estímulos provenientes de otros lenguajes
artísticos, constituyen algunos de las formas particulares que identifican esta propuesta. Finalmente
apuntamos a favorecer contextos de creación de movimientos, de coreografías, de exploración de las
posibilidades del cuerpo solo, acompañado o con diferentes objetos, de experimentación de las acciones
desencadenadas por los objetos, de construcción con el cuerpo en el espacio, de construcción de mensajes,
etc., para compartir internamente y luego hacia la comunidad. Creemos que una práctica con estas
características podría llegar a multiplicarse en el campo de la educación física, articulándola con otras
dimensiones culturales que la disciplina pone en juego.
Promover la integración de esta propuesta de educación física con otras áreas y en especial las
artísticas en la escuela, no sólo retroalimentaría y beneficiaría la construcción de saberes en los sujetos,
sino que redimensionaría la práctica disciplinar y posibilitaría de manera concreta la inserción de los
lenguajes expresivos en un ámbito que trasciende la escuela.
Resultantes de esta propuesta, entre otros, podrían aportar al mejoramiento del discurso corporal y
de la comprensión del cuerpo; el sentido de grupo, de la necesidad del otro para el alcance de metas, el
conocimiento de diversos recursos estéticos y su aplicación práctica; el estímulo del sentido musical y la
expresividad a través del movimiento.
El Baile y la Danza
Profesores Universidad de Caldas - Manizales (Colombia) Luis Guillermo Jaramillo Echeverry/Napoleón Murcia Peña
"Siempre he pensado que la danza es mágica en muchos aspectos tanto para los que disfrutan de su
contemplación como para los que viven y trabajan en su mundo". (Fontein de Arias)
A lo largo de la historia, la danza ha estado inmersa en todas las culturas del mundo, siendo una
de las bellas artes más estudiadas por hombres y mujeres, quienes se han interesado por ese hechizo que
embruja a todos sus participantes y espectadores; por tal motivo, la tradición de la danza es una fuerza
extraordinariamente eficaz para estudiar el devenir de las culturas.
Han (citada por Gardner, 1991,83), la define como "secuencias de movimientos corporales, no
verbales con patrones determinados por las culturas, que tienen un propósito y que son intencionalmente
rítmicos con un valor estético a los ojos de quienes la presencian".
Le Boulch (1997,29) afirma a propósito que: "el término de danza sólo puede aplicarse cuando las
descargas energéticas son rítmicas; es decir, obedecen a una ley de organización temporal de movimientos;
de evolución normal de una motricidad espontánea que se convertirá en intencionada y controlada".
En efecto, la danza es una expresión natural y espontánea en el ser humano, así como lo es el
movimiento que la impulsa a ser una manifestación común del sujeto, el que a su vez la utiliza, o es utilizado
por ella, como una forma de comunicación y expresión; inclusive de aquellos sentimientos que son difíciles
de comunicar con la palabra. "El hacer enunciado no quiere decir que lo que uno dice es lo que quiere decir,
pues en la medida que uno diga lo que quiere decir, queda reducido al enunciado, esto ya representa un
sentido desenfocado. Caso distinto con la poesía y el arte en sí, como obra y creación lograda que no es
ideal, sino espíritu reanimado que se acerca hacía la vida infinita". Gadamer (1993, 583). Desde esta
perspectiva, la danza como arte, va más allá (de la finitud) de lo que simplemente se quiere decir, pues toca
el espíritu del mismo hombre.
En este sentido, la Danza se puede presentar como un elemento que dinamiza la vida del hombre
y la mujer de múltiples formas; entre ellas:
Validar y reflejar la organización social.
Sirve como vehículo para la expresión secular o religiosa.
Como diversión social o actividad de Recreación.
Como declaración de valores estéticos y éticos.
Para lograr propósitos educacionales.
Para poder conocer una cultura en particular. (Gardner1991,83)
Estos elementos característicos de la danza la sitúan como una de las artes más ricas en cuanto a
expresión y dinamización cultural, pues mediante su conocimiento se puede inferir la dinámica de las
diferentes culturas y regiones, y mediante su práctica es posible redimensionar la expresividad cultural de
todo un pueblo. Por tanto, "la danza es la manifestación de una expresión espontanea individual desde sus
orígenes, y antes de ser una forma de arte, fue una expresión espontanea de la vida colectiva." Le Boulch
(1997,129.)
La danza es impulsora de cambio, pues cada movimiento dancístico es expresión de un sujeto, de
su individualidad y su coordinación con la generalidad de otras individualidades. Por eso, Kisselgoff (1988)
considera que: "El mundo de la danza está cambiando permanentemente ante nuestros ojos. Cada
interpretación es un crepúsculo..." pero la danza, que en sí misma es creatividad, expresividad, fluidez y
armonía; es a la vez exigencia y disciplina, pues la realización máxima de su expresividad está determinada
por la precisión de movimientos elegantes, que no es en caso alguno el adiestramiento mecánico del
movimiento, sino una forma que hace posible la creación subjetiva de los individuos.
Le Boulch (1998,130) habla de la forma como la danza pertenece a la expresión, es decir:
"manifiesta un estado vivido". Es una comunicación viva y natural del bailarín que no está condicionado por
movimientos rígidos e impuestos por un agente externo; de tal modo que el observador pueda percibir esa
descarga de energía en afectos, emociones y sentimientos. O sea, una serie de actitudes en mímicas,
miradas y gestos expresivos. De otra forma, si la mecanización domina en la formación y el cuerpo del
artista es condicionado con rigor por el profesor para producir un fragmento completo, la expresión se
empobrece y se manifiesta en un estilo académico, preciso, alejado del valor emocional y viviente de la
obra. "Por fortuna, la dimensión actual de la danza ha recuperado su lugar expresivo" Le Boulch (1998,131)
Por tanto, la danza es un espacio que permea en sí misma, la posibilidad del sentimiento, en tanto
encuentro con la emoción y la pasión, en tanto reconquista de lo espiritual y lo corpóreo o trascendencia
espiritual del cuerpo, y en tanto escenario de sufrimientos y alegrías, de angustias y calmas de voces y
silencio.
La danza es una forma de comunicación y expresión por excelencia; como dice Barysknikov
(citado por Gardner, 1991, 87), "un mundo de nuevos lenguajes, los cuales expanden su flexibilidad y
alcance en todas las culturas". Lo anterior, porque en cada uno de los juegos dancísticos hay muchísimos
lenguajes posibles; jamás suficientes, claro está, para expresar el universo infinito del deseo y la pasión
humana.
Por último, la danza se encuentra muy relacionada con la Acción Física Humana; siendo esta
última una de sus manifestaciones culturales; las dos utilizan el movimiento humano como campo de acción
en el desenvolvimiento corporal y mental del individuo. De igual forma tienen en cuenta el espacio temporal,
la ubicación en un escenario determinado, la calidad del movimiento y la forma de su estructura. Muchos
movimientos son posibles; desde los percusivos hasta los sostenidos, tienen similar escenario de aparición y
ejecución; así como muchas esferas del desarrollo humano son influidas desde la misma dinámica de
acción. La danza y la Acción Física Humana son en consecuencia, un lugar de similares vocabularios e
idiomas.
Danza y baile
"La música y el baile son dos artes que se complementan y forman la belleza y la fuerza que son la
base de la felicidad humana". Sócrates.
El baile como tal, sugiere en el individuo un deseo interno por comunicar algo de sí que lo
caracterice; puede ser a través de la expresión de su forma de vida, como sus pensamientos y sus
emociones; puede ser a través de la expresión de las costumbres y saberes de sus antepasados, o por la
necesidad lúdica del hombre.
Ahora bien, qué motiva al individuo a realizar la acción de bailar? La necesidad de crear con su
cuerpo una serie de imágenes y percepciones en sí mismo y en los demás para dar a entender una idea;
pues como lo asume Fast (1990, 20) "hay expresiones que todo ser humano hace y que de algún modo
comunica una imagen y un significado a todos los otros seres humanos cualquiera sea su raza, sexo, credo
o cultura"; estas expresiones se pueden dar a conocer, según el mismo autor, por medio del baile.
Puesto que la imagen creada a través del cuerpo puede ser expresada en el baile, esta implica
una relación directa con la percepción simbólica de los sujetos; en tal sentido, cuando el hombre y la mujer
crean un conjunto de símbolos e imágenes expresados por movimientos rítmicos, están dando una
connotación de baile como medio de comunicación entre los seres humanos, pueblos y sociedades.
Desde esta perspectiva, se evidencia como el individuo necesita expresar todo lo que siente no
sólo a través de la palabra sino con la expresión propia de su ser. Por ello, el baile se ubica dentro de las
artes, ya que su eje central es el de comunicar una idea o un sentimiento por medio de expresiones,
consideradas estas "como todo aquello que concierne a lo que la persona vive con sus afectos y con sus
emociones". Le Boulch (1998,32).
Por tanto, toda acción de comunicación que va dirigida a otra persona, puede ser cargada de
expresión; pues de lo contrario, sería una acción sin expresión, sin sentido, puesto que el lenguaje no puede
carecer totalmente de afectividad.
El baile entonces es parte complementaria del sujeto, ya que todo sujeto siente el deseo de
manifestar algo de su cotidianidad ante los demás, pues el hombre según Lifar (1978,23) "Ha bailado y
seguirá bailando por encima de la palabra", dado que este deseo de querer exteriorizar y comunicar un acto
simbólico que hace parte de su vida, no lo puede reemplazar la expresión oral, sino que debe involucrar todo
su cuerpo.
Londoño en su libro de "Baila Colombia"(1995,8), expresa que el baile es "una serie de mudanzas
que hacen los que bailan, es movimiento rítmico; la expresión corporal que se hace al compás de la
música... baile es danza". Con lo que está significando que un baile o bailes hacen parte del gran mundo de
la danza; a la vez que ella hace parte de este. Con la danza como universo del baile se expresan
sentimientos y emociones culturales. En tal sentido, la danza es una de las artes más humanas, pues en ella
se unen el espíritu y el cuerpo al servicio de la belleza corporal, de la salud, de la inteligencia y el
conocimiento.
En este sentido, cuando se habla de danza, no se esta haciendo referencia de igual forma al baile;
pues en el primer caso, tiene albergue el conjunto de emociones, sentimientos, ideas y pasiones
expresados; y en el segundo caso, se refiere al medio a través del cual se ponen en escena tales aspectos.
Baile, es aquella parte que hace de la danza una realidad, en la cual una persona entra en su mundo. La
danza al querer expresar un acto simbólico como el amor, la pasión, las costumbres o el modo de ser de un
individuo o de una comunidad, lo hace por intermedio del baile o bailes.
Serrano (1996,29) por ejemplo, al hacer un estudio entre el consumo del Rock de los jóvenes
urbanos, toma un relato de un joven quien considera esta diferencia al decir. "En el concierto siento algo que
está faltando, es la manada, porque ahí es donde uno pierde ese ser social... con los demás uno pogea, ese
antibaile que es negativo que lo llaman baile (Pogo) porque justamente constituye para mi negar eso, el
baile de compromiso..."; en esta expresión, el joven considera que la danza es mucho más que el baile,
pues ésta implica comprometer a la manada en el sentimiento que ocasiona la acción de bailar.
También se puede bailar por simple diversión; es decir, como juego donde hay una liberación de
energía en forma gratuita sin ningún propósito determinado y con el ánimo de traer alegría al cuerpo. En
este sentido Le Boulch afirma "que el juego es común al hombre y a los animales, y sus manifestaciones
más primitivas son descargas motrices que toman el aspecto de gritos, de carreras y de gesticulaciones
diversas..." esencialmente el juego aparece como una forma de expresión.
Por todo lo anterior, se puede observar una diferencia entre danza y baile. Pese a que los dos se
complementan y están íntimamente relacionadas. Sin embargo, aunque la danza se hace visible por medio
de bailes, no siempre se baila para comunicar algo en sí, sino que se puede bailar por alegría, diversión y
desfogue de energía, siendo una práctica como dice Gardner (1991, 28) en forma de juego (libre y
espontáneamente); por el contrario, la danza comunica un estado vivido, la cual va mas allá del simple
juego(sin querer decir con esto, que el que danza no juega; pues también se puede jugar con gran
significación y no sólo por divertirse) siendo a su vez, más extensa y holística que el baile.
La danza permite que muchos sujetos le encuentren sentido y razón a su modo de ser y de actuar,
ocupando un lugar importante dentro de la vida de aquel que la practica. No obstante, dice Le Boulch,
"danza y juego difieren por la significación que encierran respecto a la conducta del individuo que juega
(baila); el juego es una actividad relacionada con las cosas ubicando su resultado en el nivel de la
operatividad¨. Pero otros hacen de la danza su razón de ser y de vivir, su ser proyecto al arrojarse a su
mundo, el cual en muchas ocasiones es incomprendido por su alto grado de expresión y significatividad.
La danza, entonces, pertenece a la expresión de la corporeidad, es decir, manifiesta un cuerpo
vivido y sentido; el baile, se convierte en ese medio, para vivir y sentir esa corporeidad. Se podría afirmar
entonces, que una persona puede hacer de la danza un estilo de vida como Lifar (1968,168), quien dijo de
ella: "la danza es el arte al que sirvo en todos los instantes de mi vida y al que considero el primer elemento
de mi ser. Toda mi concepción y percepción de la vida son en función de mi mentalidad dancística".
La danza al abrir nuevos espacios de búsqueda y expresión hace que el ser humano tenga un
encuentro consigo mismo, con los demás y con el medio que les rodea; elementos fundamentales en
cualquier proceso educativo y de comunicación.
Por sus bondades de relación y por sus posibilidades de expresión, la danza permea momentos
amplios para la exploración de nuevos saberes, el crecimiento personal y la comunicación social, los cuales
forjan una autoformación acorde con el gran objetivo del hombre y mujer: “Ser proyecto con sentido.”
Dado que la propuesta está sustentada en los hallazgos logrados en un proceso de investigación,
se pretende asumir la danza desde las siguientes esferas:
La esfera de la danza como alternativa de comunicación, la cual se esboza desde la idea de
expresión y cotidianidad y desde la relación real que la danza posee en el joven de hoy.
La esfera de la danza como alternativa de educación, sustentada desde algunas reflexiones
sobre lo educativo, la realidad contextuada, la validación de mensajes, la educación desescolarizada y el
papel que esta juega en estos escenarios de lo educativo.
El lenguaje del cuerpo permite encarar bajo una nueva luz la dinámica de las relaciones interfamiliares.
Julius Fast
Tela
La Tela Acrobática es una práctica aérea. A diferencia de otros elementos y técnicas (malabares, las
acrobacias y el trapecio), la tela se incorpora a este universo de forma reciente, aproximadamente hace
unos 30-40 años. Existen señales de que la tela inicia a partir de un perfeccionamiento de las técnicas de
cuerda fija y cuerda indiana (cuerda de la India, yoga sobre cuerdas). Otros relatos señalan que el trapecio
tradicional da origen a la misma, puesto que para subirse al mismo se utilizaba una cuerda. Otras versiones
dan cuenta que la tela surge de acrobacias que los artistas que se colgaban en los cortinados de teatros o
carpa (Mateu y de Blas, 2000).
Del grupo de los aéreos, se considera a la tela acrobática como uno de los más realizables, por su
mayor rapidez y seguridad en el aprendizaje. Quizás sea por la calidad del material, por estar en contacto
con el suelo (lo que facilita la subida), por ser más flexible y suave. La experiencia indica además, que la
práctica en tela puede servir como medio de proyección (proceso de adecuación) a los demás aparatos
aéreos, que exigen más fuerza, flexibilidad y resistencia. Quizás sea por eso, que la práctica de la tela haya
transcendido, en muchos y diversos espacios.
La forma de atar la tela puede variar de acuerdo con el conocimiento del practicante, teniendo en
cuenta los mecanismos de seguridad (existen varios) y las características de la estructura que sujetará la
misma. La manera más habitual de fijar el aparato es doblando la tela por la mitad de su longitud (que
normalmente es de 20-26 metros) utilizando el nudo prusik, dividiéndola así en dos partes iguales que serán
utilizadas para llevar a cabo los diferentes nudos (trabas), bloqueos en el cuerpo y sus respectivas figuras y
caídas. La tela puede ser fijada directamente en una de las vigas que componen la estructura del techo, o
estructuras especialmente construidas. Normalmente se utilizan material de escalada (mosquetones, cintas
tubulares y cuerdas) para fijar la tela, dado que este tipo de material aumenta la seguridad (deben estar
homologados por las agencias de seguridad), las cintas tubulares aumentan las protección de la tela en
roces con la superficie que la sujeta (viga). La altura también puede variar, según los objetivos y el espacio
de práctica. Lo normal es instalar el material entre 4 y 12 metros de altura. La altura será decisiva en el
momento de determinar las figuras que pueden o no ser realizadas. Se destaca que para practicantes
novatos se recomienda poca altura o indicar que no suban demasiado aumentando así la seguridad. Es
fundamental considerar los deslizamientos en caídas o movimientos rápidos desde la altura porque pueden
producir roces que llevan a quemadas y nudos peligrosos, es imprescindible el tiempo pausado, el
conocimiento de los simple a lo complejo para evitar inconvenientes, es esencial conocer de manera segura
(haberlo hecho muchas veces a baja altura) los nudos o trabas porque pueden ocurrir nudos que presionan
el cuerpo dañándolo. Por último es básico y primordial el empleo de colchones (de caída) debajo de la tela
siempre, nunca debe faltar el colchón de protección a las caídas.
Trapecio
El trapecio formaba parte de los ámbitos gimnásticos, pero hace mucho tiempo que fue excluido de
los mismos, aunque su evolución continuó gracias a su utilización en propuestas artística principalmente en
el circo. La trayectoria artística del trapecio en el ámbito circense ha consolidado su desarrollo técnico y
didáctico evolucionando además en diversas posibilidades de práctica que se convierten en referencias
fundamentales en el proceso de recuperación y apropiación del mismo en propuestas educativas en la
educación física escolar (Brozas Polo, 2003).
El trapecio posee un lenguaje artístico muy significativo. Son escasos los estudios de esta
modalidad, contrariamente a los que puede pasar con otras disciplinas. La práctica de este tipo de actividad
se encuentra fundamentada en la transmisión oral y en los principios determinados por la experiencia
práctica de artistas devenidos en maestros.
El trapecio se nos presenta en nuestro imaginario como una hamaca. Así se puede ver y definir
como un aparato fijo en cuanto a los puntos de anclaje pero dinámico por los balanceos y giros que permite;
en este sentido, tiene una similitud a las anillas pero posee, en relación a estas, múltiples apoyos entre las
cuerdas y la barra. La longitud de las cuerdas y de la barra puede variar y se puede modificar lo que permite
plantear dos tipos de trabajo: Trapecio cerca del suelo, Trapecio aéreo.
Es fundamental, al igual que en la tela acrobática, considerar inicialmente la seguridad, revisar y
disponer de: anclajes, barra, colchones de caída y ayudantes con experiencia en el cuidado, con controles
periódicos, aumentan la seguridad y tranquilidad de todos.
Acerca de la acrobacia aérea
El primer inconveniente se presenta en que la mayoría de los profesores de educación física carecen
de formación en acrobacia aérea (aunque empiezan a existir experiencias de este tipo en algunas
universidades), la existencia de escuelas o talleres de circo, acrobacia, aéreos, otros, son espacios que nos
permiten progresivamente experimentar y adquirir los conocimientos básicos para incorporar estas prácticas
populares en el ámbito de la educación física. Otro inconveniente es la adquisición del material, por sus
costos, por la cantidad necesaria, por su instalación, aunque las ganas de innovar no pueden ser frenadas
por cuestiones económicas, con el esfuerzo de todos se superan estas barreras. A partir de unos
conocimientos básicos sobre el manejo de técnicas aéreas las posibilidades de interacción se multiplican
propias de la creatividad de los practicantes.
Hay que tener presente que la trayectoria artística de las acrobacias aéreas en el seno del circo
enriqueció su desarrollo técnico y didáctico, evolucionando además en diversas direcciones y especialidades
complementarias. El encuentro con esta experiencia es lo que consideramos clave en un posible proceso de
recuperación y apropiación pedagógica.
Los zancos
El juego de Zancos tiene un pasado mítico y ritual significativo: en el Capítulo XIII del Popol-Vuh se
relata el Chitic o baile con Zancos que realizan los mellizos Hunahpú e Ixbanaqué para engañar a los
sangrientos señores del mundo subterráneo de Xilbalbá (…) Los Mayas celebraban el año nuevo bailando
sobre Zancos gigantescos, cuando éste coincidía con un día llamado Muluc, donde se nos revela en todo su
esplendor el simbolismo solar y vegetal de este ritual es en el Códice Tro-Cortesiano en el que el dios del
maíz, montado sobre unos Zancos -como tallos- era tocado por el pez (su doble) que semejaba la mazorca.
En Leyendas de Guatemala, Miguel Ángel ASTURIAS, reafirma este simbolismo cuando el dios Maya
Cuculcán, subido sobre Zancos grita que lo hace para parecerse al Sol, y agrega: "... De la punta de mis
pies a mi cabeza tengo una escalera de latidos para que subas conmigo a las ramas en que se reparten los
frutos, las semillas, las cinco semillas de los cinco sentidos” (García 1998:40-46).
El propósito que proponemos desde los zancos es andar elevados, jugar con el equilibrio, solo y
acompañado y desde la creatividad ingeniar personajes y movimientos. Los zancos son largos postes de
madera, aluminio u otro material, elaborados con unos escalones en los que se colocan los pies. Se utilizan
para elevarse, generando un juego de equilibrio, entre 60-100 centímetros a distancia del suelo. Existen dos
formas de zancos los de manos en donde el poste permite al ejecutante tomarse con las manos de la parte
superior y ampliar así el contacto con el elemento y los zancos exclusivos de pie donde el poste llega debajo
de la rodilla y se sujetan a las piernas.
Los zancos permiten a la persona tener movilidad, desplazarse encima de ellos, fijado a las piernas
aumentando su altura respecto del suelo. Los zancos exclusivos de pies requieren de un manejo del
equilibrio avanzado, para la iniciación al dominio del zanco es conveniente poca altura, separados del suelo
a no más de 40 centímetros para luego aumentar la altura. La intención es experimentar sobre los zancos
con la mayor seguridad posible y así descubrir el placer o no por esta práctica, es una actividad individual
pero es necesario de compañeros para la colocación y el cuidado en la primera fase de aprendizaje. En
nuestra propuesta los zancos o zancudos son transformados desde la plástica logrando la representación de
distintos personajes.
Monociclo
El monociclo es un vehículo de una sola rueda, posee además asiento y pedales como los de una
bicicleta. La persona intenta desarrollar equilibrio y dominio desde su centro de gravedad. Es un desafió que
propone este elemento que se alcanza con el dominio desde la parte central de cuerpo, la zona pélvica. Si
bien es un elemento individual el aprendizaje requiere de otros que colaboran en el equilibrio y el cuidado
del conductor.
Cuando los alumnos logran dominar el monociclo y desarrollar habilidades en el mismo se elaboran
propuestas artísticas, desde secuencias coreográficas con recorridos variados y algunas acrobacias como:
avanzar-retroceder, girar solo o en grupo, saltar en un punto fijo, bajar y subir, saltar cuerdas, otras.
El rulo
Es un elemento para poner en juego el equilibrio dinamico, supone de dos partes, un cilindro y una
tabla, con la tabla sobre el cilindro se genera un espacio donde el sujeto se posiciona y mediante el
equilibrio dinámico intenta mantenerse, con la practica se amplían las posibilidades de acción sobre el rulo
El cable tenso de acero
El cable es otro elemento que propone un equilibrio dinámico, se trata de un cable de acero
conectado a muros, elevado a 60-70 cm. desde el piso. El desafío es avanzar sobre el cable jugando a cada
paso el equilibrio.