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¿Cómo hacer

Fuego?
Guía práctica sobre evangelismo
Introduccion
Necesitamos predicar, cantar, diseñar, vivir el Evangelio del Reino

El fuego es conocido como uno de los cuatro elementos que forman parte
de la naturaleza, su descubrimiento representó un cambio esencial en la
historia de la humanidad debido a todo lo que permite hacer y todos los
beneficios que ha traído para el desarrollo de las civilizaciones, y así como
el fuego, el Evangelio es de vital importancia para la supervivencia de los
seres humanos.

Hoy estamos viviendo lo descrito como las dinámicas de los últimos tiem-
pos, y la respuesta que las personas necesitan está en la predicación co-
rrecta del Evangelio del Reino, siendo este el mensaje más poderoso, re-
volucionario y transformador.

Como Hijos de Dios estamos llamados a cumplir la Gran Comisión y para


ello es preciso que aprendamos a “Hacer fuego”, brindando la buena noti-
cia de manera integral a nosotros mismos, a los perdidos, a la iglesia y a
las naciones, porque pervertir el Evangelio no sólo es predicar un evange-
lio distinto, sino también incompleto.

Esta cartilla fue escrita y diseñada para brindar los conocimientos esen-
ciales que le permitirán crecer en el entendimiento, la sabiduría y la auto-
ridad del Evangelio, además cuenta con un catálogo de actividades evan-
gelisticas que podrá desarrollar en coordinación con su congregación o
comunidad. Así que aliste su lápiz y cuaderno para captar todo aquello que
llame su atención; comenzamos en 3, 2, 1...
combustible
repensar
Cuando pensamos en evangelismo necesitamos reflexionar sobre la ra-
zón de ser de la novia de Cristo; su iglesia. Profundizar en quienes somos
nos ayudará a dar dirección a lo que hacemos, pues son repetidas las
ocasiones en las que hemos corrido con gran velocidad hacia metas mi-
nisteriales, sin comprender el propósito por el cual lo hacemos.

Qué tal si Re-pensamos la forma en la que estamos contribuyendo al Rei-


no de Dios, y evaluamos nuevamente quiénes somos y por qué Dios nos
ha escogido para llevar a las personas a conocerle más a Él. Descubrir
nuestra identidad, saber más acerca de la naturaleza divina de Dios y su
voluntad para nuestra vida, es una aventura que no se puede perder; este
viaje sin duda alguna, le dará sentido a su vida; avivará su pasión y le brin-
dará mayor compresión del proyecto redentor al cual ha sido llamado para
ser parte.

Para calentar motores piense en lo siguiente: Si Dios es soberano, es de-


cir, Él tiene el máximo poder y autoridad sobre su creación, podría tronar
sus dedos y provocar que todos los que no creen en Él simplemente lo
hicieran; ¿verdad? La pregunta sería entonces: ¿Por qué Él nos ha enviado
a nosotros; humanos mortales, limitados en el tiempo, espacio y conoci-
miento, a hablarle al mundo sobre quién es Él?

Siendo sabio en todo, Dios tiene un propósito al involucrarnos en sus pla-


nes, y la razón de su llamado para cumplir su misión no es porque seamos
buenos; sino porque al atender a su llamado la misión nos transforma a
nosotros cada vez más a su imagen. Básicamente no podríamos ejecutar
la misión si el Espíritu Santo no obra en nuestros corazones; no podría-
mos proclamar el Evangelio si este no es revelado a nuestra vida, y no
seríamos capaces de hablar acerca de un Dios que no conocemos, defi-
nitivamente podemos decir que ¡La acción evangelística nos transforma!
un dios misionero
Nuestra esencia e identidad como iglesia proviene de la naturaleza de
Dios. Cuando afirmamos que somos el cuerpo de Cristo y Él es nuestra
cabeza, decimos que estamos sujetos a su mente maestra, entonces es
válido preguntarnos: ¿Cuáles son los pensamientos de Dios acerca de no-
sotros sus hijos? y ¿Cuáles son sus deseos?, de manera que podamos mo-
vernos coherentemente en el mundo; para ello necesitamos reflexionar
sobre su naturaleza divina.

Cuando pensamos en la naturaleza de Dios, vienen a nuestra mente pa-


labras como: “Santo, Majestuoso, Sublime, Todopoderoso, Omnisciente…”
pero pocas veces pensamos en la palabra “Misionero”, si, MISIONERO.
Cuando leemos las Escrituras, podremos encontrar que existe un cons-
tante lenguaje de envío y lo más increíble es que Dios no sólo envía al
hombre a cumplir sus propósitos, sino que se envió a sí mismo a través
de su hijo Jesucristo; esto lo podemos ver evidenciado alrededor de todo
el texto de Isaías:

Él me ha enviado, a sanar a los enfermos,


Él me ha enviado, a proclamar liberación a los cautivos,
Él me ha enviado, a dar libertad a los prisioneros,
Él me ha enviado, a pregonar el año del favor del Señor
y el día de la venganza de nuestro Dios,
Él me ha enviado, a consolar a los que están en duelo,
Él me ha enviado, a confrontar a los dolientes de Sión,
Él me ha enviado, a darles una corona en vez de cenizas,
aceite de alegría en vez de luto, traje de fiesta en vez de
espíritu de desaliento. Isaías 61: 1- 3

En el texto de Lucas 4:18-19 Jesús afirma ser el cumplimiento de Isaías 61,


por lo cual podemos afirmar que este pasaje nos muestra una declaración
de la misión personal de Jesús, en donde es revelado algo profundo para
nosotros: Si Jesús fue un enviado, nosotros también hemos sido enviados.
Si Dios alrededor de su palabra manifiesta un constante deseo de enviar
personas, es porque Él está interesado en que vayamos.
No debemos pensar necesariamente en ser enviados a otro continente o
nación; piense en su sector más cercano; su trabajo, su barrio, la familia,
la universidad, Jesús lo está llamando para enviarle, ¡Sí a usted!; si nadie
se lo había dicho antes hoy su palabra se lo confirma: “Una vez más les
dijo: «La paz sea con ustedes. Como el Padre me envió a mí, así yo los
envío a ustedes” - Juan 20:21. Así que recuerde; usted es parte del plan
redentor de Dios.

Finalmente, esta es la realidad; nuestra naturaleza misionera, tiene sus


raíces en la naturaleza misionera de nuestro Padre. Todos somos misio-
neros porque todos hemos sido enviados, hemos sido enviados porque
Jesús fue enviado y nos ha hecho partícipes de su misión.

Brad Brisco en su libro “Repensar” dice lo siguiente:

“Por lo tanto, la iglesia no sólo envía misioneros; la iglesia es el mi-


sionero. Individualmente y colectivamente como el cuerpo de Cristo,
somos enviados, una iglesia misionera. Deberíamos de estar envian-
do a las personas de la iglesia afuera en medio de la gente del mundo
en lugar de intentar atraer a las personas del mundo adentro en me-
dio de la gente de la iglesia”.
del “por alla“ al aqui
Si pensamos en lo anterior, podríamos concluir que la misión no es sólo
para algunos, sino es cuestión de todos. Por muchos años hemos adqui-
rido un lenguaje que afecta la forma en la que vemos el mundo y el Evan-
gelio. Por alguna extraña razón hemos asociado únicamente a los misio-
neros con personas que se trasladan a otros países para predicar sobre
Cristo; no todos hemos sido enviados a otras naciones, pero si a espacios
y sectores específicos de la sociedad; tu punto de acción (misión) ahora es
aquí, la pregunta es ¿A dónde Dios te ha enviado?

Les dijo: «Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda
criatura” - Marcos 16:15. Quisiera resaltar estas palabras “TODO EL MUN-
DO”, esto quiere decir continentes y naciones, pero también cortes judi-
ciales, estudios musicales, exposiciones de arte, hospitales, orfanatos,
fundaciones, barrios, ONGs, refugios; todo lugar es un buen lugar para que
como hijos de Dios compartamos la vida eterna en Cristo Jesús.

Esto nos lleva a inferir que para cumplir la misión necesitamos vivir en
proximidad con otros, no podemos hablar del Evangelio a la distancia,
tampoco podemos hablar de la Buenas Noticias si no sabemos cuáles
son estas Buenas Noticias. Ahora que hemos analizado un poco de dónde
viene nuestra esencia como iglesia de Cristo, debe estar diciendo: “Ya sé
quién soy y ahora, ¿cómo puedo accionar para ser un buen representante
del Reino de Dios en la ejecución de la misión?. Esta pregunta la podrás
resolver en los siguiente capítulos.
? Que es el evangelio?
La palabra Evangelio significa buena noticia o noticia alegre, pero no
cualquier tipo de noticia, el Evangelio es una Gran Noticia que beneficia
a culturas, sociedades y generaciones enteras alrededor del mundo. Su
comprensión se centra más en el contexto que en su significado, siendo
asociado a heraldos o portadores de mensajes que recorrían las provin-
cias proclamando los mensajes del Rey, en una época en donde no existían
los medios como la imprenta, radio o televisión.

En ese tiempo, la cura de enfermedades o las victorias obtenidas en las


guerras eran las buenas noticias proclamadas por los Heraldos del Rey,
quienes de manera personal y a través del lenguaje hablado las comuni-
caban en un tono festivo, pues se trataba de información que llevaba es-
peranza a los habitantes del reino.

Lo anterior nos lleva a reflexionar acerca del ¿Por qué muy pocos segui-
dores de Jesús tienen claridad sobre qué es el Evangelio?, sí incluso lo
han podido disfrutar muchas veces en sus vidas. La razón es que los seres
humanos podemos disfrutar algo muchas veces sin entenderlo del todo y
es por eso que nuestra fe en la mayoría de las ocasiones es una fe basada
en sentimientos, emociones o en buenas noticias que no son el Evangelio.

Todo verdadero cristiano o seguidor de Cristo debe regocijarse en el Evan-


gelio, porque es la noticia más importante que Dios tiene para cada ser
humano, se trata de la buena nueva que traslada la vida de una persona
del reino de las tinieblas al Reino de la Luz, tal y como lo afirma el apóstol
Pablo en Colosenses 1:13.

Si revisamos la historia del cristianismo desde la Iglesia Primitiva hasta la


iglesia de nuestros días muchas noticias han ocupado el lugar del Evan-
gelio:
- Los milagros físicos fueron y serán una forma relevante de llamar
la atención de las personas, pero muchos han sido sanados por Dios
y no creen en Él, ya sea porque no lo necesitan más o porque obtuvie-
ron lo que querían de Dios. Otros nunca serán sanados físicamente
de su enfermedad y mientras tanto otros simplemente están sanos y
no necesitan ningún milagro, por eso esta buena noticia de que Dios
hace milagros no puede ser el Evangelio

- Buscar la felicidad es un deseo y una razón de vida para algunos,


pero la fe no se puede sostener en la felicidad porque en el mundo se
experimentará aflicción. Este no puede ser el fin último de la vida, si
es así se perderá la aventura del Evangelio, la buena noticia que nos
permitirá pasar por cualquier circunstancia, pero con Jesús. Cuando
tenemos una relación con Dios sentimos las emociones más plenas
de la vida, aunque experimentemos pobreza, migración, guerra, ham-
bre y problemas.

- La prosperidad económica es algo que todo gobierno y persona


natural desea, y la iglesia moderna ha estado permeada también con
estos pensamientos. Esta no es más que una falsa promesa de que
Dios prosperará a todos y nos hará millonarios o con libertad finan-
ciera, siendo la fe soportada en el dinero, convirtiendo el dinero en
dios. Por otro lado, las personas de escasos recursos sufren desáni-
mo al ver que Dios no cambia su situación o las personas adineradas
se preguntan para qué necesitan a Dios. La realidad es que algunos
pueden seguir o dejar de seguir a Jesús interesados en el milagro
financiero.

- La transformación de la vida, es la buena noticia que Dios ofrece a


todas las personas sin excepción, pero muchos también dicen encon-
trar la transformación de su vida al mantenerse saludables, practi-
car yoga y hasta con sesiones espiritistas. Por eso, esta tampoco
debe ser una buena noticia en la cual se puede cimentar nuestra vida
y fe en Dios.

Todas las anteriores buenas noticias tienen algo en común y es que no


son incluyentes porque no benefician a todas las personas del mundo, por
ejemplo ¿cómo predicaríamos de Jesús y cuál sería la buena noticia que
comunicaríamos a una persona saludable, aparentemente feliz, estable
financieramente y con la vida de sus sueños? ¿será que esas personas
necesitan de Dios? la respuesta es que SI, aunque aparentemente no.

“Afortunados los que reconocen su necesidad espiritual, porque el Reino


de los cielos les pertenece” - Mateo 5:3

Todos necesitamos espiritualmente de Dios: Los saludables, los felices,


los ricos y los que cumplen sus sueños; aunque cueste entenderlo y exista
más compasión por predicarle a los enfermos, tristes, pobres y los que
tienen una vida de lamentos. El único problema es que con frecuencia las
personas no reconocen que necesitan las buenas noticias de la verdad de
Dios, las verdades de las cuales el Espíritu Santo se encarga de conven-
cernos.

Ahora la pregunta es ¿Si ninguna de esas buenas noticias es el Evangelio


entonces cuál sí es?

El verdadero Evangelio son las Buenas Noticias de la salvación de los pe-


cadores por Dios, recordemos que el hombre es pecador por naturaleza
y está separado de Dios sin esperanza alguna de remediar tal situación.
Pero, el Señor ha provisto los medios para la redención del hombre; en la
muerte, sepultura y la resurrección de Jesucristo.

Siempre se ha tratado de Dios buscando al hombre para tener una rela-


ción cercana, y precisamente es allí en donde podemos descubrir cuánto
Él nos ama a pesar de la multitud de pecados, vicios y deseos malvados
de nuestro corazón.

¿Jesús dijo acéptame en tu corazón?

Es muy usual ver en las iglesias a las personas repitiendo oraciones para
aceptar a Jesucristo en su corazón, sin embargo, nunca vemos en la biblia
a Jesús haciendo repetir oraciones para recibirlo en el corazón. Aceptarlo
en el corazón es una decisión que nace desde adentro individualmente y
es el principio para conocerlo, el problema es que muchas personas se
quedan en la pequeña oración y no profundizan más en la bella persona
de Jesús, el autor de la fe.
Jesús sí dijo sígueme:

” Y pasando vio a Levi, hijo de Alfeo, sentado en el banco de los tribu-


tos públicos, y le dice Sígueme. Y levantándose le siguió.” Marcos 2:14

Jesús no quiere una oración para aceptarlo en nuestra vida, Él quiere en-
trar en nuestro diario caminar y compartirlo todo con nosotros teniendo
una relación. Él nos invita a seguirlo porque es una relación de discípu-
lo-maestro; las personas dejaban todo para vivir con Jesús, a donde Él iba
ellos compartían no sólo el pan sino sus dudas, no sólo el alojamiento sino
pecados y lamentos, y no sólo sueños sino propósito.

Seguir a Jesús cuesta porque significa esforzarse por ser como Él es;
eso quiere decir que debemos incomodarnos, morir a nosotros mismos,
seguir a Cristo verdaderamente significa hacerle el jefe, el señor y dueño
de nuestra vida. Cada decisión y sueño debemos filtrarlos a través de su
palabra con el fin de glorificarlo en todo. Seguir a Cristo también significa
aplicar las verdades que aprendemos en la palabra y vivir como si Jesús
caminara junto a nosotros en persona.

Finalmente, no perdamos de vista que el Evangelio tiene como propósito


guiar a las personas a Dios y satisfacer para siempre las almas. Todo lo
demás está destinado a mostrar su gloria y quitar todo obstáculo para que
podamos disfrutar de Él para siempre.

EL EVANGELISMO ES INVITAR A PECADORES A SEGUIR


A JESÚS, A TRAVÉS DEL MENSAJE DE LA RECONCILIACIÓN.
calor
Guiados por el Espiritu Santo
con osadia
El evangelismo como una acción espiritual
En Mateo 11:29 Jesús establece un principio para que como creyentes ten-
gamos una dirección espiritual y no humana: “Pónganse mi yugo. Déjen-
me enseñarles, porque yo soy humilde y tierno de corazón, y encontrarán
descanso para el alma”.

Jesús es con cada uno de nosotros como un hermano mayor, quien con
humildad y mansedumbre, nos invita a olvidarnos de nuestras ideas fan-
tásticas, o del conocimiento adquirido a través de libros y la experiencia.
De lo que se trata en realidad, es acerca de una vida cimentada en el lugar
secreto en el que nos susurra al oído con precisión lo que necesitamos
para reflejar su amor a los hijos pródigos de este tiempo.

Como vemos el secreto para ser embajadores del Ministerio de la Recon-


ciliación está en ponernos su yugo, vivir bajo la dirección de Jesús, es por
esto que no podemos resumir la palabra evangelismo a una actividad más
de la iglesia de gran impacto que se hace con cierta frecuencia, sino por el
contrario se trata de un estilo de vida en el que estamos convencidos de
nuestro llamado a ser parte de la Gran Comisión, no para alcanzar posi-
ciones, cifras o llenar estadios y templos.

Los verdaderos hijos quieren manifestarse y no hacer exhibiciones, quie-


ren hacer impactos de amor y no seguidores en sus redes, por eso los
ángeles celebran cuando UNA sola persona se arrepiente, como se afirma
en Lucas 15:10.

De esta forma, la acción espiritual más grande que podemos realizar es


permanecer en su yugo y dar gloria al Padre por lo que Él mismo nos pro-
porciona para ser instrumentos movidos por fe.
Que nuestro objetivo sea ser instrumentos que abrazan corazones y vidas,
que miremos con dignidad, que transmitamos esperanza, que seamos va-
sijas capaces de negar nuestra vida, gustos, sueños, pensamientos para
que otros puedan restaurar su relación con Dios.

un equipo con dios


A) El rol del Espíritu Santo en el evangelismo

“El Espíritu Santo trae osadía, pureza y poder”


Todd White.

Cuando hacemos equipo con Dios, Él es el capitán del equipo, Él es quien da las
ideas y los principios para que su Reino se establezca en la tierra, porque Jesús
sabe que el terreno es árido y no seremos bien recibidos, por eso les mostró a
sus discípulos como era su comunión con el Padre; para que cuando no estu-
viera con ellos, fueran empoderados y acompañados por el Espíritu Santo como
está escrito en Juan 16:7.

A los discípulos les convenía la partida de Jesús, porque serían hacedores por
medio de la osadía que trae recibir al Espíritu Santo en sus vidas.

El Espíritu Santo es poder, amor y dominio propio, su campo de acción son los
corazones osados, alejados de la cobardía. Por eso Pablo le escribió a Timoteo
creyendo la promesa de vida que es en Cristo Jesús: “porque no nos ha dado Dios
espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” 2 Timoteo 1:7.

Entre tanto, la acción del Espíritu Santo en el evangelismo inicia desde nues-
tra transformación en el interior del corazón, cuando renunciamos a tener el
control y reconocemos que no se trata de nuestras fuerzas y talentos, eso es
precisamente lo que nos enseña Pablo cuando les escribe a los Corintios “y ni
mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de sabiduría humana,
sino con demostración del Espíritu y de poder” 1 Corintios 2:4.

Humanamente podemos realizar cualquier actividad que se nos ocurra, usar


nuestros dones y talentos como deseemos, pero como lo describe Pablo el men-
saje de Dios sólo se manifiesta por la gracia y poder que Él mismo nos otorga.
Nuestra sabiduría debe pasar a un segundo plano cuando realmente decidimos
ser sensibles al Espíritu Santo y obedecemos.
B) Nuestro rol en el evangelismo

“Seguir a Jesús es emocionante, dinámico, lleno de riesgos y cual-


quier otra cosa excepto una tradición muerta del pasado”
Ben Pierce

Cuando no somos seguidores de Jesús, solemos asociarlo con liturgias,


sacrificios, religiosidad, gente con corbata o sotanas, y muchas veces
creemos que sólo Dios es bueno con quienes asisten a las iglesias o visten
de forma ceremonial. Ese es un Dios que se escribe en minúscula, aburri-
do y totalmente excluyente.

La realidad es que Jesús anhela que alcancemos a todos, sin acepción de


personas. Cristo nos ve a todos con ojos de Padre, no de juez.

Pablo escribió: “Pero entonces, ¿qué gano yo con eso? ¡Nada menos que la
satisfacción de poder anunciar la buena noticia, sin recibir nada a cambio!
Es decir, anunciar sin hacer valer mi derecho de vivir de mi trabajo como
apóstol. Aunque soy libre, vivo como si fuera el esclavo de todos. Así ayudo
al mayor número posible de personas a creer en Cristo. Cuando estoy con
los judíos, vivo como judío, para ayudarlos a creer en Cristo. Por eso cum-
plo con la ley de Moisés, aunque en realidad no estoy obligado a hacerlo.
Y cuando estoy con los que no obedecen la ley de Moisés, vivo como uno
de ellos, para ayudarlos a creer en Cristo. Esto no significa que yo no obe-
dezca la ley de Dios. Al contrario, la obedezco, pues sigo la ley de Cristo.
Cuando estoy con los que apenas empiezan a ser cristianos, me comporto
como uno de ellos para poder ayudarlos. Es decir, me he hecho igual a to-
dos, para que algunos se salven. Y todo esto lo hago porque amo la buena
noticia, y porque quiero participar de sus buenos resultados”
1 Corintios 9: 18-23.

Nuestro rol es presentar la buena noticia en el escenario que Dios nos ha


puesto, ya sea en el trabajo, estudio u hogar, nuestra misión es compartir
la esperanza en lo eterno y no en lo efímero que vende el mundo, siendo
puentes que cierren brechas entre el Padre y los hijos perdidos.
Ante esta situación, nuestro rol en el evangelismo es presentarnos de-
lante de Dios, tener una relación íntima con Él, aceptándolo como Padre,
hermano y amigo.

Para ejercer dicho rol es indispensable que Cristo nos conozca más por
nuestro corazón de siervo que por las obras que hacemos, es decir, nues-
tro corazón debe apuntar al ser, al ser Hijos como Jesús lo manifestó en
Mateo 7: 21-23.

C) Oración e intercesión por los perdidos

¿Cómo orar por los perdidos?:

- Dios saca su corazón de piedra y dales un nuevo corazón de carne.


- Dios pon tu Espíritu dentro de ellos y haz que caminen en tus man-
damientos.
- Dios concédeles el arrepentimiento y el conocimiento de la verdad
para que escapen de la trampa del diablo.
- Abre sus corazones para que crean en el Evangelio.
John Piper

Cuando somos Hijos, la salvación de los perdidos se torna en el propósito


de nuestra oración. El poder de la oración y la intercesión direcciona a los
perdidos; los posiciona como hijos; los libera de ataduras y les permite ver
la verdad.

Según Lee E. Thomas en su libro “La oración efectiva por los perdidos” la
salvación depende de que las personas vean, escuchen y crean en algo
superior a ellos, en la verdad absoluta y no relativa, por lo tanto, debe-
mos resaltar y comunicar el Evangelio, porque es lo único capaz de curar
la ceguera espiritual, la cual causa incapacidad total para comprender el
camino hacia la solución. Esta es una condición mental contra la cual el
hombre no tiene ningún poder.

Cuando una persona tiene el entendimiento cegado, por más de que escu-
che el Evangelio, no podrá identificar la verdad que este le brinda. Es algo
así como invitar a un ciego a ver un atardecer y disfrutar de este. No tiene
sentido.
Pablo en Efesios 6:12 lo explicó muy bien, “porque no tenemos lucha con-
tra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los
gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de
maldad en las regiones celestes”. Debemos orar para que el Espíritu San-
to toque cada corazón, lleve al arrepentimiento y que el Evangelio, que es
el poder de Dios para salvación, traiga a la vida a las personas perdidas.

Todos los que imitamos a Jesús, tenemos la responsabilidad de orar e


interceder, esto no es una delegación de tareas a un grupo específico de
la iglesia, es responsabilidad y más que responsabilidad, nuestro gozo y
estilo de vida.

No hay acción más sublime que interceder por las almas, así como lo hi-
cieron los amigos del paralítico que lo llevaron en sus hombros y rompie-
ron el techo de la casa donde se encontraba Jesús. Llevemos a través de
nuestras oraciones a los perdidos hacia donde se encuentra Jesús, Él los
está esperando para perdonarlos.

“¡Si la oración es suficientemente poderosa para destruir ejércitos,


cuanto más certero es su poder para salvar almas!”
- Lee E. Thomas

D) La osadía como un estilo de vida:

No enviamos sanos al infierno, enviamos salvos al cielo.

La osadía con el poder del Espíritu de Dios hace de nuestra vida, una vida
diferente, una vida arriesgada que no teme a orar por otros en lugares pú-
blicos. Porque como está escrito “Nuestros ojos no ven lo que otros ven, nuestra
mirada se goza en la fe, en la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no
se ve” Hebreos 11:1.

La osadía es imitar a Jesús, se trata de hacer que una persona se preo-


cupe más por seguirlo y conocerlo, que estar sanos de enfermedades o
poder pagar las deudas. Osadía es orar creyendo que la voluntad del Padre
hará levantar a aquel que por años estuvo postrado. El Padre va directo
al alma, a los pensamientos, a los sentimientos, al lugar que tiene la re-
levancia necesaria para aprender a ser agradecidos, limpios de corazón y
poder ver el Reino de Dios.

Por esta razón, el gran mandamiento, es el mandamiento de los osados:

“Ama a tu Dios con todo lo que piensas, con todo lo que eres y con
todo lo que vales.” Y el segundo mandamiento en importancia es:
“Cada uno debe amar a su prójimo, como se ama a sí mismo.” Ningún
otro mandamiento es más importante que estos dos”
Marcos 12: 30-31.

Porque conocer a Dios y amarlo de esta forma nos lleva a la humillación


de nuestro ser y luego a amar al prójimo con la misma fuerza que nos
amamos. La osadía nos lleva a perder el orgullo y sumergirnos en su gran
mandamiento. Esto tiene más importancia para Jesús que cualquier sa-
crificio u holocausto.

La relación íntima con el Padre nos traslada a la frase inicial, la osadía


no ve primero el milagro físico, la osadía hace que miremos el alma de la
persona, la necesidad de ellos por conocer al único capaz de cambiar una
vida de forma trascendental, de llenar vacíos, de guiarlos hacia el arre-
pentimiento y el perdón.

Esos milagros tienen mayor eco, porque no hay mayor milagro que alguien
camine conforme a la voluntad de Dios. Todo lo demás será añadidura. Los
corazones rápido se corrompen, a veces son desagradecidos o sufren de
amnesia. Por tal motivo, es más importante que las personas llenen su
corazón de lo necesario, de la eternidad con Jesús.

Esto es osadía, hablar del amor verdadero cuando hoy su significado tie-
ne valor impuesto. Impuesto por la moda, por las redes sociales, por las
corrientes filosóficas e ideológicas que hablan del amor humano, pero
no del amor que tiene naturaleza divina. Desgastemos nuestra vida para
compartir el verdadero amor.
el evangelio y las relaciones
“Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda cria-
tura.”
Marcos 16:15

En este apartado recordaremos que Dios es una comunidad: Padre, Hijo


y Espíritu Santo. Mientras que nosotros somos su iglesia (Mateo 16:19),
llamada a ir por los perdidos, la gran comisión no puede volverse la gran
omisión.

Las relaciones: el plan divino para la predicación del evangelio.


Es probable que cuando pensamos en la predicación del Evangelio, ima-
ginemos a alguien dando un sermón y no a alguien siendo amigo. No nos
hemos cuestionado sobre la importancia de las relaciones en el momento
de la predicación.

La gran comisión es corporativa, global, dada a todos por igual, resulta


incoherente ejecutarla de manera individual, separados del cuerpo (Cristo
y la iglesia), sin tener relaciones profundas y verdaderas con las personas
a las que queremos alcanzar.

“Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?, Jesús le dijo: Ama-


rás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con
toda tu mente. Este es el primer y gran mandamiento. Y el segundo
es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos
mandamientos depende toda la ley y los profetas”.
Mateo 22, 36-40

¿Cómo podríamos cumplir el segundo mandamiento si no tenemos un real


interés por los demás?, de allí viene la principal razón de establecer rela-
ciones. Lo que agrada al Señor es que nos movamos por amor y en esto
encotramos gozo.
Ahora, con la motivación correcta podemos ver la importancia de las re-
laciones en el momento de la predicación, y tal vez, a este punto de la
lectura nuestro corazón ya se haya encendido de pasión por cumplir los
deseos del corazón del Amado.

Las relaciones son importantes en la medida que acercan el Evangelio


a las personas. Debemos ser intencionales con las personas no creyen-
tes y cuando conectamos con ellos y nos conocen, entonces podrán ver a
Cristo; en nuestras actitudes (frutos del Espíritu Santo), en nuestra forma
de enfrentar los problemas (carácter), de ver el mundo, en resumen, en
nuestra cosmovisión.

A) ¿En dónde puedo conectar con las personas?

Es clave consultarle a Dios a qué población hemos sido llamados y co-


nocer las complejidades, los problemas, las necesidades, la cultura y las
dinámicas; al familiarizarnos con el escenario y sus actores, y que estos
se familiaricen con nosotros. Por lo tanto, debemos involucrarnos en las
escenas, es decir, ir a donde están las personas a quienes hemos sido lla-
mados, según el propósito de Dios para cada uno de nosotros.

ejercicio práctico:
Para conectar con las personas debemos ir a los lugares que ellos fre-
cuentan, y si queremos ser más efectivos, debemos reconocer con qué
tipo de población conectar mejor (¿a quienes estoy llamado?), ejemplo los
niños, los universitarios, los ancianos, los migrantes, los que habitan cen-
tros carcelarios, los rockeros, los políticos, los comerciantes, los acadé-
micos, los filósofos, los de la comunidad LGTBI Q+, los grupos feministas,
los ecologistas, entre otros.

Hagamos el ejercicio de descubrir y abordar el escenario. Identifiquemos-


los por su nombre como en el ejemplo anterior y al lado escribamos donde
los podemos encontrar y apasionémonos por llevar la bandera del Evan-
gelio de Cristo en esa escena.
Población Posibles escenarios que frecuentan
Grupo 1:
Grupo 2:
Grupo 3:

Este ejercicio no significa que únicamente le predicamos a un grupo espe-


cífico y dejemos a un lado a los demás, la idea es inclinarnos por ese tipo
de población para ser efectivos y tener diversos enfoques evangelísticos
donde se puedan llevar ideas creativas para incursionar en esos espacios.
Esto quiere decir que, aunque en un cuerpo tenemos muchos miembros,
no todos los miembros tienen la misma función.

B) ¿Cómo puedo relacionarme correctamente con las personas?

Tips para iniciar conversaciones en la calle: Relaciones espontáneas

Iniciar la conversación siempre será lo “más difícil”, pero apenas pronun-


ciemos la primera palabra no nos detendremos. Seguramente habrá te-
mor y nerviosismo, pero no hay de que preocuparnos, es normal. Empe-
cemos a hablar.

- La gente no nos conoce, ni nosotros a ellos, iniciemos la conversa-


ción presentándonos y preguntando el nombre, no debemos presen-
tarnos como evangélicos o miembros de una iglesia y no es necesa-
rio que digamos “hermano, Dios le bendiga” u otros términos usados
comunmente en la iglesia.

- No es recomendable tocar a las personas, no es necesario exten-


der la mano, las personas pueden sentirse intimidadas, usemos el
lenguaje corporal a una distancia prudente de nuestro interlocutor.

- No nos frustremos cuando nos ignoren o nos dejen hablando solos,


sonriamos y sigamos adelante.

- Seguidamente busquemos un tema en común o popular del mo-


mento que se pueda conversar para romper el hielo, (no es absurdo
hablar del clima). Recordemos que no queremos asustar a la gente,
ni incomodar, entonces no nos convirtamos en un vendedor apresu-
rado por mostrar su producto, no vamos a vender nada, queremos
conectar con las personas.

- Para continuar la conversación, podemos mencionar el por qué es-


tamos en ese lugar. Si estamos en una salida evangelística podría-
mos decir que estamos haciendo un experimento social, conversando
con las personas para conocer sus opiniones respecto algún tema;
o si es un lugar específico (orfanatos, universidades, cárceles, entre
otros) podríamos decir que queremos interactuar, para conocer sus
necesidades y formas de pensar, compartir un mensaje o conversar
de algún tema.

- Si nos acercamos a una persona porque la vimos triste o llorando


por alguna emoción que expresó públicamente, entonces mostremos
interés por saber ¿Qué le ocurre?¿Cómo se siente? ¿Qué quería decir?
¿A qué se refería con lo que expresó?

Finalmente, una conversación que inicia en la calle no implica necesaria-


mente que conectemos con la persona para seguir hablando después, pero
es importante; como cuando Jesús se encontró con la mujer Samaritana,
Él iba de paso por aquella región, tal vez nunca más se volvió a encontrar
con ella, pero transformó su vida y la de muchos en aquel lugar, entonces
no le quitemos el valor a esos pequeños encuentros, porque todo depende
del Espíritu Santo, y nuestra función es predicar.

C) Preguntas para realizar.

Inicialmente se pueden compartir nombres, profesiones, opiniones sim-


ples de temas comunes. También se pueden realizar preguntas acerca de
cómo se encuentra la persona, de que hace en ese lugar, llevar preguntas
preestablecidas de “experimentos sociales”, y desarrollar la interacción,
es importante procurar escuchar a las personas y no únicamente enfo-
carnos en predicar.
De la proclamación al discipulado: Un evangelismo responsable.

“Y acostumbraba hablar el Señor con Moisés cara a cara, como habla


un hombre con su amigo” Éxodo 33:11.

“En todo tiempo ama al amigo, y es como un hermano en tiempo de


angustia.” Proverbios 17:17.

A) ¿Qué significa ser amigo?

El mejor ejemplo de un amigo lo encontramos en el Antiguo Testamento


con Dios y aún más familiar para nosotros en el Nuevo Testamento con
Jesús y en nuestro día a día, con el Espíritu Santo 24/7 con nosotros.

Hay una canción que dice “Jesús mi fiel amigo”, y es verdad, pero ¿cómo
podemos ser un fiel amigo(a)?, ser amigo(a) significa renunciar a nuestro
egoísmo de “ser las personas más importantes y a las que todos deben
escuchar” y tener un interés genuino de amar a otro (mi prójimo- mi próxi-
mo); y de esta manera se produce un conocimiento mutuo (circular no li-
neal) que permite conocer las realidades de ambas personas: problemas,
victorias, frustraciones y sueños, este es el mejor camino para ganarse la
confianza de alguien y ser amigo.

La palabra dice, “el hombre que tiene amigos, ha de mostrarse amigo”


(Prov. 18:24), y eso se traduce en orar por la persona, ser intencionales,
dedicar tiempo de calidad, estar dispuestos a escuchar y prestar atención,
respetar y no juzgar o imponer cargas pesadas para las cuales las perso-
nas no están preparadas para llevar.

ejercicio práctico:
En el ejercicio de relacionarnos, nos vamos a encontrar con muchas per-
sonas, incluso personas que por más amor que tengamos, no van a querer
ser nuestros amigos, y esto es respetable, que el Espíritu Santo nos de
sabiduría y paz para aceptar esas situaciones.
No obstante, es claro que podemos tener actitudes que alejan a las per-
sonas, ya sea por nuestra personalidad, lenguaje o mensaje (no alineado
con el Evangelio), por lo tanto, es bueno tenerlas identificadas para evitar
ser piedra de tropiezo.

A continuación, proponemos un ejemplo para completar la tabla:

Actitudes que pueden alejar a las Actitudes que permiten


personas ganar un amigo(a)
Me distraigo fácilmente, entonces Mirar a la persona fijamen-
puedo dejar de prestar atención y te y acentuar sus comenta-
eso es ofender el tiempo y la palabra rios.
de quien me habla.

B) Tips para discipular a un nuevo creyente

“Haré de ustedes mi pueblo, y yo seré su Dios”


Éxodo 6:7

Debemos enseñar al nuevo creyente a depender de Dios, no de nosotros,


nuestra labor es formar personas que busquen a Dios en secreto y que
su relación con Dios sea más personal que pública, esa es la garantía de
haber hecho bien el trabajo de discipulado.

Instruyamos al nuevo creyente en la lectura bíblica, mostremos cómo


hacer devocionales, pero no impongamos nuestros métodos, proporcio-
nemos herramientas para que la persona pueda profundizar de manera
individual en la palabra.

También es importante involucrar al nuevo creyente en la comunidad de fe


dónde podrá cultivar nuevas relaciones, desarrollar su carácter, aprender
nuevos hábitos y de esta forma aprender a ser como Jesús. No dejemos a
la oveja sola, no presentemos a la iglesia como estructura religiosa, sino
como una comunidad, más aún, como una familia.
oxigeno
el evangelio y la accion social
dios y la misericordia
Cuando nacemos heredamos características, rasgos y cualidades de nues-
tros padres, inclinándose la balanza más a los de papá o a los de mamá,
los cuales han contribuido a lo largo del tiempo en la construcción de la
personalidad única que nos identifica, pero hay un secreto que hoy será
revelado, ¿estamos listos?.

Existe una cualidad que nuestro Padre Celestial nos dejó por herencia a
quienes somos sus Hijos: esta es la Misericordia.

¿Qué es la misericordia? “la cualidad constante y permanente de volcar


nuestro esfuerzo, coraje, ingenio, bienes y energía en beneficio de todo
aquel que esté sufriendo o en desgracia, incluso a mi enemigo, Sí, mi ¡ene-
migo!”.

Esto lo podemos ver claramente en la parábola del buen samaritano “pero


un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él (judío herido), y viéndo-
le, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus heridas, echándo-
les aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó
de él.” (Lucas 10:33-34) Y pensar que samaritanos y judíos eran enemigos
a muerte. Un atributo tan especial como la misericordia sólo le puede per-
tenecer a Dios, en Él la frontera de lo racional se cae a pedazos.

Ahora bien, si creemos que hemos nacido de nuevo, nuevas cualidades se


agregaron a nuestro ADN, entre ellas la misericordia.

La misericordia que quiere ver Dios en nosotros, es la que no se limita


únicamente a dar recursos materiales, sino la que atraviesa límites para
consolar, abrazar, orar, escuchar, perdonar; exigiendo sacrificar el orgullo
y egoísmo que batalla en nuestro interior. Tenemos que tener cuidado con
confundir la misericordia con “lástima”. Esta última es una actitud vacía
con fecha de caducidad y sólo queda en un pensamiento con “buenas in-
tenciones”.
acción social: la Práctica de la misericordia

¿Cómo hacerlo paso a paso?

Debemos establecer un orden de acción como lo hacemos en cada área


de nuestras vidas. Dios nos enseña a ser organizados y planear cada idea
que vamos a poner en marcha, así como lo hizo con Noé siendo específi-
co anticipadamente en todo el proceso del arca que iba enfrentar el gran
diluvio (Génesis 6: 14-16).

1. “Rompe mi corazón con las cosas que rompen el corazón de Dios”


Robert Pierce. Con esta frase, lo primero que debemos hacer es pedir
a Dios visión, en nuestra intimidad, sobre las personas y lugares que
desea impactar a través de la acción social.

2. Indagar las necesidades específicas que se presentan en ciertos


lugares, no vayamos tan lejos, nuestro prójimo puede estar más cer-
ca de lo que podríamos imaginar.

3. En lo posible contactar a un líder social del sector par conectarse


con una comunidad específica.

4. Gestionar los recursos necesarios para desarrollar la acción so-


cial.

5. Establecer la fecha exacta en la que se va a desarrollar la actividad.

6. Ejecutar lo planeado y entregar el mensaje del Evangelio.

Recordemos esto:

“Sólo los cristianos, armados con la Palabra y el Espíritu, planeando


y trabajando para la extensión del Reino y la justicia de Cristo, pue-
den transformar una nación, un vecindario y un corazón roto”
-Timothy Keller
el evangelio y la creatividad
La creatividad, es un término que usualmente empleamos en nuestra co-
tidianidad, pero es importante conocer lo que se ha dicho de él desde la
teoría y también, qué referencias bíblicas pueden estar relacionadas y así
fundamentar nuestro hacer dentro de la misión.

Sumado a esto, es indispensable considerar cómo podemos llevar esto a


nuestra vida diaria con acciones que influyan en la forma en que entrega-
mos el Evangelio a las personas que nos rodean.

Para ello es preciso considerar lo que expresa Erwin McManus en el libro


“Alma Artesana”:

“La creatividad debería ser una experiencia diaria. Respiramos; por lo


tanto, creamos. Lo que más necesita la humanidad es que liberemos a la
creatividad de esta categoría singular de lo extraordinario y la pongamos
en manos de lo ordinario y común. Como cristianos nuestra creatividad
debe ser un resultado natural de la espiritualidad.”

¿Qué es ser creativo?


Según la Real Academia Española, ser creativo es ser alguien “que posee
o estimula la capacidad de creación, invención.”

Lo anterior nos lleva a pensar que ser creativo se refiere a personas que
deben aprender a usar dos recursos: la capacidad de pensar, donde se
encuentra la imaginación como un pilar, y la capacidad de hacer, planteán-
dose cómo llevar el intangible mundo de las ideas al mundo real.
“La creatividad es la facultad humana, para generar respuestas novedo-
sas y originales como réplicas a las necesidades, problemas, deseos y
cuestionamientos del hombre.”
(Kirchner y Schnarch, 2004, p. 79)

¿Por qué pensamos? ¿Por qué hacemos? Crear por crear no es el objetivo.
Tener ideas interesantes o llamativas no es el fin último. Nuestra inten-
ción, como seguidores de Jesús, no debe centrarse en lo que somos ca-
paces de hacer por vanagloria sino por quién somos capaces de hacerlo
(servir al prójimo). A través de la creatividad podemos responder a los di-
ferentes contextos donde se necesitan soluciones tangibles a problemas
físicos, emocionales y espirituales, como lo hizo Jesús, cuando compartía
el Evangelio.

“Demasiadas veces nos esforzamos para que nuestro mensaje sea crea-
tivo y eso es bueno. Pero es mejor buscar, además, que nuestros hechos
sean creativos; es decir, que creen nuevas realidades. Que le den una
oportunidad a quien no tiene ninguna, que traigan ánimo a quién ha per-
dido toda esperanza, consuelo al que llora, alimento a quién no tiene,
nuevas formas de vivir.” - Alex Sampedro

Por lo tanto, la creatividad no es solo un resultado de una intención su-


perficial o del encuentro con la “musa”, como suele percibirse, sino es una
respuesta a lo que observamos en nuestro contexto que se presenta como
un problema a resolver.

Trevor Klets, teórico del diseño y la creatividad, usa tres verbos: Ver, Pen-
sar y Hacer.

“Ver lo que todos ven,


Pensar lo que nadie más ha pensado, y
Hacer lo que nadie más se ha atrevido a hacer”

Si queremos ser creativos es importante ser buenos observadores y no


sólo de lo que sucede en nuestro contexto, sino con qué recursos internos
y externos contamos en el mismo para responder. Así lo explica Klets “La
creatividad mezcla dos mundos: la realidad externa que es el entorno y la
realidad interna que son los conocimientos y la imaginación del individuo.”
Ahora es importante preguntarnos ¿cuál es el problema que queremos
responder a través del evangelismo? El ser humano, debido al pecado, ha
sido separado de Dios y Jesús es la solución a ese problema, pero, ¿Cuál
es el medio para entregar dicha respuesta? o ¿Cómo entregamos el Evan-
gelio? Este “cómo” tiene infinitas respuestas que deben estar vinculadas al
contexto social, cultural y personal de cada ser humano.

También, para responder a este cómo no estamos solos. Dios nos ha dado
el Espíritu Santo, quién nos guía e “Inspira”. Cuando estamos llenos de Él,
recibimos sabiduría, inteligencia y capacidad creativa.

“El Señor habló con Moisés y le dijo: «Toma en cuenta que he escogido
a Bezalel, hijo de Uri y nieto de Jur, de la tribu de Judá, y lo he llenado
del Espíritu de Dios, de sabiduría, inteligencia y capacidad creativa
para hacer trabajos artísticos en oro, plata y bronce, para cortar y
engastar piedras preciosas, para hacer tallados en madera y para
realizar toda clase de artesanías.”
Éxodo 31: 1-5

La Biblia nos habla de varias personas que fueron llenas del Espíritu San-
to, y a partir de sus diferentes habilidades y capacidades entregaban el
mensaje de manera comprensible a su entorno. Uno de los principales
ejemplos fue Jesús con su habilidad para contar historias.

En muchas de sus parábolas su intención fue decirles a sus oyentes qué


era el cielo, porque reconocía que lo necesitaban. Se valía de su conoci-
miento y sus habilidades para comprender las necesidades del prójimo y
los recursos externos para hacer llegar el mensaje. Por ejemplo, si es-
taban pescando, usaba historias sobre la pesca, si estaban en un campo,
usaba historias del campo. No sólo porque eran atractivas sino porque
eran adecuadas para el contexto y la situación personal de cada oyente. En
resumen, Jesús se conectaba con las personas y sus necesidades.

Adicionalmente y no menos importante, Él tenía un recurso que aún noso-


tros podemos usar: la esperanza en el poder sobrenatural de Dios. En una
ocasión, después de enseñar, a Jesús se le ocurrió suplir las necesidades
físicas de miles de personas con pocos panes y peces. Tenía un contexto
con una necesidad, tuvo una idea que se valió de su imaginación y la lle-
vó a cabo confiando en que Dios tenía el poder y ocurrió el milagro de la
multiplicación. Ahora agreguemos un término más a una cita anterior: Ver,
Pensar, (Creer) y Hacer.

Es indispensable tener muy claro qué es lo que queremos comunicar


de forma “creativa”. Ya sabemos que queremos entregar el Evangelio,
pero así mismo, sabemos que es muy amplio para darlo todo en un solo
encuentro.

¿Le hemos preguntado a Dios, de forma específica, qué quiere que co-
muniquemos? y ¿De cuántas formas diferentes se puede comunicar ese
“mensaje”?

Responder a estas preguntas es nuestro trabajo. En las formas que des-


cubrimos y proponemos está nuestra creatividad.

¿Quiénes pueden ser creativos?


No sólo los artistas son creativos. Esta es una idea que permanece en
nuestra cultura y nos lleva a pensar que sólo quienes hacen “arte” tienen
ideas creativas y no es cierto. Hay muchos artistas que aun teniendo ta-
lentos siguen haciendo lo mismo sin explorar nuevos escenarios y formas.
Lo que sí sucede en algunos casos es que los artistas se ponen a prueba
constantemente, por lo tanto, tienden a desarrollar más su “pensamiento
creativo”.Cualquier persona puede ser creativa. Estos son algunos ejem-
plos:

- Una madre que necesita que su hijo coma verduras y hace platos
con figuras de animales.
- Una persona que no tiene dinero, pero el día del cumpleaños de
un ser querido hace una tarjeta con material reciclado.
- El día que de pronto usted se cansó de comer el desayuno y con
los mismos ingredientes preparó algo diferente.

Los problemas son importantes para la creatividad. Son su campo de ac-


ción. Si alguna vez hemos resuelto alguno, ya sea en nuestra casa, trabajo
u otra situación cotidiana, ya hemos usado nuestra creatividad, pero, pro-
bablemente no lo habíamos notado.
La creatividad se puede ejercitar en nuestra vida diaria y así potenciarla
como un recurso para entregar el Evangelio. Comencemos tratando de
realizar nuestras actividades habituales de forma diferente y así podre-
mos trasladar esto al ejercicio de compartir la Buena Noticia. Podemos
contar de muchas formas la misma verdad como lo hacía Jesús.

Es tiempo de realizar un ejercicio que puede llevarnos a generar propues-


tas nuevas de cómo compartir el Evangelio. Para esto es necesario com-
prender cómo funciona el pensamiento creativo. Los psicólogos sugieren
que existe este patrón:

- Reconocimiento: Descubrir un “Problema” a través de la observa-


ción.

- Preparación: Tratar de entender el problema recopilando informa-


ción y estudiándolo.

- Incubación: Periodo durante el cual se le deja “rumiar” en la mente


a la información obtenida para realizar un análisis de ella.

- Iluminación: Formulación de ideas clave para dar solución a la si-


tuación problema. En este punto es recomendable usar la herramien-
ta lluvia de ideas para darle paso a la imaginación.

- Verificación: Llevar la idea a la práctica y ponerla a prueba.

La actividad, ejemplificada, es la siguiente:

Reconocimiento – En la zona donde vivo, los adolescentes tienen mu-


Situación proble- cho tiempo libre y lo están gastando en actividades
ma de ocio negativas (consumo de sustancias).
Preparación Se generó un diálogo con ellos y se descubrió que
les gusta mucho la música urbana.
Incubación Se comenzó a indagar sobre la música urbana y
también cómo vincular esta con un mensaje de
evangelio.
Iluminación – Ge- 1. Realizar unas sesiones de talleres sobre crea-
neración de ideas ción y composición de música urbana que culminen
en un evento en el barrio donde los estudiantes
expongan sus creaciones.
2. Si tengo un equipo de trabajo en mi iglesia don-
de haya músicos afines a lo urbano, crear algunas
canciones con el recurso de principios bíblicos en
su contenido.
3. …(ideas adicionales)...
Verificación - Ac- Tomar la decisión de la acción que puede ser más
ción adecuada y realizar la gestión del espacio, convoca-
toria de las personas y ejecución de la actividad. En
la ejecución se puede tomar el espacio para com-
partir el Evangelio con las personas de esa comuni-
dad a modo de diálogo personal.

Ahora es nuestro turno para realizar el mismo ejercicio. Tomemos como


guía este esquema y escribamos sobre cada punto hasta llegar a una idea.
Tomémonos el tiempo necesario y permitámonos imaginar para descubrir
nuevas formas de hacer la Gran Comisión.

Reconocimiento

Preparación
Incubación
Iluminación
Verificación

¿Cómo la creatividad nos ayuda a exponer el Evangelio?


La misión de todos los seguidores de Jesús es la misma pero el lugar
de acción y las situaciones a las que se debe responder no lo son. Todos
tenemos formas, talentos y habilidades diferentes que debemos poner al
servicio del prójimo.
“Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, admi-
nistrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas (Multifor-
me)”. 1 Pedro 4:10 NVI

Por lo tanto, aunque tengamos el mismo Evangelio, la forma debe res-


ponder al lugar a dónde Dios nos ha llamado, reconociendo que el Señor
nos entrega los recursos en nuestro ser para hacerlo de forma efectiva y
relevante.

La creatividad nos ayuda porque nos permite proponer diferentes envol-


torios al mismo regalo y también facilita su comprensión. No es lo mismo
tratar con niños de 5 a 10 años que con personas adultas de 40 a 50 años.
Estos dos grupos tienen la misma necesidad de Dios, pero contextos muy
diferentes.

“Hacer comprensible el evangelio requiere de nuestros esfuerzos de tra-


ducción. No solamente de un lenguaje a otro, sino también de una época
a la otra. Cambios en el envoltorio, aunque el regalo siga siendo el mis-
mo. Cambios solo de forma (estéticos), no de fondo. Mantener la esencia
ética, su propuesta de vida, pero adaptándose a las circunstancias. Todas
las culturas (subculturas, lugares, personas) “Merecen” que Jesús se
acerque a ellas y debemos hacer esfuerzos por conseguirlo. Contemplar
el lenguaje, las formas, la estética, las costumbres, las artes. Acercar el
evangelio a las personas.” - Alex Sampedro

Hagamos del conocer el Evangelio una experiencia significativa para las


personas que queremos que se encuentren con él.

Tips para desarrollar la creatividad

1. Realice sus actividades cotidianas de forma diferente. Tomemos


diferentes caminos para llegar a casa o usando los mismos ingre-
dientes para una comida, cambiemos la preparación del día. Esto nos
facilitará pensar en cómo entregar el “mismo evangelio” de formas
diferentes.
2. Aparte un tiempo para pensar y crear. Hagámoslo parte de nues-
tra agenda. Estar muy ocupado en las tareas diarias produce fatiga y
cansancio y la necesidad de descanso deja al proceso creativo como
algo secundario.

3. Sea un buen observador de su entorno y las personas. Si no en-


contramos problemas por resolver, el pensamiento creativo se hace
obsoleto.

4. Sea curioso y aprenda nuevas cosas. Todo lo que llega nuevo a


nuestra vida como conocimiento o habilidad tiene un potencial para
usarse para compartir el evangelio.

5. No tenga miedo a equivocarse o hacer el ridículo. Cuando decidi-


mos crear, sacamos a la luz nuestros temores, pero la oscuridad no
prevalece sobre nosotros.

6. No sea tan rígido con las formas. La creatividad se presenta en


nuevas formas, por lo tanto, las estructuras tradicionales son un pro-
blema para nuestro desarrollo. Permitámonos pensar en ¿Qué tal si…?

Herramientas de evangelismo creativo


A continuación, queremos brindar algunos ejemplos de las dos situacio-
nes en las que podemos realizar evangelismo:

A) Evangelismo personal

Se pueden considerar como los momentos que tomamos para compartir


del Evangelio con las personas en la vida cotidiana y suele realizarse in-
dividualmente.

Puede darse a través de una relación de amistad que se construye a través


del tiempo donde podemos compartir poco a poco sobre Jesús o también
en encuentros casuales con personas desconocidas con quienes logra-
mos conectar. Es conveniente tener algún material o recurso que pueda
compartirse con ellos para generar recordación del mensaje que compar-
timos.
Algunos ejemplos de situaciones:

1. Juan es un ilustrador/dibujante y constantemente tiene en sus ma-


nos una libreta de bolsillo. Siempre está dibujando lo que ve. A veces,
durante los largos trayectos del transporte público, le gusta dibujar
personas y mientras lo hace le pregunta a Dios qué ve en ellos. Cada
vez que llega al final o que la persona ya se va a bajar, le regala la
ilustración con un mensaje en la cara posterior.

2. Camila es una asesora comercial de ropa deportiva y suele es-


tar en contacto frecuente con un grupo de compradores potenciales.
siempre tiene entre sus cosas un tarrito de “Píldoras de fe” donde
tiene caramelos con algunos pasajes bíblicos. Cuando está con los
compradores, en algún momento de la conversación comparte algu-
nos dulces con ellos y a veces esto abre el espacio para conversar
sobre el mensaje del dulce.

3. Sara es una ama de casa y sus hijos son estudiantes universitarios.


Un día, uno de ellos se dio cuenta que un compañero a veces no tenía
qué comer y pasaba todo el día en las instalaciones de la Universidad.
Preguntó a Sara si podía invitarlo a comer algunos días de la semana
y Sara aprovechó esta oportunidad para empatizar con este joven y
durante las comidas, a veces hablaban de Jesús y el Evangelio como
una conversación habitual familiar.

B) Impactos evangelísticos

Estos se comprenden como las actividades planeadas para una situación


en específico y suelen ser de impacto en una comunidad. Con ellos se
trata de responder a alguna necesidad física, además de la espiritual, y/o
también se realiza como un evento para llamar la atención y cautivar a las
personas. Para estas actividades se sugiere utilizar rompehielos.

Algunos ejemplos son:

1. En zonas de asentamiento urbano se realiza una brigada de salud


donde se atienden consulta médica y odontológica para niños, niñas
y adolescentes con asistencia psicológica para familias. En esta se
define un recorrido donde uno de los módulos de atención es el bien-
estar espiritual. En este se toma el espacio para hablar del Evangelio.

2. En zonas donde se hacen encuentros culturales con frecuencia,


se plantea una presentación musical o teatral, donde se exponga el
Evangelio.

El evangelio como estilo de vida

Hemos llegado al final, esperamos que desde ahora el Evangelio y cómo


compartirlo a los demás sea más claro, sencillo y práctico para usted,
convirtiéndose en el Estilo de Vida en cada uno de los contextos que fre-
cuenta. También recuerde que la Gran Comisión es ahora, y como Hijos
del Misionero más grande de la historia nuestro llamado es a ser puentes
osados, humildes y mansos que lleven a la reconciliación de los perdidos
con Dios.

Redacción:
Equipo de OneWay
Fabio Navarro
Nahara Castro
Claudia Figueroa
Sebastián Bermúdez
Walter Medina
Alexandra Savelli

Corrección de estilo:
Andrea Pinto
Nahara Castro

Graficada por:
Alexandra Savelli
¿Cómo hacer
Fuego?
Guía práctica sobre evangelismo

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