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INVENTARIO MULTFASICODELA PERSONALIDAD MINNESOTA 2 S.R. Hathaway y J.C. McKinley MMP) — 2 Manual para aplcacion ycalificocion Revisi6n olaborade por ol Comité de Reestanderizecon del MMPI designado por [a Universided de Minnesota James N. Butcher U. Minnesota “Traducido y adspiado al espafiol por: W. Grant Dahlstrom Dra. Emilia Lucio G6mer-Maqueo U. North Carolina | ‘Coondinacién de Psicologia Clinica John R. Graham | Frealted de iol ae ae | Universiadl Nacional Auténoma | de México Auke Tellegen | U. Minnesota Respons Manual Modem Rent era 1 Mn sever Kaen Hocus as Coordinadora } Facultad de Estudos Profesionales-Zarapoa exit Universidad Nacional Auténoma de México ; U. Minnesota Press | Editorial El Manual moderno | ‘mexico, DF. ~ Santfé de Bogots VALLE DE MEXICO CENTRO DE INFORMACION CAMPUS TUXTLA PREFACIO A LA EDICION EN INGLES Después dchaber transcurside 50 afios de trabajo con el Inventario Multifésico de Personalidad de Minnesota MMPI, iniciado por Starke R Hathaway, psicélogo clinico y J. Charley McKinley, ncuropsiquiatra, de la Universidad de Minnesota se dispone de una versién actualizada y rees- tandarizada del instramento Hamada MMPI-2 Los usuarios y conocedores de la prueba original encontraran la mayor parte de las caracterfsti- cas tradicionales del MMPI intactas: las escalas bisicas, formas de perfiles para sujetos mascu- linos y femeninos, por separado, plantillas para calificacién manual, asi coma normas con y sin correcciones por los valores de la escala K. Sin embargo, un examen minucioso revelaré cambios notables pues la redaccién de los reactivos ha sido refinada y modificada; se han aumentado nuevos reactivos para cubrir dreas de contenido no representadas en el MMPI original; se dis- pone de nuevas medidas de validez para las escalas suplementarias, asi como de un nuevo método de puntuaci6n T para la calificacién de las esca- las. Los cambios efectuados deberan mejorar la validet y utilidad del instrumento, puesto que en la actualizacién de la prueba se mantuvo, en la medida de lo posible, la forma de eslificacién asi como el conocimiento acerca de la interpre- taciGn del MMPI, debido a que se les considera eficientes. El cambio més significativode la prueba involucra la obtencidn de nuevas normas nacionales que son representativas de la poblacién actual de Estados Unidos. La reestandarizaci6n se reali- 26 con muestras de adultos, de géneros mascu- ino y femenino, de varias regiones geogréficas de EUA y, por primera vez, se incluye un ni- mero significativo de personas pertenecientes 4 grupos étnicos y raciales minoritarios. Otra mejorfa importante es la inwoduccién de una distribucién més consistente de las puntua- ciones T para obtener los perfiles basicos de la prueba. Las puntuaciones de los sujetos de areestandarizacién en ocho de las escalas bésicas clinicas (omitiende las escalas 5 y 0) se distri- buyeron de una manera diferente a la tradicio- nal del MMPI original. En vez de determinar una simple puntuacién lineal 72 partir de Las medias y las desviaciones estandar de las pun- tuaciones crudas de estas ocho escalas, se de- sarrollaron puntuaciones T uniformes con la fi- nalidad de producir esencialmente los mismos rangos y distribucién para todas las escalas clinicas basicas. Esto trae como consecuencia una ma- yor comparabilidad en las claves obtenidas con los procedimientos de codificacién tradiconal (por ejemplo: claves a partir de elevaciones de 2 y 3 picos en el perfil). También se propor- cionan las comparaciones de estas puntuacio- XXII XXIV Inventario muitifésico de ta personalidad Minnesota-2 | MMPL-2 J nes T uniformes con las puntuaciones T linea- les empleadas tradicionalmente en los perfiles del MMPI y con otras formas de normativizacién de puntuaciones T propucstas por otros in- vestigadores Por otro lado, es importante hacer notar que tanto las medias como las desviaciones estindar de las puntuaciones crudas de las diversas calas son mayores en los sujetos de la muestra normativa obtenida actualmente, que las de la muestra para varones y mujeres del grupo nor- mativo original examinado por Hathaway y McKinley justo antes de la Segunda Guerra Mundial. En consecuencia, los usuarios experimentados del MMPI descubriran que las puntuaciones Tba- sadas en nuevas normas no se desviaran tanto de las que se fundamentan en las normas origi- nales de la prueba. Para la interpretacion de Jos perfiles del MMPI, basados en grupos normatios, actuals, se requerird de un criterio menos restringido que reconozea particularmente el significado potencial de la elevacion de la puntuacién T dentro del rango 65-69, Una mejorfa considerable es que los reactivos del MMPI-2 han sido corregidos para elimi- nar ambigitedades, fraseologia sexista y conte- nidos obsoletos, por lo que los reactivos de contenido poco conveniente se suprimicron. Ademés, las escalas suplementarias incluyen un grupo de medidas nuevas, todavfa experimentales: un nuevo gru- po de indicadores de validez (Escala F poste- rior, F,), las medidas de inconsistencia INVER, e INVAR, un nuevo grupo de escalas de conte- nido y nuevas medidas de diferenciacicn de género para identificar los roles masculino y femenino. ‘A semejanza de cuando fue introducido el MMPI original, un gran ntimero de problemas de interpretacién permanecen sin resol verse. Algunas de las caracterfsticas novedosas de Ja prucba como las puntuaciones T uniformes, las escalas de inconsistencia, la F posterior y las nuevas escalas de contenido han sido construidas con la esperanza de que investigaciones poste- riores puedan probar su valor. Por otra parte, actualmente no hay consenso en cl campo de aplicacién ni en el Comité de reestandarizaci6n mismo, en cuanto al uso de las subescalas “su- til-obvio" ni en cuanto al uso de escalas de di- ferenciaciGn de género y de su interpretacién como medidas de los roles de géncro. Como, es tradicional en el uso y desarrollo del MMPI, este punto espera futuras investigaciones para su resolucién. Los micmbros del Comité de reestandarizacion del MMPI y la Editorial de la Universidad de Minnesota presentan con orgullo la versién modema_ y mejorada de 1a prueba de personalidad que ha demostrado ya durante la primera mitad de este sigloser, tanto en su desarrollo como en su aplicacién, una prueba de gran valor en la que se puede confiar. Esperamos que el MMPI-2 logre ser atin mas Util y confiable que su predecesor. Prefacio a la edicién en Inglés XXV ESCALAS DEL MMPI-2 de las escalas del MMPL-2 Sigias y nombres en espaol e inglés, Ccorrespondientes al empleo tedrico-préctico 2 No puedo decir ? Cannot Say ' Eecalae do validez Validity Seales LL Mentra Lo Lie F Infrecuencia F Infrocuency K — Comreccion K Correction Adicionales Fp Infrecuencia, posterior INVAR Inconsistencia en las respuestas variables INVER Inconsistencia Additional Fy BackF YRIN. Variable Response Inconsistency TRIN True Response 1Hs Hipocondriasis 2D Deprosion SHI Historia Dp Desviacion sicopatica SMF Mascuiinicad femineldad 6Pa Paranoia 7Pt Psicastenia 8 Es Esquzotrenia 9Ma_ Hipomania Q's _Introversién social fen las repuestas Inconsistency verdaderas. Escales clinicas Clinical Sak 1 Hs Hypocondriasis, 2D Doprossion SHy Conversion Hysteria 4Pd_ Psychopathic, Deviate SME Masculinity: Femininity Pa Paranoia 7Pt_ Psychastenia @SC Sohizotrenia 9Ma_Hypomania OSi Social introvorsion Escalas suplementarias Tradicionales ‘A Ansiedad RR Reprosion Fyo Fuerza del yo AAMAC Alcoholismo de MacAndrew= revisada ‘Supplementary Scales Taditional A Anviety R__ Repression Es_ Ego Strenght MAC-R Macandrow Alcoholism Scale: Rovised Adicionales ‘Additional HR Hostllidad OH Overcontralled reprimida Host Do Dominancia Do Dominance Rs Responsabilidad | Re Social social Responsability Dpr Desajusie M_ College profesional Naladjustment GM Género masculino | GM Gender-Aole Scales GF —Género femenino | GF Gender-Role Scales EPK Desorden de PK Post Traumatic estrés postrauma- Stress Disorder tico de Keane Scales EPS Desorden de PS Post Traumatic cestiés postiaumé- Stress Disorder tico de Schelenger Scales Escalas de contenido Content Scales ANS Ansiedad ANX” Anxiety | ME Miedos FRS Fears OBS Obsesividac OBS Obsessiveness DEP Depresion DEP Depression SAU Preocupacion HEA Health Concerns por la salud DEL Pensamiento BIZ Bizarre Mentation delirante ENJ — Enojo ANG Anger CIN Ciniemo YN Cynicism PAS — Practicas ASP. Antisocial Practices. antisociales PTA Personalidad tipo A | TPA Type BAE Baja autoestima | LSE Low Solf-Esteem ISO Incomodidad social | SOD Social Discomfort FAM Probiemas FAM. Family Problems familiares DTR Dificutad on et | WRK Werk Intorforence trabajo TR Rechazo al TRT Nogative Trostment tratamiento Indicators. NN de la E Dabid> a quo gran parte do la bbiogratia de consul sobre of MMPI se encuorira en iolome inglés, properconarnos los ‘nomres ysiglas correspondents, unio con la traducdén al espa- Al que usted ercontrar en este Manval INTRODUCCION EL OBJETIVO DEL MMPI-2 Evi taventario Muttitisico de la Personalidad Minnesota-2 (MMPI-2) es una prueba de amplio espectro diseflada para evaluar un némero im- portante de tipos de personalidad y de trastor- nos emocionales. Puede aplicarse facilmente tanto en forma individual como colectiva. Requiere que los sujetos tengan un nivel de lectura de 2° de secundaria (8° grado), asf como de su coopera- cidn y dedicacién hacia la tarca de contestar el inventario.* La prueba en sf misma proporcio- na la manera de verificar si estos requisitos no se han cumplido. EI MMPI-2 proporciona pun- tuaciones y perfiles objetivos derivados de nor mas nacionales representativas. Se dispone también, de los resultados de muchos aiios de investigacién sobre las escalas y sus patrones de interrelacién, para orientar Ia interpretacidn de las marcaciones. de la prueba MMPI-2. Ademis, el usuario de laprueba puede pedir en Estados Unidoslos servicios interpretativos por computadora, disefiados para proporcionar un extenso rango de hipétesis acerca del diagnéstico y de la evaluacién. (En México, la Universidad Nacional Auténomade México ofrece la calificacién computarizada del MMPI-2.) Las investigaciones publicadas sobre el MMPI TE MMPI2 puede aplicarse 4 personas con escolaridad de primaria si su nivel de lectures supuestamente fiuido, original proveen una gran cantidad de datos so- bre la manera en que se puede aplicar el MMPI-2 en varias situaciones de evaluacién. EL DESARROLLO DEL MMPI ORIGINAL Este inventario se utiliz6 por primera vez en un hospital de la Universidad de Minnesota donde se aplicé a grupos de pacientes y de no-pacien- tes (estos tiltimos, visitantes a las salas y clini- cas que se prestaban a contestar la prueba para pasar el tiempo mientras esperaban a sus amigos © parientes que recibfan tratamiento médico). Estas personas que no eran pacientes fueron con- siderados representativos de la poblacién adul ta del estado de Minnesota durante el decenio de 1930: la mayorfa cran casados, de entre los 16 y 65 aos de edad aproximadamente, de 30 afios como promedio, con un nivel de educacién secundaria y residentes de pueblitos o 4reas ru- rales del estado. Con Ia ayuda financiera de la Escuela de Graduados de la Universidad de Minnesota, Hathaway y McKinley comenzaron a trabajar sobre la prueba en los tiltimos afios del decenio | de 1930. En 1940 publicaron su primer articulo sobre el inventario (Hathaway y McKinley, 1940). En este articulo resumieron los pasos que ha- 2_& Imentario multifisico de la personalidad Minnesota-2 [| MMPI-2 bian seguido para redactar y editar los reactivos para el Inventario de Personalidad de Minnesota, Los autores habfan adquirido, durante los aiios anteriores, ideas sobre los reactivos potencia- les de varias fuentes que inelufan muchos tex- tos sobre las entrevistas psiquistricas, los diagndsticos, diferenciales, las actitudes sociales y emocio- nales asf como los procesos de personalidad. Cada uno de los reactivos fue redactado como una aseveracién sobre alguna experiencia, creencia, actitud o preocupacién personal de fos pacientes, pertenecientes a los grupos clinicos en que se basaron los autores de la prucba. Mas de 1 000 reactivos potenciales fueron desarrollados por los autores, de los cuales se eliminaron todos aquellos que eran muy seme- jantes o que estaban mal redactados por lo cual finalmente obtuvieron 504 reactives parasu inventario, Cada una de las aseveraciones se presenté con lenguaje sencillo para evitar la impresién de que ‘se trataba de una prueba o interrogatorio rebuscado_ y formal. Como muchas de estas aseveraciones sereferian a experiencias perturbadoras, preocupantes y hasta excéntricas o estrafalarias, se redacta- Ton muchos reactivos en forma negativa para minimizar la posibilidad de un patrén uniforme de respuestas “verdadero”. El contenido de los reactivos originales in- clufa el rango de psiquidiricos, médicos y neurol6gicos en los que se interesaban los investigadores Después de un considerable trabajo preliminar sobre esta lista de reactivos, Hathaway y McKinley agregaron nuevos estimulos para incluir earac- teristicas de los roles de género y una actitud defensiva al presentarse ante el inventario. Es- tas adiciones hicieron que el ndmero original de reactivos legara a $50, Algunas versiones del MMPI inclufan 16 reactivos duplicados para facilitar la calificacion mecdnica que existia en ese tiempo, lo que hacia un total de 566 reactivos. La primera escala del MMPI se desarroll6 basdndose en el contraste sistematico entre las respuestas que dio un grupo, seleccionado cui- dadosamente, de pacientes neuréticos que ma- nifestaban un desorden hipocondriaco, con las Tespuestas que dio otro grupo de personas no- pacientes que visitaban el hospital. Los reactivos que fucron contestados de manera significativa- mente diferente por los dos grupos, se identifica- ron y combinaron para hacer una escala preli- minar que midiera la hipocondriasis (McKinley y Hathaway, 1940). Posteriormente se reunié tuna muestra adicional de neursticos hipocondriacos y se hizo una validacién cruzada con respecto a la escala preliminar para demostrar que esta medida proporcionaba una base confiable para separar a los pacientes de Ios no-pacientes. Se realizaron otros estudios utilizando la contrastacién de grupos y validaciones cruzadas entre pacientes neurdticos que presentaban histeria de conversion (McKinley y Hathaway, 1942); psicastenia (McKinley y Hathaivay, 1942) y reacciones depresivas (Hathaway y McKinley, 1942). $e desarrollaron tres escaias m&s, con pacientes que manifestaban desordenes psicsticos: psicosis maniacodepresiva: fase maniaca (McKinley y Hathaway, 1944), paranoia y esquizofrenia Hathaway, 1956). Se redondeé este perfil de escalas clini- cas basicas para el MMPI agregando la de des viacién psicopatica (Mckinley y Hathaway, 1944) y lade masculinidad-femineidad (Hathaway, 1956). Mas tarde se agreg6 una décima escala; la de introversién social, que fue desarrollada en la Universidad de Wisconsin por L.E, Drake (Drake, 1946; Drake y Thiede, 1948). Como se vera més adelante, estas mismas escalas con modi- ficaciones son las que comprenden el conjunto de escalas elinicas que se encuentran en el perfil basico del MMPI-2 Cuando se publicé por primera vez el MMPI en 1942, Hathaway y McKinley proporciona- ban al usuario tres indicadores con respecto a Ia validez de las respuestas de Los sujetos: el nuimero de reactivos que se dejaban sin con- testar (escala de No puedo decir o No sé), una medida del rol defensive (escala L) y una me- dida de desviacin extrema o de contestacién al azar (escala K), Estos indicadores ayudaban al usuario del inventario a evaluar la posibilidad de que el registro del MMPI no sirviera o se hubiera echado a perder porque el sujeto, de una u otra manera, hubiera dejado de seguir las instruccio- nes de la prueba. Después se agregé un cuarto indicador de validez, la escala K (de correccién) (Meehl y Hathaway, 1946; McKinley, Hathaway y Mehl, 1948) para evaluar la posibilidad de que el sujeto hubiera contestado el inventario de una manera distorsionada 0 perspicaz, ya sea para ocultar (puntuacién baja) o exagerar (puntua- cién alta) sus problemas 0 dificultades. Como se explicaré mAs adelante, ademas de que la esca- la K acttia como indicador de validez, la pun- twacién de esta escala se utiliza para corregir la marcacién de 5 de las escalas clinicas. Los datos obtenidos del grupo de no-pacientes del estado de Minnesota se usaron para lo- grar las puntuaciones lineales T, tanto para las escalas de validez, como para las clinicas. Es- tas normas para la prueba se han utilizado en los perfiles estindar del MMPI en todo Esta- dos Unidos y en muchos otros paises (aunque, también se han desarrollado normas especiales para algunas traducciones del MMPI [Butcher y Pancheri, 1976]). Se desarrollaron también normas diferentes para sujetos adolescentes, es- tudiantes de licenciatura y para personas de edad avanzada (Dahlstrom, Welsh y Dahlstrom, 1972). En cada una de estas formas se em- pleé la misma estructura de las escalas para el perfil estindar, pero las correcciones de la escala K no se usaron en las normas para los adolescentes. En algunos programas por com- putadora, las puntuaciones normativizadas T reemplazan a las puntuaciones lineales T, de- sarrolladas por Hathaway y McKinley (Finney 1969; Colligan, Osborne, Swenson y Offord, 1983). Sin embargo, las transformaciones de las puntuaciones T normativizadas dan por re- sultado perfiles muy distintos a los perfiles que se hasan en las puntuaciones T originales de Hathaway y McKinley (Hsu, 1984) (véase también cl Apéndice I). Introduccion «3 LA NECESIDAD DE UNA REESTANDARIZACION En 1950 el formato basico del MMPI, quedé establecido. Su aceptacién fue en aumento en Estados Unidos y traducido a varios idiomas, a partir de lo cual su uso se extendié por todo el mundo, En otros ambientes donde la prueba se introdujo para diversos prop6sitos al original (por ejemplo, seleccién de empleados, admisin a programas académicos, incorporacién militar), ha habido preocupacién con respecto a algunos de los reactivos que se refieren a adaptacién sexual, funciones corporales y religiGn. Aunque estos temas son de relevancia obvia para las evaluaciones médicas y psiquidtricas para las cuales se desa rroll6 la prueba originalmente; en otros contex- tos, a menudo, se consideraron innecesarios y poco convenientes porque hacfan referencia a asuntos demasiado {ntimos (Butcher y Tellegen, 1966; ‘Walker, 1967). Ademés, la culiura americana (de Estados Unidos) cambié en los cinco decenios transeurridos desde que los autores de la prueba redactaron los reactivos; también se manifesta- ron preocupaciones acerca de enunciados sexistas, expresiones idiométicas pasadas de moda y re- ferencias a materiales literarios cada vez menos conocidos. asf como a actividades recreativas poco comunes. El uso tan extenso de la prueba y los cambios culturales, hicieron necesario co- rregir la redaccién del MMPI. Més importante atin, habfa evidencia creciente de que las perso- nas estaban interpretando los reactivos de ma- nera sustancialmente diferente a su propésito original (Colligan y coautores, 1983; Dahlstrom, Lachar y Dahlstrom, 1986). Todo esto hizo preci- so llevar a cabo una reestandarizacién y ut normas nacionales contempordneas. Hathaway y McKinley habfan proyectado reunir un nimero significativamente mayor de sujetos para su muestra de no-pacientes (aproxi- madamente 2 500); pero, las limitaciones en la obienci6n de fondos, durante un periodo de depresign econdmica, los forz6 a utilizar menos de una 4. © Imventario multifésico de la personalidad Minnesota-2 | MMPI-2 ] tercera parte (724). Fue facil para ellos con- seguir grupos de validacién para hacer evalu ciones cruzadas con respecio a los diferentes grupos eriticos de pacientes, pero no fue asf con respecto a los grupos de no-pacientes. Por tanto, las normas se establecieron s6lo sobre la muestra derivacional. Un resultado factible de esta limitacién es que muchas de las trans- formaciones de puntuaciones T para las esca- las basicas se fijaron demasiado bajas. Otro factor significativo que bajé las narmas de Hathaway y McKinley en relaci6n con fas nuevas norma fue el nimero mayor de omisiones en las muestras normativas originales. Las muestras originales para establecer las normas del MMPI, eran también limitadas por la representacién inade- cutada de adultos de varias Areas regionales. de diferentes medios culturales asf como de gru- pos étnicos y raciales. Aunque la muestra de no- pacientes reunida por Hathaway y McKinley representaba a la poblaci6n del decenio de 1930 del estado de Minnesota en cuanto a rango de edades, nivel educativo y antecedentes socioeco- némicos; por sus procedimientos de muestreo, se reclutaron muy pocos negros, indios america- nos 0 miembros de otros grupos minoritarios Por tanto, un programa de muestreo nacional proporcionarfa la oportunidad para remediar estas limitaciones. LUA REESTANDARIZACION DEL INVENTARIO Para el proyecto de reestandarizaci6n se prepa- r6 una forma especial de investigacin del MMPI, designado como cuadernillo AX (adultos- experimental). En esta forma experimental se ‘mantuvieron los 5SOreactivos originales (se modificaron 82 de ellos por las razones que mencionamos anteriormente y se omitieron los 16 duplicados). Sc agregaron 154 cnunciados provisionales quedando un total de 704 enunciados. Algunos de estos nuevos reactivos eran sélo versiones revisadas de Las existentes, los cuales se introdujeron para determinar si la redacci6n resultaba mejor. Sin ‘embargo, la mayoria de los reactivos que se agregaron, se diseiié para proporcionar atencién adecuada alos temas y reas de interés que no la habjan recibido enel Conjunto de reactivos original (Schofield, 1966). La intencién era que estos reactivos re- emplazaran a aquellos que culturalmente esta- ban pasados de moda o que eran defectuosos psicométricamente y que, al mismo tiempo, sir- vieran como fuente de medidas suplementarias en las dreas de relaciones familiares, desérde- nes alimentarios, abuso de algunas sustancias, disponibilidad para recibir tratamiento psicolé- gico o rehabilitacién, ademas de tendencias a manifestar dificultades laborales. Asimismo, se crearon cuestionarios espe- cfficos para reunir informacién biografica y su- plementaria acerca de la muestra de adultos cuyas respuestas se utilizarfan para establecer las nuevas normas de la prueba. La informacién suplementaria inclufa un instrumento para registrar los cam- bios o sucesos recientes, significativos en las das de los sujetos (adaptado de la forma de Holmes y Rahe, 1967); con respecto a algunos sujetos que aceptaron ser examinados en con- junto con sus esposos(as) o con las parejas con quienes vivian, se utiliz6 adems una escala para medir cémo pereibfan a estos esposos o com- pafieros (adaptada de la Escala de Adaptacién de Katz [forma R] [Katz, 1968}) y del grado de satisfaccién que experimentaban en sus re~ laciones (adaptado de la Escala de Adaptacién Difdica de Spanier [Spanier, 1976]) Se establecié comunicacién con sujetos entre 18 y 90 aflos de edad a través de varios méto- dos, aungue la mayor parte fue por medio de directorios o listas de publicidad. En Chapel- Hill, Carolina del Norte, se solicitaron sujetos por medio de anuncios y llamados especiales también se establecieron seguimientos de los sujetos que aparecian en listas de dreas estratificadas de captacién, La muestra se tomé de algunas comunidades de siete estados: California, Minnesota, Carolina del Norte, Ohio, Pennsylvania, Vi nia y Washington. Ademis, se agregaron, en forma proporcional a la muestra, los resulta- dos de la prucba aplicadaa sujetos de una rescrvacién india federal y a personas de varias bases mili tares, que no bubieran podido ser reclutados de otra manera. Como se mencion6 anterior- mente, se hizo un esfuerzo especial para reclu- tar pare)as casadas o que habjan vivido juntas por lo menos un afio. Esto se hizo para obtener diversos rasgos de personalidad y comporta- miento de los sujetos de la muestra desde el punto de vista de las personas que seguramen- te conocfan bien a dichos sujetos. La prueba se aplicé inicialmente a mis de 2.900 sujetos. Al examinar los registros de la prueba, la informacién acerca de los antece- dentes de los sujetos, asf como si haban finali- zado el inventario y la validez del protocolo, se redujo el ntimero total de sujetos de la muestra normativa a 1 138 varones y 1 462 mujeres, 0 sea un total de 2 600. La razn mas frecuente para excluir aun sujeto de la muestra fue un protocolo que no cumplia con los criterios de validez del MMPI: omisiones excesivas de reactivos (400 mas del nimero total de 704); o una puntuacién F excesivamente alta (20 0 més), ya fuera usando laescala F estandar o una escala comparativa de 64 reactivos desarrollada para la segunda mitad del cuadernillo AX de la prueba (una es- cala F, suplementaria denominada F posterior), usando el mismo criterio de poca frecuencia en la respuesta (10% 0 menos) que los auto- res de la prueba habjan usado para construir la escala F estandar. Otros expedientes se des- echaron por omitir datos biograficos o la forma de sucesos recientes de vida, o de datos de identificacién como la fecha de nacimiento o el sexo del sujeto. En el cuadro 1 se muestra la distribucion ‘geogrifica de los hombres y mujeres que se incluyeron en la muestra de reestandarizacion, La muestra de los indios americanos procede de Tacoma, Introduccién «5 del drea del estado de Washington, y la mues- tra de los militares de varias bases oficiales lo- calizadas en cuatro estados. En el Apéndice J se encuentran las listas de las medias y des~ viaciones esténdar de las escalas basicas del MMPI, de los sujetos a quienes se les aplicé la prueba en estos lugares. La distribucién de las puntuaciones, en las diferentes regiones geo- graficas, es equiparable fécilmente en las es- calas. Esios resultados apoyan la conclusién de que los distintos métodos de seleceién de la muestra de reestandarizacién proporcionaron ‘grupos similares de varones y mujeres. La proporcién de voluntarios varfa grandemente entre las dis- tintas muestras, la similitud de su distribucién sugiere que el prestarse a ser voluntario no fue un factor que influyera en la muestra de mane- ra significativa. Se darn mds detalles sobre este Cuadro 1. Distribucién geogratica de los sujetos en la muestra estadounidense de reestandarizacion Varnes: Mujeres Fre | % | Fre | % Localizacion cuen- cuen- cia cia Califoria 12 | 96| 192 | 90 Minnesota 266 _| za4| 296 | 203 Carolina del Note | 181 | 150[ 307 | 21.0 Ohio 190 | sz2]a54 | 17.4 Pennsylvania yza_| ws} 182 | 125 Virginia too | os] 14a | oo Washington sos | os| in | 76 wuitar® se | ref 6 | 04 Reservacion india’ | 27 | 24] 30 | 24 Total 1133 |100.0] 1 462_[100.2 '» Personal de servico acto a queen se le administra prueba en varias bases mites de EUA, Hatvos armericanoe actos residentes en una reservacién fede ‘allen et estaco de Washington, 6 * Inventario multifisico de la personalidad Minnesota-2 | MMPI-2 } punto en un articulo que se publicara poste- riormente. Los antecedentes étnicos y raciales de es- tos hombres y mujeres se proporcionan en el cuadro 2 con un desglosamiento comparativo del censo de 1980 de Estados Unidos (Bogue, 1985), Como el censo estadounidense no in- cluye una separacién de este tipo con respecto a las personas hispanas, fue necesario emplear una divisién adicional para que los datos de la muestra normativa estuvieran de acuerdo con los del censo; arbitrariamente 56% de las per- sonas de origen hispano aparecen cn el censo como “blancos” y 44% como “otros” (U.S. Bureau of the Census, 1983). Mientras que las pro- porciones en cuanto a las minorias de perso- nas negras y de indios americanos estén de acuerdo con la proporcién yerdadera, los subgrupos de hispanoamericanos y los de origen asidtico es- tn subrepresentados en la muestra de reestan- darizacién. En el Apéndice J se proporcionan las medias y las desviaciones esténdar de las puntuaciones crudas de las escalas basicas del MMPI para hombres y mujeres, que incluyen cada uno de estos subgrupos ¢inicos-cultura- les en la muestra total. Las comparaciones que se hicieron en cuanto al censo de 1980 y la muestra de reestandari- zaciGn con respecto a la edad (cuadro 3), aflos completos de escolaridad (cuadro 4) y estado civil (cuadro 5), revelan que la earacteristica més dispar comparando la muestra con la poblaci6n del censo de 1980, resulta ser el anteceden- te de escolaridad. En la muestra normativa hay exceso de varones y mujeres con estudios de posgrado y una subrepresentacién de quie~ nes no terminaron o no obtuvieran el certifi do de bachillerato. Los datos de ocupaciones y de ingresos reflejan esta misma tendencia hacia un nivel socioeconémico alto en el grupo nor- mativo (véanse los cuadros 6 y 7). Sin embar- go, las distribuciones de las muestras norma- tivas de estos niveles socioeconémicos pare- cen ser muy semejantes a las de los sujetos a Cuadro 2. Origen étnico de los sujetos de la muestra de reestandarizacién ‘comparados con los del censo de 1980 Varones Mujeres: Roestanderizecién Reostandarizscién Grupoétnico | Frecuencia | % | %ajustado | Censo | Frecuencia | % | %ajustado | Censo Asiético 6 os| 05 15 13 09 os | 15 Negros 126 saa] at 104 aa | 12.9 9 | 10.9 Hispano 35, 3a , 2 38 26 2 : Natives americans 38. a3} 33 05, 39 27 a7_| os Blancos gsa_|_a2.0 | a7 52 | 1184 | 810 go4 | 47 tos 0 0 13. a o o 11 | 23 Total 1198 | 1000} 90.9 100 | 1482 | 1001 | 1000 | 99.9 ~Alistado contorme @ fas catogorias del censo do E U A (0s Inalvauos Nsparos fueron casicados coma: 56% "blencos", 44% “tos. |Ciicina del censo de EUA, 1883) Guadro 3. Distribucién por edades de los sujetos en la muestra de reestandarizacién ‘comparada con la del conso de 1980 Introduccion « comparados con los del censo de 1980 Verones Mujeres Rangodeedaa | Frecuencia % ‘Censo Frecuencia % Censo 18.419 20 18 57, 30 2 5a 20 2 20 268) 23.6 28.4 379 255 24.4 30 4 39 33 20.1 20.4 438 30.9 137 40a 40 17 15.6 144 224 15.3) 13.7 50 a 50 144 12.7) 143 177 124 143 80 a 60 134 18 11.9) 143. 38 12.0 70.078 55 48 80 05 45 2. 80 84 a oa 22 12 08 40 Total 1 198 100.2 100.1 1462 100.1 100.9) Cuadro 4. Afios de educacién torminada por los sujetos de la muestra de reostandarizacion | Varones Mujeres: Educacion Frecuencia % Censo* | Frecuencia % Censo* I Parte de bachillerato 81 Sa 327. 6 az 342. Grado de bachilleraio 242 21.3 311 398 272. ‘377 Parle de universidad 272 23.9 1541 378 25.9 153. Grado de universidad 310 212 98 390 26.7 z. Posgraduados 258 22.2 103 207 15.5 53 Total 1138 100.0 300.0 1 462 4100.0 100.0 * Las dats del censo de EUA estan basados on los de aduos Ge 25 anos de edad en adelante Cuadro 5. Estado civil on los cujetos de la muestra de roostandarizacién comparado con el del censo de 1980 Varones Mujeres Estado civil Frecuencia % Censo*| Frecuencia % Censo* Casado 823 723 61.5. 894 12 55.3 Viudo 12 id 25 7 53 19) Dvorciado 39 82 48 161 4 66 Soparado 23 20 13 33 23 28 Soltero 221 19.4 23.3, 297 20.8 22.4 Total 1138 100.0) 100.9 1 462 100.2 100.0 * Las dates del censo de EUA estan basados en porsonas do 15 aos de edad en adelante, 8 Inventario multifésico de la personalidad Minnesota-2 | MMPI-2 | con la del censo de 1980 Cuadro 6. Ocupacién en los sujetos de la muestra de reestandarizacién comparada Grupo de ocupacién Varones Mujeres Frecuencia % ‘Censo Frecuenci % ‘Censo Profesional 47g 424 15.5 581 387 157, Gerencial 168 148 16.8 109) 75 55. Técnico experto 164 144 37.8 St 35 13.1 Eclasiastico 37 33 12.4 328 22.4 42.0 Obrere 132. 16 17.3 73 5.0 23.8 ‘Ninguna de las 154 135 309 214 anteriores (Datos omitidos) ri oa “1 0.8 Total 1138 100.1 98.8 1 462 100.9 100.1 Cuadro 7. ‘comparada con la del censo de 1980 Distribucién de ingresos de los sujetos de la muestra de reestandarizacion Parejas esposolesposa Jefe de familia varén Jefe de familia mujer Nivel de ingreso Frecuencia | % [Genso| Frecuencia] ‘% | censo| Frecuencia] % | Censo| $0a4990 39 1s | 18 6 02 | oA 30 12 | 14 $5a9999 44 17 | 43 10 o4 | oa 43 a7 | 17 $10 a 19 999 254 se | 156 23 os | 03 26 aa | 23 520 a 29 999 3e2 | 147 | 168 22 og | 03 61 2a] ia $00 a 44 999 sag | ari | 142 16 oe | o2 26 14 | 08 545 a 59 999 231 eo | 96 10 o4 | oa 6 o2 | 03 $60 000 o més 189 73 | 92 4 o2 | o4 5 o2 | o4 (Datos omitidos) 29 14 3 o4 4 02 Total 1717 | 661 | 718 94 a7 [| 12 271 106 | 7.2 Varones solteros Mujeres solteras Total Nivel de ingreso Frecuencia | % [censo| Frecuencia] % | Censo| Frecuencia| % | Censo| $0.a490 28 os | 15 32 12 | 24 130 (| 50] a7 $5a9939 27 10 | 18 34 13 | 29 158 et] 113 $10.2 19 999 58 22 | 30 91 35 | 36 512 | 197] 248 $20 a 29 999, 42 16 | 1.0 49 19 | 12 sso | 21.4] 20.9 $20 2 44 909 41 16 | to 39 15 | 05 a1 | 262] 165 $45 a 59 999 10 oa | 02 19 o7 | o4 276 | 10.6] 10.3 {$60 000 0 mas 14 os | o1 a os | 00 233 | go] a5 ‘Datos omitidos) 6 oz 12 0.5. 54. 24 Tora 221 aa | 9 297 tia | 107 [2600 | 100.1 | 100.0 quienes se les aplica en la actualidad esta prueba en los diferentes aémbitos de Estados Unidos. PREPARACION DE LAS NORMAS NACIONALES ESTADOUNIDENSES El primer paso para llevar a cabo este proceso fue desarrollar las conversiones a puntuaciones T para las escalas basicas del MMPI tomando en consideracién los reactivos que habjan sufri- do cambios de redaccién. Como se indica en el cuadro 8, algunos reactivos se excluyeron de las escalas basicas por razones que se relacionaban con el contenido de los mismos. Estas omisio- nes redujeron los rangos posibles de Ia puntua- cidn cruda en cinco de las escalas basicas (escalas F, 1, 2, 5 y 0). Ademis, en todas las escalas, algunos reactivos sufrieron cambios de redac- cién, que iban desde el cambio de | a2 pala- bras hasta una modificaci6n sustancial (véase el cuadro 8). El impacto potencial de estos cambios se evalué examinando variaciones en la respuesta alos reactivos, calculando las correlaciones en las escalas de los reactivos (ya corregidos en cuanto al lugar correspondiente a cada reactivo) con respecto a las escalas en cuestiOn y por un estudio especial de rest-reiest (Ben-Porath y Butcher, 1988), que comparé las respuestas de los sujetos a los reactivos del MMPI original con las respuestas a los reactivos cuya redac- cién habia sido modificada, en el que se en- contré que la mayor parte de las contestacio- nes que produjo un segundo grupo de sujetos a quienes se les aplicé el MMPI original dos veces. Para los reactivos cuyo patrén de res- puestas si cambi6 significativamente, no se en- contraron diferencias al comparar su contribu- cin alas escalas clinicas y suplementarias con lacontribucién de los reactives a dichas esca. Jas en su forma original. Todos estos resulta- Introduccién © 9 dos indican que la nueva redaccién de los reactivos no alteré sus propiedades psicométricas. Posteriormente, las distribuciones de las pun tuaciones crudas se derivaron por separado para varones y mujeres en las 13 escalas clinicas y de validez. El examen de estas distribuciones revel6 que la asimetrfa positiva, que caracteri- zaba la distribucién normativa de la mayor parte de las escalas del MMPI de 1940, se present6 también en la distribucién de las escalas del grupo Cuadro 8. Cambios y omisiones de reactivos y sus efectos en las escalas basicas cecan | __Mimerodereactvo | Tee Onisidn|seanbio [Ueanbio [a8 [eB T 7 | 2 (afi F a | | w |rJsfe K wo | + | fs we [or foo | os | falefs o of | oe ffs i co | 9 | |alelo op so | a | fells w [oa foe fe fafelale ba w | 2 |r] | fs nt a | 2 sf; ts re | ao | |afo]s Me w | 7 falefs is 1} | o | folels srgura ws |s|r]s|s ona oe Seca bic tt: esc oi rai sr: 8 = nce ‘6a dl oma y su uso, C = clarieacién gramatica (impo, ve, fadciones y omisones menores); D = sinpifeeciores. | 10 © Inventario multifasico de la personalidad Minnesota-2 | MMPI-2 | normativo contemporsneo, tanto en varones como en mujeres. Sin embargo, queds claro ~de la misma manera que con las normas de 1940- que tanto la forma como el grado de la asime- ‘ria de las puntuaciones crudas varia un poco. | Consecuentemente cuando se calculan las | puntuaciones lineales T tradicionales, el mismo valor de una puntuacién T, digamos una pun- | tuaci6n Tde 70, representa diferentes percentiles | de valor en las diferentes escalas. Esta carac- | teristica indeseable se ha modificado con un minimo cambio derivando puntuaciones T“uniformes” (Tellegen, 1988 b). Las puntuaciones uniformes T tienen una distribucién que se aproxima a la distribuci6n lineal T “pica” de las escalas clinicas del MMPI- 2. Mas especificamente, esta distribucién tipica puede verse como un compuesto de 16 dis- tribuciones, es decir, de las de puntuacién lineal T sin corregir por K, de ocho de las escalas clinicas (omitiendo las escalas 5 y 0)de cada uno de los géneros del grupo normativo, Las primeras puntuaciones 7 lineales se derivaron usando la formula: 7'=50-+ [1O(X ~ M)IIDE, en la que X es Ta puntuaciGn cruda y My DE son la media y la desviacién estandar de las pun- tuaciones crudas en la escala particular para cada grupo normative. Después, una serie de “puntuaciones T compuestas” normativas pro- medio, en conjunto con una serie de valores en percentiles, se obtenfa de la siguiente manera para cada percentil el valor asociado ala pun- tuacién 7 lineal se deriva en cada una de las 16 distribuciones promediando estos 16 valores Las series resultantes de valores promedios © de puntuaciones 7 compuestas (que corresponden 2 las series de percentiles) se usaban como el estndar uniforme para derivar formulas de re- gresi6n y tablas para cada una de las escalas (separadamente para cada sexo). Las tablas de consulta transforman las puntuaciones crudas de cada escala a las correspondientes estima- ciones de las puntuaciones T compuestas. as estimaciones constituyen las puntuacion| Tuniformes para dicha escala. De acuerdo con el fundamento de este proceso, las distribucio- nes de puntuaciones T uniformes que resultan son muy semejantes de escala a escala, pre- sentando puntuaciones similares en cada nivel de elevacién de la puntuacién T. sano el mismo conjunto de valores de puntuacién T compuesta (al que nos referimos anteriormente) para tods la prueba, se derivaron las puntua- Ciones T uniformes para las puntuaciones cru- das corregidas por K y no corregidas por K para las escalas clfnicas basicas (con excep- i6n de las escalas 5 y 0, que se excluyeron por su método diferente de construccién y dis- tribucién), y también para las puntuaciones crudas de las nuevas escalas de contenido. Para todas las otras escalas, los valores lincales de las puntua- ciones T, se derivaron utilizando la fSrmula tradicional T = 50 + [10(X — M)\/DE donde X es ta pun- tuacion cruda y My DE son la media y la des- viacién estandar de las puntuaciones crudas para cada escala en particular para cada uno de los grupos normativos. Es importante observar que el rango de las, puntuaciones 7 uniformesno se aleja marcadamente de los de las distribuciones de la puntuacién T lineal original. El cuadro I del Apéndice I muestra una comparacién de la distribucién de las pun- tuaciones 7 de una muestra reciente de pacientes psiquidtricos a quienes se les aplicé la prueba en los estados de Ohio y Minnesota; dicha distribucién fue generada por medio de cuatro tablasnormativas: las normas originales establecidas por Hathaway y McKinley con varones y mu- jeres de Minnesota utilizando puntuaciones T lineales; las normas Mayo (Colligan y col., 1983) basadas en las puntuaciones T normalizadas; un conjunto de valores de puntuaciones T li- reales calculadasa panir dela media y las desviaciones csténdar iomadasde las muestras de reestandarizaciGn; y las puntuaciones T uniformes descritas ante~ riormente. Ambas puntuaciones, las lineales y Jas uniformes basadas en esta muestra reciente, resultan algo mas bajas que las puntuaciones T Introduccién_ «11 generadas por los pacientes con las normas ori- ainales, pero el rango de valores no se reduce seriamente en ninguna de las transformaciones, normativas. Sin embargo, los valores de las normas, Mayo dificren marcadamente en los rangos su- periores de puntuaciones 7, en las que muy pocas puntuaciones caen mas all de 80. Las compara ciones adicionales del impacto de cambiar los valores normativos de referencia se proporcionan encl cuadro 2 del Apéndice I. La frecuencia rela- tiva de cada puntuacién elevada que aparece en los perfiles basicos de estos pacientes psiquia tricos se presenta en estas cuatro series de pun- tuaciones; tales series se proporcionan para los perfiles en los que por lo menos una puntuacién excede a 70 en puntuacién T, sin considerar el nivel absoluto de Ia puntuacion mas alta En los cuadros I-3 ¢ I-4 se presentan com- paraciones similares entre las claves de com- binaciones de dos escalas elevadas, basadas en las normas originales de Minnesota y en los valores de puntuacidn Tuniforme. En esta muestra particular de pacientes psiquidtricos, mas o menos dos tercios de los pares de combineciones per- manecen iguales, sin importar qué serie de pun tuaciones T se utilice. Sin embargo, uno de cada tres pacientes obtiene una clave diferente de combinaci6n de los pares de puntuaciones altas, cuando se aplican las nuevas tablas normativas 4 las escalas del perfil, sin interesar qué nivel de elevacién particular se use como punto de re- ferencia. (Es de esperarse que Los resultados utilizando las combinaciones de tres escalas de puntuaciones elevadas sean similares.) ESTUDIOS DE NORMATIVIZACION CONFIABILIDAD Y VALIDEZ DEL MMPI-2 EN MEXICO En México la prueba se aplicé a una muestra de 1920 estudiantes dela UNAM (Lucio, E. y Reyes 1, 1994). Se seleccioné una muestra represen tativa de la poblacidn universitaria, de las diversas carreras que ofrece la UNAM.\La muestra se obiuvo al azar, para lo cual resultaron sorteadas las facultades de Artes Plasticas, Contadurfa y Administracién, y Ciencias como representati- vas de dicha poblaci6n. Originalmente se selec- cionaron 2 246 estudiantes, equivalentes a 10% de la poblaci6n universitaria de la Universidad Nacional Auténoma de México. Se excluyeron algunos sujetos por diversas razones, como el que su edad no cayera en el rango de entre 17 y 36 aflos. el que los datos de idemtificaci6n del protocolo fueran incompletos (por ejemplo, el no marear el sexo, 1a edad) 0 el no eumplir con los criterios de validez del pratocolo. Los crite- rios de validez que se consideraron fueron los siguientes: — Indice de Gough hasta 9 — VERDADEROS hasta 454 (80%) — FALSOS hasta 454 (80%) — Sin respuesta hasta 29 — INVER entre 5 y 13 — INVAR hasta 13 — Fy hasta 11 — Fhasta 20 De la muestra seleccionada originalmente se eli minaron 254 sujetos que no cumplieron con al- guno a varios de estos criterios, quedando ésta finalmente constituida por 1 920 sujetos: 813 de sexo masculino y 1 107 del femenino, En los cuadros 9, 10 y 11 puede observar- se la distribucidn de frecuencias de la muestra de estudiantes mexicanos por sexo, edad, ca- rrera, semestre y turno, Laaplicacién del instrumento a los estudiantes mexicanos se realiz6 en forma grupal. El pro- medio de tiempo empleado para contestar la prueba fue de dos horas, utilizéndose la ver- sién elaborada en 1992 (Lucio y Reyes, 1992), Una vez obtenidas las puntuaciones de cada alumno, por reactivo y por escala, se procedié Cuadro 9. Distribucién por edad y sexo de la muestra mexicana 12+ Inventario muliifésico de la personalidad Minnesota-2 | MMPI-2 J Cuadro 11. Distribucién de frecuencias por turno escolar de la muestra mexicana a sacar las medias y frecuencias de cada es Ja para finalmente obtener las normas. Las normas de la poblacién de universitar mexicanos se hallan en el Apéndice B En estas investigaciones se encontraron di- ferencias significativas estadisticamente entre la poblacién mexicana y la estadounidense, pero Imenores a las que se encontraban con el MMPI original. La mayor parte de estas diferencias ‘son pequefias y poco relevantes, pues en nin- fguna de las escalas clinicas la localidad mexi- ana llega a presentar medias que caigan por arriba de 755, ni mucho menos dentro de ni- Edad_| Varones | Mujeres | Total % Tumo | Varones | Mujeres | Total taz0 | 343 | 500 soe | 47 Matutino 415 708 4124 aiaza | 303 | 500 aos | 45 tT ee SS me ft : Vespertino 388 398. 796 22 22 9 8 3 0.98 Total 813 1 107 1-920 39.236 8 4 9 0.02 veles psicopatoldgicos como sucedia con la primera version del instrumento, tal como fue sefialado por diversos autores. Esto, tanto en lo que se refiere a las escalas bisicas, como a las de contenido y a las suplementarias. Por lo que respecta a las escalas basicas en los varones, las mayores diferencias se encontraron en las escalas L (Mentira) y 8 (Esquizofrenia). En las mujeres las diferen- cias mas amplias se encontraron también en la escala L y en la 5 (Masculinidad-femineidad) (Lucio, Reyes y Scott, 1994), En las esealas de contenido, las mayores diferencias se encuentran, en los hombres, en la escala de Miedos en donde los mexicanos puntian mas alto y, en las mujeres, en la escala de Obsesividad Cuadro 10. Distribucion de frecuencias por carrera y semestre de la muestra do ostudiantes mexicanos ARTES PLASTICAS. varones | muyeres | torat || semestre | vanones | wuveres | TotaL |ARTES VISUALES 7 16 33 r 165 231 397 DISENOGRAFICO 2 96 158 2 (COMUNICACION GRAFICA 17 38 58 * 240 225 405 TOTAL 26 150 | 246 a 2 2 Cencas 5s 193 soo | 402 ‘acTuaria 66 63 128 e 4 2 6 BIOLOGIA 36 6g 105 r 139 248 378 FISICA 30 6 36 e 2 1 3 MATEMATICAS: 49 21 70 ey 85 89 174 TOTAL tt 159 | 340 10° 1 2 3 CONTADURIA TOTAL 813 1107 | 1020 CONTADOR PUBLICO 35 ave | 701 ADMINISTRACION PUBLICA 169. 240 | 409 INFORMATICA 52 82 134 TOTAL 936 Introduccién «13 en donde las mexicanas puntdan més bajo, asi como en las de Miedos y Personalidad tipo A en las que las mexicanas puntiian mas alto En las escalas suplementarias las diferen- cias mds amplias se encuentran en el grupo masculino en las escalas de Represién y Hostilidad repri mida. Enel grupo femenino las mayores disparidades se encontraron en las escalas de Represién y Desajuste profesional (Ampudia y Lucio, 1994). La semejanza entre los tres tipos de perfiles de mexicanos y estadounidenses es mayor en los varones que en las mujeres. Un hallazgo importante de estas investiga- ciones esque los perfiles de los estudiantes mexicanos ‘obtenidos con el MMPI-2 tienden marcadamente ala normalidad, lo que no sucede en los obtenidos con el MMPT original; ello se debe tanto ala revisi6n del instrumento realizada en EUA, como aque el método de traducciSn y adaptacién seguido eneste estudio fue realmente estricto. Los estudios de validez que se incluyen en el Apéndice H (Lucio, Reyes y Duran, 1993) indican que la estructura factorial de las esca- las basicases semejante en losestudiantes mexicanos y estadounidenses. En las escalas de conteni- do la semejanza es también marcada (Paez, 1995) (Apéndice H). Los cocficientes de confiabilidad alfa resultaron bastante altos en la poblacién mexicana estu diada tanto en lo que se refiere a las escalas basicas, como a las de contenido y las suple- mentarias (Apéndice F). Asimismo, el instrumento discriminé en forma adecuada enire los estudiantes y una muestra de pacientes psiquidtricos (Lucio y Palacios, 1994) (Apéndice 1). Los datos de test-retest indican también una confiabilidad adecuada (Apéndice F). Finalmente, es importante enfatizar que el MMPI-2 parece m4s apropiado que el MMPI original para evaluar poblaci6n mexicana. En los diversos estudios realizados hasta el mo- mento, el instrumento ha mostrado altos indi- ces de confiabilidad ademas de validez interna y externa. Sin embargo, es necesario aplicar el Inventario a muestras representativas de diversas regiones y sectores del pais para estandarizar cl instrumento a nivel nacional. il PROCEDIMIENTOS DE CALIFICACION, ELABORACION DEL PERFL Y OBTENCION DE LA CLAVE CALIFICACION POR COMPUTADORA Eb estados Unidos se pueden obtener varios servicios de computo ¢ interpretacién por me- dig del National Compuier Systems Inc. (NCS) (Sistemas Nacionales de Computacién, Incor porados). En México la calificacién por computadora puede hacerse solamente en la Facultad de Psicologia de la UNAM. CAUIFICACION MANUAL DE LAS HOJAS DE RESPUESTAS Antes de calificar a mano las hojas de respues- tas, deben separarse por sexo, ya que la escala Mf tiene distintas claves para varones y muje- res. Todas las respuestas omitidas 0 con dos contestaciones deben tacharse con un color y considerarse como respuestas “No sé”. El nti- mero de reactivos tachados es la puntuacién “No sé", este valor debe ponerse en el lugar apro- piado de la hoja del perfil Se utilizan claves para obtener la puntua- cién cruda de cada uno de los tres indicadores de validez tradicionales y para las 10 escalas clinicas. Tanto en México como en Estados Unidos también se puede disponer de claves para los juegos de escalas suplementarias y escalas de contenido. Las claves para las subescalas s6lo se pueden obtener en Estados Unidos La plantilla (clave) se pone sobre 1a hoja de respuestas y el mimero de respuestas que apa- recen en los espacios (sin considerar los que estén mareados con color) se cuentan y se anotan en el espacio apropiado en la hoja de respues- tas como 1a puntuacién eruda para las escalas basicas del perfil. Luego se deben anotar en el espacio apropiado en la hoja de perfil. Asegd- rese de que las puntuaciones se escriban en la forma de perfil correc pertenezca el sujeto. para el género al que COMO TRAZAR EL PERFIL BASICO Las puntuaciones para trazar el perfil basico con el MMPI-2 se basan en un conjunto de escalas 24 © Inventario multi Asico de la personalidad Minnesota-2 | MMPI-2 ] derivadas de las de Hathaway y McKinley y modificadas hasta cierto punto por Ia reestandarizacion del Inventario (véase anteriormente El desarro- lio del MMPI original). Se organizan por medio de dos conjuntos, los indicadores de validez y Jas medidas clinicas y, con excepci6n de la puntua- cién “No sé” (No puedo decir), se trazan y mar- can de manera separada para el perfil individual. (La puntuacién de “No sé” es una puntuacién cruda que se anota abajo del perfil.) La lista de reactivos comprendidos en cada una de las es- calas, de acuerdo con el niimero correspondiente en el cuadernillo de aplicacién y con la direc- cciGnen que se califican, se encuentranen.el Apéndice C (como también estan disponibles las listas de todos los reactivos comprendidos en las otras escalas del MMPI-2). Los valores de las pun- tuaciones 7 para las puntuaciones crudas de cada una de estas escalas para la muestra estadouni- dense se encuentran scitalados en cl Apéndice A.Estos valores son puntuaciones lineales T sencillas (para los indicadores de validez y para las esca- las 5 y 0), o puntuaciones T uniformes (véase la seccidn anterior sobre Preparacién de las nor- mas nacionales). Las puntuaciones T de la muestra de universitarios mexicanos se encuentran en el Apéndice B. Se proporcionan la confiabilidad para test- retest y datos sobre la consistencia interna (coe- ficientes alfa) para cada una de estas medidas encl Apéndice E para la poblacién estadoun: dense y en el Apéndice F para los universita- rios mexicanos. Antes de trazar el perfil debe tomarse en cuenta que debajo de la hilera de puntuaciones crudas que se anotan en la forma del perfil, se encuentra una fila de espacios en blanco con la leyenda “para agregarse K”, que aparece de- bajo de las siguientes escalas: Hs, Dp, Pt, Es y Ma. Una fraccién o toda la puntuacin K se agrega a las puntuaciones crudas de una vari ble para corregirlas por K. Esta fraccién siem- pre se da segiin la puntuacién cruda de K que ya ha sido determinada en el proceso de califi- car la hoja de respuestas (véanse las secciones anteriores). Las fracciones apropiadas de K que deben agregarse son .5K a Hs: .4K a DP: IK a Pt; IK a Es y .2K a Ma. (Estos valores de fraceiones de puntuaciones crudas también se presentan en las formas de perfil.) Una vez que estas fracciones se han deter- minado deben anotarse en los espacios sobre la Ifnea debajo de las puntuaciones crudas que se han transferido de la hoja de respuestas y deben anotarse las puntuaciones crudas tota- les ya corregidas. Deben tomarse en cuenta varios puntos para elaborar el perfil basico. 1. Debe utilizarse el perfil apropiado al género del sujeto. 2. Las puntuaciones crudas se anotan en la hoja del perfil: las columnas a izquierda y derecha dan los valores de la puntua- cidn T comespondiente a dichas puntuaciones crudas. 3. Las puntuaciones crudas corregidas de- ben marcarse para las escalas que estén corregidas por K. 4. Deben colocarse puntos, circulos u otras marcas pequefias en las puntuaciones T del perfil correspondientes a la puntua- cidn cruda y estos puntos deben conec- tarse con una linea sélida, quebrada, entre las escalas de validez (ala izquierda del perfil) y las escalas clinicas que comienzan con Hs-1 La tabla A-I del Apéndice A proporciona para la poblacién estadounidense las puntuaciones T para las puntuaciones crudas corregidas por K para cada escala del Inventario. La tabla B-1 suministra él mismo tipo de puntuaciones para los estudiantes mexicanos. Algunos usuarios no querrén apoyarse so- lamente en las puntuaciones corregidas por K y pueden desear tener acceso, en algunas si- iwaciones, a las puntuaciones no corregidas por K (véase la argumentacién sobre la escala K que se hace més adelante: también Hsu, 1986). Para este propésito deben utilizarse diferentes valores T para cinco de las puntuaciones eru- das. La tabla A-2 proporciona puntuaciones T sin correccién K para todas las puntuaciones crudas posibles de las escalas de perfiles basi- cos. En Estados Unidos se encuentran dispo- nibles tanto las hojas de perfil de correccién a ‘mano para trazar las puntuaciones con o sin correcci6n K, como un perfil compuesto calificado por computadora que incluye las puntuaciones con osin correccién K para las escalas bésicas. En México slo estan disponibles los perfiles con correccién K. COMO OBTENER LA CLAVE DEL PERFIL Para resumir los patrones de prueba que se ob- tienen en el MMPI-2, se usa un sistema de co- dificacién que reduce el gran niimero de perfiles posibles a un néimero més practico. Al codificar se le asigna una cifra a cada escala clinica, Hs se convierte en 1; Den 2: Hien 3: Dp en 4: Mf en 5; Pa en 6; Pt en 7; Es en 8; Maen 9, ¢ Is en 0. Estos niimeros son la base para codificar los tipos de perfiles y muchos clinicos los usan rutinariamente, en lugar de utilizar los nombres ‘abreviaturas de las escalas paraevitar implicaciones psiquidtricas que resultan confusas en ambien- tes no clinicos (cualquier reduccién estadistica, tal como los procedimientos de codificacién que ‘vamos a tratar, involucra el problema de reducir Jacantidad de datos obtenidos a un nimero ma- nejable reteniendo, al mismo tiempo, la informacién “necesaria para servir a los propésitos descritos). En el pasado se han usado dos diferentes jistemas con el MMPI: el método de codifica- “cin original de Hathaway (1947) resumido en ‘MMPI Handbook (Un Manual sobre el MMPI; strom, Welsh y Dahlstrom, 1972) y el pro- _cedimiento de codificacién amplio 0 total de Procedimientos de calificacién, elaboracién del perfil y obtencién de la clave + 25 Welsh (1948, 1951). El sistema de codifica- cidn de Welsh es el inico que se emplea con el MMPI-2. Se puede utilizar un perfil como ejemplo para ilustrar este método. Fjomplo 1 Escal LF K HsDHi DpMf Pa Pt Es Mals Numero; 1 2.3 4 5 678 90 Puntuacion T: 57 75 43 69 88 75 94 52 81 75 79 59 65 El primer paso para elaborar la clave del perfil consiste en anotar los digitos que representan 2 las escalas clinicas, de acuerdo con las eleva- ciones de las puntuaciones 7, de mayor a me- nor. La escala més clevada es Dp con una pun- tuacién T de 94, de manera que el ntimero 4 seré el primero de la clave. La segunda escala mis alta es D con 88; ahora la clave es 4 2. La tercera mas clevada es Pa con 81 y la cuarta, Es con 79. Asi, la clave se transforma en 426 8. Este procedimiento se continta hasta que se listan todas las escalas por digito en orden descendente de puntuaciones T. (Cuando exis- ten dos escalas con valores idénticos, se listan en orden numérico.) Ademis de las escalas clinicas, deben co- dificarse las escalas de validez y colocarse por separado a la derecha de la clave de las escalas elinicas. (Obsérvese que la escala No puedo decir del MMPI-2, no forma parte de la clave debido a que es una puntuaci6n cru- da.) La secuencia de los digitos para el ejem- plo Les: 426837109 FLK Es importante asegurarse de que se han incluide todas las escalas en la codificacién; es posible verificar esto marendolas al proceder 0 leyen- do la serie completa en orden numérico. Por su- 26 © Inventariv multiftsico de ta personalidad Minnesota-2 [ MMPI-2 ] puesto, ningtin dfgito debe aparecer mas de una vez en esta serie. Se puede detectar facilmente sise ha respetado uomitido alguna escala, y corregir elerror. Ejemplo 2 Escala: LF K HsD Hi Dp MfPa Pt Bs Malls Numero: | 2 3 4 5 67 8 9 0 Puntuacién T: : 52 101 35 68 68 47 67 62 90 79 81 72 75 En este ejemplo el codigo es: os 70912 453 FLK Después se subrayan las escalas con puntuacio- nes que tienen el mismo valor, 0 bien un punto de diferencia. Luego se agregan los simbolos de elevaciGn utilizando las siguientes anotaciones para designar los rangos de elevacién de 10 puntos de las puntuaciones 7. == 100.4 109 * 90.499 80 a 89 > 70479 - 602 69 (en Butcher, 60 a 64- y 65 a 69+) 1 30459 : 40449 # 30.29 29 y menos de 29 a la derecha de # (* se han agregado a las designaciones de co- dificacién Welsh). Algunos usuarios utilizan sim- bolos de elevacién adicionales, las puntuacio- nes de 110 a 119 se muestran seguidas de ! y 120 por !! Bl que sea necesario y util conservar Ia informaci6n en la codificaci6n dependera del ntimero de casos en los que aparezean clevaciones tan extremas y en la importancia del diagnéstico que se encuentra en relaci6n con las puntuacio- nes dentro de estos rangos. Cuando estas anotaciones se agregan a los ejemplos anteriores las codificaciones son: 4% 26°°837'10-95 — F’-LIK 6*8°°709"1245-/3 FL:K Rjemplo 1: Ejemplo 2: Si no hay alguna escala dentro de un rango de 10 puntos de la puntuaci6n 7, el simbolo apro- piado para el rango faltante debe incluirse (en el cjemplo 2, la escala 5 esté en 62 y la siguicnte, la escala 3 en 47; el final de la codificacién en- tonces se escribe 5-/3), Si falta un rango de 20 puntos pueden in- cluirse los tres simbolos aunque el de en medio sea repetitivo. Si D = 90 y Pt = 67, el cédigo podria ser 2*°"7 0 2#°7; por lo que resultaria evidente, tomando en cuenta la segunda secuencia, de codificacion, que no hubo ninguna escala que estuviera dentro del rango de 80 a 89 de puntuacién 7. Algunos usos de la clave resultan obvios. Por ejemplo, es facil encontrar perfiles similares. En la clave del ejemplo | se ve claramente que la escala mas alta en el perfil es Dp, que la puntuacién Tes 90 0 més, y que ME cae deba- jo de 60 y es la escala mas baja, Cuando se han codificado una serie de casos y se han ar- chivado sucesivamente, es posible encontrar ré- pidamente todos los casos que comienzan con 4y terminan con 5. Si se especifica una clave tipo en referencia alas tres puntuaciones mas altas es facil identi ficar todos los perfiles 4 2 6 cuando el objetivo 5 buscar periiles similares. El grado de similitud deseada entre perfiles puede especificarse tanto enel orden de la escalas como en la elevacién absaluta, Puede considerarse s6lo el primer digito,. © los dos primeros, 0 puede requerirse que sean iguales los cuatro primeros y que presenten menos de 10 puntos de diferencia entre las puntuacio- nes T. Mientras mayor sea el grado de similitud que se requiera entre dos perfiles, menor sera Ia posibilidad de que resulten equivalentes. I eee Perfilde escalas basicas maeet Invent multiies dea pesenaliéaé Nimnescta-2 Cong € 48a, imran 187 tip tmm rem hy of wt Nombre: Direccion: Ocupacisn Fecha de aplicacion, Escolaridad;_Edad:_Estado civil Referido por Clave del perfil Iniciales del calificed: Puntuacién cruda Puntuacién eruda 2 Factor K a oT @ 5 = 5 = a = Tz © aanp vj op worniaigo & [ified jop COMO INTERPRETAR EL MMPI-2 Proporcionamos aqui una guia para interpre- lar el MMPI-2. Se exhorta a quienes comien- zan a aprender estos métodos, a que se fami ricen con publicaciones mas completas acerca de la interpretacién de los perfiles del MMPI original en fuentes como Graham (1987), Greene (1989), Lachar (1974), Duckworth y Anderson (1986), Webb, McNamara y Rodgers (1986), Good y Branteiner (1974), o Friedman, Webb y Lewak (1989). Estan Gisponibles referencias adicionales iitiles en Butcher (1979), Dahlstrom, Welsh y Dahlstrom (1972, 1975), Meyer (1983), Caldwell (1988) y Greene (1988). Se puede disponer de los articulos ori- ginales, elaborados por los autores de la prue- ba, en Dahlstrom y Dahlstrom (1980). Con res- pecto a la interpretacién del MMPI-2 pueden revisarse las publicaciones recientes como las de Butchery Williams (1992) y Graham (1993). También se debe consultar, para casos especiales, la am- plia coleccién de articulos de investigacién so- bre el MMPI original y el MMPI-2. La formulaci6n de hipotesis interpretativas provenientes de los datos resumidos en el per- fil clinico del MMPI-2 se establece sobre tres diferentes aspectos de estas puntuaciones inter- relacionados entre sf: 1a aceptaci6n de las pu tuaciones del perfil determinada por los indicadores de validez; la elevacién absoluta de las escalas componentes en comparacisn con las normas de puntuacién T correspondientes y las confi- 29 guraciones relativas de estas puntuaciones dentro del perfil individual. A su vez, estas conforma- ciones reflejan la confiabilidad y los patrones de las relaciones entre las diversas escalas del perfil. Se proporcionan posibilidades de inter- pretaci6n adicionales basadas tanto en las puntua- ciones de las diversas escalas e indices suple- mentarios, como en un examen especifico de la direccién en que se contesta cada uno de los reactivos, tal como se resumen en las listas de reactivos significativos, en algunos patrones de las subescalas y en las puntuaciones de las es- calas de contenido. ‘Un esquema para interpretar tanto el per- fil bsico paso por paso como la informacién adicional que se deriva de un registro del MMPI-2 incluye: 1, Evaluar la validez del registro para la interpretacién individual que inclu- ya la determinacién de la actitud que tuvo el sujeto al contestar el inventario y el grado en el que las respuestas a la prueba estin de acuerdo con Ia informacién que se deriva de otros antecedentes que se tienen sobre dicho sujeto. Examinar las puntuaciones de las esca- las clinicas del perfil bésico para generar una lista de Ifneas posibles de interpre- taci6n con respecta a la personalidad y 2; 30+ Inveniario multifisico de la personalidad Minnesota-2 | MMPI-2 ] estado emocional actual del sujeto de la prueba. 3. Consultar varias guias sobre la inter- pretacion del MMPI para encontrar correlaciones comunes con el patron de la clave, generado por el perfil clinico, que incluyan alternativas psicodiagnésticas posibles. 4. Determinar con respecto a las escalas que presentan por lo menos una eleva- cién moderada, las subescalas que con- tribuyen a dichas elevaciones tomando en cuenta los temas que preocupan prin- cipalmente al sujeto de la prueba 5. Observar si existen frases significativas que puedan haber sido marcadas por el sujeto y que indiquen que existen pro- blemas especiales o sintomas y preocu- paciones que no se sospechaban con amterioridad. 6, Examinar las puntuaciones de las es- calas de contenido y suplementarias para ampliar las hipStesis de interpretacién ya generadas, y para formular un resumen coherente de la dinamica de la persona- lidad, asf como el tipo de diagné: del sujeto de la prueba, con las limita cciones pertinentes acerca de la conficbilidad de estas conclusiones, con base en las puntuaciones de los diversos indicadores de validez. COMO DETERMINAR LA ACEPTABILIDAD DEL PROTOCOLO Los indicadores de validez tradicionales se usan por separado y combinados para evaluar la aceptabilidad de cualquier apli ion de la prueba MMPI-2. Ademés se han desarrollado algu- nas escalas suplementarias para verificar la validez del MMPI-2 (véase més adelante). Cada protocolo de la prueba debe examinarse para determinar si es aceptable, como base, para ha- cer inferencias sobre la personalidad de un suje- to y para establecer hipétesis sobre el diagnés- tico. Sélo si se puede asumir que el individuo que contesté la prueba marcé los reactivos consistentemente, de manera que se reflejen sus percepciones sobre sf mismo con exactitud, seré posible que el clinico continue con el proceso de interpretacién, Un sujeto puede invalidar su registro res- pondiendo en una variedad de maneras: puede dejar un gran niimero de reactivos sin contes- tar, también tomar diversas actitudes para distorsionar una descripcién auténtica de sf mismo, dejar de acatar las instrucciones de la prueba, oes posible que tenga dificultades de lectura que le impidan comprender el significa- do de los reactivos por lo que consecuente- mente conteste al azar. Los indicadores de validez caracteristicos del MMPI-2 estan di sefiados para ayudar a detectar dichas fuentes de invalidez y para proporcionar una base para evaluar el impacto de tales distorsiones en el registro de la prueba. LAS OMISIONES DE REACTIVGS Se exhorta a cada uno de los sujetos con los que se utiliza la prueba para que conteste defini- tivamente falso o verdadero tantos reactivos del MMPI-2 como pueda. Por supuesto que hay un ntimero de razones legitimas para dejar algu- nos de los reactivos sin contestar. Por ejemplo, si un sujeto ha side huérfano desde temprana edad, puede no sentirse capaz.de responder a reactivos, que traten de sentimientos con respecto a los padres (sin embargo, muchos sujetos interpretan tales reactivos como si se tratara de sus padres adoptivos. ‘ode otros parientes que fueron como padres para ellos y, por tanto, se sienten en libertad para con- testarlos, mientras que otros toman el contenido literalmente y no respondersin). Algunos usuarios del MMPI insisten, con los sujetos de la prueba, para que “adivinen” las contestaciones de los reactivos que se les difi- cultan, Tales instrucciones deben evitarse cuando se aplica la prueba, aunque si es aceptable pe- dirles & los sujetos que regresen al principio y reconsideren los reactivos que dejaron sin con- testacién. Algunas personas encuentran mas ficil responder los reactivos que dejaron en blanco, después de haber resuelto la prueba completa. . Las puntuaciones de ? (No puedo decir) no representan una escala comin, son implemen te el numero total de reactivos que se dejaron en blanco o se marcaron de las dos maneras: falso y verdadero. Como estos reactivos no representan una puntuacién, en efecto se omi- ten de la prueba. Resulta evidente que mien- tras més alta es la puntuaci6n de ? (No puedo decir), mas débil resulta cualquiera de las es. calas componentes para proporcionar las dis- criminaciones descadas. Como se indica en el cuadro 13, un indivi- duo puede omitir un gran numero de reactivos por razones diversas. Los sujetos deprimidos pueden sentir que la tarea es pesada y diffcil; los sujetos con dificultades de lectura pueden ‘encontrar obsticulos para comprender los reactivos que se presentan en enunciados mas comple- jos; otros sujetos evitan contestar los reactivos ‘porque sienten que son muy reveladores acer- ca de sus problemas particulares. Todas estas -circunstancias pueden conducir a la omisién de ‘un niimero excesivo de reactivos que, por tan- ‘to, no pueden calificarse. Los reactivos omitidos tienden a disminuir puntuaciones cn el perfil clinico (con cx- ppeidn de los valores de la puntuacién T de la 5 [Masculinidad-femineidad] para las mujeres se elevan artificialmente por las puntuaciones. las bajas que resultan de los reactivos no ontestados). Si, después de insistir a los su- s, el nlimero de reactivos no contestados le de 30, el registro de la prueba debe Como interpretar el MMPI-2 © 31 considerarse muy dudoso si no es que comple- tamente invélido (véase el cuadro 13). Es im- portante recordar que las fuentes de elevacién de los perfiles y posibilidades de interpretaci6n constituyen indicadores que hay que evaluar en cada caso particular, pues algunos de ellos se aplican en un caso, pero no en otro, ya que resultarfan contradictorios. ‘SWETOS QUE ASUMEN UNA PERSONALIDAD IDEALIZADA Algunos individuos al responder el MMPI-2 no acatan las instrucciones sobre como marcar los reactivos al aplicarlos a sf mismos. En lugar de esto, sistematicamente describen a alguien que, sienten, tiene una personalidad perfecta o una adaptaci6n ideal. Los resultados que se regis- tran proporcionan pocas bases para realizar inferencias acerca de estos sujetos. Es importante que haya algtin medio disponible para detectar esta ma- nera de abordar la prueba y estimar sus efectos sobre los patrones que arroja él inventario. Hathaway y McKinley introdujeron la escala L (Mentira), para cvaluar la posibilidad de que el sujeto de la prueba haya abordado el inventario con esta actitud. En relacién con este indicador, como sugirieron las investigaciones llevadas a cabo en la Encuesta educativa del cardcter de Harvard (Harvard Character Education Inquiry) por Hartshorne, May y Shuttleworth (1930); Hathaway y McKinley redactaron algunos reactivos que proporcionan al sujeto la oportunidad para negar varias faltas, menores y defectos de su cardcter, que la mayor parte de personas estan dispuestas a admitir como verdaderas. Aunque la escala L puede reflejar engaiio en la situacién de prueba, no se puede considerar como medida de la tendencia de es- tas mismas personas de mentir 0 enganar a otros: en sus actividades diarias. Mas bien sirve como un indice de la posibilidad de que un protocolo de prueba dado haya sido distorsionado por un estilo particular de responder al inventario. 32_ © Inventario multifésico de la personalidad Minnesota-2 { MMPI-2 ] Como se indica en el cuadro 14, puntua- ciones bajas 0 promedio indican en el sujeto ‘que respondié s la prueba la ausencia de la tendencia a presentar una imagen demasiado favorable de s{ mismo . (También deben examinarse las ele- vaciones en la escala K para detectar la posi- bilidad de que el individuo emplee una mane- ra més sutil de presentar una descripcién fa- vorable de sf mismo.) Por otro lado, las pun- tuaciones muy bajas en laescala L pueden presentarse junto con puntuaciones muy bajas en la escala K, reflejando ambos un esfuerzo para exagerar problemas emocionales y dificultades de adaptacién. Las puntuaciones moderadamente elevadas de la escala L pueden no indicar un enfoque defensivo de manera notoria hacia la prueba, sino una visi6n fuertemente moralisia y rigida con represiones marcadas. Al hacer esta eva- luacién, asf como muchos otros puntos sobre lavalidez del protocolo, esimportante tener informacién acerca de la historia y los antecedentes del su- jeto. Es muy probable que las puntuaciones marcadamente elevadas en esta escala reflejen una actitud de oposicién hacia la prueba, que afecta el significado de las puntuaciones de las escalas clinicas. Esta situacién conduce comtinmente aun conjunto de puntuaciones que se acercan mucho a la media o que estn por abajo de ella enel perfil clinico. RESPUESTA AL AZAR Y PUNTUACIONES F ALTAS Las personas que no quieren cooperar con res- pecto a las instrucciones de la prueba pueden simular que estn resolviendo el MMPI-2, pero responder los reactivos al azar. Otras personas que tengan una capacidad de lectura extrema- damente restringida 0 cuyo contacto con la rea- lidad sea precario pueden estar haciendo exac- tamente lo mismo. Otras més pueden exagerar sus dificultades y preocupaciones para asegu- rarse de que se les prestara atencion 0 conside- raci6n especial Cualquiera de estas actitudes hacia la prueba generard puntuaciones elevadas en la escala F (Iinfrecuencia). En el MMPI-2 la escala F se compone de 60 de los 64 reactivos originales (véase el cuadro 8); se desecharon cuatro reactivos cuyo contenido era inconveniente. Como cada reactivo de esta escala se contest6 en la direc- cién significativa, por no mas de 10% de los Sujetos del grupo normativo estadounidense, no es facil que una persona que conteste la prue~ ba, con cl cuidado y la comprensién debidos, obtenga una puntuacién cruda de més de 5.0 6,0 un valor de puntuaci6n T mayor o alrededor de 5 (véase también Schretlen, 1988). En poblaciones de otros pafses, como en la mexicana, este porcentaje puede variar pues las conductas poco frecuen- tes tienen relacién con aspectos culturales. Algunos sujetos pueden obtener una pun- tuacién un poco més alta en la prueba porque describen seatimientos poco habituales debidos asituaciones especiales con las que se enfren- tan (por ejemplo, problemas en su matrimonio, pérdidas recientes de seres queridos o falta de empleo), 0 aunque la elevacién de la puntua- cidn también puede ser por psicopatologia sig- nificativa; tales individuos no producirén fécil mente un registro de prueba distorsionado. Como se indica en el cuadro 15, las puntuaciones de F sobre una puntuacién T de més de 70, pero menor a 90, pueden reflejar problemas emocionales de importancia, pero no necesariamente dan lugar aque la prueba no pueda interpretarse. Un examen cuidadoso del patrén del perfil clinico y de las elevaciones en las escalas puede ayudar a aclarar © confirmar esta conclusién. El protocolo de un sujeto que contesta al svar presentari, en téeminos generales, una puntuacién cruda de 30 (menos de cinco reactivas) en 1a escala F. Por tanto, una puntuacin T de 90.0 mis arroja serias dudas sobre la utilidad del registro para poder elaborar inferencias psicodiagnésticas; también es util comparar la puntuacion cruda de la primera mitad de la es- cala F con la puntuaci6n obtenida en la segun- Cémo interpretar el MMPI-2_« 33 damitad, Si la contribucién més importante para lnclevacién de la escala F resulta de la segun- damitad de la prueba, puede concluirse que el sujeto al contestar el inventario comen26 con unespfritu de cooperacién pero al avanzar empez6 a responder descuidadamente. ‘Como los reactivos que comprenden el perfil basico aparecen en los primeros dos tercios del cuadernillo, las puntuaciones de la escala F re- ‘lejan principalmente la confiabilidad de las puntuacio- res de estas escalas. Como muchas escalasadicionales se califican de acuerdo con los reactivos que sparecen después del 370, la F, (escala F posterior) Mamada asi por la colocacion de los reactivos enel cuademillo experimental AX), también debe. examinarse para determinar si un sujeto man- tuyo su atencién y cooperacién durante la se~ sin de prueba completa. Las puntuaciones de laF, deberan usarse para verificar la aceptabilidad de los valores de las escalas suplementarias. Es importante tratar de identificar la razén orazones por las cuales las escalas F o F, presentan una elevacién moderada. Si el sujeto al con- testar la prueba hizo lo posible para cooperar con la tarea, pero no pudo realizarla debido a limitaciones sensoriales 0 motoras, puede existir la posibilidad de cambiar a una forma alterna del MMPI-2 para obtener un registro de prueba mis vélido con respecto a dicho sujeto. El no poder obtener un protocolo aceptable porque elsujeto tenfa alguna motivacién especial para fingir las respuestas o distorsionar de otra ma- nera su registro, tal vez no se pueda remediar; pero identificar la razén por la que no acaté las instrucciones ayuda a entender el diagnés- tivo o los problemas de evaluacién con los que se enfrenta el clinico. sposiciones especiales y actitudes facontestar la prueba por medio de las cua- les el sujeto puede enfrentarse a un instrumento de evaluacién como es el MMPI (véase Graham, 1987; Greene, 1989). Las personas pueden avalar todos los reactivos, ya sea como verdaderos 0 falsos. Un patrén tan extremo como éste se de- tecta con facilidad examinando la hoja de res- puestas, pero una inclinacién menos extrema, en una direcci6n u otra, puede no ser tan Fécilmen- te identificada. El uso de las dos escalas de in- consistencia de respuestas INVER (Inconsistencia cenlasrespuestas verdadcras)e INVAR (Inconsistencia en las respuestas variables), puede resultar muy ‘Util para esta evaluacién. La escala INVER tie- ne sensibilidad con respecto a la tendencia a dar s6lo un tipo de respuesta (la repeticiGn de res- | puestas verdadero 0 falso), a los reactivos del MMPI-2, sin tener en cuenta el contenido de Jas frases. Las puntuaciones INVAR reflejan una tendencia general a no tomar en cuenta el con- tenido de los reactivos al marcar las respuestas enel inventario (véanse adelante las considera- ciones sobre INVAR ¢ INVER).* Puede ser también que los sujetos al con- | testar el MMPI-2 intenten dar respuestas de adaptacién convencionales a cada reactivo 0, por el contrario, respuestas desviadas (0 de una imagen poco favorable). Los efectos de cada una de estas actitudes sobre los indicadores de validez aparecen en los cuadros 13 a 16 Hay maneras menos evidentes en las que un sujeto puede afectar las puntuaciones resultantes de un inventario de personalidad. Dichos suje- tos pueden hacer un esfuerzo para destacar la impresién de que gozan de salud mental, sin elaborar una imagen increible de buena adaptaci6n al medio © por el contrario, enfatizar la impresion de que se tienen dificultades emocionales serias; pue- den alterar los niveles y configuraciones de las puntuaciones del perfil clinico. La deteccién de WN. de Bd. Las claves de calificacién para ambas escalas, se encuentran en proceso, por lo que actualmente no s¢ incluyen en los juegos de plantillas que comprende el MMPI.2 publicado por Editorial Fl Manual Moderno, 34_* Inventario mulifitsico de ia personalidad Minnesota-2 [ MMPI-2 } Cuadro 13. Puntuacién de ? (No puedo decir Implicaciones de las elevaciones on las puntuaciones Nivel do 7 Posibilidades iiinnaecon ota Usilidad det pert Fuentes do elevacién ace Ato Probablemente invalido Problemas de lectura Depresi6n sever (20 0 més) graves 0 cislexia Sintomas obsesivos Retardo psicomotor neuréticos Contusién Actitud dasafianie Incecisién Moderado Validez cuestiohable Proplemas leves de lectura | Falta de famiiaridad (11 2 29) Falta do experiencia en cuan-| con el idioma espanol 10 al contenido del reactivo | Posibles tendencias, Persena muy cauta © paranoides escrupulosa Medio Probablemente vatido La persona alatora (2210) (vertiquese et contenido tuna interpretacion de omisiones selectivas) paricular de los reactivos Bajo valid (at) ‘Nota (Lucio: Este cuadto no debe ser tomado textualmente pues presenia sélo inforencias generales acerca del signficago de fa elavacin to las puntuaciones que deten eansderaree on sade caro do acuerdo con ls historia y entocedentos dol sujet. rales 0 graves Cuadro 14. Escala L (Mentira): Implicaciones de las elevaciones en le escala Nivel do P Posibilidade: panne? Uttlidad del perfil Fuontos de clevacién ca beerpreteeisn Muy alto Probablementa invalido FI sujoto aparanta estar Rosistoncia a la proba (80.0 mas) ben adaptaco oingenuidac Ato Validez cuestionable ‘Se responde al azar Estado de confusi6n (70.079) Se niegan fos defectos Represion Fala de insight Moderado Probablemente valide Defensividad mareada Porsona muy corvencionel (60 a 69) y conformista E! sujeto puode cor moratsia © rigdo Medio vatido Actitud adecuada ante Conforme con la propia (60.0 59) : la prueba auioimagen Bajo Posiblemente se aparenta | Se responce verdadero a | Patologia exagerada (49 0 menos) tenor problemas emacio- todo lo quo produco un Indica un aujeto confiade en perl elevado ssi mismo e independiente Porsona cinica 0 sarcdstica Nota (Lucio: Eete cuad ne debe ser temado textualmonte puss presenta ato inferencias generales averca del igiicad> Ge Ta elevacon ‘e las puniuaciones que deben consierarse en cada caso de acuereo con la hisiova y antacadentes dl suet, Cuadro 15. Escala F (Intrecuenci Como interpretar el MMPL-2 © 35 3): Implicaciones de las elevaciones en la escala Nivelde untuacion T Utilidad del perfil Posibilidades de interpretacion Muy alto (G1 0 més) Probablemente invalido Respuestas al azar Errores de calficacion Dislexia grave Foco cooperative, finge sintomas equivocados Hablidad de lectura limitada Resistencia a la prueba Ato (71 a 90) Valide2 cuestionable Patologia fingida Proceso psicético ‘Se responda a todo “verdadero! ‘Siplioa de ayuda Crisis de ideniidad adolesconte| Estado de confusion Modecado (66470) Probablomonto valde Deseo de mactrarse poco convencional Compromisos politicos, socia- les 0 religiosos fuertes iesgo de actos agrocivos, Imoulsivos Porsona doprimida, inquicta € inestabie| Problemas en la atencién Honestidad extrema al responder ‘Atoracién por una erisio Psicopatologia relativamente ‘severa ‘Autoortico ‘Ansioco, distraido Medio Protocolo aceptable (45.055) Bajo Protocolo aceptable (44.0 menos) ‘Algunas creenclas pueden desviarse de lo esperado ‘Buen funcienamiento FRespuasta comin a la prueba| Confermiemo: Posibiemente se finge ‘estar bien Coavencional Sincero Sosialmorte adaptado ‘Nota (Lucio: Ete cuadro ne debe sor teomado textualmente puss presenta sélo inferencias generales acerca del signieado de ia elovacién ‘e las puntuacones que deben consiererse en cada caso de acuerdo con la historia y antecedents col suet Cuadro 16. Escala K (Correccién): Implicaciones de las elevaciones en la escala Funcién de elevacion Posibilidades de interpretacién puntuat Ato Defensividad marcada (71 0 més) Se finge estar bien Se responde a todo “also” Gauteloso en situaciones relacionadas con su trabajo Defensividad moderada No reconocimiente de problemas ‘Sujeto tiido, inhibido, fata de involucramiento ‘emocional Se ulilza la negacién Fata de insight Moderado ‘Adaptaco (66.070) ‘Autovonfianza No alspuesto a pedir ayuda ‘Suficientes recursos para el tratamiento ‘Nedio Equiliono entre autoproteccion (44 2 55) autodescubrimiento Bajo 'Al responder finge en forma (@0 0 menos) inadecuada Responde a todo “verdadero” Suplca de ayuda Defensas inadecuadas Lucio}: Este casdio n0 debe ser terado textuelmente puss presenia sdloinlerencies generales acerca del signfcado de a elvacion ls urtuacones que deben consderarce en carla caso de acuerdo con la histora y antecedents el suet, Ciniea, escéptico Estado de pénico Popre autoconcepio Crtico de si mismo y de otros estas actitudes mAs sutiles al contestar la prue- baes més dificil. La puntuacién de la escala K puede ser muy dtil para determinar si éste fue el caso. Laescala K (de correccién) es el més complejo de los indicadores de validez. El contenido de sus reactivos cubre una amplitud de caracte- risticas que muchos individuos prefieren negar acerca de ellos mismos o de sus familias. Sin embargo, muchas otras personas piensan que estos mismos atributos son inofensivos y hasta los consideran positivos cuanda se aplican a ellos mismos y a sus familias. De tal manera que las puntuaciones por arriba de la media en la escala K pueden reflejar la tendencia a que, de una manera sutil, las respuestas se inclinen enel sentido de minimizar la existencia de un control emocional pobre e ineficiencia perso- nal. Sin embargo, es importante observar que las personas que funcionan bien, son estables emocionalmente y en realidad conducen sus vidas, de manera adecuada, como informan en esta escala, se describen a s{ mismos esencialmente de la misma manera. Por tanto, es de vital im- portancia que una elevacién especifica de la escala K se evalic dentro del contexto de la demés informacién acerca del sujeto de la prucba. Es decir, se necesitan los datos sobre la historia de un individuo y sus circunstancias actuales, para poder distinguir entre el sujeto que fun- ciona bien y es psicol6gicamente sano. y el que tiene una actitud marcadamente defensiva y evasiva hacia el inventario. En este contexto, puede ser especialmente ttil la comparacién en el perfil de las puntuaciones de la persona en las escalas clinicas con K corregida y sin corregir por K (véase Graham 1987; Greene, 1989). Algunos elinicos también recomiendan que se tracen los dos perfiles para los indivi- duos que obtienen puntuaciones muy bajas en laescala K. Las investigaciones sobre la escala K han indicado que las puntuaciones més altas en esta ‘medida, se asocian con los niveles socioeconémicos 36+ Inventario multifésico de la personalidad Minnesota-2 [ MMPL2 ] més altos (m&s cducacién, mejores empleos, mayores ingresos) (Dahlstrom, Welsh y Dahlstrom, 1975; Dahlstrom, Lachar y Dahistrom, 1986). Los sujetos con una posicién destacada o una situaci6n social elevada pueden eludir el des- cubrir sus preocupaciones emocionales, dudas, inseguridades o, tal vez, problemas en su ma- trimonio 0 en sus familias, por considerar que estas revelaciones podrian constituir una ame- naza de perder su posicién o reputacién, Cuando dichos individuos se enfrentan con el conteni- do de muchos de los reactivos del MMPI-2, fécilmente procuran sesgar sus respuestas de tal manera que queden protegidos de revela- ciones personales amenazadoras. En el caso de que las puntuaciones se eleven arriba de la media en la escala K, se reflejaré mas esta forma sutil de aparentar estar bien y de resistencia a apa- recer incompetente, mal adaptado, o sin con- trol sobre su propia vida. Contrariamente, algunos individuos con una posicién menos destacada, procedentes de ambientes socioeconémicos menos privilegiados, pueden tener menos motivacién para promover una aparien- cia de equilibrio extremo, eficiencia interpersonal excepcional 0 ausencia de ansiedades 0 inse- guridades. Por tanto, en una prueba como el MMPI-2 estos tltimos individuos seran més, abiertos y francos para reconocer los proble- mas 0 dificultades que haya en sus vidas, o en las de los miembros de su familia y parientes. Esta actitud hacia el MMPI-2 puede conducir aclevaciones en las escalas clinicas que pue- den resultar equivoeas en cuanto a la magnitud y severidad de las dificultades actuales de di- Cchos individuos. El uso de las puntuaciones de la escala K para enmendar varias de las esca- las elfnicas del perfil, esta disefiado para que se pueda tomar en cuenta el impacto de estas actitudes al contestar la prueba, sobre las pun- tuaciones de las escalas componentes. Las es calas que no requieren de estas correcciones, incluyen reactivos que sirven paracl mismo propésito que las modificaciones K. CONFIGURACIONES DE LAS ESCALAS DE VALIDEZ A menudo es una ayuda examinar la configura- cidn que se forma cuando se toman en cuenta los indicadores de validez en conjunto (véanse cuadros 13 a 16). Asf, ambos cédigos de vali- dez (véanse los procedimientos de codificacién que se describieron anteriormente) y los indices uantitativos particulares (como la puntuacion cruda, ladiferencia entre F y K) pueden servir para aclarar las razones por las que las elevaciones de las escalas son vélidas y pueden ayudar al psicélo- go clinico a evaluar la confiabilidad de un proto- colo de prueba en particular, con el propésito de interpretarlo. Graham (1987) y Greene (1989), como los demés autores que sé citan anterior- mente en este capitulo, nos proporcionan infor- macién adicional acerca de los pairones que forman las escalas de validez. INDICADORES ADICIONALES DE VALIDEZ La cscala F, se desarrollé de la misma manera en que los autores de la prueba construyeron la escala F original. Se localizaron los reactivos que habian sido endosados con una frecuencia muy baja (menos de 10% de los adultos no-pacien- tes contestaron el reactivo en una direccién par- ticular) y se agruparon para formar una escala que ayudara a identificar a los individuos que era probable que estuvieran contestando el inventa- rio de una manera poco admisible. Como se in- dicé anteriormente, esta escala se utiliz6 para coadyuvar a detectar a los individuos que pro- porcionaban protocolos de pruebas no acepta- bles y desecharlos de la muestra normativa. La mayorfa de los 40 reactivos que confer- man Is escala F, aparecen en el cuadernillo de prueba, después de los reactivos de la escala Festandar. Por tanto, la puntuaci6n de la e: a F, puede identificar un registro en el que “vnindividuo ha dejado de poner atencién a los reactivos de la prueba y ha caido en un patron Cémo inierpretar el MMPI de respuesta esencialmente al azar, Asi, la es- cala F, puede proporcionar una verificacién adicional sobre la aceptacién de un registro de prueba dado, especialmente en cuanto a las escalas su- plementarias y de contenido. Las escalas INVAR (escala de Inconsistencia en las respuestas variables) e INVER (escala de Inconsistencia en las respuestas verdade- ras) Son nuevos tipos de escalas de validez (Tellegen, 1982, 1988) disefiadas para complementar los indicadores tradicionales de valide2. Dado que ninguna de estas escalas refleja el contenido particular de algiin reactivo, como sucede con las medidas de las tendencias para fingir buen © mal funcionamiento psicol6gico; son bastan- te distintas a las escalas L, F y K. Las puntua- ciones INVAR e INVER proporcionan un in- dice de la tendencia de un sujeto a responder los reactivos de manera inconsistente o con- tradictoria. Asi, las escalas INVAR e INVER se asemejan a la escala “Descuido” (Greene, 1978) que también se desarrollo para identifi- carla inconsistencia al contestar el MMPI. Ambas escalas son medidas muy amplias constituidas con el mismo propésito. Tanto la escala INVAR como la INVER consisten de parejas de reactivos especialmente seleccionadas. Los reactivos integrantes de las parejas del INVAR tienen contenidos simila- res u opuestos; cada pareja se califica anotan- do laexistencia de una inconsistencia en la respuesta a cada uno de los dos reactivos. (En cada pa- reja uno © los dos patrones de respuestas se califica como inconsistente. Por ejemplo, para la pareja de reactivos 3/39 s6lo la respuesta “verdadero” a los dos reactivos se califica como inconsistente: para la pareja de reactivos 6/90 tuna respuesta verdadero al reactivo 6 y una respuesta falsa al reactivo 90, 0 viceversa, s¢ califica como inconsistente.) La puntuacién de laescala INVAR es el ntimero total de parejas de reactivos que se han contestado inconsistentemente. Puntua- ciones altas en la escala INVAR son una ad- vertencia de que el sujeto puede haber contes- tado los reactivos del inventario de manera indiscriminada y sugerir, por tanto, que el pro- tocolo no es valido, por lo que el periil no debe interpretarse. Laescala INVER, a diferencia dela INVAR, se compone exclusivamente de parejas de contenido ‘opuesto, En este caso la inconsistencia se califi- cade la siguiente manera: si un sujeto contesta inconsistentemente “verdadero” a los dos reactivos de ciertas parejas se agrega un punto a la pun- tuaci6n INVER, si el sujeto responde inconsisten- temente “falso” a los dos reactivos de otras parejas, se quita un punto. ‘Consecuentemente, una puntuacién INVER ‘muy alta indica la tendencia del sujeto para responder alosreactivos indiscriminadamente como “verdadero” (asentimiento) y una puntuacién INVER muy baja indica la tendencia para contestar los reactivos con “falso” (no asentimiento). (Las puntuacio- nes INVER negativas se evitan agregando una constante a la puntuacién cruda.) En otras pa- labras, puntuaciones INVER muy altas o muy bajas son una advertencia de que el sujeto puede haber contestado el inventario indiseriminadamente, por lo que el perfil puede resultar sin validez y sin posibilidad de interpretacién. Se espera que las escalas INVER ¢ INVAR complementen las escalas L, F y K, de manera singular y ttil. Por ejemplo, es mas probable que una puntuacién F alta, conjuntamente con una puntuacién INVAR alta, indique que un perfil no puede interpretarse debido a descuido, confusién, ete.; que si la puntuacién INVAR no fuera cle vada. Por otro lado, en el caso de que la pun- tuaci6n F fuera superior e INVAR no, se pue- de desechar que haya habido descuido, confu- sién, ete., y entonces la puntuacién alta de la escala F podrfa interpretarse de acuerdo con su verdadero contenido, lo que podria reflejar -opatologia real o el esfuerzo deliberado de fingirse enfermo. En otro ejemplo, una puntuacién alta en la escala K (que consiste en reactivos enfocado: casi todos, a respuesta falso) combinado con 38_© Inventario multifasico de la personalidad Minnesota-2 { MMPI-2 | una escala INVER de puntuaciones bajas, pro- bablemente refleje respuestas falso indiscriminads (no asentimiento) més facilmente que si INVER tuviera por lo menos una puntuacién promedio, en culyo caso, una interpretaci6n de la escala K de acuerdo con su contenido estaria mas justificada El uso de las escalas INVAR e INVER ain ‘esanivel experimental y debe hacerse con precauci hasta que se haya acumulado mas experiencia empirica. Mientras tanto, las puntuaciones crudas de INVER e INVAR que representan valores extremos de la muestra estadounidense, pue- den utilizarse como gufas imprecisas para identificar perfiles que se caractericen por inconsistencia significativa: puntuaciones crudas de INVER de 13 0 mas puntos y puntuaciones crudas de INVAR de cinco 0 menos puntos, 0 de 13 0 més puntos. LAS ESCALAS CLINICAS Escala I (Hs: Hipocondriasis). Esta medida se desarroll6 con un grupo de pacientes neuréticos quc mostraban preocupacién excesiva acerca de su salud, as{ como una variedad de quejas somiticas sin ninguna base orginica y que no aceptaban encontrarse bien fisicamente. Muchos de los reactivos que conforman esta escala reflejan sintomas par- ticulares 0 quejas especificas, pero muchos otros muestran una preocupacién corporal general 0 una tendencia de estos individuos a estar cen- trados en si mismos. Originalmente, la escala era considerable- mente més larga ¢ inclu‘a una escala especial de correccién para distinguir al paciente hipo- condriaco de otros pacientes psiquidtricos Subsecuentemente se acorto la escala, y una fracci6n (.5) de la puntuaci6n cruda de la es- cala K se agregé a la puntuacién cruda de la escala 1 (Hs), para sustituir a la escala original de correccién. En el MMPI-2 se quité un reactivo de la escala | debido a su contenido poco conveniente, quedando un total de 32 reactivos. Escala 2 (D: Depresin). Esta escala se desarrollé en el trabajo con pacientes psiquid- tricos que mostraban varias formas de depre- sin sintomatica, principalmente los que tenfan reacciones depresivas 0 que pasaban por un episodio maniaco-depresivo. Los reactivos que conforman esta escala reflejan no s6lo los sen- timientos de desesperanza, pesimismo y des- esperacién que caracterizan el estado clinica de los individuos deprimidos, sino también carac- terfsticas basicas de personalidad de responsa- bilidad excesiva, normas personales estrictas y tendencia a sentirse frecuentemente culpable La escala original desarrollada por Hathaway y McKinley contenfa 60 reactivos; en el MMPI-2 seeliminaron tres reactivos por contenido cuestio- nable, dejando un total de 57 reactivos. En el Apéndice C se listan dos conjuntos de subescalas para estas medidas; una division en subescalas obvias y sutiles desarrolladas por Wiener y Harmon (1946), y un conjunto de cinco freas de contenido identificadas por Harris y Lingoes (1955): depresi6n subjetiva, retardo psicomotor, mal funcionamiento fisico, torpeza imental y aprensiGn. La nen términos obvios yssutiles de las primeras escalas, fue planteada por algunos investigadores por ser particular: mente ttil en la evaluacién del impacto de las diferentes actitudes al contestar la prueba en las puntuaciones de la escala 2. El conteni- do de los grupos de reactivos provee una base para evaluar las diversas razones especi fieas para que se presenten elevaciones mode- tadas en esta escala (véase McCall, 1958). Escala 3 (Hi: Histeria). Esta escala fue ‘construida con pacientes que exhibfan algin tipo de trastorno sensorial © motor, para el cual no fa establecer ninguna base organica. Al- inos de los 60 reactivos componentes de la ieba reflejan dichas quejas fisicas 0 desér- sespecificos, pero muchos otros involucran negacién de problemas en la vida personal o la Como interpretar el MMPL2 © 39 falta de ansiedad social frecuentemente observa- daeen individuos con estas defensas. Los reactivos de la escala 3 también estan divididos en los componentes sutiles y obvios de Wiener-Harmon y en las cinco dreas de con- tenido de Harris-Lingoes: negacién de ansie- dad social, necesidad de afecto, abandono-malestar, dolenciz somética ¢ inhibicién de la agresién (véase Apéndice C). Asi como con la escala 2, estas subescalas son titiles en la interpretacién de las elevaciones en la escala 3 y en la deter- minaci6n del efecto de actitudes especiales para contestar la prueba, sobre estas puntuaciones. Escala 4 (Dp: Desviacién psicopatiea). Esta medida fue desarrollada con individuos que fueron referidos a un servicio psiquidtrico para aclarar por qué tenfan constantes dificultades con la ley, a pesar de no haber sufrido priva- cién cultural, de poseer inteligencia normal y estar relativamente libres de desGrdenes neurdticos 0 psicéticos serios. Algunos reactivos en esta escala involucran la propensi6n de estas per- sonas a reconocer este tipo de problemas; otros reactivos reflejan su falta de interés por la ma- yoria de las normas sociales y morales de con- ducta. Hay 50 reactivos en la escala 4; en el peril estdndar, una fraccién (.4) de la puntua- cin cruda de la escala K se agrega a la pun- tuaci6n cruda de la escala 4. El Apéndice C proporciona tanto las subescalas obvio y sutil de Wiener-Harmon para la escala 4, como las 5 subescalas de contenido de Harris- Lingoes: discordias familiares, problemas de auto- ridad, imperturbabilidad social, alienacién social, y alienacién personal. (Debe notarse que la lista original de reactivos en las subescalas Harris-Lingoes se bas6 en una version prelimi- nar de la escala 4 y contenia reactivos que no aparecfan de hecho en la forma final de la es- cala. Las listas en este Manual excluyen dichos Teactivos.) Escala 5 (Mf: Masculinidad-femineidad). Esta escala fue construidacon varones que buscaron ayuda psiquidtrica para controlar sus sentimientos

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