Drogas, trabajo, sexo, cigarro, refresco, juegos, internet, celulares, antro, etc.
¿cuántos tipos de adicciones conoces?... alguna vez te has preguntado ¿cuál es
el origen de la adicción?, ¿por qué alguien podría convertirse en un
“adicto(a)”?, y algo más: ¿sabías que todos, absolutamente TODOS tenemos
algún tipo de adicción?... así es, tú y yo somos adictos, solo que aún no lo
sabemos pero pronto lo descubriremos…
¿Te has identificado con alguna de las adicciones antes mencionadas?, ¿te
interesa saber porqué surgen?, pues bien, hay quienes dicen que lo que lleva a
desarrollar una adicción es el hecho de tener vacíos en nuestra infancia, otros
mencionan que es una predisposición genética y algunas más aseguran que es
el nivel de resiliencia que tenemos lo que determina (o influye) para que una
persona desarrolle una adicción.
¿Cuál de ellos está en lo correcto?, todos de alguna manera lo están, depende
del tipo de adicción, del contexto, sus razones, la bioquímica del organismo y lo
que esté influyendo para que esta se detone.
Sin embargo, generalmente, cuando uno se vuelve adicto a algo o alguien es
porque hay un vacío en nuestra existencia que aun no hemos concientizado (o
aceptado) y lo suplimos con algo –o alguien- más. Las heridas, carencias,
emociones reprimidas y los resentimientos son algunos de esos vacíos que nos
hacen susceptibles a las adicciones. La carencia afectiva en edades tempranas,
marca de manera importante la historia de la persona, ya que va más allá al
provocar que reprima sus emociones hasta ignorar por completo las mismas.
Puede ser que durante nuestra infancia nuestros padres no fueron los
proveedores de afecto que nosotros necesitábamos y sin darnos cuenta, a
través del trabajo arduo encontramos esa satisfacción que tanto nos hacía
falta, solo que no lo concientizamos y además lo adoptamos en nuestra vida y
hoy de adultos ya no sabemos vivir sin el trabajo, sin esa adrenalina que solo el
trabajo nos brinda.