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LA INVESTIGACION
ACTIVIDAD 5
PROYECTO FINAL
TEMA: LA DESIGUALDAD
EN ESTUDIANTES DE
NIVEL SUPERIOR EN
MÉXICO DURANTE LA
PANDEMIA POR COVID-19.
CARRERA: ADMINISTRACION
DE EMPRESAS
MAESTRO: RICARDO TAPIA
MANCILLA
ALUMNA: DARINKA JOANNA
MONTZERRAT CARMONA
ESPARZA
Contenido
Introducción..........................................................................................................................2
Etapa 1. Panorama global. Investigación documental y de campo........................................3
Síntesis del marco teórico:....................................................................................................3
Planteamiento del problema:................................................................................................6
Contexto general y justificación:...........................................................................................6
Explicar y ejemplificar por qué se considera un problema:...................................................8
Objetivo:..............................................................................................................................10
Explicar los beneficios a obtener si se aborda, resuelve o mejora:......................................10
Selección de metodología:..................................................................................................11
¿Cómo se vinculan tus conocimientos y habilidades en torno a la metodología de la
investigación, con el estudio de este problema o situación?..............................................12
Etapa 3. Propuesta de mejora.............................................................................................12
Conclusión:..........................................................................................................................14
Bibliografías en APA.............................................................................................................15
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Introducción
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países de África (Gilbert et al., 2020) y América Latina y Caribe (CEPAL,
2020). Una respuesta precoz por parte de sus gobernantes al igual que una
ayuda externa coordinada, permitirían paliar escenarios de pobreza y
subdesarrollo acrecentados. Ante todas estas circunstancias, el derecho a
una educación basada en criterios mínimos de igualdad y calidad para
todos y todas puede verse fuertemente perjudicado. Ante esta situación,
desde el punto de vista social y educativo, surgen una serie de preguntas
en relación con el rendimiento educativo durante la pandemia, o lo referente
a mantener activos los valores y principios pedagógicos y sociales de la
escuela inclusiva, o la siempre necesidad de reivindicar, desde una posición
crítica y activa pedagógica y políticamente hablando, de la exigencia moral
y como sociedad de garantizar la equidad educativa. Las consecuencias del
Covid-19 atentan directamente contra el derecho a la educación. Y es que
no podemos olvidar que el derecho a la educación no es solo garantizar el
acceso a la instrucción (ahora online), sino el derecho a una educación de
calidad, con procesos inclusivos que garanticen la igualdad de
oportunidades real y no solo formal, porque la igualdad real potencia la
justicia social (García-Gómez, 2018). A pesar de la gran producción,
análisis, información, e intoxicación sobre el COVD-19 en estos tiempos,
desde un punto de vista formal y científico, responder a los interrogantes
antes planteados no es fácil, ni sencillo ni tampoco breve.
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enfrentado. Ante este panorama, cabe la pregunta: ¿qué tipo de ventajas y
desventajas surgen con la educación a distancia? Y para responder, se
ofrece una breve perspectiva con respecto a lo detectado, a través del
informe, análisis y reflexiones de las múltiples deficiencias enfrentadas por
el estudiantado de educación superior.
En México, como en otros países, debido a la emergencia sanitaria, se optó
por el cierre de espacios públicos y privados, así como de las escuelas de
todos los niveles educativos; esto develó desigualdades sociales, violencia,
inequidad y exclusión (Zabalgoitia, 2020). Para continuar con las clases, se
implementó la educación a distancia, a través de plataformas y programas
educativos, mostrando las grandes brechas de desigualdades
socioculturales y económicas que existen en el país, debido a que no todo
el estudiantado cuenta con los medios y recursos para trabajar de esta
manera, aunado a la dificultad o reto que esto significa. Uno de los
principales desafíos del profesorado y estudiantado se encuentra en el uso,
manejo y acceso a las tecnologías de la información y la comunicación
(TIC), las tecnologías del aprendizaje y el conocimiento (TAC) y las
tecnologías del empoderamiento y la participación (TEP) (Mendoza, 2020).
No es sorpresa que, en un país tan desigual como México (Lera, Martínez,
Ochoa y Rivas, 2017), queden al descubierto las desigualdades
socioculturales y económicas ante la pandemia, con profundas y marcadas
diferencias entre el estudiantado, que persisten en la segregación
educativa.
Aunque se podría pensar que el nivel superior tendría las condiciones
necesarias para la educación a distancia –debido a su antigüedad, sobre
todo en los niveles de posgrado (Besabe, 2007)–, la pandemia de la
desigualdad le añadió un grado de complejidad a la educación superior.
Esto se debe a que la modalidad virtual enfrenta serias limitaciones,
dificultades y cuestionamientos éticos, sobre todo en la ‘equidad’ del
modelo. Entre los factores que condicionan el acceso a una educación de
calidad en línea están la clase social, la etnia, el género, la ubicación y el
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espacio geográfico, así como el tipo de institución educativa a la cual
pertenecen.
Las consecuencias del SARS-CoV-2 (COVID19), especialmente en el
sector educativo, “demuestran que tanto profesores como estudiantes se
han visto forzados a entrar en una dinámica no planificada y asumir retos
con la impartición de clases de manera no presencial” (Jiménez y Ruiz,
2021, p. 3).
Para garantizar el servicio educativo, las instituciones se apoyan en las
tecnologías con la finalidad de entablar comunicación con el estudiantado;
esto ha dado paso a utilizar ampliamente las redes sociales, como
WhatsApp, Telegram, Skype, por mencionar algunas. “También la utilidad
de otras plataformas digitales, como Google Classroom, Zoom y Microsoft
Teams, que se han ido incorporando durante el proceso” (Dussel, Ferrante
y Pulfer, 2020, p. 3). Cabe señalar que, después de esta experiencia, la
aceleración de la digitalización debe ser fortalecida en todos los niveles
educativos, particularmente en la educación superior, a través de la
incorporación tecnológica en los planes de estudio que conlleve a otro tipo
de prácticas educativas, donde las instituciones dialoguen con lo
emergente, sin olvidar los lazos afectivos creados por la educación
presencial.
A causa de la pandemia educativa, el profesorado dejó el aula tradicional,
que durante décadas fue su hogar, para convertirse, de manera obligada,
en usuarios de las herramientas tecnológicas y con el compromiso de
interactuar a distancia con sus estudiantes y los demás docentes; además
de atender las cuestiones personales del confinamiento, sus implicaciones
económicas, de salud y socioafectivas (Sánchez et al., 2020).
Asimismo, todavía hay un camino por recorrer, pues el mismo estudiantado
prefiere las clases presenciales porque las considera mejores para
continuar con su aprendizaje (Instituto Nacional de Estadística y Geografía
[Inegi], 2021). Además, de esta manera no se hacen evidentes las
desigualdades, evidenciadas por las clases en línea. Por ello, se sugiere a
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las universidades organizar, cuando las condiciones lo permitan, una
reapertura inclusiva, que demuestre y considere los rezagos acumulados en
el proceso enseñanza-aprendizaje durante la contingencia.
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los profesores, pues hay estudiantes que no cuentan ni con teléfono celular
ni con televisión.
“La tercera parte de las familias tiene una computadora, pero a veces se
debe compartir con varios estudiantes o incluso con sus padres”, comentó
María Elena Estavillo, presidenta de Conectadas Mx, una red de mujeres
que promueve la igualdad en los sectores de telecomunicaciones y
tecnologías de la información.
Sobre esta misma línea, la educadora Maygori Antonio Yáñez coincide: de
sus 27 alumnos de preescolar en el municipio de Ixtapaluca en el Estado de
México, 55% han tenido problemas de conectividad por falta de dispositivos
o porque sus padres no tienen posibilidad de pagar internet o realizar
recargas. En esos casos la clase se da vía telefónica, pero es muy
complicado para niños de preescolar.
Según una encuesta de 2020 de la Universidad Iberoamericana y la
UNICEF, en México, el 78.6% de las personas reportaron dificultades para
continuar con la educación de niños y adolescentes en casa, debido a que
el 48.5% carece de computadoras e internet y el 31.4% carece de apoyo
por parte de las y los maestros.
De acuerdo a una encuesta realizada por la Asociación de Internet MX, los
Estados que más pobreza concentran son también los que menos conexión
a internet tienen; tal es el ejemplo de Guerrero, Oaxaca y Chiapas;
seguidos de Veracruz, Tabasco y Campeche. Tan solo en Chiapas, el 45%
de las niñas y niños de comunidades de escasos recursos han
abandonado sus estudios debido a la falta de recursos económicos de su
familia y al rezago tecnológico en el que se encuentran, como la falta de luz
o internet para estudiar en casa.
Pablo César Hernández, experto en educación y nuevas tecnologías de la
Universidad Autónoma Metropolitana, afirma que “las desigualdades en el
acceso a la tecnología perpetúan las brechas, el desarrollo humano, y
condenan a un porcentaje importante de la población a vivir en pobreza.”
Pues incluso a pesar de que el programa de Aprender en Casa continúa a
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través de la señal televisiva, muchos estudiantes ni siquiera tienen acceso a
una televisión para poder seguir con sus clases, sin mencionar que solo el
47.7% de las zonas rurales en México tienen acceso a internet..
Por otro lado, cifras del INEGI muestran que más de 16 millones de hogares
no tienen conexión a internet, mientras que un informe del
CONEVAL publicado en 2018 expone que de las más de 226.000 escuelas
públicas del país el 66,1% tiene energía eléctrica y el internet solo llega al
22,7% de ellas, un total de 51.387.
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Debido a esto, no pueden acceder a las clases emitidas por la radio ni
televisión o cualquier medio digital.
Un ejemplo es Venezuela, donde el Observatorio Nacional de Servicios
Públicos publicó en junio de 2019, incluso antes de la pandemia, que solo el
75% de la población tenía acceso ininterrumpido a electricidad, y 54% de la
población consultada informó de apagones continuos y diarios. Además de
lo anterior la carencia de servicios dificulta el desempeño de los maestros.
De acuerdo con cifras suministradas por la Agencia Anadolu, durante la
última semana de abril del año pasado, el 30% de los estudiantes ubicados
específicamente en zonas indígenas, rurales y fronterizas del interior del
país, seguían al margen de la modalidad de educación a distancia.
Además de las fallas eléctricas, se suman las dificultades de conectividad y
el agravamiento de la crisis económica, que ha obligado a muchos de los
alumnos, sobre todo en la etapa de educación básica secundaria y media, a
dejar sus estudios para trabajar y ayudar en el hogar, lo cual va a influir en
el porcentaje de deserción escolar.
Los programas gubernamentales de educación a distancia dependen de la
conectividad y del acceso a las plataformas tradicionales, por eso desde el
cierre de las escuelas, la situación se ha visto condicionada al dominio de
dispositivos tecnológicos, sin embargo, el 39% de los hogares no tienen
acceso a internet, de acuerdo con un informe del Monitor Global de
Educación de la UNESCO, publicado en mayo del 2020. Cabe aclarar que
este estudio solo consideró a los países que decretaron el cierre nacional
de sus escuelas como por ejemplo Bolivia, Paraguay, Brasil y México.
El informe reporta que más de un tercio de los estudiantes matriculados no
pueden acceder a la educación virtual, debido a que más del 60% de las
opciones de aprendizaje a distancia (de todo el mundo) dependen
exclusivamente de plataformas en línea. “Estos estudiantes, la mayoría de
las veces de hogares rurales o de bajos ingresos, están excluidos de facto
de las alternativas nacionales de aprendizaje en línea durante los períodos
de confinamiento”, señala la publicación.
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Un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe,
sobre los efectos económicos y sociales de la COVID-19, afirma que las
instituciones educativas carecen de infraestructura tecnológica y digital
necesarias, y esto no garantiza el éxito en los procesos de enseñanza.
Objetivo:
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continuar con la actualización continua de sus conocimientos pedagógicos y
digitales.
Selección de metodología:
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¿Cómo se vinculan tus conocimientos y habilidades en torno a la
metodología de la investigación, con el estudio de este problema o
situación?
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Planificación y capacitación del personal: cursos de acción para blindaje;
división del trabajo entre áreas; estrategias y herramientas para que los
docentes se mantengan en contacto conjuntamente, en general, para
obtener ayuda común; e informes breves y básicos sobre los avances del
aprendizaje a partir de nuevas tecnologías ya conocidas por la comunidad
académica. Numerosos establecimientos educativos tenían planes para
utilizar la innovación en los procesos de enseñanza aprendizaje, sin
embargo, el episodio de COVID-19 ha implicado que los cambios planeados
para implementarse a largo y mediano plazo, tal vez durante meses o años,
debieron actualizarse en un par de días.
Por la actual situación y por el trabajo que educativo el docente se involucra
en el plan educativo y en su implementación, se puede percibir varios
grados de solidificación curricular en la gestión académica. En el momento
en que una propuesta llega al docente, comienza un procedimiento que
creará alteraciones, que dependerán de la realidad o entorno en la que se
ejecutará, los educadores reconocen esto, el arreglo curricular, didáctico, el
trabajo educativo de la nueva aula y de la estructura institucional de forma
remota.
Desde otro enfoque, diversos y cambiantes procesos institucionales surgen
de una propuesta nada similar a la tradicional cuyos resultados serán
notables y no exactamente iguales entre sí. Hasta llegar a este nivel, el plan
educativo presenta varios grados de endurecimiento curricular.
La pandemia que intentamos conquistar nos llama a la consideración, al
reconocimiento del fin de las garantías de avance en educación; sin
embargo, también nos desafía en nuestro lugar en la humanidad, en la
proposición de considerar posibles futuros construidos con investigación y
educación dialógica. Estos son tiempos complejos, pero son ideales para
repensar nuevas formas y condiciones sociales, culturales, emocionales y
educativas, para innovar, para que nos permitan avanzar en diferentes
escenarios que harán historias sobre cómo el mundo ha cambiado, y que
cambios debemos esperar en el corto y mediano plazo.
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Se necesita historias donde la innovación y la capacidad de recuperación se
recobren los futuros encuentros concebibles de vivir en una mayor
solidaridad y condiciones más atractivas. Las premisas de las fechas
actuales también abren el frenesí y la desensibilización, sin embargo,
superan cada una de las pruebas para las personas que, desde la
educación, milita para restablecer lo que nos hace humanos, para recuperar
la afectividad como fin, los momentos solitarios para la reflexión, como un
deber íntegro de ejemplo para las nuevas generaciones y sus destinos
rizomáticos, donde el final y el comienzo no son, ese punto fijo singular sino
el accionar positivo multiplicable.
Este punto de vista de la diversidad de destinos relacionados, además,
impulsa a superar el pasado y aplastar la linealidad actual; sin embargo,
como humano, se desestabiliza ante puntos de vista sociales y educativos
trágicos que viven familias a causa de la crisis.
No se puede volver del aislamiento como si nada hubiera acontecido. La
experiencia nunca pasará desapercibida, independientemente de si se la
deja desaparecer en el ideario emotivo de esta era, la voz interior de las
manifestaciones, individuales y grupales, debe hacer a muchos
responsables. Es entonces cuando la moral del cuidado se complementa
con la integridad del deber. Pensar en retrospectiva, a partir de una
corriente que parece ser extraordinaria, que lleva a explorar como lo hace
un educador, el investigador, buscando huellas y asperezas en el tiempo,
de pautas y énfasis en la innovación. Esos signos están presentes en la
planificación a todo nivel.
Conclusión:
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relación con sus circunstancias de origen. Así pues, es necesario
implementar políticas públicas enfocadas al sistema educativo que lleven a
un acceso justo, donde el esfuerzo de las personas sea el origen de las
diferencias de resultados.
También veo en la necesidad de resaltar la importancia de la asignatura
metodología de investigación en la formación investigativa del estudiante
universitario pues creo que potencia el pensamiento crítico y reflexivo para
demostrar los conocimientos adquiridos en la trayectoria académica que
conduce a producir una investigación científica en la solución de un
problema presente en el contexto social, facilita las herramientas para la
planificación, ejecución y divulgación de cualquier investigación o proceso
dirigido a la obtención de nuevos conocimientos.
Bibliografías en APA
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