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MATERIA: METODOLOGIA DE

LA INVESTIGACION
ACTIVIDAD 5
PROYECTO FINAL
TEMA: LA DESIGUALDAD
EN ESTUDIANTES DE
NIVEL SUPERIOR EN
MÉXICO DURANTE LA
PANDEMIA POR COVID-19.

CARRERA: ADMINISTRACION
DE EMPRESAS
MAESTRO: RICARDO TAPIA
MANCILLA
ALUMNA: DARINKA JOANNA
MONTZERRAT CARMONA
ESPARZA
Contenido
Introducción..........................................................................................................................2
Etapa 1. Panorama global. Investigación documental y de campo........................................3
Síntesis del marco teórico:....................................................................................................3
Planteamiento del problema:................................................................................................6
Contexto general y justificación:...........................................................................................6
Explicar y ejemplificar por qué se considera un problema:...................................................8
Objetivo:..............................................................................................................................10
Explicar los beneficios a obtener si se aborda, resuelve o mejora:......................................10
Selección de metodología:..................................................................................................11
¿Cómo se vinculan tus conocimientos y habilidades en torno a la metodología de la
investigación, con el estudio de este problema o situación?..............................................12
Etapa 3. Propuesta de mejora.............................................................................................12
Conclusión:..........................................................................................................................14
Bibliografías en APA.............................................................................................................15

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Introducción

El brote de Covid-19, causado por el virus SARS-CoV-2 con origen en la


ciudad de Wuhan, provincia china de Hubei, ha desencadenado desde
diciembre de 2019 una pandemia mundial con consecuencias
extraordinariamente difíciles para todos los sectores, con especial
problemática para el sanitario y el económico (McKibbin y Fernando, 2020).
La virulencia de este fenómeno, ya mundial, hace que el reto se acreciente
más si cabe en los casos con mayor grado de vulnerabilidad. Hablamos de
personas con bajos recursos económicos, incluso sin hogar, aquellas que
no disponen de empleo o que lo han perdido durante la pandemia,
comunidades excluidas de manera regular, el colectivo migrante, personas
con diversidad funcional, etc. (Berger et al., 2020). Ofrecer una respuesta
adecuada requerirá un esfuerzo político y social a gran escala y multinivel
para paliar situaciones complejas y de acuciante desigualdad. El Covid-19
va a evaluar la capacidad de reacción de los países desde una perspectiva
nacional, pero también la cooperación desde una perspectiva internacional.
La cohesión social va a estar determinada por la respuesta a la presión de
los sistemas de protección social basados en la trayectoria de las
decisiones de la política de cada país y la capacidad de actuar de manera
responsable y generosa del ente macropolítico y macroeconómico actual
(Dayrit y Mendoza, 2020). En el caso de la Unión Europea, ésta se enfrenta
a un gran reto teniendo que ofrecer una respuesta de mayor coordinación y
eficacia que la demostrada ante anteriores fenómenos coyunturales como la
crisis financiera mundial de 2008 o la crisis migratoria irregular que está
presente en el continente desde 2015. La colaboración a nivel mundial entre
grandes instituciones como Naciones Unidas, el G20, la OMS, el Fondo
Monetario Internacional, la Unión Africana y otras autoridades de terceros
países será crucial (Jones et al., 2020). Por otro lado, en zonas geográficas
que en nada tienen que ver con lo que ocurre en el primer mundo, el Covid-
19 puede llegar a generar consecuencias fatales. Son los casos de ciertos

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países de África (Gilbert et al., 2020) y América Latina y Caribe (CEPAL,
2020). Una respuesta precoz por parte de sus gobernantes al igual que una
ayuda externa coordinada, permitirían paliar escenarios de pobreza y
subdesarrollo acrecentados. Ante todas estas circunstancias, el derecho a
una educación basada en criterios mínimos de igualdad y calidad para
todos y todas puede verse fuertemente perjudicado. Ante esta situación,
desde el punto de vista social y educativo, surgen una serie de preguntas
en relación con el rendimiento educativo durante la pandemia, o lo referente
a mantener activos los valores y principios pedagógicos y sociales de la
escuela inclusiva, o la siempre necesidad de reivindicar, desde una posición
crítica y activa pedagógica y políticamente hablando, de la exigencia moral
y como sociedad de garantizar la equidad educativa. Las consecuencias del
Covid-19 atentan directamente contra el derecho a la educación. Y es que
no podemos olvidar que el derecho a la educación no es solo garantizar el
acceso a la instrucción (ahora online), sino el derecho a una educación de
calidad, con procesos inclusivos que garanticen la igualdad de
oportunidades real y no solo formal, porque la igualdad real potencia la
justicia social (García-Gómez, 2018). A pesar de la gran producción,
análisis, información, e intoxicación sobre el COVD-19 en estos tiempos,
desde un punto de vista formal y científico, responder a los interrogantes
antes planteados no es fácil, ni sencillo ni tampoco breve.

Etapa 1. Panorama global. Investigación documental y de campo

Síntesis del marco teórico:


A causa de la pandemia originada por SARSCoV-2 (COVID-19), el mundo
ha sufrido diversos estragos y desafíos, especialmente en el campo
educativo (Sánchez et al., 2020). Las aulas quedaron deshabilitadas desde
hace más de un año, y en todo este tiempo se ha podido observar la
desigualdad educativa en México; además de las afectaciones en el
aprendizaje del estudiantado, debido a los retos y las dificultades que ha

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enfrentado. Ante este panorama, cabe la pregunta: ¿qué tipo de ventajas y
desventajas surgen con la educación a distancia? Y para responder, se
ofrece una breve perspectiva con respecto a lo detectado, a través del
informe, análisis y reflexiones de las múltiples deficiencias enfrentadas por
el estudiantado de educación superior.
En México, como en otros países, debido a la emergencia sanitaria, se optó
por el cierre de espacios públicos y privados, así como de las escuelas de
todos los niveles educativos; esto develó desigualdades sociales, violencia,
inequidad y exclusión (Zabalgoitia, 2020). Para continuar con las clases, se
implementó la educación a distancia, a través de plataformas y programas
educativos, mostrando las grandes brechas de desigualdades
socioculturales y económicas que existen en el país, debido a que no todo
el estudiantado cuenta con los medios y recursos para trabajar de esta
manera, aunado a la dificultad o reto que esto significa. Uno de los
principales desafíos del profesorado y estudiantado se encuentra en el uso,
manejo y acceso a las tecnologías de la información y la comunicación
(TIC), las tecnologías del aprendizaje y el conocimiento (TAC) y las
tecnologías del empoderamiento y la participación (TEP) (Mendoza, 2020).
No es sorpresa que, en un país tan desigual como México (Lera, Martínez,
Ochoa y Rivas, 2017), queden al descubierto las desigualdades
socioculturales y económicas ante la pandemia, con profundas y marcadas
diferencias entre el estudiantado, que persisten en la segregación
educativa.
Aunque se podría pensar que el nivel superior tendría las condiciones
necesarias para la educación a distancia –debido a su antigüedad, sobre
todo en los niveles de posgrado (Besabe, 2007)–, la pandemia de la
desigualdad le añadió un grado de complejidad a la educación superior.
Esto se debe a que la modalidad virtual enfrenta serias limitaciones,
dificultades y cuestionamientos éticos, sobre todo en la ‘equidad’ del
modelo. Entre los factores que condicionan el acceso a una educación de
calidad en línea están la clase social, la etnia, el género, la ubicación y el

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espacio geográfico, así como el tipo de institución educativa a la cual
pertenecen.
Las consecuencias del SARS-CoV-2 (COVID19), especialmente en el
sector educativo, “demuestran que tanto profesores como estudiantes se
han visto forzados a entrar en una dinámica no planificada y asumir retos
con la impartición de clases de manera no presencial” (Jiménez y Ruiz,
2021, p. 3).
Para garantizar el servicio educativo, las instituciones se apoyan en las
tecnologías con la finalidad de entablar comunicación con el estudiantado;
esto ha dado paso a utilizar ampliamente las redes sociales, como
WhatsApp, Telegram, Skype, por mencionar algunas. “También la utilidad
de otras plataformas digitales, como Google Classroom, Zoom y Microsoft
Teams, que se han ido incorporando durante el proceso” (Dussel, Ferrante
y Pulfer, 2020, p. 3). Cabe señalar que, después de esta experiencia, la
aceleración de la digitalización debe ser fortalecida en todos los niveles
educativos, particularmente en la educación superior, a través de la
incorporación tecnológica en los planes de estudio que conlleve a otro tipo
de prácticas educativas, donde las instituciones dialoguen con lo
emergente, sin olvidar los lazos afectivos creados por la educación
presencial.
A causa de la pandemia educativa, el profesorado dejó el aula tradicional,
que durante décadas fue su hogar, para convertirse, de manera obligada,
en usuarios de las herramientas tecnológicas y con el compromiso de
interactuar a distancia con sus estudiantes y los demás docentes; además
de atender las cuestiones personales del confinamiento, sus implicaciones
económicas, de salud y socioafectivas (Sánchez et al., 2020).
Asimismo, todavía hay un camino por recorrer, pues el mismo estudiantado
prefiere las clases presenciales porque las considera mejores para
continuar con su aprendizaje (Instituto Nacional de Estadística y Geografía
[Inegi], 2021). Además, de esta manera no se hacen evidentes las
desigualdades, evidenciadas por las clases en línea. Por ello, se sugiere a

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las universidades organizar, cuando las condiciones lo permitan, una
reapertura inclusiva, que demuestre y considere los rezagos acumulados en
el proceso enseñanza-aprendizaje durante la contingencia.

Etapa 2. Definición del problema

Planteamiento del problema:

La pandemia del COVID-19 ha impactado negativamente en México sin


precedentes, afectando la educación superior universitaria. Los centros
educativos fueron cerrados por la cuarentena ante la emergencia sanitaria
de manera imprevista e inevitable. Como respuesta, la educación no
presencial en línea se implementó como la estrategia de enseñanza y
aprendizaje.
La pandemia ha demostrado qué tan eficiente puede llegar a ser la
educación a distancia, pues se han creado plataformas educativas y clases
virtuales como opción para continuar con la educación desde casa y evitar
un rezago educativo aún mayor del que existía antes del Covid-19. Sin
embargo, hay varios alumnos que no pueden acceder a estudiar de forma
remota.
A pesar de que en la última década el acceso a internet creció más del
doble, los problemas de conectividad han abierto la brecha educativa. De
acuerdo con la UNESCO, en México, 24.84% de los estudiantes de entre 7
y 17 años no tiene acceso a internet y 4.47% no cuenta con televisión, por
lo que no pueden estudiar a distancia durante la pandemia.

Contexto general y justificación:

De acuerdo con Juan Luis Luna, director de la secundaria 157, ubicada en


Coyoacán, en la Ciudad de México, en lo que va del ciclo escolar de este
año, una tercera parte de sus alumnos no tiene comunicación constante con

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los profesores, pues hay estudiantes que no cuentan ni con teléfono celular
ni con televisión.
“La tercera parte de las familias tiene una computadora, pero a veces se
debe compartir con varios estudiantes o incluso con sus padres”, comentó
María Elena Estavillo, presidenta de Conectadas Mx, una red de mujeres
que promueve la igualdad en los sectores de telecomunicaciones y
tecnologías de la información.
Sobre esta misma línea, la educadora Maygori Antonio Yáñez coincide: de
sus 27 alumnos de preescolar en el municipio de Ixtapaluca en el Estado de
México, 55%  han tenido problemas de conectividad por falta de dispositivos
o porque sus padres no tienen posibilidad de pagar internet o realizar
recargas. En esos casos la clase se da vía telefónica, pero es muy
complicado para niños de preescolar.
Según una encuesta de 2020 de la Universidad Iberoamericana y la
UNICEF, en México, el 78.6% de las personas reportaron dificultades para
continuar con la educación de niños y adolescentes en casa, debido a que
el 48.5% carece de computadoras e internet y el 31.4% carece de apoyo
por parte de las y los maestros.
De acuerdo a una encuesta realizada por la Asociación de Internet MX, los
Estados que más pobreza concentran son también los que menos conexión
a internet tienen; tal es el ejemplo de Guerrero, Oaxaca y Chiapas;
seguidos de Veracruz, Tabasco y Campeche. Tan solo en Chiapas, el 45%
de las niñas y  niños de comunidades de escasos recursos han
abandonado sus estudios debido a la falta de recursos económicos de su
familia y al rezago tecnológico en el que se encuentran, como la falta de luz
o internet para estudiar en casa.
Pablo César Hernández, experto en educación y nuevas tecnologías de la
Universidad Autónoma Metropolitana, afirma que “las desigualdades en el
acceso a la tecnología perpetúan las brechas, el desarrollo humano,  y
condenan a un porcentaje importante de la población a vivir en pobreza.”
Pues incluso a pesar de que el programa de Aprender en Casa continúa a

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través de la señal televisiva, muchos estudiantes ni siquiera tienen acceso a
una televisión para poder seguir con sus clases, sin mencionar que solo el
47.7% de las zonas rurales en México tienen acceso a internet.. 
Por otro lado, cifras del INEGI muestran que más de 16 millones de hogares
no tienen conexión a internet, mientras que un informe del
CONEVAL publicado en 2018 expone que de las más de 226.000 escuelas
públicas del país el 66,1% tiene energía eléctrica y el internet solo llega al
22,7% de ellas, un total de 51.387. 

Explicar y ejemplificar por qué se considera un problema:

A causa de la pandemia, las clases presenciales fueron suspendidas,


trayendo a flote estrategias de educación a distancia. En México, la
Secretaría de Educación Pública (SEP) hizo uso de clases por televisión
con programas como Aprende en Casa, y por la radio con la
implementación de la Estrategia Radiofónica para Comunidades y Pueblos
Indígenas, además de contenido en internet, cuadernillos y libros de texto
gratuitos, con lo que podría pensarse que se garantizó el derecho a la
educación a la población.
Sin embargo, es importante tener en mente la desigualdad de
oportunidades que esto supone. Por un lado, un estudiante que cuenta con
recursos como una computadora o un dispositivo móvil y una conexión a
internet tiene mayor posibilidad de recibir clases sincrónicas, lo que le
proporciona un escenario con mayor interacción entre alumnos-profesores
con resultados similares a las clases presenciales. Por otro lado, existen
estudiantes que carecen de dispositivos, recursos económicos y
herramientas suficientes para llevar a cabo sus clases, lo que puede
impactar negativamente en la calidad de los aprendizajes e incluso ser un
factor decisivo para continuar estudiando.
En América Latina, la situación de muchos países es de pobreza casi
extrema, pues carecen de recursos básicos, y por ende de electricidad. 

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Debido a esto,  no pueden acceder a las clases emitidas por la radio ni
televisión o cualquier medio digital. 
Un ejemplo es Venezuela, donde el Observatorio Nacional de Servicios
Públicos publicó en junio de 2019, incluso antes de la pandemia, que solo el
75% de la población tenía acceso ininterrumpido a electricidad, y 54% de la
población consultada informó de apagones continuos y diarios. Además de
lo anterior la carencia de servicios dificulta el desempeño de los maestros. 
De acuerdo con cifras suministradas por la Agencia Anadolu, durante la
última semana de abril del año pasado,  el 30% de los estudiantes ubicados
específicamente en zonas indígenas, rurales y fronterizas del interior del
país, seguían al margen de la modalidad de educación a distancia.
Además de las fallas eléctricas, se suman las dificultades de conectividad y
el agravamiento de la crisis económica, que ha obligado a muchos de los
alumnos, sobre todo en la etapa de educación básica secundaria y media, a
dejar sus estudios para  trabajar y ayudar en el hogar, lo cual va a influir en
el porcentaje de deserción escolar.
Los programas gubernamentales de educación a distancia dependen de la
conectividad y del acceso a las plataformas tradicionales, por eso desde el
cierre de las escuelas, la situación se ha visto condicionada al dominio de
dispositivos tecnológicos, sin embargo, el 39% de los hogares no tienen
acceso a internet, de acuerdo con un informe del Monitor Global de
Educación de la UNESCO, publicado en mayo del 2020.  Cabe aclarar que
este estudio solo consideró a los países que decretaron el cierre nacional
de sus escuelas como por ejemplo Bolivia, Paraguay, Brasil y México. 
El informe reporta que más de un tercio de los estudiantes matriculados no
pueden acceder a la educación virtual, debido a que más del 60% de las
opciones de aprendizaje a distancia (de todo el mundo) dependen
exclusivamente de plataformas en línea. “Estos estudiantes, la mayoría de
las veces de hogares rurales o de bajos ingresos, están excluidos de facto
de las alternativas nacionales de aprendizaje en línea durante los períodos
de confinamiento”, señala la publicación.

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Un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe,
sobre los efectos económicos y sociales de la COVID-19, afirma que las
instituciones educativas carecen de infraestructura tecnológica y digital
necesarias, y esto no garantiza el éxito en los procesos de enseñanza.

Objetivo:

El objetivo de este estudio es, a través de una investigación exploratoria,


ofrecer una perspectiva sobre la desigualdad de estudiar el nivel superior en
México durante la pandemia por covid-19 y sus posibles consecuencias
educativo-sociales en México a través de las percepciones de informantes
clave.

Explicar los beneficios a obtener si se aborda, resuelve o mejora:

La pandemia nos ha llevado a reconsiderar nuestro sistema educativo,


redirigir los métodos educativos, promover los valores, la equidad educativa
y atender la brecha educativa de los alumnos y de los docentes. De igual
forma, ha exigido corresponsabilidad entre padres de familia y docentes.
Esta nueva normalidad en cuanto al estudio de los niños, niñas,
adolescentes y jóvenes, nos lleva a pensar que hace falta trabajar para
disminuir estas brechas; enfrentamos el gran reto de superar la exclusión
tecnológica que aún prevalece en nuestro país.
Las organizaciones tienen un rol fundamental ya que deben de  buscar
soluciones de aprendizaje en línea a nivel mundial, que permita a los
estudiantes, especialmente a los más vulnerables continuar con sus
estudios y aprendizaje. El no tener acceso a las tecnologías, implica un
gran rezago que impacta directamente el conocimiento y desarrollo de los
estudiantes, y limita el aprendizaje que reciben.   Las TIC son una excelente
forma de innovar sin embargo, es necesario  capacitar a los maestros pues
son ellos  los responsables de integrarlas en el ámbito escolar, además de

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continuar con la actualización continua de sus conocimientos pedagógicos y
digitales.

Selección de metodología:

El método utilizado fue el análisis documental, cuyas técnicas se basaron


en la revisión de literatura científica producida sobre el tema. La revisión se
orientó al análisis de diversos artículos y notas periodísticas abordan el
tema de la desigualdad social como rasgo resaltante de la educación virtual
en el país durante la pandemia; y la revisión de literatura científica
consideró un conjunto de investigaciones.
Para ello, siguiendo a Gómez-Luna, Fernando-Navas, Aponte-Mayor y
Betancourt-Buitrago (2014), se ha empleado una metodología de estudio
basada en tres fases: 1) definición del problema lo suficientemente clara
para poder realizar una posterior búsqueda bibliográfica que responda a las
necesidades de la investigación, 2) recolección de la información mediante
búsqueda bibliográfica estructurada, con informes, libros y revistas, 3)
organización y análisis de la información, estructurando la encontrada y la
cantidad de datos que se van a incluir en el estudio (autores, año, resumen,
idea principal, entre otras), así como analizar dichos materiales desde una
perspectiva crítica, extrayendo conclusiones y contrastando la información
con modelos teóricos, reflexiones y conclusiones.
Para evaluar los resultados se implementara realizar encuestas a 100
estudiantes universitarios de la escuela UNAM de México de la carrera
administración de empresas en primer semestre.

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¿Cómo se vinculan tus conocimientos y habilidades en torno a la
metodología de la investigación, con el estudio de este problema o
situación?

La importancia de la metodología de la investigación científica radica en el


ser un medio indispensable para canalizar y orientar diversas herramientas
teóricas- prácticas para solucionar problemas a través del método científico,
dichos conocimientos representan una actividad de racionalización del
entorno.
En este trabajo me ayudo a poder ordenar las ideas, plantear el problema y
objetivos para dar resultados con éxito.

Etapa 3. Propuesta de mejora

La mayoría de los gobiernos jugaron a ponerse al día con la propagación


exponencial del COVID-19, por lo que las instituciones educativas no
tuvieron casi ninguna oportunidad de planificar una estrategia de educación
remota. Donde sea posible, las acciones podrían haber incluido:
 Asegurarse de que los estudiantes tengan en casa los libros, entre otros
materiales, necesarios para aprender en casa, o creación de repositorios
digitales de fácil acceso para la familia.
 Articular detalles restantes; por ejemplo, la resolución de resultados de
evaluaciones e informes de inicio o fin de periodo. En Ecuador para algunas
instituciones educativas, numerosos maestros estaban aún en clases
normales, otro tanto terminando evaluaciones de fin de periodo para
promoción con solicitudes de estudiantes a la enseñanza de tercer nivel.
Dependiendo si lo hicieron previamente o después de la interrupción formal
de estas evaluaciones obligatorias, los pronósticos de los maestros pueden
haber sido inusitados y diferentes a los esperados, lo que ha provocado
nerviosismo y creciente incertidumbre tanto para ellos como para sus
estudiantes.

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 Planificación y capacitación del personal: cursos de acción para blindaje;
división del trabajo entre áreas; estrategias y herramientas para que los
docentes se mantengan en contacto conjuntamente, en general, para
obtener ayuda común; e informes breves y básicos sobre los avances del
aprendizaje a partir de nuevas tecnologías ya conocidas por la comunidad
académica. Numerosos establecimientos educativos tenían planes para
utilizar la innovación en los procesos de enseñanza aprendizaje, sin
embargo, el episodio de COVID-19 ha implicado que los cambios planeados
para implementarse a largo y mediano plazo, tal vez durante meses o años,
debieron actualizarse en un par de días.
Por la actual situación y por el trabajo que educativo el docente se involucra
en el plan educativo y en su implementación, se puede percibir varios
grados de solidificación curricular en la gestión académica. En el momento
en que una propuesta llega al docente, comienza un procedimiento que
creará alteraciones, que dependerán de la realidad o entorno en la que se
ejecutará, los educadores reconocen esto, el arreglo curricular, didáctico, el
trabajo educativo de la nueva aula y de la estructura institucional de forma
remota.
Desde otro enfoque, diversos y cambiantes procesos institucionales surgen
de una propuesta nada similar a la tradicional cuyos resultados serán
notables y no exactamente iguales entre sí. Hasta llegar a este nivel, el plan
educativo presenta varios grados de endurecimiento curricular.
La pandemia que intentamos conquistar nos llama a la consideración, al
reconocimiento del fin de las garantías de avance en educación; sin
embargo, también nos desafía en nuestro lugar en la humanidad, en la
proposición de considerar posibles futuros construidos con investigación y
educación dialógica. Estos son tiempos complejos, pero son ideales para
repensar nuevas formas y condiciones sociales, culturales, emocionales y
educativas, para innovar, para que nos permitan avanzar en diferentes
escenarios que harán historias sobre cómo el mundo ha cambiado, y que
cambios debemos esperar en el corto y mediano plazo.

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Se necesita historias donde la innovación y la capacidad de recuperación se
recobren los futuros encuentros concebibles de vivir en una mayor
solidaridad y condiciones más atractivas. Las premisas de las fechas
actuales también abren el frenesí y la desensibilización, sin embargo,
superan cada una de las pruebas para las personas que, desde la
educación, milita para restablecer lo que nos hace humanos, para recuperar
la afectividad como fin, los momentos solitarios para la reflexión, como un
deber íntegro de ejemplo para las nuevas generaciones y sus destinos
rizomáticos, donde el final y el comienzo no son, ese punto fijo singular sino
el accionar positivo multiplicable.
Este punto de vista de la diversidad de destinos relacionados, además,
impulsa a superar el pasado y aplastar la linealidad actual; sin embargo,
como humano, se desestabiliza ante puntos de vista sociales y educativos
trágicos que viven familias a causa de la crisis.
No se puede volver del aislamiento como si nada hubiera acontecido. La
experiencia nunca pasará desapercibida, independientemente de si se la
deja desaparecer en el ideario emotivo de esta era, la voz interior de las
manifestaciones, individuales y grupales, debe hacer a muchos
responsables. Es entonces cuando la moral del cuidado se complementa
con la integridad del deber. Pensar en retrospectiva, a partir de una
corriente que parece ser extraordinaria, que lleva a explorar como lo hace
un educador, el investigador, buscando huellas y asperezas en el tiempo,
de pautas y énfasis en la innovación. Esos signos están presentes en la
planificación a todo nivel.

Conclusión:

En definitiva, necesitamos dirigir las miradas al tema educativo y su impacto


en las desigualdades en México para que en un futuro próximo todas las
personas puedan tener acceso a educación de calidad sin importar sus
recursos, su lugar de nacimiento, su color de piel o cualquier factor en

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relación con sus circunstancias de origen. Así pues, es necesario
implementar políticas públicas enfocadas al sistema educativo que lleven a
un acceso justo, donde el esfuerzo de las personas sea el origen de las
diferencias de resultados.
También veo en la necesidad de resaltar la importancia de la asignatura
metodología de investigación en la formación investigativa del estudiante
universitario pues creo que potencia el pensamiento crítico y reflexivo para
demostrar los conocimientos adquiridos en la trayectoria académica que
conduce a producir una investigación científica en la solución de un
problema presente en el contexto social, facilita las herramientas para la
planificación, ejecución y divulgación de cualquier investigación o proceso
dirigido a la obtención de nuevos conocimientos.

Bibliografías en APA

Almudena Barragán, C. (2021). La falta de acceso a las tecnologías frena la


educación de millones de niños en México durante la pandemia. Retrieved

23 March 2021, from https://elpais.com/mexico/2021-03-22/la-falta-de-


acceso-a-las-tecnologias-frena-la-educacion-de-millones-de-ninos-en-
mexico-durante-la-pandemia.html

LOS 10 ESTADOS MENOS CONECTADOS A INTERNET. (2021).


Retrieved 23 March 2021,
from https://www.asociaciondeinternet.mx/prensa-ssig-habitos-los-10-
estados-menos-conectados-a-internet

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