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De la adquisición por sucesión: El patrimonio comprende dos partes: los bienes es el activo, y las

deudas el pasivo. Mientras el dueño del patrimonio tenga vida, sus acreedores tienen por garantía, no
solamente sus bienes presentes, sino también sus bienes futuros, es decir, el producto de la actividad del
deudor. Si muere, el Derecho Romano le da un continuador de su persona, llamado heredero, que en su
lugar queda dueño del patrimonio y obligado a pagar todas las deudas como si las hubiese contraído. Los
acreedores encuentran en el un nuevo deudor y tienen como garantías su patrimonio. unido al del
difunto., y el producto. de su actividad en el porvenir.

1). Cuando un jefe de familia moría, era esencial que no se interrumpiesen sus sacra privata, y para
asegurar la perpetuidad, los pontífices decidieron que tuviera el heredero, con la fortuna del difunto, la
carga del culto privado; el heredero adquiere integro el patrimonio del difunto, salvo los derechos, bien
entendido que se extinguen con su persona. Le sustituye también en sociedad, siendo, además, en su
lugar, propietario, acreedor y deudor, pudiendo ejercer sus acciones y ser perseguido por sus acreedores.
El patrimonio recogido por el heredero toma el nombre de herencia o sucesión, y como sanción de su
derecho posee una acción civil in rem, la petilio hereditalis

Todavía queda una cuestión importante: ¿cómo era designado el heredero? Hay dos modos de
designación: por el difunto o por la ley. Los romanos admitieron con razón la preeminencia de la voluntad
del difunto sobre la del legislador para la elección del heredero, y la ley de las XII tablas sanciona para el
padre de familia el derecho de elegir él mismo quien deba continuar su personalidad. Manifiesta su
voluntad en un acto llamado testamento. Cuando un heredero testamentario es nombrado regularmente,
aceptado por éste, a nadie más pertenece la sucesión. Pero el padre de familia puede morir intestato, es
decir, sin haber hecho testamento válido: entonces, solamente en este caso, la ley designa heredero,
llamado ab inteslato. Es la ley de las XII tablas quien hace esta designación, eligiendo el heredero en la
familia civil. sin preocuparse del lazo de la sangre (Ulpiano, XXVI, 5 1). De manera que, según el Derecho
civil, hay dos clases de sucesiones: una, regulada por la voluntad del difunto, o mención testamentaria, y
la otra por la ley, o sea sucesión ab intestato..

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