El Nombre Oficial Del País Es Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda Del Norte

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El nombre oficial del país es Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, de

manera abreviada Reino Unido es un Estado soberano miembro de la Unión Europea y


ubicado al noroeste de la Europa Continental. Su territorio está formado
geográficamente por la isla de Gran Bretaña, el noreste de la isla de Irlanda y pequeñas
islas adyacentes. Irlanda del Norte es la única parte del país con una frontera terrestre,
que la separa de la República de Irlanda. Aparte de esta frontera, está rodeado al norte y
al oeste por el océano Atlántico, al este por el Mar del Norte, al sur por el Canal de la
Mancha y al oeste por el Mar de Irlanda.

El Reino Unido es un Estado unitario comprendido por cuatro países constituyentes:


Escocia, Gales, Inglaterra e Irlanda del Norte, y es gobernado por un sistema
parlamentario con sede de gobierno en Londres, la capital, pero con tres
administraciones nacionales descentralizadas en Edimburgo, Cardiff y Belfast, las
capitales de Escocia, Gales e Irlanda del Norte, respectivamente. A su vez, es una
monarquía parlamentaria con Isabel II como jefa de Estado

Es un pais considerado como la sexta economía a nivel mundial. Fue el primer país
industrializado del mundo y la principal potencia mundial durante el siglo XIX y el
comienzo del siglo XX. Es un Estado miembro de la Unión Europea, uno de los cinco
miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas con derecho a
veto, miembro del G8, la OTAN, la OCDE, la Mancomunidad de Naciones y la
Common Travel Area.

Historia
El 1 de mayo de 1707, se creó el Reino de Gran Bretaña por medio de la unión política
celebrada entre el Reino de Inglaterra y el Reino de Escocia. Y en 1927 tras la
independencia de Irlanda el país obtuvo su nombre actual. La Revolución Industrial
transformó al país y dio sustento al creciente Imperio británico. Durante este tiempo, al
igual que otras potencias, estuvo involucrado en la explotación colonial, incluyendo el
comercio de esclavos en el Atlántico, aunque con la aprobación de la Ley de esclavos en
1807, el país fue uno de los pioneros en la lucha contra la esclavitud.[22]

Después de la derrota del emperador francés Napoleón Bonaparte en las Guerras


Napoleónicas, la nación emergió como la principal potencia naval y económica del siglo
XIX y continuó siendo una potencia eminente hasta el siglo XX. La capital, Londres,
fue la ciudad más grande del mundo desde 1831 hasta 1925.[23] El Imperio británico
alcanzó su máxima extensión en 1921, cuando después de la Primera Guerra Mundial,
la Sociedad de Naciones le otorgó el mandato sobre las antiguas colonias alemanas y
posesiones otomanas. Un año más tarde, se creó la Compañía de Radiodifusión
Británica (British Broadcasting Company),[24] que posteriormente se convirtió en la
BBC (British Broadcasting Corporation),[24] la primera radiodifusora a gran escala de
todo el mundo.[25]

El Reino Unido fue uno de los tres principales aliados de la Segunda Guerra Mundial.
Los años inmediatos de la posguerra vieron el establecimiento del Estado del bienestar,
incluyendo uno de los primeros y más grandes servicios de salud pública del mundo.
Los cambios en la política del gobierno también atrajeron a personas de toda la
Mancomunidad, naciendo un Estado multicultural.
Escocia (en inglés, Scotland; en gaélico escocés, Alba; en idioma escocés, Scotland) es
el más septentrional de los cuatro países constituyentes del Reino Unido. Junto con
Inglaterra y Gales, forma parte de la isla de Gran Bretaña, abarcando un tercio de su
superficie total; además consta de más de 790 islas. Limita al norte y oeste con el
océano Atlántico; al este con el mar del Norte, al sur con Inglaterra y al suroeste con el
Canal del Norte y el mar de Irlanda. El territorio escocés abarca 78.772 km2, y su
población se estima en 5.116.900 habitantes, lo que da una densidad de población de 65
habitantes por km2. La capital es Edimburgo, siendo Glasgow la ciudad más grande y
cuya área metropolitana concentra un 40% del total de la población escocesa.

El Reino de Escocia fue un estado independiente hasta 1707, fecha en la que se firmó el
Acta de Unión con Inglaterra, para crear el Reino de Gran Bretaña. La unión no supuso
alteración del sistema legal propio de Escocia, que desde entonces ha sido distinto del
de Gales, Inglaterra e Irlanda del Norte, por lo que es considerada en el derecho
internacional como una entidad jurídica distinta. La pervivencia de unas leyes propias, y
de un sistema educativo y religioso diferenciado forman parte de la cultura escocesa y
de su desarrollo a lo largo de los siglos.

Surgido en el siglo XIX, el independentismo escocés ha ganado influencia desde finales


del siglo XX; representado por el Scottish National Party (SNP, Partido Nacional de
Escocia), que aboga por la independencia de Escocia,[1] obtuvo la mayoría absoluta en el
Parlamento escocés en las elecciones de mayo de 2011.

La bandera de Escocia o "The Saltire" consta de un aspa o Cruz de San Andrés blanca
sobre fondo azul, emblema que también entró a formar parte de la bandera del Reino
Unido o Union Jack en 1606. Hay muchos otros símbolos de Escocia, oficiales o no,
tales como el cardo (la flor nacional), la Declaración de Arbroath, el dibujo del tartán,
relacionado con los clanes escoceses, o la bandera del "León Rampante" que aparece en
el Estandarte Real de Escocia.[2] [3] [4] El lema nacional es Nemo me impune lacessit, que
puede traducirse como "Nadie me ofende impunemente", y que a su vez se relaciona
con el cardo.

La canción Flower of Scotland es popularmente considerada como himno nacional de


Escocia, compitiendo con Scotland the Brave. La primera es la que se emplea la
mayoría de acontecimientos políticos y deportivos, como por ejemplo los encuentros de
la selección de fútbol de Escocia, mientras que la segunda se usa para representar a
Escocia en los Juegos de la Commonwealth. Dado que no existe un himno oficial, la
disputa continúa abierta, especialmente tras la Descentralización de poderes de 1998, y
existen otras canciones candidatas, como Scots Wha Hae, A Man's A Man for a'That o,
más recientemente, I'm Gonna Be (500 Miles).[5]

La fiesta nacional de Escocia es el "Día de San Andrés", el 30 de noviembre, aunque la


Burns Night o Noche de Burns, celebrada el 25 de enero en honor al poeta nacional,
Robert Burns, tiene un mayor seguimiento. El "Día del Tartán" es otra celebración de
invención reciente, y originaria de Canadá. En 2007, el Parlamento de Escocia aprobó el
decreto oficial por el que el Día de San Andrés pasaba a ser bank holiday, día de fiesta
oficial.[6]
Historia antigua

Se ignora si Escocia estuvo habitada durante el Paleolítico, ya que las sucesivas


glaciaciones que cubrieron su actual territorio podrían haber destruido todas las
evidencias de asentamientos humanos anteriores al periodo Mesolítico. Se cree que los
primeros grupos de cazadores-recolectores llegaron hace unos 11.000 años, cuando los
hielos de la primera glaciación comenzaron a retirarse hacia el norte. Los primeros
asentamientos aparecieron en el territorio escocés hace aproximadamente 9.500 años, y
los primeros pueblos hace unos 6.000. De este periodo data por ejemplo el asentamiento
de Skara Brae, en la más grande de las islas Orcadas, que se encuentra en muy buen
estado de conservación, así como otros restos de viviendas, enterramientos y centros
rituales del Neolítico encontrados sobre todo en las islas escocesas. Esta abundancia de
construcciones que han sobrevivido al paso del tiempo puede deberse a la ausencia de
árboles en la zona, que permitió a los pobladores primitivos crear construcciones en la
propia roca local.

[editar] Romanización de Escocia

La historia escrita de Escocia comienza con la romanización del centro-sur de Gran


Bretaña (las actuales Gales e Inglaterra, que formaban la provincia de Britannia). Los
romanos llamaron inicialmente Caledonia ("Tierra de Caledonios") a Escocia, por el
inmenso bosque de pinos caledonios que se extendía de norte a sur y de este a oeste por
todo el país. El principal pueblo asentado en aquella época en la región escocesa era el
de los pictos, así llamados, aparentemente, por su costumbre de pintarse el cuerpo. Los
escotos, por su parte, eran un pueblo de origen irlandés, también conocido como
dalriadas, que se estableció en el oeste de Escocia. Durante este periodo existían por lo
tanto dos reinos diferenciados: el del oeste de Escocia, Scotland, y el reino picto del
este, Alba.

La romanización de Escocia fue un largo proceso con multitud de interrupciones: en el


año 83 a. C., el general Cneo Julio Agrícola derrotó a los caledonios en la batalla del
Monte Graupio,[7] [8] lo que permitió la construcción de una cadena de fortificaciones
conocida como Gask Ridge, cerca de la Falla de las Highlands (sin adentrarse, al
parecer, más al norte); poco después, sin embargo, los romanos se retiraron a los
Southern Uplands ("Mesetas del Sur"), es decir, al tercio más meridional de Escocia, y
comenzaron la construcción del Muro de Adriano para controlar a las tribus de la zona.
Esta línea marcó durante casi todo el periodo de ocupación romana el límite
septentrional del Imperio romano, pese a la construcción, más al norte aún, del Muro de
Antonino. Esta frontera sólo pudo ser defendida durante breves períodos, de los cuales
el más tardío tuvo lugar entre los años 208 y 210, durante el mandato del emperador
Septimio Severo. En total, la ocupación de estas zonas de Escocia por parte de los
romanos se extendió durante no más de 40 años, aunque la influencia latina en la parte
más meridional, sobre todo entre las tribus de origen bretón, fue más duradera.

[editar] Historia medieval

El reino de los pictos (con sede en Fortriu hacia el siglo VI) experimentó un importante
desarrollo durante la Edad Media, quizás como respuesta al propio imperialismo
romano.[9] Un hito importante en esta lucha por la supervivencia y la ampliación fue la
batalla de Dunnichen (685), en la que los pictos derrotaron a las tribus de Northumbria
durante el reinado de Bridei III (671–693). El reinado de Óengus I (732–761) fue
igualmente un periodo de consolidación para el reino picto.[10] El reino de los pictos
ocupaba en esta época, según la descripción de Beda el Venerable, una extensión
similar a la que después ocuparía el reino de los escotos durante el reinado de Alejandro
I (1107–1124). Sin embargo, ya en el siglo X, el reino picto fue dominado por una
cultura de origen gaélico, estableciendo el mito de la ascendencia irlandesa de la
dinastía real de Cináed mac Ailpín (Kenneth MacAlpin o Kenneth I).[11] En los siglos
siguientes, partiendo desde su territorio original en el este de Escocia, al norte del fiordo
de Forth y al sur del río Oykel, el reino picto logró controlar las tierras del norte y del
sur. Hacia finales del siglo XII, los reyes de Alba habían añadido a su territorio el área
angloparlante del sureste de Escocia y dominaban también las zonas de Galloway y
Caithness; al final del siglo XIII, este reino se había extendido hasta alcanzar la
extensión aproximada de la Escocia actual.

Sin embargo, ciertos procesos culturales y económicos iniciados en el siglo XII iban a
hacer que durante la Baja Edad Media Escocia adquiriera rasgos bien diferentes. El
principal impulso a esta transformación se produjo durante el reinado de David I de
Escocia, que inició lo que se conoce como la Revolución davidiana. Esta es la época en
la que se introduce el feudalismo en Escocia, se reorganizan las formas de gobierno y se
fundan las primeras ciudades y pueblos con fueros propios (los llamados burghs). Estas
instituciones, así como la inmigración de caballeros y clérigos franceses y anglo-
franceses, facilitaron un proceso de "ósmosis cultural", durante el cual los territorios
meridionales y costeros del reino de Alba se convirtieron en angloparlantes, como ya lo
eran muchas de las tierras recién conquistadas en el sur; el resto del reino, en cambio,
siguió conservando la lengua gaélica.[12]

La muerte de Alejandro III en 1286, seguida por la de su nieta Margarita I, rompió la


línea sucesoria de la dinastía reinante. Esto llevó a la intervención de Eduardo I de
Inglaterra, quien puso en el trono a su protegido Juan de Balliol. Cuando su relación se
deterioró, se produjo un intento de conquista por parte de Inglaterra, que fue rechazado
por William Wallace en la Guerras de independencia de Escocia. Por su parte, Robert
the Bruce, conde de Carrick, se proclamó Rey de Escocia con el nombre de Roberto I de
Escocia. La guerra con Inglaterra duró varias décadas, y la guerra civil entre los
partidarios de la dinastía de Robert the Bruce (quien aseguraba ser descendiente de
David I) y los partidarios de los Balliol, apoyados por Inglaterra, duró hasta mediados
del siglo XIV. Pese a que la dinastía Bruce fue la vencedora, la ausencia de
descendientes de David II permitió a su sobrino, Roberto II, ascender al trono y situar
en él a la dinastía Estuardo.[13] Los Estuardo gobernaron Escocia durante el resto de la
Edad Media, un periodo de prosperidad que va desde el final del siglo XIV hasta la
Reforma Protestante, pasando por el Renacimiento. Pese a ello, las luchas con Inglaterra
continuaron, así como la división interna entre las Highlands o "Tierras Altas" y los
Lowlands o "Tierras Bajas".[14]

[editar] Historia moderna

La Edad Moderna se abrió en la historia escocesa con el Rough Wooing o "cortejo


violento" (1544 - 1551), una serie de ofensivas militares intermitentes mediante la
cuales Inglaterra pretendía forzar un casamiento entre María I Estuardo y Eduardo VI de
Inglaterra, objetivo que finalmente no logró. Además, el siglo XVI es el siglo de la
Reforma Protestante, encabezada en Escocia por figuras como John Knox y apoyada
desde Inglaterra.

En 1603, Jacobo VI de Escocia y I de Inglaterra heredó el trono de Inglaterra y se


convirtió en Jaime I de Inglaterra. Sin embargo, con la excepción de un breve periodo
conocido como "Protectorado", Escocia continuó siendo un estado independiente,
aunque sacudido por constantes enfrentamientos entre la corona y los Convenanters,
sobre la forma de gobierno de la Iglesia. Tras la Revolución Gloriosa y el derrocamiento
del católico Jaime VII de Escocia por Guillermo III de Inglaterra y su esposa María II
(1688), Escocia amenazó con elegir a un rey protestante distinto al de Inglaterra.[15] En
1707, sin embargo, tras las amenazas inglesas de cerrar el comercio con Escocia, se
firmó el Acta de Unión, que certificaba la creación del Reino de Gran Bretaña.

Pese a esta unificación de los dos reinos, los defensores de la Casa de Estuardo,
conocidos como jacobitas, seguían teniendo influencia en las Highlands y en la zona
noreste del país, especialmente entre los no presbiterianos. Sin embargo, los
levantamientos jacobitas producidos en 1715 y 1745 no lograron apartar del trono
británico a la Casa de Hannover. Dichos levantamientos sirvieron además como excusa
para el desplazamiento masivo de los habitantes de las Highlands, en lo que se conoce
como Highland Clearances.

Tras la Ilustración y la Revolución industrial, Escocia se transformó en uno de los


centros comerciales, intelectuales y culturales de Europa. Glasgow y Edimburgo, sobre
todo, se desarrollaron rápidamente a finales del siglo XVIII, y durante el siglo XIX el
surgimiento de la industria pesada en las riveras del río Clyde transformó a Glasgow en
la "Segunda ciudad del Imperio Británico" después de Londres. La situación empeoró
tras la Primera Guerra Mundial, en la que murieron un gran número de escoceses,
provenientes sobre todo de las Highlands, pero en especial después de la Segunda
Guerra Mundial, tras la cual la situación económica de Escocia empeoró rápidamente,
con la desaparición de un gran número de industrias que ya no eran competitivas en el
mercado internacional.[16] Sólo en las últimas décadas del siglo XX logró el país apuntar
una recuperación económica y cultural, gracias al surgimiento de nuevos servicios
financieros y del sector electrónico (en lo que se conoce como Silicon Glen), así como a
los beneficios del petróleo y gas del mar del Norte.[17] En 1998 el Gobierno del Reino
Unido concedió mayores niveles de soberanía a Escocia, restableciendo el Parlamento
Escocés y devolviendo a Edimburgo, simbólicamente, la Piedra de Scone.

Inglaterra (en inglés, England) es uno de los cuatro países constituyentes del Reino
Unido. Su territorio está formado geográficamente por la parte sur y central de Gran
Bretaña, isla que comparte junto a Escocia y Gales, y cerca de 100 islas más pequeñas
como las Islas Sorlingas y la Isla de Wight. Limita al norte con Escocia, al oeste con
Gales —sus dos fronteras terrestres—, al noroeste con el mar de Irlanda, al suroeste con
el mar Celta, al este con el mar del Norte y al sur con el canal de la Mancha.

El territorio de la actual Inglaterra ha estado habitado por varias culturas desde hace
cerca de 35 mil años, pero toma su nombre de los anglos, uno de los pueblos
germánicos que se establecieron en el lugar durante los siglos V y VI. Se convirtió en
un estado unificado en el año 927 y desde la era de los descubrimientos, que comenzó
en el siglo XV, ha tenido un gran impacto cultural y legal en todo el mundo. El idioma
inglés, la Iglesia Anglicana y el Derecho de Inglaterra —tomado como base para el
sistema jurídico de muchos otros países del mundo— se desarrollaron en Inglaterra, y el
sistema parlamentario de gobierno ha sido ampliamente adoptado por otras naciones.

El Reino de Inglaterra —que desde 1284 también incluía a Gales— fue un estado
independiente hasta 1707, fecha en la que se firmó el Acta de Unión con Escocia, para
crear el Reino de Gran Bretaña. En 1801 Irlanda se unió al Reino de Gran Bretaña
creando así el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda hasta 1922. Con la independencia
y partición de Irlanda desde entoces es el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del
Norte.

El término England deriva del inglés antiguo Engla land que significa «tierra de los
anglos». Los anglos, que provenían de la península de Anglia la cual sobresale hacia la
bahía de Kiel en el mar Báltico, fueron una de las tribus germánicas que se establecieron
en Gran Bretaña durante la Alta Edad Media. De acuerdo al Oxford English Dictionary
la primera vez que se usó el término England para referirse a la parte sur de la isla de
Gran Bretaña ocurrió en el año 897, y su escritura actual fue usada por primera vez en
1538.

Un nombre alternativo para Inglaterra es Albión, que inicialmente se refería a toda la


isla de Gran Bretaña.

Historia
[editar] Prehistoria y antigüedad

Los romanos conquistaron Britania en el 43 a. C., y el área fue incorporada al Imperio


romano como la provincia de Britania.

Edad Media

Luego de la retirada de los romanos, Gran Bretaña se vio propensa a la invasión de


paganos, marinos guerreros como los sajones y los jutos que ganaron control en áreas
del sureste, siendo contenido su avance por un tiempo luego de la victoria de los
britanos en la Batalla del Monte Badon. Los reinos británicos posromanos en el norte,
posteriormente conocidos colectivamente por los bardos británicos como el Hen
Ogledd, fueron, a su vez, gradualmente conquistados por los anglos durante el siglo VI.
Relatos contemporáneos fidedignos de este periodo son escasos, así como también lo es
la evidencia arqueológica, dando lugar a su descripción como una Edad Oscura. Existen
varias teorías conflictivas con respecto a la extensión y al proceso de la invasión
anglosajona de Gran Bretaña; Cerdic, fundador de la dinastía de Wessex, pudo haber
sido un britón. No obstante, para el siglo VII pequeños reinos anglosajones conocidos
como la Heptarquía habían emergido en la parte central y sur de Gran Bretaña:
Northumbria, Mercia, Estanglia, Essex, Kent, Sussex y Wessex.
El cristianismo fue introducido en el sur por Agustín desde Roma y en el norte por
Aidan desde Irlanda, lo que reintrodujo la Cristiandad que se había perdido luego de la
fundación de la Heptarquía.

Inglaterra fue conquistada en 1066 por un ejército liderado por Guillermo el


Conquistador desde el Ducado de Normandía, un feudo del Reino de Francia. Los
normandos provenían de Escandinavia y se habían asentado en Normandía sólo unos
siglos antes. Este pueblo introdujo el feudalismo y mantuvo el poder a través de
barones, quienes se establecieron en castillos repartidos por todo Inglaterra. El idioma
que hablaba la nueva elite aristocrática era el normando, que tuvo una considerable
influencia en el idioma inglés.

[editar] Edad Moderna tardía y Edad Contemporánea

Bajo el recientemente formado Reino de Gran Bretaña, el impulso de la Royal Society y


otras iniciativas inglesas combinadas con la Ilustración escocesa llevaron a la creación
de importantes innovaciones en la ciencia y en la ingeniería. Esto pavimentó el camino
para el establecimiento del Imperio británico, que en su cúspide territorial llegó a
abarcar cerca de una cuarta parte de la superficie terrestre. Domésticamente, la
Revolución Industrial, un periodo de profundos cambios en las condiciones culturales y
socioeconómicas de Inglaterra, significó la industrialización de la agricultura,
manufactura, ingeniería y minería, así como también el desarrollo de nuevas obras en
transporte e infraestructura hidráulica para facilitar su expansión y desarrollo,
destacando en este ámbito la construcción del canal de Bridgewater, terminado en 1761,
y la apertura del ferrocarril Stockton-Darlington en 1825.

Durante la Revolución Industrial muchas personas se trasladaron desde zonas rurales


hacia nuevas áreas industriales en expansión, como por ejemplo hacia Mánchester y
Birmingham. Inglaterra mantuvo una relativa estabilidad durante toda la Revolución
francesa, siendo William Pitt el Joven el Primer Ministro británico durante el reinado de
Jorge III.

Desde el siglo XX ha existido un importante movimiento de inmigración hacia


Inglaterra, en su mayoría de habitantes provenientes de otras partes de las Islas
Británicas, pero también de países de la Mancomunidad de Naciones, particularmente
de países del Subcontinente indio.

Gales (en galés: Cymru; en inglés: Wales) es una nación constituyente del Reino Unido.
[1]
Se ubica al oeste de la isla de Gran Bretaña, donde limita al oriente con Inglaterra y al
occidente con los mares de Irlanda y Céltico del Atlántico. Tiene una población total de
tres millones de personas y es un país bilingüe, cuyas lenguas oficiales son el galés y el
inglés.

Es una de las naciones celtas y posee una identidad cultural propia que se conformó tras
la retirada de los romanos de Gran Bretaña.[2] La derrota de Llewelyn por Eduardo I en
el siglo XIII concluyó la conquista anglonormanda de Gales y significó el comienzo de
siglos de ocupación inglesa. El país fue incorporado a Inglaterra mediante el Estatuto de
Rhuddlan de 1284 y más tarde por el Acta de Unión de 1536, creando la entidad legal
hoy conocida como Inglaterra y Gales. En el siglo XIX se desarrolló una política local.
En 1955 Cardiff fue elegida capital y en 1999 se creó la Asamblea Nacional de Gales, la
cual atiende asuntos internos. Su jefe de gobierno es el Ministro Principal (First
Minister).

La capital y ciudad más grande es Cardiff (en galés: Caerdydd), con 320.000 habitantes.
Durante un tiempo fue el principal puerto mundial de carbón[3] y, durante algunos años
antes de la Primera Guerra Mundial, tuvo un tráfico más intenso que Londres o
Liverpool.[4] Dos tercios de la población viven en Gales del Sur, con otra concentración
en el occidente de Gales del Norte. Desde el siglo XIX el país ha adquirido una
reputación de lugar folclórico, lo cual se debe en parte al renacimiento de la tradición
eisteddfod.[5] Después de Londres, Cardiff es el mayor centro de comunicaciones del
Reino Unido.[6]

En 1216 Llywelyn el Grande fundó el Principado de Gales. A principios del siglo XV,
es decir cien años después de la conquista inglesa, Owain Glyndwr restauró brevemente
la independencia definiendo el carácter moderno del país. La Familia Real Británica ha
concedido el título de Príncipe de Gales a su heredero al trono.

Historia
Artículo principal: Historia de Gales

[editar] Prehistoria

El país de Gales (Cymru en galés) ha sido habitado por el hombre moderno desde hace
al menos 29 000 años,[7] aunque los asentamientos estables en el territorio no
aparecerían hasta la última edad de hielo, cuando emigraron a la isla cazadores-
recolectores mesolíticos provenientes de Europa Central. Los glaciares retrocedieron en
la región hacia el VIII milenio a. C., pero el paso hacia Europa Continental se mantuvo
hasta el fin de la glaciaciaón, entre el V y el VI milenio a. C., cuando Gran Bretaña se
convirtió en una isla y se formó el Mar de Irlanda, separando a Gales de Irlanda.[8] [9]
Según el historiador John Davies, las leyendas sobre el hundimiento de Cantre'r
Gwaelod y los cuentos de Mabinogion, en los que se dice que las aguas del Mar de
Irlanda eran menos profundas, pueden ser reminesencias de ese período.

Durante este periodo los bosques de la región se hicieron muy densos, dificultando su
comunicación con el resto de la isla. De la Península Ibérica llegaron por mar
colonizadores neolíticos, que se integraron con los pueblos ya presentes y favorecieron
la sedentarización de los habitantes de la región, dentro del proceso de la revolución
neolítica.[10]
Los nuevos pobladores despejaron los bosques para establecer tierras de pastoreo y de
cultivos, desarrollaron tecnologías para la elaboración de cerámicas y de textiles, y
construyeron cromlechs como los de Pentre Ifan, Bryn Celli Ddu y Parc Cwm long
cairn.[11]

Durante la edad de bronce y de hierro las culturas celtas de Gales sostuvieron


intercambios con las del resto de la archipiélago. Durante la conquista romana de
Britania el país estaba dividido entre los deceanglos, ordovicos, cornovii, démetas y
siluros.[12]

[editar] Colonización

La conquista romana comenzó en Gales en 48. Dos de las mayores tribus británicas, los
siluros y los ordovicos, se resistieron al dominio romano durante algunos años, pero
finalmente los ordovicos fueron sometidos en 79. Las tribus británicas de la época
prerromana ocupaban el territorio actual de Gales, pero también partes de Inglaterra y el
sur de Escocia, en lo que se convertiría la provincia romana de Britania hasta la retirada
de las legiones romanas a comienzos del siglo V.[12]

En Gales del Sur se formó un cordón de fuertes romanos, asegurando un control


territorial por lo menos hasta Carmarthen, extrayendo asimismo oro de las minas de
Dolaucothi en Carmarthenshire. Los romanos también construyeron un fuerte para sus
legiones en Caerleon, cuyo anfiteatro se encuentra bien preservado, lo mismo que
ciudades como Venta Silurum, con estructuras en buen estado de conservación.

Como se refleja en el cuento medieval Breuddwyd Macsen Wledig (El sueño de Macsen
Wleding), los romanos también incursionaron en la zona septentrional del país. Según
su trama Magno Máximo (Macsen Wledig), uno de los últimos emperadores romanos de
occidente, se casó con la hija de un jefe galés del actual Caernarfon. Por su parte, el
cristianismo fue introducido en Gales durante el siglo IV y la conversión no dejaría de
extenderse.

En los siglos siguientes en el territorio de Gales se desarrollarían pequeños reinos como


Gwynedd, Powys, Deheubarth, Glywysing y Gwent, que sucederían al gobierno
imperial en las tierras altas. El desarrollo de esa cultura romano-británica fue de hecho
la base de lo que en la actualidad se conoce como Gales. Con la pérdida de las tierras
bajas, los reinos ingleses de Mercia, Northumbria y Wessex se enfrentaron a los de
Powys, Gwent y Gwynedd para redefinir sus fronteras.

[editar] Edad Media

Las tierras meridionales y occidentales que pasaron a manos de los ingleses comenzaron
a ser llamadas en galés Lloegyr (en la actualidad Lloegr), que en un principio sólo
contemplaban Mercia y más tarde toda Inglaterra.[13] Las tribus germánicas que
dominaron esa región fueron llamadas Saeson, es decir "Sajones".

Los anglosajones llamaron 'walha' a los romano-británicos, es decir 'extranjero


romanizado'. Los galeses siguieron llamándose brythoniaid (brythons o Britons) incluso
en buena parte de la Edad Media, aunque la primera vez que se empleó Cymru e y
Cymry fue en 633 en el poema Y Gododdin, de Aneirin. En Armes Prydain, de 930, las
palabras Cymry y Cymro son empleadas quince veces. Sólo hasta el siglo XII Cymry fue
más frecuente que Brythoniaid en la literatura galesa.

Desde 800 una serie de matrimonios dinásticos llevaron a Rhodri el Grande, cuyo
reinado se extendió de 844 a 878, a heredar Gwynedd y Powys. Por el contrario, sus
hijos fundaron tres dinastías (Aberffraw para Gwynedd, Dinefwr para Deheubarth, y
Mathrafal para Powys), que se opusieron entre sí. El abuelo de Rhodri, Hywel el Bueno,
fundó Deheubarth, expulsó a la dinastía aberffraw de Gwynedd y Powys. Maredudd ab
Owain de Deheubarth (el nieto de Hywel) lograría expulsarlos de nuevo, aunque de
manera temporal.

El nieto de Maredudd, Gruffydd ap Llywelyn, conquistaría los territorios de sus primos


y extendería su reino incluso hasta tierras inglesas. Su importancia histórica se debe a
que fue el primer y único monarca galés que reinó sobre todo el País desde 1057 hasta
1063.[14] Owain Gwynedd, de los aberffraw, fue por su parte el primer monarca galés
con el título de princeps Wallensium (príncipe de Gales). De este período cabe
asimismo resaltar las invasiones normandas, cuya vanguardia llegó a las fronteras
galesas en 1067.

La dinastía Aberffraw cobraría protagonismo con el nieto de Owain Gwynedd,


Llywelyn el Grande, quien realizó negociaciones favorables en la Magna Carta en 1215
y recibió el juramento de fidelidad de los otros señores galeses en 1216 en Aberdyfi,
convirtiéndose en el primer Príncipe de Gales. Su nieto Llywelyn II también fue
reconocido como tal por Enrique III en el Tratado de Montgomery en 1267 aunque tras
una serie de disputas que incluyeron el encarcelamiento de su esposa Eleanor,
terminaron con la primera invasión de Eduardo I. Tras la derrota militar el Tratado de
Aberconwy estableció la subordinación de Llywelyn a Inglaterra en 1277. En 1282 se
libró la última batalla, que acabó con toda soberanía de los príncipes galeses. Con la
muerte de Llywelyn y la neutralización de todos sus herederos potenciales, los señores
galeses restantes ofrecieron su tierras al rey inglés.[15] Para consolidar sus conquistas,
Eduardo construyó una serie de castillos, entre los que destacan los de Beaumaris,
Caernarfon, y Conwy.

. Su construcción provocó una disputa con Llywelyn y la corona inglesa, uno de los
motivos del fin de la independencia de Gales.

Tras una revuelta fallida en 1294 comandada por Madog ap Llywelyn, no se registran
mayores levantamientos hasta el de Owain Glyndwr, un siglo más tarde, contra Enrique
IV. En 1404 fue coronado Príncipe de Gales ante representantes de Francia, España y
Escocia, tras lo cual celebró varias asambleas parlamentarias en varias localidades
galesas. La rebelión fue sin embargo, reprimida y Owain tuvo que esconderse en 1412,
normalizándose la situación a favor de los ingleses hacia 1415.

Aunque el Estatuto de Rhuddlan definió la unión anglo-galesa, ésta sólo se oficializó en


1536, cuando la ley local fue remplazada por la inglesa mediante el Acta de Unión.
[editar] Desde el siglo XVI hasta el siglo XX

Durante el siglo XVI la legislación galesa fue progresivamente modificada para


incorporar las estructuras ejecutivas a Inglaterra. Sin embargo, a pesar de la asimilación
inglesa, los galeses mantuvieron su lenguaje y cultura.

Durante el XVIII Gales fue afectado por dos importantes reformas, la Revolución
industrial y el Renacimiento Metodista.

Durante el XIX, el sudeste experimentó una rápida industrialización y una explosión


demográfica. Estas zonas fueron anglificadas debido a la llegada de inmigrantes,
destacando con los territorios rurales, donde se conservó con más fuerza la cultura
tradicional galesa. Asimismo, la zona experimentó la influencia del cristianismo
metodista.

Tras la Segunda Guerra Mundial Gales experimentó un progresivo declive debido a la


crisis de la industria del carbón y del hierro. En el ámbito político la crisis provocó que
el Partido Liberal fuera desplazado del poder por el Partido Laborista.

[editar] Despertar nacionalista

Durante este período los nacionalistas del partido Plaid Cymru, dirigidos por Gwynfor
Evans, consiguieron por primera vez representación en el parlamento del Reino Unido
en 1966, y convirtieron la “devolución” de las instituciones parlamentarias galesas en su
principal objetivo político. En el referéndum de 1979 ganó el voto negativo, pero en
1997 se realizó un nuevo referéndum en el que ganó el sí por un estrecho margen, lo que
permitió la creación de un parlamento galés en Cardiff.

Irlanda del Norte (oficialmente en inglés, Northern Ireland; en irlandés, Tuaisceart


Éireann) es el más pequeño y occidental de los cuatro países constituyentes del Reino
Unido, que se encuentra al noreste de la isla de Irlanda. Su capital es Belfast, que tiene
310.000 habitantes.

Limita al norte con el océano Atlántico, al este con el canal del Norte, al sureste con el
mar de Irlanda, y al sur, suroeste y oeste (con 360 km de frontera) con Irlanda.

Actualmente su jefa de Estado es la reina Isabel II de Inglaterra, mientras que su jefe de


Gobierno es Peter Robinson, un miembro del Partido Unionista Democrático. Robinson
y su partido comparten gobierno, desde el 8 de mayo de 2007, con el número dos del
Sinn Féin, Martin McGuinness.

Según el punto de vista ideológico, la preferencia por el nombre, tipo de entidad y la


bandera de Irlanda del Norte, es diferente. Los nacionalistas la llaman "Norte de
Irlanda",[2] o "los seis condados",[3] y ondean la bandera de Irlanda verde, blanca y
naranja (que simboliza a católicos, a la paz y a protestantes, respectivamente). Los
unionistas la llaman "Úlster"[4] o "la provincia",[5] y utilizan una bandera parecida a la de
Úlster, con los colores de la bandera inglesa, llamada "Ulster Banner".
En el año 432, San Patricio desembarcó cerca de Saul y Downpatrick, en el condado de
Down, y luego fundó una iglesia en Armagh (aún hoy capital espiritual de Irlanda).

En la época cristiana dominaba el clan de los Uí Néill. Sus descendientes, los O’Néill,
presentaron violenta resistencia a la conquista inglesa a finales del siglo XVI. Hug
O’Neill, conde de Tyrone, consiguió notables victorias frente a los ejércitos de Isabel I,
pero fue derrotado en 1607 y huyó a la Europa Continental con otros nobles irlandeses
del Úlster. Las fincas que dejaron fueron ocupadas por protestantes procedentes de
Escocia e Inglaterra. La llegada de nuevos colonos supuso la marginación de los
católicos irlandeses, y sembraron las semillas que darían lugar a 400 años de conflicto.

Irlanda del Norte fue creada en 1921 por el Parlamento británico, en virtud de la Ley del
Gobierno de Irlanda. El 3 de mayo de 1921, fue una de dos nuevas regiones del Reino
Unido (Irlanda del Norte y del Sur). El 6 de diciembre de 1922, Irlanda del Norte se
convirtió en una región del Nuevo Estado irlandés: el "Estado Libre de Irlanda".

La provincia de Irlanda del Norte se creó tras la partición de la isla en 1921. Sus seis
condados, más Donegal, Monaghan y Cavan, forman el Úlster, una de las cuatro
provincias históricas de Irlanda.

Tras la separación de Irlanda, Irlanda del Norte ha seguido viviendo largos años de
violencia. Los recientes acuerdos de paz han hecho renacer la esperanza, sobre todo
desde la inauguración en 1998 de la Asamblea de Irlanda del Norte, y desde los
acuerdos de paz con el IRA.

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