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XII

Muere la Vida nuestra


Pendiente del madero, VIACRUCIS
¿ Y yo cómo no muero
De amor o de dolor? Estaciones de
Ay, casi no respira
La triste Madre yerta Vidal.
Del cielo abrir la puerta
Bien puedes ya, Señor.

XIII

Dispón, Señora, el
pecho
Para mayor tormento
La víctima sangrienta
Viene a tus brazos ya.
Con su preciosa sangre
Juntas materno llanto,
Quién, Madre, tu
quebranto
Sin lágrimas verá?
Obsequio de:
XIV

Al Rey de las Virtudes,


Pesada losa encierra,
Pero feliz la tierra,
Ya canta salvación.
Sufre un momento,
Madre,
La ausencia del amado,
Presto de Tí abrazado,
Tendrasle al corazón.
I VIII
No muera en el tormento,
La Rosa Virginal.
Por mí, Señor, inclinas Matronas doloridas
Oh acero riguroso,
El cuello a la sentencia; Que al justo lamentáis,
deja su pecho amante,
Que a tanto la clemencia Por qué si os lastimáis
Vuélvete a mí cortante,
Pudo llegar de Dios. La causa no llorar?
Que soy el criminal.
Oye el pregón, oh Madre Y pues la cruz le dimos
Llevado por el viento Todos los delincuentes
Y al doloroso acento V Broten los ojos fuentes
Ven del Amado en pos. De angustia y de pesar.
Toma la cruz preciosa,
II Me está el deber clamando,
Tan generoso cuando IX
Esconde, justo Padre, Delante va el Señor.
La espada de tu ira, Voy a seguir constante, Al suelo derribado,
Y al monte humilde mira, Las huellas de mi Dueño, Tercera vez el Fuerte,
Subir el dulce Bien. Manténgame el empeño, Nos alza de la muerte
Y Tú, Señora, gimes Señora, tu favor. A la inmortal salud.
Cual tórtola inocente; Mortales: Qué otro exceso
Que tu gemir clemente Pedimos de clemencia?
VI
Le amansará también. No más indiferencia
No más ingratitud.
Tu imagen, Padre mío,
III Ensangrentada y viva
Mi corazón reciba, X
Oh pecador ingrato Sellado con la fe.
Ve a tu Dios caído, Oh Reina, de tu mano Tu bañas, Rey de gloria,
Ven a llorar, herido Imprímela en mi alma, Los cielos en dulzura
De contrición aquí. Y a la gloriosa Palma, Quién te afligió,
Levántame a tus brazos Contigo subiré. Hermosura,
Oh bondadoso Padre, Dándote amarga hiel?
Ve de la tierra Madre, Retorno a tal fineza
Llanto correr por mí. VII
La gratitud pedía;
Cese ya, Madre mía
Yace el divino dueño
De ser mi pecho infiel.
IV Segunda vez postrado,
Deteste yo el pecado,
Cercadla, Serafines, Deshecho en contrición.
No acabe en desaliento

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