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Juan Lección 2

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Jesús el Verbo
Juan 1:1-5
Cada semana, lee el pasaje bíblico completo antes de comenzar. Anota los versículos en los que encuentres tus
respuestas.
Memoriza la Palabra de Dios para la semana: Juan 1:1.
Comenta las preguntas de repaso de la lección anterior.

Día 1: Juan 1:1-2—El Verbo de Dios


Nota: Las primeras dos preguntas se refieren a versículos fuera del pasaje de hoy porque necesitamos establecer de quién
escribía Juan.
1. Lee 1:3-5 y 1:14-18.
a. ¿Cuál es el nombre de la persona que es “el Verbo”?

b. ¿Qué otros hechos o descriptores utilizó Juan para referirse al Verbo?

2. Por Apocalipsis 19:11-16, ¿qué más puedes aprender acerca del Verbo?

3. En la oración inicial de este Evangelio, ¿cómo introdujo Juan la verdad de que Jesús es Dios?

4. Según el pasaje de hoy, ¿qué otros hechos puedes afirmar acerca del Verbo?

5. Al considerar todos los versículos que has leído hoy, ¿qué aspectos del Verbo son los que más aprecias? Explica.

Día 2: Juan 1:1-3—El Verbo en la Creación


6. ¿Qué paralelos ves entre 1:1-3 y Génesis 1:1-2? ¿Qué argumento piensas que pretendía presentar Juan?

7. ¿Qué pronombres ves en Génesis 1:26 que sugieren lo que Juan escribió en Juan 1:3?

8. ¿Cómo te ayudan los siguientes pasajes a entender mejor el pasaje de hoy?


a. Hebreos 1:1-3
b. Colosenses 1:15-16

Nota: La frase el primogénito de toda la creación en Colosenses 1 significa que Jesús posee los derechos y privilegios
primordiales sobre toda la creación.
9. Basado en lo que has estudiado hoy, ¿por qué es importante saber que el Verbo es Creador del universo y no solo un
ser creado?

Día 3: Juan 1:4—El Verbo es Vida


10. Lee los siguientes versículos. ¿Cuáles son algunos de los diferentes niveles de significado implícitos en la palabra
vida?
a. Juan 6:35
b. Juan 11:25
c. Juan 14:6
11. Jesús es el autor de toda vida. Lee Juan 10:10 y Génesis 2:7. ¿Qué tipos de vida imparte Jesús, el Verbo? ¿En que
difieren entre sí?

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12. ¿Qué tipo de respuesta despierta en ti el considerar que Jesús es la fuente de vida, tanto biológica como espiritual?

Día 4: Juan 1:4-5—El Verbo es Luz


13. Juan dijo que la vida estaba en el Verbo y que esta vida “era la luz de los hombres”. ¿Qué relación existe entre la vida
y la luz en un sentido físico?

14. Lee los siguientes versículos y observa la relación entre vida y luz en el sentido espiritual.
a. Juan 8:12
b. Salmo. 27:1

15. ¿Cómo te ayudan los siguientes pasajes a entender lo que quiso decir Juan con la palabra tinieblas?
a. Hechos 26:18
b. 1 Corintios 4:5

16. ¿Qué es lo que las tinieblas no pueden conquistar? ¿Cuál sería un ejemplo de esto en el mundo físico?

17. ¿Dónde en el mundo hoy puedes ver la luz de Dios brillando en las tinieblas?

Día 5: Juan 1:1-5; 1 Juan 1:1-7—El Verbo es Personal


Nota: El apóstol Juan también escribió la carta de 1 Juan, que es una reflexión más personal sobre sus experiencias con
Jesús.
18. En el siguiente espacio, anota las semejanzas que encuentras entre los pasajes de hoy. Señala las citas de los versículos
de los que haces tus observaciones.

19. Lee Lucas 24:36-42 y 2 Pedro 1:16-18.


a. En estos pasajes, ¿cómo interactuaron los discípulos con Jesús por medio de sus sentidos físicos?

b. Imagina lo que habría sido que los discípulos experimentaran a Jesús de estas maneras. ¿Cuál de estas maneras
hubieran significado más para ti, y por qué?

20. En Juan 20:30-31 y 1 Juan 1:3-4, ¿por qué compartió Juan su testimonio con los lectores de
a. su Evangelio?

b. su carta?

21. ¿Qué sucede para aquellos que “andan en la luz”?

Día 6: Participa en Clase

Aplica la verdad. ¿Deseas más de la vida y la luz que trae Jesús? De ser así, escribe una oración
invitándolo a Él a hacer eso en tu vida.

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Día 7: Jesús el Verbo


Juan 1:1-5
Juan inició su libro declarando la deidad de Jesús. Jesús estaba con Dios en el principio. Como Dios, no fue
creado. Más bien, Él es el Creador. Y en Él está la vida y la luz, temas resaltados a lo largo de todo el Evangelio
de Juan.
El Logos es Dios (Juan 1:1-2) La gente siempre se ha preguntado cómo comenzó el mundo y cómo
surgió la vida humana. El pueblo judío creció sabiendo que hay un solo Dios. Él siempre ha existido, y con solo
decir la palabra, creó el mundo.
El Verbo estaba presente en el principio. Las Escrituras hebreas comienzan con estas palabras: “En el principio
creó Dios los cielos y la tierra” (Génesis 1:1). Las primeras tres palabras del Evangelio de Juan hacen eco al inicio
de Génesis: en el principio. Cuando los lectores judíos de Juan oían esta frase, establecerían una conexión clara:
Juan estaba a punto de decirles algo acerca de Dios, el Creador del universo.
Juan presentó la existencia de Dios, Su naturaleza, obra y presencia en la tierra de una manera que cautivaría a la
gente—desde judíos devotos hasta griegos filosóficos. Escribió: “En el principio ya existía el verbo” (énfasis
agregado). La palabra griega traducida “Verbo” es logos. La palabra representa un concepto familiar para los
judíos. Como es griego, logos no se encuentra en el original del Antiguo Testamento, que se escribió en hebreo.
Pero sí aparece con frecuencia en la Septuaginta, la traducción del Antiguo Testamento al griego. Cuando Dios
quiso revelar Su identidad y Su voluntad a los seres humanos, lo hizo por medio de Su Palabra, Su logos. El
Salmo 33:6 declara que “por la palabra del Señor fueron creados los cielos”. Moisés dijo que “por esta palabra [el
pueblo de Dios] viviría largos días” (Deuteronomio 32:47). Así que, cuando el pueblo judío escuchaba la palabra
logos, sabían que significaba un mensaje de Dios para ellos, la revelación de Su voluntad a Su pueblo.
Los dualistas griegos—aquellos que creían que el mundo espiritual y el mundo físico son separados e
incompatibles—también usaban este término. Para ellos, logos era el Puente entre un Dios trascendente y el
universo material. Era el principio divino pero impersonal de la racionalidad que impartía orden al cosmos y a sus
sistemas. De modo que, tanto judíos como griegos habrían puesto atención a las declaraciones iniciales de Juan,
que se centran sobre esta palabra.
Tanto Génesis 1 como Juan 1 proceden a relatar la historia de cómo Dios creó el mundo. La versión de Juan ayuda
a explicar un misterio del relato de Génesis. La palabra usada para “Dios” en Génesis 1:1 es Elohim, un sustantivo
plural usado con un verbo singular (bara “creó”). Esto resulta extraño, puesto que el Dios del Antiguo Testamento
es monoteísta. De hecho, la más famosa de todas las oraciones hebreas, el Shemá, viene de Deuteronomio 6:4:
“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová es uno”. Los primeros tres versículos de Juan 1 arrojan luz sobre este
misterio. Dios no estaba solo cuando creó al mundo. El Dios que ha existido a través de toda la eternidad—el Dios
que no ha sido creado, sino que creó todas las cosas—estaba acompañada por “el Verbo”. Juan luego hizo dos
aseveraciones acerca del Logos.
Primero, “el Logos estaba con Dios”. Al decir que el Logos estaba presente con Dios antes de que el mundo fuera
creado, Juan estaba aseverando que para el Verbo no existe el tiempo, es eterno, así como lo es Dios. Esta
declaración también comunica la idea de relación. El Verbo y Dios, dos entidades separadas, habían tenido una
relación entre ellos por toda la eternidad.
Segundo, “el verbo era Dios” (énfasis agregado). Juan acababa de declarar que el Verbo estaba con Dios, pero su
segunda declaración parece indicar que son una y la misma persona. Juan estaba poniendo el fundamento para la
doctrina de la Trinidad. El único Dios verdadero siempre ha existido; siempre existirá. Pero existe en tres personas
diferentes que siempre han vivido y se han relacionado entre Sí: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo
(véase 1 Corintios 12:3; 1 Pedro 1:1-2; 1 Juan 5:20).
El Verbo es una persona. Al decir que el Verbo era Dios, Juan dio un gran paso hacia delante. El Logos pasó de
ser un concepto abstracto a ser una identidad personal. Esto lo subraya la primera palabra en 1:2: Él. El Logos no
es alguna fuerza impersonal como pensaban los dualistas. No, el Verbo es una persona, y esa Persona es Dios.
Juan sabía que cualquier persona que afirmara ser Dios estaba cometiendo blasfemia, un delito capital. Así que,
antes de declarar como un hecho que este Verbo, una persona, es Dios, Juan tuvo que contar con evidencia
abrumadora. El verdadero propósito de Juan al escribir era decirle al mundo quién es el Logos y proporcionar
evidencia que los convenciera. El Verbo es Jesús, quien vino a la tierra como un ser humano. Juan había pasado
mucho tiempo al lado de Él. Al registrar las palabras y acciones de Jesús durante Su ministerio público, Juan
presentó pruebas de que Jesús no era un simple profeta. Y Jesús no era solo un buen hombre. Él era Dios en la
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carne, como 1:14 claramente lo declara. También es importante, aunque no es fácil de apreciar en español, que
Juan usó la forma imperfecta del verbo en 1:1 y 1:2. La Palabra estaba con Dios no solo en el principio sino a lo
largo de toda la eternidad. Decir que el Verbo “era” Dios es como decir que el Verbo fue, es y por siempre será
Dios.
Piensa en lo que implica la declaración el Verbo era Dios. Si queremos conocer a Dios, debemos
mirar a la persona de Jesús: el Verbo. Al conocer a Jesús a través del libro de Juan y los otros
Evangelios, comenzamos a tener una imagen del carácter de Dios, Su voluntad para nosotros y Su
gran amor. No tenemos que preguntarnos quién es Dios. Él ya se nos reveló en Jesús y nos reveló a
Jesús en las Escrituras. ¡Él quiere que lo conozcamos!
El Logos Es el Creador (Juan 1:3) El Logos no solo estaba con Dios en el principio; Él estaba haciendo
el trabajo creativo de Dios: “Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a
existir”. Dios hizo todo a través del Verbo, Jesucristo. Colosenses 1:16 confirma que el Hijo, la segunda persona
de la Trinidad, es el que dio vida a todo el mundo: “porque por medio de él fueron creadas todas las cosas en el
cielo y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, poderes, principados o autoridades: todo ha sido creado por
medio de él y para él.” (Véase también Hebreos 1:2.) Jesús es el Verbo que hizo todas las cosas, con propósito y
estratégicamente. Todo lo que vemos en el mundo creado está allí gracias a Él.
Piensa en la declaración de Juan de que el Verbo es el Creador. Esta declaración tiene
implicaciones, tanto universales como personales. El cosmos está aquí porque Dios lo creó por medio
de Jesucristo. Esa es la parte universal. La parte personal es que toda persona que jamás haya vivido
le debe su existencia a Cristo—sea que lo reconozca o no.
El Logos como Vida y Luz (Juan 1:4-5) Aunque no identificó a Jesús por Su nombre hasta 1:17, Juan
continuó hablando sobre el Verbo. El versículo 4 describe al Verbo como vida y luz. A través de estas palabras,
los lectores judíos habrían visto más paralelos con Génesis 1. Uno de los primeros actos de creación fue traer luz
al mundo. El acto final en Génesis 1 fue la creación de la vida humana.
Jesús es vida. Vida aparece unas 48 veces en el Evangelio de Juan. Muchos de estos son casos en los que Jesús Se
estaba refiriendo a Sí mismo. Se identificó a Sí mismo como “el pan de vida”; “la resurrección y la vida”; y “el
camino, y la verdad, y la vida” (6:35; 11:25; 14:6). Jesús es quien, como Creador, no solo nos da vida, sino que,
como Sustentador, también nos mantiene vivos (véase Colosenses 1:17). Más adelante en el libro, hay una
descripción del tipo de vida que Él quiere para nosotros: “Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en
abundancia” (10:10). El Evangelio de Juan cuenta cómo Dios da esta vida y cómo podemos recibirla.
Jesús es luz. El segundo tema en 1:4 es la luz. El Verbo “era la luz de los hombres”. El término utilizado para
“hombres” es antropos, que puede referirse a toda la humanidad. Juan afirmaba que el Verbo había venido para
todos, no solo para aquellos de cierto origen étnico o asociación religiosa. Al introducir a la disertación el tema de
la luz, Juan pasó de la realidad física (estamos aquí porque el Verbo nos creó) a la realidad espiritual. Los judíos
estaban familiarizados con la idea de Dios como luz. El salmista había orado: “¡Haz, SEÑOR, que sobre nosotros
brille la luz de tu rostro!” (Salmo 4:6). E Isaías había profetizado acerca de una “gran luz”, “un hijo” (Isaías 9:2,
6). En los tiempos del Nuevo Testamento, esa luz brillaba sobre las personas a través de “la luz del mundo” (8:12)
—Jesús. Él había venido a arrojar Su luz en la oscuridad del pecado de la humanidad y guiarlos a Su vida
abundante. Esa luz sigue llevando a las personas a la vida.
La oración final de la introducción de Juan dice que “Esta luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no han
podido extinguirla”. La palabra griega para “extinguirla” puede significar “apresar con la intención de apagar”. Su
significado menos literal, como la palabra captada, significa “aferrarse a la mente”. Es probable que Juan tuviera
la intención de comunicar ambos significados. Los que andan en la oscuridad no pueden extinguir ni comprender
la luz. El Logos había llegado, trayendo luz a la oscuridad del mundo. Cuando se enfrentan, la luz siempre
extingue la oscuridad.
Personaliza la verdad. Los judíos entendían que logos significaba la revelación de Dios para ellos.
Teniendo en cuenta sus experiencias con Dios, ¿cómo se ha revelado a ti? ¿Cómo te gustaría ver más
de Su revelación en el transcurso de este estudio de 30 semanas? Pídele que prepare tu corazón y se
revele a ti de nuevas maneras a través de Su Palabra.

Repaso: Jesús el Verbo


22. En el estudio de esta semana de la primera parte de la introducción de Juan, ¿qué te llamó más la atención? ¿Por qué
tuvo tanto impacto eso para ti?

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