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Maradeo, Julián

La derecha católica : de la contrarrevolución a Francisco / Julián


Maradeo. - 1a ed. . - La Plata : De la Campana, 2015.
128 p. ; 22 x 15 cm.

ISBN 978-987-1725-35-9

1. Análisis de Políticas. 2. Agrupaciones Étnicas y Religiosas. I.


Título.
CDD 320.09

Fecha de catalogación: 16/09/2015

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Impreso en la Argentina

ISBN: 978-987-1725-35-9

Impreso en noviembre de 2015 en Altuna Impresores, Doblas 1968


CABA.

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Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni regis-
trada en, o transmitida por, un sistema de recuperación de información, en
ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electró-
nico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro sin permiso
previo por escrito de la editorial.
Julian Maradeo

La derecha católica:
de la contrarrevolución
a Francisco
Pedofilia, ocultamiento, política
Índice

Prólogo……………………...............................………....................…. 7
Introducción………………………….................................................... 9
Capítulo I……………………………................................................... 13
Capítulo II…………………………….................................................. 23
Capítulo III……………………………................................................. 35
Capítulo IV……………………………................................................ 53
Capítulo V…………………………….................................................. 75
Capítulo VI……………………………................................................ 97
Epílogo………………………………................................................ 123
Índice onomástico……………………................................................ 125

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Prólogo

La obra que nos presenta el colega Julián Maradeo tiene como uno de
sus ejes centrales a los delitos y aberraciones cometidos por el sacerdote
Justo José Ilarraz en Paraná, pero supera ampliamente el caso y las cir-
cunstancias relatadas, con precisión y meticulosidad, para convertirse en
un trabajo que permite ver con claridad las complicidades entre sectores
ultraconservadores de la Iglesia Católica, la misma institución eclesiás-
tica, los militares que gobernaron el país durante la dictadura militar y la
ultraderecha nacionalista de la Argentina.
Desde otra perspectiva, la obra de Maradeo no es solamente una mira-
da histórica sobre los delitos cometidos por el cura pedófilo Ilarraz y el
amparo que le dio la institución eclesiástica, sino una herramienta para
mirar la historia de hoy a la luz de perspectivas ideológicas que continúan
estando presentes en la cotidianeidad de los argentinos. Ni los sectores de
la ultraderecha nacionalista se han dado por vencidos, ni los ultraconser-
vadores católicos han perdido totalmente su influencia en el espacio de
la Iglesia. Siguen manteniendo una nada desestimable injerencia, ejercen
presiones, participan de la toma de decisiones.
Una de las manifestaciones de lo anterior es la impunidad en la que
se mantienen los delitos cometidos por Ilaraz, con la complicidad de la
Justicia y de la Iglesia.
Desde otra perspectiva se puede afirmar que para entender la historia
política de la Argentina es imprescindible estudiar y analizar el compor-
tamiento de la Iglesia Católica como institución y como factor de poder.
Lo que aquí se escribe ayuda a complejizar esa mirada.
La obra de Maradeo pone en evidencia también el doble discurso de
la institución eclesiástica católica que, mientras proclama determinados
principios y valores, actúa de manera contraria encubriendo a quienes,
dentro de sus propias filas, han cometido delitos aberrantes. El argumento
suele ser siempre el mismo: “el prestigio de la Iglesia”. Como si el daño
a la imagen católica la cometieran las víctimas o los denunciantes y no
los criminales que finalmente terminan favorecidos. Es y ha sido una
conducta que hasta la fecha no fue desterrada.
Desde el punto de vista de la investigación histórica y periodística, la
obra que está en sus manos es una pieza incuestionable de riguroso perio-
dismo de investigación, un trabajo en el que queda en evidencia que cada

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dato ha sido verificado, comprobado.
La pertinencia y la cantidad de fuentes, las referencias cruzadas, el re-
corrido de los personajes mencionados, los hechos relatados con veraci-
dad constituyen al mismo tiempo un material sumamente valioso para
reconstruir una parte de la historia argentina reciente, y, a su vez, extraer
conclusiones no solo sobre el pasado, sino también para iluminar el pre-
sente. Es un ejemplo del aporte que, desde el periodismo, se puede (¿se
debe?) hacer para mejorar el conocimiento sobre los hechos históricos y,
de esta manera, avanzar en la consolidación del derecho que tiene la ciu-
dadanía a tener información suficiente y necesaria para formar su propio
punto de vista y tomar decisiones libres.
En definitiva, un trabajo histórico y periodístico de investigación que,
de la mano de una pluma ágil y precisa, permite comprender la relación
entre la Iglesia Católica y el poder en la Argentina.

Washington Uranga

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Introducción

Hechos.

Primero. En julio de 1995, el arzobispo de Paraná, Estanislao Karlic,


casi en secreto, convoca, en una simulación de juicio diocesano, a varios
jóvenes para que testimonien sobre los abusos que padecieron durante su
paso por el Seminario Menor. Las acusaciones apuntaron directamente
contra su protegido, el cura Justo José Ilarraz.
Segundo. En agosto de 2005, el presidente de la DAIA Paraná, Eduardo
Furman, recibe en su oficina un sobre, en cuyo interior se encuentra la
imagen de una calavera cruzada por tibias, una cruz esvástica en la frente
y la leyenda “Viva Cristo Rey”.
Tercero. En enero de 2011, durante la Fiesta del Chivo, en Malargüe,
Mendoza, en momentos en que el grupo Les Lutherieces interpretaba
“Educación sexual moderna”, salta al escenario el padre “Pato”, quien,
luego de quitarle el micrófono al protagonista, sentencia: “Somos católi-
cos y no voy a permitir que ensucien mi castidad”.
Cuarto. El 16 de octubre de 2012, en una jornada organizada por la
Fundación Copaipa, el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, abre
el Seminario sobre Régimen Municipal y Desarrollo Local, a cargo del
presidente de la Fundación Civilidad, Pablo María Garat.
Quinto. En noviembre de 2013, mientras, en la Catedral Metropolitana,
se conmemora el 75º aniversario de la Noche de los Cristales Rotos, un
grupo de fanáticos irrumpe a los gritos. A la par que algunos de ellos co-
mienzan a rezar dando alaridos, otros reparten volantes en los que se lee:
“Fuera adoradores de dioses falsos del templo santo”.
¿Qué hilo invisible entrelaza cada uno de estos hechos? Ni más ni me-
nos que un proyecto político-religioso que vivió su auge durante la déca-
da del ‘60 y del ‘70, y tuvo en Paraná su base de operaciones.
Mientras, en la capital de Entre Ríos, las ideas que se propagaron des-
de el Arzobispado siguen en boga y se manifiestan latentes, el proyecto
político del integrismo católico vernáculo se ha modernizado e intenta
diseminarse silenciosamente.
Este libro recorre, necesariamente, la conformación del Seminario de
Paraná, conducido por Alberto Ezcurra Uriburu, y la forma en que se
vertió su influjo sobre la ciudad, a pesar de que el grupo de tradiciona-

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listas que forjó el arzobispo Adolfo Servando Tortolo fue desactivado a
principios de la década del ’80.
Aparece con singular potencia la figura del sacerdote francés Jorge Gras-
set, mentor de la Ciudad Católica en Argentina e infatigable promotor de
grupos preconciliares que aún hoy, con suerte dispar, se mantienen vigen-
tes. Grasset funge como hilo de Ariadna para desencriptar múltiples hechos
históricos que se desarrollaron entre fines de la década del ‘50 y el presente.
El retorno de la democracia no significó la desaparición ni el agotamien-
to de las facciones religiosas conservadoras, sino el inicio de su transfor-
mación. Esta se produjo, fundamentalmente, por medio de la creación y
el fortalecimiento de experiencias al estilo del Instituto del Verbo Encar-
nado, en Mendoza, y, también, a través de la modernización, más que
nada en lo concerniente a la forma de intervención política. Ejemplo de
esto último no son los institutos que aglutinan a los antiguos escribientes
de las publicaciones integristas, sino las fundaciones o universidades que
articulan con partidos de derecha y gobiernos municipales y provinciales.
A todo esto, sin embargo, Paraná se asemeja a un fresco de la década del
’60, con una sociedad atravesada, en sus diferentes expresiones, por los
designios de la curia local. Aunque todo hacía pensar que el reemplazo de
Tortolo por Karlic, en el primer lustro de la década del ’80, implicaba el
tardío tránsito hacia el requerido aggiornamiento, los hechos de las últimas
décadas lo desmienten. A lo que hay que añadir el intenso activismo en di-
versos espacios por parte de grupos reducidos, pero eficaces. El caso para-
digmático es el del Grupo Unidad, compuesto principalmente por jóvenes
de la Fuerza Aérea local, que son adoctrinados en el colegio El Madero.
En fin, más allá de la implosión del mito de la nación católica, pasando
por el intento de implementar el comunitarismo, que se propuso reformar
el contrato social -Onganiato mediante-, y la complicidad durante el ge-
nocidio perpetrado en la década del ‘70, hasta la etapa de repliegue, con
apariciones abruptas como brotes, lo evidente es que la premisa distintiva
que pregonaba Grasset sobre cuál es el verdadero objetivo, se mantiene
en pie: “La reforma de instituciones a través de la formación de un peque-
ño grupo de hombres”.

****

Este libro recorre el camino trazado por tres maestros del periodismo
argentino: Gregorio Selser, Rogelio García Lupo y Horacio Verbitsky.
Esta investigación no hubiese sido posible sin el coraje de las víctimas;
el espaldarazo de Washington Uranga; las numerosas charlas entre mates
o pintas con Luciano Lahiteau; la enorme predisposición de Germán Fe-

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rrari, Ricardo Leguizamón, Daniel Enz, Jorge Riani, Juan Cruz Varela,
Valeria Galván, Carlos Benedetto, María Bargo, Elena Scirica, María del
Carmen Barbarito, Martín Vicente, Julio Ortiz y Mario Ranalletti; la ad-
mirable y fraternal paciencia de Luciano Tejada, Pablo Scorsetti, Ignacio
Damiani y Ezequiel Coria; la terquera en mi ADN de Marga y Mario; el
abrazo de Nadia y Andrés y, fundamentalmente, la sonrisa de Valen y
Juan Cruz: porque con ellos, todo.

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Capítulo I

Es menester que reine Cristo, dice San Pablo: Dios Padre le sujetó
todas las cosas. Es necesario que los hombres y los pueblos sean
súbditos y discípulos de Cristo, sean miembros de su reino temporal,
que es la Iglesia, para poseer la verdad, la vida y la libertad que dis-
ponen al hombre y le abren las puertas del Reino celestial y eterno;
porque fuera de él no hay sino error, muerte y servidumbre, así para
los pueblos como para los individuos. Voz y órgano de Jesucristo.
La Iglesia enseña, rige y gobierna a las muchedumbres en nombre
de Aquél que ha sido constituido piedra angular de la humana socie-
dad, el mismo que impíamente es reprobado, en la moderna, por los
edificadores de una engañosa civilización y mentida libertad.(Pri-
mera Pastoral Colectiva del Episcopado Argentino, 1889)

Y si ahora mandamos que Cristo Rey sea honrado por todos los
católicos del mundo, con ello proveeremos también a las necesida-
des de los tiempos presentes, y pondremos un remedio eficacísimo
a la peste que hoy inficiona a la humana sociedad. Juzgamos peste
de nuestros tiempos al llamado laicismo con sus errores y abomi-
nables intentos; y vosotros sabéis, venerables hermanos, que tal
impiedad no maduró en un solo día, sino que se incubaba desde
mucho antes en las entrañas de la sociedad. Se comenzó por negar
el imperio de Cristo sobre todas las gentes; se negó a la Iglesia el
derecho, fundado en el derecho del mismo Cristo, de enseñar al
género humano, esto es, de dar leyes y de dirigir los pueblos para
conducirlos a la eterna felicidad. Después, poco a poco, la religión
cristiana fue igualada con las demás religiones falsas y rebajada
indecorosamente al nivel de éstas. Se la sometió luego al poder
civil y a la arbitraria permisión de los gobernantes y magistrados.
Y se avanzó más: hubo algunos de éstos que imaginaron sustituir
la religión de Cristo con cierta religión natural, con ciertos sen-
timientos puramente humanos. No faltaron Estados que creyeron
poder pasarse sin Dios, y pusieron su religión en la impiedad y en
el desprecio de Dios. (Encíclica Quas Primas, 1925)

El 5 de enero de 1963, imperceptiblemente, empezó a cambiar la historia

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de Paraná. Llegado de Catamarca, tras el nombramiento del papa Juan XXIII,
Adolfo Servando Tortolo retornó a la ciudad, para convertirse en el arzobispo
de esa diócesis, en reemplazo del fallecido Zenobio Lorenzo Guilland.
La Iglesia argentina venía de padecer una herida profunda como con-
secuencia de su enfrentamiento con Juan Perón, fundamentalmente, du-
rante la última etapa de su gobierno. Si, como se afirmó, “el 4 de junio
de 1943, la Iglesia alcanzó el poder”1, el mano a mano con el líder del
peronismo hizo temblar los cimientos de la nación católica.
La sanción de las leyes que garantizaban la libertad de culto y quitaban
las exenciones impositivas y la supresión de la enseñanza religiosa en
las escuelas públicas, llevaron a la cúpula eclesiástica a divorciarse por
completo de aquél y fortalecer su alianza con los militares antiperonis-
tas. Por eso no sorprendió que en la primera etapa del régimen castrense
autodenominado “Revolución Libertadora”, que derrocó a Perón el 16 de
septiembre de 1955, hayan estado presentes, entre otros, el fundador de
los Cursos de Cultura Católica2 y de la revista Criterio3, Atilio Dell’Oro
Maini, el coronel Juan Francisco Guevara y el creador del Ateneo de la
República4, Mario Amadeo.
Ya el golpe de Estado que había volteado a Hipólito Yrigoyen, en 1930,
inaugurando el siglo corto5 de las dictaduras argentinas, empezó a mos-
trar el encastramiento entre militares y la curia, alianza que perduraría a
lo largo de todos y cada uno de los gobiernos de facto. Pero para llegar a
ese punto, primero, hubo varios traspiés.
La inquietud por constituir un movimiento social católico venía desde fi-
nes del siglo XIX, ya sea con el intento fallido por edificar un partido, como
lo fue la Unión Católica en 1880, o, por caso, a través del sacerdote alemán
1) Loris Zanatta: Perón y el mito de la nación católica. Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1999, p. 10.
2) Creada en 1928, tuvo como primer director a Atilio Dell’Oro Maini, quien fue, en 1932, reemplazado
por el sacerdote Gustavo Franceschi, miembro de Acción Católica y uno de los promotores de los Cursos
de Cultura Católica. Reunió a las principales plumas del integrismo católico, como por caso el cura Julio
Meinvielle y Leonardo Castellani.
3) Los Cursos de Cultura Católica fueron creados, en 1922, por Tomás Casares, Atilio Dell Oro Maini y
Osvaldo Horacio Dondo, convirtiéndose en un espacio de formación para los cuadros católicos contra el
liberalismo y el estado laico.
4) Fue creado en 1940 por Máximo Etchecopar y Mario Amadeo. De él formaron parte futuros funciona-
rios de las sucesivas dictaduras.
5) Concepto desarrollado por el historiador egipcio Eric Hobsbawm para referirse al tardío siglo XX, que,
según su perspectiva comenzó con la Primera Guerra Mundial y concluyó, simbólicamente, con la caída
del Muro de Berlín en 1989. Se lo concibe así por las significativas transformaciones que se produjeron
durante este período. En Argentina, entre 1930 y 1983, sólo el primer mandato del gobierno presidido por
Juan Perón pudo cumplir el tiempo establecido por la Constitución Nacional. Sin embargo, fue derrocado
en 1955 mientras transcurría el segundo. Lo sucedido durante esos 53 años atravesados por alianzas que
tuvieron a los militares como actor imprescindible, y cuánto gravitó permiten señalar que hubo un siglo
corto dentro de otro siglo, marcado por las dictaduras militares.

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Federico Grote, fundador de los Círculos Católicos de Obreros. Décadas
después, volverían a dar un nuevo paso en falso en el intento por constituir
una fuerza política confesional cuando se creó la Unión Popular Católica
Argentina (UPCA). De corte conservador y activista, la política social de
la Iglesia, moldeada por las encíclicas Rerum Novarum (1891), primero,
y Quadragesimo Anno (1931), después, tuvo en la Gran Colecta Nacional
(GCN), organizada por la UPCA en 1919, uno de sus puntos más altos. Bajo
el objetivo de acercase a los obreros, el manifiesto de la GCN advertía, en un
enérgico tú a tú, sobre las consecuencias que acarrearía el hecho de mante-
nerse al margen en una sociedad en estado de ebullición y ante el ascenso del
comunismo: “¡Tú das a Dios! Pero ¿no ves que hasta ahora has dado según
lo que te ha dictado tu generosidad, tu celo, tu bien parecer, tu capricho? En
esto has hecho tu voluntad. Pero hoy es Dios quien te pide que hagas la suya,
que des lo que Él te pide y exige, no para un altar o una capilla o el adorno de
un templo sino para salvar a la sociedad y con ella su Iglesia Santa. Por eso
te pide por boca de aquellos a quienes el mismo Dios ha puesto para regir la
Iglesia y anunciar a los fieles el querer y beneplácitos divinos. Tú das para el
culto, pero ahora los obispos no te piden en nombre de Dios para eso. Saben
muy bien los prelados que de nada servirán las iglesias ni lo demás que has
querido dedicar al Señor si la sociedad y el orden público padecen naufragio.
Si en realidad has dado mucho para la gloria del Señor, no niegues ahora lo
que la misma Iglesia te pide para que no se malogren tus dádivas. ¿Ves toda
esa multitud de hermosas iglesias, de preciosos asilos, de grandes colegios,
de tantos y tantos edificios dedicados a hacer el bien? Pues todo eso en un
solo día de revolución social puede quedar arruinado para siempre”.
La alarma venía desde Roma. En 1925, Pío XI, en su encíclica Quas Pri-
mas, por medio de la que instituyó las festividades de Cristo Rey, desplegó
una explicación más bien política sobre porqué elegía esa circunstancia para
hacerlo: (…) “los documentos históricos demuestran que estas festividades
fueron instituidas una tras otra en el transcurso de los siglos, conforme lo iban
pidiendo la necesidad y utilidad del pueblo cristiano, esto es, cuando hacía
falta robustecerlo contra un peligro común, o defenderlo contra los insidiosos
errores de la herejía, o animarlo y encenderlo con mayor frecuencia para que
conociese y venerase con mayor devoción algún misterio de la fe, o algún
beneficio de la divina bondad. Así, desde los primeros siglos del cristianis-
mo, cuando los fieles eran acerbísimamente perseguidos, empezó la liturgia a
conmemorar a los mártires para que, como dice San Agustín, las festividades
de los mártires fuesen otras tantas exhortaciones al martirio. (…) Además,
entre los beneficios que produce el público y legítimo culto de la Virgen y
de los Santos, no debe ser pasado en silencio el que la Iglesia haya podido
en todo tiempo rechazar victoriosamente la peste de los errores y herejías.”

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Poco a poco, la Iglesia había ido labrando un preocupante diagnóstico a
raíz del avance del laicismo, que tenía entre sus principales hitos naciona-
les a la Ley de Educación Común Nº1420, la creación del Registro Civil,
el matrimonio civil y la Reforma Universitaria. En ese contexto, el Ejér-
cito se convirtió en la viva esperanza de la curia, que desde fines del siglo
anterior venía denunciando el proceso de descristianización social. Con
el objetivo de realizar, de una vez por todas, el mito de la nación católica,
cuyo orden social debía estructurarse a partir de cuerpos intermedios re-
gidos por el principio de subsidiariedad -como lo dictó el Sumo Pontífice
en Quadragesimo Anno-, la ortodoxia católica vio en el Ejército no solo
su brazo armado, sino también el último refugio de la tradición hispánica.
Los militares fueron el principal actor contra la apostasía que represen-
taba el dominio del número, la soberanía popular, en fin, la democracia.
Más claras serían, años después, las palabras de Jordán Bruno Genta,
uno de los principales ideólogos del nacionalismo católico, en su obra
“El nacionalismo argentino”: “Se requiere un cambio de mentalidad y de
costumbres, a través del retorno a los principios superiores que nos dieron
el ser. Se requiere la superación de las ideologías que confunden la mente
y envenenan el corazón de los argentinos. Se requiere terminar con las
especulaciones, las expoliaciones y con toda forma de explotación finan-
ciera de la Nación y de las personas. Se requiere una redistribución de la
población, de la industria, del comercio y de los recursos que contemple
las necesidades regionales y la Seguridad de la Nación (sic). Se requiere
una movilización de todos los argentinos y el sacrificio de todos para la
salvación común. El cumplimiento de este difícil programa político, solo
puede llevarlo a cabo una Dictadura Nacional (sic) con el respaldo de las
FF.AA. y de las personas honestas del país”.
No fue durante la década del ’30, mientras la Acción Católica, consi-
derada la milicia papal, ocupaba el lugar de la UPCA, se creaban diez
diócesis y de las once existentes seis eran promovidas a arquidiócesis,
cuando más cerca se sintieron de conseguirlo, sino recién a partir del
golpe de 1943, que los llevó a creer en la posibilidad de la ansiada “res-
tauración nacional”. El botín más preciado fue la educación, desde donde
los integristas procuraron hacer los cambios de fondo, como lo fue la
intervención de las universidades tras la asunción del escritor Hugo Wast,
seudónimo de Guillermo Martínez Zuviría, como ministro de Instrucción
Pública y de Justicia, quien luego sería reemplazado por Alberto Bal-
drich, tras un breve interregno de Honorio Silgueira. Este aspecto es el
que llevó al historiador francés Alain Rouquié a marcar que a la Iglesia
le concedieron el aparato ideológico del estado6, pero no el poder, a dife-
6) Alain Rouquié: Autoritarismos y democracia. Edicial, 1994, Buenos Aires, p.94.

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rencia de lo que afirmó Loris Zanatta. Desde allí, se instruyó la enseñanza
religiosa en las escuelas, se suprimió la autonomía universitaria y, entre
otras iniciativas, se trabajó denodadamente por la “confesionalización de
la historia patria”, motivo por el que se deslizó la idea de “imponer como
texto escolar una obra dedicada por Sarmiento a la vida de Cristo”7. Todo
duró poco más de un año. Según Zanatta, los fracasos evidenciados en el
cumplimiento de estas políticas condujeron a la Iglesia a iniciar una “re-
tirada táctica” para no quedar pegada en el mare magnum de acusaciones
cruzadas entre Fuerzas Armadas y laicos, cerrando lo que el sociólogo
italiano denominó la “fase de cristianización autoritaria”.
Ahora bien, durante ese lapso, se robusteció el papel de los capellanes
militares, quienes cumplieron un rol no solo activo y decisivo sino tam-
bién visible en las celebraciones clérico-militares. “La Acción Católica y
el clero castrense- resumió Horacio Verbitsky8 -serán las bases del rena-
cimiento eclesiástico en Argentina”.
En ese momento, era el ascendente teniente coronel Juan Perón, quien
concitaba el beneplácito de una buena parte de la cúpula católica. Pero lo
cierto es que, con Perón ya convertido en presidente, desde un primer mo-
mento la relación fue tensa, tal como lo muestran, en 1946, las fricciones
en torno de la Ley de Asociaciones Profesionales, que “al negar reconoci-
miento a aquellas organizaciones sindicales que se constituyeran en base
a credos religiosos, ponía fin a todo proyecto de sindicalismo católico”9.
Para la historiadora Susana Bianchi, el primer conflicto abierto se pro-
dujo a raíz del crecimiento exponencial del espiritismo, que se palpó, en
1950, cuando organizaron un acto multitudinario en el Luna Park, cuya
consigna era “Jesús no es Dios”, contando, en la apertura, con un mensaje
del propio Presidente. Inesperadamente, la celebración fue interrumpida
por militantes de Acción Católica, que a la marcha en las adyacencias del
lugar le sumaron infiltrados en las tribunas. Ya en 1954, Perón denuncia-
ría las actividades en su contra por parte de ésta y de algunos sacerdotes,
como el arzobispo de Córdoba, Fermín Lafitte. Como para que no sean
necesarias más pruebas sobre el papel jugado por los activistas católicos,
basta con recordar que los aviones que surcaban el cielo durante el intento
de golpe, en junio de 1955, portaban una imagen en la que se veía una
cruz sobre la V, cuyo significado era “Cristo vence”.

7) Loris Zanatta: op. cit., p. 116.


8) Horacio Verbitsky: Cristo Vence, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2007, p.109.
9) Susana Bianchi: Perón y la Iglesia: una tormentosa relación, Todo es Historia, Nº401, diciembre del
2000.

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Combate decisivo

El renovado vínculo entre la Iglesia y las Fuerzas Armadas no se puede


entender en toda su magnitud sin notar el papel preponderante que jugó An-
tonio Caggiano, arzobispo de Buenos Aires desde 1959.El recorrido del san-
tafecino es todo un testimonio de época: en 1931, fue el primer asesor de la
Acción Católica Argentina; dos años después, se convirtió en Vicario Gene-
ral del Ejército en lugar de Santiago Copello, y, en 1934, Pío XI lo nombró
obispo de Rosario. Más de un decenio después, en 1946, según reveló el pe-
riodista Uki Goñi en “La auténtica Odessa”, Caggiano mantenía entrevistas
en el Vaticano para que Argentina se convirtiera en refugio de los criminales
de guerra franceses escondidos en Roma. Uno de ellos fue Robert Pincemin,
futuro integrante fundacional de la Ciudad Católica en Argentina.
Ya convertido en cardenal, en el prólogo de la traducción al castellano,
realizada por el coronel Juan Guevara, de “Marxismo leninismo”, obra
del fundador de Cité Catholique, Jean Ousset, Caggiano dejó impreso su
pensamiento sobre la “lucha ideológica” que, a su juicio, demandaba una
preparación urgente: “En esta lucha del espíritu contra el más perverso de
todos los errores y el más siniestro de todos los males hay que preparar
el combate decisivo en el orden ideológico, ilustrando las inteligencias
sólidamente con la verdad. Defendamos las inteligencias si queremos sal-
var los hombres y la civilización que llamamos cristiana de Occidente.
Defendamos la verdad si queremos que se levanten generaciones que no
solamente fueran oyentes de la verdad, sino realizadoras de la misma.
(…) Deberemos acercarnos a las fuentes de la verdad y de los principios
naturales que heredamos de la sabiduría greco-romana y deberemos acer-
carla a las fuentes de aguas vivas de la Revelación cristiana para retomar
un camino que se abandonó en mala hora”.
Mientras arreciaba el enfrentamiento con Perón, quien había quitado
la personería jurídica a la Acción Católica y suspendido la realización
de actos religiosos en las Fuerzas Armadas, promediando la década del
50, Caggiano impulsó la radicación de los Cooperadores Parroquiales de
Cristo Rey (CPCR) en Rosario, su terruño religioso. Los CPCR habían
sido creados, en 1928, por Francisco de Paula Vallet en Barcelona, Espa-
ña. Bajo esta hipótesis de “combate decisivo”, Caggiano fue el impulsor
de un hecho fundamental que gravitaría sensiblemente a lo largo de los
años, garantizando la penetración de la parte más conservadora del clero
en la mentalidad de las Fuerzas Armadas: pues, a partir de sus gestiones,
en 1957, se organizó el Vicariato castrense, independizando a los capella-
nes y vicarios de los obispos de las diócesis correspondientes.
En el conservadurismo católico vernáculo surtían efecto las ideas de,

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por ejemplo, Charles Maurras, el creador de Acción Francesa y formador
de Ousset, pero también las de los españoles José Ortega y Gasset y el
converso Ramiro de Maetzu, nombrado, en 1928, embajador en Argenti-
na de la España de Primo de Rivera. En su obra “Defensa de la Hispani-
dad”, De Maetzu advirtió que los principales males que amenazaban a la
nación eran “la constante crítica y negación de las dos fuentes históricas
de la comunidad de los pueblos hispánicos, a saber: la religión católica y
el régimen de la monarquía católica”.
Por su parte, en los tres viajes que realizó al país, Ortega y Gasset tuvo
una recepción diversa, dado que, por un lado, fue amigo de Máximo Et-
checopar, embajador del gobierno de Perón ante el Vaticano, entre 1950
y 1955, y persistente denunciante de críticas que creía antiespañolas y
antieclesiásticas; y, a su vez, el abogado liberal conservador Jaime Pe-
rriaux fue uno de sus principales difusores. Amigo del discípulo de Orte-
ga, Julián Marías, socio de Nicanor Costa Méndez10 y cabeza del holding
filonazi Staudt& Cía., Perriaux se convertiría en el dueño de los derechos
editoriales de la obra de Ortega y Gasset en el país.
Hubo otra etapa, en la que, con reivindicaciones confusas, la violencia
del catolicismo nacionalista desbordó. Caído Perón, la resistencia pero-
nista se extendería por casi dos décadas, convirtiéndose en “el escena-
rio del nacimiento, desarrollo y muerte de un conjunto de agrupaciones
conformadas por jóvenes católicos y nacionalistas de derecha, conocidas
bajo el nombre genérico de Tacuara”11.
El nacionalismo de Tacuara abrevaba en el legado del falangismo es-
pañol y el fascismo italiano. Esto quedaba expuesto, como señaló la his-
toriadora Valeria Galván, en el culto a la virilidad, el uso de uniforme y
el brazalete con la Cruz de Malta. Esta última era complementada por el
saludo romano y el águila prusiana. A su vez, tenían como referente inte-
lectual a Jaime María de Mahieu. Este sociólogo francés, exiliado luego
de la Segunda Guerra Mundial, fue acusado de colaboracionista nazi, a
causa de haber sido parte del régimen de Vichy durante la ocupación.
Uno de los líderes de esa organización juvenil, Alberto Ezcurra Uri-
buru, conformó el contingente que llegó de la mano de Tortolo a la reco-
leta capital entrerriana. Formado en el colegio católico Champagnat, Ez-
curra Uriburu comandó el brazo antisemita del Movimiento Nacionalista
Revolucionario Tacuara, que utilizaba métodos de autoflagelamiento y
tortura como forma de disciplinamiento y castigo de sus integrantes.
10) Fue ministro de Relaciones Exteriores entre 1966 y 1969, cargo que volvió a ocupar en 1981, cuando
fue convocado por Leopoldo Galtieri. Íntimo de Jaime Perriaux, formó parte del Ateneo de la República,
compuesto por varios de los que compusieron distintos elencos de los regímenes de factos post 1955.
11) Valeria Galván: El Movimiento Nacionalista Tacuara y sus agrupaciones derivadas: una aproximación
desde la historia cultural, tesis de maestría, Universidad de San Martín, 2008.

19
En momentos en que, en Formosa, desembarcaban clandestinamente
algunos de los cabecillas de la Organización del Ejército Secreto (OAS),
Tacuara transitaba su camino hacia el ocaso y Ezcurra Uriburu, influido
por el sacerdote judeofóbico Julio Meinvielle, era readmitido como se-
minarista.
En “Nacionalismo y antisemitismo en la Argentina”, Daniel Lvovich
mensuró la importancia de este cura de apellido francés: “En el contexto
de la crisis política e ideológica del liberalismo, en la década de 1930
Julio Meinvielle sentó las bases de una vasta interpretación católica tra-
dicionalista de la sociedad y de la historia, probablemente el edificio doc-
trinario más completo que pueda encontrarse en la derecha argentina”12.
El propio Meinvielle había transitado por los Cursos de Cultura Católica,
uno de los primeros intentos por formar cuadros bajo la corriente inte-
grista en el país. Los CCC fungieron como “germen de una importante
universidad confesional y espacio de sociabilidad para oficiales y secto-
res de la alta burguesía católica argentina. Allí se le asignó (a Meinvielle)
la cátedra “Dogma” y en sus clases reconfortaba a los oficiales asistentes
sosteniendo que la vía iniciada en septiembre de 1930 con el golpe de Es-
tado había salvado a la Nación de los “excesos” cometidos por el pueblo
durante la primera experiencia democrática”13.
No obstante, otro de los católicos nacionalistas más notorios, Juan Carlos
Goyeneche, había encabezado, en 1942, - según Goñi, enviado por Perón-
una serie de negociaciones para que los regímenes de Adolf Hitler y Be-
nito Mussolini apoyasen el golpe contra el presidente conservador Ramón
Castillo, el cual se produjo un año después. Testimonio de esto quedó en
la necrológica que compuso Eugenio Vegas Latapie, enfático defensor de
la monarquía española: “Llegó a España al comienzo de la década de los
años cuarenta, lleno de entusiasmo por España, por la Cruzada contra el
comunismo ateo, por la proyección de estos valores en Hispanoamérica.
Pero traía una inquietud: su país necesitaba una urgente transfusión de san-
gre. Los “ideales” del conservadurismo liberal no podían seguir rigiendo
los destinos de la Argentina, ni de hecho, ni de derecho. Y el nacionalismo
criollo era joven todavía en doctrina y mucho más en experiencia. Vino con
esa preocupación. Con la esperanza de hallar aquí las enseñanzas madura-
das en una larga lucha contra el “régimen” descreído y falaz y su secuela:
el socialismo marxista; sin excluir las peligrosas desviaciones de la demo-

12) Daniel Lvovich: Nacionalismo y Antisemitismo en la Argentina. Ediciones B Buenos Aires, 2003, p. 404.
13) Mario Ranalleti: Contrainsurgencia, catolicismo intransigente y extremismo de derecha en la for-
mación militar argentina. Influencias francesas en los orígenes del terrorismo de Estado (1955-1976),
Prometeo, Buenos Aires, 2009, pp. 253-254.

20
cracia cristiana todavía no conocida por ese nombre”14.
En esa misma necrológica, publicada en 1982, Latapie aportó un dato
trascendental: Goyeneche, quien fuera Secretario de Informaciones del
general Eduardo Lonardi cuando éste fue impuesto como presidente de
facto, se convirtió en uno de los sostenes iniciales de Jorge Grasset, en
momentos en que el cura francés arribaba al país para echar los cimien-
tos de la Ciudad Católica. Tras haber participado en la guerra de Argelia
como capellán del Ejército galo, Grasset llegó a Argentina en plan de
expandir la Cité Catholique, buscando crear organizaciones hermanas.
Su primera morada, en 1957, fue la sede rosarina de los CPCR, don-
de se realizaban -y siguen haciéndose actualmente- masivos Ejercicios
Ignacianos, en los que él se destacó rápidamente por su prédica. Al año
siguiente, en noviembre, los CPCR realizaron un congreso en Gualegua-
ychú, donde, en su homilía, Tortolo, por entonces obispo auxiliar de Para-
ná, apuntó contra el comunismo, como la expresión del Diablo en el siglo
XX. No faltaría mucho para que Grasset, durante los seis meses que per-
manecía en el país, situase a Paraná como uno de sus lugares predilectos.

14) Eugenio Vegas Latapie: In memorian Juan Carlos Goyeneche, Fundación Speiro, España, 1982. Dis-
ponible en:www.fundacionspeiro.org/verbo/1982/V-209-210-P-968-970.pdf.

21
22
Capítulo II

La Ciudad Católica no desea constituir un ejército marchando


al compás y al que se moviliza a horas fijas, sino suscitar grupos
ínfimos susceptibles de plegarse, para sus luchas, a las exigencias
más variables de tiempo y lugar (...). (La Ciudad Católica) llena un
papel que puede ser fundamental como bisagra entre lo espiritual y
lo temporal, papel de formación, de formación cívica para la con-
tra-revolución; papel de acción: de acción ideológica por un orden
social cristiano. (La formación de los cuadros, revista Verbo, 1961)

El padre Grasset vivió muchos años exclaustrado de nuestra con-


gregación, para poder ayudar, espiritual y doctrinalmente, con ma-
yor libertad, a los militares en Argentina. (José María Fernández
Cueto, sacerdote de los Cooperadores Parroquiales de Cristo Rey)

Habiendo esta Reforma nacido del liberalismo, del modernismo,


está totalmente envenenada; sale de la herejía y desemboca en la he-
rejía (…) Es pues imposible a todo católico consciente y fiel adoptar
esta Reforma y someterse a ella de cualquier manera que sea. La úni-
ca actitud de fidelidad a la Iglesia y a la doctrina católica, para nues-
tra salvación, es el rechazo categórico a aceptar la Reforma. (Decreto
fundacional de la Fraternidad Sacerdotal San Pio X, 197415)

Durante el segundo lustro de la década del 60’, Adolfo Servando Tortolo


nombró a Ezcurra Uriburu como vicerrector del Seminario Mayor de Paraná,
entonces dirigido por Luis Zanitti. Mientras entre los más apegados al hijo
del creador del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas
se encontraba el cura Rafael Sáenz, autor de numerosos libros, el administra-
dor era el futuro director de la revista Mikael, Silvestre Cecilio Paul.
De figura cadavérica y oratoria moralizante, el ex Tacuara tenía a su
cargo varias materias, como Doctrina Social, Marxismo y Teología Mo-
ral. A pesar de algunos aires de renovación que se visibilizaban con el
surgimiento del Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, Ezcurra
reivindicaba el medieval Concilio de Trento, ignorando de plano el Con-
15) El obispo de Tulle, monseñor Marcel Lefebvre se refería al Concilio Vaticano II, al que, incluso,
actualmente, se opone la Fraternidad San Pío X.

23
cilio Vaticano II. Por eso no resulta casual que al rechazo enfático a las
mujeres dentro del Seminario, se sumasen las órdenes explícitas de Tor-
tolo para que se aparte a quienes tenían tendencias homosexuales, convir-
tiendo el sentimiento por el fútbol en un filtro clave. El cura José María
Mestres era el encargado de detectarlos y perseguirlos.
Por otro lado, más allá de que una buena parte de los seminaristas pro-
venía de hogares humildes de la campaña entrerriana, desde la llegada
de Tortolo comenzaron a visitar el Seminario católicos nacionalistas de
profesiones diversas. A su vez, también se produjo una migración, com-
puesta, en buena parte, por quienes habían pasado por el Movimiento de
los Eslabones, radicado en Mendoza16. Porteño de origen, Juan Alberto
Puíggari, actual arzobispo de Paraná, fue uno de los que llegó en aquella
oleada impulsada por el arzobispo.
En las calles de la ciudad, la ideología que se vertía desde el Arzobis-
pado era difundida por la organización laica, constituida en Brasil, Tradi-
ción, Familia y Propiedad (TFP). La TFP paranaense era liderada por los
hermanos Tost Torres, “conocidos por el grado de violencia que tenían y
estrechamente vinculados a Tortolo. Muchos de sus integrantes eran de
importantes familias de la ciudad, mientras que otros estaban relacionados
con la unidad militar de la Fuerza Aérea Argentina, en las adyacencias de la
capital entrerriana por esos días y ya hacían tareas de inteligencia. Otros, se
iban formando en el Liceo Militar General Belgrano, de Santa Fe”17.
El integrismo católico atravesaba un momento de efervescencia a nivel
nacional. Los Cursillos de Cristiandad eran un claro ejemplo. Originados
en España a fines del ‘40, tomaron forma en el país a lo largo de la déca-
da del ‘60. Más allá de las discusiones en torno de si en ese contexto se
gestó el golpe de 1966 contra Arturo Illia, lo cierto es que varios de los
cursillistas protagonizaron esa etapa, entre ellos los generales Juan Carlos
Onganía y Alejandro Agustín Lanusse y el empresario y futuro ministro
de Economía de la Revolución Argentina18, Néstor Jorge Salimei.
Los Cursillos funcionaron como “espacios integrales de sociabilidad
que darían lugar a cierto microclima tradicionalista, autoritario y fuerte-
mente católico, propio del entramado social en el que vivirían gran parte
de los miembros de las sucesivas dictaduras”19. Tras varios intentos trun-
16) Daniel Enz: Abusos y pecados. Ediciones de autor, Paraná, 2012, p. 56
17)Daniel Enz: op. cit. p. 7.
18) Tras el golpe militar de junio de 1966, la Junta Militar dio a conocer el Estatuto de la revolución Ar-
gentina, el cual contaba con 10 artículos. El mismo quedó sin efecto recién el 25 de mayo de 1973, cuando
Héctor Cámpora asumió la presidencia de la Nación.
19)Fortunato Mallimaci y Guido Giorgi: Catolicismos, nacionalismos y comunitarismos en política so-
cial. Redes católicas en la creación del Ministerio de Bienestar Social de Argentina (1966-1970), Cultura
y Religión Vol VI Nº1, junio de 2012, p. 113-144.

24
cos, el primer encuentro se realizó, en marzo de 1966, en la Arquidiócesis
de Buenos Aires, situada en la estancia La Montonera.
Sin embargo, la Ciudad Católica fue la organización laica que más profun-
do caló. Tanto este “think thank tradicionalista de la contrarrevolución”20
como los Cursillos de Cristiandad representaron un claro viraje sobre
cómo construir poder. Si durante las décadas del ‘30 y del ‘40, la Acción
Católica Argentina tenía como objetivo “conformar un movimiento de
masas eclesial”21, ahora la apuesta era penetrar en grupos minúsculos,
pero que ya forman parte de las diferentes estructuras de poder tanto ins-
titucional como fáctico.

El soldado de Cristo

“El padre Georges Grasset-explicó el historiador Mario Ranalletti- im-


pulsó el desarrollo de la congregación de los Cooperadores Parroquiales
de Cristo Rey en Argentina y, desde allí, fue el factótum de la creación de
la Ciudad Católica, que en el país nació como una empresa independiente
de la casa matriz francesa” 22.
Al igual que Cité Catholique, la organización hermana local tuvo su
órgano de difusión llamado Verbo, símil de la francesa Verbe. Desde esta
revista no sólo se analizó la realidad nacional y regional, según la visión
tradicionalista del integrismo, sino que, por medio de las “Guías de Ac-
ción”, se asentaron los principios de funcionamiento para sus miembros.
En Verbo, puntualmente, rescatando la Edad Media y defendiendo el his-
panismo, cuestionaron cualquier tipo de innovación ya sea dentro de la
Iglesia como en el cuerpo social, como podía ser el divorcio.
Antes del fin de la Segunda Guerra Mundial, Jean Ousset y Jean Mas-
son habían creado el Centro de Estudios Críticos que, desde 1949 sería la
Cité Catholique, cuya nominación proviene de una carta de San Pio X23.
Empero, el cambio de nominación fue una constante, por lo que a partir
de 1963 pasaron a llamarse Oficina Internacional de Obras de Formación
Cívica y de Acción Cultural según el Derecho Natural Cristiano.
Grasset, conocido como “el soldado de Cristo” o “el monje soldado”,
20) Fortunato Mallimaci y Guido Giorgi: Ibídem
21) Loris Zanatta: op. cit., p. 22.
22) Mario Ranalletti, entrevista para este libro, 13 de septiembre de 2013.
23) “(…) No se edificará la ciudad de un modo distinto a como Dios la ha edificado; (…) la civilización no
está por inventar, ni la nueva ciudad por construir en las nubes. Ha existido, existe: es la civilización cristia-
na, es la ciudad católica. No se trata más que de instaurarla y restaurarla, sin cesar, sobre sus fundamentos
naturales y divinos, contra los ataques siempre nuevos de la utopía malsana de la revolución y de la impie-
dad: “omnia instaurare in Christo”. San Pío X, Carta sobre Le Sillon “Notre charge apostolique” (I, 11).

25
es quien permite describir, explicar y hasta echar luz sobre cómo los pos-
tulados políticos del catolicismo nacionalista llegan hasta el presente. In-
fluido por Ousset, “Grasset llegó a los CPCR hacia fines de la década de
1940 -graficó Elena Scirica- tras sumergirse en una tanda de Ejercicios
Ignacianos realizados por ellos, los cuales tuvieron un efecto conversor e
incluso lo llevaron a tomar los hábitos”24.
Quienes lo conocieron resaltaron su capacidad de adoctrinamiento y
su carácter itinerante. El cura español José María Fernández Cueto, tam-
bién integrante de los CPCR, compartió, entre 1953 y 1955, el Seminario
Mayor de Madrid con Grasset, quien “ya traía un bagaje importante de
conocimientos filosóficos y una carga no menos importante de cultura
tradicional, gracias a su pertenencia a la Cité Catholique. Como sacer-
dote, se destacó entre nosotros por su celo en la búsqueda de hombres de
valor, que pudieran hacer los Ejercicios. Fue él quien lanzó en España las
correrías apostólicas en las parroquias principalmente rurales. Por esas
fechas, tuvo relaciones con altos cargos militares de la OAS, a algunos de
los cuales dio los Ejercicios Ignacianos”25.
El levantamiento de abril de 1961 contra la decisión de Charles De
Gaulle de iniciar el proceso de independización de Argelia, fue consi-
derado el momento cero de la OAS, conformada fundamentalmente por
altos mandos rebeldes.
Tras atentar contra el presidente francés, varios de ellos se exiliaron en
España. Dirigida por el general Raoul Salan, la OAS recibió un golpe mor-
tal cuando, en marzo de 1962, se firmó el tratado de Evian, que dio el pun-
tapié a la independencia argelina. Un mes después, Salan fue detenido. En
ese momento, el mando pasó a manos del general Paul Philippe Gardy.
Tanto Indochina como Argelia fueron tubos de ensayo para la utiliza-
ción de la doctrina de la guerra contrarrevolucionaria, expuesta en los
textos de, por caso, Roger Trinquier, Charles Lacheroy y Jacques Hogard,
autor de la “Instrucción provisoria sobre el empleo del arma psicológica”.
La inteligencia y la tortura se convirtieron en elementos fundamentales
para combatir contra el comunismo internacional, lo cual se transmitió en
diferentes cursos a los que empezaron a asistir militares sudamericanos.
En “Escuadrones de la Muerte”, Marie Monique Robin señaló que la doctri-
na francesa tenía dos caras. Por un lado, una herramienta práctica, “constituida
por métodos de guerra contrarrevolucionaria que la batalla de Argel sirvió para
poner a prueba”26. Pero también estaba la otra cara, la del nacionalismo cató-

24) Elena Scirica, entrevista para este libro, 25 de septiembre de 2013.


25) José María Fernández Cueto, entrevista para este libro, 23 de septiembre de 2013.
26) Marie-Monique Robin: Los escuadrones de la muerte. Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2005

26
lico, “que aporta una justificación teórica a las nuevas prácticas militares”27.
A principios de los ’60, Argentina recibió una migración francesa do-
ble. Por un lado, producto del convenio entre los mandatarios De Gaulle y
Arturo Frondizi, formalizado en el decreto 5466/61, muchos de los pieds
noirs-argelinos descendientes de franceses u otros países de Europa- fue-
ron recibidos en Entre Ríos, Río Negro, Neuquén, Formosa, Tucumán,
Salta y Mendoza, donde les otorgaron tierras para producir.
No obstante, en 1963, a la par que avanzaba la desperonización del
Ejército, se produjo la segunda. Tras las gestiones encomendadas por el
interventor de Formosa, Ítalo Occhiluppo, se dio a conocer a la prensa
que por fuera del convenio oficial también “partirán dentro de pocos días
20 personas colonos argelinos, que por sus propios medios y recursos se
establecerán en la provincia de Formosa”28.
En esta ocasión, el recorrido que realizaron las doce familias de milita-
res franceses que habían intervenido en la guerra de Argelia fue Francia-
Asunción-Clorinda-Tacaaglé. La propia Robin sostuvo que Grasset ha-
bría formado parte de la red que coordinó los arribos.
Fue el historiador formoseño Julio Ortiz quien constató que se trató de
un desembarco clandestino: “Todos fueron militares franceses de alto ran-
go que De Gaulle había condenado en contumacia por rebelión. Andaban
prófugos por distintos países de Europa. Un yerno del general Paul Gardy,
último jefe de la OAS, tomó conocimiento de aquellas reuniones que hacía
Formosa en tierra francesa29 e inscribió a estos doce militares como agri-
cultores, con nombres ficticios, y así viajaron y se radicaron en Argentina”.
Gardy, que pasó a llamarse Pierre Galinierd, llegó a Misión Tacaaglé,
situada a 250 kilómetros de la capital provincial, junto a sus hijas y su
yerno y ex OAS, el capitán Michel Besineau. Aunque no accedió a in-
formación que permitiese saber si colaboraba con las Fuerzas Armadas
nacionales, Ortiz confirmó que Gardy “a menudo emprendía viaje a Bue-
nos Aires”. Falleció en octubre de 1975, durante un accidente automovi-
lístico, cuando se dirigía al distrito bonaerense de Martínez. La Nación lo
despidió con una contundente definición: “Doloroso fin de un viejo gue-
rrero que, más allá de sus intransigencias, fue un arquetipo de soldado”30.
Por otro lado, desde 1957, se había instalado, en la sede del Estado Ma-
yor, una misión permanente de militares franceses especialistas en guerra
27) Marie-Monique Robin: op. cit. p.219.
28) Julio Ortiz: Los “piedsnoirs” en Formosa. Edición del Ministerio de Cultura y Educación de Formo-
sa, 2011, p. 27.
29) El interventor de Formosa, Ítalo Occhilupo, contrató los servicios de gestoría de Waclaw
Dziewanowski, para atraer a las familias de los colores franceses oriundos de Argelia. En ese sentido,
Dziewanowski fue nombrado representante coordinador de la provincia de Formosa.
30) En el diario La Nación, 28 de octubre de 1975.

27
contrarrevolucionaria. A la vez, se fueron introduciendo en la formación
castrense los textos de los teóricos, entre los cuales había varios integran-
tes de la Cité Catholique.
La novedad residía en que la doctrina francesa alumbraba la aparición de
un enemigo interno, que en Argentina serían, más de una década después,
las organizaciones guerrilleras: “Para los oficiales franceses, se desarrolla
una guerra contra el enemigo interior, porque Argelia fue transformada
no solamente en Décima Región Militar, sino en Departamento francés.
Así que había una continuidad territorial administrativa entre territorio
francés de la metrópoli y la parte colonial, transformada bruscamente en
Departamento francés. No es más colonia. Es territorio nacional, donde
se desarrolla el famoso enemigo interior: el FLN”31.
En este nuevo tipo de guerra, se crearon jerarquías paralelas con especial par-
ticipación de civiles, se aplicaron técnicas de acción psicológica y se zonificó el
territorio. La tortura emergió como una técnica reveladora por su efectividad,
pero que a la vez fungió como criterio de legitimación del mal menor.
No casualmente, durante la guerra de Argelia, donde Grasset estuvo
como capellán, el cura de la 10ª División de Paracaidistas, Louis Delarue,
reducía todo a esa idea: “Si la ley permite, en interés de todos, suprimir
a un asesino, ¿por qué se pretende calificar de monstruoso el hecho de
someter a un delincuente, reconocido como tal y por ello pasible de la
muerte, a un interrogatorio penoso, pero cuyo único fin es, gracias a las
revelaciones que hará sobre sus cómplices y sus jefes, proteger a inocen-
tes? Entre dos males: hacer sufrir de modo pasajero a un bandido que es
capturado, torciendo su obstinación criminal por medio de un interro-
gatorio obstinado, cansador, y del otro lado dejar masacrar a inocentes,
sabiendo por las revelaciones de este criminal, que se podía aniquilar a la
banda, es preciso elegir sin vacilaciones el mal menor: un interrogatorio
sin sadismo pero eficaz”.

Formación para la acción

El primer grupo que conformó la Ciudad Católica estaba compuesto por


los abogados Cosme Beccar Varela y Pedro Vaca, el intelectual Juan Car-
los Goyeneche, el criminal de guerra Robert Pincemin, el coronel Juan
Francisco Guevara y el ingeniero Mateo Roberto Gorostiaga, primer di-
rector de Verbo, que salió a la calle en mayo de 1959. El sitio donde
31) Gabriel Periès: A 36 años del Golpe de Estado de 1976. Franceses y argentinos, un vínculo doctrinario
perdurable: de la Guerra de Argelia a la experiencia argentina de la última dictadura cívico-militar, 19 de
marzo de 2012. Disponible en: http://anm.derhuman.jus.gov.ar/PDF/Conferencia36.pdf

28
inicialmente se hizo la publicación fue facilitado por Pincemin. Algunos
años después, la revista Confirmado, dirigida por Rodolfo Pandolfi, se-
ñaló que entre sus integrantes también debía contarse a monseñor Ángel
Magliocco, secretario privado del cardenal Caggiano.
El objetivo de la Ciudad Católica era “provocar un renacimiento de la fe
en una época de intensa secularización de la vida cotidiana. Tuvieron un
éxito importante entre fines de los cincuenta y mediados de los sesenta”32.
Justamente, a principios de la década del ‘60, la Cité Catholique era el
centro de una polémica en España. Mientras desde el periódico conser-
vador ABC se aseguraba que era la organización de “mayor importancia
de todo el sector contrarrevolucionario francés”, desde distintos sitios los
acusaron de esconder fines políticos. Poco después, cuando la criticaban
en Francia, quien salió en su defensa, por medio de una carta, fue Marcel
Lefebvre, entonces arzobispo de Tulle: “(…) Uno se pregunta qué espí-
ritu anima a los reverendos padres que atacan encarnizadamente vuestro
apostolado. No puede ser el Espíritu de Verdad y de Caridad. Digo «apos-
tolado», pues es un verdadero apostolado el forzarse por conocer bien
y propagar la doctrina católica concerniente a la Ciudad Cristiana, sus
principios, su estructura, su funcionamiento con vistas a restaurar la ci-
vilización cristiana. Es muy justo que los seglares católicos se preocupen
del porvenir de su familia y vivan con el temor de ver a sus hijos crecer en
un clima de materialismo, de laicismo, de ateísmo. ¡Cómo explicar que
en una época en que se desea que el seglarado tome más responsabilidad
en el campo que le es propio se esfuercen por desanimarle y aniquilar
sus legítimas iniciativas! Mientras que este ambiente arruina el espíritu
sobrenatural, el espíritu de oración, de renunciamiento, de generosidad
sobrenatural y, por tanto, el nacimiento de vocaciones sacerdotales y reli-
giosas, se quiere impediros recristianizar la Sociedad”33.
Dando continuidad a las expectativas truncas de restauración durante
el gobierno del general Pedro Pablo Ramírez34, la Ciudad Católica busca-
ba persuadir a quienes ocupaban lugares jerárquicos ya sea en los elencos
gubernamentales, las cúpulas militares o en empresas, y conformar cé-
lulas reducidas. Esto aparece con claridad en un texto que se le atribuye
a Grasset, cuyo destinatario sería el mencionado coronel Guevara: “Hay
que “formar las cabezas y los corazones de los oficiales y suboficiales
(...). Tarea ingrata, tarea cotidiana, tarea constante. Hay que empezar de
32) Mario Ranalletti, entrevista para este libro, 13 de septiembre de 2013.
33) Carta de monseñor Lefebvre, arzobispo-obispo nombrado de Tulle, a m. Jean Ousset. 4 de marzo de
1962, París. Disponible en: http://www.fundacionspeiro.org/verbo/1962/V-007-P-099-101.pdf
34) Reemplazó a Arturo Franklin Rawson, que ejerció como presidente de facto durante unos pocos días.
El entrerriano Ramírez tomó el poder en junio de 1943 y fue sucedido en febrero de 1944 por el general
Edelmiro Farrel.

29
uno en uno. Cursos, conversaciones privadas, retiros, etc. (...) Hay que
elegir a los mejores, a los que podrán encuadrar a los otros y recuerde que
los galones de la jerarquía deben ser concedidos a los mejores, a los más
ardientes. Así se encuadrará a la tropa con una red de hombres elegidos y
ella responderá en todo”35.
En esta estrategia general, los retiros espirituales fueron una forma si-
lenciosa, hermética y eficaz a la hora de adoctrinar a quienes asistían.
Basados en el método de San Ignacio de Loyola, eran encierros que se
extendían a lo largo de cinco días, con una rutina de misas, plegarias, pe-
nitencias, confesiones, reflexiones y conferencias sobre temas religiosos,
convirtiéndose en “una preparación para un combate a muerte contra el
demonio y sus manifestaciones”36.
Cada célula debía estar compuesta por un máximo de ocho personas,
seleccionadas a partir de relaciones amistosas previas. El objetivo, ex-
presado en Verbo, era claro: “Que tengamos ‘nuestros hombres’ en todas
partes, en todas las capas sociales, en todas las posiciones que permitan
conocer los resortes del mecanismo del Estado”.
La revista marcaba cada uno de los elementos que constituían el “có-
digo del que todo buen soldado de Cristo debe hacer uso”. Por ejemplo,
seminarios, congresos, campamentos y los retiros espirituales.
La especialista Elena Scirica se percató de un detalle que mostró cómo
la publicación se iba amoldando a los tiempos que corrían según los fines
que perseguían. Verbo, inicialmente, portaba el subtítulo “En el principio
era el Verbo”, que después mutó en “Formación Cívica y Acción Doc-
trinal según el derecho natural y cristiano”, siendo reemplazado, desde
1966, por la inscripción “Formación para la Acción”: “Esta variación
expresa su reposicionamiento en la política argentina, pues aunque su
objetivo siempre había sido la acción, ahora vislumbraban condiciones
propicias para concretarla”37.
Esas “condiciones propicias” emergieron, ni más ni menos, que durante
la Revolución Argentina, encabezada por el cursillista Juan Carlos On-
ganía. Este será el momento de oro de la Ciudad Católica, pues el nuevo
presidente de facto ubicó a varias de sus principales figuras en lugares
clave. El hito más importante fue, dentro del novel Ministerio de Bien-
estar Social, la creación de la Secretaría de Estado de Promoción y Asis-
35) Carta de un sacerdote a un militar. Revista Verbo, 1959. Cfr. Elena Scirica: Visión religiosa y acción
política. El caso de Ciudad Católica – Verbo en la Argentina de los años sesenta, en: Prohal Monográfico,
Revista del Programa de Historia de América Latina. Vol. 2. Primera Sección: Vitral
Monográfico Nro. 2. Instituto Ravignani, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires.
Buenos Aires, 2010. pp. 26- 56.
36) Mario Ranalletti, entrevista para este libro, 13 de septiembre de 2013.
37) Elena Scirica: ibídem.

30
tencia de la Comunidad (SEPAC), que, al inicio, tuvo al frente a Mateo
Roberto Gorostiaga, hasta entonces director de Verbo.
En el corto plazo, en provincias como Córdoba y diferentes distritos bo-
naerenses, por caso, buscaron implementar el comunitarismo, publicitado
como la tercera posición entre el “desorden liberal” y el “colectivismo
estatista”.
Con el principio de subsidiariedad del Estado como eje troncal, esta
doctrina se plantea modificar de fondo el contrato social moderno, crean-
do cuerpos intermedios en pos de una sociedad corporativista, como
la propuesta por el marqués René de la Tour Pin durante el siglo XIX.
“Frente al creciente desarrollo urbano e industrial y la expansión de la
problemática laboral y social, este pensador postuló que el Estado “indi-
vidualista” y “centralista” –considerado así porque habría arrasado con
las instituciones básicas de la sociedad: la Iglesia, el municipio, los ofi-
cios, las comunidades de orden local, profesional, civil o religioso– na-
cido de la Revolución francesa debería ser sustituido por la implantación
de un “orden social católico” basado en la corporación profesional (de
raigambre medieval) que incluyera a los propietarios y trabajadores de
cada ramo industrial actuando de manera mancomunada, con vínculos de
reciprocidad que respetaran las jerarquías y lugares correspondiente”38.
Esta propuesta por más anticuada que parezca, como se verá en el capí-
tulo V, lejos está de ser parte del pasado, pues tiene hábiles y remozados
fomentadores en el presente.
Con la Revolución Argentina, el corporativismo parecía haber gana-
do la batalla que perdió con la gradual ruptura con Perón, que no había
seguido las indicaciones de Caggiano, por ejemplo en la constitución de
sindicatos “libres de la tutela del Estado”39 y no uno único.
Entre los vinculados a la Ciudad Católica, el general Francisco Imaz fue
nombrado gobernador de la provincia de Buenos Aires y Carlos Caballe-
ro sucedió, a partir de fines de 1967, a Miguel Ángel Ferrer Deheza como
gobernador de Córdoba. Precisamente, en la provincia mediterránea fue
donde se procuró llevar más a fondo la transformación institucional, ini-
ciada por Deheza y profundizada por Caballero, que formaba parte del
riñón de los liderados por Grasset y el coronel Guevara.
El flamante director de Verbo, Adalberto Zelmar Barbosa, en conso-
nancia con la llegada de la organización a la SEPAC, publicó un artículo
titulado “Revitalizar la vida municipal”, en el que volcó el programa que
intentaron plasmar desde el Estado: “El restablecimiento de las legíti-
38) Cfr. Elena Scirica: Comunitarismo y contrarrevolución. Ideario y trayectorias de un núcleo católico
intransigente organizado en torno a la revista Verbo de Argentina (1959-1966), Buenos Aires.
39) Loris Zanatta: op. cit., p. 71.

31
mas facultades comunales, acompañado de un sistema de representación
asentado sobre los cuerpos intermedios de cada comunidad, deberá ser la
culminación del proceso político que vivimos. Sólo así el país comenzará
a marchar sobre las bases reales; sólo así se podrá establecer una correcta
selección de las élites, surgidas de las fuerzas reales de la comunidad y no
inficionadas de estériles ideologismos”.
Aunque La Plata fue una de las ciudades en las que primero se dio for-
ma a una institución comunitarista, la cual quedó bajo la dirección de José
Luis Pollola, del Opus Dei, en Córdoba, de la mano del abogado Eduardo
Novillo Saravia, secretario general de la Gobernación en esa provincia,
se implementaron una serie de medidas para transitar el camino hacia las
reformas necesarias.
Laura Rodríguez y María del Carmen Barbarito esquematizaron la re-
estructuración que se quiso concretar allí: “(…) Una quinta parte del Con-
cejo Deliberante sería designada por la Asociación de Padres de familia
de la zona; otro quinto se distribuiría entre los “sectores de intereses”
(profesionales, clubes deportivos, patronos, obreros, entidades culturales
y de beneficencia); el tercer quinto del total de ediles se elegiría desde
los “grupos intermedios”: la universidad, la guarnición militar, las Aca-
demias y el Obispado. Finalmente, dos quintos más provendrían de una
consulta popular indirecta: los afiliados a las sociedades vecinales de fo-
mento escogerían un colegio de electores, el cual a su vez, ungiría a sus
concejales. De la primera reunión debía surgir el intendente del lugar”40.
Los cambios también alcanzarían al cuerpo legislativo provincial. Pues,
de acuerdo con lo esbozado por Novillo Saravia, los senadores serían
elegidos por los intendentes, que debían reunirse en la ciudad cabecera
de los respectivos departamentos. En cambio, la Cámara de Diputados se
fraccionaría por quintos entre los ciudadanos que designen: las asambleas
de los presidentes de Asociaciones de Padres; la Federación de Grupos
de Intereses; la Liga de sectores intermedios; el Congreso de Colegios
Vecinales y el Poder Ejecutivo nacional. El Cordobazo echó por tierra la
reforma en ciernes, ya que Caballero tuvo que renunciar en junio de 1969.
Pero, sin dudas, la experiencia más significativa y extendida se dio en
Pergamino, la cual, a partir de 1967, fue desarrollada por el interventor
Alberto De Nápoli. Poco antes, el gobernador Imaz había dado forma a la
Dirección General de Asuntos Municipales de la Provincia dependiente
del Ministerio de Gobierno. Su finalidad era asesorar a los municipios,
controlar su funcionamiento y proponer al Poder Ejecutivo la designación
40) Laura Rodríguez y María Barbarito: Los católicos de derecha en los años sesenta. La experiencia
‘comunitarista’ en Pergamino (1966-1973). En las Terceras Jornadas Nacionales de Historia Social, mayo
de 2011, La Falda-Córdoba.

32
de intendentes y su remoción.
A poco de asumir, el nacionalista De Nápoli “creó el Consejo de Pro-
moción de la Comunidad, con la función de órgano asesor para canalizar
las iniciativas, planteos y aspiraciones de los distintos sectores de la po-
blación, tanto de la ciudad como de la campaña, representados por institu-
ciones fomentistas y de bien público, consorcios vecinales, asociaciones
empresariales, gremiales, culturales y deportivas, entre otras”41.
En sus discursos, De Nápoli repetía los tópicos del nacionalismo cató-
lico, cuestionando los tiempos que corrían para rogar que se recuperen
“los valores espirituales que nos permitan sentirnos orgullosos de nuestro
origen hispano-criollo”.
En septiembre de 1968, en momentos en que se cumplía un año de la crea-
ción del Consejo de Promoción de la Comunidad, hizo su aparición Jorge
Grasset, presentado como cura de la diócesis de Paraná, con el objetivo de
dar, en la biblioteca municipal Menéndez, la conferencia titulada “Preconci-
liares y postconciliares; ¿Son acaso platos voladores no identificados?”.
Grasset sabía de lo que hablaba y cómo debía hacerlo. Días después
de que se diese a conocer el documento de la reunión de la Conferencia
Episcopal Latinoamericana, en Medellín, el francés aseveró: «No son los
reformadores como Lutero los que han construido; han dejado desastres
tras su paso»42. La nota llevaba una imagen -una de las pocas que se co-
nocen- en la que se ve a un Grasset calvo, de tez cuasi pálida y de gestos
taxativos. Durante su declamación, primero, defendió al cardenal italiano
Alfredo Ottaviani -fundamental para que la Ciudad Católica acceda al
Vaticano- y, luego, fue directo al eje transversal de sus ideas: «La dia-
léctica marxista busca enfrentar a jóvenes y padres, mujeres y hombres,
azules y colorados, peronistas y antiperonistas»43. En la misma fecha del
año siguiente quien tuvo a su cargo la charla fue el nuevo director de
Verbo, Carlos Sacheri. Para el autor de “La Iglesia clandestina”, la de-
cadencia había comenzado en la Revolución de 1810, cuando la ruptura
con España permitió el ingreso de “ideologías extrañas”. El estadío supe-
rior, expresaría Sacheri en “Esencia, evaluación y estrategia de la Ciudad
Católica”, era el marxismo, que introdujo el divorcio entre hermanos, de
ahí que considerase que la Ciudad Católica debía ser un factor de unidad.
Para consagrar un orden social natural y cristiano, no debían convertirse
en movimiento, sino en servidores: “Es el único modo de vencer esas
resistencias naturales en este país de serruchadores de piso. Si yo me
ofrezco al servicio de los demás hay simpatía inmediata, hay contacto,
41) Laura Rodríguez y María Barbarito: íbidem.
42) La Opinión, 6 de septiembre de 1968. p. 4
43) La Opinión: Ibídem.

33
hay comunicación, no hay aspereza, no hay recelo”.
A pesar de que la Revolución Argentina comenzaba a flaquear, que Onga-
nía era reemplazado por Levingston y la Ciudad Católica estaba en franca re-
tirada, De Nápoli logró mantenerse hasta 1973. El interventor de Pergamino
no se privó de protagonizar charlas reseñando la experiencia comunitarista
en la ciudad. Así lo hizo, como no podía ser de otra manera, en Paraná, cuyo
contenido fue reproducido, en 1972, en la edición de Verbo. La tapa llevaba
el título “El Municipio. Base de una Restauración Nacional”.
Un fragmento de la misma encerraba la cosmovisión de esta facción integris-
ta: “Sabemos que la salida que proponemos es posible. Es más, ha tenido entre
nosotros un venturoso principio de realización. Pero para que esto no quede
en experiencias aisladas, nos hace falta una vigorosa empresa nacional que se
proponga reparar el tejido social dañado por la politiquería y sus subproductos,
contribuyendo a la vigorización de los municipios como presupuesto indispen-
sable a la organización de nuestra convivencia. De tal modo, la acción comu-
nal, contribuirá a un proceso de auténtica reconstrucción nacional”44.

Ocaso
El Onganiato fue el único canal por medio del cual la Ciudad Católica
accedió al poder institucional de modo orgánico. La efímera gestión y el
fracaso que significó que Gorostiaga se tuviese que ir mucho antes de que
renunciase Onganía, abrió la puerta a una crisis profunda. El repliegue
casi hasta la desaparición de la Ciudad Católica tuvo su reflejo en los
tiempos que se vivían, en los que hasta los Cooperadores Parroquiales de
Cristo Rey comenzaron a manifestar acercamientos hacia los postulados
del Concilio Vaticano II. No resulta sorpresivo que coincidiese con el
pedido de exclaustración de Grasset, el cual se extendería anómalamente
por más de un cuarto de siglo.
Sin embargo, Verbo siguió publicándose -lo haría hasta mediados de la
década del ‘90- y volverá a tener influencia algunos años después, cuando
renueven sus ilusiones de que se logre la tan mentada restauración católi-
ca, nuevamente gracias a un golpe militar.
El sitio que mantendrá a resguardo sus ideas será Paraná, más precisa-
mente el Arzobispado conducido por Adolfo Servando Tortolo.

44) Laura Rodríguez y María Barbarito: ibídem.

34
Capítulo III

Ojalá la hora de Dios haya venido para nosotros, la hora de


hombres verdaderamente discípulos de la doctrina de verdad, hu-
mildes instrumentos del único Rey, animados por el Espíritu de
verdad que los mueva a hablar claro, obrar con espíritu de pobre-
za, con justicia estricta y voluntad de sacrificio…Ojalá que la hora
haya llegado. (Juan Octavio Lauze. Un profesor en la escuela de
la calle, Verbo N° 155, 1975)

La íntima relación que hay entre la subversión y la inmoralidad,


la pornografía, la drogadicción, los escándalos. El escandaloso
es propagandista de la subversión sobrenatural y es delincuente
subversivo de mayor poder mortífero que los que tiran bombas (…)
Solo combatiendo totalmente las causas de la subversión desapa-
recerán totalmente sus efectos (Carlos Miguel Buela, La subver-
sión en la religión, Verbo Nº 168, 1976)

Adolfo Servando Tortolo significó la continuación y profundización de dos


legados. El primero tiene como núcleo geográfico a Paraná, donde siguió los
pasos de lo hecho, entre 1943 y 1946, por el interventor de Entre Ríos, el
teniente coronel Carlos María Zavalla, quien, entre otras cosas, echó a todos
los profesores judíos de la provincia y quitó la personería jurídica a las enti-
dades del mismo origen. El segundo está dado por el reemplazo de Antonio
Caggiano, como presidente del Episcopado y como vicario general castrense,
función estratégica para el adoctrinamiento de las Fuerzas Armadas.
La diócesis de Paraná había sido logro de un masón: Justo José de Ur-
quiza, de buena relación con la cúpula eclesiástica. En paralelo, durante
el papado de Pío IX se emitió la encíclica Quanta Cura y el documento
Syllabus, en los que el Sumo Pontífice condenaba el liberalismo, el socia-
lismo y todas las ideologías modernas.
En consonancia con las ideas del Papa, el obispado de Paraná se levan-
tó contra el gobernador de Santa Fe, Nicasio Oroño, porque “propició la
primera ley de matrimonio civil de la cual se tiene noticias en el país. La
sanción está fechada el 18 de septiembre de 1867, y permitió contraer ma-
trimonio a protestantes y judíos sin renunciar a su fe”45.Oroño fue depuesto
45) Jorge Riani: Entre Ríos secreta. Editorial La Hendija, Paraná, 2014, p. 89.

35
luego que desde la curia de Paraná lo acusasen de “acciones anticristianas”.
Ya en el siglo XX, tras el interregno en que Entre Ríos fue gobernada
por radicales, se produjo el retorno del conservadurismo tradicionalista.
En el comienzo de la década del ‘40, se lanzó el partido Libertador, de
los hermanos Irazusta, al cual el historiador Daniel Lvovich calificó como
“antisemita y corporativista”. Como correlato, en 1942, en Paraná, apareció
la Unión Cívica Nacionalista. Pero el punto más alto se alcanzaría cuando
Edelmiro Farrel nombró como interventor provincial al mencionado Zava-
lla. Casi a la par, se produjo otro hecho trascendental para la formación de
cuadros integristas: Jordán Bruno Genta fue puesto al frente de la Univer-
sidad del Litoral. Luego, el gran ideólogo del nacionalismo católico dentro
de la Fuerza Aérea pasaría a dirigir el Instituto del Profesorado.
Las razias resultaron moneda corriente durante el lapso que gobernó Za-
valla. El periodista Jorge Riani rescató el testimonio de José Pascaner, co-
merciante y bibliotecario de la Asociación Israelita de Paraná: “Una vez,
Zavalla dispuso una detención masiva de judíos. Nos llevaron a casi todos,
nos tuvieron horas y horas en la Jefatura Central de Policía, porque sí no-
más. A las horas liberaron a nuestras mujeres pero a nosotros nos mante-
nían detenidos. Finalmente nos largaron sin ninguna explicación”.
Los templos masónicos fueron uno de los objetivos predilectos de
Zavalla, sin privarse de intervenir El Diario, clausurándolo en mayo de
1944. Pero una de las marcas que dejó su paso fue la reimplantación de
la educación religiosa. Con Juan Perón en el poder, exponiendo la alianza
inicial entre el peronismo y la Iglesia, los legisladores de la nueva fuerza
política, en 1946, convirtieron en ley el decreto del interventor. Basta con
ver la defensa realizada por el diputado provincial peronista César Mochi,
que no hacía más que remitir a uno de los aspectos del mito de la nación
católica: “Sólo la doctrina de Jesucristo, señor presidente, con sus precep-
tos, mandamientos y consejos, es capaz de dar a la niñez y a la juventud
las razones de su existencia y explicarle el porqué de sus intocables dere-
chos humanos, así como sus obligaciones. Los opositores al decreto sobre
implantación de la enseñanza religiosa en las escuelas (están) nutridos
con el veneno del liberalismo del siglo pasado”.
Fue así que en “las aulas estatales hubo por largo tiempo dictado de Re-
ligión. La aprobación fue festejada por el cura párroco de la Catedral de
Paraná, Andrés Tibiletti, en un Tedeum celebrado ‘en acción de gracias
por la sanción de la Ley de Enseñanza Religiosa en las escuelas de Entre
Ríos’, el domingo 29 de diciembre de 1946”46.
Llamativamente, o no tanto, Zavalla terminaría sus días como integran-
46) Jorge Riani. La discusión de radicales y peronistas por la enseñanza católica en las aulas. El Diario,
22 de agosto de 2010.

36
te del Círculo de Los Tayos, el cual era liderado por Juan Moricz. Este
húngaro naturalizado argentino aseguraba que bajo la tierra había seres
“de carne y hueso, pero genéticamente superiores”. Lo que es más im-
portante, Moricz tenía absoluta certeza de ello, porque, según afirmaba,
había estado entre ellos.

Edad Media

Tortolo llegó a la capital entrerriana en 1956, cuando fue nominado obis-


po auxiliar. Antes, había pasado por Chacabuco y Junín, desembarcando,
en 1941, en Mercedes, donde se desempeñó como secretario general del
Obispado. Mientras daba misa en el Regimiento de Infantería, entabló re-
laciones con María Olga Redondo Ojea de Videla, madre de Jorge Rafael.
También, conoció a sus amigos Orlando Agosti y Hugo Mario Miatello,
con los que se volvería a encontrar más de tres décadas después.
En 1960, quedó al frente de la diócesis de Catamarca. Dos años después,
Juan XXIII lo promovió al Arzobispado de Paraná, del que tomó posesión,
a raíz de la muerte de Lorenzo Zenobio Guilland, en enero de 1963.
En una de sus primeras medidas, Tortolo convenció a Alberto Ezcurra
Uriburu, para que retomase la carrera de seminarista. El hijo del naciona-
lista Alberto Medrano Ezcurra -quien se definía como carlista47- se había
iniciado, en 1954, en el Seminario de la Compañía de Jesús, abandonán-
dolo cuando se convirtió en conscripto en 1956. En el momento que quiso
retornar, años después, tras alejarse de Tacuara, lo rechazaron.
Oscar Denovi conoció a Ezcurra Uriburu en la Unión Nacional de Estu-
diantes Secundarios (UNES), paso previo a la conformación de Tacuara
en 1957. Esta organización juvenil ultranacionalista, que se inició leyen-
do a José Antonio Primo de Rivera, “operaba en cada uno de nosotros
sobre la afirmación de la argentinidad y el vínculo de esa argentinidad
con lo católico”48.
El propio Denovi definió el pensamiento de Ezcurra como “antijudío”49,
lo cual no era extraño teniendo en cuenta que uno de los principales adoc-
trinadores era el cura Julio Meinvielle, a quien conocían desde la época
de UNES. Ezcurra Uriburu, cuyo padre había fundado el Instituto de In-
vestigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas -actualmente presidido por
Denovi-, fue el máximo dirigente de una de las facciones de Tacuara hasta
47) El carlismo surgió en España, durante el siglo XIX. Se definió así a quienes seguían al archiduque
Carlos de Austria, caracterizados por su oposición al liberalismo y la defensa del tradicionalismo.
48) Oscar Denovi, entrevista para este libro, 29 de octubre de 2014.
49) Oscar Denovi: ibídem.

37
los primeros años de la década del ‘60. Cuando abandonó la organización,
designó al santafesino Juan Mario Collins en su reemplazo.
Ya como vicerrector del Seminario Mayor de Paraná, el ex líder de Tacua-
ra, conocido tanto por despertar a los seminaristas con un sable en la garganta
como por su misoginia, recibía asiduamente la visita de Carlos Miguel Buela,
quien en ese momento era el capellán del Liceo Militar de San Martín.
En el Seminario, “el lema era claro: el seminarista después de siete años
de estudio, debía salir plenamente convencido de que la Edad Media era
posible y que había que combatir con la predicación y las acciones cual-
quier intento de heterodoxia y tercer mundo”50.
Promediando la década del ’60, algunos hechos alteraron el clima cas-
trense que -al modo de Tacuara- buscaba imponer Ezcurra Uriburu. Ante
los rumores acallados sobre algunas acusaciones por abusos, el rector
Luis Zanitti recibió a cuatro seminaristas externos, quienes denunciaron
los vejámenes que padecían los chicos en el Seminario Menor. Todo
quedó bajo el más estricto silencio.
Hubo sacerdotes que se atrevieron a desafiar a los tradicionalistas. Por
ejemplo, sin éxito, un grupo, entre los que estaba Ismael Dri, denunció, por
medio de una carta enviada a Paulo VI, el clima de opresión que se vivía en
el Seminario. Pero no quedó ahí. El 8 de octubre de 1973, Tortolo mandó a
colocar una corona de oro a la imagen de la patrona de la ciudad, Nuestra
Señora del Rosario. Dos meses después, para presidir la coronación ponti-
ficia de la Virgen, arribó a la ciudad el cardenal Caggiano. Dri dejó en claro
cuál era su postura: “Si yo quisiera hacer un gran obsequio a mi querida
madre para expresarle mi cariño y gratitud, y tuviese al mismo tiempo en
la indigencia hermanos e hijos también suyos, qué preferiría ella: ¿que le
ponga una corona de oro sobre su fotografía o que ayudase a mis hermanos
a salir de su postración?”. Después de eso, se tuvo que ir a Concordia51.
No fue el único. El cura Juan Carlos Gorosito lo padeció cuando, en
una ocasión, al llegar para celebrar una misa en el Seminario, fue recibido
por integrantes de Tradición, Familia y Propiedad, quienes vestían capas
y bonetes52 a la usanza medieval. Al comenzar la misa, ocurrió algo que
forma parte del modus operandi del conservadurismo católico a lo largo
de los años: los fanáticos comenzaron a dar gritos para que la misa no
pudiese desarrollarse.
El riguroso rechazo y distancia que establecían sobre la mujer tenía su
reflejo en la práctica personal, ya que, para que ceda el deseo de la carne,
varios de los liderados por Ezcurra Uriburu practicaban e imponían el auto-
50) Daniel Enz: op. cit. p. 76.
51) Falleció Ismael Dri, el cura que se enfrentó con Tortolo. El Diario, 4 de mayo de 2012.
52) Daniel Enz: op. cit., p. 45.

38
flagelamiento. Incluso, uno de los curas tenía como función la fabricación
de cilicios, que eran portados debajo de la sotana desde Tortolo para aba-
jo53. Era tal la aversión que se profesaba por la mujer que Buela sugería:
“Si vos pensás en una mujer, para evadirte tenés que pensarla cagando”54.

Lo que está en juego

1968 fue un año bisagra, cuando Tortolo se convirtió en Vicario Gene-


ral de las Fuerzas Armadas, en reemplazo del santafesino Caggiano. El
Vicariato era el lugar indicado para aceitar el adoctrinamiento de los mi-
litares con el objetivo de llevar adelante lo que, casi una década después,
llamó “el proceso de purificación”.
Tortolo, junto con los obispos León Kruk (Mendoza), Rodolfo Laise
(San Luis), Antonio José Plaza (La Plata) y Guillermo Bolatti (Rosario),
entre otros, formaba parte de la avanzada tradicionalista contra quienes
pregonaban la renovación, lo que implicaba un cambio de paradigma de
cara al involucramiento en la sociedad.
Iniciado en 1961, el Concilio Vaticano II, que culminó en 1965 ya con Pau-
lo VI como Sumo Pontífice, generó el rechazo visceral de los ortodoxos, fé-
rreos defensores de la infalibilidad del Papa y de cualquier tipo de cambio que
transforme lo que dictaba la tradición. Tres aspectos resultaban amenazantes
para quienes “seguían aferrados a un horizonte tomista y que consideraban
a la Iglesia como una sociedad perfecta”55: el aggiornamiento conciliar, que
dio pie a “una lectura en clave histórica del Evangelio”56; los cambios en las
prácticas litúrgicas, sustituyendo el latín por la lengua de cada lugar y, a partir
del ensalzamiento de la colegialidad episcopal, la puesta en primer plano de
la relación de asociación y consulta entre el Papa y los obispos.
En 1967, el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo sacó su pri-
mer documento, en consonancia con Populorum Progressio. La encíclica
de Paulo VI seguía el camino transitado por Mater et Magistra (1961) y
Pacem in Terris (1963) del fugaz Juan XXIII, fallecido en 1963.
Si Rerum Novarum, de León XIII, en 1891, había instado a la cúpula
eclesiástica a tratar de crear expresiones políticas, ante Populorum Pro-
gressio se produciría un resquebrajamiento dentro del Episcopado argenti-
53) Se trata de Alberto Iocco, quien luego se iría a Mendoza.
54) Daniel Enz: op. cit., p. 107.
55) Martín Obregón: Vigilar y castigar: crisis y disciplinamiento en la Iglesia argentina en los años seten-
ta. Anuario de Estudios Americanos Nº63. 2006, Sevilla, p. 131-153.
56) Paulo Margaria: El concilio Vaticano II y su impacto en el campo episcopal argentino. Revista Trabajo
y sociedad, Nº 18, vol. XV, Verano 2012, Santiago del Estero, Argentina, p. 331-344.

39
no. Los liderados por el arzobispo de Paraná manifestaron un rotundo no.
¿No a qué? A los planteos de los posconciliares: “Mayor apertura de la
Iglesia con respecto a otros sectores de la sociedad y la posibilidad de un
diálogo con otras corrientes de pensamiento, una renovación en el ámbito
de la liturgia y de la exégesis de los textos sagrados, un compromiso activo
con los sectores populares y una pastoral de conjunto que promoviera la
participación en las diócesis de los sacerdotes y laicos”57.
Comenzaba la década del ‘70. Mientras que al Seminario de Paraná lle-
gaban, por caso, José María Pincemin, Luis Alberto González Guerrico
y Julio Puga, la Conferencia Episcopal Argentina daba testimonio de la
relación de fuerzas, eligiendo a Tortolo para ocupar el lugar de Caggiano.
Esta salida conservadora se vería reflejada en el proceso de disciplina-
miento “del campo católico que se profundizó luego del golpe de Estado
del 24 de marzo de 1976”58.
Tortolo decidió que el Arzobispado de Paraná debía tener su revista, su-
mándose a la red de “publicaciones del nacionalismo católico preconciliar
y antisemita”59, como lo eran Cabildo, Verbo y Universitas: la llamó Mikael
y quedó bajo la dirección de Cecilio Paul. La mayoría compartía columnis-
tas, varios de los cuales siguen vinculados a medios afines incluso en la
actualidad. Se trataba del filósofo cordobés Alberto Caturelli, el arquitec-
to porteño Patricio Randle, el abogado Guillermo Yacobucci, el escribano
Bernardino Montejano, Vicente Massot -dueño de La Nueva Provincia- y
el profesor Abelardo Pithod, entre otros. Aparecían, comúnmente, textos de
Jordán Bruno Genta, Leonardo Castellani, Julio Meinvielle y Carlos Sa-
cheri. La revista se publicaría hasta 1983, con la salvedad de que a partir de
1976 sería financiada por el Ministerio de Cultura de la Nación.
Pedido por el arzobispo de Paraná, buscando aprovechar su paso por
la escuela de la elite católica Pío Latinoamericano, en Roma, Ezcurra
Uriburu, que ya daba misas en la delegación local de la SIDE, dio forma,
a partir de encíclicas papales y de la elaboración de la teología de Santo
Tomás sobre la guerra del escolástico español Francisco de Vitoria, al
opúsculo que tituló De bello gerendo60. En él se fusionaba la doctrina de
la guerra contrarrevolucionaria y el corpus argumental del tradicionalis-
mo católico para explicar qué clase de peligros los acechaban en un tono
similar a las encíclicas papales de principios de siglo: “La guerra revo-

57) Martín Obregón: ibídem.


58) Martín Obregón. Ibídem.
59) Así las denominó Laura Rodríguez. Cfr. El “marxismo” y la universidad en la revista Mikael (1973-
1984). Ciencia, docencia, tecnología, Nº45 Concepción del Uruguay, julio/diciembre, 2012.
60) Horacio Verbitsky: La guerra santa de Menéndez. El diario del juicio. Disponible en: http://www.
eldiariodeljuicio.com.ar/?q=content/la-guerra-santa-de-menendez-por-horacio-verbitsky.

40
lucionaria conducida por el marxismo en nuestra patria es guerra total
(internacional y civil). Como guerra internacional constituye una injusta
agresión; como guerra civil es delito de sedición. Por lo tanto la resisten-
cia pasiva y activa, por medios legales y por la coacción armada, hasta la
total eliminación de los focos subversivos es no sólo legítima sino obli-
gatoria. Los bienes que están en juego son todos nuestros derechos civiles
y religiosos, nuestra concepción de vida, la existencia misma de nuestra
patria como nación soberana”61.
La muerte de Juan Perón y el ascenso de su esposa, María Estela Martí-
nez, a la Presidencia, situaron a Tortolo en un lugar clave. Por un lado, se
erigió como habitual interlocutor de la mandataria nacional y, por el otro,
se robusteció su rol de fuente de consulta de varios de los principales cua-
dros de las Fuerzas Armadas, lo cual se acentuó en agosto de 1975 cuando
Videla se convirtió en Jefe del Estado Mayor del Ejército Argentino.

Imagen de autoridad

El Operativo Independencia, desarrollado en septiembre de 1975, en


Tucumán, contra el ERP y Montoneros, puso en acto la formación que
venían adquiriendo las Fuerzas Armadas en las últimas dos décadas.
A su vez, selló el pacto tácito entre los militares y la facción tradicio-
nalista del catolicismo local. Allí, el vicario general castrense, durante
una misa en la campaña, aseguró que la acción contra la guerrilla era
“muy eficaz y muy limpia”. Complementó esta afirmación enfatizando
el propósito que debían perseguir los conscriptos: “Los jóvenes deben
entregar su vida como se quema un cirio: por ideales superiores, como
la patria y la religión”.
En marzo de ese mismo año, Nelio Rougier, quien había abandonado el
Seminario de Paraná, donde había sido director espiritual, y por entonces
formaba parte de la Fraternidad de los Hermanitos del Evangelio, fue
secuestrado en Tucumán, sin que aún hoy se sepa de él. Tras conocer
a Arturo Paoli se había unido a la Fraternidad de Fortín Olmos, donde
trabajó como hachero. Luego fue destinado a Europa y más tarde hizo
trabajo humanitario en Nigeria. De nuevo en el país, se radicó en la villa
cordobesa Barranca Yaco. Perseguido por la Triple A, se incorporó al
Partido Revolucionario de los Trabajadores. Algunas versiones marcaron
que por su condición de cura, los militares lo crucificaron.
Cada vez más inserta en las Fuerzas Armadas, Verbo aprovechó el opera-
61) Daniel Enz: op. cit., p. 71.

41
tivo para efectuar una transpolación a la Argentina de los textos que Verbe,
la revista de Cité Catholique, publicó sobre la guerra de Argelia.
Gabriel Periès describió el mecanismo, el cual residía en cambios ape-
nas formales, como el de los nombres de los lugares y aspectos de la idio-
sincrasia de cada país. Por ejemplo, durante el Operativo Independencia
aparecieron “Moral, Derecho y guerra revolucionaria” y “Respuesta a un
oficial argentino. Civilización o subversión: Lo que está en juego”. Los
textos eran réplicas de los publicados por Verbe, en enero de 1959, como
“Moral, droit et guerre révolutionnaire” y “Civilisation ou révolution”.
Mientras en Argentina los artículos eran firmados por El Centurión, en
Francia lo eran por Cornelius.
Según el politólogo francés, “el receptáculo institucional y estructural
argentino de la doctrina francesa se inscribe en un tríptico jurídico-militar
original: la doctrina del poder de facto tal como la desarrolla la Corte Su-
prema argentina a partir de la década del ‘30; un complejo jurídico impor-
tante relativo a la gestión territorial del estado de sitio que instituye el Gral.
Perón durante su primera presidencia, en 1948, y que sirve de base norma-
tiva al Plan Conintes; y, por último, la asistencia de equipos de cursillistas
argentinos a la Escuela de Guerra francesa (ESG), a partir de 1951, y de
misiones francesas directamente vinculadas a la Escuela de Guerra argen-
tina (ESGA) y al Estado Mayor del Ejército argentino a partir de 1957”62.
Tucumán -tomada como tubo de ensayo en lo que se denominó “fase de
aniquilamiento”63- dejó un saldo brutal: más de la tercera parte del total
de secuestros y desapariciones que padeció esa provincia, a lo largo de
esos años, se produjo durante el Operativo Independencia64.
En 1973, Tortolo había sido reelecto como presidente del Episcopado.
Un año después, silenciosamente, alojó en la residencia de Villa Urquiza,
en Paraná, al controvertido Marcel Lefebvre, quien, en 1971, había fun-
dado, en Suiza, la Fraternidad San Pío X.
El obispo de Avellaneda, Jerónimo Podestá, contó que ambos se co-
nocían desde los tiempos en que Tortolo junto a otros obispos como el
de Corrientes, Francisco Vicentín, “se juntaba con el Coetus Patrum”65,
grupo internacional de sacerdotes liderado por el francés. En 1968, Coe-
tus Patrum había reclamado que se respete la subsidiariedad del Estado,
rechazando de plano el Concilio Vaticano II.

62) Gabriel Peries: De Argelia a la Argentina: estudio comparativo sobre la internacionalización de las
doctrinas militares francesas en la lucha anti-subversiva. Enfoque institucional y discursivo. Eudeba.
Lucha de clases, guerra civil y genocidio en la Argentina 1973-1983. Inés Izaguirre, 2009.
63) Gabriel Peries: op. cit., p. 316.
64) Gabriel Peries: op. cit., p. 320.
65) Horacio Verbitsky: La violencia evangélica, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2008, p. 194.

42
Mientras los rumores del golpe contra Martínez de Perón se acrecenta-
ban, Tortolo comenzó a cumplir el papel de mediador entre la Presidente y
los militares. Cada una de sus apariciones buscaba subrayar la idea de que
el país estaba en riesgo. A fines de diciembre de 1975, tras la Conferen-
cia Episcopal, el arzobispo de La Plata, Antonio Plaza, y Tortolo dieron a
conocer las conclusiones. “La Argentina está expuesta a la disgregación o
al caos si no se reacciona rápida y enérgicamente”, sostuvo Plaza. Por su
parte, el arzobispo de Paraná fue más allá: “La presidente de la República
estaría dispuesta a cualquier renunciamiento, si con ello está segura de con-
tribuir a la pacificación del país. Pero ahí parecerían nacer sus dudas porque
encuentra ante sí un juego de intereses tan poderosos que teme provocar
una situación absolutamente distinta a la que busca”.
Durante esas jornadas, Tortolo, en función de vaso comunicante entre
las partes, se reunió con Videla. A la salida del encuentro, apuntó directa-
mente contra el Poder Ejecutivo y tendió la mesa para los fragoteros: “(…)
Desafortunadamente, no hay timón en la nave del Estado que, prudente y
con firmeza, ponga remedio a esta situación; el Gobierno ha marchado a la
deriva, expuesto a la improvisación y a la impavidez de sus dirigentes; la
ausencia de autoridad y el mal ejemplo dado desde arriba fomentan el des-
orden y el peculado. Las Fuerzas Armadas han asumido la peligrosa y ab-
negada misión de combatir la subversión y de dar una imagen de autoridad
ante la falta de ella en los círculos civiles. Pero esa misión se contradice con
la irresponsabilidad de los dirigentes políticos y se perjudica por la falencia
del poder. Ellas sólo pueden reprimir en el campo militar y de seguridad,
pero no pueden influir en la supresión de las causas económicas, sociales,
políticas y morales de la violencia: su obra queda trunca mientras no se
remuevan esas causas profundas».
El 24 de marzo de 1976, al hacerse con el poder, la Junta Militar dio a
conocer su Proclama, atravesada por alusiones a la pérdida de la fe y del
“sentido de grandeza”. Como en tantas otras ocasiones, todo giró en torno
de la “recuperación del ser nacional”, exigida tanto por liberales como
por católicos tradicionalistas.
En el gobierno de facto confluyeron ambas corrientes con sensibles dife-
rencias, pero no completamente opuestas. Por un lado, el Grupo Azcuéna-
ga, conducido por Jaime Perriaux, alma mater de una buena parte del pro-
grama económico que llevó adelante Alfredo Martínez de Hoz, uno de sus
integrantes. De ese colectivo de empresarios e intelectuales pertenecientes
a “la burguesía diversificada”66, formaron parte también Ricardo Masuetto
66) Entrevistado por el autor, Martín Vicente definió así a los integrantes del Grupo Azcuénaga: “Estos
intelectuales responden a los intereses de una burguesía diversificada. No relacionada a la tradicional
burguesía argentina, muchas veces mal vinculada al negocio agropecuario. Es una burguesía diversificada

43
Zinn, mentor del Rodrigazo y formador de Mauricio Macri ; Horacio Gar-
cía Belsunce padre, quien estuvo entre los candidatos para desempeñarse
como ministro de Economía de la dictadura; Carlos Pedro Blaquier, dueño
del petit hotel porteño utilizado para las reuniones y propietario de la em-
presa azucarera Ledesma; Guillermo Zubarán; Jorge Zorreguieta; Mario
Cadenas Madariaga; Carlos García Martínez; Juan José Catalán y Alberto
Rodríguez Varela. Estos últimos seis, en distintos momentos, también inte-
graron el elenco de funcionarios militares.
La otra corriente fue la de los nacionalistas católicos, que tuvo por un
tiempo muy breve como ministro de Educación al santafesino Ricardo Pe-
dro Bruera, ejecutor del Operativo Claridad, por medio del cual se pro-
pusieron identificar en las escuelas a los potenciales subversivos. A me-
diados de 1977, Bruera fue reemplazado por el mencionado Catalán. Un
año después, éste dejó su lugar a otro defensor de la educación católica:
Juan Rafael Llerena Amadeo. Integrante de la Corporación de Abogados
Católicos y profesor de la UCA, fue quien más duró en esta cartera, pues
su gestión finalizó en 1981. Durante su paso por Educación, anunció un
viejo anhelo de la jerarquía eclesiástica: una nueva Ley de Educación, que
contendría el eterno retorno de los católicos, aunque ahora con el suficiente
poder para tomar decisiones sobre este campo. Según Llerena Amadeo,
“nosotros siempre hemos hablado que no puede ignorarse la existencia de
Dios en las escuelas, cuando la realidad es que nuestra misma Constitución
nos habla de la existencia de Dios como fuente de toda razón y justicia”67.
Durante su gestión, fue el núcleo de una vieja polémica al introducir la
materia Formación Moral y Cívica, considerada como el puntapié para el
ingreso de la religión en las escuelas.
Desde Mikael, Tortolo hizo su aporte a esta discusión: “Solamente quisié-
ramos subrayar la necesidad imprescindible de la educación religiosa, si real-
mente queremos crear una nueva conciencia nacional, formar un argentino
que responda a esto que se ha dado en llamar proceso de reconstrucción na-
cional y que apunta precisamente a gestar una concepción del hombre argen-
tino que no se debata en un agnosticismo religioso, en un puro liberalismo
económico y termine en un inmanentismo materialista-marxista”68.
hacia la industria, los medios, los espacios intelectuales, espacios político-partidarios, espacios académi-
cos. En ese sentido, esa burguesía diversificada que no sólo está dialogando con el grupo, sino represen-
tada en personajes como Martínez de Hoz, Benegas Lynch, entre otros. Es el tipo de sujeto social que
estos autores están representando. En cierto sentido, desde la concepción orteguiana que defendían estos
autores, esa es la elite que ellos están no sólo representando, sino también acompañando en la reconquista
del poder perdido en mano de las masas”.
67) Laura Rodríguez: La influencia católica en la educación. El caso del ministro Juan Rafael Llerena
Amadeo (1978-1981). Estudios N° 25. 2011, 9. 141-157.
68) Citado por Laura Rodríguez en El marxismo y la universidad en la revista Mikael (1973-1984). Cien-
cia, docencia y tecnología Nº45, noviembre de 2013, p. 147-162.

44
Hay quienes atribuyen la nominación Proceso de Reorganización Na-
cional al Grupo Azcuénaga, cuyo norte era recuperar la senda instaurada
por Julio Argentino Roca. Perriaux, quien habría pasado por los Cur-
sos de Cultura Católica, señalaba la necesidad de que emerja una nueva
generación del ‘80. Esto apareció con claridad en el libro “La Segunda
Fundación de la República”, de Zinn, fallecido en 1993 cuando se des-
envolvía como interventor de YPF durante el gobierno de Carlos Mé-
nem: “Aflige al país la nostalgia de un proyecto nacional. Porque en un
momento el país tuvo un proyecto: sus frutos fueron la emancipación, la
reorganización nacional. La generación del 80 concibió un proyecto, y
vivió cumpliéndolo. Permitió que el país creara una infraestructura, y que
comenzara el progreso. Después del 80, aparecen proyectos parciales o
demagógicos, y el país se estanca. Habrá que criticar posiblemente al 80
en la medida en que le faltó adaptación a la propia criatura que había en-
gendrado, pero es innegable que existió y permite afirmar que es posible
proyectar en la Argentina. Y también cumplir”69.
Desde el integrismo católico, en cambio, la idea de restauración, ante la
amenaza socialista, tomó otros ribetes, más cercanos a lo que se intentó
durante el Onganiato desde la SEPAC. A la par que Tortolo prohibía la
Biblia Latinoamericana en la diócesis de Paraná, el encargado de explicar
qué querían, en Verbo, fue Juan Octavio Lauze.

Ha llegado la hora
Jorge Grasset se convirtió en un enigma. Hasta ahora se conocía su capa-
cidad de prédica, fundamentalmente en los Ejercicios Ignacianos, y su andar
itinerante tanto en Argentina como en la región. Los especialistas coincidie-
ron en que había escrito poco o casi nada. Lo cual es cierto, porque- como
reveló Bernardino Montejano70, quien participó de retiros espirituales desa-
rrollados por el francés-Grasset utilizó el seudónimo Juan Octavio Lauze.
Bajo ese nombre no sólo aparecieron varios artículos en Verbo, sino
que también cuenta con la autoría del libro “La vía muerta”, de Ediciones
del Cruzamante. Esta editorial sacó a la calle obras de otros integrantes
de este círculo católico conservador: por caso, de Juan Carlos Goyeneche
publicó “La continuidad en el magisterio de la Iglesia”, y de Carlos Sa-
cheri, “Iglesia clandestina”.
Más allá de las versiones que indican que Grasset habría sido confesor
69) Ricardo Zinn: La segunda fundación de la República. Buenos Aires, Pleamar, 1976, p. 116.
70) Bernardino Montejano, en entrevista con el autor, 21 de octubre de 2013.

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de Jorge Rafael Videla, a quien conoció en 1960 en España71, por medio
de su alter ego dio la bienvenida a los militares con una serie de tres notas,
tituladas “El desafío de una esperanza”.
Verdaderas columnas político teológicas, en ellas Grasset marcó cuál
tenía que ser la finalidad última de las Fuerzas Armadas en el poder: res-
taurar “el orden natural cristiano”.
La primera, a cuatro meses del golpe, versó sobre las causas profundas
de la asonada militar: “Toda violencia hecha al orden intangible de su
naturaleza provoca reacciones que tienden a corregir los defectos o los
excesos, para restablecerlo (…) Entonces, las violencias sufridas por la
naturaleza humana provocan, tarde o temprano, reacciones de defensa, de
rechazo y por fin de restauración. Violentada, la naturaleza tiende siem-
pre a autorrectificarse y volver a su orden”72. ¿Cuál era ese “orden intan-
gible”? El cristiano, “fundamento de la nacionalidad argentina”.
Grasset identificó el origen de esa violencia en 171773, a partir del as-
censo del liberalismo, con la Revolución Francesa como su punto más
alto. La expresión del “movimiento revolucionario”, en la década del 70,
era el socialismo, “nueva violencia al orden natural cristiano”74.
En esos meses de 1976, no sólo se desarrollaba la etapa más cruenta de
la represión ilegal, sino que, en paralelo, se estaba revirtiendo la seculari-
zación en el ámbito educativo. Ejemplo de ello fue la reimplantación de
la educación religiosa en Santiago del Estero, festejada en la editorial de
Verbo de agosto. En ella, salieron a refutar los cuestionamientos: “Des-
conocer la importancia de la religión católica como fundamento de la
nacionalidad argentina resulta, pues, tan inconsistente como ridículo es
cuestionar su necesaria consecuencia: todo ciudadano debe contar con
formación religiosa. Tal es lo que dice el sentido común y lo que la tradi-
ción nacional enseña”75. Simultáneamente, intensificando el disciplina-
miento, se imponían directivas para “reorganizar y uniformizar” el mun-
do católico, apuntando contra los cambios en las prácticas por parte de los
tercermundistas. La vestimenta y la liturgia fueron dos de los objetivos en
pos de repeler la infiltración marxista.
En ese mismo número, Grasset retomó los principales postulados de la
doctrina comunitarista que propalaba la Ciudad Católica: “No hay otra vía
71) Marie Monique Robin: op. cit. p. 205.
72) Juan Octavio Lauze: El desafío de una esperanza. Nª 164 Verbo, Buenos Aires, julio 1976. Pág. 40.
73) Ese año, es considerado por muchos historiadores como el de la creación de la masonería, puesto que
el 24 de junio se fundó la Primera Gran Logia, situada en Londres. Para Grasset, a partir de ese año co-
mienza “un movimiento revolucionario de gran amplitud, en cuyo dinamismo nuestra época se encuentra
envuelta todavía. Surgió como resultante o primera fase lo que se llama liberalismo (manipulación sutil)”.
74) Juan Octavio Lauze: El desafío de una esperanza. N° 164 Verbo, Buenos Aires, julio 1976, p. 43.
75) Juan Octavio Lauze: El desafío de una esperanza II. N° 165 Verbo, Buenos Aires, agosto 1976, p. 27.

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de solución social que reintegrar la energía humana en sus sociedades natu-
rales o cuerpos intermedios. (…) Los que luchan están empeñados en brin-
dar soluciones concretas a la luz de la doctrina social de la Iglesia, la cual
gira sobre principios fundamentales: los cuerpos intermedios y la acción
subsidiaria del Estado (…) En esta perspectiva de recomposición social
debería orientarse la lucha antisubversiva de los defensores de la Patria”.
Tras delinear el porqué del golpe de Estado y cuál era el objetivo, Gras-
set, ya interpelando directamente a las Fuerzas Armadas, cerró pregun-
tando y respondiendo: “¿Por qué tanta esperanza en los que luchan? Por-
que las circunstancias históricas son muy providenciales. Dios preparó de
lejos las bases de su contraataque que ya se vislumbra (…)”76.
Estaba todo dicho. El Proceso de Reorganización Nacional, con el as-
cético Videla en el frente, resultaba auspicioso para el plan integrista. No
obstante, ante las primeras denuncias de violaciones de los derechos hu-
manos, Grasset arremetió usando la primera persona del plural: “(…) Nos
acusan de graves faltas contra los derechos humanos, de antisemitismo y
otras cosas (…) Estas contradicciones son excelentes signos”77.
En esta última nota, no sólo no dudaba de que el mundo todavía se apoya-
ba “sobre los valores positivos e imborrables del Medioevo”, sino también
que “(…) nuestras naciones han encontrado en sus Fuerzas Armadas las
reservas morales para restaurar consistentemente el principio moral de au-
toridad contra las consecuencias de un falso concepto de libertad”78.
Pagada “la cuota de sangre” y convertidos en “instrumentos eficaces”
para la restauración de la nación católica, Lauze fue contundente: “Ha
llegado la hora”. ¿Por qué? “Porque Dios lo quiere. Ha llegado la hora
porque la guerra moderna es revolucionaria y por consiguiente total, que
pone en peligro los valores más sagrados y hace de la acción opuesta una
verdadera cruzada. (…) Ha llegado la hora porque tenemos en manos la
solución y hemos avanzado mucho en la larga marcha hacia ella”79.
En 1977, se produciría un arribo controversial para los católicos: el 20
de julio, llegó al país Marcel Lefebvre, recibido ni más ni menos que por
Roberto Gorostiaga, ahora líder de “Defensa de la Fe de Siempre”. Su apa-
rición inmediatamente dividió aguas. El canciller del gobierno militar, vi-
cealmirante Oscar Antonio Montes, consideró que la visita era “inoportuna
y perturbadora” para las relaciones entre la Argentina y el Vaticano.
En su editorial “La unidad de los católicos”, La Nación evaluó que “sin
duda, hubiera sido preferible que el Gobierno se mantuviera a prudente
76) Juan Octavio Lauze: El desafío de una esperanza II. N° 165 Verbo, Buenos Aires, agosto 1976, p. 28.
77) Juan Octavio Lauze: El desafío de una esperanza. N° 166 Verbo, Buenos Aires, septiembre 1976, p. 41.
78) Juan Octavio Lauze: El desafío de una esperanza. N° 166 Verbo, Buenos Aires, septiembre 1976, p. 42.
79) Juan Octavio Lauze: El desafío de una esperanza. N° 166 Verbo, Buenos Aires, septiembre 1976, p. 39.

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distancia de este lamentable entredicho. En las cuestiones que concier-
nen al culto no cabe sino robustecer el principio de libertad que subraya
nuestra tradición. Pero al margen de la actitud del Gobierno, es necesario
recordar que la fuerza de la Iglesia católica ha sido, históricamente, in-
separable de su ecumenismo, de su universalidad, de su cohesión basada
en una aceptación de la autoridad absoluta del Papa. Hasta ahora, si bien
se ha hablado oficialmente de la “inoportunidad” de la anunciada visita
de Lefebvre, no se ha adoptado ninguna medida especial que impida su
ingreso en el territorio nacional”.
Uno de los pocos que no lo cuestionó y se mostró comprensible fue el
propio Tortolo: “El punto de apoyo de Lefebvre es la palabra tradición,
pero el único que puede discernir la válida tradición es solamente el Papa,
porque donde está Pedro se encuentra la tradición”.
El Arzobispo de Tulle celebró misas en casas y departamentos particula-
res, a los cuales solamente se podía asistir con invitación. Uno de los que lo
recibió fue Gustavo Guasti, quien, en 2011, reeditaría en castellano la obra
fundamental de Jean Ousset, “Para que Él reine”. La visita de Lefebvre fue
el puntapié para la creación de la Fraternidad San Pío X en el país.

Los notables

En marzo de 1980, cuando la etapa de Jorge Rafael Videla llegaba a


su fin, se lanzaron los Diálogos en pos de dos objetivos: uno, obtener el
apoyo de distintos actores sobre lo hecho desde el 24 de marzo de 1976;
dos, partiendo de las Bases Políticas elaboradas, en 1979, por las Fuerzas
Armadas, proponer una salida que las tenga en el centro.
Los distintos interlocutores que se fueron reuniendo con el ministro del
Interior, Albano Harguindeguy, consensuaron exculpar a los militares.
Sin embargo, las tensiones salieron a la superficie cuando pasaron a dis-
cutir sobre cómo abrirse, paulatinamente, al juego democrático. Todos,
con más o menos diferencias, acordaron que las Fuerzas Armadas no po-
dían pasar a un segundo plano.
Perriaux, como parte de la Sociedad de Estudios y Acción Ciudadana,
propuso que «ciertos cargos no pueden ser ocupados por personas que no
cumplen con los requisitos mínimos indispensables. (…) Lo que propusi-
mos es el establecimiento de un mínimo de requisitos que garanticen que
no lleguen a determinados cargos hombres o mujeres que a priori sepan
que no los van a poder desempeñar»80.
80) “El ministro del Interior dialogó hoy con dirigentes de la Sociedad de Estudios y Acción Ciudadana
(SEA)”, mimeo, Buenos Aires, 1979.

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Luego, fue el turno de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Po-
líticas, encabezada por su presidente, el médico nonagenario Osvaldo Lo-
udet. Con una parábola propia de muchos intelectuales argentinos, Loudet
pasó de ser el primer presidente de la Federación Universitaria Argentina,
en 1918, a sentarse, 62 años después, frente al general Harguindeguy, a
quien él, Luis Botet, Alejandro Lastra, Alberto Banegas Lynch e Isidoro
Ruiz Moreno le manifestaron que “(…) las Bases (Políticas) merecen la
aprobación general por sostener los fines de la Constitución Nacional y
tener como objetivo la continuidad de nuestro modo de vida republicano.
(…) llamar a elecciones o referéndum es imposible y sería suicida”. La
Academia Nacional de Derecho también se reunió con el funcionario dic-
tatorial. Entre los presentes estaba el abogado Segundo Linares Quintana,
quien en 1945 había tenido la responsabilidad de diseñar un nuevo Estatuto
de los Partidos Políticos, el cual ofrecía amplias garantías a la Iglesia.
Desde Verbo, Lauze también sumó su punto de vista por medio del artículo
titulado “Representatividad”, en el número de agosto de 1980. Reclamó que
las “pautas generales para distinguir los candidatos”, debían ser “una mo-
ralidad sólida bien probada”; “un conocimiento adecuado de la materia de
responsabilidad”; “prudencia manifiesta y estable en el manejo de las cosas”
y “una identificación espiritual (y psicológica) con el cuerpo representado”.
No sólo afirmó que “el régimen llamado democrático concede una par-
ticipación política indiscriminada a los ciudadanos”; sino también que la
limitación la tenía que establecer la Iglesia, “cuyo objeto formal está por
encima del Estado y al cual éste se subordina (…)”81.
Las esperanzas de Grasset habían mermado. Mientras, Cabildo, en su
editorial, se preguntaba porqué no castigar con su “eliminación”82 a “la cla-
se política izquierdista” en pos de la “salud pública”83, llamativamente, el
cura francés expresaba algunos matices importantes, puesto que decía que
“vemos con pena que, si bien progresamos en la inteligencia del propósito,
no adelantamos tanto en la implementación del plan restaurador”84 .Por eso
reafirmaba cuál era “el objetivo específico de nuestra obra: la reforma de
instituciones a través de la formación de un pequeño grupo de hombres”85.
Ahora bien, ¿cómo se seleccionarían los “notables” de ese gobierno? “Fue-
ra del ambiente familiar, de vecindad y parroquial, y del ambiente laboral,

81) Juan Octavio Lauze: Representatividad. N°205, Verbo, agosto de 1980, p.74.
82) Editorial de la revista Cabildo, Nº30, diciembre-enero 1980, p. 3.
83) En ese mismo número, criticaban al entonces director del Buenos Aires Herald, Robert Cox, por
haberse ido del país tras denunciar las violaciones a los derechos humanos: “A este paladín de la libertad
de expresión no le dio el ánimo para defenderla hasta el final”, sostuvieron.
84) Juan Octavio Lauze: Heroísmo cristiano. N°203, Verbo, junio de 1980, p. 89.
85) Juan Octavio Lauze: ibídem.

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hay un especialísimo ambiente de promoción, de ejercicio y de detección
de notables: el cuadro municipal. En él debiéramos ver la primera escuela
política, la ocasión fundamental y elemental para hacer las primeras armas”86.
Algunos números antes, Lauze había destacado las cualidades de Juan
Pablo II, a quien consideró un “faro de la verdad”. En agosto de 1979, el
Papa polaco había asistido a los funerales del cardenal Alfredo Ottaviani,
protector de Cite Catholique en sus inicios. En la basílica de San Pedro,
durante las exequias, Karol Wojtyla pareció hablarle a los tradicionalis-
tas, tratando de calmarlos ante un mundo que cambiaba: la ortodoxia es
“un patrimonio irrenunciable de la rectitud moral”. No casualmente en
esos mismos días, Lefebvre, de nuevo en Argentina, esta vez para pre-
senciar la misa del sacerdote Jorge Castillo, uno de los 28 seminaristas
ordenados por su Fraternidad en Ecóne, Suiza, también expresó su co-
modidad con el sucesor del fugaz Albino Luciani: “La atmósfera de mis
relaciones con el Vaticano son mejores que antes”, a lo que añadió que ya
no se sentía perseguido.
La dirección de Verbo había pasado de Fernando Estrada, integrante
de una familia siempre vinculada al Vaticano, a manos del médico Ig-
nacio Garda Ortiz. Ya no publicitaban Renault ni Bodegas Echart, pero
comenzaba a promocionarse la revista Civilidad, del Instituto Alberto De
Nápoli, en honor al interventor de Pergamino.
1981 fue el año en que Tortolo padeció problemas vasculares, que lo
dejaron postrado. Poco antes, había hecho conocer el deseo de María Es-
tela Martínez de tomar los votos en la casa conventual de los Merceda-
rios, en Madrid, si la liberaban. Hasta que su salud lo apartó, Tortolo fue
la cabeza de una parte de la curia que tenía total conocimiento de lo que
ocurría. “Prácticamente no hay centro clandestino donde no haya habido
un capellán”, declaró Verbitsky en el juicio Guerrieri II87. El autor de
una saga de libros imprescindibles sobre las imbricaciones de la Iglesia
con diferentes actores, pero sobre todo con los militares, sostuvo que “la
función del capellán es la asistencia espiritual, pero hubo muchos testi-
monios de que además de esa asistencia a policías y militares, también
participaban en interrogatorios a personas privadas de su libertad”.
Fue tal la afinidad que la cúpula eclesiástica tuvo con la última dictadu-
ra, que, en marzo de 1979, se sancionó la ley 21.950, la cual otorga “a la
Jerarquía Eclesiástica una asignación mensual equivalente a un porcentaje
de la percibida por el Juez Nacional de Primera Instancia”. La norma lleva
86) Juan Octavio Lauze: ibídem.
87) En el juicio llevado adelante por el Tribunal Oral Federal 1 de Rosario, el 14 de diciembre de 2013,
fue condenado a prisión perpetua el represor Marino Héctor González y se impusieron penas que van
entre 5 años y 25 años a todos los imputados, quienes formaron parte del Batallón de Inteligencia 121 de
esa ciudad.

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la firma del presidente de facto, Jorge Videla, del ministro de Economía,
Alfredo Martínez de Hoz, y del canciller, Carlos Washington Pastor.
Reemplazado como vicario general castrense, en 1980, por el obispo de
Jujuy, José Medina, el aún arzobispo de Paraná empezó a ser trasladado
en silla de ruedas mientras comenzaban a trascender los estados de abso-
luto delirio que lo dominaban cada vez más comúnmente. Llamativamen-
te o no, la senilidad de Tortolo, la desactivación del séquito de sacerdotes
tradicionalistas del Seminario de Paraná y el retorno de la democracia se
fueron produciendo casi a la par.

51
52
Capítulo IV

Cuando yo estaba preso en Rawson venía Tortolo a recorrer las


celdas. Llegaba acompañado por gente que sería de los servicios.
Me acuerdo haber escuchado que el director del penal se inquie-
taba ante la visita de un obispo por las condiciones en las que
estábamos los presos. Pero los de los servicios lo tranquilizaban,
le decían que no se preocupara porque éste (Tortolo) es de los
nuestros. Es seguro que Tortolo también le debe haber dado un
aval para que matara con la conciencia tranquila. (Testimonio de
Rodolfo Ojea Quintana88)

El famoso Unamuno, un escritor español un poquito heterodoxo,


decía “me duele España”. José Antonio Primo de Rivera dice: “No
me gusta España porque la quiero” (…) Si no digo me duele la Ar-
gentina, me duele la familia argentina, me duelen los jóvenes, me
duelen los universitarios, me duele la universidad argentina, me
duele la dirigencia política, me duelen los medios, no estoy aman-
do a la patria (…) Es un amor redentor, es un dolor de cristiano.
(Padre Ramiro Sáenz en las VI Jornadas de Apologética, 2012)

“La ley del dolor es una ley universal. Todo hombre debe ser sometido
a prueba. Debe ser purificado. Debe pasar por la acción transformante de
las horas de crisis”, así comenzaba el artículo “Crisis y purificación”, es-
crito por Adolfo Servando Tortolo, en el número 10 de Mikael, la revista
del Arzobispado de Paraná, durante el primer cuatrimestre de 1976.
El 16 de agosto de ese año, la patota de la Policía Federal secuestró a
Victorio “Coco” Erbetta, militante de Montoneros en la capital entrerria-
na. Mientras era mantenido en cautiverio en el Escuadrón de Comunica-
ciones del Ejército, una noche, sorpresivamente, fue trasladado hacia el
palacio de Parque Urquiza, donde residía Tortolo: “Estuvo varias horas
con él. “Coco” le comentó la situación de todos los detenidos (...) Esa
misma noche lo llevaron y nunca más volvió. Tipo 6 de la mañana vi
pasar una camilla con un cuerpo ensangrentado, tapado con una sábana
blanca. Había médicos y supuse que era el cuerpo de Erbetta”89, relató,
88) María Seoane y Vicente Muleiro: “El dictador”. Debolsillo, 2006, p. 223.
89) Alfredo Hoffman: La relación de la Iglesia católica con la dictadura, un debate que vuelve. Uno Entre

53
más de 30 años después, el testigo Luis Ricardo Silva.
En una de las celdas contiguas se encontraba Álvaro Piérola, hoy abo-
gado de derechos humanos. A él, “Coco” Erbetta le “contó que estaba
nervioso. Que lo habían golpeado. Que todavía no había declarado, pero
confiaba que iba a salir porque era practicante católico y conocía a Tor-
tolo. Al otro día, su compañero de celda dijo que lo habían llevado, pero
que habían dejado su ropa”.
Su hermano y entonces suboficial del Ejército, Joe Erbetta, recurrió al
general Juan Carlos Trimarco, quien había llegado a Paraná, en 1975,
como subjefe de Abel Teodoro Catuzzi en la Segunda Brigada de Caba-
llería Blindada. El 24 de marzo de 1976, juró como interventor de Entre
Ríos. A los días, dejó su lugar al brigadier Rubén Di Bello, considerado
su títere hasta 1978, cuando lo sucedió el comodoro Pablo Jávega.
“El 10 de setiembre de ese año (1976), el general Juan Carlos Trimarco
me llama a su despacho, lugar en el que, apuntando con su arma a mi
cabeza, me dice: ‘Su hermano es un subversivo. Usted no tiene nada que
averiguar. No quiero saber más nada de que usted o cualquier miembro de
su familia anden haciendo preguntas’” 90, narró Joe Erbetta, cuyo herma-
no desaparecido había militado en las filas de la Acción Católica Argen-
tina y había sido monaguillo de Tortolo en su adolescencia.
El secuestro de Erbetta puso sobre la mesa la participación de la de-
legación local de la Policía Federal, donde solía brindar misa el cura y
ex Tacuara, Alberto Ezcurra Uriburu. Allí, el comisario José Faustino
Fernández había dispuesto una oficina para hacer tareas de inteligencia.
Uno de los agentes fue Cosme Ignacio Demonte, acusado de estar entre
quienes secuestraron a Erbetta dentro de la Facultad de Ingeniería Elec-
tromecánica de la UCA.
La relación entre Trimarco y Tortolo era conocida, como también lo
era la que el Arzobispo mantenía con el brigadier mayor y ex oficial en la
Base Aérea paranaense Orlando Capellini, y con el director de la cárcel
local, José Anselmo Appellhans.
Antes de visitar ésta, en octubre de 1976, Tortolo había asegurado, en
declaraciones a la prensa, que “yo no conozco, no tengo prueba fehacien-
te de que los derechos humanos sean conculcados en nuestro país. Lo
oigo, lo escucho, hay voces pero no me consta”91. Tendría varias ocasio-
nes para rectificarse.
Una de ellas fue en diciembre de ese mismo año, cuando se presentó en
la Unidad Penal Nº1 de la capital entrerriana. Antes de la misa, Tortolo
Ríos, 30 de noviembre de 2008.
90) La cabeza del general Trimarco. Uno Entre Ríos, 24 de marzo de 2009.
91) Emilio Mignone: Iglesia y dictadura. Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes, 2010, P. 23.

54
pidió que “los comunes” sean sentados de un lado y los “subversivos”,
del otro92. Allí, los detenidos aprovecharon para mostrarle al vicario cas-
trense las marcas de la tortura y le rogaron que intercediera. Al escu-
char lo que padecían quienes estaban secuestrados, Tortolo se “tapaba los
ojos”:“Dijo que si alguien deseaba hablar con él, podía hacerlo -reme-
moró Juan Domingo Wurstein-. Yo le conté lo que sucedía y le pregunté
porqué mataban gente. Tortolo me dijo: ‘Si ellos matan gente, las armas
están bendecidas. Ustedes matan con armas sin bendecir’. Le aclaré que
no había matado a nadie y me dio dos cachetadas porque no había dicho
la verdad. Si alguien recibía una cachetada, era porque había dicho la
verdad”93. Acto seguido, luego de que se retirase el prelado, Appelhans
los trasladó hacia el patio, donde los amenazó, advirtiéndoles que ante
otra queja les aplicaría la “ley de fuga”, eufemismo utilizado para matar
a quienes estaban en cautiverio. Según los testigos, en el penal había dos
lugares para que las mujeres tengan a sus hijos, sitios que además eran
utilizados como sala de tortura.
Otro ex detenido desaparecido, Manuel Ramat, abrió el foco y amplió
el número de responsables. Señaló a Jorge Appiani como el encargado de
conducir las torturas en la Base Aérea de Paraná. Lo recordó por la frase:
“Cada maestrito con su librito”. El militar llevaba anotaciones en un cua-
derno, en el que escribía las respuestas de los secuestrados a sus preguntas.
Después, los detenidos sufrían descargas eléctricas. Ramat fue, también,
uno de los que se refirió a la complicidad del médico Hugo Moyano, quien
lo vio después de una sesión de tortura: “Cuando le conté lo que me habían
hecho, no se conmovió, ni anotó nada, ni me ofreció curaciones”94.
Siguiendo la lógica de reacomodamientos post golpe en la ciudad, du-
rante el último tramo de 1976, Carlos Uzín fue impuesto como decano
de la Facultad de Ciencias de la Educación. Al mejor estilo Zavalla, el
“mimado”95 por Tortolo, ex docente del Liceo Militar General Belgrano,
en Santa Fe, se encargó de depurar el Centro de Documentación de esa
facultad. Eliminó, por ejemplo, los textos de Paulo Freire, John William
Cooke, Salvador Allende, Héctor Cámpora, Juan Domingo Perón, Ariel
Dorfman, Rodolfo Puiggrós, Jean Piaget, Sigmund Freud, Rogelio Gar-
cía Lupo, Herbert Marcuse y Rodolfo Walsh. Para que no queden dudas
sumó al plantel de profesores a Juan Mario Collins, el mismo que Ezcurra
Uriburu había elegido como reemplazante cuando se alejó de Tacuara.
Uno de los alfiles de Collins era el docente Ricardo Andrilli.
92) En Paraná avanza la justicia. Página 12, 6 de junio de 2009.
93) Diego Martínez: El vicario que predicaba el terror. Página 12, 26 de diciembre de 2008.
94) Juan Cruz Varela: Un expreso político dijo que Appiani dirigía las torturas. El Diario, 21 de octubre de 2014.
95) Daniel Enz: op. cit. pp. 95 y 96.

55
Vale tener en cuenta un dato de cara a lo que sucederá décadas después:
Andrilli daba clases en el colegio Santa Teresita, donde se haría fuerte el
Grupo Unidad, compuesto por jóvenes de la Base Aérea de Paraná.
A nivel local, la presencia de Tortolo y su conocimiento de las distintas
denuncias fueron detalladas fundamentalmente durante el juicio Área Pa-
raná, que se inició en noviembre de 2008.
Las referencias al Arzobispo fueron muchas. Tampoco faltaron las
imágenes que lo muestran celebrando misa en el Edificio El Libertador
(1979) y en la ESMA (1980), ante la cúpula militar. Su secretario, en la
Capital Federal, era el capellán Emilio Teodoro Grasselli, encargado de
recibir, en la capilla Stella Maris, a familiares de víctimas que querían
entrevistarse con Tortolo. Ante cada visita, el cura elaboraba una ficha
por medio de las que clasificaba los casos. Superaron las dos mil. En
diferentes causas judiciales, Grasselli, sindicado también como el res-
ponsable de vender al grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la
Armada el lugar de recreo del Arzobispado de Buenos Aires en Tigre96,
intentó justificarse: “Primero hacía una lista pero nos sobrepasó. Como
en aquella época no había computación, comencé a hacer fichas y así for-
mé un fichero. En la primera parte de la ficha ponía nombre, el lugar del
hecho y el día que me visitaba, y en el anverso, algún dato o dirección de
alguien a quien podía comunicarse por si llegara una novedad. Cuando
venía monseñor (Tortolo) cada semana, cada 15 días, le presentaba esa
lista y él hacía una copia y la mandaba al Ministerio del Interior, a veces
al Ejército, a la Fuerza Aérea o la Marina”.
No es casual que, en sus argumentos, Tortolo no difiriese de lo que
los testimonios señalan que expresaban los capellanes ante circunstancias
similares. Por ejemplo, en el juicio por delitos de lesa humanidad come-
tidos en Concordia, Concepción del Uruguay y Gualeguaychú, Alejandro
Richardet, ex militante de Montoneros, relató que, ante su pedido para
que medie con el objetivo de que mejoren las condiciones de detención,
Tortolo le advirtió que “la expiación de los pecados se consigue muchas
veces a través del sufrimiento físico”97.
A fines de 1977, frente a las desapariciones, alrededor de siete madres y
familiares de víctimas de la represión ilegal comenzaron a reunirse clan-
destinamente en Paraná. El cura Julio Metz les dio un lugar para encon-
trarse. El sitio era la Parroquia del Carmen, cedida con el aval de Tortolo.
Las personas que asistían cada sábado debían llegar solas por un pasillo
96) Horacio Verbitsky: El Silencio. Editorial Sudamericana, 2006, Buenos Aires, p. 268.
97) Paraná: Ex preso político recordó ante el TOF que hubo complicidad del clero con la dictadura.
Télam, 11 de octubre de 2012. Disponible en: http://memoria.telam.com.ar/noticia/lesa-humanidad----
obispado-entre-rios_n1815

56
situado a la izquierda de la iglesia. Entre las primeras, estuvieron Aman-
da Mayor y Clara Atelman, madres de Fernando Piérola y Claudio Fink,
respectivamente. También, estaba Elba Benítez, esposa de Agustín Goy-
burú, detenido en Paraná, en el marco del Plan Cóndor, luego de haberse
exiliado de Paraguay a raíz de los enfrentamientos con el dictador Alfredo
Stroessner, a quien denunció por torturar a presos hasta causarles la muerte.
De esas reuniones secretas, participaba Mónica Torres, hermana de
Hugo Torres, quien, tras ser detenido en 1975, había pasado por cárceles
entrerrianas, entre ellas la de Paraná. Torres decía ser representante de
familiares de desaparecidos de la Capital Federal. En paralelo, dentro
del Seminario de Paraná, hubo quienes recibieron la orden de “escuchar
a la gente de las diferentes parroquias, interiorizarse de sus problemas,
pero también detectar a familiares de presos políticos y conocer lo que
pensaban o captar información para luego ser trasladada a los principales
referentes del Seminario”98.
Atelman de Fink contó que Tortolo “nos recibió muchas veces a los
familiares de los desaparecidos, pero nunca nos dijo nada; decía que
no podía hacer nada (…) Mucho después supimos que Tortolo no nos
acompañaba”99. Luego de una nueva e infructuosa entrevista con el arzo-
bispo de Paraná, éste le envió a los Fink una estampita con una imagen
de Juan Pablo II que al dorso decía: “A. Tortolo saluda a la familia Fink
y lamenta no tener alguna novedad respecto a Claudio. No descuiden la
oración. Paraná, 14-12-79”100.
Lo cierto es que las sospechas recién se confirmaron varias décadas des-
pués. Fue en 2010, cuando supieron por fin que Tortolo, y por ende los
militares, estaban al tanto de todo lo que sucedía en la Iglesia del Carmen,
porque Mónica Torres era una infiltrada, tal como lo verificó el hecho de
que su nombre apareciese en las listas desclasificadas del Batallón 601.
Como se verá más adelante, no fue la única sorpresa. Distintas versiones ya
señalaban que Torres se movía con facilidad en el Comando del Ejército y
era recibida personalmente por Trimarco. A su vez, fue responsabilizada de
entregar a Osvaldo Cambiasso, quien, tras ser liberado en 1982, retornó a
Paraná en mayo del año siguiente. Torres lo llevó hasta Diamante para vi-
sitar a algunos amigos. La futura directora de Derechos Humanos de Jorge
Busti presionó para que no se vuelva en un auto particular sino en micro, lo
que dio inicio a su odisea final. Al regresar a Rosario, mientras estaba en un
bar junto con Eduardo Pereyra Rossi, fueron secuestrados y luego asesina-
dos por agentes del Comando Radioeléctrico de la Unidad Regional Tigre,
98) Daniel Enz: op.cit., p 79.
99) Entrevista de Juan Cruz Varela. El Diario. 26 de octubre de 2014
100) Entrevista de Juan Cruz Varela: ibídem.

57
en cuyo mando estaba el oficial inspector Luis Abelardo Patti.
La dictadura dejó un saldo de 11 desaparecidos en Paraná, donde funcionó
una decena de centros clandestinos de detención y una maternidad. En la me-
gacausa Área Paraná, que, al cierre de este libro, no había concluido, hubo 22
imputados-sólo sobrevivieron 13 al paso del tiempo- y 52 víctimas.
Acusado de beneficiar a allegados y parientes con las obras públicas
provinciales y de hacer negociados con inmuebles de personas desapare-
cidas, Trimarco, retirado desde diciembre de 1983, fue uno de los benefi-
ciados por la Ley de Punto Final, y luego indultado por el Decreto Núme-
ro 1002, firmado por Carlos Menem. Sin embargo, en 1999, fue requerido
por el juez español Baltasar Garzón, quien ordenó su detención en 2003.
A su vez, fue imputado en Capital Federal por privaciones ilegítimas de la
libertad en el marco del Plan Cóndor; y en San Nicolás, por el homicidio
de Cambiasso y Pereyra Rossi. En la megacausa de Paraná, la muerte le
permitió sortear la citación para que declare por el robo del bebe de Ra-
quel Negro. Estaba acusado de cometer siete homicidios mientras era jefe
del Segundo Cuerpo del Ejército.

Repliegue

Durante la década del ‘80, se produjo el descabezamiento del bastión


tradicionalista constituido en el Seminario de Paraná. Estuvo marcado
por la enfermedad de Tortolo, quien a partir de 1981 comenzó a sufrir
problemas de salud, que le imposibilitaban moverse. Las monjas que lo
cuidaban relataron que Tortolo deliraba, gritando por su madre, a quien
soñaba desaparecida.
En julio de ese mismo año, en la casa que el cura Carlos Alberto Lojoya
tenía en Vicente Casares, se reunieron los hermanos Alberto y Álvaro
Ezcurra Uriburu, Alfredo y Ramiro Sáenz, Gastón Dedyn, Carlos Nadal,
Luis Rodrigo y Carlos Miguel Buela. La charla giró en torno de cómo
continuar, tema que sobrevolaría los siguientes encuentros. A la postre,
sería el momento fundacional del Instituto del Verbo Encarnado, que, ini-
cialmente cobijado por el obispo de San Rafael, León Kruk, fungió como
el reducto que contendría a los cuadros tradicionalistas ahora huérfanos
por la enfermedad del Arzobispo.
Las fracturas estaban a la vista de todos. Al punto que en agosto de
1982, a raíz de las quejas contra la facción de nacionalistas católicos toda-
vía dominante, un grupo de seminaristas logró que los trasladasen desde
Paraná al Seminario Niño Dios en Gualeguaychú, creado ad hoc.

58
Ese mismo año, en uno de los últimos números de Mikael, Ezcurra
Uriburu insistía con “la patria como el lugar donde es posible “el arrai-
go nacido de la tradición familiar”. Patria son los conquistadores y los
misioneros, que con la cruz y la espada vinieron a ganar no sólo tierras
nuevas para el rey en cuyos dominios no se ponía el sol, sino también un
nuevo continente para Cristo”101. Con la Guerra de Malvinas de trasfon-
do, Ezcurra se ilusionaba porque “con ella se han levantado en el alma
de los argentinos destellos de generosidad, se han descubierto tesoros
enterrados de coraje y servicio desinteresados. Hemos recordado que esta
patria nació cristiana, que los colores de su bandera son los del manto de
María, y hemos empuñado el rosario y doblado las rodillas ante el Señor
de los Ejércitos para rogarle que la ampare y la conduzca, que la proteja
en el combate y le conceda aquella paz en la Verdad y en la Justicia que
sólo El es capaz de darnos”102.
Llegado desde Córdoba, en enero de 1983, Estanislao Karlic fue nom-
brado arzobispo coadjutor y administrador apostólico. Con Tortolo fuera
de escena, el protegido del cardenal Raúl Francisco Primatesta fue dando
los primeros pasos hacia la reclamada modernización.
Una de las primeras acciones en ese sentido fue, justamente a pedido de
Karlic, el desembarco de una comisión del Vaticano para que analizara to-
dos los seminarios del país, con especial énfasis en el de Paraná. El lunes 22
de julio de 1985, el todavía arzobispo coadjutor firmó la resolución a través
de la cual concluyó su obra, separando al viejo equipo de formadores de los
seminaristas. Aunque los influyentes Alberto Ezcurra Uriburu y Alfredo
Saenz ya habían partido hacia San Rafael, todavía permanecía Cecilio Paul,
ex director de Mikael, cuyo último número había salido en 1983.
En total, debieron marcharse 12 sacerdotes y 30 seminaristas, entre
quienes estaban José María Pincemin y Luis González Guerrico. Según
Ricardo Leguizamón, autor de la biografía “Las dos vidas del cardenal”,
“los cambios apuntaron a dos figuras clave: el jesuita Alfredo Sáenz, y el
ex fundador de Tacuara, Alberto Ezcurra Uriburu, que había regido los
destinos del Seminario durante trece años. Karlic hizo todo de modo cau-
teloso. Dispuso los cambios durante el receso invernal en el Seminario,
pero aun así no pudo evitar el escarnio público. El sector más ortodoxo le
respondió con insultos, y pintadas en las paredes del frente de la casa de
formación por haber echado de la diócesis a Sáenz y Ezcurra”103.
Karlic aguardaría hasta la muerte de Tortolo, en 1986, para avanzar
101) Alberto Ezcurra Uriburu: Reflexiones sobre la patria. Revista Mikael, Nº29, Paraná, 1982. p. 3-11.
102) Alberto Ezcurra Uriburu: ibídem.
103) Cfr. Jorge Riani: Historias de asonadas clericales, diezmos y la oscilante relación entre Estado y
religión. El Diario, 3 de abril de 2011.

59
con todo contra los tradicionalistas. En el texto de la resolución que emi-
tió apuntaba directamente a la nuez del problema: “Las líneas clave del
Documento de Puebla abren un camino de comunión y participación que
sólo será realidad cuando el Seminario viva según el espíritu de este do-
cumento del magisterio latinoamericano, siendo el momento de insertar
vigorosamente a nuestro Seminario en la línea eclesial de las recientes
normas para la formación sacerdotal en los Seminarios de la República
Argentina, habiendo oído repetidas veces al Señor Obispo Auxiliar y al
Colegio de Consultores”.

Ni pastor mercenario, ni perro mudo

En medio de las tensiones internas que atravesaba la Iglesia argentina, los


que se marcharon de Paraná primero buscaron ser guarecidos por el obispo
de San Martín, Manuel Menéndez, quien declinó la oferta. El que les abrió
la puerta, como se dijo, fue León Kruk, titular de la diócesis de San Rafael
y una de las cabezas de la corriente “espiritualista” opuesta a la historicista
y progresista104. “Teníamos que encontrar un obispo que avalara el proyec-
to -recordó Buela- y lo más lógico pareció que había que comenzar por mi
propio Obispo, Mons. Menéndez (sic), quien contestó que no se sentía con
fuerzas como para comenzar una obra así, que nos felicitaba y bendecía, y
que buscásemos un buen Obispo. Con el tiempo, al enterarse que era Monse-
ñor Kruk, se alegró mucho”. El propio Buela ya tenía experiencia en sufrir
expulsiones, pues había sido echado del Seminario de Devoto por Caggiano
y, luego, readmitido por el mencionado Menéndez en San Martín105.
En 1983, el grupo que se instalaría en la provincia cuyana ya había
tomado forma, aunque seguían reuniéndose en Buenos Aires. Antes de
partir, a modo de bautismo, visitaron la tumba de Julio Meinvielle, sobre
quien el propio Buela diría: “Le oí decir una vez: “¡Aunque el Anticristo
me aplaste la cabeza, con el último aliento de mi vida quiero confesar a
Cristo!”. Luchó con denuedo, sin dar ni pedir cuartel, contra los enemigos
de Dios, de Cristo, de la Iglesia, de la Cristiandad, que desde el comienzo
del cristianismo -pero con más intensidad desde hace cinco siglos- están
llevando al mundo a la apostasía, denunciando documentadamente la in-
filtración de los mismos incluso dentro de la Iglesia con una clarividencia
que no he conocido en ningún otro. No fue, por tanto, un “pastor merce-
nario” (cf. Jo. 10,12), ni “perro mudo” (cf. Is. 56,10)”106.
104) Martín Obregon: ibídem.
105) Sergio Rubin: El proceso a un grupo ultraconservador. Clarín, 17 de febrero de 2001.
106) Carlos Buela: Padre Julio Meinvielle. Perfil sacerdotal. Disponible en: http://www.padrebuela.org/

60
Kruk, conocido por sus posturas conservadoras, en sintonía con las del
arzobispo de San Luis y asiduo colaborador de Verbo, Rodolfo Laise, les
comunicó, por medio del cura Nadal, en octubre, el mismo mes en que se
realizaron las elecciones que consagraron a Alfonsín, que “nos daba per-
miso para hacer la experiencia de vida religiosa en esta Diócesis y acep-
taba nuestro ofrecimiento de trabajar pastoralmente en el lugar que él nos
indicara, encomendándonos el Seminario diocesano que pensaba fundar,
contando con nosotros. Es decir, que a la idea nuestra de formar a los jó-
venes que venían con nosotros para vivir en comunidad religiosa, se sumó
su pedido de que nos encargáramos de la formación de sus seminaristas”.
Aunque parecía que los tiempos no habían cambiado tanto, rápidamen-
te llegaron los cuestionamientos respecto del retroceso que significaba
que la formación quedase a merced de los tradicionalistas, quienes man-
tenían su impronta preconciliar.
El obispo de San Rafael, que siempre se jactaba de tener buena llegada a
Karol Wojtyla, envió una carta a Juan Pablo II: “Con un grupo de buenos
sacerdotes que querían formar un Instituto de Vida Religiosa (sic) para de-
dicarse especialmente a la ‘Evangelización de la cultura’; a la predicación
de las ‘misiones populares’; a la predicación de los ‘Ejercicios Espiritua-
les’, y al ‘ministerio parroquial’… Vi la posibilidad de empezar mi propio
Seminario en 1984. Ante la sola noticia, mucho antes de comenzar, tuve
oposiciones y ataques, tanto internos de algunos sacerdotes, como externos
por la campaña de estos sacerdotes entre algunos obispos amigos de ellos”.
Las principales críticas sostenían que el naciente Instituto del Verbo Encarna-
do (IVE) estaba compuesto por sacerdotes y seminaristas que no habían pedido
permiso a los obispados de origen. A lo que se sumaban las invectivas que los
acusaban de profesar las mismas ideas que Marcel Lefebvre, quien desde hacía
unos años había radicado la Fraternidad San Pío X en el país.
Los pasos fundacionales del instituto quedaron plasmados en el texto “Re-
minis-cencias”107, en el que Buela, procurando refutar las críticas, describió
cómo fueron los primeros años. En él, se remontó al momento en que Karlic
desconoció la existencia del IVE: “El 6 de agosto de ese año solicitábamos
a Mons. Karlic informes sobre ex-seminaristas del Seminario de Paraná que
deseaban ingresar en la Congregación, de manera especial, “si alguno de los
mismos ha incurrido en faltas graves”. Con fecha 14 de agosto se nos decía
que no tenían “conocimiento del Instituto religioso en formación…por ello
no corresponde responder a su pedido”. Aunque apenas unos meses antes,
perfil-sacerdotal
107) El propio Carlos Buela hizo público este texto, que compuso para exponerlo “en el IIº Capítulo
General Ordinario luego del 15 de setiembre de 1994”. Está disponible en: https://prensacatolica.wor-
dpress.com/controversias/el-verbo-encarnado-fundador-p-carlos-miguel-buela/reminiscencias-p-buela-
fundador-del-ive/

61
Mons. Karlic, había autorizado al Padre Alberto Ezcurra108a hacer la expe-
riencia de vida religiosa en nuestro Instituto. Esta aceptación de los semina-
ristas salidos de Paraná, porque les sacaron todos los Superiores en los que
ellos confiaban, fue motivo de muchos sufrimientos para nuestra Congrega-
ción, pero si fuera necesario haríamos ahora lo mismo”.
En 1984, buscando cubrirse por lo acontecido en los años procesistas, la
Conferencia Episcopal emitió un documento cuestionando algunas “des-
viaciones” del gobierno de Alfonsín. En ese mismo año, aparece el único
libro de Grasset, bajo la firma de su alter ego, Juan Octavio Lauze: “La vía
muerta”, en el que compiló varios de sus artículos publicados en Verbo.
Para el cura francés, Argentina, que acababa de recuperar la democracia,
importó un sistema de gobierno que “no respondía a su natural hispano-
cristiano, tan rico éste en libertades vecinales, tan acostumbrado a servir
los notables naturales y tan celoso de la condición común de Hijo de Dios
(…)”109. En su libro, Grasset reunió los distintos tópicos del integrismo
local, que van desde el rescate de la hispanidad en la historia nacional,
la defensa del franquismo, del corporativismo medieval y del principio
de subsidiariedad del Estado, la forma en que deberían conformarse los
elencos gubernamentales, la pertinaz crítica a la “obsesión democrática”
y, entre otros temas, la defensa de la monarquía católica, por eso concluyó
que “o volvemos a la prístina visión de los Reyes Católicos o seguiremos
repitiendo sin entender gran cosa que todo empezó en 1810”110.
A medida que avanzaba la década del ’80, el IVE fue creciendo expo-
nencialmente. A su objetivo de convertirse en un órgano religioso con
fines formativos, le sumaron un matiz clave quizá a modo de reconoci-
miento de las limitaciones que les imponía la nueva situación política:
empezaron a realizar misiones en otros países. En 1988, quedó confor-
mada la mesa chica, una rémora de la facción que condujo Tortolo en
Paraná. Buela fue elegido como superior general, en tanto que como con-
sejeros quedaron Alberto Ezcurra Uriburu, Ramiro Sáenz, Carlos Nadal,
Carlos Lojoya, Reinaldo Anzulovich y Carlos Biestro.
En 1990, el obispo de San Rafael autorizó la creación del Seminario y,
en enero del año siguiente, obtuvieron la personería jurídica. Las tensio-
nes se agudizaron cuando, en septiembre de 1991, falleció Kruk, quien fue
reemplazado por Arturo Roldán. Desde el principio, el nuevo dignatario
eclesiástico, anotó Buela, tuvo una relación ambigua con el IVE: “Ya al
poco tiempo me pareció descubrir la estrategia pastoral que llevaba a cabo
el nuevo Obispo. Su propósito no era destruir, como lo auguraban algunos
108) Ezcurra Uriburu falleció el 26 de mayo de 1993.
109) Juan Octavio Lauze: La vía muerta. Ediciones del Cruzamante, Buenos Aires, 1984, p. 159.
110) Juan Octavio Lauze: op. cit., p. 27.

62
“profetas de falsos sueños” que afirmaban que lo que corría más peligro
era la Congregación, que no iba a ordenar, etc.; de hecho el nuevo Obispo
repetía a porrillo que “no venía a destruir como en Paraná”; algunos “pro-
fetas” diocesanos no se daban cuenta, que, en la Iglesia que peregrina en la
Argentina, la jerarquía no se podía permitir un nuevo escándalo tipo Para-
ná; el nuevo Obispo lo que trataría de hacer no era destruir, sino desactivar,
desalentar, demorar, obstaculizar. Se podría decir que estábamos frente a
una típica “guerra de nervios”, donde nos querían ‘correr con la vaina’”.
Comenzaba una década difícil para el IVE.
Abrevando en la experiencia de la Ciudad Católica, la finalidad de las
expediciones misioneras a distintos países era la de crear casas amigas. El
primer viaje, en febrero de 1987, fue a Perú, donde en diciembre se fundó
en la Parroquia de Limatambo, Diócesis de Cuzco, el primer seminario. En
los sucesivos años, hicieron lo mismo en Rusia, China y Ucrania.
El IVE fue consolidando su estructura de movimiento eclesial, asentado, en
el país, fundamentalmente en el sur de Mendoza, hasta llegar a tener distintas
áreas, agrupadas en Casa Provincial, Casas de Formación, Hogares, Parro-
quias, Institutos Educativos y Rama Contemplativa. Los Ejercicios Espiri-
tuales de San Ignacio fueron una de las actividades de mayor convocatoria,
como también supieron serlo para la Ciudad Católica.
En el campo religioso, su fortalecimiento se explicó, entre otros motivos,
por el debilitamiento de la Iglesia, el cual “se evidencia no sólo en la esca-
sa capacidad de imposición de normas de comportamiento y acción a las
masas (en cuanto a los comportamientos morales, las prácticas sexuales,
el seguimiento ritual), sino en el crecimiento de estas comunidades que
plantean grados de independencia de las jerarquías”111. Sin embargo, nada
garantizó que sus ideas no siguiesen generando rechazo y, a la vez, nume-
rosas acusaciones, que pondrían en peligro su continuidad.
Las distintas denuncias llevaron a que, a fines del 2000, el arzobispo de
San Juan, Alfonso Delgado, ordenase el cierre de las tres casas de forma-
ción del IVE en San Rafael. Este prelado del Opus Dei era el tercer comi-
sario pontificio que, desde 1995, le habían asignado al IVE. Los primeros
fueron el salesiano español José Rico y el colombiano Aurelio Londoño.
En una homilía pronunciada en 1999, cuando fue designado comisario
pontificio, Delgado había apuntado a aquello que el propio Buela ya ha-
bía intuido que sería un problema. El obispo de San Juan cuestionó que,
desde la creación del IVE, ninguno de los cuatro titulares del Obispado de
San Rafael, les haya otorgado la aprobación diocesana, lo que, a su juicio,
111) Verónica Beliveau Giménez: Desafíos a la laicidad: comunitarismos católicos y su presencia en el
espacio público. En:” Laicidad en América Latina y Europa Repensando lo religioso entre lo público y lo
privado en el siglo XXI”. Néstor Da Costa (compilador), 2006.

63
demostraba que el Instituto «tarda en tomar conciencia de esta situación,
debido quizás a una impronta que lo marca desde sus orígenes»112. Esa “im-
pronta” quedaba expuesta, por ejemplo, en las asiduas visitas de personajes
del talante de Mohamed Alí Seineldín y Ricardo Curutchet. Uno de los
organizadores de esas giras cuyanas era Enrique Díaz Araujo, quien, como
tantos otros, supo publicar en Mikael. En sus conferencias, más allá de las
organizadas por el IVE, Díaz Araujo compartió panel con Vicente Massot
y Fray Aníbal Fosbery, numen de la Fraternidad de Agrupaciones Santo
Tomás de Aquino (FASTA), entre otros.
En San Rafael, un centenar de fieles se reunió ante la residencia del
obispo de esa ciudad, Guillermo Garlatti, para rezar por la suspensión
del cierre. El columnista de temas religiosos de La Nación revelaba que
“fuentes cercanas a medios episcopales indican que a los miembros del
instituto ‘les resulta difícil aceptar cualquier autoridad de la Iglesia ajena
a ellos mismos, ya de obispos locales, ya de la Santa Sede’”113. En ese
momento, el IVE poseía 149 sacerdotes, 160 seminaristas mayores, 100
seminaristas menores, más de 50 novicios, 4 hermanos profesos y un total
de 162 miembros con votos perpetuos. En tanto que la rama femenina
contaba con 400 miembros y 57 novicias de distintos países.
Ante el rechazo del primer recurso por parte de Delgado, desde el IVE
apelaron, en febrero de 2001, directamente ante la Santa Sede. Con la idea
de dilatar lo que ya era una decisión firme, el primer argumento de la con-
gregación fue que no podían cerrar abruptamente sin reubicar a los semina-
ristas. Pero, frente a lo que se vislumbraba como un marco negativo, que los
había llevado a evaluar el traslado hacia Italia, puntualmente a la diócesis
de Velletri-Segni, el Vaticano se echó atrás en abril de ese año y prorrogó
la clausura de las tres casas de formación, lo que finalmente no ocurriría.
Trascendió que el Episcopado argentino había discutido durante seis horas
el tema, prefiriendo no hacer un gesto que significase la ruptura de las rela-
ciones. Ese mismo año, el IVE duplicó la apuesta y ordenó a 49 sacerdotes
en la Catedral de La Plata, comandada con brazo de acero por el arzobispo
ultraortodoxo Héctor Aguer. En la capital de la provincia de Buenos Aires,
la ceremonia fue conducida por el obispo de Velletri-Segni, monseñor An-
drea María Erba. Meses después, intentaron hacerlo por su cuenta en San
Rafael, pero Garlatti no se los permitió. Sin embargo, la expansión seguía:
ya estaban en 31 diócesis de países en los cinco continentes.
Todo cambió a partir de julio de 2004, cuando Juan Pablo II designó a
Eduardo Taussig en remplazo de Garlatti114. Ese mismo año, dos hechos
112) Jorge Rouillon: Reacciones por el cierre del Verbo Encarnado. 14 de enero de 2001, La Nación.
113) Jorge Rouillon: ibídem.
114) Al cierre de este libro, Garlatti, arzobispo de Bahía Blanca, fue procesado por el encubrimiento del

64
mostraron cuánto había mutado la suerte para el IVE. Primero, el obispo de
Velletri-Segni dio el visto bueno para que se constituyesen como instituto
de derecho diocesano; y, después, el cardenal Angelo Sodano, durante una
misa de acción de gracias en la basílica de San Pedro, en Roma, les envió un
mensaje: «En nombre del Papa os saludo con todo el corazón y os comunico
la estima y afecto con que Juan Pablo II sigue vuestro camino»115.
A poco de la asunción de Taussig, el obispo castrense Antonio Baseotto
reaccionó con una expresión de deseo luego de que el ministro de Salud
de la Nación, Ginés Gonzáles García, repartiese preservativos entre los
jóvenes: “Aquellos que escandalizan a los pequeños merecen que se les
cuelgue una piedra al cuello y sean tirados al mar”.
Taussig aprovechó para reunirse con Delgado y, en auxilio de Baseotto,
buscaron que la polémica vire. Casi en simultáneo con el “Vía Crucis por
la Iglesia perseguida en la Argentina”, que lideró Antonio Caponetto en una
plaza de la Recoleta, por medio de una conferencia en el Arzobispado de
San Juan, el del Opus Dei sostuvo que seguir discutiendo sobre los dichos
del obispo castrense “es distraer la atención de lo esencial para tapar temas
más importantes. No me corresponde juzgar a nadie, pero el tema central es
la vida, no una frasecita”. Taussig complementó esa definición: “Está sacada
del Evangelio y sin duda tiene una gravísima connotación nacional, pero es
mucho más grave aún echar al mar de la muerte a quien no vio la luz del sol”.
Ambos participaron de una comunicación conjunta emitida por los pre-
lados de la región de cuyo, en la que se afirmó: “Queremos alentar (...)
apostar por la dignidad de toda vida humana, aunque algunos gobernantes
prefieran rebajarse ante las presiones de poderosos organismos mundiales,
que tanto daño han hecho con sus propuestas de una cultura de muerte”.
Ya por ese entonces, el IVE perfeccionaba una forma de hacerse publi-
cidad, por medio de la participación de sus sacerdotes o monjas situados
en lugares donde hay conflictos bélicos. Son innumerables las ocasiones
en las que los medios argentinos se hacen eco de religiosos del instituto
que cuentan sobre su denodada tarea allí. Sin ir más lejos, a mediados de
2014, cuando por enésima vez recrudeció el ataque sobre la Franja de
Gaza, la presidente Cristina Fernández pidió, en una alocución oficial,
por “la integridad física del sacerdote argentino Jorge Hernández y de
las personas asistidas por él”. Ordenado por el IVE, Hernández era el úni-
co párroco católico en Gaza. Luego, fue recibido por el papa Francisco,
quien, según la propia agencia informativa de la Iglesia argentina, “pre-
cura Aldo Vara, acusado de delitos de lesa humanidad durante la dictadura. Vara se escapó hacia Paraguay,
donde recibía indirectamente fondos desde el Arzobispado de Bahía. Falleció en junio de 2014, luego de
haber sido detenido en agosto de 2013.
115) Nombraron obispos de San Rafael y Concordia. La Nación, 22 de julio de 2004.

65
guntó al padre Gonzalo116 cómo andábamos de vocaciones. Le respondió
que por gracia de Dios teníamos un promedio de 85 novicios en estos
últimos 4 años. El Papa le dijo: ‘Cuídenlos y fórmenlos bien’”.
Tras años de penurias, Hernández sabía bien cuánto significaba que el
Sumo Pontífice los haya recibido: “Ciertamente que este encuentro con
el Santo Padre es una gracia del buen Dios, para mí y para toda la familia
religiosa del IVE”.

Coerción y sometimiento

El ex secretario de Estado del Vaticano y cardenal, Angelo Sodano, hizo


entrar por la puerta grande al IVE con motivo de celebrar sus 25 años en
2009. Sodano se encargó de remarcar su potencia abrumadora al aseverar
que agradecía a Dios el trabajo de esta congregación, que, en ese momento,
poseía 1700 religiosos y religiosas viviendo en 217 comunidades, distri-
buidas en 73 diócesis de 37 países. Durante la misma fecha, entre el 25 y
el 29 de marzo, en San Rafael, el obispo Taussig presidió un festejo, al que
asistió más de un millar de fieles. En esa ocasión, aprovechó para bendecir
una placa conmemorativa en honor de monseñor León Kruk.
Sodano, mano derecha de Juan Pablo II, fue acusado de mantener ne-
gocios espurios con los Legionarios de Cristo y de encubrir a pedófilos
a cambio de regalos. Justamente, uno de sus sobrinos fue nombrado por
el controvertido Marcial Maciel para levantar la casa de altos estudios
de los Legionarios, la Universidad pontificial Regina Apostolorum. Fa-
llecido en 2008, Maciel, creador de los Legionarios y amigo de Augusto
Pinochet mientras se desempeñaba como nuncio apostólico durante la
dictadura chilena, fue denunciado por abuso de menores, lo que terminó
siendo admitido por su propia orden tras su muerte.
2010 volvió a ser un año conflictivo para el IVE. Pues, en mayo, su
creador, Carlos Buela, debió dar formalmente un paso al costado a raíz
de los cuestionamientos públicos de familiares, que lo acusaron de ejercer
“actitudes de coerción y sometimiento” sobre los ingresantes117. No fal-
taron las críticas de siempre, respecto del retroceso que significa el man-
tenimiento de viejas costumbres litúrgicas, como el uso de las sotanas
negras, la celebración de misas en latín y los cantos gregorianos.
Sin embargo, hubo un apoyo de fuste, el del obispo Taussig, quien a
pesar de que el IVE no pertenece a su diócesis sabía que la proximidad
geográfica pesaba: “Estos hogares son la expresión insignia de lo que
116) Gonzalo Ruiz, cura y consejero titular del IVE, acompañó a Hernández a la cita con Francisco.
117) El Vaticano podría intervenir el Instituto del Verbo Encarnado. Los Andes, 9 de junio de 2010.

66
es la solidaridad y la caridad cristiana, y que llevan con tanto esfuerzo
religiosos y religiosas del Verbo Encarnado, con los cuales colaboran
muchas personas comprometidas con el amor por los pobres, los disca-
pacitados y quienes no tienen familia. Llamo a todos los sanrafaelinos a
expresar su solidaridad con lo que esté a su alcance para este apostolado
y para que siga adelante como lo están haciendo, con tanto amor”.
Hábil para detectar el momento adecuado, el ex capellán del Liceo de San
Martín dimitió como superior general, aunque es sabido que conduce desde
las sombras al punto que en la propia página del IVE se recomienda su blog.
Buela lo comunicó así: “Como expresé a Vuestra Santidad en mi súplica,
estimo oportuno retirarme nuevamente del oficio de Superior General, como
ya lo hice una vez en 1994. Por tanto, por medio de la presente y de buen
grado, presento a Vuestra Santidad mi renuncia al oficio de Superior General
del Instituto del Verbo Encarnado. Particularmente deseo agradecer a Vues-
tra Santidad la decisión de impedir el envío de un Comisario Pontificio para
el Instituto, de manera que ante mi renuncia sean las mismas autoridades del
Instituto previstas en las Constituciones las que continúen llevándolo adelan-
te”. De esa manera, se logró detener una nueva intervención como la acaeci-
da nueve años atrás. El lugar de Buela como superior general, hasta 2016, lo
tomó el sacerdote Carlos Walker. En tanto que en la misma reunión, fueron
elegidos como consejeros titulares el mencionado Gonzalo Ruiz y Elvio Fon-
tana, y como suplentes Diego Pombo, Alberto Barattero y Ricardo Clarey.

Que no te la cuenten

Acusado por su participación en delitos de lesa humanidad durante el ré-


gimen militar que comenzó en 1976, el ex capellán Franco Reverberi Bosch
se fugó de la justicia. El sacerdote fue identificado durante distintas sesiones
de tortura en el centro clandestino de detención denominado “La Departa-
mental”, situado en un edificio del Poder Judicial de San Rafael. Desde 2011,
se encuentra guarecido en la iglesia de Sorbolo, provincia de Parma, Italia.
A partir de marzo del año siguiente, comenzó a pesar sobre él una orden de
captura internacional de Interpol. En una entrevista con el periódico italiano
Il Corriere della Sera, se autoexculpó: “Yo sólo preparaba soldados para la
comunión”118. El vocero del obispado de San Rafael, José Antonio Álvarez
Domínguez, al salir a defenderlo, dejó en claro qué ideología reina en la curia
local: “Hubo autodesaparecidos que después aparecieron”, para cobrar su in-
demnización. Lo cierto es que en la ciudad hay 39 personas desaparecidas119.
118) El cura prófugo y acusado de delitos de lesa humanidad niega todo. El Sol, 20 de diciembre de 2012.
119) Hubo autodesaparecidos que después aparecieron. El Sol, 13 de agosto de 2010 .

67
Otras fugas se relacionarían directamente con el IVE, cuya vinculación
con quienes cumplieron algún rol durante la última dictadura no se da
sólo en el plano de las ideas. Así se pudo comprobar cuando, en julio de
2013, se conoció cómo fraguaron su escape los represores Jorge Antonio
Olivera y Gustavo De Marchi.
Gracias a las autorizaciones de los jueces federales de San Juan Leopol-
do Rago Gallo y Miguel Gálvez, para trasladarse más de mil kilómetros
hasta el penal de Marcos Paz, primero, y luego al Hospital Militar, donde
trabajaba la psicóloga Marta Ravassi de Olivera, hallaron la oportunidad
para fugarse. De inmediato, la Unidad de Información Financiera dio a
conocer que ambos eran sostenidos por un entramado económico. Olive-
ra tenía un fideicomiso junto con Appiani, acusado en la causa Área Pa-
raná por torturas. Por medio de él, cedían honorarios obtenidos por ellos
como abogados en juicios contra el Estado120.
Retirado, Olivera lideró un bufete, al que recurrieron otros militares
condenados en causas por delitos de lesa humanidad, como Guillermo
Suárez Mason, el ex almirante Emilio Eduardo Massera, y el ex SS Erich
Priebke121. Aquí es donde aparece el IVE. Su hijo, Javier Olivera, es
sacerdote y miembro de esa congregación, ayudante en la parroquia San
Maximiliano Kolbe y dicta clases en la escuela Santa María. El cura Oli-
vera, también abogado, tiene su propio blog, denominado “Que no te la
cuenten”, en el que rinde culto a las principales figuras del integrismo
católico vernáculo, como Jordán Bruno Genta y Carlos Alberto Sacheri.
Allí, este sacerdote 2.0 expuso su deseo de defender la “Verdad”: “(…)
Basta con destruir algunas verdades históricas que se relacionan con ella
para lograrlo: ¿Quién no dudará de la Biblia si se ha machacado hasta
el cansancio que “descendemos del mono” como si fuese un “dogma”?
¿Quién no pondrá en tela de juicio la labor de la Iglesia en América si se
nos la presenta como la cooperadora de un “genocidio” indígena?”. Con
prólogo de uno de los que llegó desde el Seminario de Paraná, Ramiro
Sáenz, Olivera publicó un libro con el mismo nombre del blog.
Su padre ya se había dado a la fuga en el 2000 cuando fue detenido en
Italia por la desaparición de la modelo franco-argentina Marianne Erize.
Lo capturaron en Vicente López en noviembre de 2008. En ese momento,
su hijo le escribió una carta en la que lo comparaba con Cristo: “En esta
encrucijada de la historia que ahora nos toca vivir, en estos tiempos que
debemos sortear, hablaba la otra tarde con el P. Buela y él me decía que
debemos comprender ante todo, el misterio central del Cristianismo, esto
120) Ricardo Ragendorfer: El hijo de Olivera: de abogado a sacerdote del Verbo Encarnado, Tiempo
Argentino, 4 de agosto de 2013.
121) La Iglesia en la encrucijada. Mdz online, 29 de agosto de 2013.

68
es, el misterio de Cristo y Cristo crucificado. (…)Él, Nuestro Señor, en
circunstancias análogas a las tuyas debió padecer también un juicio injusto:
siendo inocente, se hizo pecado al cargar sobre sí nuestras culpas”122.
En tanto que De Marchi, hermano del ex presidente de la Sociedad Rural
de Corrientes, haciendo uso del beneficio de una salida transitoria, había
hecho lo propio, en 2010, pero fue encontrado tres años después caminando
por las calles de Villa Gesell. En el juicio que se realizó en el Rectorado
de la Universidad de San Juan, Olivera fue condenado a cadena perpetua
por su actuación como jefe de Inteligencia del Regimiento de Infantería de
Montaña 22; en tanto que De Marchi recibió una pena de 25 años por sus
delitos mientras se desempeñaba como jefe de la Compañía Comando. Al
cierre de este libro, ninguno de los dos había sido hallado.
Ese mismo año, el obispo Taussig retomó un viejo sueño de la nación
católica: impregnar la educación bajo su dogma y sus símbolos. Se evi-
denció en la polémica por la celebración de la Virgen del Carmen, Patrona
de la Educación, en las escuelas públicas. Ante el fallo de la jueza Euge-
nia Ibaceta, que declaró inconstitucional una resolución de la Dirección
General de Escuelas, la cual programaba las celebraciones de la fiesta del
Apóstol Santiago y de la Virgen del Carmen, desde el Obispado de San
Rafael contestaron que la decisión era “contraria a los valores más trascen-
dentes del hombre, de la cultura y de la historia”, a lo que añadieron que
“va contracorriente de la opinión de la mayoría”. La argumentación retomó
uno de los principales tópicos del antedicho mito, trasladando todo a los
momentos fundacionales de la patria: “La Virgen del Carmen de Cuyo -ar-
guyó el vocero del obispado, Eugenio Magdaleno- está ligada a San Martín
y la formación de su ejército en Mendoza para traspasar Los Andes”. Sin
embargo, la Cuarta Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial revocó
el fallo y además ordenó que la Asociación Civil Asamblea Permanente
por los Derechos Humanos (A.P.D.H.) de San Rafael, que fue la que hizo
el pedido para que se anularan los actos, pague las costas de los abogados.
Pero quizá, dentro de esta poderosa congregación, la expresión más
refractaria a la democracia sea la que reside en Malargüe, ciudad situada
a poco menos de 200 kilómetros de San Rafael.

En el país del Nunca Más

Corría julio de 2009. En Malargüe, la sala Maitén quitó abruptamen-


te de la cartelera la película “Ángeles y Demonios”, basada en el libro
122) El hijo del represor fugado le escribió a su padre que el “Verbo Encarnado está sufriendo” con él.
Diario Uno, 5 de agosto de 2013.

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homónimo del estadounidense Dan Brown, también autor de “El código
Da Vinci”. Las miradas apuntaron hacia el sacerdote Ramiro Sáenz. Or-
denado en Paraná durante el período de Tortolo, este cura es uno de los
fundadores del Instituto del Verbo Encarnado.
Ya en mayo 2004, Sáenz había enviado una misiva al entonces inten-
dente de Malargüe, Raúl Rodríguez, en la que le sugería no contratar a la
Bersuit Vergarabat ni a Charly García “porque se contraponen a los pro-
gramas de prevención de adicciones y educación sexual que por otro lado
hace la comuna”. Esa carta, como consecuencia de las críticas que reci-
bió por interrumpir la presentación del libro de Víctor Heredia123, “Taky
Ongoy”, contenía párrafos impensados para el siglo XXI, pero que de-
mostraban que en determinados sectores de la Iglesia se mantiene intacta
la concepción del integrismo católico: “(…) Es público que V. Heredia
adhiere a una postura ideológica de izquierda (o marxista o como se la
quiera llamar) lo cual implica no sólo un ateísmo militante sino toda una
visión de la religión, la historia, la patria, el hombre, el orden moral, etc.
El conflictivo texto de Taky Ongoy es una falsificación histórica inspira-
da por esa ideología que tiene su infaltable cuota de anticristianismo. El
libro que presentaba, que apenas pude “ojear” minutos antes de la confe-
rencia, tiene páginas agresivas contra los sacerdotes. (…) El mensaje del
Evangelio, que tratamos de cumplir y predicar sin recortes, no responde a
una bandería política (de partidos). Simplemente se opone a todo lo malo
y apoya todo lo bueno de cualquier gestión política. Nuestra misión es
complementaria de la que se ocupa del orden político y social. Ambas son
indispensables al hombre y ambas gestiones deben trabajar unidas por el
bien del hombre. La gesta de Mayo de 1810 y de Julio de 1816 se hicie-
ron con la participación protagónica de la Iglesia. Malargüe nos necesita
unidos para su propio bien”124.
Ese mismo año, en la escuela local General Manuel N. Savio, la alumna
Alejandra Barro presentó un proyecto para que los derechos humanos
sean incorporados como tema en las materias Educación Cívica e His-
toria, tomando como ejemplo la lucha y el recorrido de las organizacio-
nes Madres y Abuelas de Plaza de Mayo: “En el país de nunca más, se
llamaba. Fue muy sorpresivo el gran rechazo que recibimos tanto de las
autoridades de la escuela como de particulares. A la hora de presentar el
stand, nos encontramos con que lo habían quemado y nos habían roto la
computadora. Ese mismo día, llegaron monaguillos de la Iglesia católica
123) Como la carta recién se difundió en 2009, Víctor Heredia emitió su descargo cinco años después
del hecho: “Su carta recién aparece y sin embargo a pesar del tiempo no es vieja, sigue ofendiendo al
progreso y desarrollo de un país que apuesta por la diversidad y la convivencia. Por mi parte seguiré
trabajando para eso”.
124) Vuela en internet una carta del cura de Malargue pidiendo prohibir artistas. Mdz online, 23 de marzo de 2009.

70
a la cual yo también pensé que pertenecía, mandados por el padre Rami-
ro, con un par de libros para revertir nuestro trabajo. Tenían títulos como
“La lucha contra la subversión”. Ahí apareció el profesor Carlos (Benne-
detto), que leyó los libros e hizo una crítica de cada uno. Personalmente,
llevé los libros con sus respectivas críticas a la parroquia y el padre Ra-
miro Sáenz me dijo: “Hasta que no cambies de pensamiento a mi Iglesia
no la pisas más”. Estaba muy enojado. Me fui con las críticas que todavía
las tengo. No volví más”125.
En la localidad, Sáenz, quien dirige el colegio privado San José, está
en el centro de un complejo entramado que va desde la omnipresencia de
símbolos religiosos en espacios públicos de Malargüe126, la prohibición
de los actos del Día de la Memoria en las escuelas hasta denuncias de
negociados locales.
En 2009, invitado por la senadora del Frente para la Victoria Silvia
Calvi, llegó a la ciudad Mario Benjamín Menéndez, a quien la legisladora
consideró un “héroe”, idea opuesta a la que manifestó sobre él el soldado
correntino Orlando Pascua, que acusó a quien fuera gobernador de las
Malvinas de ser “quien llevó a las islas la continuidad de los centros clan-
destinos de detención”127.
Diferentes versiones señalaron que, en esa oportunidad, Sáenz condujo
a Menéndez a la escuela que regentea, para que los alumnos lo aplaudan.
Juan José Dotta y Antonio Solano, voceros del párroco, desmintieron esto
último, aunque reconocieron que Menéndez se reunió con Sáenz el 7 de
febrero. En una columna publicada por un medio local, desplegaron una
serie de explicaciones tratando de defender al polémico sacerdote de las
numerosas acusaciones que pesaban sobre él:
“-Con respecto a la campaña contra el Sida que se logró levantar, estaba
presentada de una manera tan descarada, que sus dichos o slogans no pue-
den reproducirse. Además consideramos que no es conveniente mentirle a
nuestros jóvenes haciéndoles creer una falsa seguridad en los preservativos
para combatir el Sida o el resto de enfermedades de transmisión sexual, que
científicamente está comprobado que no se puede lograr. Ya en un informe,
presentado el 23 de junio del 2002 por la Naciones Unidas, se reconoce el fra-
caso del esfuerzo de la ONU (OMS), para intentar frenar al Sida en el mundo,
a través de la distribución de preservativos e inculcar su uso. Apoyamos las
expresiones del papa Benedicto XVI al dirigirse a un grupo de obispos del

125) Alejandra Barro, entrevista para este libro, 2 de diciembre de 2014.


126) En 2012, el INADI inició el expediente 566/12, sobre la presencia de símbolos religiosos en los
espacios públicos y sobre el cartel, sobre la vía pública, de la Biblioteca de la Parroquia Nuestra Señora
del Rosario, la cual lleva el nombre del escritor antisemita Hugo Wast.
127) Laura Vales: Fue la continuidad de los centros. Página 12, 3 de abril de 2007.

71
sur de África “la doctrina tradicional de la Iglesia ha demostrado ser el único
camino a prueba de errores para prevenir la extensión del VIH/Sida”.
-Acerca de lo expresado en la nota de que el padre Ramiro Sáenz apoya
a los militares de la dictadura, vuelve a tergiversarse la realidad. Lo que
el padre opina es que actualmente debería enjuiciarse también a los inte-
grantes de la guerrilla.
-En cuanto a los dichos del señor Carlos Benedetto de “que los alumnos
del colegio (diocesano San José), reciben un profundo adoctrinamiento
sobre las bondades del gobierno de facto y un profundo desprecio por las
políticas de derechos humanos”, como padres de alumnos que concurren
al mismo, nos consta que se enseñan los valores de su lema, que dice
“Fieles a Dios, la Patria y la Familia”.
-Con respecto a las objeciones a los artistas que en ciertas oportunidades
visitaron a Malargüe, invitados por la Municipalidad local, coincidimos en
que se podía haber elegido mucho mejor, ya que la Bersuit Vergarabat, pro-
mueve la droga, el libertinaje y sus letras insultan y blasfeman a Dios”128.
Por su parte, el mencionado Carlos Benedetto, titular del semanario local
“Sin Pelos en la Lengua”, denunció la confusa maraña de vínculos en una
licitación convocada a partir del decreto 1076/2013, para que la fibra óp-
tica llegue al Concejo Deliberante de Malargüe. Según el periodista, “los
pliegos estuvieron preparados por Marcos Díaz y su amigo Osvaldo Mon-
tenegro, informático del Concejo Deliberante”129, para que gane el primero.
Aquí es donde aparece el IVE, que está, por medio del San José, en condi-
ciones de brindar el servicio de Internet. Con sorna, Benedetto contó que
“el Colegio San José sí puede proveer de fibra óptica mediante el simple
trámite de “colgar” del cable al Concejo, habida cuenta de que el actual
capo de EDEMSA en Malargüe es feligrés del Verbo Encarnado (…)”130.
La escala de relaciones llega hasta Celso Jaque, ex gobernador de Men-
doza y oriundo de Malargüe. Conocido por rubricar las notas formales y
los proyectos de ley con una invocación a Dios, Jaque propuso crear un
concilio interreligioso, con diversas comisiones que analicen las políticas
de Estado. Benedetto relacionó a la peronista Nilda Tapia, a quien consi-
deró como una “ferviente católica”, con el ex mandatario provincial. Ta-
pia es delegada en la Dirección General de Escuelas en Malargüe y espo-
sa de Pablo Ávila, profesor de Ética Ciudadana, quien, a la vez, “intentó

128) Aclaraciones sobre nota de Mdz online del 27/03/09. Disponible en: www.seryhacerdemalargue.
com.ar/Nota.php?Nro=3214
129) Carlos Benedetto: Los negociados del MOPOMA, Claudia Martínez y el Instituto del Verbo Encar-
nado. Sin Pelos en la Lengua, N°263, 18 de octubre de 2014.
130) Carlos Benedetto: ibídem.

72
sabotear cuanta charla de derechos humanos quisimos organizar acá”131.
Para completar la escena aparece Juan Agulles, electo intendente en
2007 y reelecto en 2011, año en que, en plena Fiesta Nacional del Chivo,
el sacerdote Jorge “Pato” Gómez, del IVE, subió al escenario para censu-
rar al coral Les Lutherieces.
“Los tenía que censurar-dijo el cura-. Uno como sacerdote tiene que
alentar mil cosas y censurar mil otras, como Jesús, él alentó mil cosas y
censuró mil otras. Me parece que lo más lindo que le puedo dar a Malar-
güe y a la Argentina es censurar la cosas malas y alentar lo otro”132. En
ese momento, el Intendente se sinceró: “Estoy en desacuerdo, de hecho
se lo dije personalmente al padre “Pato” y al cura que es un poco el jefe
de la curia local, a Ramiro Sáenz”. Sin embargo, ante los reclamos, “su
asesor letrado, Fabián Pérez, llegó a decir que ‘ese tema lo debe resolver
el derecho canónico’»133.
Para que quedase claro desde dónde hablaba, el padre “Pato” declaró: “Vio-
lar la fe es diez mil veces peor que violar a una hija”. La expresión no fue
dicha en cualquier momento, sino en medio de la conmoción que generó la
denuncia por el abuso a una niña de 11 años por parte del cura Luis Sabarre.
Como una persona que ya promedia los 30 años, el Instituto del Ver-
bo Encarnado atravesó dudas y arrogancias de juventud, momentos de
conflictos con sus mayores, búsquedas de nuevos horizontes y el aparen-
te apaciguamiento de las tensiones que da la madurez. Ya consolidado,
con una estructura de alcance internacional y legitimado ante la jerarquía
eclesiástica, sin que signifique que el apoyo sea unánime, es, dentro del
campo del catolicismo local, quizá, la expresión más cabal de una fuerza
potente e influyente tanto religiosa como políticamente.
Uno de los aspectos que así lo demuestran es cómo asimilaron la llegada de
Jorge Bergoglio, a priori en sus antípodas, a la Santa Sede. El propio Buela
le dedicó unas palabras en su blog: “Hay como una grandiosa, indestructible,
espiritual Basílica que nos habla de San Pedro, allí, en todo lugar, donde se
confiesa que Jesús es el Señor. En esa Basílica espiritual hace 25 años que las
Servidoras dicen todos los años, todos los días y sus noches, en los cinco con-
tinentes, en alrededor de 30 lenguas: «Es el Señor». ¡Que lo sigan diciendo en
el tiempo y en la eternidad! La Virgen lo dijo como nadie y más que todos,
con una mirada muy profunda y una sabiduría celestial, nos ayude siempre a
decir al modo de Ella y como San Pedro: «Es el Señor»”134.
131) Carlos Benedetto, en entrevista con el autor, 10 de noviembre de 2014.
132) El padre “Pato” festejó su censura a Lutherieces. Mdz online, 17 de enero de 2011.
133) Carlos Benedetto, en entrevista con el autor, 10 de noviembre de 2014.
134) Carlos Buela: Palabras dedicadas al papa Francisco. Disponible en: http://padrebuela.wordpress.
com/2013/04/03/palabras-dedicadas-al-papa-francisco/

73
Con Francisco, tras décadas de ostracismo, hasta la Agencia Informativa
Católica Argentina les dedica notas exclusivas. Bajo el título “Crónica de
una esperanza en el “interior profundo” de la Argentina”, contaron cómo
fue la reunión de estudiantes universitarios organizada por el IVE en Sun-
cho del Corral, Santiago del Estero, donde están a cargo de la parroquia
San Miguel Arcangel. Algo similar ocurrió cuando promocionaron los
Ejercicios Ignacianos que el IVE lleva a cabo por Internet, modalidad
que comenzaron a desarrollar desde 2007: “Ante los pedidos de ejerci-
cios espirituales ignacianos que reciben constantemente de numerosos
lugares y que por falta de más sacerdotes no pueden cumplir con ellos, al
P. Gustavo Lombardo se le ocurrió una idea genial: ¡Sí, Ejercicios Espiri-
tuales por Internet! Tras un período de prueba quedó organizada la página
www.ejerciciosive.org y después de seis años de funcionamiento está a
punto de constituirse en un éxito fenomenal”135.
El propio obispo Taussig, con prólogo del cardenal y arzobispo emérito
de Paraná, Estanislao Karlic, publicó el libro titulado “La fe, Francisco y
la nueva evangelización”, en el que cubre de halagos al Papa: “Francisco
es como la Mafalda de Quino, que en tres cuadros deja un mensaje muy
significativo”136.
Tan buen signo tiene el papado de Bergoglio para los tradicionalistas ar-
gentinos que el IVE, en septiembre de 2014, recibió de parte de la Federa-
ción de Asociaciones Católicas de Empleadas una mención especial “por
su presencia y labor cristiana en el conflicto bélico de Medio Oriente”137.
Por eso, fue Hernández, el cura del IVE en Gaza, quien mejor expresó
la comodidad que vive esa congregación con Francisco, al relatar que, en
la entrevista señalada, éste le dijo que “tenemos que seguir yendo a todas
partes, especialmente a los lugares más remotos. Dijo también, y ya hacia
el final, ‘no pierdan la alegría, esa alegría interior’. (…) Le agradecimos
enormemente. Y ya, caminando hacia la puerta, le pregunté: “¿Cómo se
le agradece a un Papa?” Me respondió: “Rezando por él”. Recemos en-
tonces por el Papa y pidamos a la Santísima Virgen conserve en nosotros
la fe petrina, tal y como nos lo ha enseñado el P. Buela”138.

135) Ejercicios Espirituales, también por Internet. Agencia Informativa Católica Argentina, 30 de diciem-
bre de 2013. Disponible en: http://www.aica.org/10183-ejercicios-espirituales-tambien-por-internet.html
136) “Mons. Taussig cumple 10 años de misión episcopal”. 25/9/14.
137) FACE: Entrega de los premios “Monseñor Miguel de Andrea” 2014.
138) “¿Cómo se le agradece a un Papa?”. Disponible en: http://misionesive.verboencarnado.
net/2014/09/08/como-se-le-agradece-un-papa/

74
Capítulo V

Estoy convencido de que en los últimos tiempos el relativismo ha


invadido todas las esferas de la política argentina. Los discursos
sosteniendo que todo vale lo mismo, que no hay unos principios
superiores a otros, y que en todo caso debemos a adaptarnos a un
buenismo que todo lo tolere y todo lo acepte, se repiten hasta el
cansancio. No estoy de acuerdo con esta posición y creo que la ma-
yoría de nuestra sociedad, que comparte los valores occidentales
y la cultura demócrata cristiana, tampoco lo está. (Julián Obiglio,
“Cuando los valores sí importan”, 2010)

No hay posibilidad alguna de sanear los regímenes políticos, si


no recuperamos la auténtica noción de pueblo. El pueblo existe si
existen hombres arraigados a Dios, a su tradición, a su familia,
a su trabajo, a su contorno geográfico, a su patria. (Bernardino
Montejano en su conferencia: “La concepción política del padre
Julio Meinvielle”, 2013)

“Si tengo frío, lo siento, me callo y lo ofrezco por las almas del
purgatorio. Si hay comida que no me gusta, la como para reparar
todas las faltas que cometí porque quiero ir al cielo y no le voy a
decir a mamá, voy a guardar silencio, y si digo que hago algo por
sacrificio, éste ya no es completo. Si no me gusta sentarme al lado
de ella, me siento con una sonrisa y no lo digo, eso es caridad y
sacrificio. Hay que ir a la escuela por amor a Dios. Si veo la tele
(que hay que intentar no ver mucho) y mamá me pide poner la
mesa o ir a bañarme, obedezco”. (Hermana María Cecilia, de la
Fraternidad San Pío X)139

Creado por Guido Soaje Ramos, el Instituto de Filosofía Práctica (Infip)


se encuentra guarecido en el centro porteño. Está situado en el primer
piso de la calle Viamonte 1596, dentro de un edificio antiguo aunque bien
mantenido. En él aloja a una buena cantidad de las principales plumas
que formaron parte de las publicaciones del integrismo católico argen-
139) Testimonio recabado por María Bargo: Vivir según la Tradición. El caso de la Fraternidad Sacerdotal
San Pio X. Tesina, IDAES-UNSAM, abril de 2014, p. 46.

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tino durante el último medio siglo. Cualquier visitante, mientras camina
acompañado por el crujir del piso de madera bajo la luz tenue, puede ver
en retratos el panteón de los pensadores locales de esa corriente: los curas
Julio Meinvielle y Leonardo Castellani, Jordán Bruno Genta, Carlos Al-
berto Sacheri y algunos otros más.
A su vez, reside allí una de las más completas hemerotecas sobre publi-
caciones muy difíciles de acceder, como, por caso, la colección completa
de la revista Verbo. Justamente, el presidente del Infip, el escribano Ber-
nardino Montejano140, fue uno de los autores que supo engrosarla. Pero
no es el único, también se encuentra el arquitecto Patricio Randle, quien
recibió el premio Konex en 1987; fue, como varios funcionarios de la
última dictadura, miembro de la Academia del Plata y, al igual que Mon-
tejano, sigue vinculado con “Los Amigos de la Ciudad Católica”, de Es-
paña. En agosto de 1998, Randle fue el promotor del “Primer encuentro
del nacionalsocialismo en la Argentina”. Organizado en el colegio La Sa-
lle, tuvo entre sus oradores a ex carapintadas y filonazis, como Alejandro
Franze, en ese momento líder del partido Nuevo Orden Social-Patriótico
-creado por Alejandro Biondini141-, y al ex Tacuara Enrique Grasi Susini,
quien participó de la formación del Partido Popular de la Reconstrucción
(PPR), cuyo candidato supo ser Mohamed Alí Seineldín. En esa ocasión,
también disertaron los hombres de la revista Cabildo, Ricardo Curutchet
y Antonio Caponetto. En los volantes que se distribuyeron entre los pre-
sentes, se convocaba a defender “la estirpe argentina”, luchando contra
los «inmigrantes ilegales que les quitan el trabajo y el pan de la boca a los
hijos de nuestros connacionales”142.
Durante la década del ‘60 y del ‘70, junto con los de muchos otros, como
Alberto García Vieyra, Mario Caponetto, Lila Blanca Archideo, Alberto Ca-
turelli, Rafael Breide Obeid, Alfredo Sáenz, Mario Amadeo y el arzobispo de
San Luis, Juan Rodolfo Laise, los textos de Randle y Montejano se difundie-
ron en la red de publicaciones que había tejido el conservadurismo católico,
como lo fueron Verbo, Cabildo, Universitas y Mikael.
Aunque más mesurado, a pesar del paso de los años, Montejano se man-
tuvo respetuoso en lo concerniente a los ejes de la propuesta política que
la Ciudad Católica procuró implementar durante el Onganiato, tal como
quedó demostrado en los argumentos -por caso, sobre el rol del Estado-
que año a año ha ido desplegando en Ethos, la revista del Infip: “En lugar
140) Formó parte del primer Consejo de redacción de la revista Cabildo, conducida por Ricardo Curuchet.
141) El partido Nuevo Orden Social-Patriótico fue creado en 1990, sin embargo, por su filiación antise-
mita y la defensa del régimen nazi -celebraban el día del partido el 20 de abril, fecha del nacimiento de
Adolf Hitler-, en 2009, fue disuelto por la Corte Suprema de la Nación. Luego, Biondini fundó el partido
vecinal Bandera Nacional, el cual, a pesar de las quejas de la DAIA, obtuvo la personería jurídica.
142) “Entre los oradores hubo ex carapintadas y filonazis”. La Nación, 20 de agosto de 1998.

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de pretender suprimir al Estado, -sentenció Montejano- hay que sanearlo
y reubicarlo en el lugar que corresponde con relación al orden natural de
la estructuración social, fundado en el principio de subsidiariedad, con
relación al derecho y con relación a la Nación”143.
Este instituto no se alejó de las habituales posturas de la derecha ver-
nácula, menos aún de la católica que se define antiliberal. Como ejemplo
sirve el comunicado que emitieron a partir de las críticas que surgieron
por el fallo de la Cámara de Casación Penal II, en 2008, el cual establecía
límites a la prisión preventiva, beneficiando a varios militares detenidos en
causas por violaciones de derechos humanos. En él, con algunas citas del
intelectual católico e hispanista Ramiro de Maetzu144, concluyeron que los
procesos judiciales son llevados adelante “por jueces prevaricadores, que
convierten sus juzgados en remedos de tribunales revolucionarios, donde
una plebe debidamente organizada grita sus consignas ideológicas e insulta
y amenaza a acusados y testigos de la defensa”145.
Idéntica postura defendieron, algunos años después, el presidente y vi-
cepresidente de Abogados por la Justicia y la Concordia, Manuel Sola-
net y Gerardo Palacios Hardy respectivamente, cuando participaron del
programa de televisión ultranacionalista “Toda la Verdad”, conducido
por Juan Manuel Soaje Pinto. Allí, Palacios Hardy, otrora vicepresidente
del Infip, aseguró, con tono severo, que se vive “una guerra contra lo que
queda del Occidente cristiano”. Antes, en referencia a los juicios de lesa
humanidad, Solanet había echado mano a la cantinela de que la clase
política y los jueces “han actuado conforme a ese impulso que solo es de
venganza contra quienes en su momento fueron los que enfrentaron a la
guerrilla marxista”. Después, contó que se reunieron con el papa Francis-
co para presentarle la documentación sobre porqué sería anticonstitucio-
nal que los represores que actuaron durante el autodenominado Proceso
de Reorganización Nacional fuesen juzgados, ante lo que Bergoglio les
habría dicho: «Nos estamos ocupando del tema». Pero quien aportó el
real sentido que sobrevoló toda la entrevista, y, fundamentalmente, re-
presenta la ilusión de quienes defienden esta postura, fue el propio Soaje
Pinto. Ya sobre el cierre de la emisión, enojado, mirando a cámara, bra-
mó: «Hay que dejar que estos sinvergüenzas voten lo que quieran votar,
porque cuando la historia cambie vamos a poder alterar todas esas vota-
ciones que hicieron. Todas esas leyes se van a anular como se anularon
143) Bernardino Montejano: presentación del libro “Las murallas de la ciudad”, de Miguel Ayuso. Revis-
ta Ethos, 2011, Buenos Aires, p. 240.
144) Pasó del socialismo al clericalismo y antisemitismo. Fue asesinado en los inicios de la guerra civil
española en 1936.
145) ¿Justicia o venganza? Comunicado del Infip, diciembre de 2008. Disponible en: http://www.infip.
org.ar/wp-content/uploads/2012/02/14-Justicia-o-venganza-%E2%80%93-Diciembre-2008.pdf)

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las de Obediencia Debida y Punto Final (...) Nosotros, cuando lleguemos,
o un gobierno sensato que llegue va a anular todas esas leyes y todos esos
jueces van a ir en cana y la dirigencia política va a ir en cana por compli-
cidad (...) porque la justicia va a volver”.
Hubo otro comunicado del Infip en el que aludieron a los curas pe-
dófilos. En él, primero, dejaron aflorar un sentimiento profundo que los
une, afirmando que “la pedofilia tiene vínculos con el comportamiento
homosexual”. Luego, sumaron otro apunte a sus anales: “El tema de la
pedofilia sirve hoy como un pretexto más para atacar al catolicismo”146.
El instituto tiene como una de sus finalidades mantener latentes hitos
que marcaron la época dorada del catolicismo conservador en Argentina,
como fue el Congreso Eucarístico Internacional, celebrado en octubre de
1934 en Buenos Aires. Por eso, a 75 años, en 2009, realizaron, en la sede
del Infip, un encuentro al que asistieron el ex ministro de Educación de la
dictadura, Juan Rafael Llerena Amadeo; Fray Aníbal Fosbery, fundador
de FASTA; Julio González, ex secretario técnico durante la presidencia
de María Estela Martínez de Perón, y Rodolfo Brieba, periodista que gritó
a los cuatro vientos que el cura Julio César Grassi fue encarcelado “por
meras denuncias televisivas”, entre otros.
En esa misma línea, una de las maneras que el Infip emplea para tratar
de conservar vivas las ideas de sus referentes son los homenajes, que con-
sisten en una serie de charlas sobre la figura en cuestión. Para conocer las
características de quienes hablan según el personaje, alcanza con ver que
en 2013, en las conferencias sobre Julio Meinvielle, expuso el abogado
y ex rector de la Universidad Católica de La Plata, Rafael Breide Obeid,
hermano de Gustavo, ex carapintada y candidato a diputado nacional
por el PPR en 2009. Al frente de la UCALP, en julio de 2010, Breide
Obeid fue uno de los engranajes del aparato católico que se movilizó ha-
cia el Congreso de la Nación, donde se realizó la “Marcha por la Familia
Argentina” mientras se votaba la ley de Matrimonio Igualitario. En esa
ocasión, anunció por canales oficiales que había micros disponibles para
trasladar a los alumnos hacia la Capital Federal. Por su parte, el entonces
cardenal Bergoglio pidió que en las misas se lea la declaración de la Con-
ferencia Episcopal Argentina “Sobre el bien inalterable del matrimonio y
la familia”. En ella, los obispos sostenían: “Afirmar la heterosexualidad
como requisito para el matrimonio no es discriminar, sino partir de una
nota objetiva que es su presupuesto. Lo contrario sería desconocer su
esencia, es decir, aquello que es”.
146) Acerca de la libertad sexual, la pedofilia y la hipocresía. Comunicado del Infip, mayo de 2010.
Disponible en: http://www.infip.org.ar/wp-content/uploads/2012/02/23-Libertad-sexual-pedofilia-e-
hipocres%C3%ADa-Mayo-2010.pdf

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En 2014, el ciclo de homenajes del Infip giró en torno del pensamiento
de Jordán Bruno Genta, el gran adoctrinador de la Fuerza Aérea. El ex
teniente coronel Santiago Alonso discurrió sobre la relación de Genta
con el mundo castrense. Para este militar retirado, “la masonería contro-
la la Argentina”. Alonso, promotor de los Centros Cívicos Patrióticos,
fue presentado por Montejano como “una víctima de esta Argentina. En
cualquier país normal sería general del Ejército”. Lo cierto es que su pase
a retiro se debió a que, en 1987, adhirió al alzamiento carapintada cuan-
do estaba en la conducción del Regimiento 35 de Rospenteck, en Santa
Cruz. Como intentando revivir lo insuflado a los militares por medio de la
doctrina francesa, Alonso leyó varios pasajes de algunos textos de Genta,
enfatizando qué papel deben jugar los hombres, en tanto instrumentos del
plan supremo: “Una de las enseñanzas de la doctrina de la guerra con-
trarrevolucionaria es que todo depende de Dios, pero los hombres deben
hacer como si dependiese de ellos”.
La ponencia “Genta y la filosofía» estuvo a cargo del licenciado Héctor
Armando Sceppacuercia, en cuya foja de servicios se revela que, en 2013,
brindó, dentro del Curso de Comando y Estado Mayor en la Fuerza Aé-
rea, una de las tutorías. Durante el primer lustro del siglo XXI, integró la
Red de Seguridad y Defensa de América Latina, presidida por el entonces
ministro de Defensa, José Pampuro. En su alocución en el Infip, con voz
cascosa y estampa de catedrático, Sceppacuercia entabló una analogía
entre la imagen de la caverna de Platón y las enseñanzas de Genta: “¿Qué
nos enseña Genta a través de Platón? Si hay uno que deja de ver la som-
bra, deja de ver en esta confusión, en esta limitación y se levanta y mira
la luz (…) no lo dejéis escurrir. Que no se vaya. ¡A ése aférrenlo! Que
ilumine y guíe a los condenados y a los prisioneros de todos estos dislates
del mecanicismo, del materialismo, del relativismo (…) que escale y guíe
a los prisioneros de todas estas nociones erróneas, confusas, vulgares,
bajas que desordenan la inteligencia, para que sean arrebatados hacia la
verdad, hacia la sabiduría. (…) (La actual) es una sociedad regida, orde-
nada y sujeta por idiotas, que es la antípoda de lo que la ciudad era. (…)
lo propio de la ciudad para Genta y para su enseñanza: el hombre no debe
solamente vivir, esto es propio del animal. ¿Para qué queremos la ciudad
hoy? Para satisfacer las necesidades. Y las necesidades son del animal”.
En otro tramo, se refirió de soslayo a la democracia, al señalar que “la
sociedad no se ha hecho para ser una sociedad esclava, para ser una so-
ciedad de serviles y de vasallos. Pero el modo más eficaz de lograrlo
para aquellos que lo pretenden ha sido arrebatar la metafísica, arrebatar
el pensamiento aristotélico, arrebatar la calidad predominando sobre la
cantidad (…) (Genta dijo) No tenemos la fuerza del número, no tenemos

79
la fuerza de las armas ni de los poderes ocultos, pero nosotros tenemos
la fuerza de Cristo. La medida en que esa fuerza irradia en nosotros y
Cristo vive en nosotros más que nosotros mismos. En esa misma medida,
seremos invencibles. Aún en la derrota, porque también podemos ser de-
rrotados, porque, después de todo, éste es un lugar de paso, de prueba y de
testimonio, y lo importante es que seamos capaces de ser hasta la muerte
y, sobre todo, en la hora de la muerte, testigos de la verdad. Esto sigue
vigente al día de hoy. El dilema de que parece que la república, la patria
se nos va entre las manos”.
Otros de los que habitualmente transitan por el Infip son el filósofo
católico y adoctrinador de grupos neonazis, Alberto Buela, y el profesor
de la UCA Augusto Padilla. Sin embargo, todo quedaría como una lista
de nombres con un pasado afecto a lo militar y la derecha nacionalista ca-
tólica si varios de ellos no se relacionasen con otras fuerzas conservado-
res, muy activas. Ese es el caso, por ejemplo, de Juan Vergara del Carril,
secretario del Infip, y de Luis Roldán, quien, cuando era subsecretario
de Culto de la Nación durante la segunda presidencia de Carlos Ménem,
también se desempeñaba como tesorero del Infip. Ambos son usuales po-
nentes en las jornadas que organiza la Fraternidad San Pío X, creada por
el cismático Marcel Lefebvre.

La Fraternidad

Fundada, en 1974, como reacción al Concilio Vaticano II y en defensa


de la tradición, la Fraternidad San Pío X también se expandió, llegando a
tener presencia en 63 países. De acuerdo con la información institucional,
en Argentina, están en 11 provincias y la Ciudad de Buenos Aires. Uno
de los seis seminarios que tienen en el mundo se encuentra situado en La
Reja, Moreno, que a su vez es localmente la sede más activa. Allí, funcio-
na la escuela del Niño Jesús, que, junto a las de Córdoba y Mendoza, son
las únicas que tiene la Fraternidad San Pío X en Argentina.
Las misas que celebran se ajustan al Concilio de Trento, son en latín y el
sacerdote se mantiene de espalda a los fieles. Una de las particularidades
es la circulación restringida atinente a algunos espacios y siempre entre
“hermanos”. Otra es que en los lugares sagrados los hombres deben llevar
pantalón largo y pelo corto, en tanto que las mujeres deben usar pollera
tapando las rodillas y mantilla. Aferrados al rito tridentino, las llamadas
Misale Romanum se convirtieron en “una de las principales causas de

80
lucha y diferenciación”147 con los que siguieron el Concilio Vaticano II.
En su investigación etnográfica dentro de esta congregación, la antro-
póloga María Bargo hizo hincapié en la importancia de un aspecto clave a
la hora de configurar los movimientos de la Fraternidad San Pío X a partir
del Vaticano II: notaron que había “dos caminos posibles, el abrirse y per-
der lo característico o el cerrarse sobre sí y conservar lo que los diferencia
del otro”148. Sin duda, eligieron el segundo. La sexualidad es uno de los
tópicos que mayor rispidez genera, pues es donde más necesitan “cerrarse
sobre sí” en la relación con el resto de la sociedad. El sacerdote español
Benjamín Martín Sánchez, cuya obra es lectura obligatoria, exaltó los
valores que se deben transmitir en la educación: “El mejor educador de
los niños y de los jóvenes es el que los entusiasma más por el valor de la
virginidad y no los que les suelen hacer gráficos del cuerpo humano con
demasiado realismo, que más bien los inducen al pecado. A los niños se
les puede advertir, cuando van llegando a los 12 años, que a su edad, de
doce a catorce años sentirán alguna sensación fea, o pensamientos malos,
pero tales pensamientos no son pecado si uno los rechaza, pues sólo son
pecado cuando se consienten (…) la unión sexual antes del matrimonio,
las relaciones homosexuales y la masturbación son pecado grave”.149
Tras años en los que lograron mantenerse bajo la mayor opacidad, vol-
vieron a quedar a la vista de todos en 2009, cuando fue echado del país
el obispo británico Richard Williamson, conocido por manifestar, en una
entrevista con un canal de la televisión sueca, que el nazismo no había
asesinado prisioneros en cámaras de gas: “Creo que no hubo cámara de
gas, sí. Hasta donde estudié las evidencias- se jactó Williamson-, no me
guío por las emociones. (…) Creo que de 200 mil a 300 mil judíos pere-
cieron, pero ninguno en la cámara de gas”150. Poco antes de que se dieran
a conocer estas declaraciones, en enero del año antedicho, Benedicto XVI
había levantado las excomuniones que pesaban, desde 1988, sobre cuatro
obispos ordenados sin autorización papal por Marcel Lefebvre, entre los
que estaba Williamson151. A la hora de inducirlo a que se vaya, el gobier-
no nacional se valió de que figuraba como empleado administrativo de la
Asociación Civil «La Tradición», aunque su verdadera función era la de
director del Seminario en La Reja. Williamson pertenece a la estirpe de

147) María Bargo: Vivir según la Tradición. El caso de la Fraternidad Sacerdotal San Pio X. Tesina,
IDAES-UNSAM, abril de 2014, p. 53.
148) María Bargo: Francisco: revoluciones y reacciones. En Visiones del Papa Francisco desde las Ciencias
Sociales, Juan Mauricio Renold; Alejrandro Frigerio (comp.). Ed.: UNR Editora, Rosario, 2014, en prensa.
149) Cfr. María Bargo: op. cit., p. 47.
150) La entrevista se puede ver en: https://www.youtube.com/watch?v=n8NrF-4c5k0
151) Los otros eran: Alfonso de Galarreta, Bernard Fellay y Bernard Tissier

81
religiosos adoctrinadores de activistas, tal como reveló el mencionado ex
militar Santiago Alonso152, cuando contó que fue invitado a la Fraternidad
San Pío X a dar un seminario de 7 días sobre “el poder del dinero”, tema
predilecto de su maestro Jordán Bruno Genta, para referirse a lo que lla-
maba la confabulación judía.
Durante su tiempo como superior general del Distrito América del Sur,
Cristian Bouchancourt se convirtió en una especie de exégeta cada vez que
un grupo de tradicionalistas que concurrían a la congregación realizaba in-
tervenciones en espacios públicos para manifestar su descontento, como
ocurrió, en 2007, cuando, en una manifestación de 1500 personas, entre las
que estuvieron Cosme Becar Varela, el ex director de SEPRIN153, Héctor
Alderete, el ex carapintada Breide Obeid y el ex teniente coronel Emilio
Nani154, rezaron el rosario frente a la Catedral de Buenos Aires. De esa
manera, según arguyeron, ejecutaban un “acto de desagravio” a raíz de que
integrantes de Madres de Plaza de Mayo habían asistido a ese templo.
En noviembre de 2013, los fieles de la Fraternidad brotaron violenta-
mente mientras se realizaba la conmemoración del 75º aniversario de la
Noche de los Cristales Rotos, organizada por el Arzobispado de la Ciudad
de Buenos Aires y B›naiBrith Argentina, también en la Catedral porteña.
A la vez que algunos con boina roja o sotana rezaban a los gritos, otros
distribuían volantes que contenían una orden: “Fuera adoradores de dio-
ses falsos del templo santo”, a lo que añadían que “los pastores que llevan
a los hombres a confundir el dios verdadero con dioses falsos son lobos”.
Casi de inmediato, Bouchancourt protagonizó una inusitada aparición en
numerosos medios de comunicación, ante los que trató de explicar a qué
se debía la irrupción. A pesar del tono monacal y comprensivo que utili-
zó, dejó una frase que expuso su descontento con algunos movimientos
del nuevo Sumo Pontífice: “No se celebra una misa en una sinagoga o
en una mezquita. De la misma manera nosotros, que somos católicos, no
podemos aceptar que se haga otro culto en una iglesia católica (…) Yo
152) En entrevista con el autor, la antropóloga María Bargo contó que la Fraternidad San Pío X “se
vincula con sectores de poder, pero cuesta encuadrarlos. Mantienen relaciones fluidas con todas las con-
gregaciones del ala conservadora de la Iglesia. Están en el mundo, pero separándose a la vez. Por lo que
evitan referencias que consideran mundanas. (…) Con respecto a lo de Williamson, me decía uno de los
chicos que entrevisté que a ellos los educan para pensar así. (…) Una vez, presencié un documental sobre
la vida de Lefebvre en el Círculo de la Fuerza Aérea. Cuando pregunté cómo consiguieron el lugar, me
dijeron que tenían conocidos”.
153) En 2012, la jueza Sandra Arroyo Salgado procesó a Juan Bautista “Tata” Yofre, ex titular de la SIDE,
dos ex agentes de Inteligencia y al titular del Seprin por hackear correos electrónicos de funcionarios, y
a los periodistas Carlos Pagni y Roberto García como “encubridores”. Los hechos habrían ocurrido entre
2006 y 2008, cuando se habría violado la privacidad espiando cientos de correos electrónicos de los más
altos funcionarios de Gobierno.
154) Fue condecorado por Raúl Alfonsín a raíz de su participación cuando el copamiento del cuartel de
La Tablada por parte del Movimiento de Todos por la Patria.

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reconozco la autoridad del Papa, pero él no es infalible. En este caso, hace
cosas que no podemos aceptar”155.
Como si estuviese en tiempos de batalla entre preconciliares y postconci-
liares, Bouchancort expresó, en pleno siglo XXI, lo más genuino de la cos-
movisión de la Fraternidad en su editorial de despedida antes de ser reem-
plazado por el cura Mario Trejo: “América del Sur se ha convertido hoy en
día en la cristiandad más grande del mundo católico. La fe lo ha impregnado
todo: su cultura, sus instituciones, el arte, y ha sido un modelo de fervor y
de dinamismo. Vemos las masas afluir, incluso hoy en día, a los lugares de
peregrinación en honor de la Santísima Virgen María, que tan venerada es.
Es importante subrayar que la fe católica ha sido lo que ha dado unidad a toda
la América Latina, tal como esa misma fe la que hizo la Europa de la Edad
Media. Lamentablemente esta unidad se fisuró cuando Europa, y más parti-
cularmente Francia, exportaron en el siglo XIX los principios mortíferos de
la Revolución Francesa, que exacerbó los nacionalismos y fragilizó el cris-
tianismo. Luego, hacia mediados del siglo XX vino el Concilio Vaticano II,
que remató esta obra destructiva. ¡Esta hermosa armonía voló por los aires!
En nombre de la libertad religiosa y bajo la presión del Vaticano, los países
de América del Sur renunciaron uno a uno a la religión católica como fun-
damento de sus constituciones. Entonces las sectas aprovecharon este enfria-
miento de la fe católica y el espacio que les era concedido para difundirse por
todas partes»156. Como si hubiese dudas sobre su disgusto, realizaron, entre
enero y junio de 2014, la “Cruzada del Rosario”, con el objetivo de “implorar
una protección especial del Corazón Inmaculado de María sobre las obras de
la Tradición” y “por el retorno de Roma a la Tradición católica”157.
Hasta la sede de la Fraternidad San Pío X en La Reja, llegó la periodis-
ta francesa Marie Monique Robin en su intento por dar con el cura Jorge
Grasset, quien solía ir junto con el ex funcionario menemista Luis Roldán.
Seguramente, en ese momento, Robin ya intuía que este sacerdote repre-
sentaba lo que el propio Montejano confirmó: “Grasset encarna la mejor
tradición francesa, que es anterior a la Revolución Francesa, la monárqui-
ca. El padre era excelente como sacerdote y lo era, también, al liderar los
ejercicios espirituales y en su doctrina política; pero cometió errores en
sus intervenciones”158. Para el presidente del Infip, el sacerdote francés se
equivocó, por caso, al participar tanto en el levantamiento de Azul contra

155)Christian Bouchacourt: “Las iglesias son hechas para el culto católico”. Disponible en: http://www.
radiolared.multimediosamerica.com.ar/empezando_el_dia/noticia/11702
156)Cristian Bouchancourt: ¡Deo gratias! Disponible en: http://www.fsspx-sudamerica.org/fraternidad/
iesus/editorial146.php
157) Cruzada del Rosario. Disponible en: http://www.fsspx-sudamerica.org/fraternidad/cruzada2014.php
158) Bernardino Montejano en entrevista con el autor, 21 de octubre de 2013.

83
Alejandro Lanusse, en 1971, como en acompañar el que lideró el coronel
Mohamed Alí Seineldín en las postrimetrías del gobierno de Raúl Alfon-
sín. Esto último fue confirmado, en una monosilábica entrevista, por el ex
coronel devenido político, Aldo Rico. Tras varias décadas fuera, el 19 de
septiembre de 1997, Grasset fue incardinado en la diócesis de Mercedes-
Luján, cuyo obispo era Emilio Ogñenovich, ex vicario general de Bahía
Blanca y conocido por sus posturas contra el divorcio. No obstante, en su
libro “Los Escuadrones de la Muerte”, Robin añadió un dato: durante su
estadía en la Ciudad de Buenos Aires, Grasset paraba en un departamento
de la calle Tucumán 1561. No casualmente, allí se encuentra domiciliado el
médico Ignacio Garda Ortiz, último director de la revista Verbo y afanoso
representante de la Fundación Civilidad en cuanta charla se presente.

Civilidad

La Fundación Civilidad tomó el nombre de la revista promocionada


en Verbo a principios de los ‘80. La publicación pertenecía al Instituto
Alberto De Nápoli- a posteriori denominado Civilidad-, llamado así en
honor al interventor de Pergamino y, quizá, uno de los que más lejos llegó
en la implementación de la doctrina comunitarista en Argentina. Sin ma-
yores distinciones con lo que antes se voceaba desde Verbo, la fundación
insiste desde 1984 con conceptos que retoman, por ejemplo, en su propia
presentación: “La Fundación Civilidad desarrolla sus actividades a partir
del reconocimiento del municipio como la comunidad natural primaria
del orden social y político, y del federalismo como la forma histórica y
constitucional de la organización sociopolítica argentina. En el mismo
sentido reconoce y promueve los principios de subsidiariedad y solidari-
dad y el respeto por los derechos y libertades concretas de las familias y
las entidades intermedias en la vida social”159.
En sus tiempos como interventor de Pergamino, De Nápoli sostenía la con-
veniencia del corporativismo medieval, al igual que hoy lo hace Civilidad: “La
descentralización del poder estatal a favor de la comunidad organizada a través
de los cuerpos intermedios, coinciden con el verdadero progreso político, sal-
vaguardando la más auténtica representatividad democrática”160.
Más a tono con la forma de hacer política en el siglo XXI, Civilidad
limpió su discurso de cualquier rastro de religiosidad y buscó avanzar
159) Se puede leer en: http://www.fundacioncivilidad.org.ar/index.php/la-fundacion/mision-y-objetivos
160) Citado por Laura Rodríguez y María Barbarito. Cfr. Los católicos de derecha en los años sesenta.
La experiencia ‘comunitarista’ en Pergamino (1966-1973). Ponencia presentada en las Terceras Jornadas
Nacionales de Historia Social 11-12-13 de mayo de 2011. La Falda-Córdoba

84
en la formación de cuadros técnicos. Para ello, labraron convenios con
numerosos municipios, pero también con provincias bajo el velo del de-
sarrollo municipal, poniendo un énfasis especial sobre la familia como
unidad madre. Nada nuevo si se tiene en cuenta lo que ya se desarrolló
en el capítulo III sobre las políticas impulsadas desde la SEPAC durante
el Onganiato. Sólo que, a diferencia de lo ocurrido durante la Revolución
Argentina, en democracia se viene desplegando lenta y silenciosamente
desde hace más de dos décadas.
Por caso, rubricaron acuerdos de colaboración con Paraná (Entre Ríos), San
Martín de los Andes y Cutral-Có (Neuquén), Río Grande (Ushuaia), Córdoba
Capital, Marcos Juárez y Río Cuarto (Córdoba), Ciudad de San Juan (San
Juan), Trelew y Comodoro Rivadavia (Chubut), San José de Metán (Salta) y
Río Turbio (Santa Cruz). También, participaron de la preparación de las con-
venciones constituyentes de Chaco, Tierra del Fuego, Córdoba y San Juan.
En los artículos de su publicación, Civilidad reflotó a modo dogmático
textos que ya habían salido en Verbo. Aunque resignados a que el desa-
rrollo de su propuesta se geste en democracia, el eje, como siempre, es la
constitución familiar, poniendo la lupa sobre las diferencias de la confor-
mación de ésta en un pueblo o aldea en comparación con una metrópolis,
en la que “las familias no pueden sentir un excesivo arraigo”, lo que iría en
desmedro de los cuatro principios rectores del funcionamiento social según
el comunitarismo: coalición, complementariedad, solidaridad y amor.
En ese sentido, reprodujeron los textos del español José María Gil Moreno
de Mora161, para marcar a qué apuntan y, así, establecer una relación directa
con el plan político de la Ciudad Católica: “¿Qué hemos visto cuando estu-
diamos el pequeño Municipio (sic)? Hemos visto una concatenación lógica
de comunidades municipales formando una escala de cuerpos intermedios tal
y como lo preconiza la Iglesia Católica y en una Ley sublimada por el Amor
(sic). (…) Municipio debe ser el nombre de las comunidades de familia en el
orden inmediatamente suprafamiliar, el escalón inmediato a la familia en la
escala de cuerpos intermedios y algo distinto de la municipalidad, algo que
pueda existir acaso sin municipalidad”.
A la hora de remodelar el municipio de acuerdo con los preceptos del
comunitarismo, abordaron todas y cada una de las instituciones, como por
ejemplo la escuela. Para ello, uno de los referentes es el abogado Carlos
Sacheri162, quien, como ya se dijo, fue director de Verbo durante la década
161) Sus artículos eran publicados en Verbo de España. También se pueden acceder por medio de la
página web de la fundación Civilidad.
162) A fines de diciembre de 2014 se conmemoraron 40 años de su asesinato, cuyo entorno atribuyó al
Ejército Revolucionario del Pueblo. Más allá de la editorial de La Nación, titulada “Carlos Sacheri, cons-
tructor del bien común”, publicada el 23 de diciembre de 2014, la Agencia Informativa Católica Argentina
reprodujo las palabras de monseñor Jorge Casaretto durante la misa en la catedral de San Isidro: “Los

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del ’60. El autor de “La Iglesia clandestina” tenía la certeza de que se esta-
ban creando condiciones para volver a implementar escuelas municipales
como las desarrolladas durante el siglo XVII: “Al amparo del centralismo
inaugurado a mediados del siglo pasado, la escuela argentina fue abando-
nada a manos del monopolio estatal que la impregnara de enciclopedismo y
laicismo. (…) Hora es, pues, que la generación presente reflexione a la luz
de nuestro pasado y se decida aplicar una equilibrada política de descen-
tralización que permita a las provincias y a los municipios la recuperación
de las legítimas facultades que corresponden a los cuerpos intermedios.
Nuestra grandeza nacional depende de ello”163.
Cuando hacen mención a cómo sería la participación vecinal, utilizan
como referencia una exposición de “nuestro recordado amigo” De Nápoli
en Llavallol. En ella, reseñó su gestión, en la que, para él, “la gente res-
pondió de inmediato a nuestra invitación a incorporarse a la discusión de
las cuestiones públicas. Se encontraba madura, no obstante el liberalismo
de 100 años”. En esa conferencia, De Nápoli defendió la añeja propues-
ta del corporativismo católico, en la que el municipio debe cumplir una
“función docente” sin “dirigismo político”.
El corpus bibliográfico de Civilidad está dotado por textos de quienes
fracasaron en la década del ‘60. La adaptación al presente es llevada a
cabo, fundamentalmente, por el abogado, integrante del Directorio del
Banco Galicia y presidente de Civilidad, Pablo María Garat. Una de sus
apariciones estelares fue en octubre de 2012, cuando, en compañía del
gobernador de Salta, el peronista Juan Manuel Urtubey, inauguró en esa
provincia del norte argentino el “Seminario Municipal y Desarrollo Lo-
cal”, que se realizó en el auditorio de la Fundación Copaipa. Allí, Garat
aludió al ser argentino, tema por excelencia de sus antecesores: “En medio
de la características que tiene no solamente la globalización sino la lucha
por los recursos naturales en el siglo XXI, la generación que sigue (…)
probablemente no tenga claro qué le estamos legando desde el punto de
vista de la integridad territorial, de la defensa de esa integridad, porque no
se trata sólo de una hipótesis de conflicto de un rearme o de una capacidad
de las Fuerzas Armadas en un marco regional. Se trata de cómo se ocupa
el territorio. Y el territorio se ocupa con argentinos, fundamentalmente
grupos familiares de argentinos, (a pesar de) que los extranjeros saben
hijos nos han pedido rezar por él en esta Eucaristía y hemos accedido porque, lejos de quedarse anclados
en un ánimo negativo, están trabajando por la reconciliación de los argentinos. Y eso nos alienta a ver esa
muerte, ese derramamiento de sangre tan común en la década del ‘70, toda esa violencia inútil, como una
gran tragedia de la cual tenemos que sacar muchas enseñanzas, pero la fundamental para los cristianos es
trabajar por la reconciliación”.
163) Carlos Alberto Sacheri: Escuela y Municipio. Revista Civilidad. Disponible en: http://www.funda-
cioncivilidad.org.ar/index.php/municipio#

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(que) tienen nuestro país de puertas abiertas desde que nos organizamos
como tal, pero los grupos familiares que están constituidos en cada uno
de nuestros municipios que se relacionan con la vecindad y que tienen
la ilusión de la propiedad, del trabajo, de la educación de sus hijos; que
tienen la identidad barrial, después la identidad municipal, por eso tienen
una identidad provincial y por la memoria histórica somos argentinos a
partir de estos datos fundamentales”.
A Salta, Garat llegó acompañado por Ignacio Garda Ortiz, profesor de
la Universidad del Museo Social Argentino (UMSA) y la UCA y director
del área de Desarrollo Local en Civilidad. Allí, el médico expuso sobre
“el trabajo y el arraigo como objetivos del desarrollo local”. Algunos años
antes, en Paraná, Garda Ortiz, que ha participado, por caso, en mesas de
debate que organizaron Coninagro y la Sociedad Rural Argentina, había
proclamado que “la familia es el único ámbito adecuado para la gestación
de la vida humana. Ella es la primera educadora de la persona, es la natural
depositaria del patrimonio cultural e histórico de la Nación. En la familia se
forma el futuro ciudadano en las virtudes cívicas, cuyos contenidos siempre
vigentes son básicos para el ordenamiento social y político”164.
En 1980, cuando era el director de Verbo, Garda Ortiz compuso una ale-
goría titulada “Los seres salvajes”. En ese mismo momento, se debatía al
interior de las Fuerzas Armadas sobre la perdurabilidad del régimen militar
o el retorno gradual a un tipo de democracia restringida. Pero, también, ya
había dado a conocer su informe la Comisión Interamericana de los Dere-
chos Humanos sobre la situación de las personas en cautiverio, en el cual
concluía que “(…) por acción u omisión de las autoridades públicas y sus
agentes, en la República Argentina se cometieron durante el período a que
se contrae este informe (1975 a 1979) numerosas y graves violaciones de
fundamentales derechos humanos reconocidos en la Declaración America-
na de Derechos y Deberes del Hombre”.
En ese artículo, luego de divagar sobre cómo amansar a un tigre, Garda
Ortiz jugó con una imagen que entabla un paralelo con lo que se vivía en
los centros clandestinos de detención y el supuesto objetivo que perse-
guían con ellos los militares: “Pensar, por ejemplo, que a un hombre se
lo puede amansar con sólo asegurarle la supervivencia, sería tan ridículo
como suponer, que al tigre se lo puede convencer de que no haga daño,
mediante una buena fundamentación filosófica. Lo que se observa es que
tanto el tigre hambreado, como el hombre sin fundamentación filosófica
coherente, tienden al estado salvaje”165. No quedó al margen de su re-
flexión la familia, sujeto colectivo al que apuntan ahora desde Civilidad
164) Ignacio Garda Ortíz: Los seres salvajes. Nº203, revista Verbo, junio de 1980, p.27.
165)Ignacio Garda Ortíz: Los seres salvajes. Nº203, revista Verbo, junio de 1980, p. 28.

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y lo hacían varias décadas atrás desde Verbo, puesto que es uno de los
núcleos sobre los que se vertebra su propuesta. En referencia a ella, hizo
dos descripciones. Una, en la que el individuo crece en una familia cuyo
padre y madre “mantienen permanente contacto con los numerosos hi-
jos” y aprende de los mayores para luego ser él quien enseñe. A la que
contrapuso con la familia en la que los niños están en la guardería, los
padres no se ven porque trabajan, ven televisión y “cuando se hace más
grande descubre que la mamá suele salir con un señor que no es su papá”.
Tomando esto como punto de partida, desde su perspectiva, se dirigió al
quid de la cuestión: “Este segundo llega a la universidad lleno de incerti-
dumbres y de malestar espiritual. Allí cambia su bochornosa realidad por
un nuevo mundo imaginario. Un mundo de gente joven, culta, inteligente,
que arreglará todo los que los “viejos” hicieron mal, que echará abajo
todo lo que existe y lo hará de nuevo como corresponde. Porque la so-
ciedad es opresora, dirá”166. Algo desahuciado, Garda Ortiz diagnosticó:
“La ciudad moderna debe ser replanteada, porque cada vez produce más
hombres salvajes, ya que ofrece un medio ambiente inadecuado para el
florecimiento de la mansedumbre, la fortaleza y demás virtudes cristia-
nas. Así como se ha dado el prodigioso fenómeno de los tigres mansos,
quizás se pueda inducir la generación de hombres mansos y fuertes, ade-
cuando el medio ambiente”167.
Tanto Ignacio Garda Ortiz como Luis Roldán fueron parte del círculo
íntimo de Grasset. Justamente, el segundo circula por todos los espacios
descritos, pues a sus conferencias en el Infip, le sumó las de la Fraternidad
San Pío X y las de Civilidad, esta última en sociedad con Javier Varani,
quien fuera secretario ejecutivo de la fundación. Más allá de presentarse
como especialista en “asuntos municipales” y de su paso como gerente de
Relaciones Institucionales del Banco Hipotecario, Varani militó en las filas
del PRO, fuerza por la cual fue concejal en Vicente López.
Pero es Garat quien cumple el rol central a la hora de articular con actores
que cuentan con estructuras más vigorosas y extendidas. La clave está en la
relación de complementariedad y necesidad que mantienen con la Funda-
ción Nuevas Generaciones (FNG), conducida por el ex diputado nacional
Julián Obiglio. Esta ONG nació en 2010 al calor de la débil candidatura
de Eduardo Duhalde a presidente de la Nación en las elecciones del año
siguiente. Su desaparición de los primeros planos de la escena política llevó
a la FNG, al igual que a muchos peronistas opositores al kirchnerismo, a
buscar un nuevo refugio: el partido que conduce Mauricio Macri.
Mientras Civilidad traba relaciones con municipios y provincias, FNG
166) Ignacio Garda Ortiz: ibídem.
167) Ignacio Garda Ortiz: ibídem.

88
lo hace con organizaciones nacionales e internacionales –como Intera-
merican Institute for Democracy, dirigida, desde Miami, por Guillermo
Lousteau Heguy, padre de Martín, ex ministro de Economía de la Nación
durante unos pocos meses en 2008– y apunta a la formación de “equipos
de profesionales que serán esenciales para los gobernantes de los próxi-
mos años”. Ambas forman un trípode con aquellas a las que llaman con-
trapartes, como la Fundación Hanns Seidel, cuyo nombre proviene del
creador de la Unión Social Cristiana de Baviera.
La mesa chica de FNG está compuesta fundamentalmente por legislado-
res y funcionarios pertenecientes a la fuerza política del ex gerente general
de SOCMA. Empezando por su director ejecutivo, el mencionado Obiglio,
quien se sumó al bloque del PRO en la Cámara de Diputados de la Nación
cuando le tocó reemplazar de apuro a Esteban Bullrich168; Diego Guelar,
secretario de Relaciones Internacionales del PRO y los diputados naciona-
les macristas Federico Pinedo, Jorge Srodek y Pablo Tonelli.
Aparecen también otros nombres históricamente vinculados con el du-
haldismo y el menemismo. Entre ellos, Alfredo Atanasof, jefe de Gabine-
te durante la presidencia de Duhalde, y Carlos Brown, diputado nacional
por FE y lugarteniente de Duhalde en el territorio bonaerense. Se suman
Armando Caro Figueroa, ministro de Trabajo de Carlos Menem; Ramón
Puerta, ex gobernador de Misiones y presidente por dos días en 2001; En-
rique Thomas, ex diputado nacional duhaldista; y Luis Lusquiños, jefe de
Gabinete durante el lapso que gobernó Adolfo Rodríguez Saá.
Hay una figura singular: Gustavo Ferrari, quien, en 2013, mientras su
jefe Francisco de Narváez naufragaba en las elecciones de medio término,
asumió como asesor general de Gobierno de la provincia de Buenos Aires.
Ofuscado ante la mención de su nombre, el presidente del Infip, Bernardino
Montejano, lo responsabilizó por colaborar en la caída en desgracia de Ver-
bo. Cuando llegó al gobierno provincial, casi de inmediato, Ferrari firmó
convenios, no casualmente, con la Universidad Católica Argentina y con la
Universidad Austral, perteneciente al Opus Dei.
En un artículo digno de Verbo, sólo que casi a dos décadas de la desapari-
ción de la revista, Obiglio retomó la idea de un inminente caos social, uno de
los tópicos discursivos del integrismo católico: “Estoy convencido de que en
los últimos tiempos el relativismo ha invadido todas las esferas de la política
argentina. Los discursos sosteniendo que todo vale lo mismo, que no hay
unos principios superiores a otros, y que en todo caso debemos a adaptarnos a
un buenismo que todo lo tolere y todo lo acepte, se repiten hasta el cansancio.
No estoy de acuerdo con esta posición y creo que la mayoría de nuestra socie-
168) El 13 de octubre de 2010, Esteban Bullrich renunció a su banca a la Cámara de Diputados de la
Nación, para ocupar el lugar del escritor Abel Parentini Posse en el Ministerio de Educación porteño.

89
dad, que comparte los valores occidentales y la cultura demócrata cristiana,
tampoco lo está. Definitivamente no es lo mismo defender la vida que aceptar
el aborto; promover la libertad que callar ante el encierro de los que piensan
distinto; defender a los niños que promover su adopción por parte de parejas
integradas por dos personas del mismo sexo. No es lo mismo defender la
institución y vida familiar que buscar su destrucción. O promover el respeto
por el esfuerzo y el trabajo, que la conquista de planes sociales para no traba-
jar. Como tampoco es lo mismo luchar en defensa de la propiedad privada,
que mirar para otro lado ante la confiscación del fruto del trabajo ajeno. El
relativismo político y moral está llegando a su fin. Estamos ingresando a toda
velocidad a un momento de la historia de nuestro país en que la defensa de
ciertos valores volverá a un nivel central”169. Para completar su perfil conser-
vador, el abogado graduado en la UMSA presentó un proyecto por medio del
cual buscaba establecer la “prohibición de la concurrencia de menores de 16
años a protestas sociales”.
En FNG, Garat, quien, entre 1997 y 2004, se desempeñó como ase-
sor jurídico en la Comisión de Coparticipación Federal del Senado de
la Nación, dio seminarios en el marco del Programa Anual de Forma-
ción de Jóvenes Dirigentes Políticos, como el que brindó en marzo de
2014 sobre el “sistema constitucional y federal argentino y sus princi-
pios fundamentales”170. En esa oportunidad, el presidente de Civilidad
no hizo más que repasar ante desprevenidos treinteañeros la propuesta
del comunitarismo sobre la base de la subsidiariedad del Estado, la idea
de un presente apocalíptico y el gobierno de los notables: “No se puede
gobernar solamente desde la administración, es necesario fortalecer tres
lazos vitales: los lazos familiares, los vecinales y los municipales. Es muy
importante fortalecer la vida municipal sin descuidar la unidad del país.
(…) el régimen municipal es el componente fundamental del federalis-
mo. (…) lamentablemente existe una ruptura del tejido social y un pro-
blema sociológico que subyace al problema político. Para remediar esta
situación, debe existir una verdadera trasformación social, ya que debería
gobernar el político virtuoso171 y no el poderoso”.
La confluencia de intereses se percibe en los cócteles y conferencias que

169) Julián Martín Obiglio: Cuando los valores sí importan. Disponible en: http://www.nuevasgenera-
ciones.com.ar/2013/opinion/61.php
170) Seminario del doctor Pablo Garat en la Fundación Nuevas Generaciones, realizado en marzo de
2014. Disponible en: http://www.nuevasgeneraciones.com.ar/2013/actividades/garat2014.php
171) El propio Jorge Grasset apostaba a que “si se convencieran los pretendientes que el ejercicio del Po-
der, tal como Dios lo manda (no de cualquier manera), es una pesada carga, una cruz llena de sinsabores,
sin duda su reflexión les haría desistir (lo que sería un bien para la Nación) o decidirse a adquirir el grado
de virtud requerido (sumo grado), la ciencia necesaria y emprender el largo y arduo camino de los ajustes
indispensables para saber gobernar con prudencia”. Cfr. Juan Octavio Lauze: op.cit., p. 60.

90
organizan asiduamente, donde se puede ver el espectro que abarca esta usi-
na de pensamiento macrista. A ellos, suelen asistir figuras como el aboga-
do Guillermo Borda172, hijo homónimo del ministro del Interior del general
Juan Carlos Onganía; el presidente del Banco Ciudad, Rogelio Frigerio; el
dirigente peronista Julio Bárbaro; y Diego Blasco Funes173, director de Desa-
rrollo Institucional del IAE y ex rector de la opusdeísta Universidad Austral.
Justamente, el Opus Dei, ya sea por su prelatura como por sus diversos
emprendimientos, juega un rol central. En el país desde marzo de 1950,
por pedido de Antonio Caggiano, la creación del aragonés Josemaría
Escrivá de Balaguer y el argentino Isidoro Zorzano vivió su época de
auge durante el menemismo, cuando logró tener dos ministros de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación -Antonio Boggiano y Rodolfo Barra,
luego ministro de Justicia- y, por medio de Gustavo Béliz174-quien fuera
secretario de la Función Pública y ministro del Interior respectivamente-,
minó el área diplomática, en la que desembarcaron el nombrado Blasco
Funes, Guillermo Haissinger, Fernando Sotz, Jorge Passardi, Guillermo
Salvatierra, Juan Franchino y André Zuyriani175.
En su casa académica, aún se mantiene una conexión directa con inte-
lectuales orgánicos del integrismo, como es el caso del camarista subro-
gante Guillermo Jorge Yacobucci, director del Departamento de Derecho
Penal de la Universidad Austral. Este abogado estuvo entre quienes es-
cribían en la red de publicaciones del conservadurismo católico, como
Mikael, Moenia176 y Cabildo en su caso. Cuando promediaba 1983, en
el número 32 de la revista del Seminario de Paraná, discurriendo sobre
“Matrimonio y moral conyugal en el pensamiento de San Agustín”, Ya-
172) Julián Obiglio se sumó en 1999 al Estudio Cremades & Calvo Sotelo / Borda, donde en 2009 co-
menzó a dirigir el Departamento Corporativo Internacional.
173) Fue directivo de Carta Credencial, luego se sumó al estudio Zang, Bergel y Viñes -fundado en 1975-,
cuyos servicios a la Caja Nacional de Ahorro y Seguro fueron cuestionados por la Auditoría General de
la Nación a raíz de que “el Dr. Zang era síndico titular de IRSA SA, y el Dr. Viñes integraba el directorio
de dicha firma, que además estaba presidida por el Dr. Eduardo Elsztain. En razón de las múltiples co-
nexiones del estudio mencionado con los distintos protagonistas del proceso licitatorio, el Secretario de
Economía ordenó la suspensión de los servicios del estudio aludido”. El mismo Ernesto Viñes se convirtió
en director de YPF a pesar de que su estudio había sido contratado como uno de los consultores jurídicos
para privatizarla. En 2005, en medio de la crisis del Banco Hipotecario, se supo que algunos de sus di-
rectores cobraban por triplicado -un sueldo por sus funciones como directores, otro pago en concepto de
honorarios y la remuneración que se había autoasignado el Comité Ejecutivo-. Ese justamente era el caso
de Saúl Zang y Ernesto Viñes. Tras su paso por este estudio, Blasco Funes desembarcó en IAE Business
School, que se dedica a formar ejecutivos.
174) Profesor titular en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Austral entre 1995
y 2001. Para contar cómo llegó, admitió que una charla que escuchó en 1982 en la sede del Opus Dei fue
“como un rayo que cambió mi vida”.
175) Emilio Corbiere: Opus Dei. Totalitarismo católico. Debolsillo, Buenos Aires, 2007, p.271.
176) Revista trimestral dirigida por Félix Adolfo Lamas, donde Yacobucci participó al igual que Bernar-
dino Montejano.

91
cobucci procuraba demostrar “la importancia que para Agustín tenía el
matrimonio y la familia en el orden natural para la recta vida social”177.
En un tramo de su artículo, se refirió a una de las acciones cuyo rechazo
es unánime entre los católicos ortodoxos: el divorcio. “Se determina cla-
ramente-sostuvo Yacobucci- que el vínculo conyugal es indestructible,
aun cuando existiera fornicación por parte del otro cónyuge, pues sólo la
muerte de uno de ellos quiebra tan fuerte vínculo sobre el que se asienta
y conserva la sociedad”178. En el 2008, Yacobucci fue uno de los dos ca-
maristas que concedió la excarcelación de los represores Alfredo Astiz y
Jorge “El Tigre” Acosta, entre otros.
A partir del sincericidio del autor de “La Pasión según Eva”, quien, en-
tre otras cosas, babeando rabia afirmó que “la entidad ‘asesino’ prevalece
sobre la edad biológica”179, y teniendo que asumir de apuro con acuerdo
del cura Juan Torella, vicario para la Educación del Arzobispado porteño,
lo primero que anunció Bullrich fue que convocaría a la Iglesia para dis-
cutir sobre políticas educativas, viejo anhelo de la nación católica. Bajo la
influencia del “obispo” Santiago de Estrada, otra de las plumas de Verbo,
armó un verdadero equipo confesional, en el que Mario Terzano180, vin-
culado al Opus Dei y con pasado en privatizaciones durante la década del
‘90, quedó a cargo del área de financiamiento, y Beatriz Jáuregui, de la
Dirección General de Educación de Gestión Privada.
Jáuregui venía de ser asesora de la presidente de la Comisión de Edu-
cación de la Legislatura porteña y militante contra el aborto, Victoria
Morales Gorleri181, quien, desde la Vicaría General de Educación, acom-
pañó, durante una década, en el Arzobispado de Buenos Aires, a Jorge
Bergoglio. Quizá esto permita explicar porqué creció exponencialmente
el presupuesto para las escuelas privadas, en desmedro de las públicas182.
El tufillo confesional se expandió en la gestión de Bullrich, quien no sólo
177) Guillermo Jorge Yacobucci: Matrimonio y moral conyugal. Año 11 N°32, revista Mikael, segundo
cuatrimestre de 1983, p. 55.
178) Guillermo Jorge Yacobucci: op. cit, p. 61
179) Abel Posse: Criminalidad y cobardía. La Nación, 10 de diciembre de 2009.
180) Terzano se recibió como abogado en la Universidad Católica Argentina, luego realizó un posgrado en
la Universidad de Navarra, vinculada al Opus Dei. Antes de ser reemplazado en diciembre de 2011, Terzano
fue el encargado de justificar la subejecución del presupuesto destinado a obras en las escuelas porteñas
en medio de numerosas tomas. Luego, junto con su colega Gonzalo Peltzer, se hizo cargo de FM Cultura.
181) Legisladora del PRO en la Ciudad de Buenos Aires, elegida por el período 2011-2015.
182) El sitio chequeado.com precisó, en una línea comparativa, que “si se analizan los números del Mi-
nisterio de Hacienda, los subsidios a Educación privada, que en promedio fueron el 15% del presupuesto
educativo entre los años 2000 y 2007, aumentaron a 17,5% en el periodo de gestión de Mauricio Macri.
La tendencia es inversa en el caso de la Educación pública: mientras que entre 2000 y 2007 su participa-
ción en el presupuesto era de alrededor del 85% promedio, en el periodo 2008-2012 disminuyó al 82,5%
de la inversión”. Disponible en: http://www.chequeado.com/el-explicador/1531-preguntas-y-respuestas-
sobre-la-educacion-portena-1.html

92
participó en numerosas jornadas y charlas en el principal instrumento de
adoctrinamiento del Opus Dei, la Universidad Austral183, sino que también
firmó un convenio con ésta con el objetivo de que uno de sus asesores lega-
les, Jorge Ezequiel Huarte, curse una maestría en Derecho Administrativo,
para lo cual se transfirieron 42 mil pesos184. De poco le sirvió al Ministerio
de Educación la formación recibida en esa casa de altos estudios, porque,
al tiempo, Huarte pasó al Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos
Aires. Tiene algún parentesco con el caso de los funcionarios becados por
la Corte Suprema de Justicia-bajo consejo de Rodolfo Barra, cooperador
del Opus Dei-, para que se formen allí.
También vinculados al Opus Dei, dentro del macrismo, se encuentran el
procurador porteño, Julio Conte Grand185, y el mismísimo Horacio Rodrí-
guez Larreta, jefe de Gabinete, quien, en el 2000, le habría presentado a Ser-
gio Massa al inversor inmobiliario y cara visible de Eidico, Jorge O´Reilly,
cuando éste, sobrino del dictador Alejandro Lanusse, tocó en una fiesta con
su grupo “Los Isleños”186. Según el diario La Nación, O’Reilly es uno de los
casi cinco mil supernumerarios187 del Opus Dei en el país.
En su presentación, la Universidad Austral, que no acepta homosexua-
les188, deja bien en claro que “para asegurar esta orientación cristiana,
la Prelatura del Opus Dei brinda su asistencia a la Universidad(…) Se
comprende mejor la vinculación de la Universidad Austral con la Pre-
latura del Opus Dei si se la considera desde dos perspectivas: una del
orden jurídico-civil y otra desde el espíritu cristiano que la anima (…)
la Prelatura nombra a los capellanes que ofrecen atención espiritual en
la Universidad; presta conformidad al nombramiento de los profesores

183) El propio Opus Dei reconoce que la Universidad Austral es uno de sus principales “instrumentos de
evangelización”. Ver: “Opus Dei: 50 años en Argentina”. En: http://edant.clarin.com/diario/2000/03/13/i-
01603d.htm
184) Werner Pertot: Educando al asesor de Bullrich. Página 12, 18 de mayo de 2011.
185) En junio de 2013, como si se buscase mostrarlos a todos juntos, el Primer Congreso Internacional de
Abogacía Estatal, organizado por la Procuración General porteña, aglutinó entre los ponentes a Garat, 23
profesores de la Universidad Austral y a socios de los principales estudios de abogados del país.
186) Gabriel Sued: Jorge O´Reilly: de los negocios y la fe a la diplomacia K. La Nación, 18 de enero de 2009.
187) Esto significa que aporta una parte de su ingreso a emprendimientos de la Prelatura. A principios del
siglo XXI, en la Argentina, el Opus Dei tenía, entre numerarios y supernumerarios, más de 5 mil. En tanto
que contaba con alrededor de 50 mil “cooperadores. Otras categorías son los adherentes y los cooperadores.
188) Para justificar esta postura homofóbica, en 2012, en la revista de la universidad, Australis, difundie-
ron el artículo “Homosexualidad: lo que la ciencia no dice”. En él, citando un texto del profesor estado-
unidense Stanton Jones, se refirieron a las características de quienes “mudaron” su sexualidad y se mani-
festaron heterosexuales: (…) la posibilidad de cambiar de orientación sexual depende, entre otras cosas,
de la motivación personal de quien se lo propone, y de sus convicciones. Así, la mayoría de los que buscan
el cambio y la mayoría de los que finalmente cambian son personas de sólida fe religiosa; los individuos
que creen que Dios interviene en su vida y que se encuentran integrados en comunidades que les atienden
se encuentran motivados por su profundo conocimiento de quiénes son como persona delante de Dios”.

93
de teología, ética, filosofía y otras asignaturas que tengan relación con la
doctrina católica; e inspira el quehacer universitario, procurando que el
espíritu del Opus Dei aliente su vida y su actividad”.
Ciertamente, con el papado de Francisco se cierra el círculo. En plena
etapa de florecimiento de la ortodoxia religiosa189, el Opus Dei, más allá
de confirmar que el PRO es la facción política donde confluye buena
parte del conservadurismo religioso, muestra hasta dónde ha llegado el
alineamiento del campo católico con el Papa. Vale tener en cuenta que,
por ejemplo, el 26 de junio de 2013, en 27 lugares del país se celebró la
misa por la fiesta de San Josemaría Escrivá190 y, también, que en marzo
de 2014, secundado por quien luego sería designado vicario general, Ma-
riano Fazio191, Julio Paz se convirtió en el primer sacerdote del Opus Dei
en dar una misa en Buenos Aires.
Por medio de una precisa lectura sobre dónde se juega una parte del po-
der simbólico, el Opus Dei ha dado una especial importancia a los medios
de comunicación, al punto que el mencionado Fazio fue el primer decano
de la Facultad de Comunicación Institucional de la Universidad Pontificia
de la Santa Cruz entre 1996 y 2002. Por eso, no es casual que, con el apo-
yo del Episcopado, el presbítero del Opus Dei, Juan Gallardo, organizase
dos encuentros para evangelizar a través de Internet. La mayor expresión
en este campo la lograron en la Facultad de Ciencias de la Información de
la Universidad de Navarra, que se encuentra bajo la órbita de la Obra. De
ahí que no sorprenda que Daniel Hadad, propietario de uno de los portales
más leídos del país, Infobae, donde los distintos cuadros del PRO tienen
regularmente columnas, haya hecho un posgrado allí. El propio Hadad
participó del Programa de Generación Intermedia de FNG, donde expuso
sobre los “Valores de la Política Actual”.

189) Igual fase atraviesa la FASTA, que, en agosto de 2014, quedó constituida como asociación pública
clerical de derecho diocesano por decreto del arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli. Su
creador, fray Aníbal Fosbery, supo a quién agradecer: “Termina de esta manera el itinerario jurídico que
hemos recorrido, no solo con el acuerdo formal del cardenal Poli sino, lo que es muy importante, con el
beneplácito del papa Francisco y del prefecto de la Congregación para el Clero”.
190) A pesar de la polémica que suscitó, Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás fue beatificado, el 17 de
mayo de 1992, por Juan Pablo II, quien, en su decreto, le atribuyó haber curado a sor Concepción Boullón
Rubio en junio de 1976 cuando se encontraba en trance de muerte.
191) En su asunción como vicario general del Opus Dei, en diciembre de 2014, Mariano Fazio, primero
no español en ocupar ese lugar, reflexionó sobre la recepción que tiene la Obra en la comunidad católica:
“Yo creo que el Opus Dei es una de las instituciones más queridas en la Iglesia y que va muy directamente
a abordar temas de nuestro tiempo. Es decir, en medio de una sociedad secularizada, Dios puede llamar a
personas para que se santifiquen sin necesidad de abandonar al mundo o irse a un convento. Este mensaje,
que es muy fuerte, puede provocar reacciones de gente que no quiere una recristianización de la sociedad.
Por otro lado, a lo largo de la historia de la Iglesia, todas las instituciones que han querido seguir muy de
cerca al Señor han sufrido persecuciones, es algo que está en el mismo Evangelio, con lo cual nadie se tiene
que sorprender”. Cfr. Un argentino, vicario general del Opus Dei. La Nación, 13 de septiembre de 2014.

94
Precisamente, su portal anunció en 2006 que Esteban López del Pino,
uno de los defensores a ultranza de Julio César Grassi, abandonaba la Di-
rección de Comunicación del Opus Dei en la Argentina, dejando su lugar
al mendocino Juan Pablo Cannata, profesor de Sociología de la Comuni-
cación y de Media Relations en la Universidad Austral. Cuando Bergo-
glio fue elegido Papa, en una entrevista publicada en la página del Opus
Dei, Cannata se refirió a la relación que el ex arzobispo de Buenos Aires
fue labrando con ellos, dejando a entrever lo bien que les sienta: “Varias
veces ha celebrado la misa de San Josemaría en la Catedral. Sé que una
vez rezó ante las reliquias de San Josemaría en la Iglesia Prelaticia, du-
rante bastante rato. Creo que lo que más le gustaba de la Obra era la tarea
del Colegio Buen Consejo –en el que la formación cristiana está a cargo
de la Obra–, ubicado a pocas cuadras de la Villa 21, el mayor asentamien-
to informal de viviendas precarias en la ciudad. Visitó el colegio un par
de veces y siempre se interesaba por esa labor educativa y social, por la
que tenía un cariño especial”192.

192) La autenticidad del Papa Francisco nos ha cautivado. Opus Dei, 31 de marzo de 2013. Disponible en:
http://opusdei.org.ar/es-ar/article/la-autenticidad-del-papa-francisco-nos-ha-cautivado/

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96
Capítulo VI

Los católicos que aún estamos vivos formamos parte de la Iglesia


Militante. Somos soldados de Cristo. El es nuestro Rey y debemos
marchar tras Suyo como un batallón. Por eso, el estandarte siem-
pre tiene un sentido combativo. Detrás del estandarte se forman los
escuadrones. (Presentación del estandarte del colegio El Madero)

No te dejés engañar, en las aulas, en los medios, desde el gobier-


no, te están mintiendo. Hubo una guerra del terrorismo marxista
contra la Nación. Ese terrorismo asesino volvió y está en el poder.
¿Hasta cuándo vas a permitir que te mientan? Es hora de gritar
la verdad. Hay un puesto para vos en la Vanguardia. (Panfleto del
VEN, repartido en la UCA Paraná, en 2012)

(…) Debería existir una institución especial que censurara el error,


que persiguiera la herejía, que castigara el escándalo. Todo lo que
ofendiera a Dios, la Patria y la Familia sería detectado rápidamen-
te y reprimido. Diríamos entonces, una vez más, que la juventud,
por estar hecha para el heroísmo y no para el placer, será la gran
invitada a alistarse en el escuadrón más glorioso que pudo existir:
el de la Iglesia Militante. Alistada para que defienda sus amores
con la oración, con la palabra, con el ejemplo y con los brazos. No
serían mercenarios a sueldo, sino soldados de Cristo Rey. No el tío
Cámpora sino el Arcángel San Miguel resultaría el patrocinante de
la Legión. (Jordán Abud, revista Cabildo, agosto de 2014)

El 8 de diciembre de 2010, José María Pincemin193 cumplió sus bodas de


plata como sacerdote. Integrante de la última generación formada al calor del
Seminario de Paraná, bajo el mando de Adolfo Servando Tortolo, Pincemin
celebró con un gran festejo, al que asistieron alrededor de 300 personas.
La cena, organizada para agasajar al, en ese momento, capellán de la
sede de la UCA en la capital entrerriana, fue precedida por una misa,
cuyo sermón estuvo a cargo de un viejo conocido en la ciudad: el cura y
193) Nacido, en Bueno Aires el 3 de octubre de 1958, es doctor en Filosofía, título otorgado por la Ponti-
ficia Universidad Santo Tomás de Aquino, Roma. Fue ordenado, meses después de la muerte de Tortolo,
por su reemplazante, Estanislao Karlic.

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abogado Luis Alberto González Guerrico194, quien, a comienzos de los
’90, había alcanzado fama nacional cuando logró prohibir, en los cole-
gios confesionales, la emisión de un video sobre la prevención del sida,
realizado por el médico Alfredo Miroli. En ese momento, pretendiendo
que su argumento sonara implacable, aseguró que “el lazo de la castidad
es el único medio seguro y virtuoso de poner fin a la trágica plaga del
sida”. También ordenado en diciembre de 1985 como Pincemin, Gonzá-
lez Guerrico decidió marcharse de Paraná, dejando el colegio El Madero
en manos de aquél, para irse a Mendoza, donde fue nombrado rector del
Seminario Arquidiocesano de San Rafael.
Observados por los retratos de los curas Alberto Ezcurra Uriburu y Leo-
nardo Castellani, ente otros, durante la ceremonia no se olvidaron de hala-
gar a Tortolo, padre de una generación de integristas que se extiende hasta
el presente. Al estilo de Tacuara, mientras algunos gritaban que “hace falta
ser muy hombre para ser sacerdote”, comenzaron a entonar Cara al sol195,
himno de la Falange española compuesto a petición de José Antonio Primo
de Rivera. Le siguió la marcha de Malvinas, último gran hito bélico para
los integristas, y un video en el que repasaron lo que Mohamed Ali Sei-
neldín definió como “una gesta religiosa”196. Mientras se desarrollaban los
festejos, no quedaron al margen los sucesos de los últimos días, que habían
puesto a Pincemin bajo la lupa de los medios de comunicación nacionales.
En octubre de ese año, Paraná había sido sede del XXV Encuentro Na-
cional de Mujeres, por el que desembarcaron alrededor de 25 mil personas
con el objetivo de llevar adelante asambleas y, finalmente, una marcha por
la ciudad. Al llegar, fueron recibidas por un enorme cartel que decía: “Pesa
más en la conciencia que en tus brazos. Decile no al aborto”. A pedido
del Arzobispado, se vallaron las iglesias y la policía montó guardia perma-
nente. Paraná había sido elegida porque se encontraba entre las primeras
194) Antes, a mediados de 1990, como vicario de Educación del Arzobispado de Paraná cuando el en-
tonces gobernador Mario Moine quiso aplicar en las escuelas un plan de educación sexual, González
Guerrico también se opuso.
195) Esta es letra hecha por partes por los poetas llamados por Primo de Rivera: “Cara al sol con la camisa
nueva/ que tú bordaste en rojo ayer,/me hallará la muerte si me lleva/y no te vuelvo a ver./Formaré junto
a mis compañeros/que hacen guardia sobre los luceros,/impasible el ademán,/y están presentes en nuestro
afán./Si te dicen que caí,/me fui al puesto que tengo allí./Volverán banderas victoriosas/al paso alegre de
la paz /y traerán prendidas cinco rosas: las flechas de mi haz./Volverá a reír la primavera/que por cielo,
tierra y mar se espera./Arriba escuadras a vencer/que en España empieza a amanecer”.
196) En una de sus últimas entrevistas, Seineldín explicó el porqué: “Lo único que nos queda y que la
gente se conmueve cuando la nombra es Malvinas. Si no, la palabra patria, nación y estado estarían borra-
das. Han hecho lo imposible para sacarla del medio. Para corromper. Corrompieron grupos de soldados,
pero está. Y cada día con más fuerza. Todo eso me da la pauta a mí que fue una gesta religiosa, pero que
el hombre en su ceguera no la acepta.......Es lo que nos ha quedado de reserva.........Malvinas está como
una piedra aflorando en el mar, manteniendo los valores esenciales de la patria”. El reportaje se puede ver
en: https://www.youtube.com/watch?v=fFGWpvyUzMg

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con mayor tasa de femicidio en el país; existía allí una gran cantidad de
denuncias por violencia sexual y de género; el secuestro y desaparición
de Fernanda Aguirre197; la nula investigación en lo concerniente a la trata
de personas-siendo que la ciudad es señalada como parte de la ruta de ese
delito- y por la inexistencia de jardines maternales para las mujeres que
trabajan. Durante esos días, varias de las comisiones establecidas en las
escuelas debieron ser suspendidas a raíz de las irrupciones de quienes, entre
otras cosas, rechazaban el aborto y el matrimonio igualitario.
Pero el momento cúlmine fue la noche del sábado 9 de octubre, cuando
se realizó una marcha de varias cuadras, en la que las manifestantes eran
esperadas en la Catedral por un grupo de fieles, que, rosario en mano,
rezaban para exorcizarlas. El rito era comandado por José María Pince-
min. Mientras los que marchaban, en su mayoría mujeres con un pañuelo
verde en la cabeza, cantaban contra la Iglesia- “Iglesia, basura, vos sos
la dictadura” y “yo sabía, yo sabía, que a los violadores los cuida la po-
licía”-, los ultracatólicos lanzaban sus oraciones con la mirada fija en el
cielo y el brazo en alto, sosteniendo un crucifijo.
Un año antes, una de las organizadoras locales, Jorgelina Londero, ha-
bía desafiado al Arzobispado, cuando dejó en varios de los sitios perte-
necientes a la curia local un sobre cerrado que contenía los argumentos
de la campaña “Apostasía colectiva”198, la cual, desde 2007, llamaba a
“desbautizarse” a causa de la posición de la Iglesia sobre diversos te-
mas: “Si estás bautizado -exhortaban -, no importa cuán crítico seas de la
institución católica. La Iglesia en tu nombre condena el aborto, la homo-
sexualidad, boicotea los intentos del Estado por generar una política de
educación sexual, condena y se opone al uso y reparto de anticonceptivos,
a la eutanasia, al divorcio. En nombre tuyo intenta censurar expresiones
artísticas y como si fuera poco, gracias a tenerte entre sus integrantes, se
asegura que el Estado la sostenga y le otorgue privilegios especiales. No
importa que pienses por cuenta propia y tengas otras opiniones: ellos te
usan para apoyar sus intereses”.
En esos días de octubre de 2010, durante las jornadas que se desarrollaron
en las escuelas, las militantes notaron el cambio de estrategia en compara-
ción con otros encuentros. La clave estaba en el papel de la curia local y los
197) A los 13 años, Fernanda Aguirre desapareció el 25 de julio de 2004, en San Benito, municipio situado
a 9 kilómetros de Paraná. Sospechado de haber participado en el secuestro de la adolescente, en agosto
de ese año Miguel Ángel Lencina fue detenido. A los pocos días, apareció ahorcado en la comisaría 5ª de
Paraná. En 2007, Mirta Chávez, esposa de Lencina, fue condenada a 17 años por haber pedido telefónica-
mente 2 mil pesos por el rescate de Aguirre a su familia. En junio de 2014, ante la Asociación de Víctimas
de Violaciones, Nerea Olivera, rescatada de una red de trata, contó que, en San Luis, ayudó a Aguirre
a parir: “Presencié su dolor, estaba en un estado de desnutrición terrible, como la mayoría de nosotras”.
198) Es una campaña nacional que parte de este interrogante: “Si yo no creo en la Iglesia Católica, ¿Por qué
debería someterme a sus estatutos para apostatar?”. Puede verse en detalle en: http://www.apostasia.com.ar/

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pequeños grupos de activistas. Luego de lo ocurrido, Mariana Dada, parte
del colectivo organizador, alcanzó la certeza de que “hay razones para que
la Iglesia no solo actúe contra los encuentros, sino que además hay acuer-
dos con la comisión organizadora que permiten que participen sus mujeres,
quienes están organizadas por los obispos para romper los encuentros na-
cionales de mujeres desde adentro y para que, por ejemplo, el debate por el
aborto no pueda avanzar. En Paraná fue el último encuentro que intervino
la Iglesia fuertemente, aprovechando el conservadurismo de la ciudad. No
sólo se metieron en los talleres, sino que, cuando logramos echarlas, los
hombres de afuera inventaron que les pegamos y se metieron en la escuela.
Todos muy rugbiers, por cierto. Luego de ahí fuimos a la plaza Primero de
Mayo a hacer una asamblea por el derecho al aborto”199.
Esto fue graficado inmejorablemente por Magdalena D’Angelo Rodrí-
guez de Curutchet, habitual ponente en charlas “pro-vida”. Rodríguez de
Curutchet participó de una de las comisiones con el objetivo de hacer “la
guerra al marxismo” y de recuperar los lugares que “antes ocupaba la
Iglesia”. Pero, por sobre todas las cosas, se propuso disputar el terreno a
las militantes: “Lo importante es que, desde ahora, nos pongamos firme-
mente a educarnos, formarnos y ser capaces de hablar como hablan las
feministas, con convencimiento, con soltura, ellas lo hacen porque viven
lo que piensan y nosotros en cambio tenemos la doctrina católica por un
lado y la práctica por otro muy distinto”200.
Aunque se llamó a silencio, ante la trascendencia de las imágenes, Pin-
cemin, parte del Consejo Asesor Científico Nacional de la UCA, fue sa-
cado de la capellanía y puesto como vicario de la Parroquia San Miguel.

Ese legado

En diciembre de 2004, un grupo de personas interrumpió un debate sobre


el proyecto de ley para realizar vasectomías y ligaduras de trompas en los
hospitales públicos de Entre Ríos. “Andate del país, judío, que Argentina
es un país católico”, le gritaron al rabino Daniel Dolinsky, parte del panel.
Luego, lanzaron su marca distintiva: “¡Viva la patria; viva Cristo Rey!”.
En mayo de 2005, Eduardo Furman, presidente de la Delegación de Aso-
ciaciones Israelitas Argentinas de Entre Ríos, recibió un sobre anónimo, en
cuyo interior había una imagen de una calavera cruzada por tibias, una cruz
esvástica en la frente y la leyenda “Viva Cristo Rey”.
199) Mariana Dada, en entrevista con el autor, el 16 de diciembre de 2014.
200) Testimonios del XXV Encuentro Nacional De Mujeres IV. Disponible en: http://www.argentino-
salerta.org/node/1242

100
Siguiéndoles el rastro, Jorge Riani supo que todo conducía hacia El
Madero. El periodista se encontró con que allí se adoctrinaba lo que era
conocido como el Grupo Unidad (GU), compuesto por alrededor de 200
personas de entre 10 y 50 años: “Allí, alejado del ruido de la ciudad, este
grupo despliega sus prácticas de adoctrinamiento, difunde sus efemérides
-en las que no faltan las citas elogiosas a criminales de la última dictadura
militar, entre ellos a Ramón Camps-, y profundizan en autores fuertemen-
te ligados al nazismo, fascismo y franquismo”201.
El eje del GU es el Cuerpo Juvenil de la Fuerza Aérea - Unidad Número
4 de Paraná, atravesado por las enseñanzas de Jordán Bruno Genta, el
camino marcado por Tacuara y la ortodoxia del Seminario de Paraná en
tiempos de Ezcurra Uriburu.
Riani sumó otros aspectos que le dieron la forma final al colectivo que
es conducido por los hermanos Jordán, Carlos y Alberto Abud, Roberto
Leone y Dante Erbetta: “Los sábados por la tarde, suele escucharse en tono
marcial la canción Cara al sol, con las que los falangistas del dictador es-
pañol Francisco Franco iban a la guerra civil. (…) No se trata de una secta
desconocida; estas células funcionan con el conocimiento del Arzobispado
de Paraná. Incluso el arzobispo Mario Maulión nombró como apoderado
legal de la escuela El Madero al sacerdote Alberto González Guerrico”202.
Después, como ya se dijo, ese lugar pasaría a manos de Pincemin.
Creado en 1999 y definido como una escuela católica y pública de gestión
privada, El Madero, ya desde su presentación, estableció cristalinamente su
identidad y su finalidad: el colegio “tiene la misión de no solo mirar el pre-
sente, sino el pasado, ese legado recibido de nuestros padres. Descubrir y
defender nuestras tradiciones argentinas -cuya identidad es greco-romana,
hispánica, católica y mariana- es parte también de nuestra misión”.
Con un evidente parentesco con lo narrado sobre la comunidad de la Fra-
ternidad San Pío X, si se observa con detenimiento su “Declaración de
principios”, se puede comprender cómo funciona:

a.) Una profunda formación espiritual, ya que el espíritu es lo jerárquica-


mente superior en el hombre, y no es posible pretender colaborar en el
crecimiento y la perfección de los niños y jóvenes, sin atender princi-
palmente a sus potencias superiores.
b.) Una sólida formación intelectual, procurando inculcar en los alumnos
el amor a la verdad, ayudándolos a adquirir los hábitos de estudio e
investigación necesarios para la adquisición de la ciencia.
201) Jorge Riani: En nombre de Cristo Rey. Análisis digital, 27 de mayo de 2005. Disponible en: http://
www.analisisdigital.com.ar/noticias.php?ed=661&di=1&no=17791
202) Jorge Riani: ibídem.

101
c.) Una cosmovisión realista que les permita juzgar al mundo que los rodea
para aprovechar lo bueno y rechazar, decididamente, lo que es malo y
compromete su formación y por lo tanto su felicidad. Para ello se edu-
cará el espíritu crítico a fin de que puedan discernir con criterio firme y
claro las realidades temporales. (…)
d.) Una vida de camaradería y amistad que favorezca el crecimiento en
el amor y vaya procurando una verdadera comunidad educativa que
comprenda, además de los alumnos, a los padres, docentes, directivos,
representante legal, personal administrativo y auxiliar.
e.) Una sólida formación de la personalidad mediante el cultivo y temple
de las virtudes humanas, sociales y sobrenaturales y la propuesta de al-
tos y nobles ideales, esperando favorecer así el desarrollo armónico de
la persona en sus aspectos físico, intelectual, moral y sobrenatural.
f.) Un estilo de disciplina y responsabilidad que haga posible un ambiente de
estudio, de respeto y de obediencia. En tal sentido los alumnos serán edu-
cados en el espíritu de la verdadera autoridad, en el convencimiento de que
el recto ejercicio de ella no es un abuso arbitrario, sino un acto de servicio
y de amor para contribuir al perfeccionamiento personal”203.

El Madero tiene su propio himno, escrito por Antonio Caponnetto, direc-


tor de la revista Cabildo y cuñado de la hija de Genta, María Lila204. La pri-
mera estrofa expone hacia dónde se perfila la anterior grilla de principios:
“La Cruz está en nuestro nombre, la fe arraigada en el alba, / porque clarea
la lumbre que nos rescata y nos salva. /Ya la bandera en la cima,/ alta de
amor vuela y late/ son los pliegues de María que nos convoca al combate./
Por la nación que heredamos, por la patriótica grey/por la Verdad Reve-
lada y el honor de Cristo Rey./Por la estirpe hispanocriolla del misionero
soldado/en las sierras o los montes, en Malvinas y Obligado”.
Preconciliares hasta la médula, proyectan el rescate de la tradición como
fundamento de su identidad y de sus fines en tanto institución educativa. Lo
cual es manifestado expresamente cuando explican el motivo por el que el
estandarte de El Madero porta su lema205 en latín: “Porque aunque muchas
veces se la desprecia es la lengua de la Iglesia. El latín está en el corazón
de la tradición hispanocatólica, en la lengua castellana, en el magisterio de
nuestra Santa Madre. En el latín están nuestras raíces”.
El mencionado Jordán Abud, psicólogo, suele publicar sus posturas,
203) La “Declaración de principios” de El Madero se puede leer en: http://colegioelmadero.com/wp/
204) María Lila Genta es la esposa del cardiólogo Mario Caponnetto, quien se formó con su suegro en su
cátedra de filosofía privada. A su vez, realizó un doctorado en la Universidad de Navarra, perteneciente al
Opus Dei. Desde 2010, da clases en la FASTA.
205) El lema dice: “Veritatemquaerere, et diligere et testificart”. Cuyo significado es: “Buscar la verdad,
amar la verdad y testimoniar la verdad”.

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desde hace años, en Cabildo, en donde repasa sistemáticamente cada uno
de los tópicos en los que las plumas integristas ahondaban medio siglo
atrás. Desde allí, elogiando a Meinvielle, Ezcurra Uriburu y Castellani,
lanza sus diatribas contra la democracia, exigiendo “desenmascarar el
sufragio universal y la soberanía popular”, y el relativismo, contra lo que
ya destilaba su enojo el álter ego de Grasset. Abud no se privó de com-
parar el aborto con la Alemania hitleriana: “Si el nazismo fue un horror
y el crimen tiene la definición inamovible de una inmoralidad, entonces
el aborto es un crimen agravado por mil motivos más, con lo cual quien
siquiera dé un parecer positivo de tan abominable delito merece su justo
castigo”206. Autor de “Aproximación a los escrúpulos”, Abud trazó una
comparación entre los militantes de La Cámpora con los de Los Caballe-
ros de Cristo, de los que él reconoció que forma parte: “1) El camporista
se apoya en una base dialéctica, marxista, piquetera; la serenidad y el
orden le resultan insoportables. Crece y se desarrolla sobre el conflicto y
la contradicción. El militante cristiano distingue paz de pacifismo, ama
y anhela la paz, pero sabe que no hay paz sin orden ni justicia. El mili-
tante marxista milita porque busca el desorden, el choque, la oposición.
Todo esto es principio y fundamento del movimiento marxista. El mili-
tante cristiano combate porque añora y ama la paz, la paz verdadera. 2)
La Cámpora trabaja para el orden social marxista, o el desorden social
marxista, es decir su meta es Cuba o Venezuela. Los soldados de Cristo
trabajamos para el Reino, nuestro anhelo es la Cristiandad y al fin de
cuentas el Banquete Celestial. El socialista habla del cielo (si le conviene,
como el saludo cristínico al Papa) para afirmarse en la tierra. El soldado
cristiano trabaja en la tierra para ganarse un lugar en el cielo. 3) El pibe
de La Cámpora cree que hacer política es ganar elecciones esencialmente
fraudulentas, perpetuarse en el poder, manipular al hombre de bien, dis-
poner de fondos. Para el militante cristiano, hacer política es procurar el
bien común natural, y ordenarlo al bien común sobrenatural. 4) Para La
Cámpora, militar es acumular poder, torcer voluntades, manipular deci-
siones, recibir medallas y doctorados. Para el cristiano militar es servir, la
jefatura es servicio, el señorío es humillarse al último lugar para el reco-
nocimiento y al primero para los riesgos y la contienda. Por eso, modelo
de militante marxista es N. K. con fama de cobarde desde la década del
‘70 y repudiado hasta por los mismos montoneros coherentes. Y modelo
de militante cristiano es el Perro Cisneros o el Teniente Estévez, muer-
tos por ocupar libremente el primer lugar en el puesto de combate. 5) El
pragmatismo y el testimonio. El militante marxista cifra su acción en el
206) Jordán Abud: Anales de un gobierno subversivo. Revista Cabildo, 9 de diciembre de 2011. Disponi-
ble en: http://elblogdecabildo.blogspot.com.ar/2011/12/mirando-pasar-los-hechos_09.html

103
pragmatismo como fin último y por eso es maquiavélico. La ideología
debe imponerse, como sea. El militante cristiano sabe que su acción es
esencialmente testimonial, que no se trata de vencer sino al menos de
combatir, que el enemigo no se mide por la cantidad sino por la maldad
que representa y encarna. El camporista dice que hay que llegar al poder
y mantenerse en él, cueste lo que costare. El militante cristiano dice que
hay que salvar el alma, cueste lo que costare. Decía al respecto Santiago
de Estrada: La pureza del caballero es un requisito para participar del
Misterio y su fortaleza es el fruto de tal participación. La Sangre es inelu-
diblemente uno de los elementos que dan testimonio de la Verdad.6) Se
combate por dinero (o algún equivalente) o por amor. El honor de Cristo
Rey no puede tener precio, o en todo caso, el precio es nuestra vida. ¿O
le vamos a dar menos? El militante cristiano debe preguntarse antes de
salir, por qué y por Quién. El camporista se pregunta por cuánto, porque
sus amores tienen precio y condición. La prostitución generalizada en la
que vivimos no se soluciona cerrando solamente los prostíbulos.7) El
camporista cree que militar es sobornar masas, recolectar aplausos y lle-
nar micros, todo en un frenético activismo. El militante cristiano sabe que
en cada amanecer lo espera el combate más duro y el primero que es el
interior. El camporista tiene un insuperable perfil histriónico. Valga como
simple ejemplo el desempeño de la principal camporista: ella. El militan-
te cristiano percibe a cada momento la gravedad del vencerse a sí mismo.
Y por eso entiende la militancia con temor y temblor, porque sabe que
en el silencio, frente a Dios, se libran los combates más duros. 8) Base
social y demagógica o teológica y mistérica. No se es militante porque
despreciables urnas de este sistema perverso unjan al elegido ni porque
el pueblo amorfo, fruto del liberalismo, lo aclame. Se es militante porque
no hay paz sobre la tierra hasta que Cristo reine, se es militante porque al
salir el sol entrarás en un campo de batalla, como decía Marechal; en fin,
se es militante porque como dice la Palabra Divina, milicia es la vida del
hombre sobre la tierra. Para el camporista la militancia viene por unción
popular, para el cristiano por mandato divino. 9) El camporista levanta la
bandera ideologizada de los derechos humanos. Bandera que ha resultado
muy redituable económicamente, un excelente medio para la revolución
cultural y el modo marxista de perpetuarse en el poder. El militante cris-
tiano levanta la bandera de los derechos divinos. Hoy más que nunca,
Dios es el gran ofendido, Nuestro Señor, como otro viernes santo, es el
Gran Ultrajado. Y si bien con un soplo reduciría a polvo a los infames ha
querido necesitar de nuestros brazos para el combate”207.
207) Jordan Abud: Militancias paralelas. Revista Cabildo, 18 de diciembre de 2013. Disponible en: http://
elblogdecabildo.blogspot.com.ar/2013/12/nacionales.html

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Pero el activismo de la derecha católica en Paraná no está sólo en ma-
nos de quienes son adoctrinados en El Madero. Las distintas acciones
de colectivos, por caso, contra el aborto expusieron a otro actor, el cual
se visibilizó en la “Marcha del dolor”. Una de las primeras se realizó en
2007 a partir de la convocatoria del Foro de la Familia, que contó con
un socio que fue ganando notoriedad con el paso del tiempo: el Partido
Popular de la Reconstrucción, representado en la movilización por Raúl
Vergara, alias “El profesor”, y el cardiólogo César Pazo. En aquella
ocasión, la movilización se detuvo frente al Palacio de Justicia, donde
leyeron un documento en rechazo de las interrupciones de los embarazos
previstos por la ley: “Que esta espontánea reunión de entrerrianos sea el
principio de una frase que muchos enarbolan y que nos pertenece: nunca
más funcionarios que hagan que el Estado, que nos representa a todos, se
convierta en un Estado homicida”.
El líder del Foro de la Familia, el médico Carlos Varrone, encabezó, ese
mismo año, una andanada de acciones directas contra el aborto terapéu-
tico realizado a una joven discapacitada, que había quedado embarazada
producto de una violación. A pesar de que el Tribunal Superior de Justicia
de Entre Ríos había dejado sin efecto la medida cautelar que lo impedía,
los médicos decidieron no practicar el aborto. Varrone sostuvo que de
esa manera los jueces “están diciendo: pueden matar al chico y la justicia
no interviene porque el Código Penal dice que no es punible”. Otro caso
se dio en agosto de 2011, cuando César Pazo arremetió violentamente,
en el Hospital San Martín, contra los médicos que iban a practicar un
aborto bajo la recomendación del equipo interdisciplinario consultado.
Una semana después de haber parido fuera de Paraná, la joven sufrió un
accidente cerebro-vascular, por el que perdió el movimiento del brazo y
de la pierna izquierda, la deglución y el habla.
Las diferentes intervenciones en el espacio público permitieron notar
cómo fue evolucionando la presencia del PPR, fundado en 1996 por Enri-
que Graci Susini y Francisco Bosch, con el explícito objetivo de restaurar
los valores de la tradición. El PPR fue inspirado por Mohamed Alí Seinel-
dín208, quien en ese momento se encontraba en prisión. A pesar de que lan-
zó su candidatura presidencial con vistas a las elecciones de 1999, no pudo
concretarse. Posteriormente, secundado por Martha Seineldín, hija del mi-
litar, el liderazgo quedó en manos del mayor retirado y ex carapintada Gus-
tavo Breide Obeid, quien se reconoce como un fiel discípulo de aquél.
La plataforma del PPR209 consiste en una serie de documentos cuya
208) Por su participación en el levantamiento de diciembre de 1990, fue condenado a cadena perpetua. En
2003, el presidente Eduardo Duhalde firmó su indulto.
209) Aunque en 2001, presentaron candidatos en la provincia de Buenos Aires y en Entre Ríos, según la

105
autoría pertenece a Seineldín. En ella, no ocultan que su objetivo es reim-
plantar la doctrina social de la Iglesia en los términos previos al Concilio
Vaticano II, por lo cual lejos está de sorprender que, bajo la idea de “sal-
var la patria contra la globalización y el Nuevo Orden Mundial”, aludan
directamente a la añeja propuesta del integrismo católico y, al igual que
la Fundación Civilidad, defiendan a ultranza su particular federalismo, el
cual se apoya siempre sobre la misma base: “Las sociedades intermedias
como agrupaciones destinadas a satisfacer las necesidades, intereses y
aspiraciones legítimas del hombre y la consecución y defensa de deter-
minados bienes. Entre otras entidades fundadas en el principio de la libre
asociación, se destacan el municipio, la organización profesional, la em-
presa, las asociaciones vecinales, los clubes, la escuela, la universidad y
la organización sindical única, que responde a la tradición y a la naturale-
za socio-política nacional”210.
En Entre Ríos, sin un peso electoral significativo, llevaron, en 2007,
a Fernando Breide Obeid como candidato a gobernador, con el médico
Pazo y Ricardo Andrilli en la lista de senadores. Lo cierto es que su valor
real reside en la consolidación de un núcleo de activistas reducido, pero
con capacidad de movilización, sin soslayar su estrecho vínculo con el
Arzobispado de Paraná.
En 2010, uno de sus principales operadores cayó en desgracia. Entre
las 32 personas de Entre Ríos que aparecieron en la lista desclasificada
del Batallón 601 se encontraba el mencionado Andrilli, quien tenía como
lugar de operaciones la Facultad de Ciencias de la Educación, donde era
profesor de Historia. A su vez, distintas versiones dieron cuenta de que
Andrilli reclutaba jóvenes para enrolarlos en grupos católicos ortodoxos.
En el momento en que se dio a conocer el nombre de los agentes do-
bles211, seguía dando clases.
En este contexto, se puede comprender la escalada de expresiones an-
tisemitas tanto en la capital provincial como en sus alrededores. A modo
de ejemplo, vale repasar algunos casos:
-Julio de 2009: en Paraná, las columnas del anfiteatro municipal Héctor
Santángelo, a metros del Arzobispado, fueron pintadas con esvásticas y

Cámara Nacional Electoral, en 2014, sólo estaban en condiciones de participar en las elecciones de Chaco.
210) Mohamed Alí Seineldín: Bases para un proyecto nacional.
211) Entre los civiles que hacían inteligencia en Paraná, aparte de Ricardo Andrilli, figuran: Julián Andrés
Julián, Ernesto Arcoba, Guillermo Arias, Florencio Arteaga, Sergio Avellaneda, Rubén Bello, Rodolfo Moli-
na Berdera, Miguel Berlo, Reinaldo Bonfils, Domingo Calabrese, Daniel Clariá, Arturo Chiyah, Víctor Fon-
tana, Carlos Fusse, José Luis Godoy, Mario Alberto Godoy, Luis Leites, Lidia Leiva de Quinodoz, Alberto
Martínez, Juvenal Meza, Pedro Michou, Amtenor Muller, Oscar Robaina, Hugo Roldán, Enrique Savat,
Raúl Schiascia, Juan José Scuderi, José Carlos Tejada, Víctor Terenzano, Aníbal Torres y Daniel Vuconich.

106
frases que se utilizaban como saludos nazis. Por ejemplo, “Sieg Heil”212.
-Septiembre de 2011: en Concordia, una ex empleada municipal de-
nunció al cura sanador Oscar Belli porque en su homilía resaltó que “los
judíos no reconocieron a Jesús como el Mesías”. A lo que añadió que
luego “fue enfatizando su discurso hasta decir que los judíos son todos
mentirosos”213.
- Abril de 2012: aparecen volantes de un grupo fascista en varias escue-
las de la capital entrerriana, en la Facultad de Ciencias de la Educación y
en la UCA. Eran firmados por la Vanguardia Estudiantil Nacionalista. Ya
el 24 de marzo, mientras se conmemoraba el Día de la Memoria, habían
aparecido pintadas con la inscripción “24 de marzo Día de la Venganza
Antiterrorista”.
-Abril de 2013: en General Campos, a 200 kilómetros de la capital, se
emitieron boletas de tasas municipales con un mensaje en mayúscula:
“HAGA PATRIA MATE UN JUDIO! GRAL CAMPOS CAMINO AL
CENTENARIO PUM!!! RAF”.
-Junio de 2013: en Santa Elena, fueron dibujadas cruces esvásticas en el
auto del periodista Carlos Furman.
-Julio de 2013: en Villa Clara, una sinagoga amaneció pintada con cru-
ces esvásticas.
- Noviembre de 2013: aparece un grafiti de contenido antisemita sobre
una vivienda de Paraná.

Faltas graves

En de septiembre de 2012, se filtró el motivo de una tensa reunión entre


el cardenal Estanislao Karlic, el arzobispo Juan Alberto Puíggari y un
grupo de ex seminaristas. El semanario Análisis tituló: “La historia del
cura que abusó de al menos 50 chicos en el Seminario de Paraná, que
nunca fue denunciado por la Iglesia y sigue en funciones en otra provin-
cia”. Se trataba del sacerdote Justo José Ilarraz.
De inmediato, el mismo día, como un boxeador groggy, el Arzobispado
de Paraná intentó alzar la guardia emitiendo un comunicado de seis puntos:
“1.- Las últimas noticias periodísticas reavivan nuestra profunda vergüen-
za e inmenso dolor por faltas gravísimas cometidas por uno de quienes
deben servir a la vida moral del pueblo, con su ejemplo y enseñanza. Esto
nos interpela para que nuestro compromiso con la Verdad y el Bien sea
212) Era el saludo utilizado por el nazismo en las manifestaciones públicas. Actualmente, suele ser usado
por las agrupaciones de extrema derecha. En alemán, significa: “Eterna victoria”.
213) Un sacerdote que no busca la Concordia. Página 12, 11 de octubre de 2011.

107
cada vez más auténtico y eficaz (…) 3.- Que cuando por primera vez se
conocieron los hechos se realizaron todas las medidas tendientes al escla-
recimiento de la verdad, siempre preservando el derecho a la intimidad y
el debido proceso, y conforme a nuestro conocimiento sobre la legislación
entonces vigente (...) 6.- La Iglesia que quiere siempre proceder según el
evangelio y la justicia, pide al Señor plena fidelidad a su voluntad”. El
caso se nacionalizó. Uno de los primeros en respaldar a Karlic y Puíggari
fue el entonces arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Bergoglio,
quien reafirmó la postura de que se trataba de “faltas gravísimas”.
Los popes de la curia paranaense estimaron que con el consabido her-
metismo eclesiástico las aguas se calmarían. Pero no fue así. Con certeza,
Karlic tomó dimensión de los abusos en 1995, cuando encabezó el juicio
diocesano, para lo cual elaboró un decreto que a la postre se convertiría
en un elemento imprescindible, porque permitió conocer que, entre los
que lo supieron desde un primer momento, también se encontraba Puíg-
gari. En él, pedía: “Encomendar al Pbro. Silvio José Fariña214 que realice
dicha investigación tomando declaración a las personas que puedan in-
formar algo al respecto como notario-actuaria a estos efectos por Pbro.
Alfonso Frank o Pbro. Juan Alberto Puygari (sic)”.
Durante la década del ‘80, Ilarraz215 fue secretario personal y chofer de
Karlic, quien, en 1985, lo ubicó como prefecto de disciplina en el Semina-
rio Menor. Allí tuvo un contacto directo con chicos que estaban ingresando
en la adolescencia. Una de las víctimas relató detalladamente cómo era
su modus operandi, situando el aspecto socioeconómico como un anzuelo
vital: “Lo primero que él hacía era visitar las casas de los posibles candi-
datos al Seminario. Visitaba a todos los chicos que estábamos en séptimo
grado. Ahí empezaba a conocer a las familias. Cuando ingresábamos al
Seminario, seleccionaba las casas con las que seguía manteniendo contac-
to. Había familias que no visitaba nunca más y familias que visitaba muy
seguido. Las visitaba muy seguido porque ya había puesto el ojo en esos
chicos. Eran familias en situación de vulnerabilidad, muy religiosas o hasta
de padres violentos. Se presentaba ante los chicos como un papá y frente
a los padres casi como un dios. Después de eso se hacía muy amigo de los
chicos con los que quería tener algo. Se sentaba en todas las camas, pero
214) Se trató de un decreto interno en el que ordena llevar adelante un sumario diocesano. En él, Karlic
encomendó al abogado sacerdote Silvio Fariña Vaccarezza, ahora párroco de la Iglesia Catedral, “la rea-
lización de una investigación cautelosa” sobre Ilarraz a partir de las sospechas de que hubiese cometido
“delitos graves” mientras integró el equipo de superiores del Seminario Arquidiocesano. El 24 de julio
de 1995, Karlic designó al sacerdote Luis Zanitti promotor de justicia y le asignó la tarea de revisar lo
hecho por Fariña Vaccarezza en el caso Ilarraz. Cinco días después, Zanitti informó a Karlic que se había
actuado bajo normas, y recomendó elevar todo a Roma.
215) Distintos testimonios señalaron que Ilarraz habría sido abusado en el Centro Mariápolis en la década
del ‘70.

108
en algunas se demoraba mucho más tiempo. Allí, hacía sus primeros acer-
camientos, con ciertos toques, besos, abrazos en altas horas de las noches.
Incluso, en algunas de las camas se quedaba a dormir un rato. Aducía que
el chico extrañaba, entonces quería brindarle protección. El segundo paso
que daba era invitar a los chicos a su habitación. Una vez que accedías a
ese lugar, empezabas a recibir muchos premios. En ese momento, fines de
los ‘80, principios de los ‘90, estábamos en plena crisis. La comida del Se-
minario no era muy variada, por lo que los que accedían a estar con Ilarraz
tenían de todo. Desde dulces hasta gaseosas, salame y queso. Más allá de
eso, había un montón de privilegios, como podía ser comprar zapatillas
caras, relojes y ropa. En ese momento, el chico estaba captado del todo”216.
Otra de las formas que Ilarraz utilizaba para quedar a solas con los jóvenes
era la constante organización de viajes a diferentes puntos del país o hasta
del exterior, como por ejemplo Perú, España e Italia. A su vez, el cura no
dejaba ningún cabo suelto, por lo que cuando los seminaristas iban de visita
a sus hogares no era extraño que lo encontrasen charlando con sus padres:
“Cuando te ibas a tu pueblo, te encontrabas a Ilarraz cenando con tu familia.
El se anticipaba a todos esos movimientos. Lo hacía para que su palabra fuera
indiscutible en el seno familiar. Obviamente que lo lograba. En la casa de uno
elogiaban cuán bueno era el padre, hasta el punto de que había fotos de él en
la mesita de luz de nuestros padres. Muchas de nuestras madres rezaban a la
imagen de la Virgen, la imagen del Papa y al lado la imagen del cura Ilarraz.
Ante todo eso, te inhibías, no podías mencionarlo”217.
Bien al estilo de los tiempos de Ezcurra Uriburu, el fútbol era utilizado
como filtro. Mientras que en la década del ‘60 era para combatir la homo-
sexualidad, medio cuarto de siglo después Ilarraz lo usaba para marcar
diferencias, armando “su equipo con sus amiguitos, idolatrándolos. Y los
que no formaban parte de su equipo de amigos, los abusados, eran unos
pataduras y les ponía sobrenombres”218.
En “Abusos y pecados”, Daniel Enz reveló que uno de los que enfrentó
a Ilarraz fue el cura Emilio Senger, quien puso al tanto a Puíggari, pero
el entonces prefecto del Seminario Mayor le recriminó el hecho de dar
crédito a esas denuncias. El periodista contó que, a principios de los ‘90,
Puíggari le pidió a una prima que haga un psicodiagnóstico a los semina-
ristas, porque “quería saber quiénes habían sido los abusados por Ilarraz
(además de los que conocía) y quiénes participaban de los juegos sexua-
les del cura”219. En 1993, una de las víctimas fue llevada al Palacio del
216) Víctima, en entrevista con el autor, 31 de julio de 2014.
217) Ibídem.
218) Ibídem.
219) Daniel Enz: op.cit. p. 163.

109
Parque Urquiza y relató a Karlic los vejámenes. “Le quiero agradecer esto
que hizo, porque de esta manera ayuda a la Iglesia. Poné todo en manos
de Dios y rezá mucho”220, concluyó el actual cardenal emérito, quien casi
de inmediato envió a su secretario personal a Roma, para que estudiase
la Licenciatura en Misionología en la Pontificia Universidad Urbaniana.
Dos años después, firmaría el decreto por el que inició el juicio diocesa-
no. En él, Karlic ordenó que se lleve a cabo “con el mayor sigilo, una vez
terminada y resuelto cómo actuar, según prescribe el c. 1718, se guarde
en el archivo secreto de la curia”. Así fue.
Los seminaristas abusados desfilaron por la residencia del Arzobispado
de Paraná, para contar lo que padecieron. Culminadas las entrevistas, se
redactó un informe final que, en lugar de ser el paso inicial para llevar
el caso a la justicia ordinaria, fue enviado al Vicariato de Roma y guar-
dado en su archivo. “Además de cautela -explicó el periodista local Ri-
cardo Leguizamón-, Karlic pidió silencio: las víctimas hicieron un doble
juramento, decir la verdad y no comentar nada de los hechos fuera del
ámbito de la Iglesia. Otra vez la política de Karlic, evitar el escándalo.
Sólo que ahora estaba frente a un delito. Nadie denunció a Ilarraz, ningún
juez actuó, las víctimas no fueron acompañadas ni contenidas y no hubo
intervención del Tribunal Eclesiástico: Ilarraz sólo recibió una sanción
simbólica. Lo mandaron al destierro, pero siguió siendo cura”221.
A contramarcha de la alta desaprobación de la clase política, la dura
realidad de un país resquebrajado y con crecientes niveles de desempleo,
eran momentos de ascenso y notoriedad nacional para Karlic, que, en
noviembre de 1996, fue elegido presidente del Episcopado, en reemplazo
de Antonio Quarracino. Su primer documento al frente de la Iglesia ar-
gentina narró una realidad compleja, por lo que pidió “un examen de con-
ciencia”: “Nos abruman las noticias de estos últimos tiempos mostrando
al país herido por el escándalo que alcanza a todos los estamentos de la
sociedad, con distinta y mayor responsabilidad en quienes más tienen,
más pueden, más saben, o ejercen alguna forma de autoridad familiar,
empresarial, política, o religiosa. Esto suscita en el pueblo actitudes de
descreimiento, falta de confianza y ruptura de los lazos de convivencia
familiar y social. Queremos señalar con preocupación la impotencia y el
dolor de quienes ven comprometida su fuente de trabajo y su participa-
ción en una más equitativa distribución de la riqueza, tan necesaria para
el desarrollo integral del hombre y el bien común de la sociedad”.
Su alto perfil político se percibió con claridad cuando, en 1999, convocó a
los candidatos presidenciales para que expongan sobre la familia, los valores,
220) Daniel Enz: op. cit. p. 162.
221) Ricardo Leguizamón, entrevista con el autor, 20 de junio de 2014.

110
la demografía, la vida por nacer y el aborto, la bioética y la muerte. Luego de
considerar “inconsulta, promovida seguramente por presiones indebidas”, la
decisión de suprimir la religión de los planes escolares por parte del gobierno
de Catamarca, su exposición pública creció exponencialmente durante la crisis
de 2001, tras la renuncia y fuga aérea de Fernando de la Rúa, momento en que
reclamó “salvar a la Nación, una obra realizada a lo largo de los años con la
protección de Dios y con las manos, la inteligencia y el amor de generaciones”.

Crímenes graves

Silenciosamente, Justo José Ilarraz regresó al país en 1997. A pedido


de Karlic y bajo la excusa de querer conocer cuánto lo había afectado la
muerte de su padre Ángel Ilarraz, durante su estadía en el Vaticano le
realizaron una pericia psicológica, que estuvo a cargo de Francesco Rai-
mondo. El especialista en clínica mental nerviosa y mental criminológica,
lo autorizó a que continuase con el sacerdocio. La sanción que pesó sobre
Ilarraz giró en torno de la prohibición de su ingreso a la Arquidiócesis de
Paraná222 y de cualquier tipo de contacto con seminaristas. Sin embargo,
en el 2000 fue enviado a Tucumán, donde primero pasó por la Capilla de
la Divina Misericordia y, luego, en 2004, se convirtió en el sacerdote de
la parroquia del barrio Ñuñorco en Monteros, ciudad situada a 50 kilóme-
tros de San Miguel de Tucumán.
En 2003, Juan Pablo II aceptó la renuncia de Karlic, cuyo lugar sería ocu-
pado por el santafesino Mario Maulión. Ese mismo año, Puíggari223 fue de-
signado obispo de Mar del Plata. Según las propias víctimas, antes de que
el caso se conociese, Maulión fue el único que “mostró cierta apertura y en

222) Sin embargo, el propio Ilarraz, en su segunda declaración ante la jueza Paola Firpo, admitió que desde
el año 2000 visitó en varias oportunidades Paraná. Exponiendo aún más a Karlic, contó que se reunió con
“Alcides Papaleo, vicepresidente de Patronato, fui al estadio me reuní en el mismo con el técnico Tempesta
y Martín de León que yo conocí (desde la cuarta que jugaba), él me vino a saludar. Además cuando vine a
cambiar el auto viejo que tenía y mis hermanos me compraron uno nuevo, fui al Registro Civil, cambié el
domicilio que tenía en Monteros, registré mi firma con la dirección de Paraná, lo mismo el auto se compró
con mi firma, que están los registros en donde hice todos los trámites para el auto. Vine a ver a mi madre
muchas veces, inclusive recuerdo que de Concepción me acompañaron una vez Patricia Lescano con su
papá ya que íbamos hacia Buenos Aires, e hicimos una parada a ver a mi madre. Nunca hice una presencia
escondida”. A lo que sumó que, entre 2008 y 2009, fue visitado por el actual vicario general de la curia en-
trerriana, Eduardo Tánger, quien, según Ilarraz, viajó hacia Monteros acompañado por seminaristas.
223) Puíggari reemplazó a José María Arancedo, quien asumió como arzobispo de Santa Fe a causa de la
renuncia de Edgardo Storni, acusado de abusos sexuales y malversación de fondos. Cuando Puíggari llegó
a Mar del Plata, fue abordado por padres que denunciaban que sus hijos habían sido víctimas de pederastia
en el colegio Nuestra Señora del Camino, dependiente del Obispado marplatense. Según los padres, que
cuestionaban al actual presidente del Episcopado por “minimizar” sus denuncias, Puíggari no se movió
un ápice de lo hecho por su antecesor.

111
algún momento nos recibió. Ahí nos dijo que ni Karlic ni Puíggari le habían
comentado nada al respecto. Después se mantuvo el hermetismo”224.
En 2007, Karlic obtuvo su tan preciado acceso al purpurado, al ser con-
sagrado cardenal emérito por el papa Benedicto XVI. Tres años después,
un grupo de curas encabezados por Leandro Tovar entregó un escrito a
Maulión, en el que le reclamaban que tome cartas en el asunto y denuncie
ante la justicia los abusos de Ilarraz. Pero en octubre de ese 2010, Mau-
lión, que había cumplido 75 años, se jubiló. Meses después, en marzo de
2011, asumió como arzobispo Juan Alberto Puíggari.
Considerado opuesto a Karlic en sus modos y, también, en su forma-
ción, en unas de sus primeras palabras, el nuevo arzobispo de Paraná
elogió a Tortolo, a quien consideró “un hombre muy de Dios”. ATE Entre
Ríos, HIJOS Paraná y otros organismos de derechos humanos le salieron
al cruce: “Usted no puede desconocer los hechos sin incurrir en un apoyo
a los desaparecedores”.
Por esa declaración inicial no sorprende que la propia página de Internet
del Arzobispado de Paraná buscase exculpar al ex titular del Vicariato Cas-
trense, tratando de imponer su versión de la historia: “Tenía influencia y
prestigio en las Fuerzas Armadas, y los empleó, mitigando excesos, curan-
do heridas, orientando como Pastor. Por esto no siempre fue bien compren-
dido, incluso fue atacado. Los que lo conocieron bien de cerca saben que
hizo lo humanamente posible, y tal vez un poco más. La síntesis de la vida
de Mons. Tortolo fue escrita nada menos que por Juan Pablo II quien, al
enviarle una carta con motivo de sus bodas de oro sacerdotales, le dijo: ‘En
realidad, las muchas obras realizadas que sería largo enumerar, donde quie-
ra hayas ejercido el ministerio, ¿qué muestran sino que tú has sido “varón
de Dios”, “hombre de la Iglesia”, por la santidad de tu vida, la experiencia
pastoral, el sentido eclesial, insigne por tus dotes y celo apostólico, preocu-
pado por las necesidades del Pueblo de Dios, por la formación del clero,
por el progreso en los estudios, del régimen del Seminario Mayor y Menor,
del apostolado de los laicos y del incremento de las escuelas católicas?’”225.
Nacido en Buenos Aires el 21 de noviembre de 1949, Puíggari como
tantos otros siguió a Tortolo hasta Paraná, donde fue ordenado el 13 de
noviembre de 1976. Igual camino había hecho su amigo Hernán Quijano
Guesalaga, quien en 1984 se convirtió en el jefe de la División Capellanía
de la Policía de Entre Ríos. Caracterizado como un religioso intramu-
ros, en las antípodas de los carismáticos, siempre se supo su filiación
224) Víctima, en entrevista con el autor, 31 de julio de 2014.
225) La descripción sobre Adolfo Servando Tortolo que hace el Arzobispado de Paraná está disponible
en: http://www.arzparan.org.ar/web/index.php?option=com_content&view=article&id=24:monsenor-
adolfo-servando-tortolo&catid=10:galeria-de-obispos

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con el presbítero Luis María Etcheverry Boneo, su tío, cuyo proceso de
canonización se inició en 1997. Durante los tiempos como seminarista,
era conocida su simpatía -al igual que la mayoría del grupo de Ezcurra
Uriburu- por el capellán del Ejército, Jerónimo Fernández Rizzo, quien
siempre llevaba prenda militar. Varias décadas después, ya como cape-
llán de Gendarmería en Campo de Mayo, Fernández Rizzo226 acompaña-
ría la sublevación de esa fuerza, sugiriendo que “la Argentina tiene que
perder el miedo, saber disentir y saber respetar”.
El 20 de febrero de 1998, Juan Pablo II nombró a Puíggari obispo titular
de Turuzi y auxiliar de Paraná. Ese mismo año recibió la consagración
episcopal en la Catedral de Paraná, en donde permaneció hasta que se hizo
cargo del Obispado de Mar del Plata. Allí, fue uno de los primeros en cele-
brar misa por el fundador del Opus Dei, ahora convertido en San Josemaría.
Su nombramiento en la capital de Entre Ríos sorprendió, debido a que se
alteraba una tradición de décadas, la cual se apoyaba en que los obispos
elegidos no estaban formados en las arquidiócesis de destino.
En lo que respecta al caso Ilarraz, Puíggari mantuvo a rajatabla el silen-
cio que caracterizó a sus antecesores. Varias de las víctimas intentaron sin
éxito dialogar con él para que Ilarraz no pueda dar misa. Pero chocaron con
la indiferencia de la jerarquía eclesiástica. Cuando se reunieron con Karlic
y Puíggari, en septiembre de 2012, les dieron un ultimátum. La filtración
del caso dado a conocer por Análisis llevó a que el procurador general de
Entre Ríos, Jorge García, abriese, de oficio, una investigación judicial, que,
posteriormente, quedó en manos del juez de Instrucción Alejandro Grippo.
El expediente Nº 52.886/2, caratulado “Ilarraz Justo José s/Promoción a
la corrupción de menores agravada”, reunió el testimonio de siete víctimas,
a pesar de que, como mínimo, serían medio centenar. El primer cura en
declarar fue Tovar, quien, fuera de Tribunales, ante la prensa, aseveró que
“Ilarraz abusó indiscriminadamente y con total impunidad de un montón
de gurises que se lo habían encomendado sus familias humildes, sencillas
y de mucha fe, para la formación y la educación religiosa. Amparándose
en la Iglesia, en la confianza de los padres y de estos niños y adolescentes,
abusó terriblemente de ellos. Tenemos que seguir rezando y pidiendo por
justicia, porque sería muy triste que esta causa decaiga”. Antes de que el
caso fuese congelado por medio de estratagemas judiciales, similar postura
expresaron los sacerdotes José Dumoulín y José Carlos Wendler.
En octubre de ese año, pasó inadvertido el fallecimiento del cura francés
Jorge Grasset. A causa de diferentes afecciones, fundamentalmente la car-
226) Fue despedido el 8 de octubre de su cargo por haber ofrecido misa a los gendarmes que permanecen
en el edificio Centinela en protesta por mejoras salariales. La decisión fue tomada por el Obispado Cas-
trense a través del decreto 100/12.

113
díaca, a las que se sumaron problemas en la cadera, había quedado prác-
ticamente postrado. Durante ocho meses, permaneció en Paraná, bajo el
cuidado de las Siervas de la Divina Providencia de Don Uva, cuyas monjas
vieron cómo su carácter “rígido y distante” fue mutando hasta “convertirse
casi en un niño”. Murió, el 2 de octubre de 2012, a los 89 años. Con la ma-
yor discreción, fue sepultado en el cementerio del Seminario Arquidioce-
sano de esa ciudad. No faltó la necrológica en La Nación por parte de un ex
Tacuara y ex integrante del Batallón 601: “Su camarada y amigo, Freddy
Zarattini, despide igual que siempre con un abrazo en lo alto y una marcha
como oración al soldado de Cristo y custodio de la fe”. Lo mismo hicieron
los Cooperadores Parroquiales de Cristo Rey en su boletín: “Apóstol del
Reinado social de Jesucristo, antiguo conocido de nuestro Padre Fundador
y constante amigo de nuestra Comunidad. El Padre escribió en una nota de
condolencias estas palabras: «¡Cuántos hermosos recuerdos compartidos
con él durante tantos años! ¡Cuántas almas santificadas en los Ejercicios
Ignacianos, por él sabiamente dirigidos! «In memoria aeternaeritiustus, ab
auditione mala non timebit» (Sal 111)”227.
Recién en diciembre, Puíggari rompió el silencio con un nuevo comuni-
cado, esta vez por las celebraciones de fin de año: “Una vez más -dijo en el
párrafo final- hago expreso que mi deseo y preocupación, es acompañar con
actitud respetuosa a todas las personas sufrientes por los hechos denunciados
y reitero mi disposición al dialogo personal con cada una de ellas”. Pero las
víctimas seguían denunciando que el arzobispo les daba la espalda.
Los abogados del cura, Jorge Muñoz y Juan Ángel Fornerón, se aferraron
a la idea de que los delitos que se le imputaron estaban prescriptos. Al prin-
cipio, la defensa de Ilarraz chocó con la postura contraria del juez Grippo,
que en una resolución, firmada el 29 de abril de 2013, rechazó esa vía,
porque era “apresurado” definir la prescripción cuando todavía no se había
establecido la magnitud de los hechos que tienen que ver con la integridad
sexual de menores y la violación de garantías constitucionales amparadas
por pactos internacionales. Pero Fornerón y Muñoz hallaron buena recep-
ción en la Sala Primera de la Cámara del Crimen de Paraná, integrada por
Miguel Ángel Giorgio, José María Chémez y Hugo Daniel Perotti, quienes,
en agosto, consideraron que corría la prescripción.
Puíggari esperó hasta noviembre de 2013 para hablar ante la prensa. En-
tre otras cosas, sin tener en cuenta que por una resolución judicial Ilarraz
no podía salir del país, expresó que se encontraba en Roma, a lo que aña-
dió que “su situación está en manos de la Justicia y del papa Francisco”.
Como si fuese poco, el arzobispo dio una frágil explicación sobre por qué
227) La necrológica de los Cooperadores Parroquiales de Cristo Rey sobre Jorge Grasset está disponible
en: http://elcamino.cristorey.org/PDF/N%C2%BA%2091%20-%20octubre%20de%202012.pdf.

114
motivos no aceptaba declarar ante la justicia: “No es que puse condiciones,
sino que en ese momento se había mediatizado todo, se hablaba de muchas
cosas que estaban reservadas, informes de menores y los mismos abogados
de ellos me pedían que no diera datos. Entonces estaba esperando que se
serenara todo eso para declarar, precisamente para que al día siguiente no
saliera a los medios y se violara la intimidad de los menores”.
Pocos días después, Perfil publicó la única entrevista que dio Ilarraz en
todo este tiempo. Estas son las cuatro respuestas del cura en las que no
sólo se animó a trazar una caracterización de la personalidad de un pe-
derasta, sino que también omitió cualquier referencia a la investigación
realizada por Karlic dos décadas atrás:
“-¿Se siente responsable de algo?
-Es tremendo lo que armaron estos tipos. Desde que el seminario era
un campo de concentración, que comían comida en mal estado, que no
tenían libertad, que había todo tipo de práctica personal y comunitaria de
abusos repetidos y corrupción a cielo abierto. Es impensable que alguien
pueda creer en algo de todo esto, y que haya habido tanta impunidad. Fui
reconocido y apreciado por muchísimos seminaristas en los años vividos
en el seminario como en los posteriores a mi partida del mismo. El perfil
de un pedófilo, dice la ciencia, se lo reconoce en sus hechos y perdura en
el tiempo. O sea, no se cura.
-¿Qué piensa del abuso sexual a menores en manos de un sacerdote?
-Cualquier tipo de abuso es una aberración. Pero mucho más cuando
hablamos de menores y más aún cuando nos referimos a un educador o
a un religioso. Ninguno, en sus cabales normales, podrá decir una cosa
contraria. Es un delito aberrante.
-¿Los seminaristas, cuando estaban bajo su supervisión, acostum-
braban ingresar a su cuarto?
-Todos los sacerdotes del seminario teníamos dos habitaciones, un es-
critorio y un dormitorio. Eso quedó muy claro en el testimonio de todos
los que pasaron. O sea que el sitio adonde ellos iban era al escritorio don-
de se hacían reuniones organizativas, lugar donde encontraban al sacer-
dote para cualquier tipo de consulta. Los denunciantes sitúan tanto este
espacio como los dormitorios donde dormían los cincuenta seminaristas
y también la batería de baños al final del pabellón. Hasta dijeron que me
paseaba desnudo por dichos pabellones comunitarios. En el expediente
quedó claro que ninguno de los treinta testigos me vio ni desnudo, ni en
ropa interior, ni en ninguna situación extraña. Es una falacia decir todo
esto y así querer crear la imagen de un monstruo, de un enfermo, que
esperaba “los últimos cuatro o cinco que salían de la ducha para secarlos
con la toallita”, como diría un denunciante.

115
-¿Es culpable o inocente?
-Me dijo una señora el año pasado: “Padre, usted no tiene que defen-
der su inocencia. Son sus obras y sus años de servicio sacerdotal que
atestiguan por usted”. Esta frase me llenó de consuelo y fortaleza. Me
conocen hace casi 20 años por esta provincia, siempre cercano a la gente.
Pero para que quede muy claro: soy inocente. Además desde el principio
mis abogados se encargaron de repetirlo desde el primer momento. Ni la
justicia ha tenido pruebas para incriminarme; ni siquiera los casi treinta
testigos que pasaron por el juzgado dijeron algo desfavorable. Por donde
me muevo la gente me saluda, me abraza y comparte mi dolor”228.
En el mismo momento en que la causa se estancaba, hacía su presen-
tación el Frente Renovador de Unión por Entre Ríos. Conducido en la
provincia por el ex gobernador Jorge Busti, se sumaba, de esta manera, a
la nueva fuerza liderada por Sergio Massa, que acababa de vencer, en la
provincia de Buenos Aires, al Frente para la Victoria. Del acto fundacio-
nal, participó, en nombre del PPR, “El profesor” Vergara. Meses antes,
Vergara había demostrado cuál era su capital político, cuando organizó
una reunión entre Busti, su esposa y diputada nacional, Cristina Cremer,
y el arzobispo Puíggari, que en 2011 había hecho públicas sus preferen-
cias políticas al bendecir a la facción local del partido carapintada. Luego
del encuentro, Busti comentó que “dialogamos sobre la visión que cada
uno de nosotros tiene de la realidad provincial y nacional y le contamos
que estamos llevando adelante una alternativa democrática que es Unión
por Entre Ríos y que ha atendido al llamado de los entrerrianos de juntar-
nos para defender los intereses de todos”.
En sus apariciones públicas, al presentar su plan en caso de convertirse
en intendente de Paraná, Vergara fue recorriendo todos los lugares comu-
nes de la propuesta política del integrismo versión siglo XXI. Solicitan-
do una reforma constitucional, se refirió, como era previsible, al tipo de
federalismo que proponen, sobre la base de la autonomía municipal229,
sin que llame la atención su marcada similitud con el discurso de Pablo
María Garat. También echó mano al medieval juicio de residencia a los
dirigentes políticos230, con la finalidad de aplicarles un castigo a aquellos
228) Nadia Galán: Cura acusado de pedofilia: “Es un delito aberrante”. Perfil, 7 de diciembre de 2013.
229) Para Vergara, “el municipio es una comunidad sociopolítica natural y esencial con vida urbana propia
e intereses específicos, unida por lasos de vecindad y arraigo territorial en busca del bien común. Para
contribuir como paranaenses a la grandeza de la Patria, debemos primero, rediseñar un municipio afianzado
en su autonomía, con verdadera representatividad en nuestra comuna, que junto al resto de los municipios
entrerrianos harán una provincia fuerte, y esta a su vez, aportará su cuota a la Grandeza de la Patria”.
230) El juicio de residencia era implementado por los reyes católicos, por eso mismo el propio Jorge
Grasset lo proponía y explicaba en su libro “La vía muerta” luego de enumerar las condiciones que de-
bían cumplir quienes querían ejercer la función pública: “Esta exigencia de riguroso cumplimiento del
servicio público incluye de por sí la automática obligación de pasar a juicio ante el Supremo Tribunal Po-

116
que no cumplan un buen desempeño en sus funciones. Según el propio
Vergara, Massa tomó esta idea y la incorporó a su agenda de prioridades
en el caso de ser presidente. Como si faltase alguna aclaración sobre
cuál es el horizonte político del PPR en esta alianza, presentó, durante el
Congreso Nacional de la Juventud del Frente Renovador, en Alta Gracia,
Córdoba, un proyecto descabellado para solucionar lo que llamó “el pro-
blema ideológico”: “Entregamos una carpeta con Medidas Políticas (sic)
propuestas por nuestro Equipo Técnico (sic), para complementar las ideas
de Sergio Massa y su equipo. Lo hemos expresado en nuestro Proyecto
Municipal, múltiples herramientas se deberán instrumentar para erradicar
el delito, descentralización política y administrativa federalizando el es-
tado y reconociendo los derechos naturales de los vecinos, tecnologías,
plan anticorrupción, jerarquización de las fuerzas y coordinación de las
partes, participación comunitaria y demás, pero si no se atiende el Proble-
ma Ideológico (sic) que enceguece al Poder Judicial, se gastarán recursos
inútilmente, pues, colocaremos mil cámaras y un policía cada 10m y los
delincuentes van a seguir ganando la batalla. ESA ES UNA DE LAS
PROPUESTAS (sic) que le llevamos al Equipo Técnico de Sergio Massa,
Erradicar la Ideología (sic) en las Universidades de Derecho. El garantis-
mo y el abolicionismo penal no pueden seguir cegando ideológicamente
a los Jueces, Defensores, Fiscales, Procuradores y Abogados del mañana.
Nuestro plan consta de tres etapas necesarias: Plan de Contingencia, para
frenar la ola delincuencial. Plan de Mediano y Largo Plazo, para devol-
verle al Estado la función de guarda sobre el ciudadano. Y Plan de Pre-
vención, para que, conociendo las verdaderas causas del problema de la
inseguridad, La Causa Ideológica (sic), se tomen las medidas necesarias
en materia educacional para revertir la corriente garanto abolicionista que
predomina (en) el Poder Judicial”.
Por otro lado, como para que se disipase cualquier duda sobre la inje-
rencia del Arzobispado en las políticas estatales, haciendo caso omiso de
los antecedentes narrados, el Ministerio de Salud de Entre Ríos creó el
Comité Central de Bioética. Al frente del mismo quedó el secretario de
Salud provincial, Luis Larrateguy, quien nombró como uno de sus inte-
grantes al sacerdote y abogado Luis Anaya, fiel representante de la línea
de Tortolo. Poco antes, el ex rector de la UCA Paraná y parte de la cama-
da de Pincemin y González Guerrico, ante un fallo de la Corte Suprema
de Justicia, había sostenido que “en ningún caso el aborto tiene legitimi-
dad, porque siempre es una vida humana. Eso es lo que la Iglesia sostiene.
No sólo la Iglesia desde el punto de vista religioso, sino en consideración
lítico cuando se deja la función. Antaño, cuando los pueblos estaban amparados por reyes católicos, esta
obligación severa se llamaba juicio de residencia y se cumplía”. Cfr. Juan Octavio Lauze: op. cit. p. 60.

117
de la realidad humana de la vida que está presente en el seno de la madre.
No hay razón alguna, ni siquiera la violación”231. No es extraño este tipo
de posicionamiento tan característico de los cuadros eclesiásticos, como
tampoco lo es la pretensión del director del Departamento de Derecho de
la misma casa de altos estudios, Martin Acevedo Miño, quien se expresó
en favor de la eliminación de la laicidad en la educación. Así quedó de
manifiesto, en 2007, cuando, como integrante de la Junta Arquidiocesa-
na de Laicos, firmó un documento en el que se reclamaban cambios en
la Constitución provincial: “La palabra laica del referido artículo debe
suprimirse, ya que su inclusión está imponiendo una determinada y par-
cializada forma de educar, ignorando el sentido de trascendencia, en con-
tra del pensamiento y creencia de la mayoría del pueblo entrerriano. La
imposición de la enseñanza laica en las escuelas del Estado implica una
discriminación inaceptable”.
El caso Ilarraz se encontraba encallado. Para uno de los abogados que-
rellantes, Marcelo Baridón, al negarse a declarar cuando el juez se los
pidió, ni Karlic ni Puíggari “se han diferenciado del cura Ilarraz”232. A
la par, las víctimas fueron viendo poco a poco cómo la esperanza que
encarnaba el papa Francisco se diluía. Hubo algunos gestos que los ilu-
sionaron, como cuando, en julio de 2014, el Sumo Pontífice reunió a víc-
timas de pedofilia en el Vaticano, aunque ningún integrante de la mesa
correspondía a los casos argentinos. Bergoglio convocó a dos británicos,
dos alemanes y dos irlandeses. Un detalle que expuso su doble estándar:
esta vez, calificó los abusos como “crímenes graves” y no ya como “faltas
graves”, como cuando se refirió a lo hecho por Ilarraz.
Los ex seminaristas le llevaron dos cartas al nuncio apostólico, monseñor
Emil Paul Tscherrig, para que sea el encargado de entregárselas a Francis-
co. En una de ellas, se encontraba el informe elaborado por el ahora carde-
nal en 1995. No pasó nada. La primera respuesta que se dieron a sí mismos
fue que al Papa le filtraban la información: “Sé que está al tanto del tema
-afirmó una de las víctimas-. Lo que también sé es que pidió que el caso
Ilarraz se investigue. Más allá de esas expresiones públicas, no hemos teni-
do ningún contacto con él. Vemos que él habla, condena la pedofilia, pero
a nosotros nunca se nos acercó ni nos llamó. Nos entristece que Bergoglio
llame a la abuelita tal por su cumpleaños, lo que ya nos termina pareciendo
marketinero. El nuncio apostólico recibió de nosotros dos cartas y en una
de ellas estaba la investigación completa. Creo que (a Francisco) le han

231) Entrevista realizada por El Once TV. Se puede ver en: https://www.youtube.com/
watch?v=NTUQEzMXXBA
232) Marcelo Baridón, en entrevista con el autor, 25 de julio de 2014.

118
filtrado las cartas, pero al tema lo conoce”233. Empero, distinta fue la inter-
vención de Francisco en el caso Romanones en el Arzobispado de Granada,
donde fueron separados 10 curas y dos seglares y la víctima recibió un
llamado personal del Sumo Pontífice, quien le pidió perdón “en nombre de
toda la Iglesia. Perdona este gravísimo pecado y gravísimo delito”234.
En paralelo al caso Ilarraz, fueron surgiendo muchas denuncias sobre
abusos de menores por parte de sacerdotes de la Iglesia argentina. Todos
registraban dos rasgos como continuidad: el encubrimiento de los obispos
y el silenciamiento y aislamiento de las víctimas. En ese contexto, nació
en el país la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico, creada origi-
nalmente en Estados Unidos por Barbara Blaine235.
Sobre el cierre de este libro, se produjeron algunos avances sustanciales
en la causa que tiene como acusado a Ilarraz: primero, en junio de 2014, la
Sala Segunda de la Cámara del Crimen236 confirmó que la causa no estaba
prescripta; luego, en noviembre, después de que los abogados de Ilarraz
apelasen, la Cámara de Casación Penal del Superior Tribunal de Justicia
rechazó el recurso. Así, lentamente, empezaron a sentarse en el banquillo
los testigos, muchos de ellos curas. Antes de que termine el año, la jueza
subrogante Paola Firpo envió un cuestionario con 40 preguntas a Karlic,
Maulión y Puíggari. Fuentes calificadas señalaron que el cardenal emérito
reveló que Ilarraz reconoció los hechos y le solicitó el perdón canónico.
Con la expectativa puesta en la Sala Penal del STJ, el 24 de abril de
2015, el cura se abstuvo de declarar. Luego que se conociese que Ilarraz
había presentado como prueba cartas de los seminaristas y había peticio-
nado volver a ser citado, la querella cuestionó a la jueza por permitir que
se dilatase la causa, accediendo a todos los pedidos del denunciado.
Como si fuese poco, en la intimidad, los ex seminaristas supieron que
Firpo aseguraba que la causa contra Ilarraz era producto del anticlerica-
lismo del procurador García y de los medios. Para demostrarlo, solía ex-
poner la compilación de recortes periodísticos que se referían al cura. Por
eso, rápidamente, ataron cabos cuando se dieron a conocer los argumen-
tos de los vocales Claudia Mizawak, Carlos Chiara Díaz y Jorge Carubia.
Los dos primeros rechazaron la prescripción de la causa. Sin embargo,
Carubia votó en disidencia. Íntimo amigo de Busti, de quien fue socio en
el estudio jurídico que comandaban en Concordia en la década del ‘80, el

233) Marcelo Baridón, en entrevista con el autor, 25 de julio de 2014


234) El Papa fuerza la investigación a 10 curas por pederastia en Granada. El País, 17 de noviembre de 2014.
235) Víctima de abusos de un cura a los 12 años, Barbara Blaine fundó Survivors Network of those Abused
by Priests, en 1988. Actualmente, forman parte de esta ONG alrededor de 20 mil víctimas de todo el mundo.
236) Los camaristas Marcela Davite y Marcela Badano firmaron el fallo de rechazo a la prescripción; en
tanto que Ricardo Bonazzolla lo hizo en disidencia.

119
magistrado responsabilizó a la prensa por la condena social que pesaba
sobre Ilarraz: “(…) es dable recordar el permanente despliegue mediático
–no despojado de tendencia que ha concitado esta causa desde su génesis
y hasta la actualidad, siendo motivo de numerosas y permanentes publi-
caciones de gran impacto emocional”.
Algunos sacerdotes reconocieron ante las víctimas que recibieron llama-
dos telefónicos de Puíggari poco antes de declarar. Uno de ellos les relató:
“El obispo me llamó anoche para decirme qué era lo que tenía que contarle
a la jueza”. El que expuso su bronca fue, nuevamente, Tovar, quien rezó
frente a los Tribunales y apuntó directamente contra el arzobispo de Para-
ná: “Quiero que la gente sepa, que sepa que hay cosas que no se dicen. Sé
que esto causará dolor y división en el clero. Pero hay que decirlo, Puíggari
está mintiendo. En mi caso, por intentar ir con la verdad, he sido implíci-
tamente perseguido y excluido, y mi comunidad se ha visto resentida”237.
En junio, el cura volvió a sentarse frente a Firpo, ante quien desmintió a Kar-
lic, asegurando que el pedido de perdón no estaba vinculado a los abusos sino
a la crisis eclesiástica que atravesaba la curia a mediados de la década del ‘90.
Al concluir esta investigación, en julio de 2015, luego de que los aboga-
dos defensores anticipasen que recurrirían a la Corte Suprema de Justicia
de la Nación ante un fallo negativo y las víctimas aseverasen que busca-
ban someterlos a una incansable estrategia de desgaste, sorpresivamente, la
jueza Firpo procesó a Ilarraz horas antes de que comience la feria judicial.

Martillo de herejes

Con cautela, en junio de 2014, Pincemin también rindió culto a la me-


moria de Jordán Bruno Genta. Lo hizo por medio de unas jornadas que
organizó en El Madero. En ellas, expusieron los hermanos Mario y Anto-
nio Caponetto, el cura Alfredo Sáenz, Edmundo Villarino, Jordán Abud,
Héctor Hernández y el propio Pincemin.
En ese momento, un hecho mostraba los matices entre los conservado-
res católicos. Antonio Caponetto protagonizó una polémica con el obis-
po de San Rafael, Eduardo Taussig, a raíz de la opinión del hombre de
Cabildo sobre Francisco: “Haga lo que hiciere a partir de este momento
el Papa Francisco -y esperamos que todo lo santo y sabio sepa hacer- es
imposible omitir o ignorar que el hombre que acaba de llegar a la silla
petrina arrastra concretos, abultados y probadísimos antecedentes que lo
sindican como un enemigo de la Tradición Católica (sic), un propulsor
237) Ricardo Leguizamón: Tovar dice que Puiggari miente y está dispuesto a dejar la parroquia. El Diario,
9 de julio de 2015.

120
obsesivo de la herejía judeocristiana, un perseguidor de la ortodoxia y
un adherente activo a todas las formas de sincretismo, irenismo y pseu-
doecumenismo crecidas al calor de la llamada mentalidad posconciliar”.
Molesto, Taussig envió un comunicado a los sacerdotes de su diócesis,
ordenando no “asistir a sus conferencias y desalentar su difusión en los
ámbitos católicos y de hombres de bien”. Acto seguido, Caponetto lo
tildó de “liberal, pro masón, cripto sionista, impugnador alfonsínico de la
guerra justa de Malvinas, manso anfitrión de la mafia kirchnerista, opor-
tunista político y cobarde”238.
Pero, nuevamente, en Paraná, un hecho volvió a dejar a la vista de todos
que no se trata sólo de los nostálgicos de un pasado en apariencia lejano y ya
cerrado, sino que su influjo ya traspasó varias capas y pervive en la sociedad.
Así quedó demostrado cuando hizo su aparición un colectivo que expuso
cuán errada puede estar la certeza de que actividades como las que organi-
zó Picemin son marginales y sin efecto alguno. Con distintas amenazas por
medio de Internet y ataques a expresiones representativas de los grupos que
defienden los derechos de las mujeres, se presentó el colectivo “Martillo de
Herejes”, nominación que se origina de la frase “Luz de Trento, martillo de
herejes” para simbolizar el momento en que los tradicionalistas españoles se
imponían frente a los protestantes durante el Concilio de Trento.
Una de las acciones de Martillo de Herejes fue contra el mural de la
Campaña por un Aborto Legal Seguro y Gratuito, el cual apareció empa-
pelado con afiches en los que se podía leer “Viva la Santa Iglesia Católi-
ca; viva Cristo Rey”.
Pero como si faltasen elementos para enmarcar y comprender su surgi-
miento, a la activista María Elena Alé, una de las amenazadas, le envia-
ron a su cuenta de Facebook un mensaje: “¿Sabía usted que sí vimos sus
infantiladas (sic) frente a la Catedral?, las vimos muy de cerca, tan cerca
que no solamente estuvimos en la misma Catedral, sino que caminamos
incluso en sus propias filas. (…) Martillo de Herejes no es una persona,
ni diez, veinte, ni mucho menos autores de hechos que ustedes desconoz-
can. Somos los colectivos que nunca partieron a la provincia de Salta,
las vallas en las puertas de las Iglesias, somos los que impedimos el paso
de la escoria al Templo Santo, somos los que dimos voto negativo en el
matrimonio igualitario, somos los profesores que negamos la enseñanza
marxista en escuelas primarias, secundarias y universidades, somos los
que denunciamos a las mujeres que abortan para que sufran la condena
social y penal, los que destruimos las obras de León Ferrari, los que en-
tramos a rescatar a las mujeres pro vida a la escuela Sarmiento, ¿se acuer-
238) Antonio Caponetto: El déspota indocto. Revista Cabildo, 26 de junio de 2013. Disponible en: http://
elblogdecabildo.blogspot.com.ar/search?q=taussig

121
dan?, seguro también recuerdan la Catedral de La Plata, ¡qué pena que los
sodomitas no pudieron entrar!, bueh, otra vez será. También somos los
médicos que nos negamos a practicar abortos, y a realizar ligamientos de
trompas, sí, por supuesto ¿creían que solo era «objeción de conciencia»?,
es MUCHO (sic) más que eso (…) ¿Son las nietas de las brujas que no
pudimos quemar? Algunos de nosotros somos los nietos de los valientes
soldados que impidieron que el marxismo entrara a Argentina en los 70›.
Recuerden que si alguna asesina más muere por aborto clandestino, es
porque la paga del pecado sin arrepentimiento es la MUERTE(sic)”.

122
Epílogo

Los recorridos por distintas vertientes del integrismo católico propuestos en


estas páginas obligan a reflexionar sobre la plena vigencia de cuestiones que no
han quedado sepultadas en un pasado más o menos cercano, en el que impera-
ban las ideologías “duras”, sino que sobreviven en la actualidad de múltiples
maneras. Aunque no siempre se manifiesten a la vista de la sociedad.
Genta, Grasset, Tortolo, por mencionar solo algunos nombres, son de-
terminantes en esta historia. Escapan del ayer y reviven en este nuevo
siglo a través de sus legados, desde el fanatismo preconciliar hasta las
expresiones de la derecha democrática. Ese entramado de fantasmas no
es para que el lector construya teorías conspirativas, siempre fáciles de
armar y que, a la vez, cumplen una función tranquilizadora y de explica-
ción simplificada. A veces visibles, otras ocultos, y muchas disimulados,
los entrecruzamientos del ideario reaccionario impulsan a pensar en las
dificultades que atraviesa, en este caso, la democracia argentina para in-
tentar crear un sistema plural en el que no se impongan los intereses de
minorías poderosas y autoritarias.
El integrismo católico, en sus variantes religiosa, política, educativa,
empresarial, judicial, etc., vive en tensión con la democracia y trata de
influir en la vida pública, como bien lo explica el colega Julián Maradeo,
ya no desde la creación de un Partido Católico –los grupúsculos nacio-
nalistas no pueden considerarse por su nula presencia electoral–, sino a
través de su capacidad para ser parte de los Poderes.
Recorrer este libro implica un ejercicio de valentía para atravesar discur-
sos que parecen extraidos de panfletos de décadas pasadas. Cuando el fun-
damentalismo católico da la impresión de que amengua, la realidad golpea
con alguna nueva manifestación. Los ejemplos abundan en esta investiga-
ción. Viejos eslogans como “Viva Cristo Rey” y “Dios, Patria y Hogar”,
entre tantos otros, que remiten a momentos puntuales de nuestra historia,
reaparecen aggiornados en los discursos de los voceros del integrismo.
Maradeo elabora un ensayo histórico, pero también un ensayo de ac-
tualidad, en el que el ayer y el hoy dialogan, discuten, se tensan, crujen,
y expone una panorámica de la situación social y política actual con el
foco puesto en un sector que no siempre es estudiado en su dimensión
exacta. Esa mirada en detalle permite construir una lista de temas sobre

123
la que los integristas de toda clase tienen opinión formada y expresan su
preocupación, gran cantidad de las veces, en contra de la voluntad de las
mayorías: divorcio, aborto, matrimonio igualitario, “inseguridad”, edu-
cación sexual, diversidad de géneros, planes educativos, relación Iglesia-
dictadura, casos de sacerdotes pederastas...
Queda bien claro en la investigación de Maradeo cómo la llegada de
Jorge Bergoglio al Vaticano alteró la aparente tranquilidad de los pre-
conciliares y sus aliados. El “fenómeno Francisco” modificó opiniones,
atemperó ánimos, acercó posiciones, acalló antiguas críticas. Habrá que
ver de aquí en más si ese nuevo escenario produce cambios o sólo reaco-
modamientos en las filas más conservadoras.

Germán Ferrari

124
Índice onomástico


– Acción Católica: 11, 12, 13, 19, 49.
– Adolfo Servando Tortolo: 5, 6, 9, 15, 16, 18,29, 31, 32,33, 34, 35, 36,
37, 38, 39, 40, 41, 44, 46, 47, 48, 49, 50, 51, 52, 53, 54, 55, 58, 66, 95,
110, 116,121.
– Alberto Buela: 77.
– Alberto De Nápoli: 27, 28, 46, 81, 82, 83, 84.
– Alberto Ezcurra Uriburu: 5, 15, 18, 33, 34, 36, 50, 51, 54, 55, 58, 95,
100, 107, 110.
– Alfredo Sáenz: 18, 54, 55, 73, 119.
– Aníbal Fosbery: 60, 75, 92.
– Antonio Caggiano: 13, 14, 23, 26, 31, 34, 36, 56, 89.
– Antonio Caponetto: 61, 73, 119.
– Bernardino Montejano: 36, 41, 72, 73, 74, 76, 81, 87.
– Cabildo (revista): 89, 99, 119.
– Carlos Buela: 30, 33, 34, 54, 56, 57, 58, 60, 63, 65, 70, 71.
– Carlos María Zavalla: 31, 32, 51.
– Carlos Sacheri: 28, 36, 41, 65, 73, 83.
– César Pazo: 102, 103.
– Ciudad Católica: 6,13, 16, 17, 19, 23, 24, 25, 26, 28, 29, 43, 59, 73, 74, 83.
– Cristian Bouchancourt: 79, 80, 81.
– Daniel Enz: 107.
– Daniel Hadad: 92, 93.
– Eduardo Taussig: 61, 62, 63, 65, 71, 119.
– El Madero (colegio): 6, 94, 95, 98, 99, 100, 102, 119.
– Emil Paul Tscherrig: 116.
– Estanislao Karlic: 5,6, 54, 56, 70, 104, 105, 106, 107, 108, 110, 112,
115, 116.
– Esteban Bullrich: 87, 90.
– Fundación Civilidad: 55, 46, 81, 82, 84, 85, 86, 88, 103,
– Fundación Nuevas Generaciones: 86, 88, 93.
– Francisco: 61, 69, 70, 74, 91, 111, 115, 117, 122.
– Fraternidad San Pío X: 38, 44, 57, 72, 77, 78, 79, 81, 86, 99.
– Guillermo Lousteau Heguy: 86.
– Guillermo Yacobucci: 36, 89, 90.
– Gustavo De Marchi: 67, 65.

125
– Héctor Aguer: 61.
– Héctor Armando Sceppacuercia: 76.
– Horacio Verbitsky: 12, 47.
– Ignacio Garda Ortiz: 46, 81, 84, 85, 86.
– Instituto del Verbo Encarnado: 6, 54, 57, 58, 59, 60, 61, 62, 63, 64, 65,
66, 69, 70, 71.
– Jaime Perriaux: 14, 39, 40, 45.
– Javier Olivera: 64, 65.
– Jean Ousset: 13, 14, 20, 44.
– Jorge Antonio Olivera: 64, 65.
– Jordán Abud: 94, 100, 119.
– Jordán Bruno Genta: 11, 31, 36, 65, 73, 76, 77, 79, 98, 99, 119, 121.
– Jorge Bergoglio: 70, 71, 75, 76, 90, 93, 105, 116, 117, 122.
– Jorge Busti: 53, 114, 118.
– Jorge Grasset: 6, 16, 17, 19, 20, 21, 22, 24, 26, 27, 28, 29, 41, 42, 43,
46, 58, 81, 86, 100, 111, 121.
– Jorge “Pato” Gómez: 5, 69, 70.
– Jorge Rafael Videla: 32, 37, 39, 41, 43, 44, 47.
– Jorge Riani: 31, 98.
– José Antonio Primo de Rivera: 14, 33, 48, 95,
– José María Fernández Cueto: 17, 20.
– José María Pincemin: 35, 55, 95, 96, 98, 99, 116, 119.
– Juan Alberto Puíggari: 18, 105, 106, 107, 109, 110, 111, 112, 114, 116,
117, 118,
– Juan Francisco Guevara: 9, 13, 23, 24, 26.
– Juan Manuel Urtubey: 5, 84.
– Juan Mario Collins: 33, 51.
– Juan Carlos Goyeneche: 15, 16, 23, 41.
– Juan Carlos Onganía: 19, 25, 28, 29, 88.
– Juan Carlos Trimarco: 49, 50, 53.
– Juan Octavio Lauze: 30, 41, 43, 45, 46, 58.
– Juan Pablo Cannata: 93.
– Juan Pablo II: 46, 53, 57, 61, 62, 109, 110, 111,
– Juan Perón: 9, 12, 13, 14, 15, 26, 32, 37, 38, 51.
– Julián Obiglio: 72, 86, 87.
– Julio Meinvielle: 15, 33, 36, 56, 72, 73, 75, 100.
– Justo José Ilarraz: 3,5, 105, 107, 108, 109, 110, 111, 112, 113, 116, 117, 118.
– León Kruk: 35, 54, 56, 58, 62.
– Luis Alberto González Guerrico: 34, 54, 94, 98, 114.
– Luis Roldán: 76, 81, 86.
– Marcel Lefebvre: 23, 38, 43, 44, 46, 57, 77, 79.

126
– Marie Monique Robin: 21, 81.
– Mario Maulión: 98, 109, 110, 117.
– Martillo de Herejes: 118, 119, 120.
– Mateo Roberto Gorostiaga: 23, 25, 29, 43.
– María Estela Martínez de Perón: 37, 46, 75.
– Mauricio Macri: 40, 86, 90.
– Mikael (revista): 18. 36, 40, 49, 54, 55, 60, 74, 89,
– Mohamed Alí Seineldín: 60, 73, 81, 95, 103.
– Mónica Torres: 52, 53.
– Nicanor Costa Méndez: 14.
– Opus Dei: 26, 59, 61, 87, 89, 90, 91, 92, 93, 111.
– Oscar Denovi: 33.
– Osvaldo Loudet: 45.
– Pablo María Garat: 5, 84, 86, 88, 115.
– Paola Firpo: 109, 117, 118.
– Patricio Randle: 36, 73,
– Paul Philippe Gardy: 20, 21, 22.
– Rafael Breide Obeid: 73.
– Ramiro Sáenz: 48, 54, 58, 65, 66, 67, 68, 70.
– Raúl Vergara: 102, 114, 115.
– Ricardo Andrilli: 51, 103, 104.
– Ricardo Leguizamón: 55, 108.
– Richard Williamson: 79.
– Robert Pincemin: 13, 23.
– Santiago Alonso: 76.
– Sergio Massa: 91, 114, 115.
– Tacuara: 14, 15, 18, 33, 50, 51, 55, 73, 95, 98, 112.
– Teodoro Grasselli: 51.
– Verbo (revista): 17, 19, 23, 24, 25, 26, 28, 29, 30, 36, 37, 41, 42, 45, 46,
56, 58, 73, 74, 81, 82, 83, 85, 87, 90.
– Víctor Heredia: 66.
– Victorio Erbetta: 49, 50.

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